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Hospitales de Costa Rica. No. 20. Enero-Marzo 1979. pp. 21-23. MEDICINA DE LA COLONIA José María Barrionuevo Montealegre NIGUAS Costa Rica —1787— PROBLEMA La nigua, insecto americano del orden de loa afaníperos o sifonápteros, especie Tunga Penetrans de la familia de los hectopsílidos, parecida a la pulga aún cuando es más pequeña y su trompa larga, ha constituido un problema de siglos que no pierde actualidad en determinadas circunstancias. Se aloja bajo la piel de los animales y de los hombres, especialmente en los pies, depositando las hembras fecundadas su cría, que produce mucha picazón y en oportunidades úlceras de cuidado. Se le da por patria a América, repetimos, en una zona geográfica que se extiende desde el 29° latitud sur al 30° de latitud norte. Se ha difundido esta especie al Africa tropical y a diversas regiones de clima templado y cálido, siendo un problema especialmente de las zonas rurales. Durante la Colonia fueron las niguas una de las grandes mortificaciones que tuvieron que soportar los españoles. Actualmente sabemos que son portadoras de las esporas del bacilo tetánico, además de ser molestas y causar en algunos casos lesiones locales. El historiador O. Francisco López de Gómara fue uno de los primeros autores que describió la nigua como oriunda del nuevo mundo, recomendando un remedio que es más preventivo que curativo. “…El remedio para que no piquen, —apunta— es dormir con los pies calzados o bien cubiertos...” Haciendo pensar, lo anterior, que es muy probable que los exploradores, conquistadores y colonos de América sufrieran ese azote. TERAPEUTICA El método familiar de extirparlas por medio de una aguja, u otro instrumento que llene las funciones de ésta, tan pronto como empieza a penetrar en la piel del sujeto, es bastante seguro. No siendo siempre posible usar de este sistema mecánico cuando no se ve el problema a sus indicios. En estos casos ya el parásito ha provocado la formación de una cápsula de tejido conjuntivo que es el nido donde depositan las hembras los huevos. Al tratar de extraer al insecto se rompe la cápsula y deja en libertad a los huevecillos, así como porciones del cuerpo lacerado de la hembra. Sobreviniendo una infección que puede tornarse grave, si la nigua es portadora de esporas del bacilo tetánico, que puede aparecer a los días. Todos estos hechos y consideraciones justificaron que la Corona Española se preocupara por el problema y por la salud de sus súbditos en ultramar. REAL CEDULA En el Archivo Nacional, como una demostración más de la preocupación de las autoridades españolas superiores por las Colonias, existe una Real Orden que fue puesta en conocimiento de las autoridades de las provincias del Reino de Guatemala, fechada en San Lorenzo el 20 de noviembre de 1786. Reinaba entonces el rey D. Carlos III (1 759-1 788), muy discutido en sus actuaciones, quien por simpatía con la francmasonería expulsó a los jesuitas de la península. Sin desconocerle que hizo dar a la Madre Patria un paso por el sendero del progreso, desvelándose por el bienestar de sus vasallos. Conservando el citado documento, relacionado con el problema de las niguas y sobre la manera de combatirlas, actualidad mucho tiempo. EN COSTA RICA Procedió el gobernador de esta Provincia, D. José Peri€, a poner el documento en conocimiento de los vecinos, al ser recibido el 20 de óctubre de 1787, por medio de bandos leídos en las principales poblaciones. Dice el documento en referencia: “…El Arzobispo Virrey de Santa Fé1, de la entonces Nueva Granada (Colombia) en fecha, de dos de julio último ha dado cuenta de un remedio eficaz descubierto felizmente, por su Confesor contra los estragos que causan las niguas, en los países cálidos de América; y reduciéndose a untar en la parte donde residen las Niguas con aceite de olivo, sin calentar, y que muriendo ellas se desprenden fácilmente, las bolsillas que las contienen. Quiere el Rey de V.S. lo publique por bandos en el distrito de su gobierno para que llegue a noticia de todos y cuiden de que usen los que se hallan afligidos de dicho insecto de este remedio eficaz, como sencillo y experimentado. Dios guarde a V.S. muchos años. San Lorenzo, veinte de noviembre de mil setecientos ochenta y seis. Guárdese, cúmplase y ejecútese lo que Su Majestad manda en la antecedente Real Orden …” Recibido el despacho, como apuntamos antes y era lo usual, se procedió a darlo a conocer a los habitantes de Costa Rica por medio de bandos, sin contarse con el aceite indicado porque no lo enviaron. Para terminar apuntamos que el empleo del aceite de olivas frío, como tratamiento, además de inocuo no podía ser más sencillo. Quedando por establecerse si es tan eficaz para matar a las niguas como se aseguraba. _______ 1 Monseñor O. Antonio Caballero y Góngora. C.C. Exp. No. 639 de 3 de abril de 1787. 21 MEDIOS HERMANOS DEMENTES Heredia, Costa Rica —1790— Ante la Real Justicia, en 1790, se presentó D. José Manuel Segura a solicitar que fuera privado de sus derechos legales su medio hermano D. Ramón Ulate, por encontrarse demente. Logrando así, al mismo tiempo, que se le nombrara tutor1. En setiembre del mismo año se presentó Da. Leonor de Alfaro ante la autoridad de Villa Vieja (Heredia), diciendo que D. Manuel Segura, mencionado antes y esposo de la declarante, se encontraba demente. Solicitaba así que fuese puesto en interdicción, privándole de la tutela de su pupilo y se nombraba un sustituto. JUICIO EMPIRICO La anterior denuncia obligó al Alcalde de Segundo Voto de la Villa Vieja, Capitán D. Simón Escalante, a levantar la información del caso. Siendo llamado a dictaminar, sobre la enfermedad de Segura, D. Baltazar de Alfaro quien respondió que “…lo atratado (? ) y comunicado con bastante cuidado procurando especular lo sierto de su enfermedad y según el estado en que se haya dho. Segura … respondo no hai duda en que está demente fuera de su juicio…” Habiendo declarado, a su vez en sentido parecido D. Mariano Zamora y D. José Manuel Gutiérrez, fue atendida favorablemente la solicitud formuladá por Da. Leonor contra su marido. Digno de hacer observar, —lo apunta una autoridad en la materia—, es la manera como se procedió para formar un juicio en asunto tan delicado, dada la falta de facultativos médicos en el medio. DR. PHILIPPE PINEL Cuando tres años después, en 1793, el Dr. Felipe Pinel1, Profesor de la Facultad de Medicina, Médico de la Salpétriere y del Asilo de Locos de Bicétre, arrancó por fin a la Comuna de París la autorización de quitar las cadenas a 49 dementes, de la última institución asistencial citada, la medicina y la humanidad dieron un gran paso en la solución de estos problemas. Aquella fecha puede considerarse como la del nacimiento de la psicología. A partir de entonces los enfermos mentales dejaron de ser considerados como réprobos y se convirtieron en pacientes. Fue pues el citado médico el iniciador de un movimiento humanitario que muy .pronto ganó adeptos en los países civil izados. JOSE CLEMENTE ROZALES Curandero Reincidente —1791— _________________ 1. Médico francés, nació en Saint-André-d’Alayrac, Tarn (1745-1 826). Miembro del instituto de Francia, Director de la Gazette de Santé (1784). Se distinguió como alienista. Revisar para ampliar estos datos la Revista de los Archivos Nis. San José de Costa Rica, de Novbre. y Dicbre. de 1945. Año IXº. Nos. 11 y 12. Páginas 592 a 593. “Contra el curanderismo no hay poder humano correctivo: el grado de su prestigio es siempre la exacta medida, o lo que le falta a la medicina para arte científico, o de lo que le falta a los médicos para dignos representantes de ella”. Aforismos drl Dr. Letamendi1. Como es fácil de observar, por los apuntes anteriores, a fines del siglo XVIII’ el curanderismo se manifestaba en auge, lo que obligó a las autoridadesa tomar las medidas del caso, a fin de combatirlo. Aun cuando no existía la posibilidad de que las labores médicas fueran cubiertas en su totalidad por profesionales calificados. ACUSACION Tal como se desprende del fallo final dictado por la Real Audiencia2 en 1789, existía en la provincia de Costa Rica dos bandos, en apoyo y contra el gobernador. Siendo una de las oportunidades de actuar éste la acusación entablada el 4 de julio de 1791 por D. Francisco Gallardo contra D. José Clemente Rozales a quien se acusó de hacerse pasar por médico y explotar a la gente. Acompañando a la demanda los informes de los daños y perjuicios causados por el falso discípulo de Hipócrates. APOYO DEL VECINDARIO La sumaria que se levantó dió oportunidad a parte del vecindario de la ciudad de Cartago, con varios eclesiásticos, de apoyar a Rozales en sus actividades, contra los principios que debía de defender la primera autoridad peninsular. Fuera por espíritu de contradicción contra las autoridades, o verdaderamente porque el curandero era estimado, a pesar de ser un “…malvado intrépido sin ninguna crianza a quien convendría mucho que se mandase a extrañar de estos dominios…” el gobernador no pudo realizar sus deseos. Un auto de 1789 dictado por los Oidores de la Audiencia de Guatemala, en la sumaria seguida contra Rozales, declaraba no haber lugar a su expulsión porque estaba casado. Pero, por otro lado ordenaba “se le cele y se le conmine con penas” en vista de haber sido popular a raíz de la persecución de que fue objeto. Con motivo de haber nacido además el acusado en la provincia, aun cuando también se dijo que había sido expulsado de Nicaragua, se le previno para que abandonara sus prácticas médicas, bajo amenaza de castigo si reincidía. Aun cuando, creemos nosotros, es dudoso que la primera autoridad de la provincia hubiese intervenido en el asunto. SANCIONES INFRUCTUOSAS Queda aquí establecido el peso de la política en determinados casos, como el presente, en que se trató inútilmente de sancionar a un curandero. Que posiblemente, como se ha podido observar en muchos casos, continuó prestando sus “servicios profesionales” a los habitantes de Costa Rica. Ya que estas acusaciones públicas mueven muchas veces a la 22 popularidad del que mucha gente considera como víctima. Triunfando en este caso, como se ha observado en otros muchos, la sinrazón. La lucha contra el curanderismo, como podremos observar en fechas futuras, ha sido muchas veces infructuosa. Estimando que el ejercicio profesional o el empírico, en todas las profesiones, es un asunto en.que interviene la educación de la gente. A mayor ignorancia del vulgo más auge de los curanderos. D. JUAN VAZQUEZ Y TE LLES Gobernador de Costa Rica 1789 — 1792 — 1796 Caballero de la Orden de Alcántara, personaje español de importancia, tomó posesión de su cargo el 7 de noviembre de 1792. Fue una primera autoridad peninsular empeñada en desacreditar el Hospital de San Juan de Dios, como lo apuntamos al referirnos a este centro asistencial de Costa Rica. MEDICO DEL GOBERNADOR Trajo, a su llegada a Costa Rica a su médico particular el Dr. D. Esteban Corti Rocca, quien ha merecido la atención de los historiadores y al cual nos referiremos posteriormente. LUCHA ANTIALCOHOLICA Preocupó al señor Vázquez, hondamente, el problema del alcoholismo que se vivía entonces —y que se sigue viviendo—, en el cual participaban mujeres. Planeando en 1791, con el Cabildo de Cartago, la necesidad de establecer una casa para la reclusión de estas pacientes. LEYES CONTRA EL CURANDERISMO En aquellos días, al no ser aplicadas las leyes contra el curanderismo por el gobernador, se formaron bandos sin que conozcamos el papel que desempeñó en el análisis del problema el médico de la primera autoridad española que sí era un facultativo capacitado. A dicha situación nos referiremos con oportunidad de las labores desempeñadas por el curandero D. José Clemente Rozales (1791). LLEGADA DEL CAFE El café fue traído de La Habana a Costa Rica en 1796, importado en unión del mango y de la cahela. Llegó con D. Francisco Javier Navarro. Los primeros granos fueron sembrados en Cartago donde existieron por muchos años los corpulentos árboles, que fueron los padres de todo el grano de oro del país. Debiéndose al padre Velarde especialmente la propagación del café, hecha bajo el gobierno de D. Tomás de Acosta quien tanto empeño tomó por la agricultura. Sirvió D. José Vázquez y Telles la gobernación de Costa Rica de 1792 a 1796, como se apuntó, sucediéndole en el mando D. Tomás de Acosta y Hurtado de Mendoza. ___________________ 1 Gaceta Médica de Costa Rica. San José de Costa Rica, del 1° de agosto de 1896. Año 1°, No. 4, página. 138. 2 CCC.3570. Fo. 71. Julio 4 de 1791. 23