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Rotary Club y masonería. El Rotary ,es una masonería sin peque ños burgueses y sin la mentalidad pequeñoburguesa. EE.UU. tiene el Rotary y la Y.M.C.A., Europa la masonería y los jesuitas. Ten tativas de introducir la Y:M.C.A. en Italia; ayuda dada por la industria italiana a estas tentativas (financiación de Agnelli y reacción violenta de los católicos). ,Tentativas hechas por Agnelli t'':pr¡ra,' absorber el grupo del Ordine Nuovo,'que 'sosfenía una forma .':-.-de'~án;cricárÍismó': 'iícc[íi:áéla'pór ']a masa . óbrera:-. ·• En EE.UU., la racionalización ha determinado la necesidad de elaborar un nuevo tipo humano, conforme al nuevo tipo de trabajo y dé~ proceso productivo: hasta ahora esa ·elaboración está sólo en b fas·,. inicial y por ello es (aparentemente) idílica. Es aún la fase de adaptación psicofísica a la nueva estructura industrial, buscada a través de los altos salarios; no se verificó todavía (antes de la crisis de 1929), salvo esporádicamente quizás, ningún flo recimiento "superestructura!"; vale decir, no está planteada aú~ 'la cuestión fundamental de la hegemonía. La lucha se produce con armas tomadas del viejo arsenal europeo y adulteradas, de allí que sean "anacrónicas" en relación con el desarrollo de las "cosas~. La lucha que se desarrolla en EE.UU. (descripta por Philip) es, todavía por la propiedad del trabajo contra la "libertad industrial",'~ es decir, es una lucha similar a la desarrollada en Europa en el siglo. XVIII, si bien en otras condiciones. El sindicato obrero.· nor-.· !fe'áméricano es, más quc otra cosa, la eicpiésión corporativa de , Ha prgpiecl~d.Q~~Q'f,i;iJ9{calificados: y: por ello su. destrucción;¡ ' tpla,nteaci~~P'cir:Jos · ind;,striales7-tiene ·uitaspeda •"pí·éigresistá":· La· ausencia de la fase histórica europea, que en el campo económico estuvo marcada también por la Revolución francesa, dejó a las masas populares norteamericanas en el estado primitivo: a ello se agrega la ausencia de homogeneidad nacional. la mezcla de ·las culturas-razas, la ct!Pstión de los negros. 1'.. En Italia se dio un comicnzo"_de charanga fonlística (exalta~ ción de la gran ciudad, planes reguladores para una gran Milán, la afirmación de que el capitalismo está aún en sus comienzos y que es necesario preparar los cuadros para su desarrollo impe tuoso, etc. Sobre esto ver en Riforma Sociale algunos artículos de Schiavi). Posteriormente se dio la conversión a lo rural y el des precio iluminista de la ciudad, la exaltación del artesanado y del patriarcalismo idílico, las menciones a la "propiedad de los ofi cios" y a una lucha contra la libertad industrial. Sin embargo, aun 292 cuando el desarrollo es lento y se produce con comprensibles cau telas, no se puede decir que la parte conservadora, la que repre senta la vieja cultura europea con todas sus secuelas parasitarias, no se enfrente a antagonistas (desde este punto de vista es intere sante la tendencia representada por Nuovi Studi, Critica Fascista y el centro intelectual de estudios corporativos organizado por la Universidad de Pisa) . El libro de De Man' es también, a su modo, una expresión de estos problemas que subvierten la vieja estructura europea; una expresión sin grandeza y sin adhesión a ninguna de las fuerzas históricas dominantes que se disputan el mundo. "'Stracittd e Strapaese" 0 • Fragmentos publicados por La Fiem Lettcraria del 15 de enero de 1928. De Giovanni Papini; "La ciudad no crea, pero con sume. Como al emporio donde afluyen los bienes arrancados a los campos y a las minas, así también acuden las almas más frescas de la provincia y las ideas de los grandes solitarios. L.:t ciudad es como una hoguera que ilumina porque quema lo que fue creado lejos de ella y a veces contra ella. Todas las ciudades !--011 e.'itériles. Allí nacen en proporción pocos niños y casi nunca un genio. En las ciudades se goza, mas no se cn?<l, se ama mas no se genera, se consume pero no se produce". Al margen de b.s sandeces "absolutas", hay que snhrayar qw.-' Papini tit'ne delante el modelo "relativo" de la ciudad no ciud:u1, de la ciudad Coblcnza de los consumidores de renta agraria y casas de tolt'r<.lncia. En el mismo número de La Fiera Letteraria~ se lee este párrafo: "Nues tro complejo supranacional se presenta con los siguientes cmacteres: resuelta aYersión a todas aquellas formas de civilización que no correspondan a la nuestra o que dañen, no siendo digeribles, bs dotes clásicas de los italia nos; y de allí tutela del sentido universal del país que es, para definirlo brevcmerlte, b relaci('l\1 natural e innwnente entre el individuo y su tierra. En pocas pcllaLr.ls, exaltación de nuestras características en todo campo y acti Yidad de la Yida, es decir: base cutólica, sentido religioso del mundo, sirn plicicbd y sohricdad ftmdamenta!es, adherencia a la realidad, dominio de la fant.~sí,l, equilibrio entre espíritu y materia". (Podemos preguntarnos ¿cómo podrin existir una It,¡\ia moderna, una nación italiana, sin la formación y el desarrollo de las cindaJes y sin la influencia ciud,1dana unificadora? .. Stra vaesanismo" [superpais] habría significado, en el pasado, municipalismo, como significó disgregación popular y dominio extranjero. Y el catolicismo mis mo r.se habría desan:ollado si el _Papa en lugar de residir en Roma hubiese tenido su residencia en un pequeño agujero de campaña?) Y este juicio de Francesco :\Inriano (publicado en L'Assalto de Dolonia): "En e:l campo filosófico, yo creo encontrar en cambio una verdadera antítesis: la Yieja antítesis de más de cien años, y siempre vestida ele nuevos aspectos, :; El libro A u ele! U du nwr.\isme. ( :\. dd E.) 293 entre el voluntarismo, el pragmatismo, el activismo identificable en 1a Stra citta [superciudad] y el iluminismo, el racionalismo, el historicísmo identifi cable en el Strapaese. (Es decir, que los principios inmortales se habrian refugiado en el Strupaese). En todo caso es preciso anotar que Ia polémíca ·~literaria', entre Strapaese y Stracitta no fue más que la cortina de humo en la polémica entre el conser vadorísmo parasitario y las tendencias innovadoras de la sociedad italiana. En La Stampa del 4 de mayo de 1929, escribe Mino Maccari: "Cuando Strapaese se opone a las importaciones modernistas, su oposición quiere salvar el dere cho de sele<XJionarlas a fin de impedir que los contactos nocivos, confun diéndose con los que puedan ser benéficos, corrompan la integridad de la naturaleza y del carácter propio de la civilización il:liliana, quintaesenciada en el curso de siglos y anhelante hoy (1) de una s!ntesis unificadora". (Ya u quintaesenciada .. pero no ''sintetizada,. y ·\mificada"l!l) AutarJIUÍa financiera de la industria. En un artículo notable de Cario Pagni, "Aproposito di un tentativo di teoría puxa del cor porativismo", aparecido en Riforma Sociale de setiembre-octubre de 1929) .examina el volumen de Massimo Fovel, Economía e cor porativismo ( S.A.T.E., Ferrara, 19'29) y hace mención de otro es crito del mismo Fovel, Bendita e salario nello Stato sindacale (Ro ma, 19'28); mas no se da cuenta o no pone expresamente de relie ve que en sus escritos Fovel concibe el "corporativismo" como la premisa para la introducción en Italia de los sistemas amelica nos más avanzados en el modo de producir y de trabajar. Sería interesante saber si Fovel escribe ~extrayendo de su ce rebro" o si por el contrario tiene detrás de sí (prácticamente y no sólo ~en general") determinadas fuerzas económicas que lo sos tienen y lo impulsan. Fovel no ha sido jamás un "científico" puro, capaz de expresar ciertas tendencias como las expresan siempre los intelectuales ~puros". En muchos aspectos, entra en la galería del tipo Cicotti, Naldi, Bazzi, Preziosi, etc., pero es más complejo por su innegable valor intelectual. Fovel aspiró siempre a conver tirse en un gran líder político y no lo logró porque le faltan al gunas dotes fundamentales: la fuerzade voluntad dirigida a un solo fin y la constancia intelectual de un Mi.ssiroli; además muy frecuentemente se ha ligado con demasiada evidencia a pequeños intereses mezquinos. Comenzó como "joven radical" antes de la guerra; habla querido rejuvenecer, dándole un contenido más con creto y moderno, al movimiento democrático tradicional, alimen tándose un poco de los republicanos, especialmente federalistas y regionalistas (Critica Política, de Oliviero Zuccarini). Durante la 294 guerra fue neutralista giolittiano. En 1919 entró en el Partido So cialista en Bolonia, pero nunca escribiy Cll d Avanli! Antes del armisticio hizo algunas escapadas a Turin. Los industriales turi .1eses habían adquirido la vieja y desacreditada Gazzetta di Toríno para transformarla y convertirla en su propio órgano. Fovel aspi raba a convertirse en el director de la nueva combinación Y para ello estaba en contacto con los ambientes industriales. Pero en cambio fue elegido como director Tommaso Borelli, "joven libe ral", al cual sucedió muy pronto Italo !>linunni de Cidea Nazionale (pero la Gazzetta di Torino, aunque bajo el nombre de Paese ':' no obstante las sumas prodigadas para desarrollarla, no prospero y fue suprimida por sus sostenedores). Existe una "curiosa" carta de Fovel de 1919, donde escribe que "siente el deber" de colabo rar en el semanario Ordiue Nuovo; después de la respuesta en la que se fijaban los límites de su posible colaboración, la "voz .d~l deber'· calló repentinamente. Fovel se unió a la banda de Passtgl1. Montellí, Gardenghi, que había hecho del Lavoratort; de Tríestc un centro de negocios bastante lucrativo y que debia mantener contactos con el ambiente industrial turinés: tentativa de Passigli de trasladar el Ordine Nuooo a Trieste mediante una gestión "eo· mercial" rcdíticia (ver para la fecha la suscripción de lOO liras hecha por Passigli que había ido a Turín para hablar directa;,nen te) .• Se planteó la cuestión de saber si un "hombre honesto po día colaborar en el Lavoratore. En 192.1, en las oficinas del Law ratore, fueron encontradas cartas pertenecientes a Fovel y a Gar denghi de las cuales resultaba que los dos compadres jugaban a la bolsa sobre valores textiles durante la huelga dirigida por los sindicalistas de Nicola Vecchi y dirigían el periódico según los intereses de su juego. Después de Livorno, Fovel des a pareció por algún tiempo. Reapareció en 1925 como colaborador del Avanti! de Nenni y Gardenghi y lanzó una campaña favorable a la entre ga de la industria italiana a las finanzas nortea';'eric~n~s, cam paña que fue de inmediato explotada (pero d.eb1a CXIS~IT ya_ t~n acuerdo previo) por la Gazzetta del Po polo, l1gada al mgeme1 o Ponti de la S.LP. En 1925-26 Fovel colaboró frecuentemente en la Voce Repubhlicana. Hoy ( 1929) sostiene el corporath~smo como premisa de una forma italiana de americanización, colabora en el Corriere Padano do Forrara, en los Nuovi Studi, Nuovi Pro- r, L:1 snscripdón de Passigli (entonces administrador del Lacoratore) es publi cadi1 en Ordine N¡wco del 27 de mi1rzo de 1~20, a. 1, nQ 42 (N. del E.) 295
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