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ENFERMEDADES TRNSMISIBLES Y NO TRANSMISIBLES clase 11 (1)

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ENFERMEDADES TRANSMISIBLES – MBA’ASY OVAVA
VIH y SIDA: Definición y diferencias
El VIH es un virus que aborda y altera el sistema inmunológico, por lo que se incrementa el riesgo de aparición e impacto de otras infecciones y enfermedades. Sin tratamiento, podría progresar a una etapa avanzada de la enfermedad llamada SIDA.
Sin embargo, los avances modernos de los tratamientos han conseguido que las personas con VIH en países que poseen un buen acceso a la atención sanitaria no lleguen a desarrollar SIDA si reciben terapia.
Actualmente, la esperanza de vida de una paciente que porta el virus del VIH se asemeja a la de una persona que no lo posee, siempre y cuando se sometan a una serie de medicamentos que tratan la enfermedad de forma continuada, es decir, a una terapia antirretroviral (TARV).
Un estudio de Kaiser Permanente (consorcio estadounidense de atención administrada e integrada) realizado en 2016 demostró que, durante 1996 y 2016, la brecha en la esperanza de vida entre las personas VIH positiva y negativa oscilaba entre los 44 y los 12 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también afirma que una persona que vive con VIH puede tener una gran calidad de vida con tratamiento y que 20,9 millones de personas de todo el mundo recibieron TARV a mediados de 2017.
En este artículo, vamos a explicar la definición de VIH y SIDA, los síntomas, causas y tratamientos.
¿Qué es el VIH?
Share on PinterestAunque el VIH es una enfermedad de consecuencias irreversibles, la persona que lo padezca puede vivir una vida larga y plena.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca a las células inmunes llamadas CD4, un tipo de célula T.
Se trata de glóbulos blancos que se desplazan por todo el cuerpo, detectan los defectos y las anomalías de las células, así como las infecciones. Cuando el VIH aborda y se infiltra en ellas, reduce la capacidad corporal para combatir otras enfermedades.
Por tanto, se incrementa el riesgo de aparición e impacto de las infecciones oportunistas, así como del surgimiento de cánceres. Sin embargo, una persona puede portar el VIH sin experimentar síntomas durante una larga temporada.
El VIH es una infección para toda la vida. Sin embargo, si se recibe tratamiento y se gestiona la enfermedad con eficacia, se puede evitar que el VIH alcance un nivel grave y se puede reducir el riesgo de que el paciente fallezca a causa del mismo.
¿Qué es el SIDA?
El SIDA es la etapa más avanzada de la infección por VIH. Una vez que dicha enfermedad deriva en SIDA, las infecciones y el cáncer representan un riesgo mucho mayor.
Sin tratamiento, es muy probable que la infección por VIH evolucione en SIDA, ya que el sistema inmunológico se debilita de forma gradual. Sin embargo, los avances en TARV han conseguido que el número de personas que alcanzan dicha etapa sea cada vez menor.
A finales de 2015, alrededor de unas 1.122.900 personas eran VIH positivas. En comparación, cifras de 2016 demostraron que los profesionales médicos diagnosticaron SIDA a unas 18.160 personas.
Causas - Mba’ére
Las personas transmiten el VIH mediante los fluidos corporales, entre los que se incluyen:
· Sangre
· Semen
· Secreciones vaginales
· Fluidos anales
· Leche materna
En Estados Unidos, las principales causas de dicha transmisión de fluidos son:
· Las relaciones sexuales anales o vaginales con una persona portadora de VIH, siempre que no use preservativo o una profilaxis preexposición (medicamento para prevenir el VIH destinado a personas que poseen un alto riesgo de infección).
· El intercambio de objetos destinados a la inyección de drogas ilegales, hormonas y esteroides con una persona que posea VIH.
Una mujer que posea VIH y esté embarazada o haya dado a luz recientemente podría transmitir la enfermedad al niño durante el embarazo, el parto o la lactancia.
El riesgo en la transmisión de VIH a través de las transfusiones de sangre es extremadamente bajo en países que tienen procedimientos efectivos de detección para las donaciones.
Indetectable = Intransmisible
Para transmitir el VIH, estos fluidos deben contener suficiente carga viral. Si una persona posee VIH indetectable, no podrá transmitirlo a otra, incluso aunque se produzca una transferencia de fluidos.
Cuando la cantidad de VIH en el cuerpo es tan baja que un análisis de sangre no puede detectarlo, estamos ante un VIH indetectable. Las personas podrían conseguir niveles indetectables de VIH siempre que sigan el plan del tratamiento prescrito.
Es importante confirmar y controlar de forma regular el estado indetectable del virus mediante un análisis de sangre, ya que esto no significa que la persona ya no tenga el virus. El VIH indetectable depende de que el paciente se adhiera al tratamiento, así como de la efectividad del mismo.
Síntomas 
Por lo general, las infecciones debido a otras bacterias, virus, hongos o parásitos causan los síntomas más graves del VIH.
Estas enfermedades tienden a progresar de forma más rápida en las personas que poseen VIH más que en los individuos con sistemas inmunológicos fuertes. Un funcionamiento correcto del mismo podría proteger al cuerpo contra los efectos más avanzados de las infecciones y el VIH altera este proceso.
· Fiebre
· Escalofríos
· Dolor articular
· Dolores musculares
· Inflamación de la garganta
· Sudores, sobre todo, por la noche
· Agrandamiento de las glándulas
· Una erupción rojiza
· Cansancio
· Debilidad
· Pérdida de peso de forma involuntaria
Mitos y verdades sobre el VIH y el SIDA
Existen y circulan muchos conceptos erróneos sobre el VIH que son perjudiciales y estigmatizantes para las personas portadoras del virus.
A continuación, presentamos algunas de las acciones mediante las cuales no se puede transmitir el virus:
· Estrechar la mano
· Abrazar
· Besar
· Estornudar
· Tocar la piel intacta
· Usar la misma toalla
· Compartir la toalla
· Compartir cubiertos
· Hacer el boca a boca u otras formas de contacto ocasional
· Exponerse a la saliva, las lágrimas y la orina de una persona con VIH
Diagnóstico – imba’asy
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que 1 de cada 7 americanos VIH positivos desconoce el estado de su VIH.
El conocimiento del estado es vital para comenzar un tratamiento y prevenir el desarrollo de más complicaciones graves en el sistema inmunológico y de las infecciones sucesivas.
Análisis de sangre y resultados del VIH
Un médico puede examinar el VIH mediante un análisis de sangre específico. Un resultado positivo significa que han detectado el anticuerpo del VIH en el torrente sanguíneo. La sangre se vuelve a analizar antes de dar un resultado positivo.
Tras una posible exposición al virus, la realización de un análisis y diagnóstico temprano es crucial y mejora de forma considerable las oportunidades de que el tratamiento sea exitoso. También existen equipos para realizar el análisis en casa.
El VIH podría tardar entre 3 y 6 meses en aparecer en los análisis, por lo que se tendrá que volver a analizar la sangre para obtener un diagnóstico definitivo. Las personas con riesgo de infección en los últimos 6 meses pueden realizarse un análisis de inmediato. Normalmente, el médico que se lo realice, le recomendará repetirlo después de unas semanas.Principio del formulario
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Tratamiento 
El seguimiento de un tratamiento antirretroviral puede reducir el VIH a una carga viral indetectable.
Actualmente, no existe ninguna cura disponible para el VIH o el SIDA.
Sin embargo, los tratamientos pueden detener el avance de la enfermedad y permitir que la mayoría de las personas con VIH tengan la oportunidad de vivir una vida relativamente larga y saludable.
El inicio de una TARV al inicio del virus es crucial. Esto mejora la calidad y aumenta la esperanza de vida, además de reducir el riesgo de transmisión, según las directrices de la OMS que presentó en junio de 2013.
Los tratamientos más efectivos y mejor tolerados han evolucionado tanto que pueden mejorar la salud general y la calidad de vida con la simple ingesta de una pastilla al día.
Unapersona con VIH puede reducir la carga viral a tal grado que dejará de ser detectable en el análisis de sangre. Tras evaluar una gran cantidad de estudios, los CDC concluyeron que los individuos que no presentan una carga viral detectable “no sufren el riesgo de transmitir el virus mediante relaciones sexuales a un compañero VIH negativo”.
Prevención
Para evitar contraer el VIH, los profesionales sanitarios aconsejan seguir una serie de precauciones como las siguientes:
Relaciones sexuales con preservativo o profilaxis preexposición
Inyección de drogas y uso compartido de jeringuillas: 
Exposición a los fluidos corporales
Embarazo
Educación
TUBERCULOSIS - MBA’ASY PO’I
Es una enfermedad infecciosa. La causa es una bacteria: el bacilo Mycobacterium Tuberculosis.
Sigue siendo una enfermedad frecuente. Produce la muerte de millones de personas en todo el mundo.
Puede afectar a cualquier parte de nuestro cuerpo. Sobre todo, al aparato respiratorio (pulmones, bronquios, laringe). Estas formas son, además, las más contagiosas.
¿Es una enfermedad contagiosa?
Sí, lo es.
Se contagia sobre todo por vía respiratoria. Cuando un enfermo tose, respira o estornuda elimina bacilos. Estos pueden ser inhalados y llegar así a los pulmones de otras personas.
Hay más riesgo si el contacto es cercano. O cuando pasan mucho tiempo con él en su casa, en la escuela y otros ambientes cerrados.
Los signos y síntomas de la tuberculosis activa incluyen:
· Tos que dura tres semanas o más
· Tos con sangre
· Dolor en el pecho o dolor al respirar o toser
· Pérdida de peso involuntaria
· Fatiga
· Fiebre
· Sudoraciones nocturnas
· Escalofríos
· Pérdida de apetito
Causas
La tuberculosis es causada por bacterias que se contagian de persona a persona a través de gotitas microscópicas diseminadas en el aire. Esto puede suceder cuando una persona con la forma activa de la tuberculosis no tratada tose, habla, estornuda, escupe, se ríe, o canta.
Aunque la tuberculosis es contagiosa, no es fácil contraerla. Es mucho más probable que te contagies de tuberculosis de una persona con quien vives o trabajas que de un desconocido. La mayoría de la gente con tuberculosis activa, que se ha hecho un tratamiento apropiado con medicamentos por al menos dos semanas, ya no es contagiosa.
El riesgo de contraer tuberculosis es mayor para las personas que viven o viajan a áreas con altos índices de tuberculosis y tuberculosis resistente a los medicamentos, que incluyen:
PREVENCIÓN 
La vacuna BCG sirve para prevenir las formas graves de tuberculosis (meningitis tubérculos o tuberculosis diseminada). En Argentina esta vacuna es obligatoria en el Calendario Vacunatorio. Todos los recién nacidos deben recibirla. También se deben controlar todos los contactos que tiene la persona con tuberculosis. Cubrirse la boca al toser o estornudar.
TRATAMINTO 
El tratamiento se realiza con 4 antibióticos durante varios meses. Bajo tratamiento, los síntomas suelen mejoran en 2 a 3 semanas y la persona puede curarse entre los 6 y 12 meses. El pronóstico es excelente si la tuberculosis pulmonar se diagnostica a tiempo y el tratamiento se inicia rápidamente.
Si la persona tiene alguna enfermedad del sistema inmunológico, debe tratarse también esa enfermedad. Si no reciben el tratamiento adecuado, hasta dos terceras partes de las personas con tuberculosis mueren.
Lepra - Kuru vai 
La lepra o enfermedad de Hansen es una enfermedad infecciosa crónica producida por la bacteria Mycobacterium Leprae (bacilo ácido-alcohol resistente) que afecta, especialmente, al sistema nervioso periférico, la piel, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Se caracteriza por la aparición de úlceras cutáneas, falta de sensibilidad en la piel y debilidad muscular.
El ser humano es el único blanco conocido para esta enfermedad. Aunque el contagio es muy difícil, se produce de persona a persona por contacto directo cuando hay proximidad con un enfermo no tratado debido a que se transmite a través de gotículas nasales y orales.
Causas
La lepra surge por la bacteria Mycobacterium Leprae. Su período de incubación oscila entre los nueve meses y los 20 años, según datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad.
La transmisión se produce principalmente cuando una persona con lepra estornuda y los que están a su alrededor aspiran esas gotas en el aire contaminado, cuando existe un contacto estrecho y habitual con enfermos no tratados. Muchas de las personas que entran en contacto con una persona enferma no acaban infectadas porque su sistema inmune aplaca la bacteria.
Los más afectados suelen ser jóvenes de entre 20-30 años. Sin embargo deben tener especial cuidado las embarazadas, ya que, pueden transmitirles al feto la infección, en este caso, es recomendable realizar las pruebas pertinentes al recién nacido. Raramente aparece en menores de tres años 
Síntomas
Las principales manifestaciones que pueden aparecer son las siguientes:
· Las lesiones cutáneas son las reacciones más frecuentes. Suelen ser más claras que el color normal de la piel.
 
· Pueden aparecer lesiones en la piel que no curan después de algunas semanas o meses.
 
· Adormecimiento de la piel debido al daño en los nervios debajo de la piel.
 
· Debilidad muscular.
Prevención
El riesgo de contraer lepra es muy bajo, aún así, la mejor manera de prevenir la enfermedad es el diagnóstico y tratamiento precoz de las personas infectadas y realizar controles a los que  han estado en contacto con los enfermos de lepra.
Tratamientos
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el primer avance importante en el tratamiento se realizó en los años 40 con la dapsona. En los años 60 se conocieron la rifampicina y la clofazimina, juntos se añadieron, a lo que hoy conocemos como tratamiento multimedicamentoso (TMM). La OMS proporciona el tratamiento multimedicamentoso gratuitamente a todos los enfermos de lepra.
 El TMM consiste en la administración de dapsona y rifampicina para todos los pacientes, a los que se añade clofazimina en caso de enfermedad multibacilar (la más severa).
En la actualidad para la lepra paucibacilar se recomienda una combinación de rifampicina y dapsona durante seis meses y una combinación de rifampicina, dapsona y clofazimina durante 12 meses en la lepra multibacilar, prolongándose más tiempo en casos especiales.
SÍFILIS - MBA’ASY VAI
Qué es
La sífilis es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por la bacteria espiroqueta Treponema pallidum. Esta infección se manifiesta en la zona genital, los labios, la boca o el ano, entre otras zonas, y puede producirse tanto en hombres como en mujeres.
En términos generales, se suele contagiar al mantener relaciones sexuales con una persona infectada o, en el caso de los bebés, si su madre la tiene durante el embarazo.
Causas
La bacteria Treponema pallidum causa la infección al penetrar en la piel o en las membranas mucosas con soluciones de continuidad que, por lo general, se localizan en los genitales.
Esta enfermedad puede ocurrir en cualquier zona del mundo, siendo más común que aparezca en las zonas urbanas. En los últimos años está aumentando más rápidamente en los hombres homosexuales.
 La población con más riesgo de contraerla está entre los 15 y 25 años  pero en la actualidad el organismo humano no puede combatirla. Síntomas
Los síntomas se dividen en 3 fases:
Primera fase
En la primera etapa de la enfermedad, aparece una llaga en la zona donde se originó el contagio, pero es probable que existan más. En términos generales, esta llaga es dura, redonda e indolora y por esta última característica suele pasar desapercibida para el paciente.
Estas llagas suelen durar entre 3 o 6 semanas en el cuerpo y se curan independientemente de que se reciba el tratamiento o no, ya que, si aparecen estas llagas, es fundamental que el enfermo acuda al especialista para evitar que la infección pase a la segunda etapa.
Segunda fase
En la fase secundaria son comunes las erupciones en la piel e incluso la aparición de llagas en laboca, la vagina o el ano, también denominadas lesiones de la membrana mucosa.
Estas erupciones pueden aparecer cuando la llaga inicial se está curando o han pasado varias semanas desde que desapareció y se caracterizan por un aspecto de punto duro, de color rojizo o marrón que se localiza en la palma de las manos o en la planta de los pies.
Normalmente no causan picores y en muchas ocasiones son tan poco visibles que es probable que el paciente no perciba que las tiene.
Otros síntomas de esta fase pueden ser: fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida parcial del pelo, dolor de garganta y de cabeza, pérdida de peso o dolor muscular y fatiga.
Tercera fase
La fase latente y avanzada comienza cuando los síntomas anteriores han desaparecido y, en el caso de no haber recibido tratamiento, es probable que el paciente siga estando infectado sin presentar ningún síntoma.
Esta fase se desarrolla entre los 10 y 30 años después de haberse contagiado y sus síntomas más comunes son: dificultad a la hora de coordinar los movimientos, parálisis en ciertas partes del cuerpo, entumecimiento, demencia y ceguera.
Si la enfermedad está muy avanzada puede dañar órganos internos y causar la muerte. 
Prevención
Para evitar contraer esta enfermedad, los especialistas recomiendan las siguientes medidas de precaución:
· No mantener relaciones sexuales con personas contagiadas.
· Mantener relaciones con una pareja a la que le hayan realizado pruebas de la ITS y hayan salido negativas.
· Usar medidas de precaución a la hora de mantener relaciones sexuales: condones de látex, por ejemplo.
Lavarse las zonas genitales con frecuencia o realizarse una ducha vaginal después de mantener relaciones sexuales no previene de la enfermedad, pero Sí disminuye el riesgo. 
Tratamientos
La sífilis puede tratarse con antibióticos. La duración del tratamiento dependerá de la magnitud de la enfermedad y de otros factores relacionados con la salud general del paciente.
Para tratar la enfermedad durante el embarazo, se suele administrar penicilina y en el caso de ser alérgico, se procede a desensibilizar al paciente y posteriormente tratarlo con este fármaco.
Horas después de haber recibido el tratamiento en las etapas iniciales de la enfermedad, el paciente puede experimentar una reacción denominada de Jarisch Herxheimer.
SÍNTOMAS 
· Escalofríos.
· Dolores musculares y de cabeza.
· Fiebre.
· Sensación de indisposición general o malestar.
· Dolores articulares.
· Náuseas.
· Sarpullido: área en la piel que está irritada o inflamada.
Estos síntomas generalmente suelen desaparecer al cabo de 24 horas y el especialista deberá hacer exámenes sanguíneos de control a los 3, 6, 12 y 24 meses. 
EFERMEDADES NO TRANSMISIBLES – MBA’ASY NDOVAIGUA
Hipertensión arterial – Ojupi ipresión 
Qué es
La hipertensión arterial es una patología crónica en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear.
Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y estos pueden tardar mucho tiempo en manifestarse. Sin embargo, constituye el factor de riesgo cardiovascular más prevalente.
En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en España. La hipertensión es una patología tratable, pero su falta de control puede desencadenar complicaciones graves, como infarto de miocardio, insuficiencia cardiaca o ictus.
Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Este daño en las paredes de los  vasos sanguíneos favorece que se depositen colesterol y triglicéridos en ellas, por eso lo que hace que la hipertensió sea un de riesgo muy importante para el desarrollo de arterioesclerosis.
Causas
Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la hipertensión arterial, sí se ha relacionado con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. Conviene separar aquellos relacionados con la herencia genética, el sexo, la edad y la raza, y por tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos y el ambiente en el que viven las personas, como la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de ciertos fármacos y un estilo de vida muy sedentario.
Causas no modificables
Factores genéticos:
La predisposición a desarrollar hipertensión arterial está vinculada a que un familiar de primer grado tenga esta patología. Aunque se desconoce el mecanismo exacto, la evidencia científica ha demostrado que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertensos, las posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres sin problemas de hipertensión.
Sexo:
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que estas llegan a la edad de la menopausia. A partir de esta etapa la frecuencia en ambos sexos se iguala. Esto se debe a las hormonas femeninas que protegen a la mujer durante la edad fértil, que reducen su riesgo de padecer en fermedades cardiovasculares.
Edad y raza:
La edad es otro factor que influye sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con los años.
En cuanto a la raza, los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión que los de raza blanca, además de tener un peor pronóstico.
Causas modificables
Sobrepeso y obesidad:
Los individuos con sobrepeso están más expuestos a tener más alta la presión arterial que los que presentan peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. La frecuencia de la hipertensión arterial entre los obesos, independientemente de la edad, es entre dos y tres veces superior a la de los individuos con un peso normal.
No se sabe con claridad si es la obesidad por sí misma la causa de la hipertensión o si hay un factor asociado que aumente la presión en personas con sobrepeso. Al parecer, a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que serían en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto que la reducción de peso hace que desaparezcan estas alteraciones.
Síntomas
Según Julián Segura, de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (Seh-Lelha), “la mayor limitación a la hora de detectar la hipertensión es que la mayoría de los casos transcurren sin que haya ningún síntoma y, por lo tanto, la enfermedad pasa desapercibida, con el riesgo que eso conlleva”.
Segura indica que hay síntomas inespecíficos, como las cefaleas, que ayudan a detectarla porque ponen en alerta al paciente que decide ir al médico o acudir a la farmacia a que les tomen la tensión. Sin embargo, señala que esos síntomas no se pueden atribuir a la hipertensión porque coinciden en el tiempo como respuesta al dolor.
En el caso de los hipertensos que han estado sin diagnóstico durante mucho tiempo, el presidente señala que estos pueden sufrir en un momento dado una complicación, como una angina de pecho, que es un síntoma derivado de esa complicación.
Prevención
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad, son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología. Dejar de fumar también previene esta patología, ya que el tabaco eleva la presión arterial.En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.
Tratamientos
Para tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones:
Mejora de los hábitos de vida
El paciente tiene que llevar una dieta saludable, disminuir el consumo de calorías, de azúcares y grasas y aumentar la práctica de ejercicio físico. Estas dos prácticas tienen como resultado un mejor control del peso y si el peso está bien controlado es una manera sencilla de controlar la hipertensión. También se recomienda dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol.
Tratamientos farmacológicos
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en día existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial. Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos casos esta medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la presión arterial.
Los fármacos para la hipertensión se dividen en los siguientes grupos:
· Diuréticos (tiazidas, clortalidona e indapamida).
 
· Betabloqueantes.
 
· Antagonistas del calcio.
 
· Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA).
 
· Antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II).
Cabe añadir un sexto grupo, los alfabloqueantes, que se consideran de segunda o tercera línea de tratamiento
Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que los pacientes sean constantes con los tratamientos. Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por ciento de los pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones de los especialistas en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los tratamientos que tienen prescritos.
Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos años, los pacientes tienden a relajarse con las instrucciones que le da el médico. Esto puede tener una serie de consecuencias. La principal es que tendrá la hipertensión mal controlada, lo que a largo plazo puede derivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de miocardio, ictus, deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas, entre otros.
Diabetes - Tuguyasuka
Qué es
La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia), ya que no se distribuye de la forma adecuada. Noemí González, secretaria de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital La Paz, de Madrid, explica que la glucosa elevada puede ser perjudicial "para todo el organismo, pero principalmente para el corazón, el riñón y las arterias, por lo que las personas que tienen diabetes y no lo saben o no la tratan tienen más riesgo de problemas renales, infartos, pérdida de visión y amputaciones de miembros inferiores".
Causas
Luis Ávila, vocal de la Junta Directiva de la SED, apunta que "no se conoce la causa exacta de la diabetes, entre otras cosas porque hay muchos tipos diferentes". De hecho, el momento de aparición de la enfermedad, las causas y los síntomas que presentan los pacientes dependen del tipo de diabetes:
Diabetes tipo 1
Aparece generalmente en niños, aunque también puede iniciarse en adolescentse y adultos. Suele presentarse de forma brusca y muchas veces independientemente de que existan antecedentes familiares.
Se produce una destrucción de las células que producen la insulina en el páncreas (las células beta) por autoanticuerpos. "Es decir, el organismo ataca a sus propias células como si fueran extrañas (como ocurre en la enfermedad celíaca, y en otras enfermedades autoinmunes)", aclara González. El mecanismo inicial que induce la aparición de estos anticuerpos no está totalmente identificado y es muy complejo. Se investiga si el origen está, según Ávila, en "una predisposición genética que, debido a diferentes factores ambiantales, produce esa respuesta autoinmune que destruye esas células".
Diabetes tipo 2
Surge en la edad adulta, su incidencia aumenta en personas de edad avanzada y es unas diez veces más frecuente que la tipo 1. En ella se produce una disminución de la acción de la insulina, de forma que, aunque haya mucha, no puede actuar. González indica que se da "un componente mixto: por un lado, hay menor insulina en el páncreas y, por otro, esta insulina funciona peor en los tejidos (la denominada resistencia a la insulina)".
"Su principal causa es la obesidad porque el tejido graso produce determinadas sustancias que disminuyen la sensibilidad de los receptores de la insulina", agrega Ávila. Puesto que la obesidad ha crecido de forma muy significativa en España, también lo ha hecho este tipo de diabetes.
Diabetes gestacional
Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces, este incremento no se produce, lo que puede originar una diabetes gestacional. Suele desaparecer tras el parto, pero estas mujeres tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 a lo largo de su vida 
Síntomas
Entre los posibles síntomas de una elevación de la glucosa se encuentran los siguientes:
· Mucha sed (polidipsia).
 
· Sensación de mucha hambre (polifagia).
 
· Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria).
 
· Pérdida de peso, a pesar de comer mucho.
 
· Cansancio.
 
· Visión borrosa.
 
· Hormigueo o entumecimiento de manos y pies.
 
· Infecciones fúngicas en la piel recurrentes.
Si la glucosa sube despacio, de forma progresiva (en general, en la diabetes tipo 2), pueden pasar años hasta que comiencen los síntomas, y por ello la enfermedad puede pasar inadvertida. "Que no duela no quiere decir que no haga daño, y de ahí la importancia del diagnóstico precoz para prevenir la aparición de complicaciones", recalca González.
Prevención
En la actualidad no es posible prevenir la diabetes tipo 1, a pesar de los múltiples intentos que se han hecho.
La diabetes tipo 2, que es la más frecuente, sí se puede prevenir. Puesto que la causa más importante es la obesidad, "todas las acciones que tengan que ver con la prevención de la obesidad -evitar el sedentarismo, la comida basura, las bebidas azucaradas...- van a tener un resultado positivo", subraya González, quien afirma que se sabe "que un estilo de vida saludable reduce en un 80 por ciento las posibilidades de tener diabetes tipo 2".
Una vez que se ha diagnosticado la enfermedad, hay que prevenir la aparición de complicaciones micro y macrovasculares. El seguimiento del tratamiento prescrito, así como de las recomendaciones dietéticas y de actividad física es fundamental para evitar complicaciones como las cardiovasculares, las renales, la retinopatía diabética o el pie diabético. Además, se aconseja la realización de revisiones periódicas, entre las que destacan las siguientes:
· Fondo de ojo.
 
· Análisis de la función renal.
 
· Revisiones de los pies.
 
· Electrocardiograma.
 
· Medición de la presión arterial.
Las personas con diabetes también deben estar atentas a la aparición de hipoglucemia (bajo nivel de glucosa en sangre). Actualmente se considera que una persona tiene una hipoglucemia cuando su nivel de azúcar en sangre es menor de 70 mg/dl. Es la complicación aguda de ladiabetes más frecuente y puede aparecer en multitud de circunstancias:
· Dosis de insulina excesiva.
 
· Insuficientes hidratos de carbono en las comidas.
 
· Comidas retrasadas en el tiempo.
 
· Ejercicio extra para la dosis de insulina administrada.
 
· Algunos antidiabéticos orales también pueden causar hipoglucemia.
 
· Administración de la insulina en músculo en lugar de en tejido subcutáneo.
 
· Errores en la administración de insulina (administrar insulina rápida en lugar de retardada o errores de dosis).
 
· Bañarse o ducharse con agua muy caliente poco después de haberse pinchado la insulina.
Entre las medidas para prevenir la hipoglucemia cabe citar la realización de un mayor número de controles de glucemia durante el día, sobre todo si se ha hecho ejercicio físico, así como la planificación con antelación del ejercicio físico que se va a realizar para poder ajustar la insulina que se va a administrar y los hidratos de carbono que se van a comer. En este sentido, los expertos recalcan que nunca se debe administrar la insulina sin haberse hecho un control de glucemia.
Tratamientos
El tratamiento de la diabetes se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad.
La insulina es el único tratamiento para la diabetes tipo 1. hoy en día solo puede administrarse inyectada, ya sea con plumas de insulina o con sistemas de infusión continua (bombas de insulina). "Es preciso ajustar la administración de insulina a lo que la persona come, la actividad que realiza y sus cifras de glucosa, por lo que el paciente debe medirse la glucosa de forma frecuente, mediante el uso de glucómetros (pinchándose los dedos) o con sensores de glucosa interticial (alguno ya está financiado en varias comunidades autónomas), de forma más sencilla y menos dolorosa", comenta González.
La diabetes tipo 2 tiene un abanico terapéutico más amplio. En este caso, a diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1, no siempre va a ser precisa la administración insulina. Adoptando un estilo de vida saludable y perdiendo peso, los niveles de glucosa pueden normalizarse.
Junto a ello, añade la endocrinóloga, "el uso de uno o más fármacos que ayuden a que la insulina funcione mejor van a ser la mejor opción de tratamiento". Según Ávila, el fármaco que se prescriba "dependerá fundamentalmente de las características clínicas del paciente". Los grupos terapéuticos disponibles son los siguientes:
· Biguanidas, de las cuales solo se utiliza la metformina.
 
· Inhibidores de la alfa decarboxilasa.
 
· Sulfonilureas.
 
· Inhibidores de la enzima DPP-4.
 
· Antagonistas de SGLT-2.
 
· Agnoistas de GLP-1.
 
· Insulinas.
CANCER - AKYTĀ’AI
Descripción general
El cáncer se refiere a cualquiera de una gran cantidad de enfermedades caracterizadas por el desarrollo de células anormales que se dividen de manera incontrolable y tienen la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal. El cáncer a menudo tiene la capacidad de extenderse a todo el cuerpo.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo. Sin embargo, las tasas de supervivencia están mejorando para muchos tipos de cáncer, gracias a las mejoras en la detección y el tratamiento del cáncer. 
Síntomas
Los signos y síntomas causados por el cáncer varían según la parte del cuerpo afectada.
Algunos signos y síntomas generales asociados con el cáncer, pero no específicos de esta enfermedad, son:
· Fatiga
· Bulto o zona de engrosamiento que puede palparse debajo de la piel
· Cambios de peso, como aumentos o pérdidas de peso no intencionales
· Cambios en la piel, como pigmentación amarillenta, oscurecimiento o enrojecimiento de la piel, llagas que no se curan o cambios en lunares existentes
· Cambios en los hábitos de evacuación de la vejiga o los intestinos
· Tos persistente o dificultad para respirar
· Dificultad para tragar
· Ronquera
· Indigestión persistente o malestar después de comer
· Dolor muscular o articular persistente, sin causa aparente
· Fiebre o sudoraciones nocturnas persistentes, sin causa aparente
· Sangrado o hematomas sin causa aparente
Causas
El cáncer es ocasionado por cambios (mutaciones) en el ADN dentro de las células. El ADN dentro de una célula viene en un gran número de genes individuales, cada uno contiene un grupo de instrucciones que indica a la célula qué funciones realizar, y cómo crecer y dividirse. Los errores en las instrucciones pueden hacer que la célula detenga su función normal y se convierta en una célula cancerosa.
Factores de riesgo
Aunque los médicos tienen una idea de lo que puede aumentar tu riesgo de cáncer, la mayoría de los casos de cáncer ocurren en personas que no tienen factores de riesgo conocidos. Los factores conocidos que aumentan el riesgo de cáncer comprenden los siguientes:
La edad
El cáncer puede tardar décadas en manifestarse. Es por eso que la mayoría de las personas con diagnóstico de cáncer tienen 65 años o más. Aunque es frecuente en los adultos mayores, el cáncer no es una enfermedad exclusivamente de adultos, y puede diagnosticarse a cualquier edad.
Los hábitos
Se sabe que algunos estilos de vida aumentan el riesgo de cáncer. Fumar, beber más de una copa de bebida alcohólica por día (para mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65) o dos copas por día (para los hombres menores de 65 años), la exposición excesiva al sol o las quemaduras de sol frecuentes con ampollas, estar obeso y tener sexo sin protección pueden contribuir a causar cáncer.
Puedes cambiar estos hábitos para disminuir el riesgo de padecer cáncer, aunque algunos hábitos son más fáciles de cambiar que otros.
Los antecedentes familiares
Solo una pequeña parte de los casos de cáncer se deben a un trastorno hereditario. Si el cáncer es frecuente en tu familia, es posible que haya mutaciones que pasen de una generación a la siguiente. Puedes ser un candidato para análisis genéticos a fin de determinar si tienes mutaciones hereditarias que pueden aumentar el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer. Ten presente que una mutación genética hereditaria no necesariamente significa que tendrás cáncer.
Los trastornos de salud
Algunos trastornos crónicos, como la colitis ulcerosa, pueden aumentar notablemente el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer. Habla con el médico sobre tus riesgos.
El entorno
Tu entorno puede contener sustancias químicas perjudiciales que pueden aumentar el riesgo de cáncer. Aunque no fumes, puedes inhalar humo ambiental si estás en un lugar donde la gente fuma o si vives con un fumador. Las sustancias químicas del hogar o el lugar de trabajo, como asbesto y bencina, también se asocian con mayor riesgo de cáncer.
Prevención
No existe una manera cierta para prevenir el cáncer. Sin embargo, los médicos identificaron diversos modos para reducir el riesgo de cáncer, como los siguientes:
· Deja de fumar. Si fumas, deja de hacerlo. Si no fumas, no empieces a hacerlo ahora. Fumar está relacionado con distintos tipos de cáncer, no únicamente con el cáncer de pulmón. Suspenderlo ahora reducirá el riesgo de padecer cáncer en el futuro.
· Evita la exposición excesiva al sol. Los rayos ultravioleta (UV) perjudiciales del sol pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel. Limita tu exposición al sol quedándote en la sombra, usando ropa de protección y colocándote protector solar.
· Sigue una dieta saludable. Elige una dieta rica en frutas y vegetales. Selecciona cereales integrales y proteínas magras.
· Haz ejercicio la mayoría de los días de la semana. El ejercicio regular está relacionado con un bajo riesgo de cáncer. Intenta hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio la mayoría de los días de la semana. Si no has estado realizando ejercicios con frecuencia, comienza despacio y trabaja de a poco hasta llegar a los 30 minutos o más.
· Mantén un peso saludable. Tener sobrepeso u obesidad incrementa el riesgo de padecer cáncer. Trabaja para lograrun peso saludable y para mantenerlo a través de una combinación de dieta saludable y de ejercicio regular.
· En caso de que elijas beber alcohol, hazlo con moderación. Si decides beber alcohol, limítate a un vaso por día si eres una mujer de cualquier edad o un hombre mayor de 65 años o a dos vasos por día si eres un hombre menor de 65 años.
· Programa análisis para la detección de cáncer. Habla con el médico acerca de qué tipos de análisis para la detección de cáncer son los más adecuados para ti en función de tus factores de riesgo.
· Consulta con el médico sobre las vacunas. Algunos virus aumentan el riesgo de padecer cáncer. Las vacunas pueden ayudar a prevenir esos virus, incluso la hepatitis B, que aumenta el riesgo de cáncer de hígado, y el virus del papiloma humano (VPH), que aumenta el riesgo de cáncer de útero y de otros tipos de cáncer. Consulta con el médico si las vacunas contra estos virus son adecuadas para ti.

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