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Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno (53)

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nada la cultura y la concepc10n del mundo de ninguna genera­
ción, tanto que siempre es preciso comenzar todo de nuevo? El 
sofisma es claro: cuando conviene, la Iglesia es identificada con 
la misma sociedad (con el 99 'Po, de ella, al menos), cuando no 
conviene, la Iglesia es sólo la organizaci6n eclesiástica o directa­
mente la persona del Papa. Entonces la Iglesia es un "médico" que 
indica a la sociedad los remedios. Es también muy crnioso que los 
jesuitas hablen de "residuo irreductible" de paganismo: si es ÍlTe· 
ductiblc no desaparecerá jamás, la Iglesia no triunfar<Í nunca, et· 
cétera. 
Lucien Romier y la Acción Católica francesa. Romier ha sido rela­
tor en la Semana Social de Nancy de 1927. Habló allí de la "Des­
proletarización de las multitudes", argumento que tocaba sólo indi­
rectamente el tema tratado por la Semana Social, dedicada a "La 
mujer en la sociedad". El padre Danset habló así de la "Raciona­
lización", en su aspecto social y moral. 
¿Pero es Romier un elemento activo de la Acción Católica 
francesa, o ha participado s6lo incidentalmente en esta reunión? 
La Semana Social de Nancy de 1927 es muy importante para 
la historia de la doctlina político-social de la Acción Católica. Sus 
conclusiones, favorables a la más amplía participación femenina 
en la vida política, han sido aprobadas por el cardenal Gasparri 
en nombre de Pío XI. Las actas han sido publicadas en 1928 (Se­
maines soeiales de France. La femme dans la société, Parls, Ca­
balda). Es indispensable para el estudio de la vida políqca francesa. 
Recordar que en 1925 Rornier había aceptado entrar a formar par­
te del gabinete de concentración nacional de Herriot; había acep­
tado también colaborar con Herriot, el jefe del grupo católico par­
lamentario francés fo1mado poco antes. Romier no era diputado ni 
senador; era redactor político de Le Figaro. Después de aceptar 
entrar a formar p:utc del gabinete de Hcrriot, debió abandonar Le 
Fígaro. Romier se había hecho un nombre con sus publicaciones 
de carácter industrial-social. Creo que llegó a ser redactor del 
órgano técnico de los indnstriales franceses La ]oumée Industrielle. 
La Acci6n Católica e11 AleTIUlnia. La debilidad de toda organiza­
ció~, nacional d:' la Acción Católica res_ide ~n el becho de que su 
acc10n está lim¡tada y se ve continuamente turbada por las nece­
sidades de la política internacional e interna en todo Estado de 
la Sa~ta Sede. A medida que cada Acción Católica se extiende y se 
conVJerte en orgamsmo de masa, tíende a convertirse en un ver­
dadero p!utido, cuyas directivas son impuestas por las necesidades 
internas de la organización; pero este proceso jamás puede. con­
vertirse en orgánico precisamente por la intervención de la Santa 
Sede. 
En ese hecho tal vez deben buscarse las razones por las cuales 
en Aleman!a la Acción Católka nunca fue bien aceptada. El Cen­
tro se hab1a desarrollado tanto como fuerza política parlamenta­
ria, empeñada en las luchas internas alemanas, que toda vasta for­
mación de A~ción Católica, controlada estrechamente por el Epis­
copado, habna comprometido su potencia actual y sus posibilida­
des de desarrollo. Recordar el conflicto suscitado entre el Centro 
Y el Vaticano cuando éste quiso que aprobasen las leyes militares 
de Bismarck, siendo el Centro un decidido opositor a tales leyes. 
Se observa un desarrollo similar en Austria, donde el clerica­
lismo fnc siempre muy fuerte como partido y no tuvo "n~cesidad 
de una vasta organización permanente como la de la Acción Cató­
lica, sino únicamente de rebaños electorales no orgánicos bajo el 
control tradicional de los párrocos. 
Die katolisclze Aktion. Materia/en und A.kten, von Dr. Erhard 
Schlund, O. F. l\l. (Verlog Josef Kosel und Fícdrich Pnstet. :\!n­
nich, 1928) . 
Es una reseña ele la Acción Católica en los prindpales países 
y una exposición de 1:15 doctrinas papales a propósito de la misma. 
En ~lcmania no existe la Acción Católica del tipo común, pero e.< 
C0!1Sldcrado como tal el conjunto de la organización católica. (Esto 
significa que en Alemania el catolicismo está dominado por el 
protestantismo y no osa atacarlo con una propaganda intensa.) 
Sobre esta base habr!¡¡ <¡ue estudiar cómo se desarrolla la base 
política del "Centro". ' 
:. Cfr. también el libro de monseüor Kaller, Unscr Laienaposto[at, 2~ edic .. 
voL I. Leusterdorf am Rhein, Verlag des JohannesbundJ 1927. 
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El libro de Schlund tiende a introducir y a popularizar en 
Alemania la Acción Católica de tipo italiano, y Pío XI debe por 
cierto impulsarla en tal sentido, aunque con cautela, ya que una 
acentuada actividad podría despertar viejos rencores y luchas. 
Los católicos alemanes, por iniciativa del Episcopado, fundaron ya 
en 1919 una "Liga de paz de los católicos alemanes". Sobre esta 
Liga y las sucesivas iniciativas para desarrollarla, así como sobre 
su programa, analizar la Cioilta Cattolica del 19 de junio de 1929. 
En este mismo fascículo véase la carta de Pío XI al cardenal 
Bertram, arzobispo de Breslavia, a propósito de la Acción Católica 
en Alemania, que debe ser considerada como una intervención per­
sonal del p,1pa para dar un impulso mayor al movimiento que en 
Alemania no parecía eneontr3.r organizadores muy fervientes. La 
carta del Papa es nn verdadero programa teórico-priictíco, siendo 
interesante en general y no sólo para Alemania. 
La Cídltli Cattolica la comenta extensamente, y C's C\~dcnte 
'l"c dicho comentario sirve también para otros jJaíses. 
La Acción Católica en los Estados Unidos. Artículo de la Civiltii 
Cattolica del 3 de enero de 1929 sobre La campagna elettorale 
degli Stati Uníti e le sue lezioni, a propósito <h· la candidatura de 
Smith a la presidencia de la república. 
La Cirilt!l Cattolíca registra la encarnizada resistencia de las 
Iglesias protestantes contrn Smith y habla de "guerra de religión". 
No se hace mención de la posición asumida por Smíth hacia el 
Papa en su famosa carta (cfr. el libro de Fontaíne sobre la Santa 
Sede," etc.), que es un elemento de "amerícanismo" católico. (Posi­
ción de los católicos contra 3! prohibicionismo y en favor de los 
farmcrs.) 
Se observa que toda acción concentrada de los católicos pro­
voca una reacción tal que los resultados son inferiores a la fuerza 
que los católicos dicen poseer y de allí, por consiguiente, los peli­
gros de una acción en escala nacional concentrada. ¿Ha sido un 
<~ Nícolas Fontt..ine, Saint~Siege, Action Franr;aise~ Catlwliques lntégraux, 
Gamher. París, 1928. (N. del E.) 
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error para los católicos basarse en un partido tradicional como el 
demócrata? ¿Mostrar la religión como ligada a un determinado 
partido? Por otro lado, en el actual sistema americano ¿poddan 
fundar un partido propio? América es un territorio interesante para 
estudiar la fase actual del catolicismo como elemento cultural y 
corno elemento político. 
Es intere-sante la correspondencia de los Estados Unidos publi­
cada en la Cíviltá Cattolíca del 20 de setiembre de 19.30. Los ca­
tólicos recurren frecuentemente al ejemplo de los Estados Unidos 
para recordar su homogeneidad y su fervor religioso en relación con 
los protestantes, divididos en tantas sectas y corroídos continua­
mente por la tendencia a caer en la indiferencia o en la irreligio­
sidad, lo cual explica el imponente número de ciudadanos que en 
los censos declaran no tener ninguna religión. 
J.Ic parece que de esta correspondencia se deduce que la indi­
ferencia no escasea tampoco entre los católicos. Se refieren los da­
tos publicados en una serie de artículos de la "wnomhrada" "Ecclc­
siatícal Rcviow" de Filadelfia en los meses precedentes. Gn párro­
co afirma que el 44 ~;, de sus fieles permanece durante toda una 
larga serie de años enteramente desconocido, no obstante los es­
fuerzos realizados repetidamente, tanto de su parte como de sus 
asistentes eclesiásticos, para lograr un censo exacto. Admite con 
toda sinceridad que cerca de la mitad de m grey permaneció al 
margen de su prédica,y no tuvo otro contacto que el que puede 
dar una irregular frecuencia a las misas y los sacramentos. Son 
hechos, al decir de los mismos párrocos, que se repiten en casi 
todas las parroquias de los Estados Unidos. 
Los católicos mantienen a sus expensas 7.664 escuelas parro­
quiales, frecuentadas por 2.201.942 alumnos, baio la guía de reli­
giosos de ambos sexos. Existen también otros 2.750.000 alumnos (es 
decir, más del 50 '/{ ) que "o por haraganería de los padres o por 
lejanía del lugar están constreñidos a frecuentar las escuelas del Es­
tado, sin religión, donde no se escucha nunca una palabra sobre 
Dios, sobre los deberes hacia el Creador y ni ann sobre la exis­
tencia de un alma inmortal". 
Un elemento de indiferencia está dado por los matrimonios 
mixtos: "El 20'% de las familias válidamente constituidas en ma-
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