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Etica En Los Negocios-páginas-35

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66	 PrinciPios	básicos
instrumentales.22 Los bienes instrumentales son cosas que se consideran valiosas porque 
conducen a otras cosas buenas. Una dolorosa visita al dentista, por ejemplo, es sólo un 
bien instrumental (a menos que yo sea masoquista): se desea sólo como un medio para la 
salud. Los bienes intrínsecos, sin embargo, son cosas deseables independientemente de 
cualquier otro beneficio que puedan producir. Así, la salud es un bien intrínseco: se desea 
por sí mismo. (Por supuesto, muchas cosas tienen ambos valores intrínseco e instrumental. 
Yo puedo, por ejemplo, usar una tabla para surfear no sólo porque me gusta y es un medio 
de transporte rápido sino también porque me gusta este deporte en sí). Ahora, está claro 
que los bienes intrínsecos tienen prioridad sobre los instrumentales. En casi todas las cir-
cunstancias, por ejemplo, el dinero, que es un bien instrumental, no debe tener prioridad 
sobre la vida o la salud, que tienen valores intrínsecos.
Un segundo criterio de sentido común que resulta útil para ponderar bienes es la dis-
tinción entre necesidad y deseo.23 Decir que alguien necesita algo es decir que sin ello esa 
persona quedaría lesionada de alguna manera. Las necesidades “básicas” de las personas 
consisten en su necesidad de cosas que sin ellas sufrirán el daño fundamental como lesión, 
enfermedad o muerte. Entre las necesidades básicas de una persona se encuentran la co-
mida, el vestido y la vivienda requeridos para permanecer vivos; el cuidado médico y un en-
torno higiénico requeridos para permanecer saludable, y la seguridad requerida para seguir 
libre de lesiones. Sin embargo, decir que una persona quiere algo es decir que lo desea: la 
persona piensa que mejorarán sus intereses de alguna manera. En ocasiones, una necesidad 
también constituye un deseo: si yo sé que necesito algo, entonces, tal vez también lo quiera. 
No obstante, muchos deseos no son necesidades sino sólo deseos de cosas sin las que el 
individuo no sufre un daño fundamental. Quizás una persona quiera algo simplemente 
porque lo disfruta, aunque sea un lujo innecesario para vivir. Los deseos de este tipo que no 
son necesidades al mismo tiempo se llaman deseos puros. En general, satisfacer las necesi-
dades básicas de una persona es más valioso que satisfacer sus deseos. Si la gente no obtiene 
algo que constituye una necesidad básica, tal vez sufra una lesión que le hace imposible 
disfrutar la satisfacción de deseos puros. Como la satisfacción de las necesidades básicas de 
una persona hace realidad no sólo los valores intrínsecos de la vida y la salud sino también 
el gozo de muchos otros valores intrínsecos, la satisfacción de las necesidades básicas tiene 
un valor mayor que el de satisfacer deseos puros.
Sin embargo, estos métodos de sentido común para ponderar bienes se crearon sólo 
como ayuda en situaciones donde los métodos cuantitativos fallan. En realidad, las conse-
cuencias de muchas decisiones son relativamente fáciles de cuantificar, asegurará el defen-
sor convencido del utilitarismo.
El método más flexible para obtener una medida cuantitativa de los beneficios y los 
costos asociados con una decisión, diría el defensor del utilitarismo, se da en términos 
de sus equivalentes monetarios.24 Básicamente, esto implica que el valor que tiene algo 
para una persona se mide por el precio que la persona está dispuesta a pagar por ello. Si 
alguien está dispuesto a pagar el doble por una cosa que por otra, entonces, esa cosa tiene 
exactamente el doble del valor que la otra para esa persona. Para determinar los valores 
promedio que los artículos tienen para un grupo de personas, sólo es necesario ver los pre-
cios promedio dados a esos artículos cuando todos están en condiciones de hacer ofertas 
por ellos en el mercado abierto. En resumen, los precios del mercado sirven para tener una 
medida cuantitativa de los diferentes beneficios y costos asociados con una decisión. En 
general, para determinar el valor de algo, sólo se necesita preguntar en cuánto se vende en 
el mercado. Si el artículo no se vende en el mercado abierto, entonces se pregunta cuál es 
el precio de venta de artículos similares.
El uso de valores monetarios también tiene la ventaja de permitir que se tomen en 
cuenta los efectos del paso del tiempo y el impacto de la incertidumbre. Si los costos y los 
beneficios monetarios conocidos están en el futuro, entonces sus valores presentes netos se 
determinan descontando la tasa de interés adecuada. Si los costos o los beneficios sólo son 
probables y no seguros, entonces sus valores esperados se calculan multiplicando los costos 
o beneficios monetarios por el factor de probabilidad apropiado.
bienes instrumentales 	
cosas	que	se	consideran	
valiosas	porque	conducen	
a	otras	cosas	buenas.
bienes intrínsecos 	
cosas	que	son	deseables	
independientemente	de	
otros	beneficios	que	
puedan	producir.
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Una objeción estándar contra el uso de valores monetarios para medir todos los costos 
y los beneficios es que es imposible poner precio a ciertos bienes, en particular la salud y 
la vida. Sin embargo, el utilitarismo argumentaría que no sólo es posible poner precio a la 
salud y la vida sino que lo hacemos todos los días. Cada vez que una persona pone un límite 
en lo que está dispuesta a pagar para reducir el riesgo que presenta algún suceso en sus 
vidas, está poniendo un precio implícito en su propia vida. Por ejemplo, suponga que está 
dispuesto a pagar 5 dólares por cierto equipo de seguridad que reducirá la probabilidad de 
que muera en un accidente automovilístico de .00005 a .00004, pero no está dispuesto a 
pagar más que eso. Entonces, de hecho, ha decidido de manera implícita que .00001 de una 
vida vale 5 dólares; en otras palabras, que la vida vale 500,000. El utilitarismo sostiene que 
es inevitable y necesario este tipo de valuación, mientras vivamos en un entorno en el que 
los riesgos de la salud y la vida disminuyen con sólo renunciar (hacer un trueque) a otras 
cosas que quizá queramos y que tienen un precio claro.
Por último, el utilitarismo diría que, cuando los precios en los mercados no brindan 
un dato cuantitativo para comparar los costos y los beneficios de diferentes decisiones, se 
dispone de otras fuentes de medidas cuantitativas.25 Por ejemplo, si las personas no estu-
vieran de acuerdo, como ocurre con frecuencia, en los aspectos dañinos o benéficos de las 
diferentes actividades sexuales, entonces, los estudios sociológicos o los votos políticos se 
utilizarían para medir la intensidad y extensión de las actitudes de las personas. Los exper-
tos en economía también ofrecen juicios informados de los valores cuantitativos relativos 
de varios costos y beneficios. Por lo tanto, el utilitarismo garantizará que los problemas de 
mediciones encontrados sean suficientemente reales, es decir, al menos de manera parcial 
se resuelven por los métodos enumerados. Pero todavía existen otras críticas al utilita-
rismo.
Problemas 
con los derechos y la justicia
La dificultad principal con el utilitarismo, según algunos críticos, es que es incapaz de 
manejar dos tipos de aspectos morales: los que se relacionan con los derechos y los que se 
relacionan con la justicia.26 Esto es, el principio utilitario implica que ciertas acciones son 
moralmente correctas cuando de hecho son injustas o violan los derechos de las personas. 
Algunos ejemplos sirven para indicar el tipo de contraejemplos difíciles que los críticos 
presentan al utilitarismo.
Primero, suponga que su tío tiene una enfermedad incurable y dolorosa, de manera 
que es bastante infeliz pero no elige morir. Aunque está hospitalizado y morirá en un año, 
continúa operando su planta química. Motivado por su propia desdicha, deliberadamente 
le hace la vida imposible a sus trabajadores y ha insistido en no instalar dispositivos de 
seguridad en su planta, aunque sabe que como resultado seguramente seperderá una vida 
durante el siguiente año. Usted, su único pariente vivo, sabe que a la muerte de su tío 
heredará el negocio y no sólo será rico sino inmensamente feliz, pero también tiene la 
intención de prevenir cualquier pérdida de vida en el futuro instalando los dispositivos 
de seguridad necesarios. Usted tiene sangre fría y juzga correctamente que podría matar 
a su tío con discreción sin que lo culparan y sin que su felicidad quedara afectada poste-
riormente. Si es posible que mate a su tío sin que disminuya la felicidad de nadie más, en-
tonces, según el utilitarismo, tiene la obligación moral de hacerlo. Al matar a su tío, está 
intercambiando su vida por la vida de un trabajador, y usted gana su felicidad al mismo 
tiempo que le quita a él su infelicidad y su dolor; la ganancia en el sentido de utilidad es 
obvia. Sin embargo, los críticos del utilitarismo aseguran es bastante claro que el homici-
dio de su tío sería una violación fuerte de su derecho a la vida. El utilitarismo nos condujo 
a la aprobación de un acto de homicidio que es una violación evidente del derecho indivi-
dual más importante.
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