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Enfermedades del pericardio 141 urgencias se plantea un abordaje quirúrgico. No se recomienda el uso de vasodilatadores ni diuréticos. - Pericarditis constrictiva: Alteración en el llenado diastólico de los ventrículos debido al engrosamiento del pericardio producido por cicatrización progresiva o fibrosis de la membrana que impide el llenado normal del corazón. No obstante, en aproximadamente el 20% de los casos el grosor del pericardio no está alterado. Cursa con fatiga, edema periférico, disnea y distensión abdominal. La cirugía (pericardiectomia) se emplea como tratamiento de elección. Se inicia tratamiento farmacológico en casos de: - Pericarditis tuberculosa con alto riesgo de progresar a constrictiva (antibióticos antituberculosos): reduce el riesgo de progreso de > 80% a < 10%). (IC). - Constricción transitoria que ocurre en el 10-20% de los casos durante la resolución de la pericarditis. Antiinflamatorios (Tabla 2). (IIbC). 1.4. Síndromes pericardicos de etiología específica: - Pericarditis viral: La mayoría de las pericarditis agudas son de origen viral2. Suele ser enfermedades autolimitadas, aunque en ocasiones aparecen complicaciones como pericarditis constrictivas. Está originada por virus cardiotrópicos como enterovirus, herpesvirus (virus herpes simple, epstein barr, citomegalovirus), virus influenza, virus respiratorio sincitial y parvovirus B19. Para su diagnóstico confirmativo, hay que recurrir a la determinación de la PCR cuantitativa de biopsias de pericardio, epicardio y líquido pericárdico. El tratamiento es sintomático (AINES). Se utilizan agentes específicos como aciclovir, para herpesvirus, 200 mg 5 veces al día por 5 días. Nunca emplear corticoides. - Pericarditis bacteriana: • Pericarditis tuberculosa: Pericarditis asociada a infección por Mycobacterium tuberculosis. Frecuente en países con alta prevalencia de esta bacteria. Para diagnosticarla se realiza una placa de tórax y un cultivo de esputo en medio de Lowenstein Jensen en presencia de pericarditis. La pericardiocentesis está indicada si hay taponamiento cardíaco. El diagnóstico definitivo se establece por análisis del exudado pericárdico (durante el proceso de drenaje del absceso donde es frecuente encontrar proteínas, linfocitos y monocitos)4 o biopsia del pericardio. El tratamiento se basa en curar la infección, usando rifampicina (10 mg/Kg/día), isoniacida (5 mg/kg/día), pirazinamida (20-25 mg/Kg/día) y etambutol (15
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