Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
blemi, Problemi del Lavara v enseña (creo) en la Universidad de Forrara. · Lo que parece significativo en la tesis de Fovel, resumida por Pugni, es ___ su concepción de la corporación como un bloque indus~ t;}J!~:B!'.<l<;lucJ;!yo al,!~¡)nomo, destimdo a -resolver en, sentido moder ~o.x.~cf{i1_ty¡!í!W!Jl'nt~; \:~P,it!'lista el problema de un últerior des arr?Ilo;,dei: aparato) económico italiano, contra los elementos se~i feudales y parasitarios de la sociedad que extraen una tajada de masiado grande de la plusvalía, contra los llamados "'productores de ahorro". La producción del ahorro debería convertirse en una función interna (por mejor mercado) del mismo bloque produc tivo, a través de un desarrollo de la producción con costos decre cientes que permita, además de una masa mayor de plusvalía, sa larios más altos, lográndose así un mercado interno más capaz de un cierto ahorro obrero y de más altos benefícios. Se daría de tal manera un ritmo más acelerado de acumula ción de capitales en el seno mismo de la empresa y no a través de la intermediacíón de estos "productores de ahorro" que en realidad son devoradores de plusvalía. En el bloque industrial productivo el elemento técnico, dirección y obreros, deberla tener predominio sobre el elemento "capitalista" en el sentiuo más "mez quino" de la palabra, es decir, a la alianza entre capitanes de la industria y pequeños burgueses ahorristas debería oponerse un blo que ele todos los elementos directamente eficientes de la produc ción, que son los únicos capaces de reunirse en sindicatos y, por consiguiente, capaces de constituir la corporación productiva (cuya consccuenc:iu extrema, tratada por Spirito, es la corporación pro pietaria). Pagni objeta a Fovel que su estudio no constituye una nueva economía políti<:a, sino únicamente una nueva política eco nómica; objeción formal que puede tener importancia en cierto sentido, pero que no afecta al problema principal. Las otras obje ciones, concretamente, no son más que la comprobación de algu nos aspectos atrasados del ambiente italiano en relación con tal trastrocamiento "organizativo" del a p<mlto económico. Los defectos mayores de Ford consisten en que descuida la función económica que el Estado ha cumplido siempre en Italia debido a la descon fianza de los ahorristas hacía los industriales; y en descuidar el hecho de que la orientación corporativa no tuvo origen en las exi gencias de un cambio ele las condiciones técnicas de la industria, ni tampoco en las exigencias de una nueva política económica, sino 296 sobre todo en las exigencias de una organizac10n policial de la economía agravada por la crisis de 1929, todavía vigente. En realidad, el personal obrero italiano ni como individuo ni como sindicato, ni activa ni pasivamente, se opuso jamás a las innovaciones tendientes a una disminución de los costos, a la ra cionalización del trabajo, a la introducción de automatismos más perfectos y de más perfectas organizaciones técnicas del aparato empresario. Todo lo contrario. Esto ocurrió en EE. UU. y deter minó la scmiliquidación de los sindicatos libres y su sustitución por un sistema de organizaciones obreras de empresas aisladas (entre sí). En Italia, en cambio, por mínima y tímida que fuese cada tentativa de hacer de la fábrica un centro de organización sindical (recordar la cuestión de los delegados de empresa), ha sido ásperamente combatida y resueltamente liquidada. Un análisis cuidadoso de la historia italiana antes de 19:22 y también de 1926, que no se deje alucinar por el carnaval exterior, pero que sepa ex traer los motivos profundos del movimiento obrero, debe llegar a la conclusión objetiva de que los obreros fueron justamente los por tadores ele las nuevas y m,1s modernas exigencias industriales y que, a su modo, las proelamaron con energía. Se puede decir también que ciertos industriales comprendieron la importancia de este movimiento y trataron de acapararlo (así debe expli carse la tentativa de Agnelli de absorber el Orcline Nuovo y su escuela en el grupo Fíat y de instituir así una escuela de obreros y de técnicos especializados con vistas a subvm'tir la industria y el trabajo adoptando sistemas "racionalizados": Y.M.C.A. trató ele abrir cursos de "americanismo', abstracto, pero no obstante las fuertes sumas destinadas a los cursos, éstos fracasaron). Aparte de estas consideraciones, se plantea otra serie de cuestiones: el movimiento corporativo existe y, en algunos aspec tos, las realizaciones jurídicas ya cumplidas han creado las condi ciones formales en las cuales la revolución técnico-económica pue de verificarse en amplía escala, porque los obreros no pueden opo nerse a ella ni luchar para convertirse en sus abanderados. La organización corporativa puede llegar a ser la forma de tal revolu ción, pero uno puede pre¡¡untarse si se dará una de aquellas viquia nas "astucias de la Providencia" mediante las cuales los hombres, sin proponérselo y sin dcscmlo, obedezcan a los imperativos do la hist01ia. Por el momento lo dt1do. El demento negativo de la "policía económica" ha tenido hasta ahora la supremacía sobre el elemento positivo de la exigencia de una nueva política cconó- 0()7 mica que renueve, modernizándola, la estructura económico-social de la nación aun en los cuadros del viejo industrialismo. La forma jurídica posible es una de las condiciones, no la única ni la más importante: es solamente la más importante de las condiciones inmediatas. La amcricanizadón requiere un ambiente dado, una determinada estructura social (o la voluntad decidida de crear la) Y un cierto tipo de Estado. El Estado es el liberal, no en el sentido del liberalismo aduanero o de la libertad política efec tiva, sino en el sentido más fundamental de la libre iniciativa y c.lel individualismo económico que lleg:1 por sus propios medios, como "sociedad civil", y en razón del mismo desarrollo histórico, al régimen c.le la concentración industrial y del monopolio. La des aparición ele! tipo semifeudal del rentista es en Italia una de las condiciones de mayor importancia en la revolución industrial (es, en parte, la revolución misma), no una consecuencia. La política cconómico-financicr:1 del Estado es el instrumento de tal desapa rición: amortización de la deuda pública, institución del carácter nominativo de los títulos, mayor peso de los impuestos directos sobre los indirectos en la formación de los ingresos presupues tarios. No parece que sea o tienda a ser ésta la dirección de la política financiera. Por el contrario, el Estado crea nuevos ren tistas, vale decir, promueve las yjejas formas de acumulación para sitaria del ahorro y tiende a crear c·1adros soci:1les cerrados. En realidad, la dirección corporativa ha funcionado hasta ahora para sostener peligrosas posiciones de clase media, no para eliminarlas, y se está convirtiendo cada vez más, de bid o a los intereses creados que surgen sobre la vieja base, en una máquina de conservación ele lo existente, tal como es ahora, y no en un motor de propulsión. ,;Por qué? Porque la dirección corporativa está también en función de la desocupación: asegura a los ocupados un cierto mínimo vital que caería también si la competencia fuese libre, provo cando graves disturbios sociales, y crea ocupaciones de nuevo tipo ( organizativo y no productivo) para los desocupados de las clases medias. Queda siempre una válvula de escape: la dirección corporativa, que ha nacido dependiendo de una situación tan deli cada, cuyo equilibrio esencial es necesario mantener a toda costa para cyjtar una terrible catástrofe, podría proceder por etapas muy lentas, casi insensibles, que modificasen la estructura social sin s:1cudidas repentinas: aun el niño mejor y más sólidamente fajado se desarrolla y crece. He aquí por qué sería interesante saber si Fovcl habla por sí mismo o es el exponente de fuerzas económi- 298 cas que buscan, a cualquier precio, supropio camino. De cual quier manera el proceso sería tan largo_ T encontraría tantas difi cultades, que en el ínterin nuevos intereses podrían constituirse y ofrecer una nueva y tenaz oposición a su desarrollo hasta tor narlo imposible. Algunos aspectos de la cuestión sexual. Obsesión por la cuestión sexual y peligros ocasionados por esta obsesión. Todos los "auto res de proyectos" ponen en primera línea la cuestión sexual y la resuelven "cándidamente". Es preciso subrayar la parte extensa, frecuentemente prepon c.lerante, que ocupa la cuestión sexual en las Utopías (la obser vación de Crocc señalando que las soluciones aportadas por Cam panelb en La Ciudad del Sol no pueden explicarse por las nece sidades sexuales de los campesinos calabreses es estúpida). Los instintos sexuales fueron los más fuertemente reprimidos por la sociedad • en desarrollo; su "regularización", debido a las contra dicciones a que da lugar y a las perversiones que se le atribuyen, parece la cosa más "innatural", de allí que las referencias a la "naturaleza" sean más frecuentes en este campo. La literatura "psi coanalítica" es también un modo de criticar la reglamentación de los instintos sexuales bajo una forma a veces "iluminista", con la creación ele un nuevo mito del "salvaje" sobre una base sexual (incluso las relaciones entre padres e hijos). Gran diferencia en este terreno entre ciudad y campo, pero no un sentido idílico en lo que concierne al campo, donde ocu rren los crímenes sexuales más monstruosos y frecuentes, donde la bestialidad y la pederastia están muy extendidas. En la encuesta parlamentaria sobre el Mezzogiorno hecha en 1911, se dice que en los Abruzzos y la Basilicata (donde es mayor el fanatismo reli gioso y el patriacalismo, y menor la influencia de las ideas de las ciudades, tanto que en los años 1919-20, según Serpieri, no existie ron allí agitaciones campesinas) se encuentra incesto en el 30 % de las familias, y no parece que la situación haya cambiado en estos Óltimos años. La sexualidad como función reproductora y como deporte: el ideal "estético" de la mujer oscila entre la concepción de "pro ductora" y la de bibelot. Pero no es sólo en la ciudad donde la sexualidad se ha convertido en l!n "deporte"; los proverbios popu lares tales como "el hombre es cazador, la mujer es tentadora", ''quien no tiene' nada mejor se acuesta con su n1ujer", etc., mues- 299
Compartir