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el Rotary sea una verdadera emanación de la masonería tradicio nal; 2) de que sea un nuevo tipo de masonería. A estos dos motivos se agregan otros de carácter subordinado: 1) que en todo caso la masonería tradicional se sirva astutamente de él benefi ciándose de la ingenuidad y del agnosticismo de los rotarianos; 2) el carácter "agnóstico" de indiferencia o de tolerancia reli giosa del Rotary es para los jesuitas un defecto capital de tal magnitud como para inducirlos a oponerse y a adoptar actitudes de sospecha y de polémica (estadio preparatorio que podría con cluir con la condenación del Rotary por parte de la Iglesia). Este segundo motivo no da lugar todavía a una campaña a fondo, preludio de una "excomunión", porque los jesuitas deben dis tinguir entre los paises de mayoría católica y los de mayoría no católica. En estos últimos ellos exigen la tolerancia religiosa, sin la cual no podrían difundirse: su posición "ofensiva" requiere más bien la existencia de instituciones amorfas en las cuales pue dan insertarse para proceder a su conquista. En los países católi cos, la posición "defensiva" exige en cambio la lucha a fondo contra las instituciones amorfas que ofrecen un terreno favorable para'los no católicos. en general. La fase actual de la actitud hacia el Rotary es: la ofensiva ideológica sin sanciones prácticas de carácter uuiversal (excomunión u otra forma atenuada de pro hibición) o nacional, sino sólo de carácter obispal (en algunas diócesis, espafiolas por ejemplo, el obispo adoptó actitudes contra el Rotary). La ofensiva ideológica se basa en estos puntos: 1) el Rotary tiene orígenes masónicos; 2) en muchos paises se encuen tra en muy buenas relaciones con la masonería; 3) en algún lugar asumió una actitud abiertamente hostil al catolicismo; 4) la moral rotariana no es más que un disfraz de la moral laica masónica. El problema de la actitud de los jesuitas hacia el Rotary se com plica aún más en las condiciones italianas. Mientras el Rotary es permitido, la masonería es ilegal en Italia; sostener en forma taxativa que el Rotary es un disfraz de la masonería o su instru mento, llevaría a consecuencias de carácter judicial. Además los rotarianos han iniciado su vida italiana bajo auspicios muy emi nentes: uno de los primeros rotarios ha sido el príncipe heredero, conocido por sus tendencias católicas y devotas. En todo caso, por reconocimiento de los rotarianos e>.iranjeros, el Rotary italiano tiene un carácter particular, ligado a la situación local. La Cívilta Cattolica cita algunos fragmentos de un informe de Stanley Le- 326 verton, publicado luego de una. visita a los clubes de Italia por encargo del Rotary internacional, en The Rotary Wheel, órgano oficial del Rotary británico y transcripto en el fasdeulo de agosto de 1928, p. 317, del órgano italiano ll Rotary: "Se tiene la impre sión de que en Italia el Rotary no tira del mismo carro que nos otros"; "el suyo es el únieo Rotary posible en Italia»; "aparece un poeo diferente, más como un primo hermano que como un hermano"; "su presente régimen dirige su actividad con amplitud de miras (¡eh, ehll -exclama el redactor de la Ciotlta Cattolica), pero su fin es igual al nuestro ..•. »; "aun cuando pueda parecer insólito y diferente, siempre existe una buena razón para que así sea». De todas maneras el señor Leverton tiene la impresión de que los rotariarios italianos, por diversos motivos, "son los hombres que están haciendo la Italia moderna". Los Estados Unidos y la masonería. Analizar el estudio La mas soneria americana e la rior¡;anizzazione de!!a mtlSsonería in Euro pa, publicado en la Civilita Cattolica del 19 de noviembre de 1930 y del 3 de enero de 1931. El estudio es muy interesante y parece bastante objetivo. La aetual situación internacional de la masone· ría con sus luchas internas, heredadas de la guerra (Francia co~tra Alemania), resalta de un modo claro. Después de la guerra fue fundada la A.ssocíation Magormique Internationale, con sede en Ginebra, por impulso de la masonería franco-belga, cuyo fin era el de reorganizar las fuerzas. El primer problema consistía en rec'onducir la masonería alemana y anglosajona bajo la guía de la masonería franeo-belga y con el patrocinio de la masonería americana. Sobre la A.M.!. el padre Pirri (que es el escritor de cuestiones masónicas de la Civilitcl. CattoUca) ha publicado un folleto de extractos de la revista. Parece que la A.M.!. fracasó por completo y los americanos retiraron su patrocinio a Francia. A esta iniciativa los alemanes respondieron ampliando las bases de una Esperanto Framasona, existente ya antes de la guerra y reor ganizada como Unioorsa!a Framasona Ligo (Allgemaíne Frei maurerliga), que sobre la base de la difusión del esperanto quiere crear un nuevo tipo de masonería agnóstica en las cuestiones de religión y de polltica (la masonería francesa es iluminista y de mocrática). La masonería norteamericana. parece ayudar ahora a los masones alemanes (de Alemania y Austria) contra el Gran Oriente francés. Ossian Lang, masón norteamericano, viaja con- 327 tinuamente por Europa para este trabajo de organización. (Re cordar que la masonería norteamericana es muy rica y puede financiar estas iniciativas.) La Ligo se difunde en toda Europa; parece mostrarse más conciliadora y tolerante hacía el catolicismo de la vieja masonería tipo francesa. Sobre esta actitud que dio lugar a un encuenh·o de tres representamos de la Ligo con el padre jesuita Gruber, estudioso de cuestiones masónicas, la Civil tu Cattolica se extiende en consideraciones y es preciso recordar esto pues tiene cierto valor para la historia de la cultura. Rito simbólico y rito escocés: parece que el rito simbólico es más fuerte en los países latinos y el rito escocés en los países anglo sajones; de allí que toda esta actividad americana conduzca a reforzar la masoncria de rito escocés. Ou;en, Saint-Simo11, y las escuelas iH[a11tiles de Ferrante Aporti. De un artículo sobre "La quistione delle scuole infantili e dell' abate Aporti secando nuovi documenti" ( Civiltil Cattolíca del 4 de agosto de 1928) se deduce que los jesuitas y el Vaticano, en 1836, eran contrarios a la apertura de asilos infantiles en Bolonia. del tipo de los sostenidos por Aporti, porque entre los sostenedore' estaba "un cierto doctor Rossi", "con fama de ser fautor del san simonismo, entonces muy ruidoso en Francia y bastante temido también en Italia, quizás más de cuanto merecía" (p. 221). El arzobispo de Bolonia, al reclamar la atención de la Santa Sede acerca de la propaganda y distribución de folletos que se hacían para los asilos infantiles, escribía: "En sí misma la obra podría ser buena, pero temía bastante por ciertas personas que están en la dirección de la empresa y por el gran empeño que muestran ... , que el autor de estas escuelas es un cierto Roberto Owen, pro testante, como se refiere en la Cuida del!' educatore del profesor Lambruschíni, impresa en Florencia, en el n9 2, .de febrero de 1836, pp. 66 ... " (p. 224). El consultor del Santo Oficio, padre Cornelio Everbocck, jesuita, dio su parecer sobre los asilos al ase sor del Santo Oficio, monseñor Cattani, en febrero de 1837. Es un estudio de 48 grandes y densas páginas, donde se comienza examinando la doctrina y el método de los sansimonianos y se concluye afirmando que el método de las nuevas escuelas está infectado, o al menos es muy sospechoso de estarlo, por la doctrina y las máximas del panteismo y del sansimonismo; se aconseja su 328 condena y se propone una encíclica contra la secta y la doctrina de lbs sansimonianos" (p. 227). El redactor de la Civilta Cattolica reconoce que mientras la primera parte del estudio, contra el san simorusmo en general, como doctrina, muestra "el empeño y la erudición del consultor", la segunda parte, en cambio, que debía demostrar la infiltración del sansimonismo en la nneva forma de escuela, es mucho másbreve y más débil, "manifiestamente inspi rada por y en parte desviada de las noticias y de la persuasión" de los informadores de Bolonia, que allí habían visto y denunciado los métodos, el espíritu y el pelígro del sansimonismo francés. L~ Congregación del Santo Oficio no insistió sobre el peligro del sansimorusmo, pero prohibió los folletos y las escuelas que siguie ran ese método. Cuatro consultores aconsejaron en ese momento una encíclica contra el sansimorusmo. Sansimonismo, rn.akónería, Rotary Club. Sería interesante una investigación sobre estos nexos ideológicos. Las doctrinas del americarusmo y el sansimonismo tienen, indudablemente, muchos puntos de contacto, si bien el sansimonismo parece haber influido muy poco sobre la masonería, al menos en lo que respecta al núcleo más importante de sus concepciones; en cuan~o el positi vismo se deriva del sansimonismo y fue a su vez un momento del espíritu masónico, se encontraría un contacto indin.'Cto. El rota rismo sería un moderno sansimonismo de derecha. Los sansimonianos. La fuerza expansiva de los sansimonistas. Recordar la observación de Goethe en las Memorias escritas en 1828: "Estos señores del Globe . .. están penetrados de un mismo espíritu. En Alemania un periódico similar sería imposible. Nos otros somos solamente particulares; no se puede pensar en una entente; cada uno tiene la opinión de su provincia, de su ciudad, de su propio individuo y pasará mucho tiempo antes de que se creen sentimientos comunes". El sansimonismo en Italia. Estudiar la difusión del sansimonis mo: existen algunas publicacion.es en Italia. Podría pensarse que las ideas del bajo sansimonismo tuvieron difusión a través de Eugeruo Sue.
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