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congénita). También puede adquirirlo durante el parto (infección natal), al pasar por un canal vaginal infectado o durante el período posnatal, a través de la leche materna El 85% de los niños con infección congénita no presenta síntomas al nacer. En los sintomáticos, las manifestaciones clínicas comprenden un amplio espectro incluyendo retardo del crecimiento intrauterino, hepatoesplenomegalia, púrpura trombocitopénico, ictericia, microcefalia y/o retinitis. Los recién nacidos infectados pueden desarrollar secuelas de grado variable, tales como retardo mental, pérdida de la audición sensorioneural y alteraciones visuales. En general, el daño es más frecuente y mayor en los niños que presentan síntomas al nacer. En los inmunocomprometidos, la infección es frecuente y de gravedad: cerca del 50% de los trasplantados renales se primoinfecta con CMV y en un 85% de ellos recurre el virus. Las infecciones primarias son más graves, pudiendo causar el rechazo del órgano transplantado. En los enfermos de SIDA, este virus se puede diseminar y comprometer diferentes órganos del aparato gastrointestinal, respiratorio y de la retina (coriorretinitis). Durante la infección por CMV, la IgM aparece tempranamente y se mantiene por un mínimo de 12 semanas, mientras que la IgG es detectada entre el primero y segundo mes de infección. La respuesta inmune del feto infectado durante el embarazo es similar, manteniéndose la IgM positiva durante varias semanas después del parto y detectándose IgG generada por el recién nacido, al mismo tiempo que disminuye la IgG materna. La respuesta inmune humoral ante una infección natal o posnatal temprana se detecta entre las 4 a 18 semanas postinfección. Diagnóstico El diagnóstico de la infección por CMV se realiza mediante el aislamiento del virus en cultivos celulares, a partir de secreciones o tejidos. En la actualidad, el aislamiento viral rápido (shell vial), que incluye la centrifugación del cultivo y la detección de antígenos virales por IFI, permite detectar la presencia del virus en 24 horas. Una técnica cuantitativa es la antigenemia, en la cual la detección de la proteína pp65 del tegumento viral en neutrófilos de sangre periférica indica replicación del CMV. Es de gran utilidad en cuadros sistémicos graves y en el seguimiento del tratamiento antiviral. La PCR es una técnica rápida, muy sensible y, según la metodología aplicada, cualitativa o cuantitativa. En la PCR convencional, la detección del DNA viral indica infección por CMV, pero no distingue entre latencia y replicación viral, a diferencia de una PCR cuantitativa, en la cual una carga viral elevada reflejaría replicación viral. La detección de Ac específicos (serología) es útil en estudios de seroprevalencia y en la identificación de primoinfecciones. La IgM se detecta en las infecciones primarias, pero también puede estar presente en las reactivaciones.
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