¿Por qué las mandarinas son naranjas pero las naranjas no son mandarinas?

Por qué las mandarinas son naranjas pero las naranjas no son mandarinas?, jeje, buena pregunta. La razón es que la naranja que conocemos, en realidad no es un fruto silvestre sino un cruce de mandarina y pomelo, cultivado por primera vez en el sudeste asiático.

Principales diferencias entre naranjas y mandarinas son en realidad muchas.

El color original de la cascara de la naranja asiática era Verde y de gajos relativamente salmones. Un Monje, hace siglos uso un tronco de pomelo para injertar esquejes de Mandarina, luego en el periodo de floración fecundo con polen de pomelo y así se consiguió un fruto de mayor tamaño y de color naranja, es la actual naranja que se esparció por Europa posteriormente, ese es el origen del nombre.

Digamos que la mandarina y la naranja comparten el mismo origen oriental, la principal diferencia es que sólo de la primera se puede decir que es un verdadero cítrico original.

Detrás de las frutas cítricas hay una historia larga y muy antigua. Es un libro de historia de la humanidad y ha llegado a su mano gracias a multitud de conquistas y reconquistas y a una batalla científica de siglos. Si, el ancestro de todos los cítricos vivió hace unos ocho millones de años en el sudeste asiático, como se leyo, la naranja dulce es hija de un pomelo y de una mandarina, en un matrimonio que tiene unos 3.000 años.

En este cruce, la mandarina era el padre. Una mandarina salvaje, ácida y llena de semillas, incomestible, fruto de la unión nacería la primera naranja, que según se especula el monje mencionado perpetuaría su cultivo mediante injertos. Algun cultivador logro hacerce de unas semillas y fue como llego esta historia hasta nuestros dias

Normalmente, en tamaño las naranjas son más grandes que las mandarinas. A simple vista pueden diferenciarse y en el sabor, lo más habitual es que la naranja tenga un sabor más ácido que la mandarina que contiene un porcentaje más elevado de azúcar, lo que ayuda a reducir esa acidez.. La piel de la mandarina es más blanda y endeble que la de la naranja. Las principales diferencias entre naranjas y mandarinas son el tamaño, el sabor, la piel, los gajos y los nutrientes que aportan a nuestro organismo.

Si bien es cierto que las naranjas son más grandes, hay que tener en cuenta diferentes variedades, pues hay naranjas que de tamaño son similares a las mandarinas.

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