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Práctico 28/02/2011 . Profesor: Gustavo Bulla. ...la dictadura del 76, aunque no pocos autores sostienen que el primer ensayo de política económica neoliberal en Argentina es en el 75 todavía con el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón en lo que se dio a llamar el Rodrigazo. El ministro de economía Celestino Rodrigo introdujo una hiper-debaluación de un día para el otro de la moneda nacional, que benefició a una parte del país y perjudicó a una parte importante, más teniendo en cuenta que en aquel momento todavía los propietarios y tenedores de ahorros y demás no tenían la experiencia para tomar los recaudos. La gente en aquel entonces todavía se vendían casas y autos con pagarés. Los “pagarés” son esos documentos que uno le entregaba 20 documentos al que le compraba y decía pagaré por esto tantas cuotas. Entonces el que tuvo la suerte de comprar de esa manera terminó devolviendo centavos, y el que vendió de esa manera se fundió. Algunos autores de economía sostienen que esa es la primer política neoliberal que después fue a sangre y fuego marcada por la dictadura, con Martínez de Hoz como el brazo ejecutor. Volviendo a Cavallo, lo que fue exitoso en el corto plazo, frenó la inflación y demás vino acompañado de un congelamiento de los salarios. Recién en el 2003 se empezaron a discutir salarios y aumentar jubilaciones y demás. El costo de la pequeña pero creciente inflación, siempre fue absorbido con los salarios y las jubilaciones congeladas. El peso argentino tenía un valor nominal, sostenido por la ley, idéntico al del dólar cosa que no tenia absolutamente nada que ver con la economía real. Si el valor de una moneda representa los bienes que esta economía produce, a nadie se le podría ocurrir que el peso costaba más que el dólar. Sin embargo la ficción funcionó porque por lo menos frontera para adentro daba una sensación de estabilidad. Esta política trajo una pérdida masiva de puestos de trabajo, ya en la segunda elección de Menem en el '95 gana esas elecciones en primera vuelta con un 20% de desocupación. Y este dato no era un dato como las consultoras privadas, más o menos, era público, notorio y aceptado por todo el mundo. Todos en ciertos estratos sociales tenían en su casa, en su familia, o en sus amigos algún desocupado que engrosaba esos números. No eran números estadísticos simplemente. Sin embargo tal es esa capacidad política de disciplinar a la población -algunos sostienen que el terror a la hiperinflación hizo esa tarea-, tal era la capacidad de disciplinación, ya no se temía porque Menem no ganara las elecciones, y qué pasaba con la incertidumbre con la política económica, sino que se temía porque Cavallo deje de ser el Ministro de Economía. Ese grado de desocupación más crisis internacionales que se comienzan a suceder (Efecto Tequila, Efecto Vodka, Efecto Caipirina) hacen que en 1998 Argentina entra -incluso reconocido por los economistas neoliberales- en una fase recesiva, con lo cual a la desocupación estructural que se iba armando en base al tipo de modelo económico que se había adoptado. (Era más rentable importar al costo de reducir al mínimo la planta de trabajadores, que ponerse a producir, fue como una segunda vuelta que la que se había dado con la política de Martínez de Hoz, con el corrimiento cambiario, había una tablita que iba de a poquito corrigiendo el dólar hasta que en un momento estalló) Incluso Cavallo empieza a pensar formas de salir de la convertibilidad, primero pensó en una canasta de monedas, es decir que el peso no quedara atado sólo al dólar sino incluir al euro y al yen. Pero se pensaba que la sola puesta en discusión dela convertibilidad podía desatar esa estabilidad conquistada y se podría perder de un día para el otro. Aún es así, tal es el punto de credulidad de sectores medios y con cierta capacidad de ahorro, que cuando se produce el corralito y el corralón, muchos fueron a las puertas de los bancos exigiendo que les depositaran dolares, querían que les devolvieran dólares porque había un discurso abalado por una ley que les hizo pensar que esto iba a ocurrir. Duhalde también hizo lo suyo cuando en su discurso de asunción dijo “el que depositó dólares recibirá dólares”, se buscaron formas para que quienes estaban endeudados en dólares finalmente no terminaron pagando su deuda a la cotización del dólar sino que lo hicieron a 1.40 + ser. Sin embargo los costos de las medidas que se tomaron para llevar la crisis los pagaron los trabajadores dado que los precios que habían estado contenidos a presión durante más de una década aumentaron alrededor de un 100% en un período corto y no aumentaron los salarios. Pero ante la crisis que puso en vilo el sistema institucional, en el marco de esa crisis terminó siendo medianamente aceptada esta salida. En este marco, uno de los sectores que más se había endeudado de manera externa es el sector de las comunicaciones, que es el sector que más creció a partir de las privatizaciones llevadas adelante por el primer gobierno de Menem, tanto en materia de telecomunicaciones como en materia de radiodifusión y con las constantes políticas de reforma parcial de la legislación de radiodifusión que fueron beneficiando y prácticamente promoviendo la concentración de la propiedad. Habrán visto que al final del período menemista, Argentina tenía en su estructura un mapa de estructura de propiedad de medios, virtualmente un duopolio, con dos grupos muy concentrados. Esta concentración se dio a partir del endeudamiento externo, sobretodo lo que tiene que ver con la concentración del tipo de servicio de radiodifusión más rentable que es la televisión por cable. Los sistemas de televisión por cable se concentraron y crecieron a partir de la absorción de pequeños sistemas de cable locales, en base a la extorsión con la utilización de los derechos exclusivos de la televisación del fútbol, pero por otro lado con capital fresco para poder ir comprando y absorbiendo esos sistemas de cable. Así llegamos al caso de que el Grupo Clarín que por entonces había desarrollado a partir del año 92 el operador de cable Multicanal, en el momento de la crisis del 2001 y la posterior debaluación, Clarín debía alrededor de 1200 millones de dólares solamente por Multicanal. Después había otras empresas de medios concentradas endeudadas, como el diario La Nación que debía 400 millones de dólares. La Nación no había incursionado en la propiedad cruzada de medios pero sí se había metido en el tema de renovación de imprentas, se había asociado con Clarín en la compra de algunos diarios de capitales importantes del interior del país y también estaba metido en un proyecto inmobiliario de una torre en Bouchard atrás del correo central. Se habían endeudado porque había facilidad para acceder a créditos internacionales y por otro lado estaba supuestamente asegurado por Ley que la paridad del dólar no iba a cambiar. Tras la asunción de Eduardo Duhalde se va tratando de poner orden en el marco de la crisis, se crean unas políticas sociales como los planes Jefes y Jefas de Hogar. Duhalde trata de hacer algunos equilibrios que pusieron algunos paños fríos e inmediatamente cuando pudo fue hacia lo que había que haber hecho no más allá del 94/95 que fue salir de la convertibilidad, por supuesto también se salio de la peor manera con la debaluación de un día para el otro que puso la paridad uno a uno en uno a cuatro, que es más o menos los niveles donde está hoy. Duhalde apela a la pesificación asimétrica, esto es fronteras para adentro a quienes estaban endeudados en dólares. Lo que operó en Argentina es una virtual dolarización, todavía en algunos rubros se sigue hablando en dólares. En aquel entonces los créditos hipotecarios o las hipotecas privadas, Duhalde hace no trasladar al endeudamiento la cotización del mercado del dólar sino que se fija en 1,40 actualizado por el cer, una cláusula asociada al aumento del costo de vida, que intentaba irincorporando un ajuste por la potencial inflación que se podía despertar después de tanto tiempo de variables congeladas. Clarín por aquellos días publicó un domingo en una de las primeras páginas a la izquierda publica un artículo donde se dedican a demostrar que la pesificación asimétrica no los había beneficiado. Ya en aquel entonces, como sucede ahora, a estas cosas nadie se anima a ponerles la firma. Era una editorial de Clarín, pero no en la página donde normalmente ponen las editoriales sino en una página de política. Y comienzan a hacer una presión muy fuerte respecto de la situación muy crítica en la que quedaban ellos y las industrias culturales, porque ellos recibían sus ingresos en pesos y las deudas las tenían en dólares. Por otro lado, y esto fue a través de los dos gobiernos de Carlos Menem, uno de los puntos que el FMI tenía dentro de sus recetas cada vez que venía a negociar un crédito, uno de los puntos que tenían siempre para plantear y no habían logrado conseguir era la reforma de la Ley de quiebras, esto es querían introducir un mecanismo que se llama clam down que sería algo así como que en caso de declararse la situación de quiebra de una empresa, los acreedores externos antes de que se vaciara la empresa pudieran cobrar sus acreencias con acciones de la misma. Finalmente en el año 2002 Duhalde, luego de una negociación con el FMI accede a ese pedido y se modifica la ley de quiebras con este mecanismo. Lo cual hubiese evitado la quiebra de las empresas pero seguramente hubiera propiciado la extranjerización total de los medios. Es en ese momento que el grupo de empresas mas concentrado hace un lobby tremendo sobre el gobierno de Duhalde. Lo que es el principio del fin del gobierno de Duhalde, con el asesinato de Kostequi y Santillán en Avellaneda, la portada de Clarín es una pieza extraordinaria del periodismo falaz, cuando se atribuyen a la crisis facultades humanas. Estas presiones cuajan en la “Ley de preservación del patrimonio cultural” que en muy pocos artículos identifica quienes son los beneficiarios, las industrias culturales que no son solamente los medios de comunicación, incluye también agencias de publicidad y una cantidad de actores de la industria, y el mecanismo que introduce para evitar la extranjerización de las industrias culturales en Argentina es ponerle un límite al canje de estas acreencias por acciones del 30%. Le ponen un techo a lo que se pueda canjear, con lo cual hace que carezca de interés para los acreedores externos, normalmente cuando hablamos de acreedores externos hablamos de bancas mayoristas y demás que en general no es un gran negocio para ellos quedarse con una industria cultural. Generalmente lo que tratan de hacer cuando eso sucede es valorizar el cambio de mano, pero es mucho menos negocio asociarse en carácter minoritario en un negocio que no es el propio y en un país medio remoto. Con lo cual esa aplicación a la Ley salvó a estas industrias culturales argentinas que estaban en riesgo de poder pasar a manos extranjeras, siendo que un sector se había extranjerizado sobretodo con el segundo gobierno de Menem a partir de la reforma de la Constitución. En el cierre del capítulo que escribimos con Glenn, decíamos en ese momento que esto lo podíamos ver como mitad del vaso lleno o mitad del vaso vacío. Si uno quería ser optimista podía decir “bueno, costó pero por primera vez apretado por los intereses concentrados y apretados por la crisis, pero el Congreso de la Nación se dignó a discutir como problema, aun que sea teórico, el tema de la extranjerización o no de los medios y las industrias culturales. De la peor manera pero por lo menos entraba por primera vez desde 1983 esta discusión en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, lo cual si uno quería ser optimista podía. En ese momento también decíamos que esto se completa, termina de ser el vaso lleno si el Estado Nacional además de salvarnos del cuco extranjero ahora pone en discusión una ley democrática que no solo nos salve de la extranjerización o de la invación colonial, sino que además por primera vez le consagre a los ciudadanos argentinos la posibilidad del derecho humano a la información y del derecho a la comunicación. Cuando pusimos eso no suponiamos que cinco años mas tarde eso se iba a cumplir. Por otra parte por esos días, más o menos, en el 2004 se dan a conocer los “21 puntos para una radiodifusión democrática”. Con motivo de conmemorarse los 21 años consecutivos de funcionamiento constitucional, cosa que no había pasado durante el siglo XX, una cantidad muy importante de organizaciones sociales, académicas, religiosas, de Derechos Humanos, confluyen en lo que se llamó “Coalición por una Radiodifusión Democrática” y en el año 2004 entregan una especie de manifiesto con 21 ejes fuertes que una futura Ley de Radiodifusión de la Democracia debía respetar para salir de este sistema que había sido debidamente diagnosticado en términos de la monstruosa concentración que había acumulado. En el 2004 lo recibe con más de un año en sus funciones Nestor Kischner y por el momento no se supo nada mas de esos 21 puntos hasta que aparecieron en el año 2008. Buena parte de los planteos que se hicieron en los 21 puntos están contenidos y desarrollados en lo que finalmente fue la Ley de Servicios Audiovisuales. En términos de Nestor Kirchner, más allá de esto que acabo de comentar, en los 4 años y medio de gobierno, habría que destacar dos cuestiones importantes en materia de radiodifusión, y ambas sucedieron en el mismo año, en el 2005. Por un lado prosperó en el Congreso una reforma parcial del artículo 45 de la Ley 22,285/80 que posibilitó o enmendó parcialmente el acceso de las organizaciones sociales sin fines de lucro a las Licencias de radiodifusión. El proyecto tal como se voto en la cámara de diputados era más ambicioso y no incluía el “parcialmente”. En el senado el diablo metió la cola y puso algunos límites. Uno de los aspectos más groseros del decreto 22.285 es el carácter comercial para poder acceder a licencias de radiodifusión. Para ellos se subsana pero en el caso de las cooperativas de servicios públicos sólo podrían ejercer este derecho a dar TV por cable es en aquellas localidades donde previamente no hubiera un prestador privado comercial previamente. Con lo cual, si bien no todo, pero una parte importante de la inclusión que significaba esta modificación, quedaba postergada porque los operadores concentrados de cable les tenían y les tienen terror a la competencia con las prestadoras cooperativas de servicios públicos. Estas no están en todo el país, sino solo en una parte de las provincias y ciudades del interior, y prestan servicio públicos y que lo hacen con un carácter de economía social, no cumplen con el lucro privado, por lo cual tienen capacidad de brindar el servicio de TV por cable de manera más económica para sus usuarios. Bueno hay un caso en la ciudad de Punta Alta vecina a Bahia Blanca, en donde una cooperativas de servicios públicos que como muchas tuvo que travestirse jurídicamente y armar una SRL al costado de la cooperativa para poder brindar el servicio, es una de las ciudades donde vienen compitiendo como hace más de diez años con Cablevisión, y lo que hace ahí Clarín es dumping, cobra a mitad de precio el abono que brindan en Punta Alta de lo que lo cobra a 10 km en Bahía Blanca, por el sólo hecho de quebrar a la cooperativa, que por supuesto en este precio lo puede sostener, pero es muy duro puñetear directamente con grupos de semejante poderío. Incluso les hicieron persecuciones jurídicas a los titulares de la cooperativa, dada la capacidad de operación política que tiene el grupo Clarín. Entonces quedó la incorporación de las organizaciones sin fines de lucro, muchas que tenían radios pasaron a tener la posibilidad de acceder a licencias ya directamente con formas jurídicas sin fines de lucro, pero quedó menguado esa posibilidad paralas operadoras de servicios públicos allí donde había antes un competidor privado comercial. El otro instrumento en Políticas de Comunicación que llevó adelante el gobierno de Nestor Kirchner es el fatídico decreto 527/05, que es un decreto que suspende técnicamente el conteo de los años de vigencia de las licencias que estaban activas, las suspende por 10 años. En la práctica esto supone una extensión de 10 años de todas las licencias. En un reduccionismo político, alguno de los opositores a lo que finalmente fue la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, cuando se estaba discutiendo el servicio decía “cómo el gobierno que le regaló 10 años a Clarín ahora va a sacar una ley que lo perjudica”. Efectivamente el Grupo Clarín se benefició con 10 años más, pero no fue el principal beneficiado, todo indica que este decreto que fue sacado de la noche a la mañana con mucha sorpresa, fue ideado para beneficiar a Daniel Hadad. Resulta que Daniel Hadad había adquirido la licencia del canal 9 de Buenos Aires, rebautizado “Azul”. Cuando vende la licencia Romay, se asocian unos australianos de una empresa denominada Prime con otro grupo empresario denominado Site, y le cambian el nombre a Canal 9 (supongo que por una estrategia de marketing) por Azul, ya que Canal 9 estaba muy asociado a la figura de Romay. Hadad adquiere la licencia de Azul que estaba en convocatoria de acreedores y que duraba más tiempo la convocatoria de acreedores que lo que le quedaba de licencia. Esto es porque la licencia de canal 9 venía de antes. Romay la recupera a la salida de la dictadura, por lo que no es de la camada de licencias otorgadas por Menem (principalmente Canal 13 y 11); por lo que viene de antes y por ende tenía vencimiento previo. Aparentemente Hadad consigue que se haga este instrumento y cómo beneficiaba a todos (incluyendo a Grupo Clarin) lo que tenían licencia en ese momento, se les suspendió el conteo por diez años. Hubo un silencio estruendoso respecto de la medida y muy pocas voces que se alzaron (entre ellas la dirección de la carrera y el consejo directivo de la facultad). A mi juicio es uno de los errores más graves del gobierno de Nestor Kirchner, que tiene algunos atenuantes. - Pregunta de estudiante: ¿Cuál es la argumentación que usó el gobierno para lanzar el decreto? - Que por la crisis y demás, tenían que hacer inversiones... Es más había un compromiso, como una contaprestación de los beneficiarios que iban a invertir en incorporación de teconología. Era todo un conjunto, por la crisis, la recesión hizo que las empresas dejaran de invertir, y por el mismo decreto se le daba un período de dos años para hacer las inversiones. El COMFER entonces no hizo nada para comprobar si se hicieron o no las inversiones, con lo cual se podría haber caído ese beneficio extraordinario. Pero decía, hoy en día, es relativamente facil hacer una crítica, porque se tendió a evaluar esos dos años del gobierno de Nestor Kirchner como si fueran los últimos dos. Me parece que el condimento que hay que poner en la balanza para comprender la situación (aunque eso no lo justifique) es que Nestor Kirchner surge electo con el 22% de los votos, con minoría propia en la camára de diputados, obligado a hacer alianzas parlamentarias con sectores que después, en las propias elecciones parlamentarias de 2005 fueron enfrentados, sin ir más lejos el Duhaldismo. Ustedes recuerdan que, en las elecciones a Senadores en la provincia de Buenos Aires, enfrentó a Chiche Duhalde con Cristina Fernandez. Después se comienza hablar del hegemonismo de Kirchner. Cuando hace ese decreto, uno lo podría entender también como para enfrentar esas elecciones cruciales para su proyecto político, por lo menos con los medios no matandolo, teniendolos callados aunque sea, no a favor, pero al menos callados. Cómo decía, el propio instrumento permitía retirarles el beneficio y en su momento no se hizo, y el propio Kirchner, en su momento, reconoció que a él le hubiera encantado llevar adelante la política que finalemtne llevo adelante Cristina de enfrentar a esa monstruosa corporación de Medios, con la sanción de una ley democrática de Medios Audiovisuales y reconoció publicamente que quizás no había tenido el coraje para hacerlo. La otra cuestión que hay que poner sobre la mesa es que hasta ese momento, el pensamiento promedio de la dirigencia política con capacidad de gobierno, había como un sentido común de que contra las corporaciones mediáticas no se podía. Es más, yo diría que se pensaba que no se debía. Se les tenía terror, se pensaba que era una locura enfrentarlos que la política un poco, era ir llevandolos, haciendoles concesiones. Y que en realidad habían leído muy mal o no habían podido leer, que esa política durante los 90 concluyói con quizás uno de los sistemas de Medios de Comunicación más concentrados del mundo. Cuando uno describe, internacionalmente, como quedó conformoda la Argentina después de los 90, se sorprenden (pero no en Cuba) en Estados Unidos. Cuando se contaba como era el sistema de Medios en Argentina, nos decían que el poder no lo tiene el presidente de la Nación sino que lo tienen los Medios. Esto era teóricamente evidente. Se venía anunciando que esta concentración casi sin límite de la propiedad iba a tener efectos nocivos, ya no para el sistema de medios, sino para la propia democracia Argentina. De todos modos, nunca nos imaginamos que iban a llegar a tanto. Lo que hemos visto en los últimos tres años del comportamiento de los medios más concentrados, es algo que uno podía suponer, pero no deja de ser fuerte cuando uno repasa las primeras hojas de Clarin o La Nación. Entonces decía, había como un sentido común también de que no se podía, había como una frase acuñada (que afortunadamente este proceso político ha desterrado) que es ningún gobierno resiste 4 etapas en contra de Clarín. Otro mito era que en año electoral no se discute la ley de radiodifusión, y esto, también faltaba a la verdad porque desde el 83 hasta el 2009 no se discutió nunca. Si bien, vamos a hacer un reconto de los mejores esfuerzos que se hicieron del 83 a la fecha; nunca antes se había alcanazdo la magnitud de ésta última discusión que, afortunadadmente, terminó en la sanción de la ley. Es decir, nunca antes se había involucrado a sectores de la sociedad, mas allá de los mas o menos interesados en el tema como ser sindicatos de trabajadores, empresarios y algún sector minoritario académico .Si bien algunos sectores académicos planteaban la inconveniencia de la concentración, había otros que soslayaban la conveniencia. Me refiero a aquellos orientados al multiculturalismo, los estudios de recepción, estaban muy de moda en los noventas y argumentaban que mientras más se concentraban los grandes emisores, más se sostenía que era imposible que estos grandes emisores puedan manipular e influir, y por ende, más se sostenían las capacidades de los públicos de hacer, más o menos, lo que querían con esos mensajes. Esto se da en un momento en el que Grupo Clarín se está armando y concentrando, y que también aparece el grupo Seis Tizas (que estará al servicio de la reelección de Menem). En el momento en el que sale el decreto no había una preocupación generalizada de varios sectores de la sociedad, lo cual no le quita responsabilidad al gobierno de Kirchner, pero si lo contextualiza. No había un clamor porpular por la ley de radiodifusión. - Pregunta de estudiante ¿Lo de Clarín no tiene que ver también, con la política argentina que siempre los dos o tres primeros años de gobierno, Clarín suele “tirar rosas” y conseguir tratos especiales y después en el último año cambia su opinión? - Si ese es un modus operandi. Suelen acompañar a los presidentes hasta la “puerta del cementerio” y después le sueltan la mano; y al otro día pasan a ser los principales denunciadores. Es lo que hicieron con Menem por ejemplo. Y también con la Dictadura. En el caso de la Dictaduralo que hicieron con Papel Prensa, en términos históricos, es importante, es como una visagra, lo transforma en el diario más vendido de la Argentina y con oportunidad de derrotar a los competidores y demás. Pero con Menem pegan un salto que ya no es el diario Clarín, es una corporación importante; y lo llevó a Menem a arrepentirse en público de haberle dado canal 13 a Clarín. Y no lo dice porque se dió cuenta que le hacía un mal a la sociedad, sino por la deslealtad. En realidad lo que estaba diciendo Menem es “no cumplieron con el pacto”. Clarín lo defraudó porque el esperaba reciprocidad. Les dió la oportunidad de que se conformen, en lo que hasta la dictadura les había negado, que tengan licencias de radiodifusión, cada vez que realizaba una modificación, les daba más capacidad de concentración; y se lo retribuyen con la denuncia de las armas y todas esas cosas. Menem lo entendió de esa manera. Pero en el caso del 527, no era para Clarín. Clarín ligó y se cayó la boca. Y la otra cuestión (que quedará para investigar a futuro) es si el enfrentamiento, sobre todo, con el gobierno de Cristina, es que hay primero un enfrentamiento con la 125 y eso, decide a Crisitna a hacer la ley; o si la convicción de Cristina de hacer la ley, hace que se dé un enfrentamiento tan encarnizado. Porque es lógico que lo haya hecho la sociedad rural, lo que no es tán lógico es que lo haya hecho Clarín, más allá de que tenga algunos intereses muy concretos. Magnetto, en una reunión hace poco, dijo “nos pusimos al frente de la pelea del gobierno contra el campo, porque somos el campo”. Evidentemente, ellos como capitalistas, como buena parte de la burguesía más concentrada de la Argentina; venía disfrutando de la renta extraordinaria de la soja. Y también nos enteramos que eso era más extendido de lo que uno creía. Había gente de clase media que, tenía un dinero y en lugar de poner en un plazo fijo, ponía en pool de siembre. Y entonces uno empieza a entender porque los cacerolazos en Capital Federal. A nosotras nos tocó preparar el tema de, cuáles fueron los proyectos que se presentarone desde el 83 hasta el 2006. El tema de poder hablar de los proyectos no es por hablar de su artículado o diferencias entre uno y oto; sino que tiene que ver con hacer una lectura de cuáles fueron los factores que se pusieron en juego a la hora de pensar, hoy que tenemos una nueva ley de medios vigentes, los proyectos que se presentaron desde la vuelta de la democracia. Son 40. La idea es saber cuáles fueron, a qué bloquen pertenecian, cuáles fueron las diferencias entre uno y otro (que tiene que ver con cuestiones época). La mayoría de los proyectos que se presentaron tuvieron que ver con diputados, senadores, bloques políticos, tenemos como paradigma de lo que fue un proyecto democrático previo a lo que es el proyecto de ley que hace hoy nuestra ley actual, lo que fue el proyecto del COCODE. Y también nos interesa poder abordar cuáles fueron las relaciones con el poder, con los medios y con la sociedad (no hubo mucho debate social dentro de lo que fueron los debates de los proyectos de estos años). Arrancamos con el período de Alfonsín, después del regreso a la democracia (del 85 en adelante) comienzan a presentarse aisladamente, individualmente, algunos proyectos en representación, más que nada, de los partidos mayoritarios de esa época que son la UCR y el PJ. Pero lo que caracteriza esta época (y toda la década), si bien hay un poco mas de discusión de o debate en algunos sectores (no era algo masivo), se podría decir que sucede mucho más en los 80 que en los 90. La característica de esta étapa, es que si bien hay distintos proyectos por partido, hay una cantidad de discidencias internas bastante grandes y hay perfiles más privatistas o centralistas, y perfiles de proyectos un póco más democráticos o participativos. Pensamos en varios ejes para que uno pudiera analizar. El planteo es qué analizo en un proyecto de ley, o en una ley consagrada como la que tenemos actualmente, cuáles son las cuestiones que entran más debate. Una de las cuestiones es quién es el licenciatario, quién puede adjudicar una licencia. Obviamente, los proyectos más privatistas proponía a empresas o privados con fin de lucro. Ahí quedaba excluido el tercer sector, las sociedad sin fines de lucro, por ej.las ong, etc. Y después estaban aquellos proyectos que dicen que sí, pero con distintas limitaciones. Otra de las cuestiones que estaba en discusión es sobre si las empresas de medios gráficos podían o no ser licenciatarias de medios de radiodifusión. También tenemos algunos proyectos que dicen que si (que se consagran en los 90) y otras posturas que dicen que los medios gráficos no deberían tener licencias de radiodifusión para evitar la conformación de monopolios de la información. Otra de las discusiones es sobre el rol del Estado, qué función cumplen los medios estatales, la radiodifusión deber ser de interés público o un servicio público, la diferencia en pensar si debería haber medios públicos no gubernamentales, medios estatales, cuáles serían los modos de financiar estos medios. Otra de la cuestiones, es si los medios estatales deben tener o no publicidad, qué relación de sometimiento o no tienen los medios públicos con el poder estatal de turno. Son varias las cuestiones que se van a trabajar en los distintos proyectos de ley; que van a quedar resumidas en dos grandes proyectos que son el del COCODE (participativo y democrático) y el del COMFER (centralista y privatista). Cuando asume Alfonsin, sale el decreto 1154 que mantiene en suspenso el plan ARA, no veta la ley de la dictadura pero tampoco se lleva adelante un debate serio para promulgar una ley nueva. Esto promueve también, que no haya una ley nueva que regule a los medios en ese momento. Una de las propuestas que tenía la plataforma política de la UCR era la democratización de los medios. La propuesta era generar una nueva ley de radiodifusión, por eso lo que se hace directamente era intervenir el COMFER (no podía seguir al mando de autoridades militares) hasta que haya una nueva ley. Durante los 80, lo que se vió en el proceso de una nueva ley fueron 7 proyectos de la UCR, 4 del PJ, 1 del movimiento popular neuquino y 1 del partido demócrata progresista. La UCR tenía mayoría y por eso pudo meter tantos proyectos dentro de lo que era la cámara pero ninguno llega a recinto ya que había dos posiciones encontradas. Uno tiene que ver con posiciones privatistas, no nos olvidemos que desde los 70, se estuvo instalando toda una estructura de privatización y de reducción y alejamiento del Estado para todo lo que eran las empresas públicas. Los canales eran estatales y ya se estaba hablando desde ese momento, de hacer toda una estructura privatista al interior mismo del gobierno. Tenemos una pata para lo privado y otra para lo público: para poder pensar en un servicio público en vez de interés público, para poder pensar en una cuestión de estructura cultural, educativa; para poder pensar en el derecho a la información y a la comunicación; a diferencia de lo que se podía pensar en proyectos más privatistas. Hay un proyecto que tiene el apoyo de Alfonsaín y que se lleva a la cámara, empieza a aparecer un incipiente debate sobre el tema. Sale públicado en algunos medios pero en las secciones de interés general, o sociedad y no en la sección política, como por ej, se dió con la ley que entró en vigencia recientemente. Los proyectos presentados en este período 86-89 son iniciativas individuales, no había un conglomerado de grupos u organizaciones sociales que estaban llevando a cabo un proyecto hacia el congreso. Eran proyectos individuales, el más democrático y participativo tuvo que ver con el COCODE, y muchas de las cosas que proponía este proyecti figura en la actual ley de medios. Algunos de los nombres de los diputados de los proyectos, el del 84 era de Torcuato Fino, el del 85 de Horaldo Britos, el del 88Floro Bogado, y en el 88 también se dieron las disputas entre le proyecto más conservador (el del COMFER), uno más democrático del COCODE y el proyecto oficial que presentan Alfonsín, Carlos signia y terragno,que era un tanto democratizador pero estaba a media maquina. Ya pasando a los 90 (entre el 89 y el 95), se da un proceso de concentración y privatización. Lo primero que se privatiza son los canales de televisión y con respecto a lo que fueron los proyectos de ley, hubo mcuhos. Hubo 11 proyectos entre el 89 y el 95 y 9 proyectos entre el 96 y el 99. Ley Dromi, dos cosas puntuales que hace, art. 45 inciso E. De la 22.2285 que prohibía la inversión extranjera en medios, y además impedía la formación de monopolios de medios ya que las empresas periodísticas gráficas no podían acceder a ninguna licencia de radiodifusión. Con la ley de reforma del Estado, van a poder conformarse los grandes conglomerados de medios nacionales. A su vez se va a dar otro proceso, que es la compra de empresas para la conformación de monopolios (donde grandes empresas comprar empresas más chicas, por lo que son mucho más competitivas). Es decir, diferentes decretos y leyes, van a dar lugar a que a fines de los 90 tengamos el mapa de medios similar al actual. El tema es por qué hubo tantos proyectos y ninguno llegó. Había una relación entre el poder político y los medios, que era de completa complicidad. Y por otra parte lo que tambien se daba en este período es una ausencia de mecanismos legislativos. No llegaban los proyectos, porque se gobernaba a través de decretos de necesidad y urgencia. Tampoco había una voluntad política para que se sancione una nueva ley. Otra cosa que hay que tener en cuenta, es qué pasa con el usuario, con el televidente. Quizás hoy en día hay un debate más generalizado dónde se desmonta un poco la estructura del emisor, pero en los 80 y 90 era diferente. En los 80 no había una buena televisión, no era de buena calidad y no había buena inversión. En los 90 se va comercializando y el usuario obtiene más oferta, más canales, más llegada; lo que se puede analizar es el contenido si era cultural o educativo, y lo que pasaba como telón de fondo con al compra y venta de los canales; es algo que se puede analizar hoy. Pero en ese momento, más allá de los que se veían más perjudicados o por que estaban relacionados al ambiente de medios desde los distintos lugares de intervención, el usuario no tenía un debate frente a la cara cómo para pedir una democratización de los medios. La democratización de los medios se puso en agenda estos últimos años y por eso es que hoy podemos debatir sobre lo que queremos. Había un casamiento entre la política y los medios, la política pasaba por los canales de televisión, por lo que las instancias de debate y organización popular no eran visibles en la sociedad, por lo que era bastnate complicado poner en tepate la discusión sobre los medios de comunicación y cuando el debate polícitio pasaba por una agenda mediática. Estas cuestiones influyen que no se haya tratado ningún proyecto, y que las distintas modificaciones sobre la ley de la dictadura que se realizaron a través de decretos, operaban en favor de la multiplicidad de la licencias, en favor del capital extranjero, de los tiempos publicitarios. En el gobierno de la Alianza nos encontramos con un panorama de medios muchisimo más concentrado. Lo que vemos es una consecusión de gobiernos, que por omisión, por conveniencia, por imposición; no pudieron presentar un proyecto integral que pudiera modificar la 22.285. El gobierno de la Alianza, cómo los anteriores gobiernos radicales, tenía un discuso de la democratización, de la transparencia y los medios no iba a ser uno de los actores ajenos a este discurso. Había una esperanza renovación política. Y esa renovación, traería también una discusión sobre la ley de radiodifusión. De todos modos esto no fue así, y el gobierno de la Alianza finaliza abruptamente. Una caracterísitca que tuvo en común el gobierno de la Alianza, con el gobierno de Alfonsín es que los proyectos presentados por el bloque radical fueron en ambos casos conservadores, particularmente durante el gobierno de la Alianza. El gobierno de la Alianza tuvo una intervención constante en los medios. Por ej. hubo una intención por ordenar el espectro de las radios. En el 93 también hubo un proyecto de ley que casi llega a recinto, demás está decir que no pasó nada. Había mucho proyecto de ley con intención democratizadora pero en el mismo momento se estaba privatizando todas las empresas, se estaban conformando todos los monopolios de televisión radio y prensa. En el 2000 el gobierno va a trabajar sobre un proyecto de ley que llega a ser debatido en audiencia. Pero la crisis económica se va profundizando, se da la crisis del 2001, y el proyecto no se va a tratar. En los gobiernos consecutivos, tenemos tres proyectos y algunas leyes que van modificando las leyes anterior. La idea no es saber que hace la ley Dromi, o que puntos se modificaron. Sino saber que se hizo de cada proyecto. Ningún proyecto va a tener un real tratamiento en la sociedad, y si vamos a poder tenerlo en el momento del conflicto con el agro, ya que es un desencadenante donde se muestra porque tratar una ley de radiodifusión (la ley se viene trabajando desde hace dos o tres años). Es importante realizar un reconto de los proyectos hasta el día de hoy teniendo en cuenta cuáles son los conceptos en la sociedad, cuál es la calidad que tenemos nosotros hoy en los medios de comunicación, cuáles eran los contextos políticos para que se dé o no cabida a un proyecto de ley de radiodifusión. De estos 40 ninguno fue tratado en el recinto. Recién en el del 2000 se va a tratar un poquito más, pero ninguno tiene un real debate y tampoco se conoció mucho sobre ellos en la sociedad. Este proyecto, presentado por Aguiar, Loperfido y Lopez (que tampoco se sanciona) es un proyecto que tiene un intento de discutirse, en foros, encuentros y demás, pero no hay una cabida sobre eso en la sociedad. Lo que se da a conocer del proyecto es reglamentar el sector de la comunicación desde ese momento en adelante, pero sin tocar los intereses ya conformados de los grupos mediáticos del momento. La ley actual, justamente, la cuestión más conflictiva es el artículo que han denominado de desinversión que va hacia esa cuestión: los medios concentrados tienen que desconcentrarse. El proyecto presentado por el oficialismo en ese momento, no tiene esta mirada de retrospectiva de desmonopolizar, sino de regular de acá para adelante, regular sobre radios alternativas. Hay un decreto que un poco podría ser una persecusión de las radios. Había un monton de medidas destinadas a perseguir a estos medios locales, en prosecusión de la “transparencia”. Y a su vez, acordaba con las empresas para descuentos en el IVA, gravamen, etc. Por otra parte, estaba el COMFER que ha ido transformandose y teniendo distintas funciones a lo largo del tiempo. Este último tiempo, no era un órgano de control, era una institución que estaba intervenida, pero que siempre seguía la línea oficial, y que representaba lo más conservador de la cuestión comunicacional. Se abren algunas radios de frontera, y radios escuela pero en contundencia, no llevan adelante ninguna política que profundice en contra de los monopolios. Al contrario, más bien, consagra lo que se viene haciendo desde los 90. En los 90, habíamos hablado que se presentaron mas o menos 12 o 13 proyectos. Cada proyecto habla de cómo después también se van acomodando la realidad de los medios de comunicación. Los primeros tres hablan de cambiar realmente el marco comunicacional, de democratizarlo, de crear nuevas figuras, de ver cuál era el órgano que iba a regular, las licencias, se debatía en torno a la participación de capital extranjero, al tiempo publicitario, etc. Los últimos se van cerrando un poco más a la participación publiciataria y a lacompetencia. Y en los proyectos que tenemos presentados por la alianza, la mayoría se condicen con hablar del modelo neoliberal. La mayoría hablan de la concentración, de como puede o no puede competir una empresa. Cuando hablamos de medios comunicación, si bien hablamos de empresas de medios, sabemos que hay un contendio, y que se debe evaluar con otros parámetros que no son los de la libertad de empresa. Cuando empezamos hablando, vimos que la cuestión de los medios estaba publicado en una proclama chiquita, en la sección de interés general o sociedad. Hoy, forma parte de las primeras páginas de los diarios de mayor circulación. Y esto tiene que ver, no sólo con una concepción de los medios sobre que la sociedad tienen una mayor conciencia de los dueños. Acá los diarios lo ponen cómo tema de agenda, porque hay una gran acumulación económica y posibilidad de perdida de loby de los grandes conglomerados mediáticos. Y esto lo tenemos más que claro, sabiendo que la mayoría de las inversiones extranjeras entre el 90 y el 99, se hicieron en el área de comunicación. Este raconto es para entender que los 21 puntos no salen de la nada. En la elaboración de los 21 puntos, participaron más de 300 organizaciones, donde el gran mérito está en deponer diferencias secundarias, y concentrarse en rescatar de la tradición de lucha y de propuestas que se venía llevando del 83 a la fecha aquellas cuestiones que concluyen en los 21 puntos dela ley, en lugar de hacer uso del análisis comparativo con otros luagres del mundo. Los 21 puntos son 21 directrices de lo que debe ser una ley. Margarita Graziano señale en su libro del año 86, en un artículo denominado “el debate sobre el debate” que previo a ponerse a discutir el articulado de una futura ley, lo que había que hacer era debatir sobre los grandes ejes de qué queríamos hacer los argentinos con el sistema de medios, y una vez que hubiera unos acuerdos básicos y muy claros sobre que se pretendía hacer, recien se podía comenzar el articulado. De no hacerlo así, se cae en intentar reformar la ley de la dictadura.
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