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MARGARITA GRAZIANO “Concepciones del desarrollo”. Partiendo del supuesto que la planificación contemporánea es de naturaleza política se procede al esbozo de algunos enfoques respecto a la relación entre desarrollo tecnológico y desarrollo comunicacional. Entre los antecedentes sobre los cuales luego se erigiría la teoría del desarrollo encontramos el pensamiento social de los siglos XVIII y XIX y a la fuerte presencia de la idea de progreso, que nació “estrechamente ligada a las primeras aplicaciones de los descubrimientos científicos al campo de la producción y de allí a las instituciones sociales que habrían de sujetarse al nuevo proceso de reorganización social del trabajo”. (El capitalismo encontraría basamento en tales ideas, aunque sería erróneo atribuirle un carácter totalmente económico ya que la concepción de evolución tendría defensores en el humanismo clásico; se relaciona con un supuesto devenir social con el que se asocia a la historia de la humanidad). Ahora en años mas reciente desde lo económico (problemática vinculada a los límites del capitalismo) aparece el concepto de crecimiento: “En cierto modo es similar al concepto de evolución, por lo menos en lo que se refiere al aspecto de mutación gradual y continua que le es inherente; también incorpora el de progreso, en el sentido de acentuar la importancia fundamental de las innovaciones técnicas en el proceso de crecimiento.” A estas ideas sucede la noción de la industrialización: “como punto de vista mas actualizado de un curso de acción predefinido y de una estrategia más global que aplicada esencialmente al nivel de las características del aparato productivo, extendería sus consecuencias al conjunto de toda la formación económica social. (Relacionarlo con la industrialización como camino para terminar con la dependencia, como camino hacia la independencia.) Todas estas concepciones aquí desarrolladas son en alguna medida base de las visiones de desarrollo. Sunkel y Paz consideran que la problemática del desarrollo puede reducirse a tres tendencias principales: 1) El desarrollo como crecimiento. Implica la “asimilación entre crecimiento y desarrollo que lleva a la utilización de indicadores básicamente económicos para la medición”, el fundamental es del ingreso por habitante. Concepción que se preocupa de la variable inversión, ya que considera que la falta de ahorro e inversión lleva al subdesarrollo. Evidentemente es una clara reducción a lo económico, sin tener en cuenta factores culturales por ejemplo; y sin tener en cuenta que esas variables llevan a estadísticas promedio; y no a un claro establecimiento de la real distribución. 2) El subdesarrollo como etapa. Considera al desarrollo como una secuencia de etapas sucesivas, etapas que se puede visualizar en la evolución de los países mas desarrollados que vendrían a ser el punto a donde se llega. Lo único bueno de esta concepción es haber sacado el problema del ámbito estrictamente económico, y también tener en cuenta a las instituciones, comportamientos, actitudes, etc. Igualmente, esta concepción deja de lado los factores peculiares que caracterizan a cada país. 3) El desarrollo como proceso de cambio estructural global (enfoque estructuralista). El cambio en la visión tiene dos ejes fundamentales: a) Búsqueda de un conocimiento mas profundo de las realidades y características de los países (latinoamericanos) b) Reconocimiento de la necesidad de un análisis estructural; en donde se tenga en cuenta su surgimiento y evolución y su inserción internacional. La sociedad se considera como globalidad, es decir no solo se tiene en cuenta el aspecto económico. Esta concepción se identifica con los trabajos de la CEPAL. (fijarse que significa CEPAL.) cuyas críticas se centran en la “utilización del mismo método analítico de las teorías del crecimiento y del subdesarrollo cuyos supuestos se había dedicado a cuestionar”. Sus trabajos pasaron por distintos momentos entre los que de destacan la concepción de desarrollo económico parecida a la de crecimiento (momento inicial) y el planteo de la relación centro – periferia que ya se vislumbraba en sus primeros trabajos. Cardoso y Faletto señalan al respecto de la concepción estructuralista, un aporte a los componentes a ser tenidos en cuentas en el proceso (implica una óptica distinta): “el problema teórico fundamental lo constituye la determinación de los modos que adoptan las estructuras de dominación, porque por su intermedio, se comprende la dinámica de las relaciones de clase…En consecuencia, es también por intermedio de sus análisis que se puede captar el proceso de transformación del orden político – institucional. (El cambio implica una mudanza de la estructura de dominación.) ¿Cuál es el papel asignado al componente tecnológico en las distintas visiones de desarrollo? En los enfoques de “la teoría del subdesarrollo como etapa” la innovación juega un papel fundamental; ya que por ejemplo “modernizaría” a una sociedad. Evidentemente esta idea esta estrechamente ligada con su utilización para la producción y el aumento de la tasa de ganancia (como señala Francisco Mieres). En este corriente debe ubicarse el “difusionismo”. “En el enfoque de la CEPAL., y en especial en la etapa correspondiente a sus postulaciones acerca de la industrialización, aparece claro el papel asignado a la tecnología…se describe a la fase de desarrollo caracterizada como industrialización en términos de <<una etapa más en el fenómeno de propagación universal de las nuevas formas de tecnología productiva…>>” Las críticas se centran en la cuestión de la importancia adjudicada a la cuestión económica, y a que en esa misma cuestión no se tenga en cuenta aquello sectores que tiene incapacidades de acceso, tanto a tecnologías como a productos. Se suma también el hecho de que el mercado puede no estar preparado para absorber lo que se produce. Además esta la cuestión de que no se trata solamente de mero traspaso de tecnología; pues debe desarrollarse variadas industrias como complemento y además de conocerse el famoso “Know How” (o sea genera dependencia externa) Y también al no tenerse en cuenta las condiciones en las cuales se inserta genera desempleo. Como plantea Charles Dickson en su trabajo Tecnología Alternativa pareciera haber una relación funcional lineal evolutiva entre desarrollo económico y desarrollo tecnológico. ¿Y las características particulares de cada país, cada pueblo? ¿Las relaciones de poder? Estas críticas ha llevado a postular lo que Dickson denomina “tecnología intermedia”: “Conjunto de tecnologías situadas a medio camino entre las tecnologías de capital intensivo… y las tecnologías “indígenas” que ya poseen los países subdesarrollados”. Estas discusiones tienen mucha vigencia prueba de ello es el “Pacto andino y del Acuerdo de Cartagena”, en el cual subyace una visión del “desarrollo según la cual se consideraría como situación óptimo para dicho desarrollo la posibilidad de autogeneración tecnológica”. ¿Y las relaciones de poder? ¿Y las características del mercado? ¿De la población? El problema del desarrollo comunicacional. La medición del desarrollo comunicacional se sostiene a través de métodos cuantitativos (por ejemplo cantidad de receptores). métodos que inevitablemente cercenan las problemática al ámbito económico, al de posibilidad de recepción y de mercado. Pero ¿Y su distribución? ¿Y su uso? Si igualamos desarrollo comunicacional a esto caemos en riesgo de reducirlo a lo tecnológico y lo cuantitativo, y se transforma en una falacia al no relacionarlo con los grados de dependencia. Esta visión se corresponde con la visión de desarrollo como crecimiento; y a la del continuo evolutivo desarrollo – subdesarrollo en la medida de que para ser desarrollado hay que obtener determinados “números” comunicacionales, como por ejemplo cuantos teléfonos hay. Se reduce el problema a la compra de tecnología. Alternativas. Una concepción distintadeberá partir “necesariamente del análisis del contexto histórico de nuestra inserción en el modo de producción capitalista a escala mundial, mientras que por otro lado deberá obligadamente analizar las relaciones de poder al interior de nuestras formaciones nacionales y los vínculos de articulación con aquel contexto. Es en esa doble articulación en donde, a nuestro juicio, deben buscarse las líneas que permitan una redefinición del problema del desarrollo comunicacional como uno de los aspectos dentro de un proceso de transformación estructural global. Si nos limitamos al campo de la comunicación, creemos que la medición de tal desarrollo debe pasar por el abordaje de categorías tales como acceso y participación, las que operacionalizadas a nivel de indicadores podrán dar debida cuenta del grado o medida de la verticalidad de un sistema comunicacional. Es evidente que en la anterior aseveración está supuesta la óptica de la consideración de los actuales procesos como meramente informáticos.”
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