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Etica En Los Negocios-páginas-65

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130 El mERcAdo y los nEgocios
3.1 Mercados libres y derechos: John Locke
Uno de los argumentos más fuertes en favor del mercado no regulado se deriva de la idea 
de que los seres humanos tienen ciertos “derechos naturales” que sólo se preservan en un 
sistema de libre mercado. Los dos derechos naturales que, según este argumento, prote-
gen los mercados libres son el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad privada. 
Se supone que los mercados libres protegen el derecho a la libertad en la medida en que 
permiten que cada individuo intercambie bienes con otros de forma voluntaria y libre del 
poder coercitivo del gobierno. Se supone que preservan el derecho a la propiedad privada 
en la medida en que cada individuo es libre de decidir qué hará con lo que le pertenece sin 
interferencia del gobierno.
En general, se reconoce a John Locke (1632-1704), un filósofo político inglés, como 
el precursor de la idea de que los seres humanos tienen un “derecho natural” a la libertad y 
un “derecho natural” a la propiedad privada.13 Locke afirma que si no hubiera gobiernos, 
los seres humanos se encontrarían en un estado de naturaleza. En ese estado, cada individuo 
estaría en igualdad política con respecto a todos los demás y se vería perfectamente libre de 
cualquier restricción que no fuera la ley de la naturaleza, es decir, los principios morales que 
Dios confirió a la humanidad y que cada individuo puede descubrir mediante la razón que 
Dios le otorgó. Como él declara, en un estado de naturaleza, todos estarían en
un estado de libertad perfecta para ordenar sus acciones y disponer de sus posesiones 
como piensen que es adecuado, dentro de los límites de la ley de la naturaleza, 
sin pedir permiso o depender de la voluntad de otro hombre. También [sería] un 
estado de igualdad, en el que todo el poder y jurisdicción serían recíprocos, nadie 
tendría más que otro [...] sin subordinación o sujeción [a otro]. Pero [...] el estado 
de naturaleza tiene una ley de la naturaleza que lo gobierna y que obliga a todos: 
y la razón, que es esa ley, enseña a toda la humanidad, que la consultará, que al ser 
todos iguales e independientes, nadie debe dañar a otro en su vida, salud, libertad 
o posesiones.14
Según Locke, la ley de la naturaleza “enseña” que cada uno tiene el derecho a la li-
bertad y que, en consecuencia, “nadie puede ser despojado de su estado [natural] y sujeto 
al poder político de otro sin su consentimiento”.15 La ley de la naturaleza también nos in-
forma que todos tienen derechos de propiedad sobre sus cuerpos, su trabajo y los productos 
de éste, y que tales derechos de propiedad son “naturales”, es decir, que no son inventados 
o creados por un gobierno ni son el resultado de una concesión gubernamental:
Cada hombre detenta la propiedad de su persona: nadie tiene derecho sobre ella 
excepto él mismo. El trabajo de su cuerpo y el trabajo de sus manos, podemos 
decir, son suyos. Cualquier cosa que él obtenga del estado que la naturaleza le 
otorgó y le dejó, y que mezcle con su trabajo y una a algo que es suyo, esto la hace 
de su propiedad. [Ya que] este trabajo es de incuestionable propiedad del trabaja-
dor, ningún hombre más que él tiene un derecho a lo que [el trabajo] unió alguna 
vez, al menos donde hay suficiente, e igualmente bueno, que queda en común 
para los demás.16
Sin embargo, el estado de naturaleza es un estado arriesgado en el que los individuos 
están en constante peligro de recibir daño por parte de otros, “porque siendo todos reyes 
tanto como él, todo hombre su igual, y [puesto que] la mayor parte no observa de manera 
estricta la equidad y la justicia, el disfrute de la propiedad que tiene en este estado es muy 
inseguro”.17 En consecuencia, los individuos inevitablemente se organizan en un cuerpo 
político y crean un gobierno cuyo propósito fundamental es brindar la protección de sus 
derechos naturales que falta en el estado de naturaleza. Como el ciudadano consiente 
en el gobierno “sólo con una intención [...] para preservarse a sí mismo, su libertad y su 
propiedad [...], el poder de la sociedad o de la legislatura constituida por ellos no debería 
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 eL sistema de negocios: gobierno, mercados y comercio internacionaL 131
extenderse más allá” de lo que es necesario para preservar estos derechos.18 El gobierno no 
puede interferir con los derechos naturales de los ciudadanos a la libertad y a la propiedad 
excepto cuando esa interferencia se necesite para proteger la libertad o propiedad de una 
persona de sufrir la invasión de otros.
Aunque Locke nunca usó de manera explícita su teoría de los derechos naturales para 
defender el libre mercado, varios autores de siglo xx emplearon su teoría para este pro-
pósito.19 Friedrich A. Hayek, Murray Rothbard, Gottfried Dietze, Eric Mack y muchos 
otros aseguran que cada persona tiene el derecho a la libertad y la propiedad que Locke 
asignaba a cada ser humano y que, en consecuencia, el gobierno debe dejar a los individuos 
libres para intercambiar su trabajo y su propiedad como elijan voluntariamente.20 Sólo una 
economía de intercambio de empresas privadas libres en la que el gobierno queda fuera del 
mercado y protege los derechos de propiedad de los individuos, permite esos intercambios 
voluntarios. Entonces, la existencia de los derechos lockeanos a la libertad y la propiedad 
implica que las sociedades deben incorporar las instituciones de propiedad privada y los 
mercados libres.
También es importante observar que los puntos de vista de Locke sobre el derecho a 
la propiedad privada han tenido una influencia significativa en las instituciones estadouni-
denses de la propiedad, incluso en la sociedad computarizada de nuestros días. Primero, 
y lo más importante, desde el principio de su historia, la ley estadounidense ha sostenido 
la teoría de que los individuos tienen un derecho casi absoluto a hacer lo que deseen con 
su propiedad y que el gobierno no tiene derecho de interferir en la propiedad privada ni 
de confiscarla aun cuando sea por el bien de la sociedad. La quinta enmienda a la Consti-
tución de Estados Unidos establece que “ninguna persona debe ser [...] privada de la vida, 
la libertad o la propiedad sin el debido proceso de la ley; tampoco se tomará la propiedad 
privada para uso público, sin la justa compensación”. Esta perspectiva (que cita la frase 
de Locke, “vida, libertad y propiedad”) en última instancia se deriva del punto de vista de 
Locke de que los derechos a la propiedad privada se establecen “por naturaleza” (cuando 
un individuo “mezcla” su trabajo en una cosa), por lo que son anteriores al gobierno. Este 
último no otorga ni crea los derechos de propiedad privada. En lugar de ello, debe res-
petar y proteger los derechos a la propiedad que se generan de manera natural a través 
del trabajo y el comercio. Sólo hasta hace relativamente poco, en los siglos xix y xx, este 
punto de vista de Locke comenzó a dejar su lugar en Estados Unidos a la perspectiva más 
“socialista” de que el gobierno puede limitar los derechos a la propiedad privada de un in-
dividuo por el bien de la sociedad. Aun hoy en Estados Unidos existe una fuerte presunción 
de que el gobierno no crea los derechos a la propiedad, sino que debe respetarlos y cuidar 
que se cumplan esos derechos que generaron los individuos con su esfuerzo. Es importante 
ver que este punto de vista estadounidense y de Locke de la propiedad no es universal. En 
algunos países, como Japón, los recursos no se conciben como cosas sobre las cuales los 
individuos tienen un derecho absoluto de propiedad privada. Más bien, en Japón y en otras 
sociedades de Asia, los recursos se ven como una función primaria para servir a las necesi-
dades de la sociedad como un todo, y por ello los derechos a la propiedad de los individuos 
deben ceder el paso a las necesidades de la sociedad cuando hay un conflicto entre los dos.
Segundo, como fundamento de muchas leyes estadounidenses respecto a lapropiedad 
y pertenencia está el punto de vista de Locke de que, cuando una persona consume trabajo 
y esfuerzo para crear o mejorar un objeto, esa persona adquiere los derechos de propiedad 
sobre ese objeto. Si una persona escribe un libro o desarrolla un programa de software, por 
ejemplo, entonces ese libro o programa de software es propiedad de la persona que “mez-
cló” su trabajo en él. Por supuesto, es factible que una persona esté de acuerdo en “vender” 
su trabajo a un empleador, y con ello el empleador gana la propiedad de lo que la persona 
crea. Sin embargo, incluso esos acuerdos laborales suponen que el empleado tiene el de-
recho de “vender” su trabajo, y esto significa que el empleado es el propietario original 
del trabajo usado para crear el objeto. Así por ejemplo, quienes desarrollan programas de 
software son los propietarios legítimos de éstos no sólo porque han invertido gran cantidad 
de tiempo y energía en su diseño, sino también porque pagaron a los ingenieros de soft-
ware quienes les “vendieron” su trabajo para desarrollar esos programas. Debe observarse 
Repaso breve 3.1
En el estado de 
naturaleza de Locke
• Todos son libres e iguales
• Cada persona es dueña 
de su cuerpo y de su 
trabajo, y el resultado de 
lo que mezcle con este 
último
• Las personas acuerdan 
formar un gobierno para 
proteger su derecho a la 
libertad y la propiedad
derechos lockeanos  
El derecho a la vida, la 
libertad y la propiedad.
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