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© E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 634 61 Síndrome metabólico en pediatría Leticia García Morales Se conoce como síndrome metabólico (SM) al conjunto de factores de riesgo para el desarrollo de diabetes me- llitus tipo 2 (DM2) y enfermedad cardiovascular (ECV) que por lo general se asocia a obesidad, dislipidemia ate- rogénica, elevación de la presión arterial, alteración en la tolerancia a la glucosa, lo que condiciona un estado pro- trombótico y proinflamatorio. Cualesquiera que sean los parámetros utilizados para el diagnóstico se ha observado que el SM se ha incrementado en todo el mundo en los últimos años. La prevalencia creciente de DM2 en niños y ado- lescentes ha generado cada vez mayor preocupación en la detección y tratamiento en estos grupos de edad con riesgo metabólico y cardiovascular. No existe duda de que los cambios en el estilo de vida de niños y adolescentes han contribuido de manera impactante en el desarrollo de obesidad, siendo ésta el principal factor asociado al desarrollo de SM. La obesi- dad, principalmente la abdominal, favorece el desarro- llo de resistencia a la acción de la insulina, que origina hiperinsulinemia, hiperglucemia y liberación de citoci- nas producidas en el tejido adiposo (adipocitocinas) que producen este estado proinflamatorio y protrombótico característico del SM. Si bien no son muchos los estudios longitudinales que evalúen el efecto a largo plazo del SM en niños y adolescentes, la evidencia es clara en que la incidencia de DM2 y ECV en adultos es mayor cuando existen compo- nentes de SM en la edad pediátrica, de ahí la importancia de su detección oportuna. GENERALIDADES La asociación entre obesidad abdominal, síndrome me- tabólico y DM2 se ha delimitado muy bien. Se calcula que de 50 a 80% de los más de 250 millones de adultos con diabetes que existen en el mundo, están en riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares. Mientras que los pacientes con SM tienen dos veces más riesgo de mo- rir por eventos cardiovasculares y tres veces más de tener enfermedades cardiovasculares que aquellos que no tie- nen SM. En adultos, se ha demostrado que el SM incre- menta cinco veces el riesgo de desarrollar DM2. Se ha considerado que en la actualidad, una cuarta parte de la población adulta del mundo cursa con SM, entidad que, como ahora sabemos, aparece en la edad pediátrica, si bien aún no existen datos claros en la población infantil, lo que obliga a que en países, como México, protagónicos de esta epidemia de obesidad infantil se realicen estudios epidemiológicos que permitan establecer la prevalencia de estas alteraciones metabólicas tan frecuentes en la po- blación pediátrica. En 2004 la OMS reportó que cerca de 22 millones de niños menores de cinco años y 10 de entre 5 y 17 años tenían sobrepeso u obesidad. En México, la Encuesta Na- cional de Salud y Nutrición del 2012 reveló un incre- mento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad de 14.1 (22.8 a 36.9) en niñas en edad escolar y de 6.5 ( 25.5 a 32) en niños de la misma edad. DEFINICIÓN Si en la población adulta existen controversias en cuanto a la definición de SM, en los niños estas controversias son aún mayores, en especial, por las diferencias que existen en los puntos de corte de los distintos componentes que integran el SM, y a que no están claras las diferencias en el riesgo que confiere el síndrome o incluso la aparición de cada uno de sus componentes. La falta de un consenso en la definición de SM en pacientes pediátricos dificulta definir estrategias claras de prevención y tratamiento, así como comparar estudios http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 635 de prevalencia. Los cambios fisiológicos normales que ocurren en los niños durante la etapa de crecimiento y desarrollo puberal originan importantes variaciones en la sensibilidad a la insulina y en los parámetros bioquímicos de los que dependen. Ante esta situación la adaptación que se ha hecho en los niños de los criterios de adultos, resulta ser incorrecta. En los niños, los parámetros consi- derados como parte del SM son la obesidad abdominal, dislipidemia (hipertrigliceridemia y disminución del co- lesterol de lipoproteínas de alta densidad), hipertensión arterial y alteración en el metabolismo de glucosa. En el cuadro 61-1 se muestran algunas de las definiciones propuestas para integrar el diagnóstico de SM en la edad pediátrica. Debido a los cambios fisiológicos propios de la edad y de las distintas etapas puberales resulta erróneo consi- derar los distintos componentes del SM como variables dicotómicas en la población infantil, por lo que se ha propuesto evaluar estas alteraciones mediante paráme- tros continuos considerando las distintas propuestas en concentraciones de lípidos, circunferencia de cintura y cifras de presión arterial, que toman en cuenta percenti- las normales para cada edad, género y desarrollo puberal, sin embargo, aún no existen acuerdos universales sobre este punto. La mayoría de las definiciones establecen que tres o más de estos criterios permiten establecer el diagnóstico de SM. En niños y adultos se ha encontrado que el índice de HOMA–IR (instrumento de medición de resistencia a la insulina validado y útil en la práctica clínica) está elevado en pacientes con obesidad y alguno de los otros componentes del SM, lo que sugiere sólo un continuo en la expresión de los distintos componentes, con un origen fisiopatológico común. Los puntos de cor- te aceptados para definir estas alteraciones se discutirán en la sección de diagnóstico. EPIDEMIOLOGÍA En la población infantil se ha reportado una prevalencia de SM dese el 1.2 hasta 22.6, variabilidad que obedece a los distintos criterios utilizados para el diagnóstico. Pre- valencia que incrementa hasta 60 cuando se considera de manera exclusiva a los niños con sobrepeso y obesidad. Considerando los criterios diagnósticos de SM de la guía para el tratamiento de los adultos III (ATPIII) modi- ficados aplicados a la población reportada en la encuesta NHANES 1999-2002 (National Health and Nutrition Examination Survey), la prevalencia de SM en pacientes pediátricos se reportó de 2 a 9 dependiendo del grupo étnico estudiado. Ferranti et al investigaron esta pobla- ción y encontraron que 63.4 de la población infantil te- nían al menos un componente del SM, 9.2 manifestaron SM completo (tres o más componentes) y 1.6 tenían más de cuatro componentes. Lo más relevante de su estudio fue el hecho de que en la población mexicoamericana la prevalencia de SM fue mayor que en la población total estudiada, 12.9 contra 9.2 respectivo. Durante el periodo de estudio de la encuesta se observó además un incre- mento en la prevalencia de SM en adolescentes obesos de 12 a 44%. En un estudio realizado en el norte de la República Mexicana (Tamaulipas), Rodríguez-Morán et al, deter- minaron la prevalencia de SM en 965 niños y adoles- Cuadro 61-1. Definiciones propuestas para el diagnóstico de síndrome metabólico en pacientes pediátricos Parámetros ATP III Modificados (NCEP*) IDF* NHANES III OMS* Circunferencia de cintura ≥ percentil 90 10 a 16 años: ≥ percentil 90 o valores de corte de los adultos si son meno- res Mayores de 16 años: ≥ 90 cm en hombres y ≥ 80 cm en mujeres ≥ percentil 90 IMC No se considera No se considera No se considera > percentil 95 Triglicéridos ≥ 110 mg/dL ≥ 150 mg/dL ≥ 110 mg/dL Menores de 10 años > 105 mg/dL Mayores de 10 años > 136 mg/dL Colesterol HDL ≤ 40 mg/dL ≤ 40 mg/dL ≤ 40 mg/dL ≤ 35 mg/dL Presión arterial ≥ percentil 90 Sistólica ≥ 130, diastólica ≥ 85 mm Hg ≥ percentil 90 ≥ percentil 95 Glucosa ≥ 100 mg/dL ≥ 100 mg/dL Glucosa en ayuno ≥ 110 mg/dL Hiperinsulinemia ogluco- sa en ayuno alterada, o intolerancia a la glucosa. Diagnóstico de síndrome metabólico ≥ 3 de parámetros ante- riores Obesidad central más 2 o más de los otros criterios Todos los parámetros an- teriores ≥ 3 de los parámetros an- teriores * NCEP = National Cholesterol Education Program, IDF = International Diabetes Federation, OMS = Organización Mundial de la Salud. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 636 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) centes mexicanos entre 12 y 18 años de edad, utilizando los criterios del (National Cholesterol Education Program) NCEP/ATPIII, OMS, Asociación Americana de Endocri- nólogos Clínicos, Grupo Europeo para el estudio de la Resistencia a la Insulina (EGIR) y el Grupo de Investi- gación en Diabetes y Enfermedades Crónicas (REGO- DCI). La prevalencia de obesidad en este grupo fue de 28, encontraron hipoalfalipoproteinemia en 20, hipertri- gliceridemia en 10, hiperglucemia en 8 e hipertensión arterial en 7%. La prevalencia de SM reportada fue la siguiente: REGODCI 7.8, AACE 7.7, ATP-III 6.5, OMS 4.5 y EGIR 3.8%. En otro estudio realizado en 2004 en el Hospital In- fantil de México, Federico Gómez, se encontró una pre- valencia de SM en un grupo de 94 niños obesos entre 4 y 14 años de 32 utilizando los criterios modificados de ATP-III, resultados concordantes con los reportados por Ferranti en población obesa mexicoamericana. En 2003, Cook reportó una prevalencia de SM en adolescentes obesos norteamericanos entre 12 y 19 años de edad de 28.7, mientras que en aquellos con sobrepeso, la prevalencia de SM fue de 6.8 y de 0.1 en adolescentes con peso normal. De acuerdo a estadísticas nacionales de EUA se estimó que cerca de 910 000 adolescentes tenían SM en ese tiempo. La prevalencia de las alteraciones metabólicas varían dependiendo a la definición utilizada: obesidad abdomi- nal de 9.3 a 16.1, hipertensión de 4.2 a 10, hipertriglice- ridemia de 8.4 a 24.2, colesterol HDL bajo de 10 a 22.7 e hiperglucemia de 1.7 a 10.8. De acuerdo a lo anterior, en la población pediátrica el sobrepeso/obesidad y la dis- lipidemia son los hallazgos de SM con mayor prevalencia. La distribución étnica y racial del SM en pacientes pediátricos es similar a la de adultos, con la mayor pre- valencia en mexicoamericanos, seguidos por caucásicos no hispanos y negros no hispanos (12.9, 10.9 y 2.9 res- pectivamente). Los nativos americanos son el grupo de más alto riesgo, como se observa en el estudio de nativos canadienses (Oji-Cree) en donde niños y adolescentes entre 10 y 19 años de edad tienen una prevalencia de SM de 19 utilizando los criterios de NCEP/ATPIII. En el cuadro 61-2 se mencionan las prevalencias reportadas en estudios que involucran población mexicoamericana y mexicana. En uno de los pocos estudios mexicanos publicados se encontró que en niños entre 11 y 13 años, la principal alteración del SM es la dislipidemia, caracterizada por concentraciones de colesterol de lipoproteínas de alta densidad (C-HDL) bajos en 69, obesidad abdominal en 49, hipertrigliceridemia en 29, hipertensión arterial sis- tólica en 8, hipertensión arterial diastólica en 13, intole- rancia a la glucosa en 4, resistencia a la insulina en 51 y SM en 20%. Con la evidencia mencionada, es fácil entender que la población infantil mexicana tiene un riesgo mayor de desarrollar estas alteraciones que componen al SM, por lo que, independiente de la definición que se aplique, el objetivo será la identificación temprana de estos factores de riesgo, la que sólo se logrará a través de la búsqueda intencionada. FISIOPATOLOGÍA Se ha demostrado que la obesidad, sobre todo abdomi- nal, es el principal factor asociado al desarrollo de SM. Se ha considerado, incluso, que por cada centímetro más en la circunferencia de cintura se incrementa el riesgo de desarrollar SM un 7.4%. Desde los experimentos de parabiosis realizados por Coleman en 1973, y la posterior caracterización de la leptina en 1974 por Friedman, se reconoció al adipocito como un órgano activo, capaz de responder a múltiples estímulos metabólicos y de secretar hormonas, péptidos y sobre todo citocinas, en su mayor parte inflamatorias, lo que modificó por completo los conceptos básicos que se tenían acerca de la obesidad, reconociéndose ésta, como una de las denominadas patologías complejas, y en particular como un estado inflamatorio crónico de bajo grado de inflamación, cuyo principal órgano diana es el endotelio vascular. Entre estos productos secretados por el adipocito se incluyen citocinas inflamatorias, marcado- res trombóticos e inflamatorios y sustancias vasoactivas que contribuyen en forma directa o indirecta al desarro- llo de SM. El tejido graso visceral es muy activo en la producción de citocinas inflamatorias, por lo que en la actualidad, el marcador de riesgo más importante dentro de los componentes del SM es la grasa abdominal y, por lo tanto, el empleo de parámetros clínicos que permitan evaluar la grasa abdominal resultan fundamentales en la evaluación de estos pacientes. El incremento en la grasa intrabdominal se correlaciona con mayores concentra- ciones de insulina basales, incremento en los triglicéridos y disminución en el colesterol HDL y apolipoproteína A-1. Se ha observado que por cada mm/dL que incre- menten los valores de triglicéridos, el riesgo de SM incre- menta en 1.3 %. El mecanismo fisiopatológico que asocia la obesidad con el SM es la resistencia a la insulina, la cual se defi- ne como la incapacidad de la misma, a concentraciones normales, para mantener concentraciones de glucemia normales. Está bien demostrado que el aumento de la grasa abdominal ocasiona mayor actividad lipolítica de los adipocitos depositados en grandes cantidades en esta región, lo que genera mayor liberación de citocinas in- flamatorias (interleucina-6, factor a de necrosis tumoral (TNF-a), factores del complemento, sustancias vasoacti- vas y protrombóticas, entre otras) y ácidos grasos libres, así como menor producción de adiponectina, única cito- cina antiinflamatoria y antiaterogénica producida por el adipocito, generándose así el estado inflamatorio crónico. En el nivel celular, la resistencia a la insulina (RI) se caracteriza por una inadecuada señalización de la insuli- na a partir de la unión a su receptor, hasta los sustratos finales de su acción biológica, que involucra múltiples procesos metabólicos y mitogénicos de la función celular. En términos generales la RI origina: a) aumento en la li- beración de ácidos grasos libres, b) inflamación, c) estrés oxidativo y d) alteraciones en la expresión génica. Estas consecuencias metabólicas se originan por di- versas alteraciones en muchos de los pasos de las vías de señalización de la insulina: hiperfosforilación de residuos http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 637 de tirosina, disfunción de proteínas y factores de trans- cripción, inhibición de la transcripción génica, disfunción mitocondrial, entre otros; que a su vez son originados por factores del medio ambiente, en particular, exceso de ingesta de ácidos grasos y azúcares simples, falta de rea- lización de ejercicio estructurado, dietas desequilibradas, ayunos prolongados y, en general, todos los malos hábitos que favorezcan alteraciones en la homeostasis de energía, sobre todo en individuos con predisposición genética a la resistencia a la insulina. La RI se traduce como falta de acción de la insulina en sus órganos diana, ocasionando alteraciones en el me- tabolismo de los carbohidratos, dislipidemia aterogénica, disfunción adipocitaria y endotelial, hipercoagulabilidad y elevación de marcadores inflamatorios.ETIOLOGÍA Factores de riesgo Tanto la obesidad como el SM son prototipos de las pa- tologías complejas, por lo que se requiere de la parti- cipación de factores genéticos y de un medio ambiente permisivo (estilo de vida sedentario, inadecuada ingesta Cuadro 61-2. Prevalencias de síndrome metabólico estimadas para población pediátrica mexicana y mexicoamericana Estudio Criterios diagnósticos Prevalencia NHANES 1999-2002 de 12 a 19 años de edad Tres o más de los siguientes: Circunferencia de cintura ≥ percentil 90 de acuerdo a edad y sexo • Glucosa en ayuno ≥ 100 mg/dL • Triglicéridos ≥ 110 mg/dL • Colesterol HDL ≤ 35 mg/HDL • Presión arterial ≥ percentil 90 de acuerdo a edad y sexo General 3.5% Hombres 5.1% Mujeres 1.7% Afroamericanos 2% Mexicoamericanos 3.3% Peso normal 0.9% Obesos 14.5% NHANES 1999-2004 de 12 a 17 años de edad Obesidad más dos o más de los siguientes: • Circunferencia de cintura ≥ percentil 90 de acuerdo a edad y sexo • Glucosa en ayuno ≥ 100 mg/dL o diagnóstico previo de DM2 • Triglicéridos ≥ 150 mg/dL • Colesterol HDL ≤ 40 mg/dL Presión arterial sistólica ≥ 130 mm Hg o diastólica ≥ 85 mm Hg General 4.4% Hombres 6.6% Mujeres 2.1% Blancos 4.5% Afroamericanos 2.7% Mexicoamericanos 6.6% EUA NHANES 1999-2002 de 12 a 19 años de edad Tres o más de los siguientes criterios: • Circunferencia de cintura ≥ percentil 90 de acuerdo a edad y sexo • Glucosa en ayuno ≥ 100 mg/dL • Triglicéridos ≥ 150 mg/dL • Colesterol HDL ≤ 40 mg/dL • Presión arterial sistólica o diastólica > percentil 90 para edad y sexo General 9.4% Hombres 13.2% Mujeres 5.3% Afroamericanos 5.2% Mexicoamericanos 11.1% Peso normal 1.6% Sobrepeso 7.8% Obesidad 44.2% México Niños y adolescentes de 7 a 24 años de edad del Estado de Morelos Tres o más de los siguientes criterios: • Circunferencia de cintura ≥ percentil 75 de acuerdo a edad y sexo • Glucosa en ayuno ≥ 110 mg/dL • Triglicéridos ≥ 100 mg/dL • Colesterol HDL < 45 mg/dL en hombres y < 50 mg/dL en mujeres • Presión arterial sistólica o diastólica > percentil 90 para edad y sexo General 19.6% Hombres 20.2% Mujeres 19.2% Peso normal 4.7% Sobrepeso/obesidad 52.8% EUA Latinoamericanos de 8 a 13 años de edad con sobrepeso u obe- sidad Tres o más de los siguientes: • Circunferencia de cintura ≥ percentil 90 de acuerdo a edad y sexo • Intolerancia a la glucosa • Triglicéridos ≥ percentil 90 para edad y sexo • Colesterol HDL ≤ percentil 10 para edad y sexo. • Presión arterial sistólica o diastólica ≥ percentil 90 para edad y sexo General 22% Hombres 29% Mujeres 13% EUA Latinoamericanos de 8 a 13 años de edad con sobrepeso u obe- sidad Tres o más de los siguientes: • Circunferencia de cintura ≥ percentil 90 de acuerdo a edad y sexo • Glucosa en ayuno ≥ 100 mg/dL • Triglicéridos ≥ 150 mg/dL • Colesterol HDL ≤ 40 mg/dL en hombres y ≤ 50 mg/dL en mujeres • Presión arterial sistólica o diastólica ≥ percentil 90 para edad y sexo General 29% México Criterios de la IEDF General 6.7% http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 638 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) alimentaria) para que se desarrollen. Considerando que la obesidad es el principal factor asociado al SM, se dis- cutirán los factores de riesgo comunes. Factores genéticos Los antecedentes familiares de enfermedades relaciona- das a resistencia a la insulina, como DM2, sinergizan el potencial de otros factores de riesgo no genéticos, como el peso bajo al nacer para desarrollar SM. Dentro de este fenómeno, cada vez más comple- jo, el rasgo más estudiado desde el punto de vista de la genética es sin duda la obesidad. Antes del decenio de 1990-99, los estudios en familias y en gemelos reporta- ban una heredabilidad de la obesidad como rasgo de 30 a 70%, sin embargo, después de esas fechas; los análisis de segregación consideraron la posible influencia de ge- nes anónimos mayores, con efectos medibles, e incluso, describieron poblaciones en las que los efectos de estos genes fueron replicados. Es evidente que los genes que con más interés se han estudiado son aquellos que se relacionan con la homeos- tasis de energía, termogénesis, adipogénesis, señalización hormonal y de factores de transcripción que participan en la regulación de ejercicio. En el cuadro 61-3 se muestran algunos de los genes que en, al menos cinco estudios, han mostrado asociación con obesidad o alguno de los fenotipos relacionados. La genética del SM, la obesidad y los fenotipos relacionados con aquella, no está determinada por mutaciones men- delianas como las que conocemos en las enfermedades genéticas comunes. En realidad, los hallazgos genéticos consisten en la asociación de ciertos rasgos relacionados con los distintos parámetros del SM con polimorfismos, variantes de un solo nucleótido (SNIPS) de ciertos genes. Uno de los genes que han mostrado polimorfismos aso- ciados al desarrollo de SM y fenotipos relacionados son los del gen asociado con la masa grasa y la obesidad FTO, pero la fuerza de asociación que muestran en distintos estudios es débil, situación que se repite en la mayoría de los polimorfismos relacionados descritos. Esto ha llevado a concluir que en realidad es la interacción de varios po- limorfismos entre sí y de estos mismos con los factores del medio ambiente los que llevan a desarrollar SM o sus componentes individuales. La población mexicana y mexicoamericana se ha estudiado con amplitud en la búsqueda de marcadores genéticos de riesgos específicos. Xiahoui reportó en un grupo de personas mexicoamericanas un riesgo de 62% de heredar el índice de masa corporal y de 30% para la grasa corporal total, encontrando en 566 personas de 41 familias mexicoamericanas relación del grado de adi- posidad con polimorfismo (D1S159) en el cromosoma 1, cuya localización se vincula con el receptor nuclear NROB2, relacionado con el receptor de leptina. Rector Arya et al han estudiado mucho a la pobla- ción mexicoamericana y han encontrado polimorfismos relacionados con el cromosoma 4, sugiriendo como ge- nes candidatos al coactivador de PPARGC y al gen del receptor de colecistocnina A, así como una relación sig- nificativa de los niveles de leptina , el IMC y la insulina en ayuno con los polimorfismos D6S403 y D6S26 su- giriendo como genes candidatos al gen de TNF-a, en el cromosoma 6 y al gen que codifica a la leptina, localizado en el cromosoma 7. La participación de los factores genéticos también se ha sugerido por las diferencias en la susceptibilidad de diversos grupos étnicos para desarrollar alteraciones car- diometabólicas a pesar de compartir un medio ambiente obesogénico similar. Factores de riesgo prenatales Existen factores relacionados con un ambiente intrau- terino adverso que pueden predisponer el desarrollo de obesidad y SM en la vida postnatal. El término “progra- mación fetal” se refiere a los distintos mecanismos que echa a andar el feto con el propósito de ahorrar energía ante la restricción a la que es expuesto por distintas si- tuaciones especiales (desnutrición materna, alteraciones útero-placentarias anatómicas o funcionales, preeclamp- sia, diabetes y obesidad materna y otras). En tales cir- cunstancias, el feto desarrolla un fenotipo ahorrador que favorece mecanismos de ahorro o depósito de energía, como mayor secreción de insulina (principal hormona anabólica), mecanismos que por lo común persisten en la vida posnatal predisponiendo al desarrollo de obesidad y resistencia a la insulina una vez que el individuo se ex- pone a un ambiente externo sin restricción de nutrientes. Existe suficiente evidencia de que muestra la asocia- ción entre el peso bajo al nacer y el desarrollo de obesi- dad y SM. También los productos macrosómicos tienen más riesgo de obesidad, resistencia a la insulina y DM2 como consecuencia de mayor exposición a hipergluce- mia e hiperinsulinsmode origen materno durante la ges- tación. Otro factor de riesgo, muy bien descrito es la obe- sidad materna previa y la ganancia de peso de la madre durante el embarazo. En fechas recientes se ha encontrado relación entre el tabaquismo materno durante el embarazo y la obesi- dad infantil. En el reporte de casos y controles del estu- dio de Identificación y prevención de los efectos de la alimentación y del estilo de vida sobre la salud de niños y bebés (IDEFCIS, del inglés, Identification and prevention of Dietary- and lifestyle-induced health EFfects In Children and infantS) el tabaquismo aumentó 50% el riesgo de desarrollar obesidad en los varones de la población es- tudiada, este hallazgo no se encontró en mujeres (OR = 2.15; IC 95). Este riesgo no varió cuando se ajustó por IMC y nivel educativo de los padres. Factores de riesgo posnatales En años recientes, factores que ocurren en las primeras etapas de la vida han demostrado tener gran impacto en el riesgo de obesidad y SM en los niños, y pueden aso- ciarse a cambios epigenéticos en una persona con una programación metabólica genética y prenatal de riesgo. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 639 Cuadro 61-3. Genes que han mostrado asociación con cinco o más estudios con obesidad o fenotipo relacionados Gen Nombre Localización cromosómica Número de estudios ACE Enzima convertidora de angiotensina 1 17q24.1 6 ADIPOQ Adiponectina 3q27 11 ADA82 Receptor adrenérgico β2 5q31 20 ADA82 Receptor adrenérgico β3 8p12 29 DAD2 Receptor de dopamina D2 11q23 5 GN83 Proteína de unión a guanina (proteína G) beta polipéptido-3 12p13 14 HTA2C Receptor 5-hidrocitripamina (serotonina) 2C Xq24 10 IL6 Interleucina 6 7p21 6 INS Insulina 11p15 7 LDLA Receptor de lipoproteínas de baja densidad 19p13 5 LEP Leptina 7q31 10 LEPA Receptor de la leptina 1p31 16 LIPE Hormona sensible a lipasas 19q13 5 MC4A Receptor melanocortina 4 18q22 8 NA3C1 Receptor nuclear subfamilia-3, grupo C, miembro-1 5q31 10 PLIN Perilipina 15q26 5 PPAAG Receptor de peroxisoma-proliferador-activado gamma 3q25 30 AETN Resistina 19q13 5 TNF Factor de necrosis turmoral 2 6p21 9 UCP1 Proteína desacoplante 1 4q8 10 UCP2 Proteína desacoplante 2 11q13 11 UCP3 Proteína desacoplante 3 11q13 12 Dentro de los factores posnatales están falta de lac- tancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, ganancia temprana de peso del recién nacido, en particular en aquel que presentó peso bajo al nacimiento, ablactación temprana e introducción de leche entera y alimentos endulzados de manera temprana. Obesidad El principal factor de riesgo para el desarrollo de SM es sin duda la obesidad. El tejido adiposo disfuncional es el encargado de li- berar citocinas inflamatorias que interfieren en las vías de señalización de la insulina, que ocasionan resistencia a la acción de la misma, incrementan la disfunción endote- lial y causan las alteraciones en los lípidos y cardiovascu- lares características del SM. La evidencia en relación a los factores de riesgo mencionados es contundente, sin embargo, es claro que el estilo de vida actual, sobre todo en los países del pri- mer mundo y en los países emergentes ha favorecido de manera definitiva en el incremento en la prevalencia de obesidad infantil y, por lo tanto, de síndrome metabólico. El sedentarismo, que caracteriza la vida diaria de la mayoría de los niños, en especial en las poblaciones ur- banas, asociado a más horas frente al televisor, es uno de los factores con mayor impacto. Se ha observado que en EUA un adolescente de 17 años ha dedicado de 15 000 a 18 000 h a ver televisión, en tanto que ha estado cerca de 12 000 h en la escuela. Esas horas frente al televisor se asocian a mayor consumo de bebidas endulzadas, refres- cos y alimentos ricos con grasas saturadas. Lobstein y Dibb encontraron que México ocupa el primer lugar mundial en horas de anuncios comerciales durante el tiempo televisivo dedicado a la programación infantil, con un total de 39 anuncios, de los cuales 17 correspondían a comida chatarra. De igual forma, la creciente tecnología dirigida en gran medida al entretenimiento de niños y jóvenes ha logrado disminuir de manera impactante el tiempo que ellos dedicaban a actividades al aire libre, como deporte o juegos activos, sin mencionar que además el abuso de la tecnología ha favorecido que cada vez sea menos ne- cesario caminar o usar escaleras. Resulta evidente el cambio en los hábitos de alimen- tación en particular, en los países emergentes, como Mé- xico, con un menor consumo de frutas y verduras y au- mento en el de alimentos con alto contenido energético, ricos en azucares simples y grasas saturadas. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 640 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) Todos estos factores contribuyen a que el rebote de adiposidad fisiológico, que aparece en las niñas alrededor de los cinco años y en los niños alrededor de los seis años de edad, se presente de manera temprana, lo que incre- menta el riesgo de resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa y dislipidemia. EVALUACIÓN CLÍNICA El SM en una persona, y más aún en un niño, es por lo general asintomático. En aquellos pacientes con hiper- tensión arterial pueden existir síntomas relacionados; asimismo en algunos la intolerancia a los carbohidratos puede manifestarse de manera intermitente, poliuria o polidipsia, sin embargo, en general se recomienda la búsqueda intencionada de los componentes del SM en todos los niños y adolescentes con obesidad (IMC mayor al percentil 95 de acuerdo a edad y sexo, figuras 61-1 a 61-4). También se ha considerado que en pacientes con otros factores de riesgo como los que pertenecen a gru- pos étnicos susceptibles, como los mexicanos, pacientes con antecedentes familiares de diabetes o enfermedades cardiovasculares, con antecedente de diabetes gestacio- nal o diabetes materna previa, de sufrimiento fetal, peso bajo al nacer o macrosómicos, o aquellos que no recibie- ron seno materno se debe iniciar la búsqueda de com- ponentes del SM aun cuando su IMC se encuentre en el percentil 85 o mayor. En la evaluación clínica de un niño con sospecha o factores de riesgo para desarrollar SM se debe realizar historia clínica minuciosa, que incluya el interrogatorio de antecedentes familiares, perinatales, patológicos y de estilo de vida como se describe en el cuadro 61-4. Es imprescindible realizar una antropometría com- pleta que incluya medición de peso, talla, índice de masa corporal, medición de la circunferencia de cintura (me- dida en la línea imaginaria que cruza en la mitad entre la última costilla y la cresta iliaca, en espiración forzada) y presión arterial, y todas estas mediciones se deben com- parar con las percentilas normales establecidas para cada edad y género (figuras 61-1 a 61-4, cuadros 61-5 y 61-7). En el examen físico existen algunos datos que pue- den sugerir resistencia a la insulina, como obesidad abdo- minal, acantosis nigricans (figura 61-5) considerada esta última como un marcador específico y altamente sensi- ble de resistencia a la acción de la insulina. En las niñas es importante buscar, de manera inten- cionada, datos de hiperandrogenismo, como hirsutismo, vello periareolar, acné, pubarca aún antes de la aparición de telarca, aumento de la masa muscular y engrosamien- to de la voz, así como trastornos menstruales que puedan sugerir enfermedad ovárica poliquística, altamente aso- ciada a resistencia a la insulina y síndrome metabólico. Incluso en las pequeñas en etapa prepuberal se pueden apreciar estos datos de hiperandrogenismo, siendo una causa frecuente de consulta. Se debe mencionarque en la actualidad la primera causa de pubarca prematura (aparición de vello púbico antes del inicio de la telarca) es el hiperandrogenismo secundario a resistencia a la in- sulina, por estimulación de la insulina a las células de la teca ovárica. En los niños no parece existir una asociación seme- jante, sin embargo, el niño obeso, con o sin resistencia a la insulina, puede manifestar retraso en la aparición de los caracteres sexuales y con más frecuencia se encuentra un pene de apariencia pequeña, que en realidad está hundi- do en la grasa prepúbica. Diagnóstico La mayoría de los autores concluyen que si un niño tiene tres o más componentes del SM, se integra el diagnóstico del mismo, sin embargo, aún no hay un consenso acerca de cuáles deben ser los factores a considerar y cuáles los puntos de corte para considerarlos alterados. De acuerdo al consenso mundial sobre perspectivas y futuras direcciones del SM en niños, se ha establecido que resulta más útil la búsqueda intencionada de cada uno de los componentes propuestos de SM, que inclu- so, la medición de insulina y de los distintos índices de resistencia a la insulina. Por lo tanto, es muy importante considerar que una vez que en un niño se detecta alguno de los componentes del SM se debe asumir con seguri- dad que el paciente es portador de resistencia a la insu- lina y, por lo tanto, en caso de no hacer nada, sólo será cuestión de tiempo para que el paciente manifieste tres o más componentes del mismo y de manera ortodoxa se pueda establecer el diagnóstico de SM, por tanto, se debe realizar un escrutinio temprano y manejo adecuado des- de ese momento para evitar mayor progresión y riesgo cardiometabólico. Elevación de la presión arterial (PA) En cuanto a la medición de la presión arterial en niños y la necesidad de realizarla con un instrumento de medi- ción adecuado, el largo del manguito debe cubrir de 80 a 100% de la circunferencia del brazo, y el ancho debe ser de al menos 40% de la misma, considerando el punto medio entre el acromion y el olecranon. En la actualidad se considera como referencia los valores propuestos por la FTNA (cuadros 61-6 y 61-7) la cual establece tres categorías: a) normal: si la PA es menor de la percentila 90, b) prehipertensión: si la PA sistólica o diastólica es mayor o igual a la percentila 90 pero menor a la percentila 95 y c) hipertensión: si la PA es mayor a la percentila 95. Obesidad abdominal Está claro que el factor más importante en el diagnós- tico y el mejor predictor de riesgo cardiometabólico es la obesidad abdominal, por lo que en la actualidad, la medición de la circunferencia de cintura es un paráme- tro básico en la exploración física de todo niño, indepen- diente de su peso, IMC y situación metabólica. Ésta se http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 641 Figura 61-1. Percentiles de índice de masa corporal para niños de 0 a 5 años de acuerdo a la OMS. Figura 61-2. Percentiles de índice de masa corporal para niñas de 0 a 5 años de edad de acuerdo a la OMS. 21 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11 10 21 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11 10 1 año 2 años 3 años 4 años 5 años Edad (meses y años completos) Meses Nacimiento IM C ( kg /m 2 ) 3ro 15to 50mo 85to 97mo IMC para niños de edades del nacimiento hasta los 5 años (percentiles) 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 21 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11 10 21 20 19 18 17 16 15 14 13 12 11 10 1 año 2 años 3 años 4 años 5 años Edad (meses y años completos) Meses Nacimiento IM C ( kg /m 2 ) 3ro 15to 50mo 85to 97mo IMC para niñas de edades del nacimiento hasta los 5 años (percentiles) 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 2 4 6 8 10 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 642 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) Figura 61-3. Percentiles de índice de masa corporal para niños y adolescentes de 2 a 20 años de edad de acuerdo a la CDC (Centers for Disease Control). 33 CDC SAFER · HEALTHIER · PEOPLE™ http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 643 Figura 61-4. Percentiles de índice de masa corporal para niñas y adolescentes de 2 a 20 años de edad de acuerdo a la CDC (Centers for Disease Control). 55 CDC SAFER · HEALTHIER · PEOPLE™ http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 644 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) debe hacer con una cinta métrica flexible, la cual debe colocarse justo en la mitad entre la última costilla y la cresta iliaca. Se debe solicitar al paciente que realice una inspiración forzada, seguida de una espiración, y en el momento de espiración máxima, tomar la medición. No existen suficientes referentes para la evaluación de este parámetro, más que el que haya hecho el médico. Las percentilas publicadas por Fernández et al son las más aceptadas para diagnosticar obesidad abdominal en niños mexicanos, ya que consideran distintos grupos raciales, incluso mexicanos. La mayoría de los autores consideran obesidad abdominal cuando la circunferencia de cintura está por arriba de la percentila 90, sin embargo, otros han considerado la percentila 75 como punto de corte. En fechas recientes se ha reportado una asociación entre el índice cintura/talla y el riesgo cardiovascular, considerando que aquellos pacientes con un índice C/T > 0.5 tienen riesgo cardiovascular. Cuadro 61-4. Abordaje del paciente con síndrome metabólico Antecedentes familiares Antecedentes perinatales Estilo de vida Antecedentes patológicos Exploración física Nivel socioeconómico Dinámica familiar DM Obesidad Hipertensión arterial Dislipidemia Cardiopatía isquémica Infertilidad Trastornos menstruales Hirsutismo Ovarios poliquísticos Diabetes gestacional, pre- eclampsia/eclampsia, Insuficiencia placentaria, Tabaquismo materno Desnutrición materna Ganancia excesiva de peso en la madre Peso al nacimiento Tiempo de lactancia Tiempo de inicio y calidad de la alimentación com- plementaria, crecimien- to rápido y sobrealimen- tación en los primeros años de vida Hábito del desayuno, es- tructura de las comidas, distribución de las mis- mas Ingesta compulsiva Tamaño de las porciones Ingesta de bebidas dulces Comidas fuera de casa, tiempo de actividades sedentarias Ejercicio en la escuela Actividades extraescola- res Horas de sueño Horas frente a la pantalla Asma Apnea del sueño Ronquido Problemas articulares Pie plano Acné Hirsutismo Dolor abdominal (colecis- titis, pancreatitis) Trastornos emocionales Aislamiento social Rechazo escolar Bajo aprovechamiento es- colar Poliuria Polidipsia Cefalea Peso Talla IMC Presión arterial Circunferencia de cintura Desarrollo puberal Hepatomegalia Acantosis nigricans Cuadro 61-5. Percentilas de circunferencia de cintura Edad (años) Percentiles para niños Percentiles para niñas 10 25 50 75 90 10 25 50 75 90 2 44.4 45.6 47.6 49.8 53.2 44.5 45.7 48.0 50.0 53.5 3 46.1 47.5 49.8 52.5 56.7 46.0 47.4 50.1 52.6 56.7 4 47.8 49.4 52.0 55.3 60.2 47.5 49.2 52.2 55.2 59.9 5 49.5 51.3 54.2 58.0 63.6 4.09 51.0 54.2 57.8 63.0 6 51.2 53.2 56.3 60.7 67.1 50.5 52.7 56.3 60.4 66.2 7 52.9 55.1 58.5 63.4 70.6 52.0 54.5 58.4 63.0 69.4 8 54.6 57.0 60.7 66.2 74.1 53.5 56.3 60.5 65.6 72.6 9 56.3 58.9 62.9 68.9 77.6 55.0 58.0 62.5 68.2 75.8 10 58.0 60.8 65.1 71.6 81.0 56.5 59.8 64.6 70.8 78.9 11 59.7 62.7 67.2 74.4 84.5 58.1 61.6 66.6 73.4 82.1 12 61.4 64.6 69.477.1 88.0 59.6 63.4 68.7 76.0 85.3 13 63.1 66.5 71.6 79.8 91.5 61.1 65.1 70.8 78.6 88.5 14 64.8 68.4 73.8 82.6 95.0 62.6 66.9 72.9 81.2 91.7 15 66.5 70.3 76.0 85.3 98.4 64.1 68.7 74.9 83.8 94.8 16 68.2 72.2 78.1 88.0 101.9 65.5 70.4 77.0 86.4 98.0 17 69.9 74.1 80.3 90.7 105.4 67.1 72.2 79.1 89.0 101.2 18 71.6 76.0 82.5 93.5 108.9 68.6 74.0 81.1 91.6 104.4 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 645 Cuadro 61-6. Percentilas de presión arterial para niños de acuerdo con FTNA Edad (años) Percentil TA Tensión arterial sistólica (mm Hg) Tensión arterial diastólica (mm Hg) Percentil de talla Percentil de talla 5 10 25 50 75 90 95 5 10 25 50 75 90 95 1 50 80 81 83 85 87 88 89 34 35 36 37 38 39 39 90 94 95 97 99 100 102 103 49 50 51 52 53 53 54 95 98 99 101 103 104 106 106 54 54 55 56 57 58 58 99 105 106 108 110 112 113 114 61 62 63 64 65 66 66 2 50 84 85 87 88 90 92 92 39 40 41 42 43 44 44 90 97 99 100 102 104 105 106 54 55 56 57 58 58 59 95 101 102 104 106 108 109 110 59 59 60 61 62 63 63 99 109 110 111 113 115 117 117 66 67 68 69 70 71 71 3 50 86 87 89 91 93 94 95 44 44 45 46 47 48 48 90 100 101 103 105 107 108 109 59 59 60 61 62 63 63 95 104 105 107 109 110 112 113 63 63 64 65 66 67 67 99 111 112 114 116 118 119 120 71 71 72 73 74 75 75 4 50 88 89 91 93 95 96 97 47 48 49 50 51 51 52 90 102 103 105 107 109 110 111 62 63 64 65 66 66 67 95 106 107 109 111 112 114 115 66 67 68 69 70 71 71 99 113 114 116 118 120 121 122 74 75 76 77 78 78 79 5 50 90 91 93 95 96 98 98 50 51 52 53 54 55 55 90 104 105 106 108 110 111 112 65 66 67 68 69 69 70 95 108 109 110 112 114 115 116 69 70 71 72 73 74 74 99 115 116 118 120 121 123 123 77 78 79 80 81 81 82 6 50 91 92 94 96 98 99 100 53 53 54 55 56 57 57 90 105 106 108 110 111 113 113 68 68 69 70 71 72 72 95 109 110 112 114 115 117 117 72 72 73 74 75 76 76 99 116 117 119 121 123 124 125 80 80 81 82 83 84 84 7 50 92 94 95 97 99 100 101 55 55 56 57 58 59 59 90 106 107 109 111 113 114 115 70 70 71 72 73 74 74 95 110 111 113 115 117 118 119 74 74 75 76 77 78 78 99 117 118 120 122 124 125 126 82 82 83 84 85 86 86 8 50 94 95 97 99 100 102 102 56 57 58 59 60 60 61 90 107 109 110 112 114 115 116 71 72 72 73 74 75 76 95 111 112 114 116 118 119 120 75 76 77 78 79 79 80 99 119 120 122 123 125 127 127 83 84 85 86 87 87 88 9 50 95 96 98 100 102 103 104 57 58 59 60 61 61 62 90 109 110 112 114 115 117 118 72 73 74 75 76 76 77 95 113 114 116 118 119 121 121 76 77 78 79 80 81 81 99 120 121 123 125 127 128 129 84 85 86 87 88 88 89 10 50 97 98 100 102 103 105 106 58 59 60 61 61 62 63 90 111 112 114 115 117 119 119 73 73 74 75 76 77 78 95 115 116 117 119 121 122 123 77 78 79 80 81 81 82 99 122 123 125 127 128 130 130 85 86 86 88 88 89 90 11 50 99 100 102 104 105 107 107 59 59 60 61 62 63 63 90 113 114 115 117 119 120 121 74 74 75 76 77 78 78 95 117 118 119 121 123 124 125 78 78 79 80 81 82 82 99 124 125 127 129 130 132 132 86 86 87 88 89 90 90 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 646 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) Cuadro 61-6. Percentilas de presión arterial para niños de acuerdo con FTNA (continuación) Edad (años) Percentil TA Tensión arterial sistólica (mm Hg) Tensión arterial diastólica (mm Hg) Percentil de talla Percentil de talla 5 10 25 50 75 90 95 5 10 25 50 75 90 95 12 50 101 102 104 106 108 109 110 59 60 61 62 63 63 64 90 115 116 118 120 121 123 123 74 75 75 76 77 78 79 95 119 120 122 123 125 127 127 78 79 80 81 82 82 83 99 126 127 129 131 133 134 135 86 87 88 89 90 90 91 13 50 104 105 106 108 110 111 112 60 60 61 62 63 64 64 90 117 118 120 122 124 125 126 75 75 76 77 78 79 79 95 121 122 124 126 128 129 130 79 79 80 81 82 83 83 99 128 130 131 133 135 136 137 87 87 88 89 90 91 91 14 50 106 107 109 111 113 114 115 60 61 62 63 64 65 65 90 120 121 123 125 126 128 128 75 76 77 78 79 79 80 95 124 125 127 128 130 132 132 80 80 81 82 83 84 84 99 131 132 134 136 138 139 140 87 88 89 90 91 92 92 15 50 109 110 112 113 115 117 117 61 62 63 64 65 66 66 90 122 124 125 127 129 130 131 76 77 78 79 80 80 81 95 126 127 129 131 133 134 135 81 81 82 83 84 85 85 99 134 135 136 138 140 142 142 88 89 90 91 92 93 93 16 50 111 112 114 116 118 119 120 63 63 64 65 66 67 67 90 125 126 128 130 131 133 134 78 78 79 80 81 82 82 95 129 130 132 134 135 137 137 82 83 83 84 85 86 87 99 136 137 139 141 143 144 145 90 90 91 92 93 94 94 17 50 114 115 116 118 120 121 122 65 66 66 67 68 69 70 90 127 128 130 132 134 135 136 80 89 81 82 83 84 84 95 131 132 134 136 138 139 140 84 85 86 87 87 88 89 99 139 140 141 143 145 146 147 92 93 93 94 95 96 97 En la actualidad existen varias técnicas para medir la grasa abdominal y la composición corporal, como la impedancia bioeléctrica y de manera más exacta, la to- mografía axial computarizada. Alteración en el metabolismo de los carbohidratos Por la facilidad y bajo costo del estudio, muchos autores sugieren la medición de glucosa en ayuno como método de escrutinio para detectar intolerancia a carbohidratos, pero ésta puede encontrarse normal hasta que exista un deterioro importante en el metabolismo de la glucosa. Existen pocos estudios con relación al valor predic- tivo de la glucemia en ayuno para el desarrollo posterior de diabetes en jóvenes. Se ha evidenciado que los pacien- tes con glucemia de ayuno entre 100 y 109 mg/dL, tiene un riesgo mayor de desarrollar diabetes que aquellos con glucemia menor a 100 mg/dL. Estudios recientes han encontrado que aún cifras menores de glucosa en ayu- no pueden asociarse a mayor riesgo metabólico. Tirosh et al encontraron en un gran estudio multivariado que los sujetos con glucemia de ayuno de 87 mg/dL o más, incrementaron en forma progresiva el riesgo de diabetes, comprados con aquellos con glucemias de ayuno meno- res de 87 mg/dL.Figura 61-5. Acantosis nigricans. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 647 Cuadro 61-7. Percentilas de presión arterial para niñas de acuerdo con FTNA Edad (años) Percentil TA Tensión arterial sistólica (mm Hg) Tensión arterial diastólica (mm Hg) Percentil de talla Percentil de talla 5 10 25 50 75 90 95 5 10 25 50 75 90 95 1 50 83 84 85 86 88 89 90 38 39 39 40 41 41 42 90 97 97 98 100 101 102 103 52 53 53 54 55 55 56 95 100 101 102 104 105 106 107 56 57 57 58 59 59 60 99 108 108 109 111 112 113 114 64 64 65 65 66 67 67 2 50 85 85 87 88 89 91 91 43 44 44 45 46 46 47 90 98 99 100 101 103 104 105 57 58 58 59 60 61 61 95 102 103 104 105 107 108 109 61 62 62 63 64 65 65 99 109 110 111 112 114 115 116 69 69 70 70 71 72 72 3 50 86 87 88 89 91 92 93 47 48 48 49 50 50 51 90 100 100 102 103 104 106 106 61 62 62 63 64 64 65 95 104 104 105 107 108 109 110 65 66 66 67 68 68 69 99 111 111 113 114 115 116 117 73 73 74 74 75 76 76 4 50 88 88 90 91 92 94 94 50 50 51 52 52 53 54 90 101 102 103 104 106 107 108 64 64 65 66 67 67 68 95 105 106 107 108 110 111 112 68 68 69 70 71 71 72 99 112 113 114 115 117 118 119 76 76 76 77 78 79 79 5 50 89 90 91 93 94 95 96 52 53 53 54 55 55 56 90 103 103 105 106 107 109 109 66 67 67 68 69 69 70 95 107 107 108 110 111 112 113 70 71 71 72 73 73 74 99 114 114 116 117 118 120 120 78 78 79 79 80 81 81 6 50 91 92 93 94 96 97 98 54 54 55 56 56 57 58 90 104 105 106 108 109 110 111 68 68 69 70 70 71 72 95 108 109 110 111 113 114 115 72 72 73 74 74 75 76 99 115 116 117 119 120 121 122 80 80 80 81 82 83 83 7 50 93 93 95 96 97 99 99 55 56 56 57 58 58 59 90 106 107 108 109 111 112 113 69 70 70 71 72 72 73 95 110 111 112 113 115 116 116 73 74 74 75 76 76 77 99 117 118 119 120 122 123 124 81 81 82 82 83 84 84 8 50 95 95 96 98 99 100 101 57 57 57 58 59 60 60 90 108109 110 111 113 114 114 71 71 71 72 73 74 74 95 112 112 114 115 116 118 118 75 75 75 76 77 78 78 99 119 120 121 122 123 125 125 82 82 83 83 84 85 86 9 50 96 97 98 100 101 102 103 58 58 58 59 60 61 61 90 110 110 112 113 114 116 116 72 72 72 73 74 75 75 95 114 114 115 117 118 119 120 76 76 76 77 78 79 79 99 121 121 123 124 125 127 127 83 83 84 84 85 86 87 10 50 98 99 100 102 103 104 105 59 59 59 60 61 62 62 90 112 112 114 115 116 118 118 73 73 73 74 75 76 76 95 116 116 117 119 120 121 122 77 77 77 78 79 80 80 99 123 123 125 126 127 129 129 84 84 85 86 86 87 88 11 50 100 101 102 103 105 106 107 60 60 60 61 62 63 63 90 114 114 116 117 118 119 120 74 74 74 75 76 77 77 95 118 118 119 121 122 123 124 78 78 78 79 80 81 81 99 125 125 126 128 129 130 131 85 85 86 87 87 88 89 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 648 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) La determinación de glucosa en ayuno es un pobre predictor de diabetes en adolescentes obesos y pacientes con síndrome de ovario poliquístico (SOP). Algunos au- tores han informado que entre 37 y 66% de adolescen- tes con sobrepeso e intolerancia a la glucosa o diabetes diagnosticada por la curva de tolerancia oral a la glucosa (CTOG) tienen concentraciones de glucosa en ayuno de < 100 mg/dL, en quienes, de no haberse realizado CTOG, se hubiera escapado la oportunidad de estrate- gias de prevención y tratamiento tempranos. El consenso de 2010 sobre perspectivas y futuras direcciones en resistencia a la insulina no sugiere la de- terminación de insulina de ayuno debido a que no está disponible en todos los centros hospitalarios y a que es un pobre marcador de la sensibilidad de la insulina se ha observado que la medición de insulina a las 2 h, en for- ma concomitante con la medición de glucemia, permite detectar en algunos casos estados hiperinsulinémicos que precedan al agotamiento de la célula β pancreática, e in- cluso, estados en los que la secreción de insulina ya está deteriorada y pueden predecir el desarrollo más inmedia- to de diabetes. En caso de ser posible se sugiere realizar la CTOG que dará un mejor panorama del estado del metabolismo de los carbohidratos. La curva se debe realizar con una carga de glucosa anhidra de 1.7 g/kg de peso, sin exceder 75 g. Los valores de corte actuales para el diagnóstico de diabetes, alteración de la glucosa de ayuno e intolerancia a la glucosa posprandial se muestran en el cuadro 61-8. Se ha demostrado que la sensibilidad y valor predic- tivo positivo de acantosis nigricans para la detección de resistencia a la insulina es tan alta como la mayoría de los métodos utilizados para determinar desde el aspecto bioquímico la resistencia a la insulina. La ausencia de estándares adecuados para la deter- minación de resistencia a la insulina en niños se debe a la gran variabilidad de las técnicas utilizadas, la poca dispo- nibilidad de estudios de cohorte con número suficiente de pacientes y la falta de estudios longitudinales. Cuadro 61-7. Percentilas de presión arterial para niñas de acuerdo con FTNA (continuación) Edad (años) Percentil TA Tensión arterial sistólica (mm Hg) Tensión arterial diastólica (mm Hg) Percentil de talla Percentil de talla 5 10 25 50 75 90 95 5 10 25 50 75 90 95 12 50 102 103 104 105 107 108 109 61 61 61 62 63 64 64 90 116 116 117 119 120 121 122 75 75 75 76 77 78 78 95 119 120 121 123 124 125 126 79 79 79 80 81 82 82 99 127 127 128 130 131 132 133 86 86 87 88 88 89 90 13 50 104 105 106 107 109 110 110 62 62 62 63 64 65 65 90 117 118 119 121 122 123 124 76 76 76 77 78 79 79 95 121 122 123 124 126 127 128 80 80 80 81 82 83 83 99 128 129 130 132 133 134 135 87 87 88 89 89 90 91 14 50 106 106 107 109 110 111 112 63 63 63 64 65 66 66 90 119 120 121 122 124 125 125 77 77 77 78 79 80 80 95 123 123 125 126 127 129 129 81 81 81 82 83 84 84 99 130 131 132 133 135 136 136 88 88 89 90 90 91 92 15 50 107 108 109 110 111 113 113 64 64 64 65 66 67 67 90 120 121 122 123 125 126 127 78 78 78 79 80 81 81 95 124 125 126 127 129 130 131 82 82 82 83 84 85 85 99 131 132 133 134 136 137 138 89 89 90 91 91 92 93 16 50 108 108 110 111 112 114 114 64 64 65 66 66 67 68 90 121 122 123 124 126 127 128 78 78 79 80 81 81 82 95 125 126 127 128 130 131 132 82 82 83 84 85 85 86 99 132 133 134 135 137 138 139 90 90 90 91 92 93 93 17 50 108 109 110 111 113 114 115 64 65 65 66 67 67 68 90 122 122 123 125 126 127 128 78 79 79 80 81 81 82 95 125 126 127 129 130 131 132 82 83 83 84 85 85 86 99 133 133 134 136 137 138 139 90 90 91 91 92 93 93 http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 649 Como ya se mencionó, la determinación de insulina de ayuno es poco útil en la determinación de la sensibi- lidad periférica a la insulina, aunque puede proveer in- formación acerca de la capacidad compensatoria hiperin- sulinémica y de la actividad hepática en el metabolismo de la glucosa. Además de que existen francas diferencias étnicas en los valores normales de insulina en ayuno. Estudios de cohorte con más de 50 individuos en edades escolares y adolescentes han reportado correla- ciones de 0.42 a 0.91 entre los valores de insulina en ayuno y la pinza euglucémica hiperinsulinémica (méto- do considerado el estándar de oro para la medición de resistencia a la insulina) y de 0.18 a 0.8 entre la insulina de ayuno y la prueba de tolerancia IV a la glucosa con muestras múltiples. La determinación del índice HOMA-IR (modelo homeostático) puede ser de utilidad en la evaluación de- bido a que es fácil de realizar y relativamente barato, sin embargo no existe un consenso sobre los valores diagnós- ticos en niños, por lo que se han considerado los valores de población adulta y otros estudios realizados en niños y adolescentes, un valor mayor de 3 sugiere resistencia a la insulina. En un estudio realizado en el Hospital Infantil de México, Federico Gómez (datos no publicados), se encuentra que un índice de HOMA- IR de 2.7 permi- tió detectar a la mayoría de los pacientes con tres de los componentes del SM, con una sensibilidad de 82 y una especificidad de 59%. El índice de HOMA-IR se calcula mediante la fórmula: Insulina de ayuno (mUI/mL) × glucosa de ayuno (mg/dL)/405* * La constante de 405 resulta de multiplicar el peso molecular de la insulina (22.5) por el de la glucosa. Dislipidemia Se ha demostrado que entre los niños con síndrome me- tabólico, después del aumento de la circunferencia de cintura, el componente con más prevalencia es la dismi- nución de las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL), que como se sabe es un importante factor cardioprotec- tor, por lo que su disminución contribuye de manera im- pactante al riesgo cardiovascular en los niños obesos. La dislipidemia clásica de los niños con obesidad se caracte- riza por disminución de c-HDL, con incremento de los triglicéridos, mientras que el incremento del colesterol total y del c-LDL serán los últimos elementos del perfil lipídico que se afectarán. En el metaanálisis y revisión sistemática de la Uni- versidad de Oxford, cinco estudios informaron valores de colesterol HDL de menos 1.7 mMol (0.22 a 0.13, p < 0.001) en niños obesos comparados con niños con sobrepeso, de una muestra total de 5 752 niños. Mientras que la diferencia entre los niños obesos y sus controles con peso normal fue de 0.22 mmol (0.39 a 0.06, p < 0.001) considerando ocho estudios con un universo de 4 915 niños. En cuanto a las concentraciones de triglicéridos, el mismo metaanálisis mostró diferencias de 0.21 mmol (0.14 a 0.27, p < 0.001) entre los niños con sobrepeso y los niños con peso normal en cinco estudios que inclu- yeron 6 515 niños. En tanto que con los niños obesos las diferencias fueron de 0.26 mmol (0.13a 0.39, p > 0.001) en 10 estudios con 5 138 niños. En el caso de las niñas obesas, la diferencia fue de 0.28 mmol y para los niños obesos de 0.30 mmol. También se han reportado incrementos hasta de 7.5 veces más (0.15 contra 0.02 mmol/L) en los valo- res de colesterol total y hasta de nueve veces más en las cifras de colesterol-LDL (0.18 contra 0.02 mmol/L), sin embargo no se observaron diferencias en los niños con sobrepeso. Estas diferencias indican un incremento de 0.026 mmol/L de los valores de colesterol total y de 0.036 mmol/L en las de c-LDL por cada punto que au- menta el índice de masa corporal. Resulta evidente que en todo niño con obesidad, es fundamental la determinación de un perfil lipídico, al menos, la medición de triglicéridos, colesterol-HDL, colesterol total y colesterol-LDL. En el cuadro 61-9 se muestran los valores normales de lípidos en niños de acuerdo a NCEP. En la evaluación del paciente con SM se pueden medir otros marcadores inflamatorios, como proteína C reactiva ultrasensible, que se realiza de manera sencilla y económico, y es un buen marcador de daño endotelial cuando se encuentra > de 0.55 mg/L para hombres y > 1.5 mg/L para mujeres, valores que se han relacionado con mayor riesgo a posteriori de cardiopatía isquémica. En todo paciente con factores de riesgo para cual- quier patología se sugieren pruebas de escrutinio, en el caso del SM, la sola existencia de obesidad debe ser su- ficiente para iniciar medidas de cambios en el estilo de vida, lo que en consecuencia reducirá la resistencia a la insulina. Cuadro 61-8. Criterios diagnósticos de diabetes y riesgo de diabetes de acuerdo con la American Diabetes Association Glucosa con ayuno de 8 h* Glucosa 2 h poste- riores a la CTOG*/** HbA1c* Gluce- mia + síntomas (poliuria, polidipsia, polifagia) Normal < 100 mg/ dL < 140 mg/ dL < 5.7% NA Predia- betes / riesgo de diabetes 100 a 125 mg/dL (Glucosa de ayuno alterada) 140 a 200 mg/dL (Intoleran- cia a la glucosa) 5.7 a 6.4% NA Diabetes > 126 mg/ dL > 200 mg/ dL > 6.4% > 200 mg/ dL * En caso de ausencia de hiperglucemia franca deberán repetirse mediante prueba confirmatoria. ** La curva de tolerancia oral a la glucosa (CTOG) se hará con glucosa anhidra a dosis de 1.75 g de glucosa por kilo de peso, con un máximo de 75 gramos. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. 650 • Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 61) ESTUDIOS DE LABORATORIO Y GABINETE Las múltiples alteraciones metabólicas y de riesgo car- diovascular que manifiestan los niños con SM hacen que justo por la temprana edad en que las tienen se necesi- te de la evaluación bioquímica para establecer el estado metabólico del paciente (metabolismo de la glucosa y de lípidos), no sólo para considerar un tratamiento más invasivo (hipolipemiantes orales, metformina), sino para dar seguimiento y evaluar la respuesta terapéutica que se haya decidido. El cuadro 61-10 muestra los estudios basales sugeri- dos para el abordaje de estos pacientes, así como la fre- cuencia con que deben realizarse. CONSECUENCIAS DEL SÍNDROME METABÓLICO En los últimos años un gran número de publicaciones ha resaltado el hecho de que las enfermedades crónico-de- generativas que causan la mayor morbilidad y mortalidad en la vida adulta tienen su origen en la infancia. Tanto la resistencia a la insulina como el hiperinsuli- nismo compensatorio pueden ocasionar patologías para- lelas a los componentes del SM, como esteatosis hepáti- ca no alcohólica, enfermedad ovárica poliquística, apnea obstructiva del sueño e incluso algunas formas de cáncer. Síndrome metabólico en el adulto El síndrome metabólico en la edad pediátrica incrementa el riesgo de manifestarlo en la edad adulta (OR 9.4 IC 4 a 22.2) aumentando el riesgo cardiometabólico inherente. Enfermedades cardiovasculares Diferentes estudios han demostrado que la aterosclerosis inicia en la infancia y adolescencia. En estudios de autopsias de jóvenes fallecidos por accidentes se ha demostrado la presencia de estrías grasas y placas aterosclerosas con algún factor de riesgo cardio- vascular (hipertensión arterial, dislipidemia, obesidad y tabaquismo). Se ha demostrado que la aterosclerosis coronaria y aórtica es más extensa mientras más factores de riesgo tenga el joven antes de fallecer. En el Harvard Growth Study, que incluyó el segui- miento de niños y jóvenes de 13 y 18 años de edad se en- contró que los pacientes con sobrepeso tenían incremen- to en el riesgo de ateroesclerosis y cardiopatía isquémica, independiente del peso en la edad adulta. También se ha evidenciado que el hiperinsulinismo tiene correlación significativa con el incremento en la presión arterial, e incluso, se ha propuesto que las con- centraciones de insulina en ayuno en niños predicen los niveles de presión arterial seis años después. El incre- mento en la presión arterial, aunado a la disminución en las concentraciones de colesterol HDL y el incremento de colesterol LDL y VLDL se asocian a cambios ateroes- cleróticos en pacientes pediátricos desde edades muy tempranas. En distintos metaanálisis se ha observado que el SM incrementa el riesgo de ECV (RR de 1.53 a 2.18) y la mortalidad general (RR 1.27 a 1.6). El riesgo de ECV es dos veces mayor en pacientes con obesidad y SM, y tres veces mayor en aquellos con peso normal, pero con SM, en comparación con individuos con peso normal sin SM. Riesgo de DM2 El riesgo de DM2 incrementa con relación al número de componentes del SM con un riesgo 10 veces mayor en niños con SM y obesidad, y cuatro veces más en aquellos con SM y peso normal, comparados con individuos sin síndrome metabólico. La resistencia a la insulina y la intolerancia a la glu- cosa pueden evolucionar a diabetes en los niños, no todos los niños con resistencia a la insulina desarrollan diabetes mellitus tipo 2. Cuadro 61-9. Parámetros de referencia para perfil de lípidos en niños y adolescentes de 2 a 19 años de acuerdo con el NCEP 2001 Parámetro Normal Normal-alto Alto Colesterol total (mg/dL) < 170 170 a 199 ≥ 200 Colesterol LDL (mg/dL) < 110 110 a 129 ≥ 130 Colesterol HDL (mg/dL) > 45 35 a 45 < 35 Triglicéridos (mg/dL) 2-19 años 10-19 años < 75 < 90 75 a 99 90 a 129 ≥ 100 ≥ 130 Cuadro 61-10. Estudios sugeridos en el abordaje y seguimiento del niño con SM Estudio Glucosa en ayuno o HbA1c* CTOG (basal y 120 min)** Insulina en ayuno** Cálculo del índice HOMA-IR** Perfil de lípidos completos* Transaminasas* Ácido úrico* Proteína C reactiva ultrasensible** * Requeridos en todos los pacientes con sobrepeso u obesidad. ** Sugeridos en todos los pacientes con IMC ≥ percentil 95 y en aquellos con datos clínicos de resistencia a la insulina, como SOP y acantosis nigricans. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org © E di to ria l E l m an ua l m od er no F ot oc op ia r s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Síndrome metabólico en pediatría 651 En un metaanálisis de 16 estudios de cohorte mul- tiétnicos, el RR de desarrollar diabetes en pacientes pe- diátricos con SM varía de 3.53 a 5.17, dependiendo de la definición utilizada y la población estudiada. En general, se considera que el SM en la edad pediátrica se asocia a forma significativa con el riesgo de desarrollar DM2 en la edad adulta (riesgo 2 a 3 veces mayor p < 0.020). Hígado graso no alcohólico Esta alteración se asocia de manera directa a la gravedad de la resistencia a la insulina. La esteatosis hepática y la esteatohepatitis no alcohólica, como la manifestación histológica más grave, pueden progresar a cirrosis. Se ha reportado una prevalencia de hígado graso en la edad pediátrica entre 20 y 74% entre los niños con obesidad. El hígado graso no alcohólico se asocia a todos los componentes del SM, por lo que ya algunosautores han propuesto incluirlo como un componente más. Síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) El SOP se ha asociado a la resistencia a la insulina. Se ha considerado que uno de los mecanismos para desa- rrollar hiperandrogenismo que caracteriza al SOP es la estimulación de la insulina, en concentraciones elevadas, sobre las células de la teca del ovario, productoras de an- drógenos. Se debe considerar el diagnóstico de SOP en toda adolescente con datos clínicos de hiperandrogenis- mo (acné, hirsutismo), irregularidades menstruales (por lo común oligomenorrea) y observación de ovarios poli- quísticos o grandes por ultrasonografía. TRATAMIENTO 1. El tratamiento del SM debe orientarse a la correc- ción de los hábitos del estilo de vida que han llevado al paciente a desarrollar obesidad y resistencia a la insulina. 2. Es fundamental considerar que el tratamiento debe incluir a toda la familia, ya que sin su participación, cualquier estrategia terapéutica está condenada al fracaso. 3. Cambios en el estilo de vida de la familia. 4. Un aspecto básico en la reducción de la resistencia a la insulina es mantener un equilibrio energético adecuado que permita un mayor gasto de energía en comparación con el ahorro de la misma. Estos meca- nismos permitirán una menor demanda para el pán- creas para secretar insulina y una mejor acción de la misma en el nivel periférico. 5. Lo anterior se consigue sólo con una dieta balancea- da que incluya 55 a 60% de carbohidratos complejos, 15 a 20% de proteínas y 20 a 25% de grasas, de las cuales lo ideal es que menos de 10% sean satura- das. Esta distribución debe consumirse en todos los tiempos de alimentación para lograr que las señales aferentes periféricas a los centros hipotalámicos sean de saciedad y se inicien los mecanismos de gasto de energía y se supriman los de ahorro de la misma. En- tre otros mecanismos que contribuyen a incremen- tar el gasto energético y a mejorar la composición se encuentran la alimentación fraccionada, se sugieren tres tiempos fuertes de comida y dos colaciones, así como evitar ayunos prolongados o alguna omisión de estos tiempos de comida recomendados 6. Es probable que el mecanismo que más contribuye a mejorar la sensibilidad a la insulina es el ejercicio. Está bien clara la participación del ejercicio en las vías de señalización de la insulina, actuando como coadyuvante de su acción. Se recomienda hacer una hora de ejercicio aeróbico continuo y sin parar, al menos cuatro días de la semana, para lograr el efec- to cardiovascular y metabólico deseado. No existe ninguna duda de los efectos benéficos del ejercicio programado y estructurado en los distintos factores de riesgo cardiometabólico; se ha demostrado que cerca de 34% en las variaciones en el perfil de riesgo cardiometabólico pueden ser dependientes de la ac- tividad física. El uso de metformina se ha recomendado en pacientes con SOP o en casos graves de resistencia a la insulina, en los que no se observa mejoría de la misma a pesar de los cambios en el estilo de vida. En fechas recientes se ha recomendado el uso de ácidos grasos ω-3 como coadyuvante en el manejo de la hipertrigliceridemia, así como vitamina E para disminuir el daño endotelial y hepático. El uso de hipolipemiantes debe restringirse para ca- sos graves que no respondan al tratamiento dietético y de preferencia manejarse por médicos especialistas. CONCLUSIÓN El SM en los niños es cada vez más frecuente, por lo que es necesario iniciar estrategias de escrutinio, prevención y manejo en niños con factores de riesgo. Iniciar la bús- queda intencionada de los componentes del síndrome metabólico en todo niño con obesidad y principalmente con obesidad abdominal, permitirá evitar la progresión a complicaciones cardiometabólicas que se manifiestan cada vez a menor edad. http://booksmedicos.org http://booksmedicos.org Endocrinología clínica de Dorantes y Martínez 5ª Edición Sección VIII. Endocrinología pediátrica 61. Síndrome metabólico en pediatría booksmedicos.org Botón1: