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El individuo En la organización 383 periodista llamó “una justicia corporativa casi brutal” al describir los despidos subsecuentes en las oficinas de gm en Tarrytown, Nueva York: Faltaban pocos días para Navidad, y los empleados de General Motors que traba- jaban aquí en la moderna oficina de la División Chevrolet, esperaban con ansia el largo periodo pagado de vacaciones, sin preparación alguna para el calvario que casi todos estaban a punto de enfrentar. De forma repentina, sin previo aviso, unos 25 empleados asalariados fueron citados, uno por uno. A cada quien se le canalizó por una “línea de ensamble” de tres habitaciones, donde funcionarios de gm prove- nientes de Detroit con rostros solemnes los despidieron, les quitaron los automó- viles de la compañía y otros beneficios, y les pagaron un taxi para que los llevara a su casa. Un trabajador con más de 20 años de servicio recuerda haber mirado con incredulidad cómo un funcionario de gm con un mapa y una regla medía la distan- cia a su casa y le daba 15 dólares. En pocas horas todo había terminado. gm había eliminado al personal de la oficina de ventas y servicio de la zona que supervisa a los concesionarios Chevrolet en el área de la ciudad de Nueva York.86 Hasta hace poco tiempo, las leyes estadounidenses del trabajo dieron un lugar promi- nente al principio del empleo a capricho, doctrina que establece que, a menos que los em- pleados estén protegidos por un contrato explícito (como los sindicalizados), los patrones “tienen el poder de despedir a sus empleados a capricho... por una buena razón, sin razón o, incluso, por causas moralmente incorrectas, sin que por ello sean culpables de una falta legal”.87 La doctrina del empleo a capricho se basa en el supuesto de que, como propietario de un negocio, el patrón tienen derecho a decidir libremente quién trabajará en él, siempre y cuando el empleado acepte y rechace libremente ese empleo. Por lo tanto, como propie- tario, el patrón tiene derecho a contratar, despedir y promover a los empleados del negocio por la razón que desee. Desde esta perspectiva, el empleado no tiene derecho a objetar ni impugnar las decisiones del patrón: al no ser el propietario, no tiene derecho a determinar cómo se dirige el negocio y por qué; al ser agente libre, el empleado acuerda aceptar la autoridad del patrón y siempre tiene la libertad de trabajar en otra parte. La doctrina del empleo a capricho ha sido blanco de muchos ataques.88 En primer lugar, con frecuencia los empleados no son libres de aceptar o rechazar un empleo sin sufrir un daño considerable, porque a menudo no disponen de otro trabajo. Además, aun cuando sean capaces de encontrar un empleo alternativo, los trabajadores pagan los gran- des costos que implica la búsqueda de empleo y de no recibir un salario mientras lo hacen. En consecuencia, uno de los supuestos fundamentales en que se basa el empleo a capricho: que los empleados aceptan “libremente” un empleo y que son “libres” de buscar trabajo en otra parte, es erróneo. En segundo lugar, por lo general, los empleados hacen un gran esfuerzo por contribuir con la compañía, y lo hacen en el entendido de que ésta a su vez los tratará con justicia y buenas intenciones. Sin duda, los trabajadores no elegirían libre- mente trabajar para una compañía si creyeran que ésta los va a tratar de forma injusta. Por lo tanto, existe el acuerdo tácito de que la empresa tratará con justicia a los trabajadores y, por lo tanto, ellos tienen un derecho cuasi-contractual a este tipo de trato. En tercer lugar, los trabajadores tienen el derecho de que se les trate con respeto, como personas libres e iguales. Parte de este derecho es el de un trato no arbitrario y el de no ser obligado a sufrir daños injustamente o con base en acusaciones falsas. Puesto que los despidos y las reduc- ciones de sueldo, obviamente, dañan a los empleados, especialmente cuando no tienen otra alternativa de empleo, éstos violan sus derechos cuando son arbitrarios o se basan en acusaciones falsas o exageradas. Por estas razones, ha surgido una nueva tendencia alejada de la doctrina del empleo a capricho, que gradualmente está siendo reemplazada por la perspectiva de que los empleados tienen el derecho a un “proceso justo”.89 Para muchas personas, el derecho crucial de los empleados es el de un proceso justo. Para nuestros propósitos, un proceso justo se refiere a la justicia del proceso mediante el cual aquellos que toman las decisiones imponen sanciones a sus subordinados. Un sistema ideal empleo a capricho La doctrina que establece que, a menos que los emplea- dos estén protegidos por un contrato explícito (como los sindicalizados), los pa- trones “tienen el poder de despedir a sus empleados a voluntad... por una buena razón, sin razón o, incluso, por causas moralmente in- correctas, sin que por ello resulten culpables de una falta legal”. proceso justo el derecho a un proceso imparcial, mediante el cual aquellos que toman las decisiones imponen sanciones a sus subordinados. Vela�squez 08.indd 383 24/5/06 08:49:18 384 Los negocios y sus representaciones internas de proceso justo sería aquel en que los individuos reciben instrucciones previas de las reglas que deben seguir, en el que se escucha de forma justa e imparcial a los que se cree que vio- laron las reglas, en el que se aplican todas las reglas de forma consistente y sin favoritismos o discriminación, el que fue diseñado para determinar la verdad de la forma más objetiva posible y el que no responsabiliza a la gente de cosas sobre las que no tiene ningún control. Es obvio por qué muchas personas consideran que el derecho a un proceso justo es el derecho más importante de los empleados: si no se respeta este derecho de los empleados, es poco probable que se respeten los demás. Un proceso justo garantiza que los individuos no sean tratados de forma arbitraria, caprichosa o maliciosa por sus superiores en la apli- cación de las normas de la compañía y fija un límite moral al ejercicio del poder de los su- periores.90 Si el derecho a un proceso justo no opera en la compañía, incluso si sus normas protegen los otros derechos de los empleados, dichas protecciones se cumplirían de forma esporádica y arbitraria. El área más importante en la que el proceso justo debe aplicarse es al escuchar las que- jas. Al especificar con claridad un proceso justo para escuchar y procesar las quejas de los empleados, una compañía garantiza que el proceso justo se convertirá en una realidad ins- titucionalizada. He aquí el ejemplo de un conjunto muy sencillo de procedimientos de una compañía que garantizan un proceso justo de las quejas, citado por Trotta y Gudenberg: Todos los problemas deben comunicarse desde el inicio al supervisor inmediato del empleado. La mayoría de los problemas quedarán asentados en este momento para satisfacción del empleado. Sin embargo, quizá haya ocasiones en que la naturaleza el día de campo de la compañía. nancy se rehusó, su nuevo supervisor le dio su primera mala evaluación y posteriormente la despidió. nancy tenía 20 años tra- bajando para la compañía, y entabló una demanda puesto que consideraba que su patrón no tenía de- recho a despedirla, a menos que hubiera una buena razón. el primer tribunal que atendió su caso estuvo de acuerdo con ella. el caso fue llevado a la suprema corte de Michigan, donde el jurado no llegó a una deci- sión unánime, aunque la mayoría consideró que el pa- trón no tenía derecho a despedirla. el caso regresó a un tribunal menor, el cual no pudo resolver todos los pro- blemas. La suprema corte de Michigan nuevamente escuchó el caso, y esta vez la mayoría consideró que el patrón tenía derecho a despedirla. ¿empleo a capricho en Howmet Corporation? A L M A R G E N nancy Lytle creía que su empleo de oficinista general en el departamento de recursos hu- manos de Howmet corporation en Michigan era seguro. cuando la contrataronle entregaron un manual del empleado con todas las políticas de empleo de la compañía. en la primera página del manual se afirmaba lo siguiente: Los contenidos de este cuaderno no pretenden establecer un contrato, ni deben interpretarse de esta forma, entre... Howmet corporation y algún empleado o grupo de empleados. unas páginas más adelante el manual establecía: ningún empleado será despedido sin una causa o razón apropiada, y sin que la gerencia haya hecho una revisión cuidadosa de los hechos. en una ocasión ella le dijo a su supervisor que estaba pensando en renunciar. Él respondió que la compañía no la despediría sin una razón apropiada y que estaba contemplada para ser promovida. ella ya había sido promovida en dos ocasiones, y había recibido eva- luaciones favorables de su desempeño. poco tiempo después, su supervisor se jubiló y un nuevo supervisor ocupó su puesto. el nuevo supervisor le dijo a nancy y a las otras “muchachas” que debían usar vestido en 1 ¿compañías como Howmet corporation tie- nen el derecho de despedir a los empleados sin una razón buena o apropiada? 2. en su opinión, ¿el manual del empleado y su primer supervisor le otorgaron a nancy el derecho de no ser despedida sin una razón buena o apropiada? Vela�squez 08.indd 384 24/5/06 08:49:19
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