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Todo lo bueno es libre y salvaje 
Thoreau, Henry D. 
Ensayo 
	
	
Se reconocen los derechos morales de Thoreau, Henry D. 
Obra de dominio público. 
Distribución gratuita. Prohibida su venta y distribución en medios ajenos a 
la Fundación Carlos Slim. 
	
	
	
Fundación Carlos Slim 
Lago Zúrich. Plaza Carso II. Piso 5. Col. Ampliación Granada 
C. P. 11529, Ciudad de México. México. 
contacto@pruebat.org 
	
	
	
	
	
 
 3 
Todo lo bueno es libre y salvaje 
1 
 THOREAU SEGÚN THOREAU 
Yo no soy tú y tú no eres yo. 
Diarios, 10 de octubre de 1851 
Mi profesión consiste en estar siempre alerta para encontrar lo divino en la naturaleza; 
conocer los lugares por los que acostumbra a merodear. Asistir como espectador a 
todos los oratorios, a todas las óperas salvajes. 
Diarios, 7 de septiembre de 1851 
Al irme a la laguna de Walden, mi intención no era vivir allí de forma barata, tampoco 
con lujos, sino sacar adelante algunos negocios minimizando las dificultades; verme 
impedido para llevarlos a cabo por falta de un poco de sentido común, espíritu 
emprendedor y talento comercial no parecía tan triste como estúpido. 
Walden 
Mi mayor habilidad ha sido la de no aspirar más que a poco. 
Diarios, 19 de julio de 1851 
 4 
No puedo deciros lo que soy, más allá de un rayo de sol. Lo que soy, lo soy, y no lo 
digo. Ser es la mejor forma de explicarse. 
Diarios, 26 de febrero de 1841 
He de confesar que no hay nada que me resulte más ajeno que mi propio cuerpo. 
Siento más afecto por casi cualquier fragmento de la naturaleza. 
Diarios, 21 de febrero de 1842 
No vine a este mundo para convertirlo en un buen lugar donde vivir, sino para vivir en 
él, sea bueno o malo. 
«Desobediencia civil» 
De vez en cuando, contemplo la tierra prometida, pero no siento que esté viajando 
hacia ella. 
Diarios, después del 29 de julio de 1850 
Mi naturaleza es la de la piedra. Hace falta el sol del verano para calentarla. 
Diarios, 21 de diciembre de 1850 
Me resulta imposible sentir interés por lo que en general interesa a los hombres. Sus 
cuitas y predilecciones me parecen frívolos. Cuando más soy yo mismo y cuando veo 
con más claridad, los hombres son lo que menos percibo. 
Diarios, 24 de abril de 1852 
A quienes piensen que soy jactancioso, que me considero superior a los demás y que 
me pavoneo por encima de sus cabezas, les diré que podría contarles una historia 
igual de lamentable sobre mí que sobre ellos. Si mi ánimo se prestara a ello, podría 
animarles con una nutrida lista de fracasos y fluir tan humildemente como los 
mismísimos desagües. Podría enumerar una lista de los crímenes más nauseabundos 
que jamás se hayan conocido. 
Diarios, 10 de febrero de 1852 
 5 
Yo no nací para ser sometido. Seguiré mi propio camino. 
«Desobediencia civil» 
Vosotros tendréis vuestros asuntos y yo tendré los míos. Vosotros pasaréis la tarde 
preparando el fogón de vuestro vecino y os pagarán por ello; yo la pasaré recogiendo 
las pocas bayas de Vaccinium oxycoccus que produce aquí la naturaleza, antes de que 
sea demasiado tarde, y también se me pagará por ello después, de otra manera. 
Siempre he cosechado unos beneficios inesperados e incalculables por llevar a cabo, 
aun tardíamente, toda pequeña empresa que mi genio me sugiriera como algo que 
hacer, algún paso que dar, aunque fuera corto, para apartarme del rumbo habitual… 
Diarios, 30 de agosto de 1856 
Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentándome sólo a los 
hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, 
no fuera que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido. No quería 
vivir nada que no fuera la vida, pues vivir es algo muy valioso, ni tampoco practicar la 
resignación, a no ser que fuera absolutamente necesario. 
Walden 
Creo que está en mis manos alzarme a mí mismo en este preciso instante sobre el nivel 
más común de mi existencia. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
10 de abril de 1853 
Aquí estoy, con treinta y cuatro años, y, sin embargo, mi vida apenas ha comenzado a 
desarrollarse. ¡Cuánto alberga su germen! Hay una distancia tan grande entre mi ideal 
y la realidad, en muchos aspectos, que podría decir que aún no he nacido. 
Diarios, 19 de julio de 1851 
No he prestado ningún juramento. No tengo un esquema para entender la sociedad, 
la naturaleza o Dios. Soy, simplemente, lo que soy, o comienzo a serlo. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
27 de marzo de 1848 
Creo en el bosque, en la pradera y en la noche en la que crece el grano. 
«Caminar» 
 6 
Confío en que se dé cuenta de lo exagerado que soy, que exagero las cosas cada vez 
que tengo oportunidad de hacerlo, que apilo el Pelión sobre el Ossa para alcanzar así 
el cielo. No espere de mi parte una verdad trivial, a menos que me encuentre en el 
estrado de los testigos. Soy tan incapaz de mentir como usted de gobernar un coche 
de cuatro caballos. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
10 de abril de 1853 
Un joven conocido mío, que ha heredado varios acres, me confesó que pensaba que él 
también debería vivir como yo lo hago, y que lo haría si tuviera medios para ello. No 
quisiera en forma alguna que nadie adoptara mi modo de vivir, pues, más allá de que 
antes de que aquél lo haya aprendido bien yo puedo haber encontrado ya otro 
distinto, prefiero que en el mundo existan tantas personas diferentes como sea 
posible, y que cada una se ocupe de encontrar y proseguir su propio camino y no el de 
su padre, su madre o su vecino. 
Walden 
Ansío vivir siempre de manera que obtenga mi satisfacción e inspiración de los 
acontecimientos más comunes, de los fenómenos cotidianos, de forma que lo que mis 
sentidos perciben hora a hora, mi paseo diario, la conversación de mis vecinos puedan 
inspirarme y yo pueda soñar con un cielo que no sea más que el que se extiende a mi 
alrededor. 
Diarios, 11 de marzo de 1856 
Sólo me conozco a mí mismo como entidad humana (el escenario, por así decirlo, de 
pensamientos y afectos) y sé que existe una cierta dualidad en virtud de la cual me 
mantengo tan alejado de mí mismo como de cualquier otra persona. Por muy intensa 
que sea mi experiencia, soy consciente de la presencia y crítica de una parte de mí 
como si no fuera parte de mí, sino un espectador que no estuviera compartiendo la 
experiencia sino tomando nota de ella, y eso no es más yo de lo que sois vosotros. 
Diarios, 8 de agosto de 1852 
Siento que mi vida es muy sencilla y mis placeres, muy baratos. Alegría y pena, éxito y 
fracaso, grandeza y mezquindad y, de hecho, la mayoría de las palabras de la lengua 
inglesa no significan para mí lo mismo que para mis vecinos. 
Diarios, 18 de octubre de 1856 
 7 
Durante muchos años fui, por propio nombramiento, inspector de tormentas de nieve 
y lluvia, y cumplí fielmente con mi deber, aunque jamás recibí un centavo por ello. 
Diarios, después del 22 de febrero de 1846 
Estoy tan unido a mi forma de pasar el día (necesito unos márgenes de ocio tan 
amplios y un guardarropa de prendas viejas tan completo), que no estoy bien 
preparado para salir afuera. A veces resulta agradable quedarse en casa, sentado todo 
el día sobre un único huevo, en tu propio nido, aunque al final pueda resultar ser un 
huevo de mentira. 
Carta a Daniel Ricketson, 
27 de septiembre de 1855 
Doy muchísimos paseos, en todas las direcciones que marca la brújula, y conmigo 
siempre es temporada de cosecha. Voy siempre recolectando los frutos de estos 
bosques, campos y aguas, y no me cruzo con nadie ni nadie se interpone en mi 
camino. Mi cosecha no es su cosecha. Hoy los veo recogiendo sus judías y su maíz, y 
para mí son un espectáculo, pero pronto quedan fuera de mi vista. Yo no voy a 
recoger judías y maíz. ¿Creen que no hay más frutos que ésos? Yo soy un cosechador, 
no voy recogiendo lo que queda atrás después de la siega. 
Diarios, 14 de octubre de 1857 
Cómo vivir, ¡cómo obtener el máximo de vida!, como si tuvieras que enseñar al joven 
cazadora atrapar a su presa. Cómo extraer la miel de la flor del mundo. A eso me 
dedico todos los días. Me afano en ello como una abeja. Deambulo por los campos 
con esa misión y nunca me siento tan feliz como cuando me noto cargado de miel y 
cera. Soy como una abeja que pasa todo el santo día buscando los dulzores de la 
naturaleza. 
Diarios, 7 de septiembre de 1851 
Me gusta que mi vida tenga un amplio margen. 
Walden 
Me siento dichoso. Me encanta mi vida. 
Diarios, 1 de noviembre de 1851 
 8 
Mi vida forma parte del infinito. 
Diarios, 15 de marzo de 1852 
2 
 VECINOS SALVAJES 
Dedico una parte considerable de mi tiempo a observar las costumbres de los 
animales, mis vecinos salvajes. Gracias a sus distintos movimientos y migraciones, 
siempre sé en qué momento del año estamos. El vuelo de los gansos, la migración de 
los Catostomus, etc., me resultan muy significativos. Pero, cuando pienso que aquí se 
ha exterminado a los animales más nobles (el puma, la pantera, el lince, el glotón, el 
lobo, el oso, el alce, el ciervo, el castor, el pavo, etc.), no puedo evitar sentirme como 
si viviera en una región domesticada y, por así decirlo, castrada. ¿No me habrían 
resultado más significativos los movimientos de esos animales, más grandes y salvajes? 
¿Acaso la naturaleza sobre la que estoy versado no se encuentra mutilada e 
imperfecta? 
Diarios, 23 de marzo de 1856 
Veo a un zorro cruzar el camino bajo la luz del ocaso… Siento un cierto respeto hacia 
él, porque, a pesar de ser tan grande, sigue siendo libre y salvaje en medio de todos 
nosotros, y también por su originalidad, en lo que respecta a cualquier parecido con 
nuestra raza. Tal vez por ese motivo me caiga mejor que su primo domesticado, el 
perro. 
Diarios, 25 de noviembre de 1857 
 9 
Y, sin embargo, ¿cuál es la naturaleza de nuestra gratitud hacia estas ardillas, estas 
plantadoras de bosques? Las consideramos alimañas y todos los años las cazamos y 
aniquilamos en gran número porque —si es que cabe excusa alguna— a veces 
devoran una parte mínima de nuestro maíz. ¿No sería mucho más civilizado y humano, 
por no decir divino, reconocer una vez al año, por medio de alguna ceremonia 
simbólica significativa, el papel que desempeña la ardilla, el enorme servicio que 
presta, en la economía del universo? 
Diarios, 22 de octubre de 1860 
Los ratones que merodeaban por mi casa no eran de los que llaman comunes, que 
parece ser que, en su día, fueron traídos a este país, sino ratones nativos y salvajes de 
los que no se encuentran en la ciudad. Envié un ejemplar a un distinguido naturalista 
que expresó gran interés. Cuando estaba construyendo mi casa, descubrí que uno de 
ellos tenía su nido justo debajo y, antes de que hubiera fijado la segunda capa del 
suelo y barrido las virutas, solía salir a la hora del almuerzo para buscar las migas a mis 
pies. Es probable que yo fuera el primer hombre que veía, pero congeniamos pronto, 
hasta el punto de corretear sobre mis zapatos y mis ropas. Era capaz de encaramarse a 
las paredes de la habitación con pequeños saltos, como una ardilla, a la que se 
asemejaba en muchos movimientos. Al poco tiempo, un día que estaba acodado sobre 
un banco de trabajo, subió por mi ropa, recorrió una manga, comenzó a dar vueltas en 
torno al papel que aún envolvía mi comida y juntos jugamos con él al escondite, hasta 
que cogí un trozo de queso con los dedos, se acercó, lo mordisqueó sentado en mi 
mano, se limpió después el hocico y las patas, como si fuera una mosca, y se marchó. 
Walden 
No me desagrada el hedor de la mofeta al pasar por sitios sagrados. Más bien, me 
revitaliza. 
Diarios, después del 26 de abril de 1850 
Tanto da que sea fácil o difícil el trabajo de un hombre; tanto da que éste se sienta 
feliz o infeliz: siempre habrá un pájaro que le cante mientras está trabajando. 
Diarios, 15 de abril de 1859 
 10 
Aunque vivo en el bosque, no observo las aves con tanta atención como en el pasado; 
me contento con oírlas de vez en cuando por la noche. 
Carta a Horatio Robinson Storer, 
15 de febrero de 1847, mientras vivía en Walden 
Ayer, un ornitólogo dijo en Boston algo muy importante: «Si sujetan el pájaro con la 
mano…». Pero yo prefiero sujetarlo con mis afectos. 
Diarios, 10 de mayo de 1854 
Quien tala árboles más allá de un determinado número está exterminando a las aves. 
Diarios, 17 de mayo de 1853 
Una vez se posó un gorrión sobre mi hombro durante un instante mientras escardaba 
en un jardín de la ciudad y sentí más orgullo por esa distinción que por cualquier 
charretera que hubiera podido colgarme. 
Walden 
Me alegra que haya búhos. Que ululen idiota y maniáticamente para los hombres. Es 
un sonido que conviene a la perfección a los pantanos y los bosques oscuros que el 
día no llega a iluminar, y que sugiere una naturaleza vasta y primitiva que los hombres 
no han reconocido. Representa el inhóspito crepúsculo y los pensamientos sombríos 
que todos cargamos. 
Walden 
La estimada brema flota en el estanque como el centro del sistema, otra imagen de 
Dios. Ningún hombre puede explicar la vida de la brema más de lo que puede explicar 
la suya propia. Quisiera que percibierais el misterio de la brema. Tengo un coetáneo 
en Walden. Tiene aletas donde yo tengo piernas y brazos. Tengo un amigo entre los 
peces o, al menos, un nuevo conocido… Conocerlo va a hacer que mi vida sea más 
plena y memorable. 
Diarios, 30 de noviembre de 1858 
¡El primer gorrión de la primavera! ¡El año comienza con una esperanza más joven que 
nunca! Los tenues trinos plateados del azulejo, del gorrión melódico y del zorzal 
 11 
alirrojo se escuchan en los campos húmedos y casi desnudos como si fuera el tintineo 
de los últimos copos del invierno. En una época como la nuestra, ¿qué son las historias 
y las cronologías, las tradiciones y todas las revelaciones escritas? 
Walden 
Conforme asciendo por la colina, oigo el canto vespertino del zorzal maculado. Es la 
única ave cuyo trino me suena a música e influye en el discurrir y el tenor de mis 
pensamientos, de mi fantasía y de mi imaginación. Eleva mi ánimo y me llena de gozo. 
Me inspira. Es una pócima que cura mi alma, un elixir para mis ojos y una fuente de 
juventud para todos mis sentidos. Transforma todas las horas en una mañana eterna. 
Diarios, 22 de junio de 1853 
¡Qué sonido tan absolutamente propio de Nueva Inglaterra es el graznido del cuervo! 
Si uno guarda silencio absoluto en cualquier punto de las afueras de la ciudad y presta 
atención, acallando el casi incesante zumbido de la fábrica que lleva dentro, ése será el 
sonido que casi con total seguridad oirá elevarse por sobre todos los ruidos de la 
actividad humana y llevará sus pensamientos hasta alguna bahía lejana, en los bosques 
en los que el cuervo está dando rienda suelta a su indignación. Este pájaro ve llegar al 
hombre blanco y retirarse al indio, pero él no se retira. Su trino indómito se sigue 
oyendo sobre el tintineo de la fragua. Ve que una raza se extingue, pero él no se 
extingue. Permanece entre nosotros para recordarnos la naturaleza aborigen. 
Diarios, 4 de marzo de 1859 
¿No estaría bien llevar conmigo un catalejo para observar las aves con mayor nitidez, 
ya sean patos o halcones? En algunos aspectos, me parece que sería mejor que un 
arma. La segunda te los acerca muertos; el primero, vivos. Es más fácil identificar las 
especies matando al ave, porque es un espécimen muerto que se describe 
minuciosamente, pero sus hábitos y apariencia se estudian mejor en un espécimen 
vivo. 
Diarios, 29 de marzo de 1853 
El zorzal consigue, él solo, declarar la riqueza y energía inmortales que pueblan el 
bosque. Cuando suena su trino, el hombre rejuvenece y la naturaleza se llena de vida. 
 12 
Acentúa el significado de todo aquello que se ve a la luz de su compás. Canta para 
que el hombre adquiera una visión de las cosas más elevada y certera. 
Diarios, 5 de julio de 1852 
¿Quién escucha a los peces cuando lloran? 
Musketaquid 
3ESCRIBID 
Un diario es un libro que contendrá un registro de toda vuestra alegría, de todos 
vuestros gozos. 
Diarios, 13 de julio de 1852 
¡Qué vano resulta sentarse a escribir cuando no te has levantado para vivir! Se me 
antoja que, en el momento en el que mis piernas empiezan a moverse, mis 
pensamientos empiezan a discurrir. 
Diarios, 19 de agosto de 1851 
De la literatura sólo nos atrae lo salvaje. El aburrimiento no es sino otro nombre para lo 
domesticado. 
«Caminar» 
 13 
Observo que utilizo muchas palabras, con el fin de enfatizar, que en realidad no 
añaden nada a la fuerza de mis frases y que éstas parecen aliviadas en cuanto suprimo 
aquéllas. Palabras con las que expreso mi estado de ánimo, mi convicción, en lugar de 
la simple verdad. 
Diarios, 26 de enero de 1852 
Los pensamientos de un hombre no son nunca nuevos, pero el estilo con que se 
expresan es la novedad, siempre infalible, que alegra y revitaliza a los hombres. 
«Thomas Carlyle and His Works» 
[Thomas Carlyle y sus obras] 
Es inútil intentar escribir a menos que sientas fuertes tus rodillas. 
Diarios, 9 de agosto de 1841 
Déjeme que le recomiende algo: escriba con precisión lo que ha supuesto para usted 
ese paseo por las montañas, y vuelva a dicho ensayo una y otra vez hasta que esté 
convencido de que contiene todo lo importante de su experiencia. Dese a sí mismo un 
motivo tan importante para justificar su viaje a las montañas, pues la humanidad está 
siempre caminando por una montaña. No crea que puede expresarlo con claridad las 
diez primeras veces que lo haga, pero inténtelo de nuevo, sobre todo cuando, tras una 
pausa necesaria, intuya que está tocando el corazón o la cumbre de la materia, siga 
insistiendo y ríndase cuentas a usted mismo sobre aquella montaña. No es que el 
relato haya de ser largo, pero le llevará mucho acortarlo. No me llevó mucho llegar a la 
montaña, pensó. Pero ¿realmente la coronó? Si ha estado en la cima del monte 
Washington, déjeme que le pregunte qué encontró allí. Es así como se prueba a los 
testigos, ya sabe. Ir allí y exponerse al viento no significa nada. No escalamos mucho 
cuando vamos, sino que nos tomamos el almuerzo, etc., como si estuviéramos en casa. 
Es cuando volvemos a casa cuando realmente podemos coronar la montaña: ¿qué nos 
dijo la montaña? ¿Qué hizo la montaña? 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
16 de noviembre de 1857 
En el transcurso de los últimos uno o dos años, mi mal llamado editor me ha escrito 
varias veces para preguntarme qué destino darles a los ejemplares de Musketaquid 
que aún tiene en su poder y, finalmente, para insinuarme que le tenía otro uso 
buscado al espacio que ocupaban en su sótano. Así que le pedí que me los enviara 
todos aquí y han llegado hoy por correo exprés, un carro lleno hasta los topes: 
setecientos seis ejemplares de una edición de mil que encargué a Munroe hace cuatro 
años y que aún no he acabado de pagar. Por fin he recibido la mercancía y ya tengo la 
 14 
oportunidad de examinar mi adquisición. Suponen más que la mera fama, algo que ya 
sabe bien mi espalda, después de haberlos acarreado dos tramos de escalera hasta un 
lugar parecido a aquel del que proceden. Ahora tengo una biblioteca de casi 
novecientos volúmenes, de los cuales yo he escrito más de setecientos. 
Diarios, 28 de octubre de 1853 
No resulta sencillo escribir en un diario lo que nos interesa en cada momento, pues 
escribir no es lo que nos interesa. 
Musketaquid 
¡Cuántas personas te aconsejan que publiques para los demás! ¡Qué pocas te 
aconsejan que te ocupes de ti mismo! 
Diarios, 16 de abril de 1852 
Ojalá pudiera comprar en las tiendas algún tipo de goma que borrara de inmediato 
todo aquello de mis escritos que ahora me cuesta tantas lecturas escrupulosas, tantos 
meses, si no años, y tanta renuencia eliminar. 
Diarios, 27 de diciembre de 1853 
En esta parte del mundo resulta intolerable que los escritos de un hombre admitan 
más de una interpretación. 
Walden 
Escribid mientras haya calor en vosotros. Cuando el granjero hace un agujero en el 
yugo, lleva rápidamente el hierro candente desde el fuego hasta la madera, porque 
cada segundo que pasa lo hace menos eficaz para atravesarla. Debe usarlo al instante 
o será inútil. El escritor que aplaza el momento de dejar constancia de sus 
pensamientos emplea un hierro que se ha enfriado para hacer un agujero con él y no 
será capaz, así, de inflamar las mentes de sus lectores. 
Diarios, 10 de febrero de 1852 
 15 
4 
 LA CIÉNAGA URBANA 
¿Quién puede ver estas ciudades y decir que hay vida en ellas? 
Diarios, escrito en Nueva York, 
24 de septiembre de 1843 
Libradme de una ciudad construida en el lugar de otra más antigua, cuyos materiales 
son ruinas, cuyos jardines son cementerios. 
Walden 
Es un disparate intentar educar a los hijos dentro de una ciudad. El primer paso ha de 
ser sacarlos de ella. 
Diarios, 25 de julio de 1851 
Cada vez estoy más convencido de que, en lo que respecta a cualquier asunto público, 
es más importante saber lo que piensa el campo que lo que piensa la ciudad. La 
ciudad no piensa mucho. Preferiría saber la opinión de Boxboro sobre cualquier asunto 
moral que la de Boston y Nueva York juntas. 
«La esclavitud en Massachusetts» 
¿Cuál es el gran atractivo de las ciudades? Es una verdad universal que los seres 
humanos degeneran en ellas, indefectiblemente, y que no propagan su especie. Y, sin 
embargo, prevalece la tendencia hacia la vida urbana, ya sea trasladándonos a Boston 
o permaneciendo en Concord. 
Diarios, otoño-invierno de 1845-1846 
Saliendo de la ciudad; por propia voluntad, como es habitual. 
 16 
Diarios, 9 de julio de 1851 
No siento más aprecio por la ciudad cuanto más la veo, sino al contrario. Es mil veces 
peor de lo que habría imaginado. Los cerdos que hay por la calle son la parte más 
respetable de la población. ¿Cuándo aprenderá el mundo que un millón de hombres 
carece de importancia en comparación con un solo hombre? 
Carta a Ralph Waldo Emerson, 
desde Staten Island, 8 de junio de 1843 
Aunque la ciudad me resulta igual de poco atractiva que siempre, veo menos 
diferencias que antes entre una ciudad y algunas de las ciénagas más lúgubres. Es una 
ciénaga demasiado lúgubre y sombría, incluso para mí. 
Diarios, después del 29 de julio de 1850 
Puedo renunciar a las aparentes ventajas de las ciudades sin recelo. 
Diarios, después del 8 de agosto de 1851 
5 
 EN DEFENSA DE LA NATURALEZA 
Han talado los bosques por los que paseaba en mi juventud. ¿No es hora de que deje 
de cantar? 
Diarios, 11 de marzo de 1852 
 17 
Temo que quien camine por estos campos dentro de un siglo no conozca el placer de 
coger manzanas silvestres. ¡Pobre hombre, hay muchos placeres que no conocerá! 
«Manzanas silvestres» 
Veo que la generación que está creciendo en esta ciudad desconoce lo que es un 
roble o un pino, al haber visto únicamente especímenes inferiores. ¿Contratamos a un 
hombre que dé clases de botánica, por ejemplo, sobre los robles, nuestras plantas más 
nobles, mientras permitimos que otros talen los escasos y mejores especímenes de 
estos árboles que quedan? Es como enseñar latín y griego a los niños al tiempo que 
quemamos los libros escritos en esas lenguas. 
Huckleberries [Arándanos] 
Salvaría antes a uno de estos halcones que a cien pollos y gallinas. Merece más la pena 
verlos planear, sobre todo ahora, que tanto escasean en el paisaje. Es fácil comprar 
huevos, pero no halcones hembra. ¡Mis vecinos no dudarían en disparar al último par 
de halcones hembra que quedara en la ciudad con tal de salvar a unos cuantos pollos! 
Pero una economía así es limitada y rastrera. Supone sacrificar, innecesariamente, el 
mayor valor por el menor. Yo preferiría no probar nunca la carne de pollo ni los huevos 
de gallina antes que no volver a ver un halcón surcando las alturas. Esa visión vale 
muchísimo más que una sopa de pollo o un huevo cocido. 
Diarios, 13 de junio de 1853 
Por avaricia y egoísmo,y gracias a esa costumbre servil de la que nadie se libra y que 
permite considerar la tierra como una propiedad, o como el medio para adquirir una 
propiedad, el paisaje se deforma, la agricultura degenera con nosotros y el granjero 
lleva una vida mezquina. Sólo conoce la naturaleza como un ladrón. 
Walden 
¿Por qué no habríamos de tener nosotros, que hemos renunciado a la autoridad del 
rey, nuestras reservas nacionales, donde no sea necesario destruir pueblos, donde el 
oso y la pantera, e incluso algunos de la raza cazadora, puedan seguir existiendo, y no 
se «civilicen y erradiquen de la faz de la Tierra», donde nuestros bosques no sirvan 
como mero divertimento del rey, sino para albergar y conservar también al propio rey, 
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señor de la creación, no para deportes inútiles o alimento, sino para proporcionarnos 
inspiración y nuestro propio y auténtico recreo? 
Los bosques de Maine 
¡Las hileras mismas de sauces podados cada tres años para obtener combustible o 
pólvora, y todo gran pino y roble, u otro árbol del bosque, talado de la memoria del 
hombre! Como si se fuera a permitir a los especuladores que exporten las nubes del 
cielo, o las estrellas del firmamento, una a una. Nos veremos reducidos a roer la 
corteza misma de la Tierra para alimentarnos. 
Los bosques de Maine 
Los hombres y los jóvenes aprenden todo tipo de oficios, pero no cómo convertirse en 
hombres. Aprenden a levantar casas, pero no están bien alojados, no son felices en sus 
casas, como lo es una marmota en su hoyo. ¿De qué sirve una casa si no dispones de 
un planeta decente donde levantarla, si no soportas el planeta en el que está? 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
20 de mayo de 1860 
¿Cuáles son los elementos naturales que hacen que una comarca sea hermosa? Un río, 
con sus cascadas y sus praderas, un lago, una colina, una peña o rocas sueltas, un 
bosque y viejos árboles en pie. Esas cosas son bellas; tienen un uso elevado que los 
dólares y centavos no representan jamás. Si los habitantes de una ciudad fueran 
sabios, tratarían de conservar esas cosas, aunque fuera a un coste considerable; 
porque tales cosas enseñan mucho más que cualquier predicador o profesor que se 
contrate o que cualquier sistema educativo reconocido en la actualidad. 
Diarios, 3 de enero de 1861 
Toda ciudad debería tener un parque o, mejor, un bosque virgen de quinientos o mil 
acres, donde nunca se pudiera talar madera para hacer fuego, una propiedad común a 
perpetuidad, destinada al aprendizaje y al recreo. Oímos hablar de predios comunes 
para el pastoreo y de fincas de la Iglesia, pero queremos predios comunes para los 
hombres y fincas laicas, por siempre inalienables. Mantengamos nuevo el Nuevo 
Mundo, con todos los beneficios de vivir en el campo. Hay prados, pastos y bosques 
madereros para los pobres de la ciudad. ¿Por qué no un bosque y un campo de 
arándanos para los ricos de la ciudad? Todo el bosque de Walden podría haberse 
conservado como nuestro parque, para siempre, con la laguna en el centro, y la 
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campiña de Easterbrooks, una extensión deshabitada de unas cuatro millas cuadradas, 
podría haber sido nuestro campo de arándanos. 
Diarios, 15 de octubre de 1859 
Dice el catecismo que el fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de él para 
siempre, lo que, claro está, se aplica sobre todo a Dios tal y como lo vemos en sus 
obras. ¡Sin embargo, con todos los bellos insectos (mariposas y otros) que Dios ha 
creado y puesto ante nuestros ojos, el Estado únicamente dedica dinero a escribir 
sobre los que resultan dañinos para la vegetación! Así es como glorificamos a Dios y 
gozamos de él para siempre. Venid hasta aquí y contemplad mil mariposas de vivos 
colores y otros hermosos insectos que pueblan el aire, y luego id a las bibliotecas y 
ved qué tipo de oración y glorificación a Dios hay allí guardado. Massachusetts ha 
publicado un informe sobre «Insectos dañinos para la vegetación» y nuestro vecino, 
otro sobre «Insectos nocivos de Nueva York». Hemos atendido a lo malo y no hemos 
dicho nada sobre lo bueno. 
Diarios, 1 de mayo de 1859 
Cuando surge la cuestión de la protección de las aves, los legisladores contemplan 
únicamente un uso inferior, jamás un uso elevado; los que tienen mejor disposición 
emplean uno, por ventura, sólo para examinar sus buches y ver cuántos mosquitos o 
bayas contienen, y nunca para estudiar sus disposiciones o la belleza de su plumaje, o 
para escuchar y describir la dulzura de su canto. Los legisladores protegerán 
decididamente un ave no porque sea una criatura hermosa, sino porque es buena 
carroñera o algo similar. Ésta, como mínimo, es la estrategia defensiva. Es como si 
hubiera que plantearse si alguna cantante célebre de la especie humana, como Jenny 
Lind u otra, causa más perjuicio o beneficio, si debería destruirse o no y, por lo tanto, 
hubiera que elegir a un comité, no para escuchar su canto, no, sino para examinar el 
contenido de su estómago y ver si ha comido algo que resulte perjudicial para los 
granjeros y hortelanos o algo de lo que éstos no puedan desprenderse. 
Diarios, 8 de abril de 1859 
En mis paseos vespertinos en barca, he asustado varias veces a una pareja de patos 
joyuyos, de este año, que han crecido en nuestros prados. Me dejaban que me 
acercara bastante y ayudaban a poblar el río. Hace varios días que no los veo. ¿Queréis 
saber el final de nuestra relación? Goodwin les disparó y la señora________, que nunca 
 20 
ha navegado por el río, se los comió. Por supuesto, ella no sabe lo que ha hecho… 
Eran míos, tan míos como de cualquier otro, cuando estaban vivos, pero se consideró 
que el hecho de que la señora________pudiera saborearlos, muertos, tenía más 
importancia que el que yo pudiera disfrutar de su belleza, vivos. 
Diarios, 16 de agosto de 1858 
He oído hablar mucho de la asombrosa inteligencia del castor, pero esa consideración 
por el castor es puro cinismo, se pagaría más por un gorro de castor que para 
conservar la inteligencia de toda la raza de los castores. 
Diarios, 8 de abril de 1859 
El angloamericano puede, sin duda, talar y arrancar todo este bosque ondulante, dar 
un discurso de campaña y votar a Buchanan sobre sus restos, pero no puede conversar 
con el espíritu de los árboles que derriba, no puede leer la poesía y la mitología que se 
retiran conforme él avanza. Sin saberlo, va borrando tablillas mitológicas para imprimir 
sobre ellas sus panfletos y sus invitaciones a las fiestas en la ciudad. 
Los bosques de Maine 
Pretendo conocer la naturaleza, sus modos y sus maneras. La naturaleza primitiva me 
resulta de lo más interesante. Sufro lo indecible por conocer todos los fenómenos de 
la primavera, por ejemplo, creyendo que tengo aquí el poema completo, y luego, para 
mi desazón, me entero de que lo que poseo y he leído no es más que una copia 
imperfecta, de que mis antepasados han arrancado muchas de las primeras páginas y 
los pasajes más grandiosos y de que lo han mutilado en muchos sitios. No quisiera 
pensar que algún semidiós vino antes que yo y se llevó algunas de las mejores 
estrellas. Deseo conocer un cielo entero y una Tierra entera. 
Diarios, 23 de marzo de 1856 
 21 
6 
 AMANECER Y ATARDECER 
Como panacea, en lugar de esos frascos con mezclas extraídas del río Aqueronte y del 
Mar Muerto que sacan los curanderos de sus carretas, alargadas y ligeras como una 
goleta negra, fabricadas expresamente para transportar botellas, dejadme respirar una 
buena bocanada de aire matutino y sin diluir. ¡Aire de la mañana! Si los hombres no 
beben de él en el manantial del día, tendremos que embotellarlo y venderlo en los 
comercios en beneficio de quienes han perdido su suscripción al tiempo matutino en 
este mundo. 
Walden 
¿Conocéis la mañana? ¿Os despierta simpatías ese momento de la naturaleza? ¿Estáis 
fuera temprano, sin que os importe el rocío? Si el sol sale mientras estáis durmiendo, si 
no oís el canto del gallo por la mañana, si no presenciáis los rubores dela aurora, si no 
conocéis a Venus como la estrella de la mañana, ¿qué relación tenéis con la sabiduría y 
la pureza? Habéis olvidado a vuestro creador en los días de vuestra juventud. 
Diarios, 18 de julio de 1851 
La mañana nos devuelve a los tiempos heroicos. 
Walden 
La mañana llega cuando estoy despierto y hay en mí un amanecer. 
Walden 
Ver salir o ponerse el sol cada día debería mantenernos cuerdos para siempre, al 
ponernos en relación, por nuestra buena salud mental y física, con un hecho universal. 
 22 
Diarios, 20 de enero de 1852 
La esperanza de la mañana se pierde pronto en lo que se convierte en la rutina del día 
y no volvemos a recuperarnos hasta que desembarcamos de nuevo en las orillas 
pensativas de la noche. 
Diarios, 8 de enero de 1854 
Jamás nos cansamos del espectáculo del atardecer. ¿Acaso en Washington Street o en 
Broadway se puede ver algo igual de bueno? Cada día se pinta y enmarca un cuadro 
nuevo, que se mantiene durante media hora bajo las luces que elige el gran artista y 
después se retira y cae el telón. 
Diarios, 7 de enero de 1852 
Dichoso es el hombre al que cada día se le permite contemplar algo tan puro y sereno 
como el cielo de poniente a la puesta de sol, mientras las revoluciones irritan el 
mundo. 
Diarios, 27 de diciembre de 1851 
7 
 CONSEJOS SOBRE MODA 
Conocemos sólo a unos pocos hombres, pero una gran cantidad de chaquetas y 
calzones. 
 23 
Walden 
Nunca un hombre perdió mi estima por tener un remiendo en sus ropas. 
Walden 
Es extremadamente importante que inventemos unas ropas que nos permitan estar 
fuera, impunes, bajo las tormentas más duras. No se puede decir que hayamos 
acabado aún de inventar la vestimenta. 
Diarios, 22 de abril de 1856 
Por eso os diría: tened cuidado con aquellas actividades que os exigen ropa nueva, y 
no, antes bien, una nueva persona que pueda usarla. 
Walden 
No adoramos a las Gracias ni a las Moiras, pero sí a la Moda, que hila, teje y corta con 
absoluta autoridad. El rey de los monos se pone en París una gorra y todos los monos 
de América hacen lo mismo. 
Walden 
Cuando veo a una dama o a un caballero elegantes, vestidos a la última moda, me 
pregunto qué harían si se produjera un terremoto o si de pronto se desatara un 
incendio, porque parecen haber contado sólo con el buen tiempo y con que todo 
transcurrirá sin problemas ni empujones. 
Diarios, 12 de julio de 1840 
El caminante y naturalista no lleva un sombrero, un zapato ni un abrigo para que lo 
miren, sino con otros fines. Cuando alguien de la ciudad da un paseo conmigo, suelo 
darme cuenta de que cojea, impedido por su calzado. No cabe duda de que sus 
zapatos se van a mojar, su abrigo se va a desgarrar y su sombrero se va a quedar 
atrapado, y entonces surgen las cualidades superiores de mis botas, mi abrigo y mi 
sombrero. Una vez me adentré en los bosques con un grupo. Llevaba puesta mi ropa 
vieja normal, del tejido típico de la Nueva Inglaterra rural. Ellos vestían, sin duda, lo 
mejor que tenían para una ocasión así, de color y calidad acordes a la moda. Pensé 
 24 
que se avergonzaban un poco de mí mientras estábamos aún en la ciudad. Todos 
sufrieron graves desgarrones en sus vestimentas, excepto yo, pero como resultó que 
era el único que llevaba agujas e hilo, pudieron arreglarlas. Cuando salimos de los 
bosques, yo era el mejor vestido de todos. 
Diarios, 26 de marzo de 1860 
Acabo de recibir una carta de Ricketson en la que me urge a ir a New Bedford, algo 
que probablemente haré. Dice que allí puedo llevar mis ropas viejas. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
26 de septiembre de 1855 
Hace poco me llegó a casa un abrigo de la sastrería; ay, ¿quién soy yo para vestir ese 
abrigo? Estaba hecho a la medida de uno de los ángeles del Demonio con una talla 
similar a la mía. ¿De qué sirve esa medida de mi cuerpo, si no se midió mi carácter? 
Ésa no es la figura que corto yo, es la figura que corta el sastre. 
Diarios, 14 de enero de 1854 
Me complació ver, el otro día, a un hijo de Concord que regresaba después de ocho 
años de ausencia, no ataviado con un resplandeciente traje negro, botas brillantes y un 
gorro de castor o de seda, como si viniera en un descanso de los quehaceres 
humanos, un simple tendedero, sino con un honesto traje de color arcilla y un cómodo 
gorro de uso diario. Demostraba una humanidad poco habitual. 
Diarios, 8 de mayo de 1857 
 25 
8 
 LA VERDADERA EDUCACIÓN 
Yo haría que la educación fuera algo agradable tanto para el profesor como para el 
alumno. Esta disciplina, que permitimos que sea el fin de la vida, no debería ser una 
cosa en las aulas y otra distinta en las calles. Deberíamos tratar de ser condiscípulos 
del alumno y aprender de él, así como con él, si quisiéramos serle de la mayor ayuda 
posible. 
A Orestes Brownson, 30 de diciembre de 1837 
Ya terminé la época de aprendiz y, desde entonces, he trabajado mucho como oficial 
en el campo de arándanos. Aunque nunca me pagué así los estudios ni el vestido, fue 
una de las mejores escuelas en las que estuve y la he amortizado. 
Huckleberries [Arándanos] 
El conocimiento no nos llega mediante detalles, sino a través de destellos de luz 
procedentes del cielo. 
«Una vida sin principios» 
Lo que hacemos mejor o con más perfección es lo que hemos aprendido más 
concienzudamente a través de la práctica más prolongada y que al final cae de 
nosotros sin que nos demos cuenta, como la hoja de un árbol. 
Diarios, 11 de marzo de 1859 
Vimos una escuela durante el paseo y nos quedamos oyendo los sonidos que 
procedían de ella, pero parecía un lugar en el que estuviera ocurriendo un proceso no 
de iluminación, sino de ofuscación de la mente, y en el que los alumnos recibieran sólo 
la luz que pudiera atravesar la sombra de la Iglesia católica. 
 26 
Un yanqui en Canadá 
El conocimiento sólo se adquiere mediante la experiencia correspondiente. ¿Cómo 
podemos saber lo que simplemente nos dicen? Un hombre sólo puede interpretar la 
experiencia de otro a través de la suya propia. 
Musketaquid 
Todas las ramas y ninguna de las raíces. 
Al oír a Emerson señalar que la mayoría 
de las ramas del conocimiento se impartían 
en Harvard, según refiere John Albee, 
Remembrances of Emerson 
Es hora de que junto a las escuelas públicas usuales surjan otras inusuales en las que 
continuemos nuestra formación como hombres y mujeres. Es hora de que las ciudades 
sean universidades, y de que sus ciudadanos adultos dispongan de tiempo libre —si su 
posición lo permite— para continuar durante el resto de sus vidas los estudios 
liberales. 
Walden 
Durante la temporada de bayas, hay vacaciones en las escuelas y muchos deditos se 
afanan en recoger estos pequeños frutos. Recuerdo lo feliz que era yo cuando pasaba 
medio día fuera de la escuela cogiendo arándanos en una colina cercana, 
completamente solo, para hacer un pudín para la cena en familia. Ah, ellos no se 
llevaban más que el pudín, pero yo, además, me llevaba una experiencia que no tenía 
precio. 
Diarios, 16 de julio de 1851 
Recuerdo muy bien la sensación de libertad y espíritu de aventura con que me abría 
paso entre los campos con mi cubo hacia alguna colina o ciénaga lejanas, cuando me 
dejaban salir todo el día, y no cambiaría esa expansión de todo mi ser por todo el 
conocimiento del mundo. Liberación y ensanchamiento: ése es el fruto que toda 
cultura aspira a garantizar. De pronto, sabía más de mis libros que si no hubiera dejado 
jamás de estudiarlos. Me encontraba en un aula en la que no podía dejar de ver y oír 
cosas que merecían ser vistas y oídas, donde no podía evitar recibir la lección, porque 
 27 
la lección venía a mí. Esa experiencia, repetida a menudo, fue el principal estímulo 
para ir a la Academia y estudiar, por fin, un libro. 
Huckleberries [Arándanos] 
Soy todavía un aprendiz, no un maestro, y me alimento de un modo algo omnívoro, 
ramoneando tanto los tallos como las hojas. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
21 de mayo de 1856El poeta dice que el objeto de estudio adecuado de la humanidad es el hombre. Yo 
digo: estudiad para olvidar todo eso, haceos con una visión más amplia del Universo. 
Diarios, 2 de abril de 1852 
Sólo cuando olvidamos todo lo que hemos aprendido empezamos a saber. 
Diarios, 4 de octubre de 1859 
9 
 ÉTICA Y DIETÉTICA 
Llevamos una vida demasiado rápida y brusca, al igual que comemos con demasiada 
rapidez y no conocemos el verdadero sabor de nuestro alimento. 
Diarios, 28 de diciembre de 1852 
 28 
La prisa y ordinariez indecentes con que engullimos la comida han deshonrado el acto 
mismo de comer. 
Diarios, después del 16 de julio de 1845 
Un hombre puede desarrollar una dieta tan simple como la de los animales, 
conservando, sin embargo, tanta salud como fuerza. 
Walden 
Suele decirse entre la gente del campo que, si comes muchas gachas fritas, se te rizará 
el pelo. Mi experiencia, que ha sido considerable, no ha confirmado tal afirmación. 
Diarios, 20 de noviembre de 1850 
A algunos hombres les entusiasma el olor de la pólvora ardiendo, pero yo anoche soñé 
cuánto más sensato sería entusiasmarse por el olor del pan recién hecho. 
Diarios, 25 de septiembre de 1851 
¿No es éste un reproche que recibe el hombre como animal carnívoro? Por supuesto 
que el hombre puede vivir, y vive en gran medida, depredando a otros animales, pero 
éste es un modo de vida miserable —como sabe cualquiera que haya colocado 
trampas para conejos o haya degollado a un cordero—, y aquel que enseñe a los 
hombres a ceñirse a una dieta más inocente y saludable será considerado un 
benefactor de la humanidad. 
Walden 
Independientemente de mis propias costumbres, estoy convencido de que dejar de 
comer animales es parte del destino de la raza humana y de su mejora progresiva, al 
igual que las tribus salvajes abandonaron la mutua antropofagia cuando entraron en 
contacto con otras más civilizadas. 
Walden 
Me dice un granjero: «No puedes vivir sólo de comer vegetales, se te debilitarán los 
huesos». De modo que, religiosamente, él emplea parte del día en proveer a su 
cuerpo con el rudo material de los huesos, caminando mientras habla detrás de su 
 29 
buey, cuyos huesos, hechos de pasto, le arrastran a él y a su pesado arado sin importar 
los obstáculos. 
Walden 
Un hombre puede considerarse afortunado cuando la que es su comida es también su 
medicina. 
Musketaquid 
No puedo sino creer que las bellotas se crearon como alimento del hombre. Son tan 
agradables al paladar como la leche de la madre para el bebé. 
Diarios, 8 de octubre de 1851 
Bebed los vinos no sólo de vuestras botellas, sino también de las botellas de la 
naturaleza: no los que se guardan en pieles de cabra o de cerdo, sino en las pieles de 
una miríada de simples bayas. 
Diarios, 23 de agosto de 1853 
A fuerza de beber té y café me he convertido en una persona ordinaria y vulgar. Mis 
días se han convertido en mediodías, sin la bendita presencia de mañanas y noches. 
Diarios, 13 de agosto de 1854 
Me alegra haber bebido agua tanto tiempo, ya que prefiero el cielo natural al paraíso 
de un comedor de opio; prefiero mantenerme siempre sobrio y llevar una vida sana, 
sin estar en deuda con los estimulantes. Sea cual sea mi práctica, pienso que es la 
única bebida para un hombre sensato y que sólo los ingenuos consumen 
habitualmente otra distinta. 
Diarios, después del 9 de septiembre de 1850 
En este cálido verano, cambiaría mi inmortalidad por un vasito de cerveza. 
A su hermana Sophia, 13 de Julio de 1852 
 30 
La fruta, consumida con moderación, no hará que nos avergoncemos de nuestro 
apetito ni dificultará nuestras aspiraciones más dignas. Sin embargo, añadid un 
condimento innecesario a vuestro plato y os intoxicareis. 
Walden 
No vale la pena vivir de una cocina opulenta. 
Walden 
10 
 LIBERTAD Y ESCLAVITUD 
Tal vez sea más celoso de lo normal con respecto a mi libertad. 
«Una vida sin principios» 
Nunca he conocido a un hombre que proyecte una mirada verdaderamente libre y 
sana sobre la vida. 
Diarios, 1 de agosto de 1841 
¿Y a esto lo llamamos la tierra de los libres? ¿Qué significa ser libres del rey Jorge IV y 
seguir siendo esclavos del prejuicio? ¿Qué significa nacer libres e iguales y no vivir? 
¿De qué sirve la libertad política, si no es como medio para alcanzar la libertad moral? 
 31 
Aquello de lo que nos jactamos, ¿es la libertad de ser esclavos o la libertad de ser 
libres? 
Diarios, 16 de febrero de 1851 
Ni por un instante puedo reconocer como mi gobierno esa organización política que 
también es el gobierno del esclavo. 
«Desobediencia civil» 
¡Hablemos de la esclavitud! No es una institución exclusiva del Sur. Existe allí donde se 
compren y vendan hombres, allí donde un hombre permita que se le convierta en un 
mero objeto o utensilio y renuncie a sus derechos inalienables a la razón y la 
conciencia. De hecho, esta esclavitud es mayor que aquella que esclaviza únicamente 
el cuerpo. 
Diarios, 4 de diciembre de 1860 
Hay miles de personas que, en teoría, están en contra de la esclavitud y de la guerra y 
que en la práctica no hacen nada para ponerles fin; miles de personas que, 
considerándose hijos de Washington y Franklin, se sientan de brazos cruzados y alegan 
no saber qué hacer, y no hacen nada; miles de personas que anteponen la cuestión del 
libre mercado a la de la libertad y que, después de la cena, se sientan a leer 
tranquilamente las listas de precios y las últimas noticias procedentes de México e 
incluso se quedan dormidos sobre ambas. ¿Cuál es el precio hoy por hoy de un 
hombre honrado y patriota? 
«Desobediencia civil» 
Si tienes conocimiento del delito, eres cómplice. 
A Parker Pillsbury, 10 de abril de 1861 
Estoy absolutamente convencido de que, si mil, cien o diez hombres a quienes pudiera 
nombrar, si diez hombres honrados, o incluso si un solo hombre honrado en esta 
Commonwealth de Massachusetts dejara de tener esclavos y de ser cómplice del 
gobierno y fuera encerrado por ello en la cárcel del condado, eso supondría el fin de la 
esclavitud en América. No importa que el comienzo pueda parecer pequeño: lo que se 
 32 
hace bien una vez perdura para siempre. Sin embargo, preferimos hablar de ello: 
decimos que ésa es nuestra misión. La reforma cuenta con muchos titulares de 
periódico a su servicio, pero no cuenta con un solo hombre. 
«Desobediencia civil» 
¡Los hombres hablan de libertad! ¿Cuántos de ellos son libres para pensar? ¿Libres del 
miedo, de la perturbación, del prejuicio? 
Diarios, 6 de mayo de 1858 
Me maravilla lo frívolos que pueden llegar a ser los hombres en lo que se refiere a la 
indecorosa esclavitud de los negros; por supuesto, hay muchos amos astutos y sutiles 
que nos esclavizan a todos. Conseguir la emancipación de uno mismo, incluso en las 
Indias Occidentales de la fantasía y la imaginación, debería ser más importante que la 
de la tierra isleña. La emancipación del corazón y el intelecto derribaría las prisiones de 
un millón de esclavos. 
Diarios, 6 de julio de 1845 
Ya sabes que, hasta el momento, apenas hemos hecho nuestros propios actos, 
pensado nuestros propios pensamientos o vivido nuestras propias vidas. Para que un 
hombre actúe por sí mismo, debe ser totalmente libre; de lo contrario, corre el riesgo 
de perder todo sentido de la responsabilidad o del respeto por sí mismo. 
A su hermana Helen, 27 de octubre de 1837 
Son los hijos de nuestros hijos quienes, por ventura, podrán ser esencialmente libres. 
Diarios, 16 de febrero de 1851 
Pero a mis semejantes les diría y de una vez por todas: en cuanto os sea posible, vivid 
libres y sin compromiso. Poco importa que estéis encerrados en una granja o en la 
prisión del condado. 
Walden 
 33 
La cuestión es si se puede soportar la libertad. En estos tiempos, la inmensa mayoría 
de los hombres, sean blancos o negros, precisan la disciplina del trabajo, que los 
esclaviza por su bien. 
Diarios, 1 de septiembre de 1853 
¡Libertad de expresión!Vuestros corazones desconocen lo que significan esas palabras. 
No es el permiso que vuestra secta me concede para decir esto o aquello; es cuando 
se da permiso a vuestra secta para que se retracte. ¡La Iglesia, el Estado, la escuela, los 
periódicos creen que son liberales y libres! Es la libertad del patio de una cárcel. Sólo 
pido que una cuarta parte de mis pensamientos sinceros se cuente en voz alta. 
Diarios, 16 de noviembre de 1858 
Si estás preparado para abandonar a tu padre y a tu madre, a tu hermano y a tu 
hermana, a tu mujer, a tus hijos y a tus amigos, y a no volver a verlos; si has pagado tus 
deudas, si has redactado tu testamento y has dejado tus asuntos en orden; si eres, por 
tanto, un hombre libre, entonces estás listo para empezar a caminar. 
«Caminar» 
Hacia el Este sólo voy cuando estoy obligado; pero hacia el Oeste me dirijo por libre 
elección. Ningún asunto me reclama en el horizonte oriental, y me cuesta creer que 
pueda encontrar allí paisajes bellos, lo suficientemente salvajes y libres. 
«Caminar» 
Llevo seis años sin pagar el impuesto del sufragio. Por este motivo ya me encarcelaron 
una vez durante una noche y, mientras contemplaba las paredes de piedra maciza de 
dos o tres pies de grosor, la puerta de madera y hierro y las rejas por donde se filtraba 
la luz, no pude evitar que me impresionara la estupidez de aquella institución que me 
trataba como si yo fuera mera carne, sangre y huesos que encerrar. Me sorprendía 
sobremanera que alguien hubiera concluido que aquél era el mejor uso que se podía 
hacer de mí y que no se le hubiera ocurrido nunca valerse de mis servicios de algún 
modo. Me di cuenta de que, si había un muro de piedra entre mis conciudadanos y yo, 
había otro aún más difícil de escalar o atravesar antes de que llegaran a alcanzar mi 
mismo grado de libertad. En ningún momento me sentí confinado y las paredes me 
parecieron tan sólo un derroche de piedra y mortero. 
 34 
«Desobediencia civil» 
La mayoría de los hombres, incluso en este país relativamente libre, por mera 
ignorancia y error, está tan preocupada con los cuidados artificiales y las tareas rudas 
pero superfluas de la vida que no puede recoger sus mejores frutos. 
Walden 
También tengo en mente a aquellos que, en apariencia, son ricos, pero que en 
realidad pertenecen a una clase terriblemente empobrecida, que han acumulado 
basura, y no saben cómo hacer uso o deshacerse de ella, y que de esta forma han 
construido sus propias prisiones de plata u oro. 
Walden 
Como prefería unas cosas a las otras y valoraba ante todo mi libertad, y como podría 
haberme resultado arduo, y aún peor, llegar a tener éxito, no quise cambiar mi tiempo 
por ricas alfombras o muebles macizos, o por una cocina bien surtida, o por una casa 
de estilo griego o gótico. Para quien no suponga una interrupción adquirir esas cosas, 
y sepa cómo usarlas una vez adquiridas, que se dedique a su persecución. 
Walden 
En lo que a mí respecta, descubrí que el trabajo como jornalero era el más 
independiente de todos, especialmente porque requiere sólo treinta o cuarenta días al 
año para obtener un sustento. El día del jornalero termina cuando se oculta el sol, y 
entonces está libre para dedicarse a su ocupación predilecta, independiente de su 
trabajo; su patrono, sin embargo, especula de mes en mes y no tiene un respiro a lo 
largo del año. 
Walden 
Justo antes de la puesta de sol llegamos a otras cascadas en el pueblo de Bedford, 
donde varios canteros estaban reparando las esclusas de una parte solitaria del río. 
Mostraron interés por nuestra aventura, en particular un hombre joven, de nuestra 
edad, que preguntó primero si nos dirigíamos a «Skeag» y, tras escuchar nuestra 
historia, y examinar nuestro equipamiento, nos hizo otras preguntas, pero siempre con 
tono moderado, y siempre volviendo a su trabajo, como si se tratara de una 
 35 
formalidad. Estaba claro que le habría gustado venir con nosotros y, por la manera en 
que miraba río arriba, en sus ojos, así como en sus pensamientos, podían verse 
reflejados muchos cabos distantes y orillas boscosas. 
Musketaquid 
Aquello que se produce con una pincelada libre nos cautiva, como las formas de los 
líquenes y las hojas. En lo accidental hay un cierto grado de perfección que nunca 
logramos de manera consciente. 
Musketaquid 
Ahora anhelo esos viejos caminos secos, desiertos, que nos apartan, serpenteando, de 
las ciudades, que nos alejan de la tentación, que conducen al exterior de la Tierra, 
sobre su corteza más externa, donde es posible olvidar el país por el que viajamos, 
donde ningún granjero puede quejarse de que le estamos pisando la hierba, donde 
ningún gentilhombre ha construido hace poco una casa de campo cuyos límites 
estemos traspasando, por los que puedes caminar como un peregrino, sin rumbo fijo. 
Donde no es frecuente que te cruces con viajeros. Donde mi espíritu es libre. Ahí es 
donde tengo libertad de pensamiento y en mi alma soy libre. 
Diarios, 21 de julio de 1851 
 36 
11 
 ELOGIO SOLITARIO DE LA AMISTAD 
Tratad a vuestros amigos por lo que sabéis que son, sin atender a la superficie. No 
tengáis en cuenta lo que hicieron, sino lo que pretendían. 
Diarios, 31 de diciembre de 1851 
El lenguaje de la Amistad no está compuesto de palabras, sino de significados. Es una 
inteligencia por encima del lenguaje. 
Musketaquid 
Todo lo que se ha dicho de la amistad es como la botánica a las flores. 
Diarios, entre 1842 y 1844 
Detesto que mi motivo para visitar a un amigo sea que busco compañía. Que se deba 
a mi pobreza y debilidad, y no a mis riquezas y fuerza, y a las suyas. 
Diarios, 14 de febrero de 1852 
¡Cuánto estimo a esas gentes de campo sencillas y reservadas, mis vecinos, que se 
ocupan de sus cosas y me dejan en paz, que nunca me han abordado ni disparado, 
que yo sepa, cuando he cruzado sus tierras, aunque todos ellos tienen un arma en 
casa! Hace ya casi dos veintenas de años que conozco, desde la distancia, a esos 
hombres sufridos a los que nunca he hablado, que nunca me han hablado, y ahora 
siento una cierta ternura hacia ellos, como si este largo periodo de prueba no fuera 
sino el preludio de una amistad eterna. 
Diarios, 3 de diciembre de 1856 
 37 
Veo dos enormes aves pescadoras (tal vez garzas azuladas) batiendo las alas 
lentamente hacia el noreste, contra la tormenta, dando vueltas siempre cerca la una de 
la otra, unidas por un curioso vínculo, y en la misma dirección. ¿Dónde está mi 
compañero, batiendo las alas contra la tormenta junto a mí? 
Diarios, 26 de octubre de 1857 
De un hombre que no complazca a un amigo no puede decirse que tenga una vida 
provechosa. 
Diarios, 19 de febrero de 1857 
¿Y si sentimos un anhelo al que no responde ningún pecho? Camino solo. Tengo el 
corazón lleno. Los sentimientos obstruyen el discurrir de mis pensamientos. Llamo a la 
tierra en busca de mi amigo. Espero encontrármelo en cada recodo del camino, pero 
ningún amigo aparece, y tal vez ninguno esté soñando conmigo. Estoy cansado de 
esta sociedad frívola, en la que el silencio es siempre la mejor actitud y la más natural. 
Yo caminaría de buen grado sobre aguas profundas, pero mis compañeros sólo 
caminarán sobre bajíos y charcos. 
Diarios, 11 de junio de 1855 
Tengo algunos buenos amigos de quienes tiendo a despedirme decepcionado porque 
no les preocupa lo que pienso ni les importa lo que digo. 
Diarios, 27 de enero de 1854 
En aquello que más le importe, no piense que dispone de compañeros de viaje. Dese 
cuenta de que está solo en el mundo. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
27 de marzo de 1848 
Nada hace la Tierra más espaciosa que tener amigos lejos; son ellos quienes crean las 
latitudes y las longitudes. 
A Lidian Emerson, escrito en 
Staten Island, 22 de mayo de 1843 
A veces me despierto en mitad de la noche y pienso en la amistad y sus posibilidades, 
una vida nueva y una revelación para mí, que tal vez no había experimentado desde 
hace muchos meses. Esos pensamientospasajeros han sido mi aproximación y 
 38 
constatación más cercanas a la cuestión, pensamientos que no tengo con quien 
compartir. Me despierto en mitad de la noche a estos niveles más elevados de la vida, 
como a un día que empieza a clarear, como si la vida que ha transcurrido entre medias 
hubiera sido una larga noche. Percibo un eco del gran compás de la Amistad que 
suena en alguna parte y me siento compensado por tantos meses y años de lugares 
comunes. 
Diarios, 13 de julio de 1857 
Ay de aquel que ansia un compañero, porque no es apto siquiera para ser compañero 
de sí mismo. 
Diarios, 9 de junio de 1850 
Tengo en gran estima a mis amigos, pero no encuentro utilidad alguna en ir a verlos. 
Casi siempre, cuando estoy cerca de ellos, los aborrezco. Se contradicen y me 
desmienten constantemente. 
Diarios, 16 de noviembre de 1850 
Conseguir una relación auténtica con una criatura humana es suficiente para hacer que 
un año sea memorable. 
Diarios, 30 de marzo de 1851 
 39 
12 
 LA ESQUIVA BONDAD 
La mayor parte de las cosas que mis vecinos consideran buenas yo la creo mala para 
mí, y si alguna vez me arrepiento de algo que he hecho, es muy posible que sea de mi 
buen comportamiento. 
Walden 
Nuestra vida al completo es asombrosamente moral. Entre la virtud y el vicio no hay un 
instante de tregua. La única inversión que nunca da pérdidas es la bondad. 
Walden 
Todas las cosas buenas son baratas; todas las malas, muy caras. 
Diarios, 3 de marzo de 1841 
Si alguna vez hice algo bueno por alguien, en el sentido en el que la gente lo 
entiende, sin duda fue algo excepcional e insignificante en comparación con el bien o 
el mal que constantemente hago por el hecho de ser el que soy. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
27 de febrero de 1853 
Cuando un ángel viaja, todo el espacio que recorre será el paraíso, pero, cuando quien 
viaja es Satán, será marga ardiendo y cenizas. 
«El paraíso (para ser) recobrado» 
No sea simplemente bueno, sea bueno por algo. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
27 de marzo de 1848 
 40 
13 
 CONTRA AQUELLOS 
 QUE NOS GOBIERNAN 
Ése es, sin duda, el mejor gobierno: aquel en el que menos se recuerda a los 
ciudadanos que hay un gobierno. 
Diarios, 21 de agosto de 1851 
Me complazco imaginando un Estado que por fin sea capaz de ser justo con todos los 
hombres y trate al individuo con respeto como vecino; que no considere incompatible 
con su propia tranquilidad que unos pocos vivan al margen de él, sin interferir en sus 
asuntos, pero tampoco acogiéndose a él, sino limitándose a cumplir con sus 
obligaciones como vecinos y compañeros. Un Estado que diera ese fruto y dejara que 
cayera tan pronto como estuviera maduro prepararía el camino para otro Estado aún 
más perfecto y glorioso, que también imagino, pero que todavía no he visto por 
ninguna parte. 
«Desobediencia civil» 
¿No es posible que un individuo tenga razón y un gobierno no? 
«Defensa del capitán Brown» 
El otro día fui a la tienda a comprar un cerrojo para nuestra puerta principal, porque, 
como le conté al tendero, iba a venir el gobernador. «Sí —dijo—, y también los 
legisladores». «En ese caso, me llevaré dos cerrojos», respondí yo. 
Diarios, 8 de septiembre de 1859 
 41 
Lo que hace que el Gobierno de los Estados Unidos sea, en su conjunto, más tolerable 
—quiero decir, para nosotros, los afortunados hombres blancos— es el hecho de que 
haya muchísimo menos gobierno con nosotros. 
Un yanqui en Canadá 
Si aspiráis a algo mejor que la política, no esperéis la cooperación de los hombres. 
Diarios, 3 de abril de 1858 
Bajo un gobierno que encarcela injustamente, el verdadero lugar para el hombre justo 
también es la cárcel. 
«Desobediencia civil» 
Acepto de buena gana el lema de que «El mejor gobierno es el que menos gobierna» 
y me gustaría verlo aplicado de manera más rápida y sistemática. Llevado a cabo, al 
final nos conduciría a este otro, que también secundo: «El mejor gobierno es el que no 
gobierna en absoluto» y, cuando los hombres estén preparados para ello, será el tipo 
de gobierno que tendrán. 
«Desobediencia civil» 
Hay leyes injustas: ¿nos resignaremos a cumplirlas, intentaremos corregirlas y las 
cumpliremos tan sólo hasta que lo consigamos o simplemente las transgrediremos? 
«Desobediencia civil» 
La ley nunca hizo a los hombres ni un ápice más justos. 
«Desobediencia civil» 
El destino de la nación no depende de lo que se vote en los comicios; el peor de los 
hombres vale tanto como el mejor en ese juego. No se trata del tipo de papeleta que 
depositáis en las urnas, sino del tipo de hombre que depositáis en la calle cada 
mañana. 
«La esclavitud en Massachusetts» 
 42 
Para alguien que acostumbra a esforzarse para contemplar el verdadero estado de las 
cosas, el Estado difícilmente podrá existir, pues le parece irreal, increíble e 
insignificante. Esforzarse en extraer la verdad de tan magro material es como hacer 
azúcar con jirones de lino cuando se dispone de caña de azúcar. 
Musketaquid 
La ley nunca hará libres a los hombres; son los hombres quienes han de hacer libre la 
ley. Los amantes de la ley y el orden son los que observan la ley cuando el gobierno la 
infringe. 
«La esclavitud en Massachusetts» 
La autoridad del gobierno, incluso aquella a la que estoy dispuesto a someterme —
pues de buena gana obedeceré a quienes saben y pueden hacerlo mejor que yo, y, en 
muchos aspectos, hasta a quienes no sepan ni puedan hacerlo tan bien—, sigue siendo 
impura: para ser estrictamente justa, ha de contar con la sanción y el consentimiento 
de los gobernados. No puede ejercer más derecho sobre mi persona y propiedades 
que el que yo le conceda. 
«Desobediencia civil» 
No es por ninguna particularidad del impuesto por lo que me niego a pagarlo. 
Simplemente deseo retirarle mi lealtad al Estado, apartarme de él y mantenerme al 
margen de una manera efectiva. Aunque pudiera hacerlo, no me molestaría en 
conocer adonde va a parar mi dinero, si se destina a comprar a un hombre o un 
mosquete con el que dispararle —el dinero es inocente—, pero sí me molestaría en 
conocer las consecuencias de mi lealtad. 
«Desobediencia civil» 
El efecto de un buen gobierno es hacer que la vida tenga más valor; el de un mal 
gobierno, que tenga menos valor. Podemos permitirnos que el ferrocarril y todo lo 
meramente material se devalúe, porque ello nos lleva únicamente a vivir de forma más 
sencilla y económica, pero imaginad que se devaluara la propia vida. 
Diarios, 16 de junio de 1854 
 43 
14 
 LOS BOSQUES DE LA SALUD 
No encontraréis salud en la sociedad, sino en la naturaleza. 
Natural History of Massachusetts 
[Historia natural de Massachusetts] 
Al hombre sano nunca le llega el invierno de su descontento. 
Diarios, 13 de octubre de 1851 
Un hombre sano, en realidad, es el complemento de las estaciones, y durante el 
invierno aloja al verano en su corazón. 
Un paseo invernal 
Es saludable estar enfermo a veces. 
Diarios, después del 10 de enero de 1851 
La naturaleza entera hace todo lo posible en cada momento por que estemos bien; no 
existe para ningún otro fin. No debemos resistirnos a ella. Con una mínima inclinación 
por estar bien, no deberíamos enfermar. 
Diarios, 23 de agosto de 1853 
Cultivemos el hábito de levantarnos temprano. No es sensato tener la cabeza mucho 
tiempo al mismo nivel que los pies. 
Diarios, 8 de junio de 1850 
 44 
La enfermedad no es el accidente del individuo, ni siquiera de la generación, sino de la 
vida misma. En cierta forma y hasta cierto punto, es una de las condiciones 
permanentes de la vida. 
Diarios, 3 de septiembre de 1851 
Con la enfermedad, todo se trastorna. Ayer tenía un tirón en la espalda y un resfriado 
y, como es habitual, equivalió a haber dejado de vivir. Durante ese tiempo, perdí mi 
compenetración o relación con la naturaleza. La afinidad con la naturaleza es muestra 
de una salud perfecta. 
Diarios, 18 de noviembre de 1857 
Llevo tanto tiempo enfermo, que casihe olvidado lo que es encontrarse bien, aunque 
tengo la sensación de que sólo afecta a mi envoltorio. 
A Daniel Ricketson, 15 de agosto de 1861 
Medid vuestra salud de acuerdo con vuestra afinidad con la mañana y la primavera. Si 
no hay en vosotros respuesta alguna ante el despertar de la naturaleza —si la 
perspectiva de un paseo por la mañana temprano no os disipa el sueño, si el trino del 
primer azulejo no os llena de emoción—, sabed que la mañana y la primavera de 
vuestra vida han pasado. Así podréis tomaros el pulso. 
Diarios, 25 de febrero de 1859 
Los hombres han descubierto, o creen haber descubierto, los beneficios para la salud 
de unas cuantas cosas silvestres, únicamente, y no de toda la naturaleza. Pero 
«naturaleza» no es sino otro nombre para la salud y las estaciones no son sino distintos 
estados de salud. Algunos hombres creen que no se encuentran bien en primavera, en 
verano, en otoño o en invierno, pero ello sólo se debe a que no están bien 
acompasados con las estaciones. 
Diarios, 23 de agosto de 1853 
Me inclino a pensar últimamente que la salud depende tanto del estado de los 
intestinos como del estado de las estrellas. 
 45 
Diarios, 12 de diciembre de 1859 
15 
 A LA ESCUCHA 
Cabría pensar que los salvajes hicieron un dios del eco. 
Diarios, después del 31 de octubre de 1850 
El tañido de la campana de la iglesia es un sonido mucho más melodioso que 
cualquiera que se oiga dentro de la iglesia. 
Diarios, domingo 2 de enero de 1842 
Los sentidos viciados y exhaustos necesitan las violentas vibraciones de un instrumento 
para excitarse, pero los sentidos sanos y aún jóvenes, no debilitados por el lujo, oyen 
la música del viento, de la lluvia y del agua que corre. Al leer a los críticos, cabría 
pensar que la música es intermitente, como un manantial en el desierto, y que 
depende de algún Paganini o de algún Mozart, o que sólo se oye cuando las piérides 
o Euterpe recorren los pueblos, pero la música es perpetua y sólo el oído es 
intermitente. Lejos, muy a lo lejos, oigo el débil graznido de un cuervo, que resuena en 
la linde invisible de un bosque, como amortiguado por el vapor que, a semejanza de 
un manantial, el sol hace surgir del suelo. Se entremezcla con el leve murmullo del 
pueblo, el ruido de los niños que juegan, como un arroyo que se vierte suavemente en 
otro, y, así, lo salvaje y lo dócil se hacen uno. ¡Qué sonido tan placentero! No se trata 
 46 
sólo de un cuervo que llame a otro, porque también se dirige a mí. Yo, con él, formo 
parte de una gran criatura; si él tiene voz, yo tengo oídos. 
Diarios, 12 de enero de 1855 
La otra tarde estaba determinado a acallar este ruido superficial, a caminar en varias 
direcciones para comprobar si no habría algún silencio profundo alrededor. De igual 
modo que Bonaparte envió a su infantería en todas direcciones en el Mar Rojo en 
busca de aguas bajas, así mando yo mis pensamientos a caballo en busca de aguas 
profundas. Abandoné el pueblo y remé río arriba hasta Fair Haven Pond. Cuando se 
ponía el sol, vi a un barquero solitario que se divertía en el plácido lago. El rocío 
parecía limpiar y purificar el aire, y sentí una infinita tranquilidad. Tenía el mundo 
agarrado, por así decirlo, del cogote, y lo mantuve bajo la marea de sus propios 
acontecimientos, hasta que se ahogó, y entonces lo solté para que lo arrastrara la 
corriente, como a un perro muerto. Vastas y vacías cámaras de silencio se expandieron 
en todas direcciones, y mi ser se expandió en proporción, y las llenó. Fue entonces 
cuando, por vez primera, pude apreciar el sonido y encontrarlo musical. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
8 de agosto de 1854 
El silencio es la conversación de un alma consciente consigo misma. 
Diarios, mediados de diciembre de 1838 
He estado rompiendo el silencio estos veintitrés años y apenas le he hecho un 
rasguño. 
Diarios, 9 de febrero de 1841 
Suena el silencio, es musical y me estremece. Una noche en la que el silencio fue 
audible pude oír lo innombrable. 
Diarios, 21 de enero de 1853 
El silencio más prolongado es la pregunta más pertinente formulada con la mayor 
pertinencia. Enfáticamente queda. Las preguntas más importantes, aquellas cuyas 
respuestas nos conciernen más que ninguna otra, jamás se formulan de otro modo. 
Diarios, 4 de enero de 1851 
 47 
La música es el sonido de la circulación en las venas de la naturaleza. 
Diarios, 24 de abril de 1841 
Anoche estuve navegando por el río del Norte con la flauta y mi música era un arroyo 
tintineante que serpenteaba con el río e iba cayendo de nota en nota como un 
riachuelo de roca en roca. 
Diarios, 18 de agosto de 1841 
Cuando oigo música no temo peligro alguno, soy invulnerable, no veo enemigos. Me 
siento unido a los tiempos más antiguos y a los más recientes. 
Diarios, 13 de enero de 1857 
La vibración constante de las cuerdas de un piano desde más allá de los jardines, 
atravesando los olmos: la melodía se cuela, por fin, en mi alma. No sé cuándo empezó 
a invadirme. Por alguna feliz coincidencia de pensamiento o circunstancia estoy en 
armonía con el universo, estoy capacitado para oír, mi ser se mueve en una esfera de 
melodía, mi fantasía y mi imaginación sienten un entusiasmo inconcebible. El lugar 
sobre el que me alzo ya no es la tierra sorda. 
Diarios, 3 de agosto de 1852 
 48 
16 
 ALZAD LA MIRADA 
Aunque no haya nada nuevo sobre la Tierra, sí lo hay en los cielos. Siempre tenemos 
un recurso en las alturas. Allí no dejan de pasar de página. El viento define los 
caracteres en este fondo azul y el curioso siempre puede leer una nueva verdad. 
Diarios, 17 de noviembre de 1837 
Sin duda, las estrellas fueron dadas al hombre como consuelo. 
«A Walk to Wachusett» [Un paseo a Wachusett] 
El mundo se apresura a ver el panorama mientras hay un panorama en el cielo que 
pocos salen a ver. 
Diarios, 17 de enero de 1852 
Soy incapaz de ver el fondo del cielo, porque soy incapaz de ver el fondo de mí 
mismo. Es el símbolo de mi propia infinitud. 
Diarios, 23 de junio de 1840 
El cielo siempre está dispuesto a responder a nuestros estados de ánimo. 
Diarios, 28 de diciembre de 1851 
 49 
17 
 EL HÉROE 
El héroe es normalmente el más sencillo y oscuro de los hombres. 
«Caminar» 
Un hombre asienta tantos riesgos como los que corre. 
Walden 
El monstruo nunca se encuentra allí donde creemos que está. Lo realmente 
monstruoso es nuestra cobardía y nuestra indolencia. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
19 de diciembre de 1854 
Si un hombre quisiera ponerse en la situación de enfrentarse con valentía al mayor mal 
que pudiera infligírsele, se daría cuenta de que no existe un mal semejante que 
soportar. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
19 de diciembre de 1854 
La grandeza está en el ascenso. 
Diarios, 7 de febrero de 1841 
Los cobardes sufren, mientras que los héroes disfrutan. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
20 de mayo de 1860 
El héroe obedece a su propia ley. 
Diarios, 1 de febrero de 1852 
 50 
Las grandes personas no buscan jamás la oportunidad de ser grandes, sino que 
convierten en ocasión para ello todo lo que les rodea. 
Diarios, 1 de junio de 1841 
Hemos olvidado lo que dicen los profetas y los oráculos están en decadencia, pero 
seguimos recordando los hechos de los héroes y los santos. Y la posteridad seguirá 
recordándolos hasta el fin de los días. 
«Contra los reformadores» 
¡Sea valiente! Es lo más importante. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
19 de diciembre de 1854 
18 
 EL ANIMAL MÁS FEROZ 
La mayoría de los hombres vive vidas de tranquila desesperación. Lo que llamamos 
resignación no es más que una confirmación de la desesperanza. 
Walden 
Qué maravilloso sería tratar a las personas y las cosas según lo que son en realidad, 
¡aunque sólo fuera durante una hora! 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
 51 
3 de abril de 1850 
Así, las masas sirven al Estado no como hombres, sino básicamente como máquinas 
con sus cuerpos. Estas constituyenel ejército permanente y la milicia, los carceleros, la 
policía, los ayudantes de la autoridad. En la mayoría de los casos, no ejercitan 
libremente ni el juicio ni el sentido moral, sino que se rebajan al mismo nivel de la 
madera, la tierra y la piedra, e incluso podrían fabricarse hombres de madera que tal 
vez sirvieran al mismo propósito. 
«Desobediencia civil» 
Los hombres se han convertido en las herramientas de sus herramientas. 
Diarios, 16 de julio de 1845 
Calumniamos a la hiena; el hombre es, sin embargo, el animal más feroz y cruel. 
«El paraíso (para ser) recobrado» 
Los hombres consideran que es esencial que la nación comercie y exporte hielo y 
hable gracias al telégrafo y viaje a treinta millas por hora, lo hagan ellos o no; pero si 
vivimos como babuinos o como hombres, eso sigue siendo incierto. 
Walden 
Un hombre corriente trabajará cada día del año cavando la tierra para sustentar su 
cuerpo, o una familia de cuerpos, pero aquel que trabaja un día al año para alimentar 
su alma es un hombre extraordinario. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
27 de febrero de 1853 
El aserrador, con sus esfuerzos por hacer bien su trabajo, no se convierte 
primordialmente en un mejor aserrador, sino en un hombre mejor. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
19 de diciembre de 1853 
Sólo piense, por un momento, en un hombre afanado en sus asuntos. ¡Cómo lo 
respetaríamos! ¡De qué manera tan gloriosa se alzaría ante nosotros! Que no trabajara 
para ninguna corporación ni agente, tampoco para su presidente, ¡sino que cumpliera 
con el fin de su ser! Un hombre dedicado a sus asuntos sería el blanco de todas las 
miradas. 
 52 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
8 de agosto de 1854 
19 
 LLEGAR A SER EL QUE UNO ES 
Haga lo que nadie más puede hacer por usted. No haga otra cosa. 
Cartas a un buscador de sí mismo, 
9 de agosto de 1850 
Si un hombre no marcha al mismo paso que sus camaradas, probablemente esté 
escuchando otro tambor. Que camine al ritmo de esa música, aunque sea más 
comedida y lejana. 
Walden 
¿Cuántos hombres habéis visto que no pertenezcan a ninguna secta, partido o 
camarilla? 
Diarios, 9 de agosto de 1858 
Con cada paso, el hombre se mide frente al sistema. 
Diarios, 31 de enero de 1841 
Algo nos invita constantemente a ser lo que somos. 
 53 
Diarios, 3 de febrero de 1841 
Haced un poco más de esa obra que, en alguna ocasión, habéis confesado que es 
buena, aquella que creéis que os exigen la sociedad y vuestro más justo 
entendimiento. Haced lo que os reprobáis por no hacer. Sabed que no estáis 
satisfechos ni insatisfechos con vosotros mismos sin motivo. Os lo digo, a vosotros y a 
mí mismo, en un instante: cultivad el árbol que hayáis visto dar fruto en vuestro suelo. 
Diarios, después del 29 de julio de 1850 
20 
 LA MUSA INDIA 
Tengo mucho que aprender del indio y nada del misionero. 
Los bosques de Maine 
Miríadas de puntas de flecha yacen, dormidas, en la piel de la Tierra que gira, mientras 
los meteoros dan vueltas en el espacio. La huella de las pisadas, del intelecto de los 
hombres más antiguos. 
Diarios, 28 de marzo de 1859 
El tiempo no tardará en destruir las obras de pintores y escultores famosos, pero la 
punta de flecha del indio se resistirá a sus embates y la Eternidad tendrá que venir en 
su ayuda. No son huesos fósiles, sino, por así decirlo, pensamientos fósiles, que me 
 54 
recordarán por siempre a la mente que les dio forma. Admitiría de buen grado que 
estoy pisando las huellas de la actividad humana, que estoy en la senda de la mente, y 
esos pequeños recordatorios no dejan nunca de ponerme en el buen camino. 
Diarios, 28 de marzo de 1859 
Aquí y allá encontraréis aún a un hombre con sangre india en sus venas, un granjero 
excéntrico, descendiente de un jefe indio; o veréis a un indio solitario, de pura sangre, 
con el aspecto más fiero del mundo entre los pinos, de una de las últimas tribus de 
Massachusetts, entrando en un vagón de ferrocarril con su arma y su bebé. 
Aquí y allá sigue habiendo una esposa india que habita alguna casa solitaria, con su 
perro como única compañía, insultada por los niños de la escuela, haciendo cestas y 
recolectando bayas para ganarse el sustento… Una india sola, sin hijos, acompañada 
de su perro, tejiendo el sudario de su pueblo, prestando los últimos servicios a su raza 
ya difunta. 
Diarios, después del 16 de julio de 1850 
Existe, en realidad, una semejanza notable e inesperada entre el salvaje degradado y 
las clases más bajas de una gran ciudad. El uno no es más hijo de la naturaleza que el 
otro. En el transcurso de la degradación, la distinción entre razas se pierde pronto. 
Los bosques de Maine 
Aún se sigue encontrando, clavada en los árboles de nuestro bosque, la flecha 
disparada por el indio. 
Diarios, después del 1 de julio de 1850 
Mas el indio ya ha sido olvidado por completo, con la excepción de algunos poetas 
perseverantes. Es innegable que el hombre blanco ha comenzado una nueva era. 
¿Qué conmemoran nuestros aniversarios, sino los abusos del hombre blanco? Debe 
haber un recuerdo indio para las hazañas de los indios; el hombre blanco sólo 
recordará las suyas. 
Diarios, entre 1842 y 1844 
 55 
La constitución del pensamiento indio parece ser justo la contraria a la del hombre 
blanco. El indio está familiarizado con una parte distinta de la naturaleza. Mide su vida 
por inviernos, no por veranos. Su año no se mide según el sol, sino que consta de un 
determinado número de lunas, y sus lunas no se cuentan por días, sino por noches. Ha 
abrazado el lado oscuro de la naturaleza; el hombre blanco, el lado luminoso. 
Diarios, 25 de octubre de 1852 
Para mí, el encanto del indio reside en que se alza, libre y sin ataduras, en la naturaleza 
—es su habitante, no su invitado— y la lleva sobre sí con facilidad y gracia. Pero el 
hombre civilizado tiene las costumbres de la casa. Su casa es una prisión en la que se 
siente oprimido y confinado, en lugar de cobijado y protegido. Camina como si 
estuviera sosteniendo el tejado. Pone los brazos como si los muros fueran a caérsele 
encima y aplastarlo y sus pies recuerdan el sótano que tienen debajo. Sus músculos 
jamás se relajan. 
Diarios, 26 de abril de 1841 
Nuestros oradores podrían aprender mucho de los indios. Éstos son admirables por su 
precisión, no dejan ningún cabo suelto. Apelan a más de un solo sentido para evitar las 
confusiones. 
Diarios, 1 de enero de 1854 
Yo había observado que no le gustaba responder la misma pregunta más de una vez y 
que permanecía en silencio cuando se la volvía a plantear para despejar dudas, como 
si estuviera de mal humor. No es que no fuera hablador, pues con frecuencia iniciaba, 
por propia voluntad, una narración extensa: repetía con todo detalle la tradición de 
alguna batalla antigua, o algún pasaje de la historia reciente de su tribu en el que 
hubiera desempeñado un papel importante; de vez en cuando, inspiraba largamente y 
retomaba el hilo de su relato, con el ritmo pausado de todo un contador de historias, 
tal vez después de sortear un rápido, anteponiendo un «bueno, adiós», etc., mientras 
remaba. 
Los bosques de Maine 
 56 
Si pudiésemos escuchar tan sólo por un instante el canto de la Musa india, 
comprenderíamos por qué el piel roja no cambiará nunca su estado salvaje por la 
civilización. 
Musketaquid 
El indio hace bien en seguir siendo indio. 
Musketaquid 
21 
 EL MEOLLO DE LA EXISTENCIA 
Que no viva como si quedara poco tiempo. Seguir el ritmo de las estaciones. Tener el 
tiempo libre suficiente para presenciar todos los fenómenos de la naturaleza y albergar 
todo pensamiento que acuda a mi mente. Que la vida sea una marcha pausada por el 
reino de la naturaleza. 
Diarios, 11 de enero de 1852 
Cuando la tarde se acorta y la temprana noche nos empuja a volver a casa para 
terminar nuestras tareas, se nos recuerda la brevedad de la vida y nos volvemos más 
pensativos, al menos en este crepúsculo del año. Se nos conmina a que nos

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