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17Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica Dermatosis víricas no exantemáticas Dermatosis víricas no exantemáticas R. Grimalt MOLUSCO CONTAGIOSO Concepto El molusco contagioso (MC) es una enfermedad producida por un virus de la familia de los Poxvirus, es un virus de gran tamaño (200-300 nm) y muy poco inmunogénico, que se mani- fiesta por la presencia de uno o más elementos pápulo nodulares que si están plenamente desarrollados muestran una típica umbilicación central. El periodo de incubación puede llegar a superar los tres meses. Clínica Las lesiones aparecen en brotes, a menudo durante la primavera y el otoño, en forma de pequeñas pápulas de 3 a 6 mm de diámetro de color perlado y típicamente umbilicadas. Las lesiones son totalmente asintomáticas y acostumbran a localizarse de una manera asimétrica en zonas previamente dañadas; es decir el virus del MC no puede atravesar una piel sana, por lo que sólo infecta pieles heri- das o eczematosas. Desde un punto de vista práctico los MC sólo aparecen en niños atópicos, y lo hacen en zonas eccematosas, ya sean intensas, o sólo con eczema casi in- apreciable. Diagnóstico El diagnóstico del MC es fácil. La umbilicación de las lesiones asintomáticas que aparecen en número variable en zonas de eczema atópico, junto con la rapidez de la aparición de nuevas lesiones, es de gran ayuda para el diagnósti- co. Molusco contagioso en el antebrazo de un adolescente. 18 Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica R. Grimalt Diagnóstico diferencial Las foliculitis pueden confundirse con los MC. Las primeras, en lugar de una umbilicación, muestran una zona central pustulizada y responden al tratamiento con antibióticos. Las hiperqueratosis foliculares pueden resultar muy difíciles de diferenciar de formas iniciales de MC. Tanto unas como otras se localizan en el ámbito de zonas de atopia (brazos y muslos) y a menudo pueden coexistir. Los MC únicos y grandes pueden resultar también difíciles de diferenciar de las verrugas víricas. El intento de arrancar las lesiones mediante cucharilla permite diferenciar las verrugas, que no se arrancan con cucharilla, de los MC, que sí lo hacen. Difícilmente los MC pueden confundirse con picaduras de insecto múltiples (pulga) o con algu- nas enfermedades exantemáticas (exantema periflexural asimétrico de la infancia). Tratamiento Existe una gran controversia en cuanto a la necesidad o no de tratar los MC. Parece claro que la acción del médico no modifica el curso de la enfermedad ni tampoco la posibilidad de recidivas. Más que recidivas, los nuevos MC corresponden a la formación clínica de nuevos elementos que ya debían estar en período de incubación autocontagiados, alrededor de los MC que se arrancaron con cucharilla. Los efectos estéticos o psicoterapéuticos del curetaje de los MC pueden ser en algunas ocasio- nes muy útiles. Todos los tratamientos agresivos (curetaje, electrofulguración, crioterapia, pellizcamiento con pinza, ácido tricloracético) pueden dejar cicatrices tanto dermatológicas como psico- lógicas. Aislar niños con MC puede evitar contagios, pero en la mayoría de ocasiones los niños predis- puestos (atópicos) padecerán de MC, y los no atópicos no se contagiarán con ellos. Los inmunomoduladores pueden ayudar a resolver la infección vírica. Dentro de los más usados, la cimetidina a altas dosis, 40 mg/kg./día durante 3 meses se ha demostrado eficaz. HERPES SIMPLE Concepto El herpes simple (HS) es una infección provocada por un virus de la familia de los Herpesviridae, virus DNA, de 160 Kd, de reservorio exclusivo humano de los que se conocen dos serotipos HSV-I yHerpes simplex en zona periocular. 19Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica Dermatosis víricas no exantemáticas HSV-II. El primero afecta la parte alta del tronco y es causa del 95% de los casos pediátricos y el II se localiza en mucosa genital y puede ser signo de sospecha de abuso sexual en pediatría. Clínicamente se manifiesta por lesiones vesiculosas reunidas en racimo sobre una base eritemato- edematosa y a menudo acompañadas de una discreta adenopatía satélite. El periodo de incubación de la enfermedad puede variar de 2 a 12 días. Clínica La enfermedad cursa con dos fases: la primoinfección herpética y las recurrencias. La primoinfección herpética aparece por contacto externo con otra persona infectada. Puede provocar sintomatología o pasar desapercibida. Cuando provoca alteraciones manifiestas, a menudo se trata de una infección severa que puede asociarse a fiebre, artromialgias y malestar general y sus localizaciones más frecuentes que dependen del lugar de contacto son: la mucosa oral (gingivoestomatitis herpética primaria), la mucosa ocular (queratoconjuntivitis herpética), alrededor de una uña (panadizo herpético) y la mucosa genital (balanopostitis y vulvovaginitis herpética). En la zona afecta aparecen microvesículas arracimadas que provocan quemazón, prurito y a menudo dolor. Las recidivas aparecen por reactivación del virus, no por contacto externo y acostumbran a ser de menor duración. Tienden a localizarse siempre en la misma zona y pueden seguir a distintos factores desencadenantes: quemadura solar, procesos digestivos banales, cambios anímicos, etc. Diagnóstico El diagnóstico del HS primario acostumbra a ser fácil por la aparatosidad del cuadro clínico y por la aparición de las características vesículas arracimadas con contenido líquido claro y de pequeño tamaño en las zonas anatómicas descritas. El citodiagnóstico de Tzanck evidencia las clásicas células en degeneración baloniforme. Para las recidivas, los propios enfermos, en la mayoría de ocasiones, realizan un correcto autodiagnóstico. En el 90% de los sujetos adultos se pueden encontrar anticuerpos anti HSV-I y un 30% contra el HSV-II, pero sólo el 30% de todos ellos habrán manifestado sintomatología clínica. Diagnóstico diferencial La primoinfección herpética puede ser difícil de diferenciar de un eritema fijo pigmentario, sobretodo si se presenta en forma de panadizo. El herpes zóster inicial, sin distribución metamérica («zóster herpetiforme»), puede ser del todo imposible de diferenciar, y sólo el curso en las semanas sucesivas permite el diagnóstico. Las recidivas y recurrencias pueden confundirse con impétigos, y en ocasiones los HS (más aún si son tratados con corticoides tópicos) pueden impetiginizarse. 20 Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica R. Grimalt Tratamiento Existe una gran controversia en cuanto a la necesidad o no de tratar los HS. El tratamiento con antivirales orales o tópicos puede acelerar la curación pero no resuelve la infección. Parece claro que la acción del médico no modifica el curso de la enfermedad ni tampoco la posibilidad de recidivas. El aislamiento de niños con primoinfección herpética puede evitar contagios. De todos modos el HSV causa infecciones persistentes, por tanto, el niño infectado es portador permanente del virus y puede ser infectante independientemente de la sintomatología clínica. Los antivirales más usados son el aciclovir, el valaciclovir y el famciclovir. Su precio no parece justificar su modesta eficacia. HERPES ZÓSTER Concepto El herpes zóster (HZ) es una virasis cutánea que se manifiesta con dolores neurálgicos y con una erupción vesiculosa distribuida en el territorio periférico de inervación de un ganglio sensi- tivo (metámero). Está provocada por el virus de la varicela zóster (VZV) virus DNA de 90 Kd. La infección por este virus normalmente aparece a partir del contacto por vía aérea y en sujetos no inmunes provoca la varicela. Durante esta enfermedad, a partir de la piel o de las mucosas, el virus llega por vía neuronal ascendente hasta los ganglios sensitivos cráneo-espinales donde se integra en el DNA celular escapando del control inmunitario. En estas células ganglionares se produciría una continua replicación viral, por otro lado bloqueada por las defensas del hués-ped. Sólo cuando éstas últimas descienden hasta un determinado nivel la replicación viral se convertiría en eficaz provocando la aparición del herpes zóster muchos años más tarde. Clínica La enfermedad se manifiesta con dolo- res y parestesias en el territorio de inervación de un ganglio sensitivo, ha- bitualmente acompañado de una hiperestesia cutánea y a veces de cefa- lea, malestar general y/o fiebre. Unos días más tarde empiezan a apare- cer las placas eritematoedematosas ini- cialmente en las zonas proximales y pos- teriormente en las zonas más distales del dermatómero afecto, encima de dichas placas se agrupan las típicas vesículas arracimadas. En la mayoría de casos esHerpes zóster torácico en una niña de 1 año. 21Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica Dermatosis víricas no exantemáticas posible apreciar una adenopatía regional y en un 30% existen lesiones vesiculares a distancia de la zona afecta. El grado de intensidad del dolor en el HZ va en aumento con la edad, así, es raro apreciar clínica alguna en niños pequeños y es más habitual que estos se quejen de molestias en el área afecta cuando superan ya la adolescencia. Dependiendo de la localización, pueden aparecer aspectos clínicos particulares e incluso algu- nas complicaciones. En el HZ oftálmico pueden verse queratoconjuntivitis e iridociclitis. En el HZ bucofaríngeo puede existir halitosis y dificultad en la deglución; en el síndrome de Ramsay- Hunt, cuando el HZ afecta el conducto auditivo externo pueden asociarse también vértigos y parálisis del nervio facial. La enfermedad resuelve sin tratamiento en 2-4 semanas. En un 10% de los sujetos adultos y especialmente en los ancianos puede quedar una neuralgia postherpética residual. Las recidivas se pueden apreciar en un 4% de sujetos. Los HZ que afectan más de un dermatomo, o presentan una distribución muy extensa, deben hacer sospechar algún tipo de inmunodeficiencia. Diagnóstico La variedad de HZ zóster sine herpete puede resultar muy difícil de diagnosticar al no poderse apreciar la presencia de las clásicas vesículas en la zona dolorosa. Los anticuerpos anti VVZ tanto IgM como IgG pueden resultar de utilidad. En general el resto de formas clínicas son de fácil diagnóstico por la distribución metamérica de las lesiones que resulta muy sugestiva. Diagnóstico diferencial En el diagnóstico diferencial es necesario tener en cuenta las neuralgias y neuropatías de otras causas, el herpes simple, y la dermatofitosis (dermatitis de contacto por plantas). Tratamiento Existe una gran controversia en cuanto a la necesidad o no de tratar los HZ. El tratamiento con antivirales orales puede acelerar la curación pero no influye en la aparición de una eventual neuralgia postherpética. Aislar niños con varicela no evita la aparición de HZ en los adultos. Los antivirales más usados son el aciclovir, el valaciclovir y el famciclovir. Su precio no parece justificar su modesta eficacia. Lo único realmente importante es tratar el dolor. La neurálgia postherpética en adultos se trata con éxito con antidepresivos tricíclicos 22 Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica R. Grimalt PAPILOMAVIRUS HUMANO Concepto El papilomavirus humano es un virus DNA, de 50 Kd, de 70 genotipos, de reservorio exclusivamente humano que puede provocar en niños las verrugas comunes y los papilomas genitales. Los genotipos 6, 11 y 16 son los que causan lesiones genitales y deben ser un signo de sospecha de abuso sexual en niños. El periodo de incubación es variable, desde 1 hasta 16 meses. Clínica Las verrugas comunes (VC) aparecen como lesiones abultadas (pápulas, nódulos o vegetacio- nes epidérmicas) de superficie rugosa, a menudo verru-ciforme en localizaciones trauma-tizables. En niños, la zona periungueal es muy característica, así como las rodillas, las manos, la zona de la barbilla en atópicos (el eczema es una microherida) y las plantas de los pies (verrugas plantares). En esta última localización las VC aparecen como lesiones hiperqueratósicas no excrecentes y dolorosas a la palpación, sobre todo a la presión lateral entre los dedos Las verrugas planas son lesiones papulosas de pocos milímetros de diámetro de superficie plana y poco queratósica de color amarillento, aisladas o reunidas en pequeños grupos, y que afectan principalmente la zona de la cara en los niños. Las verrugas filiformes afectan de manera casi exclusiva las zonas periorificiales de la cara como lesiones afiladas con un extremo queratósico. Los papilomas genitales, o condilomas aparecen como lesiones excrecentes, con márgenes recortados (crestas de gallo) totalmente asintomáticos en localizaciones genitales. La epidermodisplasia verruciforme es una genodermatosis autosómica recesiva donde existe una sensibilidad de la epidermis a la infección por papovavirus de unos serotipos concretos: HPVs 5 y 8 y también a los serotipos de las verrugas planas (HPVs 3 y 10). Estas lesiones tienden a transformarse en carcinomas espinocelulares cuando actúan unos cocarcinógenos como la irradiación ultravioleta. Clínicamente se presentan como una serie de elementos papulosos, similares a las verrugas planas, en cara y dorso de manos. Diagnóstico El diagnóstico de las VC acostumbra a ser fácil por lo común del cuadro clínico. Verrugas planas en la cara de un niño atópico. 23Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica Dermatosis víricas no exantemáticas Al examen histológico se evidencia una hiperplasia epidérmica con la característica coilocitosis (queratinocitos con núcleo picnótico y halo claro perinuclear). Diagnóstico diferencial Sólo el diagnóstico diferencial de las verrugas plantares (VP) merece atención. El callo o heloma puede ser indistinguible a simple vista de una VP. El callo siempre se localiza en zonas de presión, la VP puede, o no hacerlo. El callo es doloroso a la presión mientras la VP lo es a la presión lateral o pellizcamiento. El callo mantiene intactos los dermatoglifos, mientras la VP no. Una maniobra que puede resultar de gran utilidad para diferenciar uno de otro consiste en el rascado mediante bisturí de la lesión. Si aparecen zonas puntiformes negruzcas se trata de una VP. Si aparece la imagen de una cebolla partida por la mitad, en anillos concéntricos, se trata de un callo. Tratamiento Existe una gran controversia en cuanto a la necesidad o no de tratar las VC. La acción del médico no modifica el curso de la enfermedad ni tampoco la posibilidad de recidivas. No hay evidencia que afirme que el tratamiento de los condilomas erradica o afecta la historia natural de la infección por HPV. El tratamiento sólo pretende destruir VC, no es seguro que disminuya la infectividad del portador. Como tratamientos de autoplicación se pueden utilizar todo tipo de cáusticos, queratolíticos y agentes irritantes que en ocasiones consiguen desencadenar una respuesta inmune del pacien- te contra el HPV y resolver el cuadro clínico. El Imiquimod al 5% en crema, es una novedad, muy costoso y puede tener un efecto similar. La crioterapia, la electrofulguración, y el láser CO2 pueden destruir parte de las lesiones, pero no modificar el curso de la enfermedad, son dolorosas y pueden dejar cicatrices permanentes. OTRAS INFECCIONES POR POXVIRUS Concepto Los poxvirus son los más grandes del grupo DNA, pues alcanzan hasta algo más de 300 nm. Entre las infecciones que provocan se incluyen: la viruela, la vacuna, el nódulo de los ordeñado- res, el ectima contagioso (Orf) y el molluscum contagiosum que ya ha sido estudiado anterior- mente. Clínica La clínica de estas enfermedades no es común y se estudiará individualmente para cada pato- logía concreta. 24 Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica R. Grimalt Vacuna: cuando la «vacunación antivariólica» era necesaria, se utilizaba una cepa modificada denominada Poxvirus officinale, que muestra inmunidad cruzada con el Poxvirus variolae. A los tres días de la vacunación,ya fuera por escarificación, punturas múltiples o inyección intradérmica, se producía un eritema, y a los cuatro–seis días aparecía una pápula que se transformaba una semana más tarde en vesicopústula y más adelante se desecaba, umbilicaba y dejaba una característica cicatriz. Nódulo de los ordeñadores: también llamado paravacuna porque está causado por el virus paravacuna que en el sitio de contacto, normalmente la mano del ordeñador, determina pe- queñas pápulas inflamatorias que se transforman en tubérculos poco dolorosos cubiertos de una costra pardusca que, al desprenderla, deja una superficie exulcerada que cicatriza sin problemas en aproximadamente un mes. Puede existir una adenopatía regional e infectarse secundariamente. En este caso necesitará tratamiento, pues la virosis cura espontáneamente. Ectima contagioso (Orf): el Poxvirus orfi causa la enfermedad en animales y éstos la transmiten al hombre. Surgen papulopústulas similares al «nódulo de los ordeñadores», de preferencia en nariz, labios y manos. Es muy frecuente la sobreinfección bacteriana, observándose entonces linfangitis y adenitis. La infección, que dura unas cinco semanas, sucede en granjeros, ganade- ros y veterinarios y únicamente precisa tratamiento sintomático. Diagnóstico El diagnóstico de «la vacuna» se realiza por el anamnesis clínica. Tanto el «Orf» como el «nódu- lo de los ordeñadores» son inhabituales en niños. Diagnóstico diferencial Las picaduras de insecto y las infecciones localizadas de la piel (impétigo) pueden ser difíciles de diferenciar. Tratamiento Todas estas enfermedades curan sin tratamiento. En los casos en los que exista una sobreinfección bacteriana se deberá realizar tratamiento antibiótico adecuado. Bibliografía 1. Armijo M, Camacho F: Tratado de Dermatología. Aula Médica ed. Madrid 1998. 2. Burpo RH: Common antiviral agents used in women’s and children’s care. 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