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Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno (69)

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Rotary Club y masonería. El Rotary ,es una masonería sin peque­
ños burgueses y sin la mentalidad pequeñoburguesa. EE.UU. tiene 
el Rotary y la Y.M.C.A., Europa la masonería y los jesuitas. Ten­
tativas de introducir la Y:M.C.A. en Italia; ayuda dada por la 
industria italiana a estas tentativas (financiación de Agnelli y 
reacción violenta de los católicos). ,Tentativas hechas por Agnelli 
t'':pr¡ra,' absorber el grupo del Ordine Nuovo,'que 'sosfenía una forma 
.':-.-de'~án;cricárÍismó': 'iícc[íi:áéla'pór ']a masa . óbrera:-. 
·• En EE.UU., la racionalización ha determinado la necesidad 
de elaborar un nuevo tipo humano, conforme al nuevo tipo de 
trabajo y dé~ proceso productivo: hasta ahora esa ·elaboración está 
sólo en b fas·,. inicial y por ello es (aparentemente) idílica. Es aún 
la fase de adaptación psicofísica a la nueva estructura industrial, 
buscada a través de los altos salarios; no se verificó todavía (antes 
de la crisis de 1929), salvo esporádicamente quizás, ningún flo­
recimiento "superestructura!"; vale decir, no está planteada aú~ 
'la cuestión fundamental de la hegemonía. La lucha se produce con 
armas tomadas del viejo arsenal europeo y adulteradas, de allí 
que sean "anacrónicas" en relación con el desarrollo de las "cosas~. 
La lucha que se desarrolla en EE.UU. (descripta por Philip) es, 
todavía por la propiedad del trabajo contra la "libertad industrial",'~ 
es decir, es una lucha similar a la desarrollada en Europa en el 
siglo. XVIII, si bien en otras condiciones. El sindicato obrero.· nor-.· 
!fe'áméricano es, más quc otra cosa, la eicpiésión corporativa de , 
Ha prgpiecl~d.Q~~Q'f,i;iJ9{calificados: y: por ello su. destrucción;¡ ' 
tpla,nteaci~~P'cir:Jos · ind;,striales7-tiene ·uitaspeda •"pí·éigresistá":· La· 
ausencia de la fase histórica europea, que en el campo económico 
estuvo marcada también por la Revolución francesa, dejó a las 
masas populares norteamericanas en el estado primitivo: a ello 
se agrega la ausencia de homogeneidad nacional. la mezcla de 
·las culturas-razas, la ct!Pstión de los negros. 
1'.. En Italia se dio un comicnzo"_de charanga fonlística (exalta~ 
ción de la gran ciudad, planes reguladores para una gran Milán, 
la afirmación de que el capitalismo está aún en sus comienzos y 
que es necesario preparar los cuadros para su desarrollo impe­
tuoso, etc. Sobre esto ver en Riforma Sociale algunos artículos de 
Schiavi). Posteriormente se dio la conversión a lo rural y el des­
precio iluminista de la ciudad, la exaltación del artesanado y del 
patriarcalismo idílico, las menciones a la "propiedad de los ofi­
cios" y a una lucha contra la libertad industrial. Sin embargo, aun 
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cuando el desarrollo es lento y se produce con comprensibles cau­
telas, no se puede decir que la parte conservadora, la que repre­
senta la vieja cultura europea con todas sus secuelas parasitarias, 
no se enfrente a antagonistas (desde este punto de vista es intere­
sante la tendencia representada por Nuovi Studi, Critica Fascista 
y el centro intelectual de estudios corporativos organizado por la 
Universidad de Pisa) . 
El libro de De Man' es también, a su modo, una expresión de 
estos problemas que subvierten la vieja estructura europea; una 
expresión sin grandeza y sin adhesión a ninguna de las fuerzas 
históricas dominantes que se disputan el mundo. 
"'Stracittd e Strapaese" 0
• Fragmentos publicados por La Fiem Lettcraria 
del 15 de enero de 1928. De Giovanni Papini; "La ciudad no crea, pero con­
sume. Como al emporio donde afluyen los bienes arrancados a los campos y a 
las minas, así también acuden las almas más frescas de la provincia y las 
ideas de los grandes solitarios. L.:t ciudad es como una hoguera que ilumina 
porque quema lo que fue creado lejos de ella y a veces contra ella. Todas las 
ciudades !--011 e.'itériles. Allí nacen en proporción pocos niños y casi nunca un 
genio. En las ciudades se goza, mas no se cn?<l, se ama mas no se genera, 
se consume pero no se produce". Al margen de b.s sandeces "absolutas", hay 
que snhrayar qw.-' Papini tit'ne delante el modelo "relativo" de la ciudad no­
ciud:u1, de la ciudad Coblcnza de los consumidores de renta agraria y casas de 
tolt'r<.lncia. 
En el mismo número de La Fiera Letteraria~ se lee este párrafo: "Nues­
tro complejo supranacional se presenta con los siguientes cmacteres: resuelta 
aYersión a todas aquellas formas de civilización que no correspondan a la 
nuestra o que dañen, no siendo digeribles, bs dotes clásicas de los italia­
nos; y de allí tutela del sentido universal del país que es, para definirlo 
brevcmerlte, b relaci('l\1 natural e innwnente entre el individuo y su tierra. En 
pocas pcllaLr.ls, exaltación de nuestras características en todo campo y acti­
Yidad de la Yida, es decir: base cutólica, sentido religioso del mundo, sirn­
plicicbd y sohricdad ftmdamenta!es, adherencia a la realidad, dominio de la 
fant.~sí,l, equilibrio entre espíritu y materia". (Podemos preguntarnos ¿cómo 
podrin existir una It,¡\ia moderna, una nación italiana, sin la formación y el 
desarrollo de las cindaJes y sin la influencia ciud,1dana unificadora? .. Stra­
vaesanismo" [superpais] habría significado, en el pasado, municipalismo, 
como significó disgregación popular y dominio extranjero. Y el catolicismo mis­
mo r.se habría desan:ollado si el _Papa en lugar de residir en Roma hubiese 
tenido su residencia en un pequeño agujero de campaña?) 
Y este juicio de Francesco :\Inriano (publicado en L'Assalto de Dolonia): 
"En e:l campo filosófico, yo creo encontrar en cambio una verdadera antítesis: 
la Yieja antítesis de más de cien años, y siempre vestida ele nuevos aspectos, 
:; El libro A u ele! U du nwr.\isme. ( :\. dd E.) 
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entre el voluntarismo, el pragmatismo, el activismo identificable en 1a Stra­
citta [superciudad] y el iluminismo, el racionalismo, el historicísmo identifi­
cable en el Strapaese. (Es decir, que los principios inmortales se habrian 
refugiado en el Strupaese). 
En todo caso es preciso anotar que Ia polémíca ·~literaria', entre Strapaese 
y Stracitta no fue más que la cortina de humo en la polémica entre el conser­
vadorísmo parasitario y las tendencias innovadoras de la sociedad italiana. En 
La Stampa del 4 de mayo de 1929, escribe Mino Maccari: "Cuando Strapaese 
se opone a las importaciones modernistas, su oposición quiere salvar el dere­
cho de sele<XJionarlas a fin de impedir que los contactos nocivos, confun­
diéndose con los que puedan ser benéficos, corrompan la integridad de la 
naturaleza y del carácter propio de la civilización il:liliana, quintaesenciada en 
el curso de siglos y anhelante hoy (1) de una s!ntesis unificadora". (Ya 
u quintaesenciada .. pero no ''sintetizada,. y ·\mificada"l!l) 
AutarJIUÍa financiera de la industria. En un artículo notable de 
Cario Pagni, "Aproposito di un tentativo di teoría puxa del cor­
porativismo", aparecido en Riforma Sociale de setiembre-octubre 
de 1929) .examina el volumen de Massimo Fovel, Economía e cor­
porativismo ( S.A.T.E., Ferrara, 19'29) y hace mención de otro es­
crito del mismo Fovel, Bendita e salario nello Stato sindacale (Ro­
ma, 19'28); mas no se da cuenta o no pone expresamente de relie­
ve que en sus escritos Fovel concibe el "corporativismo" como la 
premisa para la introducción en Italia de los sistemas amelica­
nos más avanzados en el modo de producir y de trabajar. 
Sería interesante saber si Fovel escribe ~extrayendo de su ce­
rebro" o si por el contrario tiene detrás de sí (prácticamente y no 
sólo ~en general") determinadas fuerzas económicas que lo sos­
tienen y lo impulsan. Fovel no ha sido jamás un "científico" puro, 
capaz de expresar ciertas tendencias como las expresan siempre 
los intelectuales ~puros". En muchos aspectos, entra en la galería 
del tipo Cicotti, Naldi, Bazzi, Preziosi, etc., pero es más complejo 
por su innegable valor intelectual. Fovel aspiró siempre a conver­
tirse en un gran líder político y no lo logró porque le faltan al­
gunas dotes fundamentales: la fuerzade voluntad dirigida a un 
solo fin y la constancia intelectual de un Mi.ssiroli; además muy 
frecuentemente se ha ligado con demasiada evidencia a pequeños 
intereses mezquinos. Comenzó como "joven radical" antes de la 
guerra; habla querido rejuvenecer, dándole un contenido más con­
creto y moderno, al movimiento democrático tradicional, alimen­
tándose un poco de los republicanos, especialmente federalistas y 
regionalistas (Critica Política, de Oliviero Zuccarini). Durante la 
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guerra fue neutralista giolittiano. En 1919 entró en el Partido So­
cialista en Bolonia, pero nunca escribiy Cll d Avanli! Antes del 
armisticio hizo algunas escapadas a Turin. Los industriales turi­
.1eses habían adquirido la vieja y desacreditada Gazzetta di Toríno 
para transformarla y convertirla en su propio órgano. Fovel aspi­
raba a convertirse en el director de la nueva combinación Y para 
ello estaba en contacto con los ambientes industriales. Pero en 
cambio fue elegido como director Tommaso Borelli, "joven libe­
ral", al cual sucedió muy pronto Italo !>linunni de Cidea Nazionale 
(pero la Gazzetta di Torino, aunque bajo el nombre de Paese ':' 
no obstante las sumas prodigadas para desarrollarla, no prospero 
y fue suprimida por sus sostenedores). Existe una "curiosa" carta 
de Fovel de 1919, donde escribe que "siente el deber" de colabo­
rar en el semanario Ordiue Nuovo; después de la respuesta en la 
que se fijaban los límites de su posible colaboración, la "voz .d~l 
deber'· calló repentinamente. Fovel se unió a la banda de Passtgl1. 
Montellí, Gardenghi, que había hecho del Lavoratort; de Tríestc 
un centro de negocios bastante lucrativo y que debia mantener 
contactos con el ambiente industrial turinés: tentativa de Passigli 
de trasladar el Ordine Nuooo a Trieste mediante una gestión "eo· 
mercial" rcdíticia (ver para la fecha la suscripción de lOO liras 
hecha por Passigli que había ido a Turín para hablar directa;,nen­
te) .• Se planteó la cuestión de saber si un "hombre honesto po­
día colaborar en el Lavoratore. En 192.1, en las oficinas del Law­
ratore, fueron encontradas cartas pertenecientes a Fovel y a Gar­
denghi de las cuales resultaba que los dos compadres jugaban 
a la bolsa sobre valores textiles durante la huelga dirigida por los 
sindicalistas de Nicola Vecchi y dirigían el periódico según los 
intereses de su juego. Después de Livorno, Fovel des a pareció por 
algún tiempo. Reapareció en 1925 como colaborador del Avanti! 
de Nenni y Gardenghi y lanzó una campaña favorable a la entre­
ga de la industria italiana a las finanzas nortea';'eric~n~s, cam­
paña que fue de inmediato explotada (pero d.eb1a CXIS~IT ya_ t~n 
acuerdo previo) por la Gazzetta del Po polo, l1gada al mgeme1 o 
Ponti de la S.LP. En 1925-26 Fovel colaboró frecuentemente en la 
Voce Repubhlicana. Hoy ( 1929) sostiene el corporath~smo como 
premisa de una forma italiana de americanización, colabora en 
el Corriere Padano do Forrara, en los Nuovi Studi, Nuovi Pro-
r, L:1 snscripdón de Passigli (entonces administrador del Lacoratore) es publi­
cadi1 en Ordine N¡wco del 27 de mi1rzo de 1~20, a. 1, nQ 42 (N. del E.) 
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