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Sinonimia Espundia, úlcera de los chicleros, kala-azar, botón de Oriente. Definición Enfermedad crónica de piel,.mucosas o vísceras, producida por diferentes especies de protozoarios intracelulares del género Leishmania, que se transmiten al ser humano por vectores de los géneros Lutzomyia y Phlebotomus,; Ias manifesta- ciones clínicas dependen de la especie del parásito y del estado inmunitario del huésped. Datosepidemiológicos Es cosmopolita, endémi- ca en varias partes de la India, ex Unión Soviética, Asia, África y región del Mediterráneo; en América es una zoonosis selvática transmitida por moscas zoófrlas, y se observa desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina. Es una de las siete enfermedades tropicales impofiantes para la OMS, y la segunda parasitosis de mayor importancia en Latinoaméri- ca. Se calculan 12 millones de personas afectadas en 83 países, y más de 400 000 casos nuevos al año. La forma visceral es endémica en la India, Brasil, el Sudán y otros 60 países, y se registran 500 000 nuevos casos por año, de los cuales mue- ren 200 000. En Latinoamérica se estiman 59 300 casos por año, y en Costa Rica la prevalencia es de I por I 000 habitantes. Se presenta en zonas selvá- -li-c4g-trglcales con altitudes de 0 a I 500 m sobre el n_ivel del mar_, Jemperatura media dg _ruás de 20"C, y precipitación pluvial de I 500 a 3 000 mm; es más frecuente en épocas de lluvia; también se ha observado en zonas semidesérticas. Predomina en varones por razones ocupacionales: en agriculto- res, cazadores, arqueólogos, militares y otros. En México se han observado todas las formas; predominan ampliamente la cut¡ánea pura y la cuta- neocondral (figs. 111-l y lll-2). Las zonas endémi- cas son: sur de Veracruz, Tabasco, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Yucatiín, Coahuila, Nuevo León, Morelos y Jalisco. En Guatemala, SOVo de los casos proviene delazona del Petén, que colin- da con la República Mexicana. Etiopatogenia Protozoario unicelular dimorfo del orden Kinetoplastida, familia Trypanosomatidae, subor- den Trypanosomatina, género Leishmania, qte presenta un estadio aflagelado o amastigote (cuerpos de Leish- man-Donovan) y uno flagelado o premastigote; el prime- ro se encuentra en huéspedes vertebrados (seres huma- nos, mamíferos como roedores y perros, y reptiles), y el segundo en artrópodos (dípteros de los géneros Phlebo- tomus y Lutzomyia, del Viejo y el Nuevo Mundo, respec- tivamente), que los adquieren al ingerir la sangre de los primeros y más tarde los transmiten, ciclo que se realiza en 53 a 100 días. Según la biología molecular, las leishmanias patóge- nas para el ser humano se clasifican en: L. donovani L. d. donovani L. d. infantum L. d. chagasi L. major L. tropica L. aethiopica L. mexícana L. m. mexicana L. m. amazonensis L. m. pi funoi L. m. venezuelensis L. braziliensis L. b. braziliensis L. b. guyanensis L. b. panamensis L. peruviana En América predominan los complejos L. mexicana y L. braziliensis. En el Viejo Mundo la enfermedad es causada por L. tropica, L. majo4 L. aethiopica, L. dono- vant, En l4¡gansmisióri intervienen vectores invertebrados de los géneros Phlebotomus, LutTomyia y en ocasiones Sergentotomyia. Los mosquitos transmisores habitan en planicies bajas y húmedas, y proliferan en temporadas de lluvias. Estos tres géneros tienen características morfoló- gicas externas, y biológicas, similares, pero distribución geográfica diferente; el género Lutzomyia es el más fre- cuente en Améric4-en México se le conoce como "papa- lotillal Es un díptero de actividad crepuscular y nocturna que vuela en tramos cortos y a unos cuantos centímetros del suelo; la hembra es hematófaga e ingiere el parásito en forma de amastigotes, que se transforman dentro de la misma en premastigotes, los cuales luego se regurgi- tan y transmiten cuando ésta se alimenta nuevamente. 456 LerShm¿n,a5rs En la naturaleza se preserva la enfermedad en reservo- rios vertebrados, como mamíferos y reptiles salvajes o domésticos; el ser humano es un huésped accidental. En el huésped, los amastigotes se multiplican en los macrófagos; pueden generar: una infección subclínica manifestada sólo por la intradermorreacción; una infec- ción autolimitada después de un periodo de incubación de 20 a 90 días, 1o que constituye la forma cutánea loca- lizada, o la forma difusa si la infección se disemina. Aún no se establece si el aumento de la respuesta in- munitaria se debe a eliminación o disminución de la carga parasitaria antigénica. Las formas graves parecen condi- cionadas por un defecto genético. Según lo adecuado de Ia respuesta linfocítica, la enfermedad puede ser locali- zada, con tendencia a la curación espontánea, o generali- zada y progresiva. En las formas cutáneas localizadas no hay inmunidad humoral; en la forma cutaneomucosa pueden detectarse anticuerpos específicos IgG, y en la cutánea difusa en ocasiones hay cifras altas de IgA. Los cambios de las concentraciones séricas de anticuerpos no siempre reflejan la eficacia terapéutica. Se puede distinguir en leishmaniasis un polo hiperér- gico (o normoérgico) representado por el botón de Oriente, y uno anérgico, representado por \a leishmania- sis cutánea difusa. que dan respuesta positiva y negativa. respectivamente, en la prueba de leishmanina. En un gru- po intermedio o fronterizo se colocaría la forma cutaneo- mucosa. Por acción de una citocina inhibitoria, el factor de transformación del crecimiento beta (TGF-p), hay dese- quiübrio en las poblaciones de linfocitos; también hay títu- los bajos de interferón gamma (IFN-ry) y superproducción de interleucina4 (lL-4), que aumenta la citotoxicidad de los macrófagos e inhibe su activación y la síntesis de interleucina 1 (IL-l) y del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-ct). Al parecer, la generación de radi- cales superóxido por el macrófago es la principal defen- sa contra microorganismos patógenos intracelulares. La leishmaniasis es un modelo para entender los me- canismos reguladores de la resistencia del huésped y su susceptibilidad a la enfermedad. El contacto enfre Leish- mania y las células inmunocompetentes, favorece una respuesta inmunitaria dirigida a la eliminación del pará- sito. La epidermis parece tener importancia en el inicio del proceso inflamatorio. Hay factores que pueden afec- tar el proceso inmunorregulador, entre ellos células epi- dérmicas presentadoras de antígenos (de Langerhans y queratinocitos), células T efectoras, y citocinas. En la leishmaniasis cutánea hay abundantes células de Langer- hans, queratinocitos y moléculas de adherencia celular I (ICAM-1) y de complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) de clase II (HLA-DR), así como acumulación se- lectiva de linfocitos T epidermotrópicos que expresan antíseno relacionado con la función de leucocitos 1 Capítulo '1 11 457 (LFA-1), y generación de respuesta Thl; en la leishma- niasis mucocutánea hay: expresión exacerbada de ICAM-I, HLA-DR y queratinocitos; pérdida de células de Langerhans de tráfico de linfocitos y granulomas Thl y Th2l' en la leishmaniasis difusa los queratinocitos no expresan ICAM-I o HLA-DR, hay pocas células de Lan- gerhans y un defecto en la producción de monocinas; el granuloma muestra respuesta Th2 con muchos parásitos en los macrófagos. Clasificación Las formas clínicas dependen de las diferencias inmunitarias del huésped y de las especies del parásito. La clasificación más simple es la siguiente: 1) cutánea (localizada y disemina- da);2) cutaneomucosa; 3) visceral o kala-azar. Clasificación inmunopatológica de las leishma- nlasls l. Formas inmunoalérgicas 1. Abortiva (subclínica) 2. Cutánea a) Lesión única b) Linfangítica c) Diseminada no anérgica 3. Mucosa 4. Tegumentaria (cutaneomucosa) Il. Formas inmunoanérgicas 1. Cutánea difusa (nodular diseminada) 2. Visceral (kala-azar) 3. Cutánea secundaria (a la visceral) o leishma- noide Cuadro clínico La forma cutiínea, o botón de Orien- te (fig. lll-2), se origina por L. tropica, enOriente; no se tiene cerÍeza de cuál sea el agente en México. Ocurre en áreas expuestas a la picadura de insectos, como cara, tronco y extrernidades. La incubación varía de una a cuatro semanas, pero puede ser de años. La lesión es un nódulo eritematoso e indolo- ro de I a l0 cm de diámetro, que se ulcera en uno a tres meses; cura sola en seis meses a cuatro años, {ejando una placa deprimida y discrómica con te: langiectasias. La linfangitis regional es rara. En re- giones endémicas, 33Vo de los enfermos puede presentar reinfecciones; es posible la autoinocula- ción. Sellarnaforma abortiva si la lesión es una "pá- pula" regresiva; botón macho a un nódulo no ulce- rado, y botón hembra a uno ulcerado. Se consideran dos tipos clínicos: uno húmedo o rural, que predo- mina en cabeza y extremidades, con muchos nódu-_ los furunculoides, lesiones satélite y linfadenitis, con pocos parásitos en la biopsia, y un tipo seco o urbano, localizado en cara, con pocos nódulos que I II 458 Caoítulo 1 11 se ulceran, y con abur-l-danfes*parásitos en la biop- sia. En loSTndes se observa en niños una enferme- dad con una o pocas lesiones que se resuelven solas (Uta), y se origina por L. peruviana; en Panamá hay una forma ulcerada (úlcera de Bejuco), causa- dapor-L panamensis. Cuando afecta los pabellones auriculares, causa lgforryg=gulgneocondral o úlceu de los chicleros (flE: n l-l). cjlu.s4a p:o1__L._m. mexicana. (Biagi. 1953); esta especie genera lesiones leves y no pro- duce metástasis nasofaríngeas; comienza con una lesión, como la picadqra de,Ug iq$ecto, que genera una placa i,nfiltrada o úlcera crónica y mutilante, de fondo exudativo, a menudoitrdolora, que puede cu- rar sola a largo plazo¡ldejar mutilaciones en forma de muesca. La teishmaniasis cutónea difusa.(fig. 111-3) o tegumentari+ que mejor debeía llamarse nodular cliseminada, afecta casi toda la piel y en ocasiones las mucosasi; se origina por el complejo Ir, mexica- na.!L. m. pifonoi); predomina en zonas expuestas, pabellones auricularet, mejlll4g, regiones ciliares y extremidades; suele respetar pliegues y piel cabe- lluda; se caraiiteriza por nódulos y placas infiltra-' das ile superficie lisa o vemrgosa, de color pardo rojizo y consistencia firme, que pueden o no ulce- rarse. Pueden observarse linfedema, linfadenopa- tía,mal estado general y en ocasiones fiebre. La leishmaniasis mucocutánea, cutánea america- na o espundia (fig. 111-a) depende de los complejos L. brasiliensis y L. mexicana; afecfa a-i{v,enes; hay una fesiólprinoaia"cuLánea, por lo general en una ¿ory-g4gg$tg; es un nódulo que se ulcera o puede hacerse vegetante; es gositilé que haya linfangitis y adenitis; varios años después aparecen las lesiones mucosaE, que afectan gl tabique nasal, los labios, fiebre id;"d alta, predomina eAniños, produce l€Sgggg pn A si.stem%nqticglopndqtelial, y se manifiesta por ¿{e- nomegalias, hepatosplenomegalia, fiebre, pérd.ida *-+mo,.astenia, pigmentación cutánea, así como áreas hipopigmentada$*principalmente en la frente y alrededor de la-boca, las manos y lalínea central del abdomen. Datos histopatológicos Hay atrofia o hiperplasia de la epidermis. Durante la fase aguda hay infiltra- dos intensos de neutrófilos, con escasos histiocitos vacuolados que contienen el parásito (cuerpos de Leishman). En casos más avanzados predominan los infiltrados linfohistiocíticos, con tendencia a formar granulomas tuberculoides: en estos casos es Parasi tosis cutáneas difícil observar el parásito (fig. 111-5). Son conve- nientes las tinciones de Wright y Giemsa. Datos de laboratorio La intradermorreacción con leishmanina, o reacción de Montenegro, es sensible y específica, positiva en las formas loq-ali- zadas y negativa en lás anérgicas; una prueba posi- tiva apoya el diagnóstico, pero una negativa no lo excluye. Los parásitos se observan en frotis o im- pronta, teñidos con Giemsa o Wrigfu. Para que este estudio resulte eficaz, es necesario raspar la úlcera con una hoja de bistuí, y no causar hemorragia. El cultivo se realiza en medio rr¿s N (NNN) o una va- riante del medio bifásico de Evans, a 24oC, por cuatro semanas, y muestra promastigotes. Las ce- pas se distinguen por métodos de electroforesis de isoenzimas en acetato de celulosa, que permiten identificar subespecies. La biopsia puede ser com- patible o diagnóstica. La inoculación en animales no es práctica; ayuda a la clasificaciónde Leishma- nia. Pueden detectarse anticuerpos por aglutinación directa, inmunofluorescencia directa y fijación de complemento, ELISA, inoculación de cricetos o anticuerpos monoclonales, que incluso se utilizan en amastigotes, sondas de DNA y PCR. Diagnóstico diferencial Forma cuttínea: fu- berculosis luposa (fig. 91-5), esporotricosis fija (fig. 103-a), complejo cutáneo vascular de pierna (fig. 3-q, condritis nodular crónica, epitelioma es- pinocelular (figs. 151-l y I5l-2). Forma anérgica: lepra lepromatosa nodular (fig. 90-3), xantomas (fie. 52-2), cicatrices queloides (fig. 1-6), lobomi- cosis, linfomas (figs. 155-1 a 155-3). Forma cuta- neomucosa: paracoccidiodomicosis (figs. 105-1 y ros-z). Profilaxis La erradicación del transmisor, que re- sulta una tarea difícil, disminuye la frecuencia de la enfermedad por periodos, y se logra con: tratamien- to de los enfermos, uso de insecticidas, y deseca- ción de aguas estancadas; empleo de repelentes de insectos a base de dietiltoluamida o permetrina, que incluso pueden aplicarse sobre la ropa; uso de ropa gruesa con mangas, y pantalones largos, pabe- llones para dormir, y evitación de caminatas noctur- nas en zonas selváticas, porque la picadura de Phlebotomus es máxima entre las 18:00 y las 6:00 horas. Una forma de prevención es exponer a la per- sona a la inoculación del parásito en zonas cubier- tas del cuerpo. La OMS ha considerado de alta prioridad en el futuro eI perfeccionamiento de una vacuna (leishmanias muertas y BCG) que proteja contra todos los tipos de leishmaniasis. Leish ma niasis Ttatamientg La cutánea puede curar sola a corto o largo plazo. Dan muy buen resultado lospntimo- niales trivalentes por vía parenteral, como el repo- dral y la antiomalina, 2 a 3 ml (0.02 a 0.03 g) en tías alternos en series de 12 a 20, y los pentavalen- tes como glucantima (antimoniato de neglumina), l0 a 60 mg/kg por 12 días a tres semanas, o hasta ob- tener datos de curación clínica y parasitológica, y el pentostam (estibogluconato sódico) 2O mgkg/üa, por 20 días. En las formas cutáneas, o ante riesgo cardiovascular, también pueden inyectarse anti- moniales por vía intralesional, 0.2 a 15 ml cada se- mana. En la forma difusa es úti l la pentamidina, 4 mgkg; puede usarse un esquema de dos ampolle- tas de 120 mgldía en tres aplicaciones, o una ampo- lleta diaria en dos a tres series de 10, a intervalos de l0 días. Los efectos adversos de los antimonia- les pueden ser reacción local, anorexia, náusea, vómito, mialgias, artralgias, aumento de enzimas hepáticas, y alteraciones electrocardiográficas. Una altemativa es el tratamiento combinado con anti- moniales pentavalentes e inmunoterapia con vacu- na de promastigotes muertos. En la forma visceral un tratamiento efectivo y seguro es la miltefosina oral. En la forma anérgica se utiliza anfotericina B y su forma liposómica, así como factor de transfe- rencla. En la leishmaniasis cutánea resulta beneficiosa la diaminodifenilsulfona, 3 mgkgldía por tres se- manas. En casos por L. m. mexicana hay respuesta al ketoconazol, 200 a 600 mg/día, o al itraconazol, 200 a 400 mgldía, durante uno a dos meses. También se han usado rifampicina, 600 a I 200 mg/día por más de dos meses, sola o con isoniazida; interferón- "y ; alopurinol, 20 mgkgl día; metronidazol, 250 mg tres veces al día en ciclos de 10 a 15 días; trimeto- prim-sulfametoxazol, 160/800 mg dos veces al día Capítulo 111 459 durante crrar¡o s€manas. En las formas viscerales se utiliza anfotericina B. interferón-1 recombinante humano por ría parenteral o intralesional, o inter- leucina-2. Localmente deben usa¡se antisépticos.Algunos recomiendan sulfato de paromomicina a 157o y cloruro de metilbenzetonio a 127¿ dos veces al día por 10 días a tres semanas, o solución de sulfato de bleomicina al l%o por vía intralesional. También se ha recurrido con eficacia relativa a terrnoterapia, criocirugía, curetaje (legrado), láser y radioterapia. Albanese G, Giorgetti P, Santagostino L, et al. Cutaneous leish- maniasis: treatment with itraconazole. Arch Dermatol 1989;125:154O-2. Grevelink SA, Lerner EA. Leishmaniasis. Int J Derm 1986; 26(6:398-40O. Koff AB, Rosen T. Treatment of cutaneous leishmaniasis. J Am Acad Dermatol 1994;3 1(5):693-708 Machado-Pinto J, Pinto J, Da Costa CA, et al Immunochemo- therapy for cutaneous leishmaniasis: a control trial using killed Leishmania amazonensís vaccine plus antimonial. Int J Dermatol 2002;41:73-8. 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