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Práctico 28/02/2011 . Profesor: Gustavo Bulla.
...la dictadura del 76, aunque no pocos autores sostienen que el primer ensayo de
política económica neoliberal en Argentina es en el 75 todavía con el gobierno
constitucional de María Estela Martínez de Perón en lo que se dio a llamar el Rodrigazo.
El ministro de economía Celestino Rodrigo introdujo una hiper-debaluación de un día
para el otro de la moneda nacional, que benefició a una parte del país y perjudicó a una
parte importante, más teniendo en cuenta que en aquel momento todavía los
propietarios y tenedores de ahorros y demás no tenían la experiencia para tomar los
recaudos. La gente en aquel entonces todavía se vendían casas y autos con pagarés. Los
“pagarés” son esos documentos que uno le entregaba 20 documentos al que le compraba
y decía pagaré por esto tantas cuotas. Entonces el que tuvo la suerte de comprar de esa
manera terminó devolviendo centavos, y el que vendió de esa manera se fundió. Algunos
autores de economía sostienen que esa es la primer política neoliberal que después fue
a sangre y fuego marcada por la dictadura, con Martínez de Hoz como el brazo ejecutor.
Volviendo a Cavallo, lo que fue exitoso en el corto plazo, frenó la inflación y demás vino
acompañado de un congelamiento de los salarios. Recién en el 2003 se empezaron a
discutir salarios y aumentar jubilaciones y demás. El costo de la pequeña pero creciente
inflación, siempre fue absorbido con los salarios y las jubilaciones congeladas. El peso
argentino tenía un valor nominal, sostenido por la ley, idéntico al del dólar cosa que no
tenia absolutamente nada que ver con la economía real. Si el valor de una moneda
representa los bienes que esta economía produce, a nadie se le podría ocurrir que el
peso costaba más que el dólar. Sin embargo la ficción funcionó porque por lo menos
frontera para adentro daba una sensación de estabilidad.
Esta política trajo una pérdida masiva de puestos de trabajo, ya en la segunda elección
de Menem en el '95 gana esas elecciones en primera vuelta con un 20% de desocupación.
Y este dato no era un dato como las consultoras privadas, más o menos, era público,
notorio y aceptado por todo el mundo. Todos en ciertos estratos sociales tenían en su
casa, en su familia, o en sus amigos algún desocupado que engrosaba esos números. No
eran números estadísticos simplemente. Sin embargo tal es esa capacidad política de
disciplinar a la población -algunos sostienen que el terror a la hiperinflación hizo esa
tarea-, tal era la capacidad de disciplinación, ya no se temía porque Menem no ganara
las elecciones, y qué pasaba con la incertidumbre con la política económica, sino que se
temía porque Cavallo deje de ser el Ministro de Economía.
Ese grado de desocupación más crisis internacionales que se comienzan a suceder
(Efecto Tequila, Efecto Vodka, Efecto Caipirina) hacen que en 1998 Argentina entra
-incluso reconocido por los economistas neoliberales- en una fase recesiva, con lo cual a
la desocupación estructural que se iba armando en base al tipo de modelo económico
que se había adoptado. (Era más rentable importar al costo de reducir al mínimo la
planta de trabajadores, que ponerse a producir, fue como una segunda vuelta que la que
se había dado con la política de Martínez de Hoz, con el corrimiento cambiario, había
una tablita que iba de a poquito corrigiendo el dólar hasta que en un momento estalló)
Incluso Cavallo empieza a pensar formas de salir de la convertibilidad, primero pensó en
una canasta de monedas, es decir que el peso no quedara atado sólo al dólar sino incluir
al euro y al yen. Pero se pensaba que la sola puesta en discusión dela convertibilidad
podía desatar esa estabilidad conquistada y se podría perder de un día para el otro. Aún
es así, tal es el punto de credulidad de sectores medios y con cierta capacidad de
ahorro, que cuando se produce el corralito y el corralón, muchos fueron a las puertas de
los bancos exigiendo que les depositaran dolares, querían que les devolvieran dólares
porque había un discurso abalado por una ley que les hizo pensar que esto iba a ocurrir.
Duhalde también hizo lo suyo cuando en su discurso de asunción dijo “el que depositó
dólares recibirá dólares”, se buscaron formas para que quienes estaban endeudados en
dólares finalmente no terminaron pagando su deuda a la cotización del dólar sino que lo
hicieron a 1.40 + ser. Sin embargo los costos de las medidas que se tomaron para llevar
la crisis los pagaron los trabajadores dado que los precios que habían estado contenidos
a presión durante más de una década aumentaron alrededor de un 100% en un período
corto y no aumentaron los salarios. Pero ante la crisis que puso en vilo el sistema
institucional, en el marco de esa crisis terminó siendo medianamente aceptada esta
salida.
En este marco, uno de los sectores que más se había endeudado de manera externa es el
sector de las comunicaciones, que es el sector que más creció a partir de las
privatizaciones llevadas adelante por el primer gobierno de Menem, tanto en materia de
telecomunicaciones como en materia de radiodifusión y con las constantes políticas de
reforma parcial de la legislación de radiodifusión que fueron beneficiando y
prácticamente promoviendo la concentración de la propiedad. Habrán visto que al final
del período menemista, Argentina tenía en su estructura un mapa de estructura de
propiedad de medios, virtualmente un duopolio, con dos grupos muy concentrados. Esta
concentración se dio a partir del endeudamiento externo, sobretodo lo que tiene que
ver con la concentración del tipo de servicio de radiodifusión más rentable que es la
televisión por cable. Los sistemas de televisión por cable se concentraron y crecieron a
partir de la absorción de pequeños sistemas de cable locales, en base a la extorsión con
la utilización de los derechos exclusivos de la televisación del fútbol, pero por otro lado
con capital fresco para poder ir comprando y absorbiendo esos sistemas de cable. Así
llegamos al caso de que el Grupo Clarín que por entonces había desarrollado a partir del
año 92 el operador de cable Multicanal, en el momento de la crisis del 2001 y la
posterior debaluación, Clarín debía alrededor de 1200 millones de dólares solamente por
Multicanal. Después había otras empresas de medios concentradas endeudadas, como el
diario La Nación que debía 400 millones de dólares. La Nación no había incursionado en
la propiedad cruzada de medios pero sí se había metido en el tema de renovación de
imprentas, se había asociado con Clarín en la compra de algunos diarios de capitales
importantes del interior del país y también estaba metido en un proyecto inmobiliario de
una torre en Bouchard atrás del correo central. Se habían endeudado porque había
facilidad para acceder a créditos internacionales y por otro lado estaba supuestamente
asegurado por Ley que la paridad del dólar no iba a cambiar.
Tras la asunción de Eduardo Duhalde se va tratando de poner orden en el marco de la
crisis, se crean unas políticas sociales como los planes Jefes y Jefas de Hogar. Duhalde
trata de hacer algunos equilibrios que pusieron algunos paños fríos e inmediatamente
cuando pudo fue hacia lo que había que haber hecho no más allá del 94/95 que fue salir
de la convertibilidad, por supuesto también se salio de la peor manera con la
debaluación de un día para el otro que puso la paridad uno a uno en uno a cuatro, que
es más o menos los niveles donde está hoy. Duhalde apela a la pesificación asimétrica,
esto es fronteras para adentro a quienes estaban endeudados en dólares. Lo que operó
en Argentina es una virtual dolarización, todavía en algunos rubros se sigue hablando en
dólares. En aquel entonces los créditos hipotecarios o las hipotecas privadas, Duhalde
hace no trasladar al endeudamiento la cotización del mercado del dólar sino que se fija
en 1,40 actualizado por el cer, una cláusula asociada al aumento del costo de vida, que
intentaba irincorporando un ajuste por la potencial inflación que se podía despertar
después de tanto tiempo de variables congeladas.
Clarín por aquellos días publicó un domingo en una de las primeras páginas a la izquierda
publica un artículo donde se dedican a demostrar que la pesificación asimétrica no los
había beneficiado. Ya en aquel entonces, como sucede ahora, a estas cosas nadie se
anima a ponerles la firma. Era una editorial de Clarín, pero no en la página donde
normalmente ponen las editoriales sino en una página de política. Y comienzan a hacer
una presión muy fuerte respecto de la situación muy crítica en la que quedaban ellos y
las industrias culturales, porque ellos recibían sus ingresos en pesos y las deudas las
tenían en dólares. Por otro lado, y esto fue a través de los dos gobiernos de Carlos
Menem, uno de los puntos que el FMI tenía dentro de sus recetas cada vez que venía a
negociar un crédito, uno de los puntos que tenían siempre para plantear y no habían
logrado conseguir era la reforma de la Ley de quiebras, esto es querían introducir un
mecanismo que se llama clam down que sería algo así como que en caso de declararse la
situación de quiebra de una empresa, los acreedores externos antes de que se vaciara la
empresa pudieran cobrar sus acreencias con acciones de la misma. Finalmente en el año
2002 Duhalde, luego de una negociación con el FMI accede a ese pedido y se modifica la
ley de quiebras con este mecanismo. Lo cual hubiese evitado la quiebra de las empresas
pero seguramente hubiera propiciado la extranjerización total de los medios. Es en ese
momento que el grupo de empresas mas concentrado hace un lobby tremendo sobre el
gobierno de Duhalde. Lo que es el principio del fin del gobierno de Duhalde, con el
asesinato de Kostequi y Santillán en Avellaneda, la portada de Clarín es una pieza
extraordinaria del periodismo falaz, cuando se atribuyen a la crisis facultades humanas.
Estas presiones cuajan en la “Ley de preservación del patrimonio cultural” que en muy
pocos artículos identifica quienes son los beneficiarios, las industrias culturales que no
son solamente los medios de comunicación, incluye también agencias de publicidad y
una cantidad de actores de la industria, y el mecanismo que introduce para evitar la
extranjerización de las industrias culturales en Argentina es ponerle un límite al canje
de estas acreencias por acciones del 30%. Le ponen un techo a lo que se pueda canjear,
con lo cual hace que carezca de interés para los acreedores externos, normalmente
cuando hablamos de acreedores externos hablamos de bancas mayoristas y demás que
en general no es un gran negocio para ellos quedarse con una industria cultural.
Generalmente lo que tratan de hacer cuando eso sucede es valorizar el cambio de mano,
pero es mucho menos negocio asociarse en carácter minoritario en un negocio que no es
el propio y en un país medio remoto. Con lo cual esa aplicación a la Ley salvó a estas
industrias culturales argentinas que estaban en riesgo de poder pasar a manos
extranjeras, siendo que un sector se había extranjerizado sobretodo con el segundo
gobierno de Menem a partir de la reforma de la Constitución. En el cierre del capítulo
que escribimos con Glenn, decíamos en ese momento que esto lo podíamos ver como
mitad del vaso lleno o mitad del vaso vacío. Si uno quería ser optimista podía decir
“bueno, costó pero por primera vez apretado por los intereses concentrados y apretados
por la crisis, pero el Congreso de la Nación se dignó a discutir como problema, aun que
sea teórico, el tema de la extranjerización o no de los medios y las industrias culturales.
De la peor manera pero por lo menos entraba por primera vez desde 1983 esta discusión
en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, lo cual si uno quería ser
optimista podía. En ese momento también decíamos que esto se completa, termina de
ser el vaso lleno si el Estado Nacional además de salvarnos del cuco extranjero ahora
pone en discusión una ley democrática que no solo nos salve de la extranjerización o de
la invación colonial, sino que además por primera vez le consagre a los ciudadanos
argentinos la posibilidad del derecho humano a la información y del derecho a la
comunicación. Cuando pusimos eso no suponiamos que cinco años mas tarde eso se iba a
cumplir.
Por otra parte por esos días, más o menos, en el 2004 se dan a conocer los “21 puntos
para una radiodifusión democrática”. Con motivo de conmemorarse los 21 años
consecutivos de funcionamiento constitucional, cosa que no había pasado durante el
siglo XX, una cantidad muy importante de organizaciones sociales, académicas,
religiosas, de Derechos Humanos, confluyen en lo que se llamó “Coalición por una
Radiodifusión Democrática” y en el año 2004 entregan una especie de manifiesto con 21
ejes fuertes que una futura Ley de Radiodifusión de la Democracia debía respetar para
salir de este sistema que había sido debidamente diagnosticado en términos de la
monstruosa concentración que había acumulado. En el 2004 lo recibe con más de un año
en sus funciones Nestor Kischner y por el momento no se supo nada mas de esos 21
puntos hasta que aparecieron en el año 2008. Buena parte de los planteos que se
hicieron en los 21 puntos están contenidos y desarrollados en lo que finalmente fue la
Ley de Servicios Audiovisuales.
En términos de Nestor Kirchner, más allá de esto que acabo de comentar, en los 4 años y
medio de gobierno, habría que destacar dos cuestiones importantes en materia de
radiodifusión, y ambas sucedieron en el mismo año, en el 2005. Por un lado prosperó en
el Congreso una reforma parcial del artículo 45 de la Ley 22,285/80 que posibilitó o
enmendó parcialmente el acceso de las organizaciones sociales sin fines de lucro a las
Licencias de radiodifusión. El proyecto tal como se voto en la cámara de diputados era
más ambicioso y no incluía el “parcialmente”. En el senado el diablo metió la cola y
puso algunos límites. Uno de los aspectos más groseros del decreto 22.285 es el carácter
comercial para poder acceder a licencias de radiodifusión. Para ellos se subsana pero en
el caso de las cooperativas de servicios públicos sólo podrían ejercer este derecho a dar
TV por cable es en aquellas localidades donde previamente no hubiera un prestador
privado comercial previamente. Con lo cual, si bien no todo, pero una parte importante
de la inclusión que significaba esta modificación, quedaba postergada porque los
operadores concentrados de cable les tenían y les tienen terror a la competencia con las
prestadoras cooperativas de servicios públicos. Estas no están en todo el país, sino solo
en una parte de las provincias y ciudades del interior, y prestan servicio públicos y que lo
hacen con un carácter de economía social, no cumplen con el lucro privado, por lo cual
tienen capacidad de brindar el servicio de TV por cable de manera más económica para
sus usuarios. Bueno hay un caso en la ciudad de Punta Alta vecina a Bahia Blanca, en
donde una cooperativas de servicios públicos que como muchas tuvo que travestirse
jurídicamente y armar una SRL al costado de la cooperativa para poder brindar el
servicio, es una de las ciudades donde vienen compitiendo como hace más de diez años
con Cablevisión, y lo que hace ahí Clarín es dumping, cobra a mitad de precio el abono
que brindan en Punta Alta de lo que lo cobra a 10 km en Bahía Blanca, por el sólo hecho
de quebrar a la cooperativa, que por supuesto en este precio lo puede sostener, pero es
muy duro puñetear directamente con grupos de semejante poderío. Incluso les hicieron
persecuciones jurídicas a los titulares de la cooperativa, dada la capacidad de operación
política que tiene el grupo Clarín.
Entonces quedó la incorporación de las organizaciones sin fines de lucro, muchas que
tenían radios pasaron a tener la posibilidad de acceder a licencias ya directamente con
formas jurídicas sin fines de lucro, pero quedó menguado esa posibilidad paralas
operadoras de servicios públicos allí donde había antes un competidor privado
comercial.
El otro instrumento en Políticas de Comunicación que llevó adelante el gobierno de
Nestor Kirchner es el fatídico decreto 527/05, que es un decreto que suspende
técnicamente el conteo de los años de vigencia de las licencias que estaban activas, las
suspende por 10 años. En la práctica esto supone una extensión de 10 años de todas las
licencias. En un reduccionismo político, alguno de los opositores a lo que finalmente fue
la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, cuando se estaba discutiendo el
servicio decía “cómo el gobierno que le regaló 10 años a Clarín ahora va a sacar una ley
que lo perjudica”. Efectivamente el Grupo Clarín se benefició con 10 años más, pero no
fue el principal beneficiado, todo indica que este decreto que fue sacado de la noche a
la mañana con mucha sorpresa, fue ideado para beneficiar a Daniel Hadad. Resulta que
Daniel Hadad había adquirido la licencia del canal 9 de Buenos Aires, rebautizado
“Azul”. Cuando vende la licencia Romay, se asocian unos australianos de una empresa
denominada Prime con otro grupo empresario denominado Site, y le cambian el nombre
a Canal 9 (supongo que por una estrategia de marketing) por Azul, ya que Canal 9 estaba
muy asociado a la figura de Romay. Hadad adquiere la licencia de Azul que estaba en
convocatoria de acreedores y que duraba más tiempo la convocatoria de acreedores que
lo que le quedaba de licencia. Esto es porque la licencia de canal 9 venía de antes.
Romay la recupera a la salida de la dictadura, por lo que no es de la camada de licencias
otorgadas por Menem (principalmente Canal 13 y 11); por lo que viene de antes y por
ende tenía vencimiento previo. Aparentemente Hadad consigue que se haga este
instrumento y cómo beneficiaba a todos (incluyendo a Grupo Clarin) lo que tenían
licencia en ese momento, se les suspendió el conteo por diez años. Hubo un silencio
estruendoso respecto de la medida y muy pocas voces que se alzaron (entre ellas la
dirección de la carrera y el consejo directivo de la facultad). A mi juicio es uno de los
errores más graves del gobierno de Nestor Kirchner, que tiene algunos atenuantes.
- Pregunta de estudiante: ¿Cuál es la argumentación que usó el gobierno para lanzar el
decreto?
- Que por la crisis y demás, tenían que hacer inversiones... Es más había un
compromiso, como una contaprestación de los beneficiarios que iban a invertir en
incorporación de teconología. Era todo un conjunto, por la crisis, la recesión hizo que las
empresas dejaran de invertir, y por el mismo decreto se le daba un período de dos años
para hacer las inversiones. El COMFER entonces no hizo nada para comprobar si se
hicieron o no las inversiones, con lo cual se podría haber caído ese beneficio
extraordinario. Pero decía, hoy en día, es relativamente facil hacer una crítica, porque
se tendió a evaluar esos dos años del gobierno de Nestor Kirchner como si fueran los
últimos dos. Me parece que el condimento que hay que poner en la balanza para
comprender la situación (aunque eso no lo justifique) es que Nestor Kirchner surge
electo con el 22% de los votos, con minoría propia en la camára de diputados, obligado a
hacer alianzas parlamentarias con sectores que después, en las propias elecciones
parlamentarias de 2005 fueron enfrentados, sin ir más lejos el Duhaldismo. Ustedes
recuerdan que, en las elecciones a Senadores en la provincia de Buenos Aires, enfrentó a
Chiche Duhalde con Cristina Fernandez. Después se comienza hablar del hegemonismo
de Kirchner. Cuando hace ese decreto, uno lo podría entender también como para
enfrentar esas elecciones cruciales para su proyecto político, por lo menos con los
medios no matandolo, teniendolos callados aunque sea, no a favor, pero al menos
callados. Cómo decía, el propio instrumento permitía retirarles el beneficio y en su
momento no se hizo, y el propio Kirchner, en su momento, reconoció que a él le hubiera
encantado llevar adelante la política que finalemtne llevo adelante Cristina de enfrentar
a esa monstruosa corporación de Medios, con la sanción de una ley democrática de
Medios Audiovisuales y reconoció publicamente que quizás no había tenido el coraje
para hacerlo. La otra cuestión que hay que poner sobre la mesa es que hasta ese
momento, el pensamiento promedio de la dirigencia política con capacidad de gobierno,
había como un sentido común de que contra las corporaciones mediáticas no se podía. Es
más, yo diría que se pensaba que no se debía. Se les tenía terror, se pensaba que era
una locura enfrentarlos que la política un poco, era ir llevandolos, haciendoles
concesiones. Y que en realidad habían leído muy mal o no habían podido leer, que esa
política durante los 90 concluyói con quizás uno de los sistemas de Medios de
Comunicación más concentrados del mundo. Cuando uno describe, internacionalmente,
como quedó conformoda la Argentina después de los 90, se sorprenden (pero no en
Cuba) en Estados Unidos. Cuando se contaba como era el sistema de Medios en
Argentina, nos decían que el poder no lo tiene el presidente de la Nación sino que lo
tienen los Medios. Esto era teóricamente evidente. Se venía anunciando que esta
concentración casi sin límite de la propiedad iba a tener efectos nocivos, ya no para el
sistema de medios, sino para la propia democracia Argentina. De todos modos, nunca
nos imaginamos que iban a llegar a tanto. Lo que hemos visto en los últimos tres años
del comportamiento de los medios más concentrados, es algo que uno podía suponer,
pero no deja de ser fuerte cuando uno repasa las primeras hojas de Clarin o La Nación.
Entonces decía, había como un sentido común también de que no se podía, había como
una frase acuñada (que afortunadamente este proceso político ha desterrado) que es
ningún gobierno resiste 4 etapas en contra de Clarín. Otro mito era que en año electoral
no se discute la ley de radiodifusión, y esto, también faltaba a la verdad porque desde el
83 hasta el 2009 no se discutió nunca. Si bien, vamos a hacer un reconto de los mejores
esfuerzos que se hicieron del 83 a la fecha; nunca antes se había alcanazdo la magnitud
de ésta última discusión que, afortunadadmente, terminó en la sanción de la ley. Es
decir, nunca antes se había involucrado a sectores de la sociedad, mas allá de los mas o
menos interesados en el tema como ser sindicatos de trabajadores, empresarios y algún
sector minoritario académico .Si bien algunos sectores académicos planteaban la
inconveniencia de la concentración, había otros que soslayaban la conveniencia. Me
refiero a aquellos orientados al multiculturalismo, los estudios de recepción, estaban
muy de moda en los noventas y argumentaban que mientras más se concentraban los
grandes emisores, más se sostenía que era imposible que estos grandes emisores puedan
manipular e influir, y por ende, más se sostenían las capacidades de los públicos de
hacer, más o menos, lo que querían con esos mensajes. Esto se da en un momento en el
que Grupo Clarín se está armando y concentrando, y que también aparece el grupo Seis
Tizas (que estará al servicio de la reelección de Menem).
En el momento en el que sale el decreto no había una preocupación generalizada de
varios sectores de la sociedad, lo cual no le quita responsabilidad al gobierno de
Kirchner, pero si lo contextualiza. No había un clamor porpular por la ley de
radiodifusión.
- Pregunta de estudiante ¿Lo de Clarín no tiene que ver también, con la política
argentina que siempre los dos o tres primeros años de gobierno, Clarín suele “tirar
rosas” y conseguir tratos especiales y después en el último año cambia su opinión?
- Si ese es un modus operandi. Suelen acompañar a los presidentes hasta la “puerta del
cementerio” y después le sueltan la mano; y al otro día pasan a ser los principales
denunciadores. Es lo que hicieron con Menem por ejemplo. Y también con la Dictadura.
En el caso de la Dictaduralo que hicieron con Papel Prensa, en términos históricos, es
importante, es como una visagra, lo transforma en el diario más vendido de la Argentina
y con oportunidad de derrotar a los competidores y demás. Pero con Menem pegan un
salto que ya no es el diario Clarín, es una corporación importante; y lo llevó a Menem a
arrepentirse en público de haberle dado canal 13 a Clarín. Y no lo dice porque se dió
cuenta que le hacía un mal a la sociedad, sino por la deslealtad. En realidad lo que
estaba diciendo Menem es “no cumplieron con el pacto”. Clarín lo defraudó porque el
esperaba reciprocidad. Les dió la oportunidad de que se conformen, en lo que hasta la
dictadura les había negado, que tengan licencias de radiodifusión, cada vez que
realizaba una modificación, les daba más capacidad de concentración; y se lo retribuyen
con la denuncia de las armas y todas esas cosas. Menem lo entendió de esa manera.
Pero en el caso del 527, no era para Clarín. Clarín ligó y se cayó la boca.
Y la otra cuestión (que quedará para investigar a futuro) es si el enfrentamiento, sobre
todo, con el gobierno de Cristina, es que hay primero un enfrentamiento con la 125 y
eso, decide a Crisitna a hacer la ley; o si la convicción de Cristina de hacer la ley, hace
que se dé un enfrentamiento tan encarnizado. Porque es lógico que lo haya hecho la
sociedad rural, lo que no es tán lógico es que lo haya hecho Clarín, más allá de que
tenga algunos intereses muy concretos. Magnetto, en una reunión hace poco, dijo “nos
pusimos al frente de la pelea del gobierno contra el campo, porque somos el campo”.
Evidentemente, ellos como capitalistas, como buena parte de la burguesía más
concentrada de la Argentina; venía disfrutando de la renta extraordinaria de la soja. Y
también nos enteramos que eso era más extendido de lo que uno creía. Había gente de
clase media que, tenía un dinero y en lugar de poner en un plazo fijo, ponía en pool de
siembre. Y entonces uno empieza a entender porque los cacerolazos en Capital Federal.
A nosotras nos tocó preparar el tema de, cuáles fueron los proyectos que se
presentarone desde el 83 hasta el 2006. El tema de poder hablar de los proyectos no es
por hablar de su artículado o diferencias entre uno y oto; sino que tiene que ver con
hacer una lectura de cuáles fueron los factores que se pusieron en juego a la hora de
pensar, hoy que tenemos una nueva ley de medios vigentes, los proyectos que se
presentaron desde la vuelta de la democracia. Son 40. La idea es saber cuáles fueron, a
qué bloquen pertenecian, cuáles fueron las diferencias entre uno y otro (que tiene que
ver con cuestiones época). La mayoría de los proyectos que se presentaron tuvieron que
ver con diputados, senadores, bloques políticos, tenemos como paradigma de lo que fue
un proyecto democrático previo a lo que es el proyecto de ley que hace hoy nuestra ley
actual, lo que fue el proyecto del COCODE. Y también nos interesa poder abordar cuáles
fueron las relaciones con el poder, con los medios y con la sociedad (no hubo mucho
debate social dentro de lo que fueron los debates de los proyectos de estos años).
Arrancamos con el período de Alfonsín, después del regreso a la democracia (del 85 en
adelante) comienzan a presentarse aisladamente, individualmente, algunos proyectos en
representación, más que nada, de los partidos mayoritarios de esa época que son la UCR
y el PJ. Pero lo que caracteriza esta época (y toda la década), si bien hay un poco mas
de discusión de o debate en algunos sectores (no era algo masivo), se podría decir que
sucede mucho más en los 80 que en los 90. La característica de esta étapa, es que si
bien hay distintos proyectos por partido, hay una cantidad de discidencias internas
bastante grandes y hay perfiles más privatistas o centralistas, y perfiles de proyectos un
póco más democráticos o participativos. Pensamos en varios ejes para que uno pudiera
analizar. El planteo es qué analizo en un proyecto de ley, o en una ley consagrada como
la que tenemos actualmente, cuáles son las cuestiones que entran más debate. Una de
las cuestiones es quién es el licenciatario, quién puede adjudicar una licencia.
Obviamente, los proyectos más privatistas proponía a empresas o privados con fin de
lucro. Ahí quedaba excluido el tercer sector, las sociedad sin fines de lucro, por ej.las
ong, etc. Y después estaban aquellos proyectos que dicen que sí, pero con distintas
limitaciones. Otra de las cuestiones que estaba en discusión es sobre si las empresas de
medios gráficos podían o no ser licenciatarias de medios de radiodifusión. También
tenemos algunos proyectos que dicen que si (que se consagran en los 90) y otras posturas
que dicen que los medios gráficos no deberían tener licencias de radiodifusión para
evitar la conformación de monopolios de la información. Otra de las discusiones es sobre
el rol del Estado, qué función cumplen los medios estatales, la radiodifusión deber ser
de interés público o un servicio público, la diferencia en pensar si debería haber medios
públicos no gubernamentales, medios estatales, cuáles serían los modos de financiar
estos medios. Otra de la cuestiones, es si los medios estatales deben tener o no
publicidad, qué relación de sometimiento o no tienen los medios públicos con el poder
estatal de turno. Son varias las cuestiones que se van a trabajar en los distintos
proyectos de ley; que van a quedar resumidas en dos grandes proyectos que son el del
COCODE (participativo y democrático) y el del COMFER (centralista y privatista). Cuando
asume Alfonsin, sale el decreto 1154 que mantiene en suspenso el plan ARA, no veta la
ley de la dictadura pero tampoco se lleva adelante un debate serio para promulgar una
ley nueva. Esto promueve también, que no haya una ley nueva que regule a los medios
en ese momento.
Una de las propuestas que tenía la plataforma política de la UCR era la democratización
de los medios. La propuesta era generar una nueva ley de radiodifusión, por eso lo que
se hace directamente era intervenir el COMFER (no podía seguir al mando de autoridades
militares) hasta que haya una nueva ley. Durante los 80, lo que se vió en el proceso de
una nueva ley fueron 7 proyectos de la UCR, 4 del PJ, 1 del movimiento popular
neuquino y 1 del partido demócrata progresista. La UCR tenía mayoría y por eso pudo
meter tantos proyectos dentro de lo que era la cámara pero ninguno llega a recinto ya
que había dos posiciones encontradas. Uno tiene que ver con posiciones privatistas, no
nos olvidemos que desde los 70, se estuvo instalando toda una estructura de
privatización y de reducción y alejamiento del Estado para todo lo que eran las
empresas públicas. Los canales eran estatales y ya se estaba hablando desde ese
momento, de hacer toda una estructura privatista al interior mismo del gobierno.
Tenemos una pata para lo privado y otra para lo público: para poder pensar en un
servicio público en vez de interés público, para poder pensar en una cuestión de
estructura cultural, educativa; para poder pensar en el derecho a la información y a la
comunicación; a diferencia de lo que se podía pensar en proyectos más privatistas. Hay
un proyecto que tiene el apoyo de Alfonsaín y que se lleva a la cámara, empieza a
aparecer un incipiente debate sobre el tema. Sale públicado en algunos medios pero en
las secciones de interés general, o sociedad y no en la sección política, como por ej, se
dió con la ley que entró en vigencia recientemente.
Los proyectos presentados en este período 86-89 son iniciativas individuales, no había un
conglomerado de grupos u organizaciones sociales que estaban llevando a cabo un
proyecto hacia el congreso. Eran proyectos individuales, el más democrático y
participativo tuvo que ver con el COCODE, y muchas de las cosas que proponía este
proyecti figura en la actual ley de medios. Algunos de los nombres de los diputados de
los proyectos, el del 84 era de Torcuato Fino, el del 85 de Horaldo Britos, el del 88Floro
Bogado, y en el 88 también se dieron las disputas entre le proyecto más conservador (el
del COMFER), uno más democrático del COCODE y el proyecto oficial que presentan
Alfonsín, Carlos signia y terragno,que era un tanto democratizador pero estaba a media
maquina.
Ya pasando a los 90 (entre el 89 y el 95), se da un proceso de concentración y
privatización. Lo primero que se privatiza son los canales de televisión y con respecto a
lo que fueron los proyectos de ley, hubo mcuhos. Hubo 11 proyectos entre el 89 y el 95 y
9 proyectos entre el 96 y el 99. Ley Dromi, dos cosas puntuales que hace, art. 45 inciso
E. De la 22.2285 que prohibía la inversión extranjera en medios, y además impedía la
formación de monopolios de medios ya que las empresas periodísticas gráficas no podían
acceder a ninguna licencia de radiodifusión. Con la ley de reforma del Estado, van a
poder conformarse los grandes conglomerados de medios nacionales. A su vez se va a dar
otro proceso, que es la compra de empresas para la conformación de monopolios (donde
grandes empresas comprar empresas más chicas, por lo que son mucho más
competitivas). Es decir, diferentes decretos y leyes, van a dar lugar a que a fines de los
90 tengamos el mapa de medios similar al actual. El tema es por qué hubo tantos
proyectos y ninguno llegó. Había una relación entre el poder político y los medios, que
era de completa complicidad. Y por otra parte lo que tambien se daba en este período
es una ausencia de mecanismos legislativos. No llegaban los proyectos, porque se
gobernaba a través de decretos de necesidad y urgencia. Tampoco había una voluntad
política para que se sancione una nueva ley. Otra cosa que hay que tener en cuenta, es
qué pasa con el usuario, con el televidente. Quizás hoy en día hay un debate más
generalizado dónde se desmonta un poco la estructura del emisor, pero en los 80 y 90
era diferente. En los 80 no había una buena televisión, no era de buena calidad y no
había buena inversión. En los 90 se va comercializando y el usuario obtiene más oferta,
más canales, más llegada; lo que se puede analizar es el contenido si era cultural o
educativo, y lo que pasaba como telón de fondo con al compra y venta de los canales; es
algo que se puede analizar hoy. Pero en ese momento, más allá de los que se veían más
perjudicados o por que estaban relacionados al ambiente de medios desde los distintos
lugares de intervención, el usuario no tenía un debate frente a la cara cómo para pedir
una democratización de los medios. La democratización de los medios se puso en agenda
estos últimos años y por eso es que hoy podemos debatir sobre lo que queremos. Había
un casamiento entre la política y los medios, la política pasaba por los canales de
televisión, por lo que las instancias de debate y organización popular no eran visibles en
la sociedad, por lo que era bastnate complicado poner en tepate la discusión sobre los
medios de comunicación y cuando el debate polícitio pasaba por una agenda mediática.
Estas cuestiones influyen que no se haya tratado ningún proyecto, y que las distintas
modificaciones sobre la ley de la dictadura que se realizaron a través de decretos,
operaban en favor de la multiplicidad de la licencias, en favor del capital extranjero, de
los tiempos publicitarios.
En el gobierno de la Alianza nos encontramos con un panorama de medios muchisimo
más concentrado. Lo que vemos es una consecusión de gobiernos, que por omisión, por
conveniencia, por imposición; no pudieron presentar un proyecto integral que pudiera
modificar la 22.285. El gobierno de la Alianza, cómo los anteriores gobiernos radicales,
tenía un discuso de la democratización, de la transparencia y los medios no iba a ser uno
de los actores ajenos a este discurso. Había una esperanza renovación política. Y esa
renovación, traería también una discusión sobre la ley de radiodifusión. De todos modos
esto no fue así, y el gobierno de la Alianza finaliza abruptamente.
Una caracterísitca que tuvo en común el gobierno de la Alianza, con el gobierno de
Alfonsín es que los proyectos presentados por el bloque radical fueron en ambos casos
conservadores, particularmente durante el gobierno de la Alianza. El gobierno de la
Alianza tuvo una intervención constante en los medios. Por ej. hubo una intención por
ordenar el espectro de las radios.
En el 93 también hubo un proyecto de ley que casi llega a recinto, demás está decir que
no pasó nada. Había mucho proyecto de ley con intención democratizadora pero en el
mismo momento se estaba privatizando todas las empresas, se estaban conformando
todos los monopolios de televisión radio y prensa.
En el 2000 el gobierno va a trabajar sobre un proyecto de ley que llega a ser debatido en
audiencia. Pero la crisis económica se va profundizando, se da la crisis del 2001, y el
proyecto no se va a tratar. En los gobiernos consecutivos, tenemos tres proyectos y
algunas leyes que van modificando las leyes anterior. La idea no es saber que hace la ley
Dromi, o que puntos se modificaron. Sino saber que se hizo de cada proyecto. Ningún
proyecto va a tener un real tratamiento en la sociedad, y si vamos a poder tenerlo en el
momento del conflicto con el agro, ya que es un desencadenante donde se muestra
porque tratar una ley de radiodifusión (la ley se viene trabajando desde hace dos o tres
años). Es importante realizar un reconto de los proyectos hasta el día de hoy teniendo
en cuenta cuáles son los conceptos en la sociedad, cuál es la calidad que tenemos
nosotros hoy en los medios de comunicación, cuáles eran los contextos políticos para
que se dé o no cabida a un proyecto de ley de radiodifusión. De estos 40 ninguno fue
tratado en el recinto. Recién en el del 2000 se va a tratar un poquito más, pero ninguno
tiene un real debate y tampoco se conoció mucho sobre ellos en la sociedad. Este
proyecto, presentado por Aguiar, Loperfido y Lopez (que tampoco se sanciona) es un
proyecto que tiene un intento de discutirse, en foros, encuentros y demás, pero no hay
una cabida sobre eso en la sociedad. Lo que se da a conocer del proyecto es reglamentar
el sector de la comunicación desde ese momento en adelante, pero sin tocar los
intereses ya conformados de los grupos mediáticos del momento. La ley actual,
justamente, la cuestión más conflictiva es el artículo que han denominado de
desinversión que va hacia esa cuestión: los medios concentrados tienen que
desconcentrarse. El proyecto presentado por el oficialismo en ese momento, no tiene
esta mirada de retrospectiva de desmonopolizar, sino de regular de acá para adelante,
regular sobre radios alternativas. Hay un decreto que un poco podría ser una persecusión
de las radios. Había un monton de medidas destinadas a perseguir a estos medios
locales, en prosecusión de la “transparencia”. Y a su vez, acordaba con las empresas
para descuentos en el IVA, gravamen, etc. Por otra parte, estaba el COMFER que ha ido
transformandose y teniendo distintas funciones a lo largo del tiempo. Este último
tiempo, no era un órgano de control, era una institución que estaba intervenida, pero
que siempre seguía la línea oficial, y que representaba lo más conservador de la
cuestión comunicacional. Se abren algunas radios de frontera, y radios escuela pero en
contundencia, no llevan adelante ninguna política que profundice en contra de los
monopolios. Al contrario, más bien, consagra lo que se viene haciendo desde los 90.
En los 90, habíamos hablado que se presentaron mas o menos 12 o 13 proyectos. Cada
proyecto habla de cómo después también se van acomodando la realidad de los medios
de comunicación. Los primeros tres hablan de cambiar realmente el marco
comunicacional, de democratizarlo, de crear nuevas figuras, de ver cuál era el órgano
que iba a regular, las licencias, se debatía en torno a la participación de capital
extranjero, al tiempo publicitario, etc. Los últimos se van cerrando un poco más a la
participación publiciataria y a lacompetencia. Y en los proyectos que tenemos
presentados por la alianza, la mayoría se condicen con hablar del modelo neoliberal. La
mayoría hablan de la concentración, de como puede o no puede competir una empresa.
Cuando hablamos de medios comunicación, si bien hablamos de empresas de medios,
sabemos que hay un contendio, y que se debe evaluar con otros parámetros que no son
los de la libertad de empresa.
Cuando empezamos hablando, vimos que la cuestión de los medios estaba publicado en
una proclama chiquita, en la sección de interés general o sociedad. Hoy, forma parte de
las primeras páginas de los diarios de mayor circulación. Y esto tiene que ver, no sólo
con una concepción de los medios sobre que la sociedad tienen una mayor conciencia de
los dueños. Acá los diarios lo ponen cómo tema de agenda, porque hay una gran
acumulación económica y posibilidad de perdida de loby de los grandes conglomerados
mediáticos. Y esto lo tenemos más que claro, sabiendo que la mayoría de las inversiones
extranjeras entre el 90 y el 99, se hicieron en el área de comunicación. Este raconto es
para entender que los 21 puntos no salen de la nada. En la elaboración de los 21 puntos,
participaron más de 300 organizaciones, donde el gran mérito está en deponer
diferencias secundarias, y concentrarse en rescatar de la tradición de lucha y de
propuestas que se venía llevando del 83 a la fecha aquellas cuestiones que concluyen en
los 21 puntos dela ley, en lugar de hacer uso del análisis comparativo con otros luagres
del mundo. Los 21 puntos son 21 directrices de lo que debe ser una ley. Margarita
Graziano señale en su libro del año 86, en un artículo denominado “el debate sobre el
debate” que previo a ponerse a discutir el articulado de una futura ley, lo que había que
hacer era debatir sobre los grandes ejes de qué queríamos hacer los argentinos con el
sistema de medios, y una vez que hubiera unos acuerdos básicos y muy claros sobre que
se pretendía hacer, recien se podía comenzar el articulado. De no hacerlo así, se cae en
intentar reformar la ley de la dictadura.

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