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GRANHAM “El desarrollo del multimedia: un desplazamiento de la correlación de fuerzas”
Resulta asombroso lo poco que han cambiado las cosas en Europa, EEUU o Japon desde el final de los años 70.
En el seno de la Union Europea, la retórica de la Sociedad de la información ha sido utilizada de forma reiterada
por la Comisión a partir de principios de los años 80. A la vez que proseguía una política de liberalizacion del
mercado de las telecomunicaciones en una lenta guerra de desgaste con los organismos de Correos, telégrafos
y Teléfonos, la Comisión, utilizando de nuevo la retórica de la Economía de la Información, ha seguido una
política industrial. Esos programas han tenido escaso éxito a la hora de cumplir su objetivo de incrementar la
competitividad global de la industria europea en este sector.
Lo que sostengo aquí es que el concepto smimo del multimedia como revolucion que conlleva un cambio
economico, social y cultural sistémico e inevitable se tiene que desarticular dado que oculta más de lo que aclara
los retos políticos a los que se enfrentan quienes definen la política europea; el concepto es parte del problema
político porque es utilizado de forma reiterada por partes interesadas con el fin de influir en el debate a su favor y
genera un profundo sentido de crisis o de euforia que no ayuda a pensar con claridad.
Es cierto que en el centro del fenómeno del multimedia subyace un núcleo tecnológico común: la traslación de
todas las formas de información en bits digitales. Pero esto no ofrece más que un potencial tecnológico. La forma
en la que se realice este potencial estará determinada por procesos y estructuras económicas, sociales, políticas
y culturales y será significativamente distinta en función de los distintos campos de aplicación. Yo diría que no
hay cambios tecnológicos o económicos tan revolucionarios como para transformar totalmente un estado de
cosas establecido.
Históricamente, el sector de los medios de comunicación se desarrollo mediante un proceso casi geológico.
Sucesivas capas de tecnologías de producción y distribución distintas se fueron añadiendo unas a otras.
Primero, basadas en la impresión, luego en la foto y luego en la energía eléctrica. Cada una se desarrollo para
aprovechar el coste beneficio de su tecnología y al hacerlo, desarrollo distintas gamas de productos y servicios,
distintos sistemas de distribución, distintas relaciones con sus usuarios y distintas culturas de uso, distintos
regimenes reguladores.
Algunas formas entraron en decadencia ante la competencia de nvas formas, pero por lo general esa decadencia
era lenta y rara vez absoluta. La muerte del servicio postal, a menudo vaticinada, por ejemplo, se pospone de
modo indefinido.
La incidencia de la digitalización en este sistema de medios de comunicación heredado va a romper, al menos
potencialmente, las barreras técnicas entre esas industrias. Esto incide en todos los niveles del sistema: los
sistemas de producción, los canales de distribución, los modos de consumo y los mercados.
En el sistema predigital, las diferencias entre industrias se agrupan en otrno a dos distinciones clave que la
digitalización está ahora desdibujando. La distinción entre productos y servicios y la distinción entre sentido único
e interactivo.
Todas, excepto las telecomunicaciones (el telefono), eran de sentido único. La viabilidad económica de la
industria dependía del control y por ende de la capacidad de facturar por el acceso a una forma específica de
comunicación. En el caso de las telecomunicaciones, en cambio, el producto era la propia interconexión sin
contenido. Ante este contexto preliminar, examinemos con mayor detenimiento la incidencia potencial de la
digitalización. Hay distintas formas de convergencia:
A) la convergencia de los canales de distribución tecnicos en un sistema de cable comun digital, de banda
ancha y conmutado.
B) La convergencia de las formas de medios de comunicación (almacenamiento controlado por ordenador,
la manipulación y visualizacion de combinaciones de texto, imagen y sonido).
C) La convergencia de los modos de consumo de medios de comunicación.
D) La convergencia de modos de pago
E) La convergencia de los mercados domésticos y comerciales
Las preocupaciones políticas seran distintas según el proceso de que se trate. Si nos preocupa el desarrollo de
los productos multimedia, entonces el problema básico seran las cuestiones de convergencia de la industria
editorial y la industria audiovisual, los derechos de autor y el desarrollo y uso de nuevos géneros mediáticos, etc.
Cada uno de estos procesos debe seguir siendo distinto. Al principio, la radio se vio como una forma de
comunicación de persona a persona y el telefonno como una forma de radiodifusión, pronto siguieron vias
opuestas y divergentes. Las telecomunicaciones utilizaban la transmisión por cable para ofrecer telefonía de
banda estrecha en dos sentidos, pero el uso estaba y está principalmente orientado a las empresas y se
facturaba en base al uso. La transmisión estaba regulada pero no así el contenido.
Sostendré que si bien los desarrollos tecnologicos ofrecen sin duda las condiciones necesarias para
formas de convergencia, estan lejos de ser suficientes como para romper las barreras que impiden dicha
convergencia.
No se trata de un problema nuevo porque la mente de los planificadores de redes de telecomunicaciones estuvo
dominada, durante gran parte de la historia de la industria, por la búsqueda de economías de escala en la
utilización de una red fija, muy intensiva en capital. En los años 60 y 70 llevo al desarrollo y la puesta en practica
de la RDSI (Red Digital de Servicios Integrados). El fracaso de la RDSI es uno de los fantasmas que persigue la
fiesta de las autopistas de la información.
Al mismo tiempo, a pesar de su entusiasmo por las economias de escala, los operadores de telecomunicaciones
desarrollaron sus redes telefónicas por medio de una serie de redes superpuestas –por ejemplo, para
conmutación de paquetes- más que mediante la integración de la red. Los primeros discursos sobre la
convergencia apuntaban a la telefonía y la informática. Las primeras ofertas de servicio de correo electrónico por
parte de los teleoperadores fueron en gran medida un fracaso. Internet ha crecido a partir de una cultura
informática, no de telecomunicaciones. Asi pues, Internet es un ejemplo de naturaleza híbrida más que de
convergencia de redes o de industrias.
2 versiones: La versión optimista de este escenario sostiene que esto incrementará la diversidad de información
y entretenimiento y ampliará la eleccion individual y la libertad. La version pesimista hace hincapié en los peligros
del control monopolístico, del aislamiento y la fragmentación social, así como de la consiguiente decadencia de la
esfera pública.
Pero este escenario ¿es realista?
Quedan importantes barreras tecnológicas que impiden la convergencia uniforme. No está claro que tenga
sentido fusionar redes diseñadas en gran medida para el suministro de servicios de television en sentido unico
con redes diseñadas para optimizar el suministro de servicios de banda estrecha, conmutados y de ida y vuelta.
Los ejemplos de convergencia existentes son básicamente ejemplos de conducción compartida dado que la
ingenieria civil, no la transmisión, ni las instalaciones de conmutación siguen siendo el principal elemento de
coste en la implantación de una red. Si se amplía la interactividad de Internet a banda ancha, se entra en el
campo de lo desconocido en cuanto a capacidad de conmutación actual (DE QUE AÑO ES ESTO!?!?).
Pero aunque asumamos que los problemas tecnológicos sean superables, las barreras económicas y culturales
para la convergencia siguen siendo notables. Es poco probable que los titulares de las propiedades, es decir, de
las emisoras, las empresas cinematográficas, los fabricantes de videojuegos o los editores de telecompra,
permitan que un canal de distribución domine el mercado.Otra gran barrera para la convergencia: el tremendo abismo existente entre las culturas de los operadores de
telecomunicaciones y el sector de programas audiovisuales. Los operadores de telecomunicaciones están
acostumbrados a tratar con la venta de una serie reducida de servicios normalizados, básicamente dirigidos a
empresas cliientes, en el mercado cuya elasticidad de precios no es muy elevada, manejando sobre la base de
calculos de probabilidades y economias de escala, los flujos de ingentes cantidades de bits no diferenciados y
facturando dichos servicios. El mercado audiovisual es bastante distinto. Implica la creación constante de nuevos
prototipos en un mercado doméstico muy incierto. Se necesita mano de obra creativa, control de los derechos, y
el marketing. Es difícil, sino imposible, combinar estas habilidades tan distintas y asociar las estructuras
adecuadas, dentro de una misma organización corporativa.
Estas diferencias culturales se ven reforzadas por los distintos mercados de los que dependen las industrias. La
relacion entre comprador y vendedor en el mercado de empresas de las telecomunicaciones son distintas a las
que rigen el mercado de entretenimiento. Esta puede ser la principal mbarrera de la convergencia entre
productos y servicios de estos dos sectores. Hay y es probable que siga habiendo importantes barreras
reguladoras para la convergencia. Asi, actualmente en el reino unido, y en respuesta a la necesidad de
desarrollar empresas denominadas multimedia, la convergencia tecnologica esta siendo utilizada como
argumento por los principales agentes corporativos del sector de la radiodifusión y de la prensa paa eliminar las
actuales regulaciones de propiedad de medios de comunicación cruzados.
Una contradicción reguladora básica es la existente entre la presión para flexibilizar las normas de propiedad de
medios de comunicación cruzados y por otra parte, al menos en Europa, para incrementar el nivel de
competencia en la producción de programas y proteger y ampliar la diversidad informativa y cultural. Actualmente
los principales agentes corporativos reclaman la flexibilización de la normativa actual sobre propiedad cruzada de
emision y contenido y un cambio hacia el uso general de la regulación general de la competencia. A la vez, a
pesar de la presion que ejercen los operadores de telecomunicaciones en sentido opuesto, es probable que los
temores al control monopolistico de la futura red de banda ancha lleven a la extensión del principio de common
carrier existente. La simple convergencia potencial de las tecnologías de transmisión no será suficiente para la
convergencia de las propias industraias. En mi opinión es poco probable que se de un solo tubo dominante.
Terminales y software
Se puede transmitir toda la información digital que se quiera por un cable de fibra óptica, pero no se convierte en
un bien o un servicio vendible sin un descodificador y una pantalla. Más aun, los usuarios van a requerir alguna
forma de encontrar lo que quieren entre la multitud de ofertas rivales.
Los géneros multimedia
La enciclopedia o el libro electrónico amplían la velocidad y la gama de consultas y añaden sonido e imágenes
moviles. Que estas formas logren establecer un nicho en el mercado dependerá del juicio del usuario respecto a
su ventaja de coste/beneficio en comparación con los sustitutos en papel existentes.
La digitalización posibilita dos formas distintas de interactividad: la interactividad persona-máquina y la
interactividad persona-persona. La característica clave del telefono y de Internet es que los usuarios crean su
propio contenido. El valor del servicio es un valor colectivo en el que un unico participante no puede reclamar la
propiedad intelectual. No es una base prometedora para un nuevo mercado.
La convergencia de los mercados
Las industrias de la edicion, el cine, la musica y la radiodifusión se centraron en desarrollar y atender a mercados
de consumo de masas. La industria de las telecomunicaciones, por otro lado, atendía principalmente a un
mercado de empresas y permitía que el servicio alcanzase lentamente al mercado doméstico. Tal vez el mayor
reto al que tienen que enfrentarse quienes tratan de crear un nuevo mundo multimedia sea el conflicto entre esos
dos mercados muy distintos. Bill Gates, de Microsoft, contempla primero el desarrollo de los productos y servicios
multimedia para atender al mercado de empresas con versiones de videoconferencia de sobremesa controladas
a través de un Windows y se extenderá luego lentamente a los hogares.
Las principales empresas de medios de comunicación ven el multimedia como una forma de hacer crecer los
mercados estancados de diarios y television, añadiendo interactividad y elección. No debemos dejar que partes
interesadas nos empujen a iniciativas políticas apresuradas y mal concebidas en base a la supuesta necesidad
de ir al paso de EEUU. Los retos políticos a los que se entrenta la Union Europea son los mismos de siempre.
En primer lugar, cómo crear un entorno regulador que optimice tanto el desarrollo de redes como el acceso a la
red. Es poco probable que la competencia de redes alcance un nivel suficiente como para eliminar la necesidad
de una regulación fuerte. Se habrán de definir nuevos métodos de determinar los niveles de concentración que
van contra el interés público.
Por ultimo quisiera señalar la necesidad de centrarse en la dimension social y en aprovechar las tecnologías de
la información y la comunicación para mejorar la productividad social y la calidad de vida. Se habla mucho de las
aportaciones que las Autopistas de la información pueden suponer y soupondrán para la educación, la sanidad,
la participación política, la prestación de servicios sociales, etc. Pero muchas de esas mejoras prometidas se
hubiesen podido hacer hace años con generaciones anteriores de tecnología. Las barreras son economicas,
sociales y politicas y estan profundamente arraigadas. No se romperan si se deja el desarrollo exclusivamente en
manos del mercado que las creó en parte.
El multimedia y la propiedad transversal de los medios
Quisiera terminar intentando clarificar lo que estimo es una peligrosa confusion reglamentaria entre multi medios
y transmedios. Se habla de una revolucion tecnologica como argumento a favor de la eliminación de las actuales
exigencias reglamentarias que rigen la propiedad transversal de los medios. Estas empresas son ya
trans-medios en el sentido de que ejercen su actividad en diversos medios. Pretenden que esta integración
horizontal les permita por sinergias consguir economias de escala y de envergadura. Las barreras reglamentarias
vigentes frenan su esfuerzos de eficacia al limitar el despliegue de sinergias que podrian ser explotadas. Esto es
en gran medida un mito. Las ventajas economicas de esas sinergias estan lejos de ser demostradas. Las reglas
que limitan la propiedad transversal de los medios no impiden la creación de proyectos multimedia, solo poner
fronteras al poder oligopolista. No deberia permitirse utilizar la llegada del multimedia como argumento contra la
pluralidad deseable de las fuentes de información y diversión.

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