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318 Los nEgocios y sus REPREsEnTAcionEs inTERnAs 500 son mujeres. Tercero, la mujer casada que quiere hijos, a diferencia del hombre casado que quiere hijos, actualmente encuentra grandes dificultades en el avance de su carrera. Una investigación encontró que el 53% de las pocas mujeres casadas que ha- bían sido promovidas a vicepresidentas seguían sin hijos, mientras que sólo el 7% de los hombres en esta situación no tenían hijos. Otro estudio indica que durante los 10 años siguientes a su graduación, el 54% de esas mujeres que habían hecho avances significa- tivos en la corporación los habían logrado por no tener hijos. Varios estudios muestran que es seis veces más probable que la mujer con carrera profesional tenga que quedarse en casa con un hijo enfermo que sus esposos; incluso, mujeres a nivel de vicepresidencia reportan que deben cargar con una mayor parte de ese tipo de responsabilidades que sus esposos.29 El gran número de minorías que se incorpora a la fuerza de trabajo también encuentra desventajas significativas. Cuando estas oleadas de minorías llegan al mercado laboral, en- cuentran que casi todos los buenos trabajos que los esperan requieren niveles de habilidad y educación mucho más altos que los que tienen. De todos los nuevos trabajos creados en la última década, más de la mitad requiere cierta educación adicional a la preparatoria y casi un tercio requiere un título universitario. Entre los campos que más crecen están las profesiones con requisitos educativos muy altos, como técnicos, ingenieros, científicos sociales, abogados, matemáticos, científicos y profesionales de la salud. Por el contrario, el número de trabajos que requieren niveles relativamente bajos de educación y habili- dad, como operario de máquinas, supervisor, ensamblador, trabajador manual, minero y agricultor, de hecho, ha declinado. Incluso los empleos con requerimientos de niveles de habilidad relativamente bajos ahora tienen requerimientos fuertes: secretarias, oficinistas y cajeros deben tener la habilidad de leer y escribir con claridad, entender instrucciones y usar computadoras; trabajadores de una línea de ensamble ahora deben aprender los méto- dos de control estadístico de procesos que usan álgebra y estadística básicas. Así, casi todos los buenos trabajos demandan más educación y mayor nivel de habilidad en el lenguaje, las matemáticas y el razonamiento. Desafortunadamente, las minorías actuales tienen desventajas en términos de niveles de habilidad y educación. Los estudios muestran que sólo cerca de tres quintas partes de los blancos, dos quintos de los hispanos y un cuarto de los negros encuentran informa- ción en un artículo de noticias o una publicación de información estadística; sólo el 25% de los blancos, el 7% de los hispanos y el 3% de los negros son capaces de interpretar el itinerario de un autobús; y sólo el 44% de los blancos, el 20% de los hispanos y el 8% de los negros pueden calcular el cambio que les deben al comprar dos artículos.30 Las minorías también están en desventaja en términos de educación. En 2003, cuando el 94% de jóvenes (de 25 a 29 años) blancos terminaron la preparatoria, sólo el 88% de los jóvenes negros y el 62% de los hispanos lo hicieron.31 Ese mismo año, el 34% de jóvenes (25 a 29 años) blancos se graduaron de la universidad, pero sólo el 17% de los negros y el 11% de los hispanos.32 Por lo tanto, aunque los nuevos trabajos requieren niveles cada vez más altos de habilidades y educación, las minorías se quedan atrás en el logro de su educación. Aún más, en los últimos años ha salido a la luz un obstáculo en especial problemático que enfrentan las mujeres en el lugar de trabajo. Un 42% de las mujeres que son empleadas del gobierno federal reportó que había experimentado alguna forma de atención sexual no solicitada y no bienvenida, desde observaciones sexuales hasta intento de violación o asalto. Las mujeres que trabajan como ejecutivas, guardias en prisiones e, incluso, como rabinos han reportado algún acoso sexual.33 Es más probable que las víctimas de formas verbales o físicas de acoso sexual sean solteras o divorciadas, entre los 20 y 44 años, tengan educación universitaria y se encuentren en un entorno donde predominan hombres o tengan supervi- sores masculinos.34 Un estudio de acoso sexual en los negocios indica que el 10% de 7,000 personas entrevistadas informaron que habían escuchado y observado en sus organiza- ciones una situación tan extrema como: “El señor X me ha pedido que tenga sexo con él. Vela�squez 07.indd 318 24/5/06 08:47:43 la ética dE la discriminación En El trabajo 319 Me rehusé, pero ahora me enteré de que en mi evaluación me calificó muy bajo...”35. Una corte federal describió con detalle las lesiones que el acoso sexual causa en una persona: La relación de Cheryl Mathis con el señor Sanders comenzó en términos que ella describe como buenos, pero más tarde se hizo evidente que Sanders bus- caba algún tipo de relación personal con ella. Siempre que Mathis estaba en la oficina, él quería la puerta cerrada a las oficinas externas, y comenzó a platicarle asuntos muy personales, como la falta de relación sexual con su esposa. Después comenzó a bombardearla con invitaciones no bienvenidas para copas, almuerzo, cena, desayuno y a invitarse a sí mismo a la casa de ella. Mathis dejó claro que no estaba interesada en una relación personal con su jefe casado... Sanders tam- bién comentó la apariencia de Mathis, haciendo referencia a partes de su cuerpo. Cuando Mathis rechazó las proposiciones de Sanders, él se volvió antagonista. Para la primavera de 1983, Mathis comenzó a sufrir ataques severos de temblores y llanto, que empeoraron progresivamente hasta tener que ser hospitalizada en dos ocasiones, una vez una semana en junio de 1983 y de nuevo en julio durante unos días. El verano completo Mathis tuvo una licencia por enfermedad y no re- gresó a trabajar hasta septiembre de 1983... En cuanto regresó, Sanders reanudó su acoso... y una vez más se vio forzada a buscar ayuda médica y no trabajó... El acoso no sólo la atormentaba... a Mathis, le creaba hostilidad entre ella y otros miembros del departamento que en apariencia resentían la familiaridad entre la demandante y Sanders.36 Cada año se hacen miles de quejas de acoso sexual en la Comisión de Igual Oportunidad en el Empleo del gobierno federal estadounidense, y miles de otras quejas se llevan a las comisiones estatales de derechos civiles. Entonces, es evidente que las mujeres y las minorías, que comprenden el grueso de los nuevos trabajadores que se incorporan a la fuerza laboral, se encuentran en posiciones altamente desventajosas. ¿Qué son estas desventajas si no una forma de discriminación sistemática institucionalizada? Las distintas comparaciones estadísticas que se han examinado, junto con la amplia in- vestigación muestran que estas diferencias no se deben de manera sencilla a las preferencias o habilidades de estos grupos, indican que los negocios estadounidenses incorporan cierto grado de discriminación sistemática, quizá, en gran parte, como un vestigio inconsciente del pasado. Ya sea que se comparen los ingresos promedio, la representación proporcional en los puestos económicos más altos o en los puestos económicos más bajos, resulta que la mujer y las minorías nos son iguales a los hombres blancos, y los últimos 30 años han visto sólo una pequeña disminución en las diferencias sexuales y raciales. Más aún, varias tendencias inquietantes indican que, a menos que emprendamos cambios importantes, la situación de las minorías y las mujeres no mejorará. Por supuesto, saber que nuestras instituciones económicas como un todo aún prac- tican la discriminación no muestra que un negocio en particular es discriminatorio. Para saber si una empresa en particular es discriminatoria, debemos hacer el mismo tipo de comparaciones entre los diferentes niveles de empleo de la empresa que los realizados entrelos diferentes niveles ocupacionales y económicos de la sociedad estadounidense como un todo. Para facilitar esas comparaciones dentro de las empresas, se requiere que los empleados actuales informen al gobierno los números de las minorías y las mujeres que su empresa contrata en cada una de nueve categorías: funcionarios y administradores, profesionales, técnicos, personal de ventas, oficinistas y apoyo, trabajo manual calificado, operarios semicalificados, trabajadores no calificados y trabajadores de servicios o inten- dencia. Comisión de Igual Oportunidad en el Empleo Agencia federal estadounidense que investiga quejas de acoso sexual y discriminación en el trabajo. Repaso breve 7.3 Problemas crecientes para mujeres y minorías • Las mujeres y las mino- rías conforman casi todos los nuevos trabajadores • Las mujeres son enviadas a trabajos que pagan poco y enfrentan techos de cristal y acoso sexual • Las minorías necesitan habilidades y educación que no tienen Vela�squez 07.indd 319 24/5/06 08:47:44
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