No. Y créeme, lo he intentado.
Tsavo, león macho; fue mi pequeña sombra durante años; hicimos todo juntos y estábamos muy unidos.
Creciendo; aún juguetón, aún mi sombra. Nunca nos separamos más de unas horas.
¿Tenemos un vínculo? Por supuesto.
Tsavo, 3 años. Aún interactuamos, pero el más mínimo error por mi parte podría hacer que Tsavo se volviera depredador y atacara. No solo se ha vuelto capaz de matarme, sino que estaría dispuesto a matarme, sin dudas.
Nuestra relación es ahora un riesgo calculado para mí. Pasemos a los tigres.
Saigon, tigre siberiano macho. Él y su hermana son mi mundo, los trato como si fueran mis hijos. Les doy el biberón de madrugada, los baño, y estoy con ellos constantemente.
Adorable.
Saigon, creciendo, pero sigue siendo mi pequeño compañero. Sigue queriendo a su mamá al final del día.
Aquí estamos, aun inseparables, con Saigon ya crecido. Tiene 4 años y pesa más de 270kg.
¿Le importa a Saigon que yo lo haya criado con sumo cuidado? Claro que sí. ¿Le importa a Saigon que lo quiera más que a nada en el mundo y que sea para mí lo más importante de mi vida? En realidad, no lo sé.
Lo que sí sé, y lo afirmo con certeza, es que Saigon es un animal salvaje y que, como Tsavo, reaccionará por instinto en cuanto se le provoque. Me lo ha demostrado en ocasiones, pero no me lo puedo tomar como algo personal.
Tsavo y Saigon no están domesticados, no son mis mascotas. Un gato doméstico es tu mascota y puedes tener un vínculo con él. Puedes intentar tener un vínculo con un gato grande... si entiendes por “vínculo” la “posibilidad de que te mate en cualquier momento”. Y seguramente tú no serás la excepción. Tu león o tu tigre te atacarán algún día, no hay lugar a dudas. Puede que sobrevivas al ataque, o puede que no.
Intenta no tomártelo como algo personal.
Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta
Comportamento Organizacional
Compartir