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recurrentes de varicela, síndromes de reinfección, síndrome de necrosis retinal aguda y leucoencefalitis multifocal. En la embarazada, la varicela puede tener un curso agresivo y en el 1-2% de ellas el virus se transmite al hijo por vía transplacentaria (varicela congénita). Si bien este riesgo es mayor durante el 1er trimestre del embarazo, se han descrito casos de infección congénita durante el 2º semestre, e incluso, a partir de un herpes zoster materno. Los recién nacidos presentan una erupción a veces hemorrágica y duradera, cicatrices en las extremidades o en dermatomas, hipoplasia de extremidades inferiores, microcefalia y a nivel ocular, catarata, corioretinitis y micro-oftalmia que pueden causar ceguera. Otra situación de riesgo es la varicela que se presenta en una embarazada desde 4 días antes hasta 2 días después del nacimiento. Como el recién nacido no posee anticuerpos maternos protectores, entre los 5 a 10 días después de nacer, puede desarrollar una varicela neonatal grave, e incluso, morirse por el daño viral a nivel pulmonar y del sistema nervioso central. En general, el herpes zoster se presenta en mayores de 60 años que previamente se infectaron con varicela. En esto influiría la disminución natural de la inmunidad celular con la edad; sin embargo, el número de niños con herpes zoster es cada vez mayor. En ellos se debieran estudiar posibles cuadros de inmunosupresión (ej. leucemia). El herpes zoster se inicia con parestesia, prurito o dolor en un dermatoma, 1 a 3 días antes de que se presenten las lesiones vesiculosas sobre un fondo eritematoso, de iguales características clínicas a las descritas en la varicela, pero circunscritas. Las vesículas se forman en 2 a 5 días y en 2 a 3 semanas evolucionan a pústulas y costras. Con frecuencia se observa compromiso del nervio trigémino en su rama oftálmica, o de T3 o L4. La mayor dificultad del herpes zoster es el manejo de la neuralgia post herpética (NPH). Diagnóstico El diagnóstico de la varicela y del herpes zóster generalmente es clínico. En situaciones particulares que requieran de estudio de laboratorio, se puede realizar aislamiento viral en cultivo celular del contenido vesicular (el efecto citopático se observa a los 7 días y la muestra debe ser reciente), detección de antígenos virales mediante IF (generalmente como técnica de confirmación del aislamiento viral) o PCR (técnica rápida y muy sensible). La detección de anticuerpos específicos (serología) por IF o ELISA es útil para descartar la susceptibilidad, por ejemplo, en una embarazada. Tratamiento y profilaxis. El tratamiento de las infecciones graves por VZV se realiza con aciclovir. La Academia Americana de Pediatría establece tratamiento de la varicela en mayores de 12 años, en los 2º y 3er contactos intrafamiliares y en inmunocomprometidos, por la gravedad asociada a este cuadro. En algunos países está disponible la gammaglobulina hiperinmune (VZIG) para el tratamiento de pacientes inmunocomprometidos, embarazadas, recién nacidos y
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