Logo Studenta

Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno (68)

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

observaciones hechas por Goethe sobre Nápoles y las "consoladoras 
conclusiones morales" extraídas por Giustino Fortunato.' Goethe 
tenía razón al demoler la leyenda del "lazzaronismo" o orgánico de 
los napolitanos y poner de relieve en cambio que son muy activos 
e industriosos. Pero la cuestión consiste en ver cuál es el resultado 
efectivo de esta actividad: no es productiva y no está dirigida a 
satisfacer las necesidades y exigencias de las clases productivas. 
?>lápoles es la ciudad donde la mayor parte de los propietarios 
tena tenientes del Mezzogiomo (nobles o no) gastan la renta agra­
ria. En tomo a algunas decenas de millares de estas familias de 
propietarios, de mayor o menor importancia económica, con sus 
cortes de siervos y lacayos, se organiza la vida práctica de la mayor 
parte de la ciudad, con sus industrias artesanales, sus vendedores 
ambulantes y el desmenuzamiento prodigioso de la oferta directa 
de mercancías y servicios a los ociosos que circulan por las calles. 
Otra parte importante de la ciudad se organiza en torno al tránsito 
y al comercio por mayor. La industria "productiva" en el sentido 
de que crea y anula nuevos bienes es relativamente pequeña, a 
pesar de que en las estadísticas oficiales Nápoles figura como la 
cuarta ciudad industrial de Italia, luego de Milán, Turín y Génova. 
Esta estructura económico-social de Nápoles (y sobre ella 
hoy es posible tener informaciones suficientemente exactas a través 
de la actividad de los consejos provinciales de la economía corpo­
rativa) explica una gran parte de la historia de dicha ciudad, tan 
plena de aparentes contradicciones y de espinosos problemas polí­
ticos. El caso de Nápoles se repite agm vado en Palermo y Roma 
y en toda una serie numerosa de ciudades (las famosfls cento cittá) 
no sólo de Italia meridional y de las islas, sino de Italia central 
y también septentrional ( Bolonia en gran parte, Parma, Ferrara, 
de.). A muchas poblaciones Lle este tipo de ciudades se les puede 
' El folleto de Fmttmato sobre Goetbe ( Lettere da Na poli de V. G., tra­
ducidas por G. F., Nápoles, 1917, ~-del E.) y su juicio sobre los napolitanos 
fue reimpreso por 1a Biblioteca Editrice de Rieti eu b colecci6n de los Qua­
derni Crítici, dirigida por Domenico Petrini. Es neeeSnrio leer 1a recensión de 
Lu1gi Einaudi en Riforma Socinle, quizás .del 1912. (La recención~ que data 
de HHS, fue reimpra<:a en e1 volumen Le lntte del 7avoro, Tudn, 1924, 
pp. 267-276. N. del E.) 
" Laz::.aronismo: deriva de la palabra 7az::arane (gandul> holgazán) que 
designa al sub-proletariado de Nápoies, com.pnesto de vagos y mendigos, Ex~ 
tensivumente, se aplica allumpenproletariat de todos los países. (N. dcl T.) 
288 
aplicar el refrán popular: cuando un caballo caga cien gorriones 
se alimentan. 
Un fenómeno que no ha sido aún suficientemente estudiado 
es el siguiente: que la media y pequeña propiedad agraria no está 
en manos del campesino cultivador, sino de los burgueses de las 
pequeñas ciudades o pueblos y que estas tierras son ofrecidas en 
medicría primitiva (vale decir el arriero es pagado en <'l!pccic y 
en servicios) o en enfiteusis. Existe as[ un volumen enorme (en 
relación con la renta bruta) de pequeña y mediana bnrguesía, de 
"pensionados" y "rentistas" que ha creado, en cierta literatura eco­
nómica digna de Gandide, la figura monstruosa del llamado "pro­
ductor de ahorro", es decir, de un estrato de población pasiva desde 
el punto de vista económico que e.>.i:rae del trabajo primitivo de 
un determinado número de campesinos no sólo el propio sustento 
sino también un cierto ahorro. Este modo de acumulación es de 
lo más monstruoso y malsano pues está basado en la inicua explo­
tación usuraria de los campesinos, mantenidos al borde de la des­
nutrición, y porque cuesta una enonnidad, ya que al poco capital 
ahorrado corresponde nn gasto inaudito como es el que se nece­
sita para mantener en un nivel de viLla elevado a esta gran masa de 
parásitos absolutos. (El fenómeno histórico por el cual, después de 
la caída de las Comunas medievales y la decadencia del espíritu 
de iniciativa capitalista de la burguesía urbana, se ha formado, a 
través de oleadas sucesivas, tal sitt1ación anormal determinante 
del estancamiento histórico, ha sido llamado "retorno a la tierra" 
por el historiador Niccolo Rodolico, considerándolo al mismo tiem­
po como un ínLlice de benéfico progreso nacional, lo qnc demues­
tra cómo las frases hechas pueden obturar el sentido critico.) 
Otra fuente de parasitismo absoluto ha sido en todas las 
épocas la administración del Estado. Renato Spaventa calculó que 
un décimo de la población italiana ( 4 miliones de habitantes) vive 
del presupuesto estatal. Aún hoy ocurre que hombres relativamente 
jóvenes (de poco más de 40 años), con muy buena salud, en el 
pleno vigor de las fuerzas físicas e intelectuales, después de vein­
ticinco años de servicio estatal no se dedican ya a ninguna acti­
vidad productiva y van tirando con las pensiones, más o menos 
grandes, mientras que un obrero puede gozar de una jubilación 
sólo después de los 65 años y para el campesino no existe límite 
de edad en su trabajo (y por elló un italiano medio se maravilla 
si oye decir que un norteamericano multimillonario sigue siendo 
activo hasta el último día de su vida consciente). Cuando en una 
familia un cura llega a canónico, de inmediato el "trabajo manual" 
se convierte en "una vergüenza para todos sus parientes que, en 
adelante, cuanto más podrán dedicarse al comercio. 
La composición de la población italiana ya se había vuelto 
"malsana" a causa de la emigración a largo término y de la débil 
participat:ión de las mujeres en los trabajos productivos de nuevos 
bien<".s. La relación entre la población "potencialmente" activa y 
la pasiva era una de las más desfavorables de Europa.: Pero es 
aún más desfavorable si se tienen en cuenta: 1) las enfermedades 
endémicas (malaria, etc.) que disminuyen la media individual del 
potencial de fuerza d\'l trabajo; 2) el estado crónico de desnutri­
ción de muchos estratos inferiores del campesinado (como resulta 
de las investigaciones del profesor Mario Camis publicadas en 
la Riforrrw. Sociale de 19-23),' cuyas medias nacionales deberían 
ser descompuestas en medias de clase: si la media nacional alcanza 
apenas el estándar fijado por la ciencia como indispensable, es 
obvio llegar a la conclusión de que un estrato numeroso de la 
población sufre una desnutrición crónica. En la discusión en el 
Senado del proyecto del presupuesto para el :~ño 1929-30, Musso­
lini afirmó que en algunas regiones, durante estaciones enteras, se 
vive sólo de hierbas;• 3) la desocupación endémica existente en 
algunas regiones agrícolas y que las encuestas oficiales no señalan; 
4) la masa de población absolutamente parasitaria que es muy 
importante y que por sus servicios exige el trabajo de otra ingente 
masa parasitaria indirectamente; y arpwlla "semiparasitaria» que 
es tal porque multiplica de una manera anormal y malsana las 
actividades económicas subalternas, como el comercio v la ínter-
mediación en general. · 
Esta situación no sólo existe en Italia; en mayox o en menor 
medida existe en todos los países de la vieja Europa y en fonna 
peor aún en la India y China, lo que explica el estancamiento de 
Lt historia de estos países y sn importancia político-militar. (En 
:o Ve!' al respecto bs im estigaciones del prof. MortarJ. en Prospettfce Eco­
nmHi<.:l~e de 1922. 
:: Ver el articulo "Intorno alle c:undizíone alimentad del popolo itaHano"
1 
en 
Riforwa Sociale de junio de 1926, pp. 58-81. (N. del E.) 
* Ver lus Actas Parlamentaria de la sesión y el discurso del s.enntlor Ugo 
Ancona, cuyas veleidades reaccionarias fueron de inmediato r~trucadas por 
el jefe del gobierno. 
el examen de este problema no está en cuestión en forma inmediata 
el tipo de organización económico-social, sino la racionalidad de 
las proporciones entre los diversos sectores de la población en 
el sistemasocial existente. Cada sistema tiene su ley de las pro­
porciones definidas en la composición demográfica, su equilibrio 
"óptimo" y sus desequilibrios que si no son reorientados a través 
de una oportuna legislación pueden ser catastróficos en sí mismos, 
pues agotan las fuentes de la vida económica nacional, aparte de 
todo otro elemento de disolución.)c'EE.UU:'no tiene grandes "tra­
dieiones históricas y culturales" pero tampoco está gravada por esa 
capa de plomo: ésta es una dJ') las ra:zones.principales~(·más impt)r­
tante por cie!-1o qu!'l]~qenoll)ÍillJ.,da ):iquezá. nitúnll )~4>'de su fqrzni­
dabl~· a¡;J¡l¡li:la.cíi>ii:_(l~J?.itales;:~9~:Qbitaite .el .~ve! .de: vida-de;• 
sus clases populares; superior al europeo; La no· exiStencia de' está:S,/ 
sedim~ptaciones. ,YÍ~CPSalJ.lell!l'i..Párasitarias, residuo de fases .histó:/ 
ricas pasadas, ha•pennitido dar una base sana a la industria y es- · , 
peciaJwente at com~rcio y reducir cada vez máS Ji fu"iición· ecoD.6';4 -
.mica representada 'por los' ttamportes" Y. ~¡ c<Í;,e;Ciü; conviriiéndoli 
:en una real actividad subalterna de la produccióxi y facilitando ~Ü: 
'·' la tentativa de incluir dichas actiVidades en la función ·prOductiva'! 
::misma. Recordar los experimentos realízados por Ford y las eco~ 
nomías hechas por su empresa mediante la gestión directa del 
transporte Y del comercio de las mercaderías producidas, ahorros 
que influyeron sobre los costos de producción y que permitieron 
mejores salarios y menores precios de venta. A partir de la exis­
tencia de estas condiciones preliminares, ya racionalizadas por 
el desarrollo histórico, fue relativamente fácil mcionalizar la pro­
ductión y d trabajo. combinando hábilmente la fuerza ( <l<'strue­
dón del sindicalismo obrero de base territorial) con la persuasión 
(altos salarios, diversos beneficios sociales, propaganda ideológica.~, 
y política ·muy húbil); ese logró así hac&. girar toda la- vida del:ii 
:país alrededor de la producci9n": La hegemonía nace de Iafáb1icn 
'y p~r~ _ejercer: e sólo tiene necesidad .de un.a mínima éa~úa~d ,de 
intennediarios profesionales de la política i de la ideología ... - - · 
El fenómeno de las "m;~sas" que tanto ha impresionado a 
Romier no es más <¡ue la forma de este tipo de sociedad "racio­
nalizada", en la cual la "estructura" domina de una manera más 
inmediata las superestructuras y éstas son "racionalizadas" ( sim­
plificadas y disminuidas en número).

Continuar navegando