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la ética dE la discriminación En El trabajo 341 y sexismo desarrollado en la sección 7.2 del libro. En vista de su investigación y el material en el libro, ¿está de acuerdo o no con la afirmación: “ya no existe evidencia de que la discriminación se practique ampliamente en Estados Uni- dos”? Explique completamente su posición. 4. Compare los tres principales tipos de argumentos en contra de la discrimina- ción racial y sexual en el trabajo. ¿Cuál de ellos le parece el más fuerte? ¿Y el más débil? ¿Puede pensar en tipos de argumentos diferentes no expuestos en el libro? ¿Existen diferencias importantes entre la discriminación racial y la discriminación sexual? 5. Compare los principales argumentos usados para apoyar los programas de ac- ción afirmativa. ¿Está de acuerdo o no con estos argumentos? Si está en des- acuerdo con un argumento, establezca con claridad qué parte piensa que es incorrecta y explique por qué. (No es suficiente con decir: “Yo sólo pienso que no es correcto”). 5. “Si los empleadores sólo quieren contratar a los hombres blancos mejor cali- ficados, entonces, tienen derecho a hacerlo sin interferencia, porque son sus negocios”. Comente esta afirmación. Recursos en Internet Si usted está interesado en investigar el tema de discriminación tal vez desee comenzar por la página del U. S. Census Bureau para ver estadísticas detalladas actuales de ingresos, ganancias, pobreza y otros temas (http://www.census.gov) o el Bureau of Labor Statistics (http://www.bls.gov) o la Equal Employment Oppurtunity Comisión (http://www.eeoc.gov). Los aspectos legales de la discriminación se encuentran en la sección de derechos civiles del sitio de Hieros Gamos (http://www.hg.org/civilrgt.html) o de la American Bar Associa- tion (http://www.abanet.org/home.cfm). La revisión de las decisiones de la Corte sobre dis- criminación en el lugar de trabajo de Patrick McCarthy proporciona resúmenes útiles y vínculos a casos clave de la Suprema Corte acerca de la discriminación en el trabajo (http:// www.mtsu.edu/~pmccarth/eeocourt.htm); eeo News proporciona resúmenes y vínculos para historias en marcha sobre casos de discriminación y los resultados hasta ahora (http://www. eeonews.com); el directorio Oyez de derechos civiles y discriminación proporciona resúme- nes útiles y vínculos a casos actuales y anteriores de la Suprema Corte sobre discriminación (http://www.oyez.org/oyez/portlet/directory/200/222). C A S O S ¿Debe Kroger pagar hoy por lo que el empleado de Ralph hizo entonces? Kroger Company, una empresa con base en Cincinnati que opera 2,500 supermercados en 32 estados, adquirió la cadena de tiendas Ralphs de 450 supermercados, en 1998, cuando compró Fred Moyer Inc., que había adquirido Ralphs el año anterior. Kroger tenía reputación de ser una compañía bien ad- ministrada, con políticas de empleados progresivas y ejempla- res. Según el vocero de la compañía Gary Rhodes, por ejem- plo: “Kroger tenía una política escrita que prohibía el acoso sexual desde la década de 1980. Incluye un procedimiento que permite a los empleados señalar cualquier preocupación a la compañía. Todas las quejas se investigan ampliamente”.1 La compañía tenía una política de tolerancia cero para el acoso sexual. El viernes 5 de abril de 2002, los administradores de Kroger estaban perplejos al saber que su relativamente nueva subsidiaria, Ralphs Grocery Co., tendría que pagar daños compensatorios y punitivos por un total de 30.6 millones, el veredicto más alto por acoso sexual dado en California, y el segundo más alto en la historia de Estados Unidos, por las acciones de Roger Misiolek, un gerente de tienda de Ralphs NEWS CD-ROM Vela�squez 07.indd 341 24/5/06 08:47:59 342 Los nEgocios y sus REPREsEnTAcionEs inTERnAs acusado de acosar a seis empleadas en el supermercado de Es- condido, California, durante 1995 y 1996. Parecía especial- mente injusto que Kroger tuviera que pagar por todas las su- puestas injusticias ocurridas antes de que siquiera fuera dueño de Ralphs. Seis mujeres habían puesto la demanda por acoso contra Ralphs en 1996: Dianne Gober, Sarah Lange, Terri Finton, Peggy Noland, Suzanne Pipiro y Tina Swann, todas emplea- das de una tienda de Ralphs Grocery en Escondido, Califor- nia. Cuatro de las mujeres trabajaban como cajeras, una era contadora y jefa del departamento de panadería en la tienda. El juicio comenzó en abril de 1998 y concluyó el 1 de junio de 1998. Durante el juicio las mujeres testificaron que Roger Misiolek, el gerente, comenzó a acosarlas justo después de ha- cerse cargo de la tienda en 1995. El acoso continuó el resto de 1995 y parte de 1996. Las mujeres alegaban que las tocaba de manera inapropiada, que abusaba verbalmente de ellas con lenguaje profano, y que en ciertas ocasiones les lanzó carritos de la tienda y objetos incluyendo teléfonos, portapapeles, y hasta una bolsa de correo de 30 libras. Una mujer testificó que Misiolek usaba lenguaje sucio e insultos raciales contra ella, la acarició contra su voluntad y le lanzó plumas y un paquete de 12 refrescos. Una cajera testificó que sugerentemente la tocó, agarró, abrazó y acarició. Otra testificó que repetidas veces le había preguntado sobre su vida sexual. Según las cuatro ca- jeras, Misiolek venía a la caja de la tienda, se metía en la pe- queña área para que los cuerpos se tocaran y las tomaba por la cintura. Varias mujeres dijeron que se habían quejado con los administradores de Ralphs. Sin embargo, aseguraron que la compañía no había quitado al gerente de su puesto, sino que habían movido a las mujeres que se quejaron a otras tiendas. Las mujeres entregaron evidencia que mostraba que habían entregado más de 80 quejas de acoso contra Misiolek en cua- tro tiendas diferentes desde 1985. En abril de 1996 los hechos llegaron a un clímax cuando Misiolek agarró a Dianne Gober y la arrojó en una silla con tanta fuerza que rodó por toda la habitación y pegó en un escritorio. Después de esto se quejó con el vicepresidente de recursos humanos en las oficinas de la compañía en Compton, California. En este punto, según Ralphs, la compañía disci- plinó a Misiolek y lo transfirió a otra tienda cerca de Mission Viejo. Ralphs lo nombró gerente de esa tienda, donde supervi- saba a 80 empleados. Las empleadas y los clientes se quejaron de nuevo de él. Ralphs movió a Misiolek a otra tienda, pero esta vez degradado al puesto de apoyo en el área de recibos. Misiolek negó las acusaciones de las empleadas. Era cierto, dijo después, que “se había enojado en alguna oca- sión”, pero cuando lo hizo, dijo, “no fue de ninguna manera indebida”.2 Cualesquiera fueran sus fallas como supervisor, Misiolek tenía reputación de ser hábil para voltear una tienda al revés. En el juicio se entregó evidencia que mostraba que Misiolek tenía una historia de impulsar las ganancias en las tiendas que administraba y de lograr cifras excelentes. Ralphs valoraba mucho estas cualidades en sus gerentes. La empresa también aseguró que no tenía conocimiento de la conducta de Misiolek. Según Ralphs, la primera vez que se supo en las oficinas del acoso de Misiolek fue cuando Dianne Gober y su esposo, que también trabajaba en Ralphs, se quejaron en re- cursos humanos en las oficinas de Crompton, justo después que el gerente la aventó en la silla contra el escritorio. En ese momento, Ralphs dijo, habían movido a Misiolek a Mission Viejo donde ya no supervisaría a las empleadas que pudo haber acosado. El 1 de junio de 1998, el jurado llegó a un veredicto en dos partes. En la primera etapa del juicio, encontraron que la cadena de supermercados era responsable de acoso sexual, por no prevenirlo, y de malicia y opresión por relegar conscien- temente los derechos o la seguridad de otros. En la segunda parte del juicio, el castigo, el jurado otorgó a las seis mujeres 550,000 dólares en compensación por los daños y 3.325 mi- llones por daños punitivos. Por supuesto, en última instancia KrogerCo. tendría que pagar esos daños. Parte del veredicto del 1 de junio de 1998, sin embargo, se hizo a un lado casi de inmediato. La juez Joan Weber de California, que presidió el juicio, descubrió que uno de los jurados era accionista de Ralphs Grocery Company. Incluso, durante las deliberaciones, ese jurado había visto el valor neto de Ralphs y había compartido esta información con otros jura- dos, rebatiendo el testimonio experto que se había ofrecido en la corte del valor real de la cadena de tiendas. Los jurados con- fiaron en la información del valor neto de la compañía para decidir los daños punitivos que debían imponerle durante la etapa de penalización. Ralphs pidió que se juzgara el caso nuevamente. La juez Weber, sin embargo, dictaminó que la conducta del jurado afectaba sólo a la etapa de penalización de juicio y sólo debía volverse a juzgar el castigo por daños punitivos. Las seis mu- jeres y sus abogados tendrían que regresar a la corte para el juicio de esa parte. En 1999, Misiolek había sido degradado a trabajar en los muelles de recibo. Sin embargo, continuó trabajando para Ralphs más de un año después de que Kroger compró. A prin- cipios de 2000, la administración de Ralphs envió a Misiolek una carta disciplinaria, asegurando que continuaba con insul- tos sexuales y raciales contra los empleados y seguía tocando a las mujeres de manera inapropiada. Catorce meses después que Kroger adquirió Ralphs, la compañía finalmente suspen- dió a Misiolek y él renunció después. En su carta de renuncia a Ralphs, continuó negando las acusaciones en su contra. El juicio de un mes de la parte de penalización del caso se llevó a cabo en 2002 y fue presidido por el juez Michael Anello. Esta vez hubo menos disputa sobre el valor neto de Ralphs porque los jurados disponían del precio exacto que Fred Meyer Inc. había pagado por la compañía en 1996 y que Krogers había pagado después en 1997. La etapa del castigo Vela�squez 07.indd 342 24/5/06 08:47:59
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