Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
que la Iglesia cuenta muy poco o se ba refugiado en posiciones secundarias. En cierto sentido, vale decir, desde el punto de vista de la creencia religiosa, es verdad que el catolicismo se redujo en gran parte a una superstición de campesinos, enfermos, viejos y mujeres. En la filosofía, ¿qué papel desempeña hoy la Iglesia? ¿En qué Estado el tomismo es la filosofía prevaleciente entre los inte lectuales? Y socialmente, ¿dónde la Iglesia dirige y domina con su autoridad las actividades sociales? Justamente el impulso cada vez mayor dado a la Acción Católica demuestra que la Iglesia pierde terreno, aun cuando ocurra que retirándose se concentre y oponga mayor resistencia y "parezca" más fuerte ( relativamentP). El pe11samiento social de los católícos. Sobre el "pen.~amiento social" de los católicos se puede hacer esta observación crítica prt' liminar: que no se trata de un programa político obligatorio para todos ellos, hacia cuyo logro van dirigidas las fuerzas organizadas que los católicos poseen, sino que se trata pura y simplemente de un "complejo de argumentaciones polémicas" positivas y negativas sin concreción política alguna. Esto sea dicho sin entrar en cues tiones de mérito, es decir, en el examen del valor intrínseco de las medidas de carácter económico-social que los católicos colocan en la base de tales argumentaciones. En realidad, la Tglcsia no qui<>re comprometerse con la vida práctica económica y no se empeña a fondo ni en rc>alizar los prin cipios sociales que afirma y que no son realizados, ni en defen der, mantener o restaurar aqucllas situaciones en las cuales una parte de dichos principios habían sido realizados y postcriom1ente destruidos. Para comprender bien la posición de la Iglesia en la sociedad moderna, es preciso comprender que ella está dispuesta a luchar sólo para defender su particular libertad corporativa (de Iglesia como Iglesia, como organizadón eclesiástica), es decir, los privilegios que proclama ligados a la propia esencia divina. Para esta defensa no excluye ningún medio, ni la insurrección armada, ni el atentado individual, ni el llamado a la invasión extranjera. Todo el resto es descuidado relativamente, a menos que esté ligado a las condiciones existenciales propias. La Iglesia en tiende por "despotismo" la intervención de la autoridad estatal laica en la limitación o supresión de sus privilegios y no mucho 220 más que eso. Reconoce cualquier potestad de hecho, y para que no lesione sus privilegios, la legitima; si luego acrecienta dichos privilegios, la exalta y la proclama providencial. Dadas estas premisas, el "pensamiento social" católico tiene un valor puramente académico. Es preciso estudiarlo y analizarlo en cuanto elemento ideológico narcotizador, tendiente a mantener determinados estados de ánimo de expectativa pasiva de tipo religioso; mas no corno elemento de vida política e histórica directamente activo. Es ciertamente un elemento político e histó rico, pero de un carácter absolutamente particular; es un elemento de reserva, no de primera línea y por ello puede en todo momento ser "olvidado" prácticamente y "callado", aun sin renunciar a él por completo, porque podría volver a presentarse In ocasión en que fuera preciso utilizarlo. Los católicos son muy astutos, pero me parece que en este caso son "demasiado" astutos. Sobre el "pensamiento social" católico hay que tener presente el libro del padre jesuita Albert :\1uller, profesor de la escuela snperior comercial de San Ignacio en Amberes.' Muller expone, en mi opinión, el punto de vista más radical que puedan alcanzar los jesuitas en esta materia (salario familiar, coparticipación, con troL cog<:stión. <'te.). Un artículo que es necesario tener presente para comprender la actitud de la Iglesia ante los diversos regímenes político-estatales <'s "Autorita e 'oportunismo político'" en la Civiltii Cattolica del l'' de diciembre de 1928. Habrá que confrontarlo con los puntos correspondientes al Código Social. La cuestión se plant<'Ó en la época de León XIII y del rallie ment de una parte de los católicos a la república francesa y fue n·suelta por el Papa con estos puntos esenciales: 1) aceptación, o sea reconocimiento del poder constituido; 2) respeto pre,stado " él corno la representación de una autoridad venida de Dios; 3) obediencia a todas las leyes justas promulgadas por tal auto ridad, pero resistencia a las leyes injustas con el esfuezo tendiente ,¡ <'nmcndur la legislación y a cristianizar la sodedad. Notes d'économie polith¡ue. Iv ~ed(', f:ditions Epes, París, 1927, p. 428> del cual vf:ase la recensión en la Cil;iltá Cattolica del 1(1 de :;;ptíemhre de' 1928; "'Pcnslero t• ::>ttivit;.\ social e', (de A. Brucculeri). 221 Para la Civiltd Cattolíca esto no sería "oportunismo", ya que por tal debe ser entendida solamente la actitud servil y exaltadora en bloque de autoridades que lo son de hecho y no de derecho (la expresión" derecho" tiene un valor particular para los católicos). Los católicos deben distinguir entre "función de la autoridad", que es un derecho inalienable de la sociedad, que no puede vivir sin un orden, y "persona", que ejerce tal función y que puede ser un tirano, un déspota, un usurpador, etc. Los católicos se someten a la "función", no a la persona. Pero Napoleón III fue llamado hombre providencial luego del golpe de Estado del 2 de diciem bre, lo que significa que el vocabulario político de los católícos difiere del común. En otoño de 1892. se realizó er. Génova un congreso católico ita· liano de los estudiosos de ciencias sociales. Se señaló allí que ''la necesidad del momento presente, no por cierto la única necesidad, pero tan urgente como cualquier otra, es la reivindicación cientÍ· fica de la idea cristiana. La ciencia no puede dar la fe, pero puede imponer a los adversarios el respeto y puede conducir las inteli gencias a reconocer la necesidad social de la fe y el deber indi vidual (!) ". En 1893, por impulso de tal congreso, patrocinado por León XIII o (la encíclica Rerum Novarum es de 1891) fue fundada la Revista Internazi01wle di Science Sociale e Discipline Ausiliare, que todava se publica. En el fascículo de enero de 1903 de la revista se resume la actividad del decenio. La actividad de esta revista, que íamás ha sido muy «ruidosa", debe ser estudiada sin embargo en rela0ión con la de la Critica Socíale, de la cual de· bía ser d contra-altar. a León XUI (Jonquín Pecci, li:HO~l903), que sucedió al Papa Pío X eu 1878, trató de elevar el prestigio de la Iglesia y de salvarla del aislamiento eu que estnLa cayendo mediante el mejommlento de hs relaciones con los diversos Estados, incluida Italia. Se aproximó .n. Dismarck poniendo fiu a la Kuftttr~ kampf, exortó a los católi<:os franceses t1 ;Jdherírse (ralliement) a la repúblic-<l. etc. Tratando de contranestar la influencia asnm¡da por el movimiento socia~ lista y obrero en todo el mundo, publicó en 1891 la encíclica Rerum Noca~ nnn, c.:onsiderada hoy como el documento fundnmental de la doctrina social cristiana. Tal encíclica no propone, ni mucho mt-nos, ona solución a la cues tión social y se limita a propugnar un mayor intervencionismo estatal y una cierta libertad de acción para las organizaciones obreras. (N. del T.) 222 El conflicto de Lille. En la Ci~iltá Cottolica del 7 de setiembr<' de 1929 se publica el texto íntegro del_ juicio pronunciado por la Sagrada Congregación dd Concilio sobre el conflicto entre indus triaks y obreros católicos de la región Roubuix-Tomcoing. La sen tencia está contenida en una carta de fecha .5 de junio d<' 1929 del cardenal Sbarretti, prefecto de la Congregación del Coucil io. a monseñor A chille Liénart, obispo de Lillc. El documento es important<•, en parte porque integra el Código Social y también porque amplía el cuadro, como por ejemplo al reconocer a los obreros y a los sindicatos católicos d derecho a formar un frente únicocon los obreros y sindicatos socialistas en las cuestiones económicas. Es preciso tener en cuenta que si el Código Social es un texto católico, es sin embargo privado <> solamente oficioso y podría ser desaprobado por el Vaticano en todo o en parte. Este documento en cambio es oficial. El documento está ligado ciertamente a la labor del Vatica no en Francia tendiente a crear una democracia política católica Y a la admisión del «frente único», aunque sea pasible de inter pretaciones sutiles y restrictivas. Es un .. desafío" a la Action Frall ¡;aise y un signo de détente con los radicales socialistas y la C.G.T. En el mismo fascículo de la Civiltcl Cattolica hay un exten so. e interesante artfculo de comentario de la sentencia vaticana. Dicha sentencia está constituida por dos partes orgánicas: en la primera, compuesta de siete breves tesis, acompañadas cada una de amplias citas extraídas de los documentos pontificios, especia]. mente de León XIII, se da un resumen claro de la doctrina sindical católica; en la segunda se trata del conficto específico en examen. es decir, las tesis son aplicadas e interpretadas en los hechos reales. Los catúlico.s !J la insurrección. A propósito el(' las m.__·didao,; toma das en 1931 contra la Acción Católica italiann " es interesante el • Gramsci se ref;ere nquí a las medidas tomadas por el gobierno Ltscist,I contra la Acción Católica en 1931 debido a Ia influencia de qne gozaha esta última entre los jóvene.s trabajadores y los estudiantes. Todo tern~inó con la victoria de los fascistas. que lograron limitar y controlar la actividad de ]a Acción Católica en el campo juvenil y _una mayor colaboración en el campo sindical, reforzándose de tal manera las ligazones t·ada vez más estrechas entre la Iglesia y el régimc'Il fascista. (N. del T.) 223
Compartir