Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
la ética y El Entorno natural 247 humanos realicen el trabajo que ahora efectúan las máquinas.151 Otros aseguran que los sistemas económicos tendrán que abandonar su meta de producción de crecimiento estable para sustituirla por una meta de producción decreciente hasta llegar a “un estado estable”, esto es, un punto en el que “la población total y las existencias totales de riqueza física se mantengan constantes en algún nivel deseado mediante una tasa ‘mínima’ de mante- nimiento (es decir, con tasas de natalidad y mortalidad iguales al menor nivel factible, y mediante tasas de producción y consumo físico iguales al menor nivel factible)”.152 Se ha desafiado la conclusión de que el crecimiento económico debe abandonarse si la sociedad ha de ser capaz de manejar los problemas de recursos menguantes. 153 Al menos es discuti- ble que la adopción de un crecimiento económico continuo promete degradar la calidad de vida de las generaciones futuras.154 Los argumentos son simples, oscuros y altamente controvertidos. Si las economías del mundo continúan proponiendo metas de crecimiento económico, la demanda de recursos no renovables continuará en ascenso. Puesto que los recursos del mundo son finitos, en algún momento las fuentes de abastecimiento se agotarán. En este punto, si las nacio- nes del mundo todavía se basan en economías crecientes, cabe esperar un colapso de sus instituciones más importantes (es decir, instituciones de manufactura y finanzas, redes de comunicación e industrias de servicio), que a la vez provocarán la caída de sus instituciones políticas y sociales (como gobiernos centralizados, programas de educación y cultura, de- sarrollo tecnológico y científico, cuidado de la salud).155 Los estándares de vida declinarán entonces precipitadamente al despertar una hambruna generalizada y provocar fracturas políticas. Se han ideado varios escenarios para esta sucesión de eventos, todos ellos basados en especulaciones y suposiciones inciertas.156 Los más famosos y antiguos son los estudios del Club de Roma, que desde hace dos décadas proyectó en computadora los resultados catastróficos de continuar con los patrones de crecimiento económico del pasado a la luz de la reducción de recursos.157 Estudios posteriores llegaron a conclusiones similares.158 La figura 5.6 reproduce una de las proyecciones por computadora del Club de Roma. En la gráfica de computadora de la figura 5.6, el eje horizontal representa el tiempo; al avanzar de izquierda a derecha del año 1900 dc al año 2100 dc, se ve lo que ocurrirá con la población del mundo, la producción industrial, la alimentación, los niveles de con- taminación y los recursos no renovables con el paso del tiempo. Durante la primera mitad del siglo xx, la población, la producción, los alimentos y los servicios continuaron cre- ciendo, mientras que las tasas de mortalidad, natalidad y los recursos declinaban. Pero en algún momento después de 2050, ocurrirá un colapso catastrófico de producción y ser- vicios cuando los recursos clave declinen. La población seguirá creciendo, pero pronto descenderá como resultado de las tasas crecientes de mortalidad y de la disminución en el suministro de alimentos. La reducción en la producción industrial provocará un declive en la contaminación, pero el abastecimiento de alimentos, la producción industrial, y la población para 2100 estarán por debajo de los niveles de 1900. “Entonces podemos decir con cierta confianza que, en el supuesto caso de que no haya cambios importantes en el sistema actual, el crecimiento demográfico e industrial sin duda se detendrán, a más tardar, durante el próximo siglo”.159 Las suposiciones basadas en los escenarios del día del juicio final del Club de Roma y otros grupos han recibido múltiples críticas.160 Los programas de computadora y las ecuaciones que fundamentan las predicciones hacían suposiciones altamente inciertas y controversiales acerca de las tasas futuras de crecimiento de la población, la ausencia de incrementos futuros en la producción por unidad de insumos, nuestra incapacidad para encontrar sustitutos para los recursos agotados y la falta de efectividad del reciclado. Todas estas suposiciones son cuestionables. Aunque sin duda las generaciones futuras tendrán menos recursos naturales de los cuales depender, no podemos asegurar con exactitud el impacto que esto tendrá en ellas. Quizá el impacto no será tan catastrófico ni ocurrirá tan pronto como indican los pronósticos del Club de Roma, aunque el número de investigado- res que predicen un futuro catastrófico va en ascenso.161 Tampoco podemos suponer que el impacto será benigno por completo, o que no habrá alteraciones ambientales importantes Vela�squez 05.indd 247 24/5/06 08:44:46 248 Los nEgocios y sus inTERcAmbios ExTERnos: EcoLogíA y consumidoREs en nuestros tiempos.162 Más aún, como sugiere la cita del informe de 2000 del World- wach Institute con el que abrimos este capítulo, muchos observadores llegan de nuevo a la conclusión de que el Club de Roma pudo estar en esencia en lo correcto aun cuando sus tablas de tiempos y suposiciones estuvieran en cierto modo equivocadas. El creciente ritmo de extinción de especies, la elevación de la temperatura global atribuible a los crecientes niveles de gases de invernadero, la reducción continua de los bosques y las todavía cre- cientes tasas de crecimiento demográfico, todo indica un futuro difícil para nosotros. Ante las grandes incertidumbres en nuestra situación, parece que es necesario por lo menos un compromiso con la conservación. Si también es necesaria una transformación completa de nuestra economía para que la civilización sobreviva es una pregunta difícil y perturbadora que tal vez pronto tengamos que enfrentar. Igual de inquietantes son las preguntas de carácter moral que surgen ante la distribu- ción de los recursos energéticos menguantes entre los pueblos del mundo. Estados Unidos es el país más rico del mundo y el mayor consumidor de energía. El 6% de la población mundial que vive en Estados Unidos consume el 25% del suministro anual de energía en el mundo, mientras que el 50% de las personas del mundo que habitan naciones menos desarrolladas deben arreglárselas con el 8% de los suministros de energía. Cada persona en Estados Unidos, de hecho, consume 15 veces más energía que alguien en América del Sur, 24 veces más que un habitante de Asia y 31 veces más que una persona en África. D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D D S S S S S S S S S S S S S S S S SS S S S S S S S S S S S S SS S S S S SS SS B B BB B B B B B B B B B B B B B B B B B B B BB B BB B B BBBB BB B recursos alimentos por persona población producción industrial por persona contaminación 19 00 21 00 B Población (número total de personas) Producción industrial por persona (equivalente en dólares por persona por año) Alimentos por persona (equivalente en kilogramo de granos por persona por año) Contaminación (múltiplo del nivel de 1970) Recursos no renovables (fracción de las reservas restantes en 1900) Tasa bruta de natalidad (nacimientos por cada 1000 personas por año) Tasa bruta de mortalidad (muertes por cada 1000 personas por año) Servicios por persona (equivalente en dólares por persona por año) Figura 5.6 La corrida “estándar” del modelo supone que no hay cambios importantes en las relaciones físicas, económicas o so- ciales que históricamente han gobernado el desarrollo del sistema mundial. Todas las variables graficadas siguen los valores históricos registrados de 1900 a 1970. Los alimentos, la producción industrial y la población crecen de manera exponencial hasta que los recursos que se agotan con rapidez fuerzan una desaceleración en el crecimiento industrial. A causa de retrasos naturales en el sistema, tanto la población como la contaminación continúan aumentando por un tiempo después de que la industrializaciónalcanza su punto máximo. El crecimiento demográfico finalmente se detiene por un aumento en la tasa de mortalidad provocada por la disminución de los alimentos y de los servicios de asistencia médica. Fuente: Tomado de donella H. meadows et al., The Limits to Growth (nueva york: universe books, 1974), pp. 123-24. Reimpreso con autorización de universe books. Vela�squez 05.indd 248 24/5/06 08:44:48
Compartir