Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
eléctrica, en volver a traer los oficios al campo para unirlos, bajo nuevas formas y con procedimientos perfeccionados, al trabajo propiamente agrícola. En esta obra redentora del artesanado rural, Italia se apresta a ser una vez más abanderada y maestra". De Michelis incurre en muchas confusiones: l) la reunión de la ciu dad con el campo no puede darse sobre la base del artesanado, sino únicamente sobre la base de la gran industria racionalizada y estandarizada. La utopía «artesanal" se basó en la industria textil. Se pensaba que con la posibilidad comprobada de distri buir la energía eléctrica a distancia, habría sido posible otorgar a la familia campesina el telar mecánico moderno movido por la electricidad. Pero en la actualidad, un solo obrero hace accionar (me parece) basta 24 telares, lo que plantea nuevos problemas de competencia y de ingentes masas de capitales, además de problemas generales de organización imposibles de resolver por la familia campesina; 2) la utilización industrial del tiempo que el campesino debe permanecer desocupado (este es el problema fundamental de la agricultura moderna, que pone al campesino en condiciones de inferioridad económica frente a la ciudad, que "puede trabajar" todo el año) puede ocurrir sólo en una econo mía planificada, muy desarrollada, que esté en condiciones de ser independiente de las fluctuaciones temporarias de ventas que ya se verifican y conducen a las estaciones muertas también en la industria; 3) la gran concentración de la industria y la pro ducción en serie de piezas intercambiables permiten transportar secciones de fábricas al campo, descongestionando la gran ciu· dad y tornando más higiénica la vida industrial. No es el artesano quien volverá al campo, sino en cambio el obrero más moclf'rno y estandarizado. Mitos históricos. Estudio de las consignas del tipo de la del "tercer Reich" de las corrientes de derechas germánicas, de estos mitos históricos, que no son más que una forma concreta y eficaz de presentar el mito de la "misión histórica" de un pueblo. El punto a estudiar es justamente el siguiente: por qué una determinada forma es "concreta y eficaz" o más eficaz que otra. En Alemania, la ininterrumpida continuidad (no interrumpida por invasiones extranjeras pemmncntes) entre el período medie val del Sacro Imperio Romano (primer Reich) y el moderno (de 174 l 1 l ' ~ l ' 1 1 1 1 ,. ' 1 1 Federico el Grande en 1914) torna comprensible en forma inm<'· dinta el concepto de tercer Reich. En Italia, el concepto de terza Italia del Risorgimento no podía ser comprendido fácilmente por el pueblo por la ausencia de continuidad histórica y la falta dP homogeneidad entre la Roma imperial y la papal (en verdad, ni aun entre la Roma Republicana y la imperial existía perfecta homogeneidad). Esto explica el relativo éxito de la palabra maz ziniana de "Italia del pueblo" que tendía a indicar una renova ción completa, en sentido democrático, de iniciativa popular, de la nueva historia italiana en contraposición al "primado" giober tino, que tendía a presentar el pasado como posible continuidad ideal con el futuro, es decir, con un determinado programa polí· tico presentado como de vasto alcance. Pero Mazzini no pudo lo grar que su fórmula mítica se concretase y sus sucesores la dilu yeron y la empobrecieron en la retórica libresca. Un precedente para Mazzini habría podido ser las comunas medievales, que constituyeron una efectiva y radical renovación histórica; pero tal precedente fue explotado sobre todo por los federalistas, como Cattaneo. Centro. Un estudio cuidadoso de los partidos de centro en sen tido amplio sería de todos modos educativo. Término exacto. extensión del término, cambio histórico del término y de la acep ción. Por ejemplo, los jacobinos fueron un partido extremo; hoy son típicamente de centro; así los católicos (en su masa); así también los socialistas, etc. Creo que un análisis de la función de los partidos de centro constituye una parte importante de la historia contemporánea. · Y no dejarse ilusionar por las palabras o por el pasado. E> cierto, por ejemplo, que los "nihilistas" rnsos deben ser conside rados como partido de centro y así también los "anarquistas'' modernos. La cuestión consiste en saber si, por simbiosis, un par tido de centro puede o no servir a un partido "histórico". Partidos de centro y partidos "demagógicos" o burgueses demagógicos. El estudio de la política alemana y francesa en el invierno 1932-.33 ofrece gran cantidad de materiales para esta investigación; así, por ejemplo, la contraposición de la política exterior a la interna (mientras es siempre la política interna la que dicta las decisiones; de un país dcterminado, se entiende. En 17.5 efecto, es claro que la iniciativa debida a razones internas de un pa.ls se transformará en "exterior" para el pafs que sufre )a¡ iniciativa). La fuerza de los partidos agrarios. U no de los fenómenos carac terísticos de la época moderna es el siguiente: en los parlamen· tos, o al menos en una serie de ellos, los partidos agrarios tienen una fuerza relativa que no corresponde a su función histórica, social y económica. Esto es debido al hecho de que en el campo se ha mantenido un bloque de todos los elementós de la produc ción agraria, bloque dirigido frecuentemente por la parte más retardataria de esto's elementos, mientras que en las ciudades y en las poblaciones de tipo urbano, ya desde hace algunas gene raciones, un bloque similar se ha disuelto y a veces nunca existió (ya que no podía existir si no se amplia ha el sufragio electoral). Ocurre asi que en países eminentemente industriales, debido a la disgregación de los partidos medios, los agrarios tienen la ini ciativa "parlamentaria" e imponen conductas políticas "antihist6- ricas". Hay que analizar por qué ocurre esto y si no son respon sables de ello los partidos urbanos y su corporativismo o burdo economismo. Religión, Estado, Partido, En Mein Kam'{J/, Hitler escribe: "La fundación o la destrucción de una religión es un gesto incalcula· blemente más ímportante que la fundación o la destrucción de un Estado; no digo de un partido ... " Superficial y falto de crí tica. Los tres elementos: religión (o concepción del mundo "ac tiva"), Estado y partido son indisolubles y en el proceso real del desarrollo histórico-político se pasa necesariamente del uno al otro. En Maquiavelo, en los modos y en el lenguaje de la época, se observa la comprensión de esta necesaria homogeneidad e in terferencia de los tres elementos. Perder el alma para salvar a la patria o al Estado, es un elemento de laicismo absoluto, de con cepción del mundo positiva y negativa (contra la religión o concepción dominante). En el mundo moderno, un partido es tal -integralmente y nó, como ocurre, fracción de un partido más 176 grande- cuando es concebido, organizado y dirigido de manera que le permita desarrollarse integralmente y transformarse en un Estado (integral y no en un gobierno entendido técnicamente) y en una concepción del mundo. El desarrollo del partido en Es tado reactúa sobre el partido y le exige una continua reorgani zación y desarrollo, así como el desarrollo del partido y del Estado en concepción del mundo, es decir, en transformación total y molecular (individual) de los modos de pensar y de actuar, incide sobre el Estado y sobre el Partido, impulsándolo a reorga nizarse continuamente y planteándole nuevos y originales proble mas a resolver. Es evidente que tal concepción se ve obstmida en su desarrollo práctico por el fanatismo ciego y unilateral de "par tido" (en este caso de secta, de fracción de un partido más amplio, en cuyo seno se lucha), es decir, por la ausencia tanto de una ccncepcíón estatal como de una concepción del mundo que sean capaces de crecímiento en cuanto son históricamente necesarios. La actual vida política ofrece un amplio testímonio de estasestrecheces y límitaciones mentales que, por otro lado, provocan luchas dramáticas en cuanto constituyen el modo en que se ve rifica prácticamente el desarrollo histórico. Pero el pasado, y el pasado italiano que más interesa desde Maquiavelo en adelante, no es menos rico en experiencias ya que toda la historia es tes timonio del presente. Clll$e media. El;·~lgnificado de la expresión "clase media" varia de un país a otro (como varia el concepto de "pueblo~ y de "vulgo", en relación con la vanidad de ciertos estratos sociales) y por ello da lugar frecuentemente a equívocos muy curiosos (re cordar cómo el síndico Frola de Turín firmó un manifiesto en inglés con el título de Lord Mayor). El término proviene de la literatura política inglesa y ex presa la forma particular del desarrollo social inglés. Parece que en Inglaterra la burguesía nunca fue concebida como una parte integrante del pueblo, sino siempre como una entidad separada de éste. En la historia inglesa ocurrió que no fue la burguesía quien guió ·al pueblo haciéndose ayudar por él para abatir los privilegios feudales, sino la nol?leza (o una fracción de ella), la que formó el bloque nacional-popular contra la corona primero y contra la burguesía industrial, después. Tradición inglesa de un 177
Compartir