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Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno (60)

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Frente a fenómenos como el hitlerisrno, no tendría ahora ninguna 
significación el otorgar amplias concesiones al modernismo, es más, 
sólo aumentaría la confusión y el embrollo. Y no digo que en 
Francia las cosas sean más fáciles, ya que justamente en este país 
ha surgido la teoría de contraponer la "religión de la patria" a la 
"romana", lo cual permite pronosticar un incremento del naciona­
lismo patriótico y no del cosmopolitismo romano. 
Del artículo ele la Cioilta Cattolica del 3 de noviembre de 
1928 extraemos los siguientes elementos: se menciona que también 
en Italia Maurras ha encontrados defensores entre los católicos; 
se habla de "imitadores o fautores, evidentes u ocultos, pero igual­
mente aberrantes de la plenitud de la fe y de la moral católica, 
en la teoría o en la práctica, proclamándola y aun ilusionándose 
de querer defenderla integralmente por encima de todo". La Ac­
tion franqaise '1anzó contra quien escribe estas líneas (el padre 
Rosa) un cúmulo de vilipendios y calumnias increíbles (sic), hasta 
aquella repetidamente insinuada de ¡asesinos y ejecutores despia­
dados de hermanos!". Analizar cuándo y cómo fueron hechas estas 
acusaciones contra el padre Rosa. Entre los jesuitas existía un 
sector integralista y favorable a Maurras, con hombres de primera 
plana como el cardenal Billot, que fue uno de los principales come 
piladores de la endclica Pascendi, y que renunció al cargo de 
cardenal, cosa rarísima en la historia de la Iglesia. Este hecho 
demuestra su obstinada terquedad y la resuelta voluntad del papa 
de superar cualquier obstáculo en la lucha contra Maurras. 
La Revue Internatiorwle de-< Sodétés Secretes, dirigida por el 
abate Boulin, es "integral" y encarnizadamentc antijcsuita. Boulin 
está ligado a Benigni-Mataloni y se sirve de seudónimos (Roger 
Duguet). La Action Fmnqaise y los "integralesn se adhieren deses­
peradamente a Pío X y pretenden seguir siendo fieles a sus en­
señanzas, lo cual en el desarrollo histórico de la Iglesia constitui­
ría un gran precedente, ya que todo papa muerto podría ofrecer 
el terreno para organizar unct secta adherida a su particular ac- . 
titud. Los "integrales" desean volver a honrar el Síllabo de Pío IX 
y en la propuesta de la Action franr;:aise de tener un eclesiástico 
para la cátedra ele Sillabo en sus escuelas estaba contenida una 
hábil provocación, pero Pío XI no sólo quiere reaetualizarlo, sino 
que trata hasta de atenuar y edulcorar la encíclica Pascendi. 
El artículo de la Cioiltr) Cattolica es verdaderamente impor­
tante y será preciso revisarlo si se profundiza esta cuestión. Se 
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tendrán que analizar todos los matices "distintivos" a propósito 
de la masonería, el antisemitismo, el nacionalismo, la democracia, 
etc. En el caso de los modernistas se distingue también entre 
ilusos, etc., y se toma posición contra el antimodernismo de Beni­
gni: "Tanto más que era de temer, y no dejamos de hacerlo notar 
ante quien debíamos, que tales métodos les habrían hecho el 
juego a los modernistas verdaderos, deparando en el futuro graves 
daños a la Iglesia. Como posteriormente se observa aún hasta hoy 
en el nocivo espíritu de reacción, no sólo del viejo modernismo y 
del liberalismo, sino también del nuevo y del integralismo. Este 
último, que por entonces parecía oponerse a toda forma o apa­
riencia de modernismo y ha'¡ta presumía ser, como suele decirse, 
más papista que el papa, ahora en cambio, con grave escándalo, 
lo resiste en forma hipócrita o lo combate abiertamente, como 
ocurre entre los fautores rumorosos de la Action franqaise en 
Francia y sus silenciosos cómplices en Italia". 
Los "integrales" llaman "modemizantes" a los jesuitas y "rno­
dernizantisrno" a su tendencia. Han dividido a los católicos en 
integrales y no integrales, vale decir en "papales" y "episcopales" 
(parece que la encíclica de Benedicto XV Ad beatissimi había 
observado, censurándola, esta tendencia a introducir tales distin-
ciones entre los católicos, q uc dañaría la caridad y la unidad ele 
los fieles) . 
La Sapiniere (de S. P., iniciales del Sodalizio Piano) era la 
sociedad secreta que se ocultaba detrás del velo del Sodalizio Piano 
y o¡·ganízó la lucha contra los jesuitas modcrnizantcs, "en todo 
contraria a la primera idea y al programa oficial propuesto al 
Santo Pontífice Pío X y aprobado de inmediato por el Secretario 
de la Consistorial, no ciertamente para que sirviese como desahogo 
a las pasiones privadas, para la denuncia y difamación de íntegros 
y también eminentes personajes, de obispos y ele órdenes religiosas 
enteras, particularmente de la nuestra, que nunca corno ahora 
estuvo a merced de tales calumnias, ni siquiera en los tiempos de 
su supresión. Después de concluida la guerra y con más fuen:a 
luego de la disolución del Sodalizío Piano, decretado por la Sa­
grada Congregación del Concilio, no por cierto a título de aplauso 
sino de prohibición y de censura, fue promovida, a expensas del 
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conocido y riquísimo financista Simón de París y ele su generosa 
, camarilla, la publicación y la pródiga difusión gratuita de libelos 
~ de lo más ignominiosos y críticamente insípidos contra la Com-
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pañía de Jesús, sus santos, doctores y maestros, sus obras y su 
constitución, solemnemente aprobadas por la Iglesia. Es la cono· 
cida colección de los llamados Récalde que ya abulta más de una 
docena de libelos, algunos de varios volúmenes, en la cual es 
demasiado reconocida y no menos retribuida la parte de los c6m· 
plices romanos. Es ahora reforzada por la publicación de fo­
lletos difamatorios, la mayor parte delirantes, bajo el título su· 
maria y paradoja) de V érités, émulos de los folletos gemelos de la 
Agencia Urbs o bien Roma'IUl, cuyos artículos retornan luego, casi 
con las mismas palabras, en otros folletos o periódicos". 
Los "integrales" esparcieron las "peores calumnias" contra Be­
nedicto XV, como se puede comprobar en el artículo aparecido a 
la muerte de este Papa en la Vieílle France (de Urbain Gohier) Y 
en la Ronda (febrero de 1922), "hasta en este (periódico) todo lo 
contrario de católico y moral, pero honrado sin <"mbargo por la 
colaboración de Umberto Benigni, cuyo nombre se encontraba re­
gistrado en la hermosa compañía de aquellos jóvenes escritores 
más o menos corrompidos". "El mismo espíritu de difamación, con­
tinuado bajo el presente pontificado, en medio de las filas mismas 
de ]os católicos, de los religiosos y del clero, no se puede decir 
cuánto mal ha provocado en las conciencias, cuánto pscándalo y 
cuánta alienación de las almas produjo, en Francia sobre todo. 
Allí, en efecto, la pasión política inducía a creer más fácilmente 
las calumnias mandadas frecuentemente desde Roma, después que 
los ricos Simón y otros cómpli(•es, de espíritu galicano y periodís­
tico (sic), mantuvieron a sus autores y procuraron la difusión 
gratuita de sus libelos, especialmente de los antijesuitas arriba 
mencionados, en los seminarios, cancmjias, curias eclesiásticas, allí 
donde existiese alguna probabilidad o verosimilitud de que la ca­
lumnia pudiese prender; y también entre los laicos, especialmente 
los jóvenes, de los mismos liceos pertenecientes al Estado, con una 
prodigalidad sin igual". 
Los autores ya conocidos se sirven del anónimo o ele seudóni­
mos. "Es notorio, entre los periodistas especialmente, cuán poco 
merecedor de título alguno es este grupo con su inspirador princi­
pal, el más astuto en ocultarse, pero el más culpable e interesado 
en la intriga". (¿Se refiere :t Benigni o a algún otro pez gordo 
del Vaticano?) 
Según el Padre Uosa en un principio no existía "acuerdo" en­
tre la Action fraru,;aise y los "integrales", el cual se fue logrando 
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sólo después de 1926; pero esta afirmación es hecha expresamente 
para excluir todo móvil político (lucha contra los ultrarreacciona­
rios) de la lucha contra la Action fraru,;aise y para disminuir laresponsabilidad de Pío X. En la última nota del artículo se dice: 
"No se debe, sin embargo, confundir uno y otro partido, como 
algunos lo han hecho, por ejemplo Nicolas Fontaine en la obra 
citada 'Saint-Síege', 'Action fraru,;aise' et 'Catholiqu.es Intégraui'. 
Este autor, como observamos, es muy liberal, pero desdichadamen­
te (sic) está mu.y informado de los sucesos nada edificantes de la 
mencionada sociedad clandestina, llamada de la Sapir1iere y de sus 
fautores franceses e italianos, y es ridículo enrostrarle por esto su 
liberalismo; es preciso desmentir los hechos sobre los cuales vol· 
veremos a su tiempo". En realidad, Fontaine muestra exhausti­
vamente el nexo entre los "integrales" y la Action fran!(aise, aun­
que es posible decir que se trata de dos partidos distintos y que 
uno tiende a servirse del otro, y muestra cómo dicho nexo se ori­
gina con Pío X. Es curioso el término "desdichadamente muy in­
formado" por cuanto F antaine se sirvió de materiales de dominio 
público, así como es "curioso" que el padre Rosa, en la Civiltd 
Cattolica no haya "hablado" más de la Sapiníere (ni con motivo 
de la muerte de monseñor Benigni, que no ha sido recordado. }<:S 
por ello difícil pensar que hable ahora, a menos que alguna fuerte 
personalidad suceda a Benigni en la dirección de los integrales.) 
Este silencio tiene su significado-
El artículo concluye: "Pero la verdad no es de temer; y de 
parte nuestra estamos firmemente resueltos a defenderla sin miedo 
ni trepidaciones también contra los enemigos internos, aunque sean 
ecltMúísticos acaudalados y potentes, que han desviado a los laicos 
para hacerlos servir a sus dPsignios e interpses".' 
La Action fra¡¡r;aise tenia en Roma un redactor, Havard de la 
Montagne, que dirigía un semanario en lengua francesa: Rome, 
destinado especialmente a los católicos franceses, religiosos o laicos, 
residentes o de paso por Roma. Era el portavoz de los "integrales" 
y de los maurrassianos, el centro del reclutamiento y del sc1vido 
3 Hace referencia a Hn viaje a América de Benigni (del cual habló ra Ciciltú 
Cattolica, 1927, IV, p. 399) para distribuir libelos antijcsuitas. En Roma 
existiría un depósito de muchas decenas de millares de ejemplnrC's: de estos 
libelos.

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