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TESTIGOS DE JEHOVÁ

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TESTIGOS DE JEHOVÁ
 UN ANÁLISIS DE VERIFICACIÓN DE SUS
PRETENSIONES, HISTORIA Y DOCTRINAS
 
 
ANTOLÍN DIESTRE GIL
 
ÍNDICE
TESTIGOS DE JEHOVÁ
UN ANÁLISIS DE VERIFICACIÓN DE SUS PRETENSIONES, HISTORIA Y DOCTRINAS
Epílogo
Prólogo
TEMAS
INTRODUCTORIOS
Capítulo I
LA BASE DOCUMENTAL DE NUESTRO ESTUDIO
Bibliografía complementaria
Capítulo II
La historia y sus protagonistas
CapítuloIII
Actitudes eclesiásticas y sociales
Capítulo IV
SECCIÓN PRIMERA
Introducción
PRIMERA PARTE
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo I
Capítulo IV
SEGUNDA PARTE
Capítulo II
Capítulo III
TERCERA PARTE
Introducción
El Reino de Dios, conceptos e importancia
Capítulo I
¿Cómo obtienen el comienzo del Reino de Dios como siendo el «fin del tiempo de los gentiles» en
1914?
Capítulo II
Capítulo I
Un paralelismo sobre escatología confuso y contradictorio
La realidad de la conciencia mesiánica de Jesús, y el testimonio bíblico respecto a la Deidad de
Jesucristo, del Padre y del Espíritu Santo
La conciencia mesiánica en Mateo, Lucas y Marcos
Conclusión
¿Qué piensa Pablo de la persona de Jesucristo?
Sobre el Espíritu Santo
Capítulo I
Origen ideológicorespecto a las posiciones escatológicas
CONCLUSIÓN A LA SECCIÓN
 
 
Epílogo
Creemos haber logrado los propósitos por los que confeccionábamos esta tesis doctoral.
El primero era realizar un estudio suficientemente objetivo de las obras principales que originaron
el sistema «jehovista». Este estudio nos ha puesto en contacto con las auténticas fuentes de los
Testigos de Jehová actuales: éstas son en primer lugar Russell y Rutherford. Pero éstos no tuvieron
nada de original; bebieron del manantial que el movimiento Millerita les proporcionó. Russell es un
engendro perfecto de las tesis que se probaron como fallidas con el grupo Millerita. Durante siglos
se habían estado arrastrando teorías y opiniones que pretendiendo ser bíblicas no hubo la
oportunidad adecuada para corroborarlas o desmentirlas en base a una investigación digna de la
Palabra de Dios. Hombres piadosos e incluso estudiosos fervientes las mantuvieron sin que nadie se
dedicara a contrastarlas ni a refutarlas. Las posibilidades de antaño no eran las mismas que las que
ofrecía el s. XIX y ni mucho menos el s. XX y XXI.
La diferencia entre estos hombres, algunos devotos y fervientes como Miller por ejemplo, y los
herederos inoportunos como fueron Russell y después sus más inmediatos seguidores, radica en el
hecho fundamental de que Miller y aquellos que se unieron con él en una primera etapa usaron los
compendios, que después copiarían Barbourg y Russell, con un cimiento y finalidad totalmente
distintos. El grupo original millerita se aprovechó de esos esbozos que pensaban correctos de un
modo secundario para ratificarse en la proximidad de la segunda venida de Cristo a la que ellos
asignaban, erróneamente, una fecha cerrada como 1844. Fruto, principalmente, de identificar la
«purificación del Santuario» de la que se habla en Daniel 8, con esta tierra.
La llegada de la fecha fue el crisol que la teología de muchos tuvo que soportar. Cuando la
decepción fue una realidad, esos esquemas quedaron señalados como inservibles. Se descubrió lo
que sólo tenía auténticamente apoyo bíblico: un despertar sobre la segunda Venida de Jersucristo, y
el resto, que suponía la mayoría de las interpretaciones que se hacían, se rechazaron o se olvidaron.A
partir de ahí se supo que los llamados bosquejos paralelos como el Jubileo de los Jubileos ó 2.450
años (ó 2.500), o el período del fin del Tiempo de los gentiles (2.520 años), o el de las
dispensaciones, o incluso el tiempo transcurrido desde Adán, no tenía consistencia bíblica. La Biblia
no proporciona ninguna de estas teorías.
Sin embargo, a diferencia de Miller y de otros que durante la historia utilizaron dichas sinopsis
con interpretaciones semejantes, no pretendieron ser exclusivos respecto a la salvación ni formaron
organizaciones del estilo de la de Russell y de sus continuadores.
Para Russell y los herederos de él los fallos continuos no han encontrado la respuesta que se
merece un mensaje, el del «fallo», tan apropiado para el arrepentimiento y el cambio de dirección.
Nadie que haya podido tener eco suficiente mantuvo teorías tales como las indicadas, a excepción
del movimiento Ruselista o de los llamados Testigos de Jehová,[1]ya que la experiencia Millerita en
ese aspecto fue suficiente para no abrigar ningún sistema imaginario. La presentación objetiva de los
aspectos básicos de las obras principales de los fundadores y líderes de los Testigos nos ha
permitido saber la realidad del pensamiento de una organización que con ciento cincuenta años de
historia ha sabido levantar confusión y polémica en torno a ella.
El segundo motivo por el que queríamos justificar esta tesis era el de describir críticamente los
contenidos teológicos y hermenéuticos.
¿Se puede hablar de auténtica teología y hermenéutica en las exposiciones doctrinales e
ideológicas de los Testigos? Nos vemos obligados a tener que decir que no. Si bien es cierto que los
Testigos critican el término técnico «teología» para identificarlo con algo «negativo» y compararlo
con una concepción en la que está ausente la humildad que debe caracterizar al predicador del
evangelio, es conveniente que sepan que la teología no es otra cosa que el estudio del Dios que se
revela mediante su Palabra, y que está compuesta de dos elementos expresivos usados continuamente
en la Biblia. El ocultar ignorancia mediante la crítica de un vocablo para pretender aparecer como un
expositor sencillo de la Biblia, sólo sirve hasta que el susodicho criticador es analizado a su vez a
fondo. Estoy plenamente convencido de que hay muy pocos entre los miembros de los Testigos de
Jehová que sepan entender y explicar adecuadamente en toda su extensión la doctrina del Reino que
tanta importancia tiene en las creencias de los Testigos de Jehová. Y de éstos no creo que haya
alguien que supere con suficiente honestidad objetiva las posibles situaciones de duda que se crea
por una teoría confusa e insegura. Nadie me podrá decir que es sencilla y clara la base y desarrollo
de la propuesta sobre el Reino de Dios en 1914 que los Testigos exponen. Nuestra presentación ha
podido traslucir esta circunstancia de ambigüedad. Por lo tanto, digamos que los Testigos con su
expresión doctrinal no han sabido escapar de lo que ellos pretenden criticar de los demás. Por otra
parte las manifestaciones y contenidos de Pablo en los capítulos 7 al 9 de Romanos, por no decir de
otros textosde esa misma epístola y de otras han provocado, y seguirán haciéndolo, más y más
interpretaciones, no sólo por lo complicado que puede ser su estudio, sino sobre todo por la riqueza
espiritual y teológica que dichos pasajes ostentan.
Decíamos que la ideología doctrinal de los Testigos estaba desprovista de una auténtica teología y
de una hermenéutica reconocida. En efecto, su «teología» es una «antiteología». Y esto no en el
sentido del tópico «anti», «antipsiquiatría» por ejemplo, con lo que se intenta una búsqueda de una
orientación nueva en contraposición a una direccionalidad que puede llevar a la negación de otras
alternativas distintas a esa direccionalidad, y a fijarla de un modo dictatorial e indiscutible, sino en
el sentido de una negación real de lo que supone un estudio del Dios que se revela. Uno queda atónito
de la posibilidad de lo imposible. Los Testigos han sido capaces de lograr un sistema doctrinal que
consigue adeptos a los que se les hace creer, consiguiéndolo, que dicho sistema está establecido en
la Biblia. Es la confirmación, pero elevada a la enésima potencia, de que con la Biblia puedes
obtener cualquier postura interpretativa. Y esto no es que sea cierto cuando analizas
concienzudamente esos apoyos doctrinales, pero mientras se hace o no, esa posturas, como las de los
Testigos, «cuelan».
Si añadimos, como se ha podido comprobar en nuestra tesis, la ausencia de unas reglas de
interpretación en las explicaciones más importantes y básicas de los puntosbíblicos que los Testigos
enarbolan, comprenderemos el aparente éxito del «magisterio» de la Dirección de la organización
religiosa de los Testigos de Jehová.
Los Testigos no sólo se han atrevido a publicar una traducción bíblica acorde a sus enseñanzas,
atentando en muchas ocasiones contrael verdadero sentido del texto y traduciendo contra toda lógica
y gramática, sino que además no les preocupa lo que un método analítico e histórico puede
proporcionar para valorar el texto en toda su dimensión. Ni entran siquiera dentro de un
fundamentalismo trasnochado y peyorativamente entendido. No se les puede enmarcar con nada ni
con nadie. Gozan de una exclusividad a veces, deprimente y desgraciada. Son únicos,
independientemente de la existencia de otros grupúsculos, por cuanto se consideran únicos y han
hecho todo lo posible para hacer suficiente ruido como para escucharlos y notar que existen pero sin
«nueces».
Resumiendo este segundo motivo digamos que una vez analizados y valorados los conceptos
ideológicos que se desprenden de las instrucciones bíblicas defendidas por los Testigos, podemos
decir que no hay ni ideas ni método que reseñar. La corriente de opinión que se manifiesta en los
estudios bíblicos fundamentales de los Testigos, son irrelevantes y erróneos.
El tercer motivo que se proponía: estudiar en paralelo las tres épocas claramente diferenciadas
por las presidencias de Russell, Rutherford y la de los presidentes actuales con su comité “siervo fiel
y discreto”:Knorr, F. Franz, Henschel y Adams creemos que se ha cumplido con creces. Las
contradicciones manifiestas y los puntos comunes nos han permitido descubrir, por un lado los
aspectos distintos que se exhiben obligatoriamente como fruto de interpretaciones especulativas de
una época determinada, y por otra parte los lazos recíprocos y solidarios tanto en la forma como en
el fondo de ciertas cuestiones esenciales de su ideario bíblico.
El cuarto motivo radicaba para nuestra tesis en la profundización de la doctrina del Reino de Dios
como acontecido en 1914.
Esto ha traído consigo el tener que averiguar en toda su área escatológica para inquirir sobre la
veracidad de sus conceptos escatológicos.
No sólo ha habido un error grave de interpretación bíblica respecto al período de los «setenta
años» de cautividad que Jeremías y otros nos informan, sino un yerro inexcusable desde el punto de
vista histórico. Yo diría más, la interpretación bíblica que incorrectamente efectúan los Testigos es
un prototipo a conservar de cómo una interpretación es puesta al descubierto como inexacta por una
ciencia auxiliar de la Biblia: la HISTORIA con mayúscula, y en concreto por los datos que nos
suministra la arqueología, y la manera de obtener esa «historia», en este caso fidedigna, la fecha
cardinal que los propios Testigos denominan y que aceptan como siendo el 539 a.J. Es imposible
admitir la fecha del 539, fecha que la historia obtiene al poner en línea losreinados de los diferentes
gobernantes del imperio neobabilónico desde Nabucodonosor, y pretender que el reinado de éste
empezó en el 624 a.J. El 539 a.J. sólo puede obtenerse si se ubica el comienzo del reinado de
Nabucodonosor en el 605 a.J.
El tratamiento que realiza de la historia y del texto bíblico el «magisterio» de los Testigos en este
asunto de su doctrina más representativa patentiza el tamaño moral y el calibre ético del que hacen
gala los verdaderos responsables de la promulgación y difusión de los paradigmas dogmáticos de la
religión de la Watchtower.
Otros motivos secundarios que creemos haber mostrado en esta tesis ilustran suficientemente
sobre el carácter uniformista, intransigente e intolerante que despliega la Dirección de los Testigos
de Jehová mediante lo que ellos intitulan el «Siervo Fiel y Discreto». Una clase jerarquizada y
dotada, según su parecer, de un canal privado y directo con Dios con el que se le permite tener los
conocimientos bíblicos más correctos y mejores que los de cualquier otro movimiento religioso. Esta
clase que mantiene una actitud paternalista y en ocasiones dictatorial ha inventado normativas y
casuísticas con las que proveen a sus miembros para casi toda conducta cotidiana, y para
comportamientos muy frecuentes en el desenvolvimiento social.
Valoraciones y aplicaciones pastorales
Un punto de entrada muy importante. La distinción que es preciso llevar a cabo desde el primer momento
entre la Dirección de los Testigos de Jehová formada por la camarilla responsable del sostenimiento
de la obra de los Testigos, y los propios miembros que pertenecen a la organización.
Debo matizar. Creo que hasta los propios responsables, incluso los más directos, son víctimas de
las propias estructuras que han sostenido el edificio espiritual de la Watchtower. Es muy difícil que
lleguen a reconocer que están en el error cuando el fondo de esas estructuras se ha ido creando con la
finalidad de explicar y justificar la situación mantenida como organización. Llegando a este extremo
siempre prima la razón primordial de la existencia que la importancia del error teológico. Si se ha
fijado en la mente la idea de la razón histórica de ser, como así es en el caso de los Testigos, y ésta
es anterior al veredicto que puede resultar de una confirmación clara de la Palabra de Dios, o de una
manifestación sobrenatural de Dios, la cual descarta laWatchtower, siempre se juzgará la crisis como
algo momentáneo y fruto de la maldad de los hombres y de los demonios. Hemos de comprender que
la idea que ya reside en Russell, y que sistematizarán sus seguidores, y que según la cual, el error es
simplemente como un estadio a superar por «una mayor luz», porque el conocimiento es como la luz
de la aurora que va en aumento, supone la imposibilidad de un reconocimiento profundo de los
fallos, y de un cambio en la orientación principal. Si a esto sumamos que la doctrina fundamental, la
relativa al fin del Tiempo de los gentiles que trae definitivamente el Reino de Dios en 1914, es
considerada por los Testigos como una evidencia de su razón de ser, y es la que menos consistencia
tiene, siendo totalmente falsa, no vemos la posibilidad razonable de que éstos voluntariamente se
paren en sus derroteros.
La actitud mantenida por los Testigos de Jehová ante los fracasos de sus asertos ha sido la de
fortalecer más todavía sus convicciones equivocadas. Vuelven la cabeza sin quererse dar por
enterados cuando les razonas por qué no estás de acuerdo. Cuando les enseñas pruebas cuestionarán,
sin haberse cerciorado suficientemente, la documentación donde basas tus hechos indiscutibles. Y
seguirán rechazando tu punto de vista cuando apeles a la lógica. Estas personas tienen un tipo de
compromiso por el que temen que sus creencias sean invertidas. La fijación de que ellos son los
únicos que han sido seleccionados por Dios por su fidelidad, y que los demás están errados, le lleva
a una ingeniosa defensa para protegerse de sus convicciones. No van a la fuente. No utilizan el
mismo recurso que usaron para sacarles de su religión anterior. No son capaces de examinar por sí
solos la fe, su fe, como nos pide san Pablo. Hay más elementos en la Palabra de Dios para regular su
conocimiento bíblico que todos los comentarios que la Watchtower ha fabricado o los millones que
pudiera producir. Si cualquier Testigo de Jehová probara su fe dejando durante tres meses o menos
de estudiar, consultar los escritos de su organización religiosa, y los sometiera a un examen
escrupuloso de lo que dice realmente la Palabra de Dios los resultados serían sorprendentes.
Ninguno que tiene seguridad en lo que cree debería temer a un desafío que te invita a un estudio
personal de la Palabra de Dios, porque si está bien anclado todavía se ratificará más. Y si no lo
estuviera lo agradecería por los descubrimientos que tanta significación supondrían para su persona.
Es preciso que el prosélito Testigo tenga en cuenta los pasos que le hicieron abandonar su otra
posición.
Es cierto que para algunos el descubrimiento de la Palabra de Diosaunquehaya sido por
mediación de los Testigos de Jehová habrá resultado en una primera etapa en una bendición, e
incluso en otros queestén condicionados por circunstancias intelectuales, de la edad y otras, podrá
seguir siendo beneficioso de acuerdo a las coyunturas de tipo social y afectivo que engendra todo
ambiente en el que se dan las características que los Testigos proporcionan. Sin embargo, el daño
irreparable que ciertos planteamientos provocan por parte de la Dirección de los Testigos de Jehová
en un porcentaje elevado de los integrados se hace necesario un llamamiento de alerta a que tanto
éstos como otros posibles advenedizos puedan reflexionar y sacar sus propias conclusiones.
Hoy día si pulsamos a nuestra sociedad, el rechazo de lo que significa el nombre Testigos de
Jehová es general. Y esto no es porque sean rechazados por lo mismo que lo fue Jesucristo, porque el
mundo rechace la verdad (asunto este último cierto). Sin embargo esto no puede ser utilizado por los
Testigos como un argumento a su favor. Puesto que no se trata (en este paréntesis histórico
provisional en el que vivimos) de que no tengan oportunidad de expresar libremente sus propias
ideas, e incluso de desmentir de forma personal y pública lo que de tendencioso y falso pudiera
atribuírseles. Independientemente del posible éxito, en ocasiones y temporalmente, de su
proselitismo, el repudio en general es fruto de su propia filosofía y de la propia imagen que
proyectan en la sociedad en la que se desenvuelven. Esto que acabamos de mencionar no impide
facetas positivas. Pero aun esto explotado en provecho del todo, puede ser altamente peligroso para
aquellos que viendo en primer lugar «eso positivo», y confiando, acepten sin un análisis previo y
profundo todo lo que implica la doctrina y organización de los Testigos de Jehová. Los Testigos de
Jehová, recuérdense bien los motivos de esta tesis doctoral, no son como organización como un
profeta de Dios para este tiempo, y no pueden representar correcta y fielmente «los intereses de Dios
para este tiempo». Las tres características principales de un verdadero profeta: Fidelidad a la
Palabra de Dios, cumplimiento de lo que vaticina y proclamación cristocéntrica del mensaje bíblico,
están ausentes en una mayor proporción. Últimamente (de 1990 a 2012) han habido cambios sobre lo
indicado anteriormente. Han progresado muchísimo, aun cuando queden las lagunas que suponen la
negación de la persona divina del Espíritu Santo, y de la personalidad divina y eterna de la persona
divino-humana de Jesucristo.
La Dirección de los Testigos de Jehová, en lugar de ser un «Esclavo Fiel y Discreto» es un siervo
inmaduro. Y admitimos lo de siervo, porque son serviles en el método y en lo fundamental. Los
cambios continuos en cerca de ciento cincuenta años de existencia, las contradicciones, y la falta de
claridad en sus exposiciones bíblicas no generan la confianza y garantía que una religión verdadera
debe ofrecer.No deberían engañarse más diciendo que los errores se reconocen, y que se trata de una
mayor adquisición de luz. No, se trata de auténticoserrores irreversibles si no se admite la ausencia
de dirección divina. Hoyse dice una cosa y mañana otra distinta. No se puede pretender que Dios
pueda estar dirigiendo y revelando una cosa hoy, y diez o veinte años después aspirar a que Dios esté
difundiendo algo totalmente distinto. Y si se reconoce que en un cierto momento ha habido
equivocaciones ¿qué garantías tengo de que ahora no se esté en algún otro error? Se constata que
todos los cristianos incurrimos en desaciertos aun a pesar de nuestra confianza en la Palabra de Dios,
pero si la dirección del Espíritu Santo actúa nos lo descubrirá en su momento usando diversos
medios: la propia Palabra, el Cuerpo de Cristo basado en la Palabra de Dios, etc. Lógicamente esos
cristianos no ambicionan ser de una «clase especial» seleccionada por Dios para ser un canal por
donde únicamente Dios anuncia la verdad; de ahí que aprendamos de nuestras propias pifiadas.
Los Testigos de Jehová precisan de esa «muletilla de apoyo» meramente humana, y los resultados
son evidentes. Déjense esos dirigentes de jugar a ser personas importantes; dejen la aventura sin
retorno de la «infalibilidad»; desechen el temor de que si no es con el invento de un «magisterio» que
no se equivoca y que «da el alimento a su debido tiempo» se les escapará de las manos la
membresía. ¿Les ha servido de algo erigirse en un «comité profeta» para solucionar los diferentes
problemas internos y los distintos errores doctrinales a través del tiempo, reconocidos y no
reconocidos? ¡Sujétense a la Palabra de Dios, dejen de un lado las palabras humanas y notarán las
bendiciones espirituales!
Decíamos al principio de la necesidad de distinguir entre la clase dirigente y la membresía en
general. A la vez mencionábamos que cabría hacer incluso algunas matizaciones, y que ya hemos
indicado, ante la tentación de buscar culpables. Creo que no se precisa esa búsqueda. Sencillamente
hay una realidad que no podemos soslayar ni explicar en todos sus detalles. El fenómeno religioso de
la Asociación de Cristianos Testigos de Jehová nos ofrece la panorámica no de culpables y de una
caza de brujas, sino de víctimas a las que hay que ayudar con paciencia y misericordia. Sin embargo,
sí que podemos destacar grados de responsabilidad, y aquí la distinción entre clase dirigente y
membresía en general no sería un tópico. Por otra parte, el miembro contribuye a la propagación de
errores. Y lo más lamentable es que muchos Testigos de Jehová sufren de una constante duda, y si
llegana salir de la organización suelen tener remordimientos, e incluso en varios casos su vida
espiritual se hunde en el ejército del mundo. Esto nos obliga a no permanecer en silencio. Esta tesis
doctoral ha permitido enmarcar lo más adecuadamente los principios ideológicos de los Testigos.
Nuestro lenguaje en ocasiones habrá podido parecer fuerte. No nos movía nada personal, sino tan
sólo la firmeza que resulta de contemplar los estragos que produce una filosofía que amparándose en
la Biblia difumina confusión, contradicciones, inexactitudes, falsedades e incluso aberraciones.
La Dirección de los Testigos sigue un legado histórico que les ha inutilizado para una correcta
evolución teológica. Esto no quiere decir que no se hayan esforzado y que no se preocupen por
presentar lo mejor que saben y pueden, dentro de los límites que sus estructuras han impuesto,
algunos aspectos del mensaje bíblico. Los miembros, en líneas generales y sin controles ni
inspecciones especiales, parecen correctos y «buenos». Son gente que se interesa por el estudio de la
Biblia, aunque de un modo unilateral, bajo la óptica que les dicta «El Siervo Fiel y Discreto». Desde
luego no hay una auténtica reflexión personal, ni puede haber una investigación individual (en el
sentido de aportar valores teológicos), no hay posibilidad de la creatividad en base a alguno de los
dones o carismas espirituales que la Palabra de Dios expone. De cualquier forma el estudio sincero
de la Biblia puede producir bendiciones espirituales aunque en diferentes casos, como podría ser en
una organización tipo estilo «Testigos de Jehová», se ocasiona estancamiento y sequedad espiritual.
La causa de la ausencia del avance bien podría ser la aceptación de errores doctrinales fruto de la
interpretación bíblica que dictamina el comité denominado «Esclavo Fiel y Discreto».
Aquí es donde radica el peligro de esta organización: la trayectoria u orientación en la que se ven
inmersos para dar consistencia y valor a esa identificación antojadiza les arrastra, sin que puedan
remediarlo, a ser los únicos escogidos para todo lo que interpretan y que todas los demás, sin
excepción, están en el error y formando parte de la religión del diablo. No sólo esto, se ven
incapacitados para observar la viga en su propio ojo, y no están preparados para subsanar
esencialmente sus propios yerros. Si desterraran la idea no bíblica del significado implicado en la
expresión«Esclavo Fiel y Discreto», todo iría mejor.
Si usted está estudiando con los Testigos de Jehová, en principio le felicito en un cierto sentido,
puesto que entre la nada o el vacío y la oportunidad de contactar con la Palabra de Dios hace de esto
últimouna elección superior.
En segundo lugar, si usted ha tenido la oportunidad de seguir nuestra investigación, le ruego que
analice los textos y argumentos que aquí se vierten; que no se conforme con explicaciones ingenuas
que le puedan dar en contra. No ponga nada ni a nadie por encima de la Biblia,que someta todo a la
máxima autoridad. Por último provéase de ayudas.
Ahora reflexione sobre algunas puntualizaciones:
Una organización que se precia de «poseer la verdad» no debería traducir una Biblia «ajustada» a
sus propios intereses, en vez de amoldar la traducción a la exigencia del propio texto.
Al principio, cuando usted comenzó a estudiar con los Testigos de Jehová, no les importó que
leyera una versión católica o protestante; pero después fueron desplazando esas posibles
traducciones en beneficio de la versión «Nuevo Mundo».
Dicha versión contiene palabras incluidas entre paréntesis que no vienen en el original; palabras
añadidas que tampoco están presentes en los manuscritos que permiten las traducciones, y que ni
siquiera han introducido en paréntesis; y traducciones incorrectas injustificables y en contra de toda
lógica textual y gramática. Y todo para intentar hacer coincidir la Biblia con sus puntos de vista.
Note lo que acabo de expresar. Lo correcto sería que nuestros puntos de vista concordaran con las
Escrituras, y si no, repudiar esos pareceres. No se conforme con lo que le digan; compárelo con otras
traducciones y compruebe.
Ahora observe un fenómeno que se suele dar en todo tipo de contacto que está programado para
influir en los demás sin respetar la libertad de conciencia. Las ideas genuinamente bíblicas que
contiene en algún tema el mensaje de los Testigos, puede tornarse en un auténtico peligro si no se
toman las debidas precauciones. En efecto esas ideas pueden, llegada la circunstancia actuar como
tapadera, y más tarde, cuando el posible interesado se confía y se integra como fruto de lo
estrictamente bíblico, de la simpatía y del ambiente fraternal, se deja llevar aun a pesar de no haber
analizado lo suficiente otras doctrinas fundamentales que no tienen el debido apoyo, o no haberlas
comprendido en el grado de sus posibilidades.
Este fenómeno no es directamente intencional. Y todavía esto es más peligroso. Por cuanto si
hubiera alguien que conscientemente manipulara este proceso, podría ser claramente identificado y
pondría en alerta al posible candidato. Es algo totalmente automático, donde interviene la mente
humana respondiendo ante ciertos estímulos sociales, psicológicos y espirituales que han podido
crearse mediante las estructurasacumuladas por la historia y administración de una creencia. La
naturaleza humana que muestra unos comportamientos estandarizados, y que manifiesta la carencia de
la seguridad de estar en la verdad, deseo por la salvación, y sentimiento de protagonismo, puede ser
satisfecha en una primera fase con cualquier ideología que de un modo global se preste a nutrir esos
menesteres generales, aun cuando los contenidos esenciales que llevan a cumplir esas necesidades
contengan presupuestos falsos o incorrectos. Para que nos entendamos ilustrativamente: Si tenemos
hambre y se nos predica que lo que precisamos para resolver nuestra escasez es comida, y se nos
promete satisfacer dicha penuria, nosotros ante nuestra hambre aceptaremos los alimentos que se nos
provean. Si éstos están contaminados y perjudican la salud, hasta que ese perjuicio se haga patente
habrá cubierto un primer objetivo: el de saciar el hambre. Pero ¿qué podrá ocurrir después cuando la
contaminación haga efecto?
La única solución para evitar el vernos involucrados en una espiral incontrolable por nosotros es
documentarnos previamente sobre la metodología correcta y los contenidos bíblicos que responden a
un esquema cabal. Rehuir el enfrentamiento con la Verdad, con Jesucristo, con nuestro Dios por
miedo a ser engañados no conseguiría ese objetivo. Puesto que la indiferencia, la falta de
compromiso, y el alejamiento en cuanto a responder a los interrogantes que nuestra propia conciencia
plantea sobre nuestro origen y destino, sobre el por qué y el para qué, sobre la vida y la muerte no
nos depararía un menor engaño. Tenemos a nuestro alcance promesas que cuando se reclaman
mediante la oración logran propósitos eternos. Se nos ha asegurado que podemos disponer del
Espíritu Santo para guiarnos a toda la Verdad. ¿Qué falla respecto a estas promesas en una
organización del estilo de los llamados Testigos de Jehová?
No podemos dar una respuesta definitiva que explique este fenómeno religioso que se experimenta
en numerosas personas.
Lo que venimos diciendo revela que las condiciones previas, algunas expuestas ya, que debemos
exigir a todo aquel que pretende anunciar lo que él entiende como verdad, y por lo que en última
instancia nos llevará a aceptar o rechazar una ideología, no han sido consideradas convenientemente
por las diferentes personas que pasan por una experiencia semejante.
Cuando alguien se autoerige en magisterio de la verdad sin las debidas credenciales, las cuales
deben estar apoyadas por las Escrituras, debe ponernos en guardia. Ésta sería la primera condición:
dónde basasu autoridad. En la segunda habrá que interpelar sobre el origen e historia de su
organización, cómo se ha originado y qué principios le sustenta. La tercera se relaciona con el
método que emplea en el estudio de la Biblia.
Tengamos presente que la primera actuación imperceptible llevada a cabo por este tipo de
organizaciones es la de mostrar lo que puede ser fácilmente considerado, por los interlocutores,
como errores más evidentes que tienen los demás. No tomemos ninguna postura a favor mientras no
sepamos todo el ideario. El segundo paso será el presentar las doctrinas que pueden defender con la
Biblia, y que son comunes, en esencia, a la mayoría de las denominaciones indicadas como
cristianas. En este segundo escalón pueden filtrarse inexactitudes que no se perciben si no hay un
conocimiento global de la temática en cuestión. Un ejemplo de esto es la soteriología. Pueden hablar
de la expiación y de la justificación en términos muy parecidos a los del cristianismo reformado. Se
trataría de declaraciones escuetas e imprecisas. Cuando se profundiza en toda su extensión, teniendo
en cuenta su interpretación del Milenio y las dos clases de creyentes, uno descubre que su
concepción de expiación se aleja del pilar básico evangélico. Para un iniciado es difícil el
percatarse de la posible infidelidad de algunos de sus asertos que podrían pasar en un principio por
válidos.
Este fenómeno puede producirse además por cuanto hay textos que si no se complementan con
otros se construirá una idea incompleta. Este tipo de interpretaciones del que no están libres otros,
aprende a seleccionar aquellos textos que van bien para el proyecto que previamente se ha impuesto.
Una simple concordancia bíblica permitiría el tener a nuestro alcance todos los textos de la Escritura
en relación a tal o cual tema. Por otra parte exijamos puntualmente cada una de sus doctrinas, sin
lagunas y con suficiente apoyo en la Biblia. No aceptemos nada de forma resolutiva hasta que no
dominemos toda la concepción global. Con esta provisionalidad encararemos con mayor lucidez el
tercer peldaño que procura introducir en la mente las doctrinas distintivas en las que no hay base
bíblica.
Es en el primero, cuando no en el segundo, que la mayoría acepta incondicionalmente a la
organización, suponiendo el haber asumido los postulados gradualmente sin una visión completa y sin
que se haya probado en todos los casos su justificación escritural.
¿Por qué en ese primer avance o todo más en el segundo se admite ya incondicionalmente a la
organización faltando lo fundamental? Contestamosprimero con lo que implica la propia situación
social yreligiosa de una buena parte de los individuos que viven en nuestro mundo. En esa
disposición se comprueban unos problemas y preocupaciones que sólo el sistema religioso puede dar
satisfacción. Los Testigos de Jehová en ese primer y segundo paso aludidos, llegan a demostrar al
individuo en cuestión que una de las causas de sus desdichas es el vivir en una religión falsa, sean o
no practicantes. Casi todo lo de los demás es falso, lo de ellos es lo verdadero. No se trata de una
demostración, de presentar una verdad y que por comparación eliminas el error. O la de hacer
coincidir esas angustias con la ausencia del Dios verdadero y de Jesucristo sino el de presentar de un
modo aparentemente lógico y coherente los errores y fallos de los demás. Esto hace mella en el
individuo. Dado que se encuentran con una gran cantidad de personas desinformadas, o incluso mal
informadas, les es fácil llevarlas a su terreno. El método bíblico que siguen es simple y contundente.
Si se trata de silencios o lagunas, que según su entender tienen otras denominaciones, no es difícil
alardearlos pudiendo crear una favorable impresión de ser grandes conocedores de la Biblia en el
prosélito. Si se tratase de equivocaciones no tan claras se limitan a usar la parte de textos que sin los
otros adicionales parecen apoyar su posición (es el caso de temas como la Persona de Jesucristo o el
Espíritu Santo). Con un ingenioso orden aportan lo que a ellos les interesa realmente. Esto les
permite asegurar que son los únicos verdaderos. Y entonces, para lelamente a lo dicho se repite de
una manera o de otra lo que han dejado por escrito en diversas ocasiones: que son el Profeta de Dios
para este tiempo. La mente de los prosélitos y de los bautizados sólo escucha en resumen dos asuntos
esencialmente: Lo de los otros es falso; lo nuestro es la verdad por cuanto los dirigentes son
protegidos de forma especial por Dios para ofrecer la única verdad que existe en este mundo.
Simultáneamente a este proceso de captación se da otro que tiene que ver con los sentimientos y
emociones, y que se puede dar tanto en lo genuinamente cristiano como en lo que no lo es. En efecto,
cuando usted inicia un diálogo con una persona y, dándose las circunstancias requeridas, pueden
desarrollarse los mecanismos de la amistad. Entonces usted se ve atraído por la simpatía, el afecto,
el cariño, y hasta el desprendimiento; todo esto son cualidades extraordinarias y positivas pero no
son suficientes para un asunto tan importante como es el discernimiento de la verdad. Esto igualmente
se podría dar en círculos distintos a lo puramente religioso.
Cada persona es una candidata para recibir el evangelio, y cada ser humano a lo largo de su vida
pasa por dudas y crisis; necesita comprensión, amor y solución a sus preocupaciones y problemas.
Qué duda cabe de que la Biblia tiene lo que usted y yo necesitamos, pero cuando se maneja
unilateralmente usted puede recibir, en un primer momento, la impresión de que puesto que son ellos
los que le están enseñando esas soluciones a sus problemas, son ellos los que dicen la verdad. Pero
recuerde que no son «ellos» ni nadie, sino la Revelación, el poder de la Palabra de Dios. Por lo
tanto, a la hora de tratar doctrinas deberá analizarlas con rigor, no dejándose influir por los
beneficios recibidos que, en definitiva, los hubiese conseguido lo mismo de haber leído dicha
Revelación por su cuenta.
Si usted es ya Testigo de Jehová tengo algo que decirle: que si usted no es una piedra –y me
consta que no lo es–, en más de una ocasión la duda le habrá asaltado. En sus continuos contactos con
otros representantes religiosos ha comprobado que no siempre ha podido dar una respuesta clara a la
objeciones que le han puesto, ni tampoco ha podido rebatir doctrinas de otros, aun cuando ha hecho
uso de los textos que aparecen en la literatura preparada por el Esclavo Fiel y Discreto. Por
descontado que esto no se debe a que usted sea tonto o que los demás sean más hábiles que usted.
Quizá su explicación más sencilla haya sido que le falta preparación. Pero la duda ha seguido ahí. Sí,
ahí; y usted sabe que no puede decirme que no. Lo lógico y normal en otra persona sería una
investigación reflexiva (2ª Co. 13:5). Pero en su caso le han enseñado que el que investiga y
reflexiona por usted es el Esclavo Fiel y Discreto; de ahí que tenga que ocurrir «un gran cataclismo»
para que usted pudiera «saltarse a la torera» al Esclavo Fiel y Discreto. Pero esperar a un desastre
es peligroso, puesto que usted puede morir en la hecatombe. Lo ideal sería que recordará lo que le
enseñaban en los primeros momentos en los que hizo los contactos con los Testigos de Jehová. Usted
recuerda que le hablaban que debía someterse a la Biblia, y que debía desligarse de todo lo humano;
que había que hacer caso a Dios antes que a los hombres (Hch. 5:29). ¿Por qué no se aplica esos
mismos consejos ahora y decide hacer un estudio personal pidiendo la dirección del Espíritu Santo?
Creemos que es el temor provocado por la literatura de la Sociedad Watchtower lo que fija una
angustia constante en la membresía de los Testigos, y que se hace más acuciante a lo largo de sus
crisis. Paradójicamente es ese temor inculcado por casi todo lo que se relaciona con la organización
lo que «clava» a ésta a los miembros.
El Testigo de Jehová se ve obligado en más de una ocasión a reprimir datos que no encajan con las
enseñanzas recogidas. La duda se aposenta, y cuando algo la reaviva se asusta. Aun cuando la mente
se prepara a disipar las dudas, cíclicamente perciben que no han resuelto las discrepancias. La lucha
interior sólo puede ser ahogada momentáneamente realizando un trabajo intenso de proselitismo.
Hablando con otros e incorporándolos al mismo engranaje. Es lo único que les pude dar un cierto
alivio, porque su sistema está fundamentado en las doctrinas antes que en una relación con Jesucristo.
El pavor que surge ante la posibilidad de tener que abandonar la organización le hace suponer que
tendría un sentimiento de culpabilidad y vergüenza. La mayoría de ellos provienen ya de otra
organización, y cuando las dudas sobrevienen es lógico que se rechacen. Si en su esquema todo lo
demás es falso, ¿qué podría ocurrir con su vida si tuviera que abandonar aquello que se le ha
presentado como alternativa a todo lo falso? Las amistades podrían perderse, el sentimiento de
depravación interna podría fijarse, y el Armagedón sería el castigo merecido. Desconoce la doctrina
de que tenemos un Abogado para con nosotros a Jesucristo el Justo.
Temen saber más. Cuanto más se sabe y se adquiere una mente escudriñadora puede fomentar
disonancia y llevar a una crítica de la autoridad de la Watchtower. La lectura de otros libros no
publicados por la «sociedad» religiosa que encarnan los Testigos de Jehová les hace estar influidos
negativamente. De ahí que lo mejor sea limitarse a los libros prefabricados por la Watchtower.
Es verdad que ciertos planteamientos de la llamada educación superior se oponen a la buena nueva
de salvación, pero no es menos cierto que no podemos privarnos de «saber más» para poder alcanzar
para Cristo a los que «saben más». Creemos que la fuerza del Evangelio contiene la orientación
adecuada para hacer frente al incrédulo. Privarse de un conocimiento por miedo a que pueda ir en
contra de la propia organización, es actuar como el avestruz. Sería mejor incrementar los programas
que sirven para prevenir al miembro de situaciones incómodas. Esto es imposible en una
organización insegura y temerosa de sus propios cimientos.
El temor al Dios del Armagedón nos muestra cómo de un Dios teóricamente bondadoso podemos
pasar en la práctica a un Dios riguroso. Esa falta de relación personal con Cristo, y de la ausencia de
la presencia del Espíritu Santo residiendo en el creyente, convierte al Testigo en una marioneta en la
que la salvación no está asegurada ni siquiera en su Milenio. Es una lástima comprobar la falta del
verdadero gozoque provee la comunión con Dios por cuanto la gran Muchedumbre ha sido enseñada
en el sentido de no haber nacido de nuevo. Asunto que está relegado exclusivamente a un número
literal de 144.000 personas, de las que en esta época no llegan a 8.000.
Dos puntos más. El uno referente a las premisas escatológicas. Después de la crítica tan intensa
que se ha subrayado podría inferirse, sin que nosotros lo hayamos pretendido, que dichas
proposiciones que tienen que ver con promesas específicas y con la esperanza de un cielo nuevo y
una tierra nueva donde la muerte y la enfermedad no existirán jamás, no es preciso o no es importante
reseñarlo. Nada parecido a esto ha sido nuestra intención. Pero si ése fuese el sentir después de la
lectura de esta tesis querríamos devolver el equilibrio otorgando nuestro testimonio personal. No hay
nada en este mundo que amemos tanto como el final de esta historia secular interrumpida por la
venida literal y visible en gloria y majestad de nuestro Señor Jesucristo. Sabemos que sólo en ese
momento, la muerte, el último enemigo, será definitivamente derrotado en lo que concierne a los
creyentes en Cristo. Mi esperanza como cristiano reside exclusivamente en Jesucristo, que me
justifica de mis pecados mediante su vida impecable y muerte de cruz; en Jesucristo que me imparte
su justicia santificándome mediante la obra y poder del Espíritu Santo; en Jesucristo, que intercede
en el Santuario celestial gracias a su triunfo manifestado en la resurrección y ascensión de entre los
muertos para aplicarme constantemente sus méritos, poder y perdón en base a su único, suficiente e
irrepetible sacrificio realizado en la cruz una vez y válido para siempre; en Jesucristo, que volverá
como Rey de reyes y Señor de señores para trasladarme definitivamente y para siempre al Reino de
Dios eterno. Gracias a esa vida impecable y a su muerte expiatoria, a su ministerio sacerdotal en el
Santuario celestial, y a esa esperanza en el retorno de Jesucristo, recibo poder continuo para hacer la
voluntad de Dios. Éste es mi Credo resumido, y éste quiero que siga siendo mi lema a sabiendas de
todas las implicaciones que todo ello significa tanto para mi Dios y persona como para mi prójimo.
El segundo punto guarda relación con este sentimiento de desconfianza que se suele producir
cuando te ves obligado a criticar sistemáticamente una posición. Esto sería una prueba más respecto
a dónde nos puede conducir una interpretación abusivamente errónea. Sin embargo es preciso cuando
las circunstancias lo exigen, ser firme y lo más contundente posible para no permitir, dentro de los
límites de lo evitable, que la tristeza y la confusión no se propaguen más en un mundo tan necesitado
de alegría y de cordura.
 
 
Prólogo
Los Testigos de Jehová son una organización religiosa que se encuentra representada en la mayoría
de los países del mundo.
Su visitación puerta a puerta les ha permitido ser conocidos por la mayor parte de la población
occidental. Y su anuncio de que son la única religión verdadera junto con su predicación fundamental
centrada en una concepción propia del Reino de Dios, como acontecido en 1914, ha supuesto el que
muchos estudiosos analizaran las diferentes doctrinas de los Testigos de Jehová con su
correspondiente crítica y condena.
Se ha escrito mucho sobre los Testigos de Jehová, de lo cual daremos amplia información en su
apartado correspondiente, sin embargo todas las publicaciones que se han realizado se dedican a un
estudio refutable de algunas de sus doctrinas.
En estos estudios se omiten dos puntos principales, que para nosotros son capitales, y que son dos
de los motivos fundamentales que justifican esta tesis doctoral.
El primero es el de realizar un estudio suficientemente objetivo de las obras que originaron el
sistema jehovista.
Las obras originales de Russell como fundador de los Testigos de Jehová quedaron relegadas y
aun suprimidas por el sucesor de aquél, el juez Rutherford. Dichas obras son desconocidas no sólo
por el público en general y los propios correligionarios, incluso dirigentes, sino por los
historiadores y especialistas. La importancia de este hecho reside en que no se puede comprender
debidamente un «fenómeno» religioso con sus repercusiones espirituales y sociológicas, si no
analizamos aquello que da base a la teología y a la conducta actual central de los Testigos de Jehová.
No es suficiente con sacar citas que más o menos contradicen un ideario bíblico determinado, sino
que es necesario conocer en primer lugar, de un modo objetivo y lo más amplio posible, el
pensamiento ideológico de un autor para poder obtener una idea lo más clara posible de su sistema y
estructura teológica junto con su hermenéutica y metodología. Asuntos estos, que como veremos,se
proyectan posteriormente en los sucesores de Russell, en lo que se refiere a lo básico y fundamental.
Las obras de Russell son escasas por cuanto se silenciaron a partir de una segunda época de
Rutherford, sin embargo permanecen en alguna de las estanterías de ciertas bibliotecas europeas y
americanas esperando ser utilizadas para una mejor comprensión del fenómeno «jehovista». Hemos
tenido acceso a ellas y hemos podido estudiarlas exhaustivamente.
Si Russell fue el fundador, Rutherford, el sucesor, fue su organizador.
Se sabe muy poco de Rutherford. Y es necesario conocer sus obras principales porque es el puente
entre Russell y los Testigos actuales. No en vano Rutherford coexistió teológicamente con su
antecesor en una primera época. Hizo una purga de los escritos de Russell en una segunda época,
pero sin desembarazarse de la hermenéutica y metodología de su antecesor Russell. Asunto que se
convertirá en endémico en los Testigos de Jehová actuales.
Conocer ciertas obras fundamentales de Rutherford es imprescindible si queremos explicar
adecuadamente el comportamiento de los Testigos de Jehová.
Lo que Rutherford hizo de Russell hicieron posteriormente sus sucesores con él. Silenciaron sus
escritos comprometedores, sin ningún reconocimiento en cuanto a que se hubiese equivocado en
algunas de sus interpretaciones. Tan sólo dejaron de publicar sus obras, pero asumieron una corriente
interpretativa que se ve reflejada en sus obras actuales, cuyo origen y sello procede de Rutherford.
El segundo motivo que justifica esta tesis se relaciona con el primero, e incluso hemos aludido de
algún modo a ello. Se trata no ya sólo de presentar objetivamente algunas de las obras principales de
los fundadores de los Testigos de Jehová, sino además describir los contenidos teológicos y el
método hermenéutico.
Si el primer motivo es importante para la historia, el segundo lo es para la teología, y esto desde
dos puntos de vista: el uno, porque nos permitirá conocer una hermenéutica que podrá servirnos de
punto de referencia para cualquier clase de hermenéutica; el otro, porque nos permite comprender las
causas de la trayectoria interpretativa de los Testigos de Jehová actuales.
El tercer motivo que justifica esta tesis es la oportunidad, que tampoco se ha dado antes, de
comprobar en paralelo las tres épocas claramente diferenciadas y que están representadas por los
escritos de Russell, Rutherford, y la de los dirigentes actuales.
Esto nos permitirá descubrir las consecuencias que se derivan de seguir la misma hermenéutica del
representante de la época precedente silenciando aquellos puntos que ya no aceptan. Pero al no
reconocer que dichos puntos, ahora inaceptables, es el resultado de un modo hermenéutico
«peculiar», e integran dicho método en su forma de estudiar la Biblia, produciendo una teología
cuyas bases son, como comprobaremos, puramente especulativas.
El cuarto motivo que justifica esta tesis doctoral se relaciona con la concepción del Reino de Dios
como acontecido literalmente con repercusiones históricas en 1914 y que los Testigos de Jehová
predican en la actualidad.
Esto por sí solo merece la pena analizarlo. Se trata de la doctrina central de los Testigos de Jehová
actuales. Comoquiera que dichadoctrina la basan en la historia y en la herencia que han recogido
tanto de Russell como de Rutherford, y siendo como dicen lo que les identifica, lo que caracteriza a
la religión verdadera, creo oportuno ofrecer esta otra novedad que supondrá conocer el uso y la
aplicación que de la historia realizan dichos Testigos de Jehová.
Nuestra tesis pretende demostrar que los Testigos de Jehová actuales se basan para sus doctrinas
fundamentales, en teorías especulativas tanto de Russell como de Rutherford, además de los
contenidos erróneos añadidos por las «Directivas» últimas, las presididas por Knorr, Franz, Milton
G. Henschel, y el actual presidente Don Adams.
Éstos, lejos de haberse apartado de los anteriores, han copiado lo esencial respecto al método de
trabajo, a la hermenéutica, e incluso a una utilización y aplicación errónea de la historia. Russell usa
apuntes históricos dogmáticamente como si fueran bíblicos, cuando en realidad son datos
suministrados por la historia profana, e incluso cuando todavía la arqueología no había confirmado
las fechas de ciertos acontecimientos importantes. Los Testigos actuales pretenden ignorar este hecho
aun cuando siguen la misma trayectoria de sus antecesores.
Los Testigos de hoy intentan restar importancia a las citas que en ocasiones se presentan de sus
dirigentes -fundadores como erróneas y contradictorias, de un modo que parece como si hubiese sido
superado, y como si no tuviera nada que ver con sus posiciones doctrinales actuales. Sin embargo,
cuando uno realiza un estudio suficientemente objetivo de las obras principales desde sus orígenes
hasta este momento, y las coloca en paralelo, uno comprueba cuál es auténticamente la base real de la
posición en boga de los Testigos de Jehová en relación a sus doctrinas fundamentales.
 La posición doctrinal fundamental de los Testigos de Jehová está centrada en el área escatológica.
[2]
 Nuestro estudio profundizará especialmente en esa área. Además haremos un estudio de las
actitudes históricas y sociales derivadas de su doctrina del «siervo fiel y discreto», de su concepción
«teocrática», de su posición respecto a las transfusiones sanguíneas, de ciertos contenidos
ideológicos promulgados por sus dirigentes más representativos, y de ciertos hechos acontecidos
cuyo protagonismo está marcado por los fundadores y presidentes electos.
Es preciso puntualizar que desde que salió publicada esta tesis doctoral (1993), hasta la fecha
actual (2011) se ha realizado algún cambio, desde el punto de vista escatológico, pero no sustancial,
y a lo que aludiremos oportunamente. El tema de los días de la creación, y de una fecha cerrada del
fin del mundo, se pretendería tímidamente revertirse, pero sin una claridad manifiesta. Hasta Franz,
se consideraba a los días de la creación con un valor numérico de 7000 años cada uno, manteniendo
una estructura errónea que lleva a cálculos equivocados. Ahora siguen presentando lo de cada día de
la creación, como siendo de “miles de años”, partiendo de que, según ellos el séptimo día parecería
no haber terminado, y éste sería de 7000 años con los mil del milenio,por lo tanto buscarían la
manera de completar una cronología que les diera como transcurridos 6000 años de ese hipotético
día séptimo. Van introduciendo también el tema de que para Dios un día es como mil años, y mil
años como un día”.Pero del texto y del contexto (cf. 2ª Ped. 3:4-9, 10) no se puede sacar nada
aplicable a una realidad cronológica sino únicamente un valor puramente representativo: para Dios
el tiempo no es como el nuestro, no se mide del mismo modo, el que tarde más o menos en sus
respuestas, o en sus promesas a realizar, es por cuanto el tiempo para Él, está ligado a como ha
relacionado su soberanía y voluntad con la libertad y el transcurso de la historia, en el cumplimiento
a realizarse. Asunto, lo de los 6000 años que invita a la construcción de un paradigma de 6 días de la
creación como 6000 años de recorrido histórico para adjuntarlo a un séptimo día que sería el del
Milenio, obligando, sin base bíblica, a la búsqueda de una cronología de comienzo de la existencia
humana para conseguir los 6000 años, y por lo tanto siempre acaba en fracaso.Este tipo de historia ya
les ha dado disgustos en cuanto a la insatisfacción que deja el ver que continuamente dejan un rastro
equivocado.
Este análisis adicional al área escatológica no es ajeno a ésta. Ciertas características son
utilizadas por los Testigos de Jehová para corroborar «escatológicamente» su historia y actitudes
sociales.
Todo este conocimiento facilitará sin duda el diálogo y tratamiento tanto a nivel pastoral como
teológico con una organización religiosa que pretende ser cristiana y que lanza un desafío de
exclusividad.
Las repercusiones en el individuo y en la familia de la proyección conceptual de los Testigos de
Jehová pueden ser de diferente índole. Esta tesis tiene el propósito de ayudar a la sociedad pluralista
en la que vivimos a que comprenda lo mejor posible a todos los que la componen y de este modo
poder ayudar a una mejor convivencia. Si esto lo conseguimos con nuestro estudio «científico» de la
organización de los Testigos de Jehová a través del análisis de sus principales obras estaría
suficientemente justificada.
 
 
TEMAS
INTRODUCTORIOS
Capítulo I
LA BASE DOCUMENTAL DE NUESTRO ESTUDIO
Bibliografía comentada para nuestro trabajo sobre los Testigos de Jehová
 
Para conocer la vida y las obras que llevaron a cabo los diferentes dirigentes de los Testigos de
Jehová, tenemos que consultar la obra titulada Los Testigos de Jehová en el Propósito Divino,
publicada por la Watchtower Bible and Tract Society, Brooklyn, New York. En un volumen de 320
páginas, se intenta explicar la historia de la organización de los Testigos de Jehová, por medio de sus
máximos representantes y de sus obras.
No se trata de una obra crítica, sino más bien la de intentar demostrar que la historia de los
Testigos de Jehová, corresponde a la historia de la Verdadera Organización de Dios. Dicha obra
analiza la biografía, tanto de Russel, como de su inmediato seguidor Rutherford, y parte de la de
Knorr.
Tendremos en cuenta para los contenidos históricos fundamentales la publicación de la revista
Watch Tower (en castellano La Atalaya originada por Russell en 1879), además de ciertas
publicaciones que pueden contener elementos históricos importantes para nuestra valoración.
Un testigo de Jehová prominente, de la época de Rutherford A. H. MacMillan, escribió un libro
presentado por el propio N. H. Knorr, titulado Faith on the March (Englewood Cliffs: Prentice-
Hall, Inc., 1957). En dicha obra, que pretende pasar por un relato histórico imparcial, se explican
algunas actitudes desconocidas de los dirigentes. Marley Cole, bajo el beneplácito de la Dirección
de la Watchtower, testigo de Jehová, aunque haciéndose pasar como si no lo fuera, escribe una obra
titulada Jehovh’s Witnesses-The New World Society (New York: Vantage Press 1955). Dicho libro
contiene conductas del interior de la organización que pueden servir para comprender ciertos
comportamientos.
Posteriormente, en la etapa del actual presidente Frederick W. Franz, se publicó un folleto titulado
«Los Testigos de Jehová en el siglo XX», Watchtower, Bible and Tract Society, Brooklyn, New
York 1978, de 32 páginas, donde se complementan algunos datos históricos de los últimos años.
En esta época sale desde el punto de vista histórico sustituyendo a la obra titulada Los Testigos de
Jehová en el Propósito Divino, Los Proclamadores del Reino (Watchtower, Bible and Tract
Society, Brooklyn, New York.
Los Anuarios, publicaciones anuales llevadas a cabo por la misma Watchtower, contienen datos
históricos sobre la marcha de los Testigos de Jehová, en las diferentes partes del mundo, con sus
progresos y experiencias.
Tenemos hasta el Anuario de los testigos de Jehová 2008 (Watch Tower Bible And Tract Society,
Pennsiylvania 2008).
Para encontrar contenidos críticos, tenemos que acudir a personas que, habiendopertenecido a la
organización, posteriormente la abandonan, o a autores contemporáneos de los dirigentes de los
Testigos de Jehová.
Podemos citar Esclavo por Treinta Años en la Torre del Vigía, de William J. Schnell, Baker Book
House, Grand Rapids, Michigan 1959. Sus 83 páginas contienen críticas exacerbadas de la
organización y de sus métodos.
En 1981 el sobrino del actual presidente de los Testigos de Jehová dejó de pertenecer a la
organización de los Testigos. Hasta 1980 había pertenecido al Cuerpo Directivo del que dimitió.
Esto ha supuesto el conocimiento de ciertos aspectos y actitudes que de otro modo hubiera sido
imposible lograrlo. En una obra de 376 páginas, titulada Crisis of Conscience (Commentary Press,
Atlanta 1983), Raymond Franz explica los motivos que le llevaron a tal decisión.
W. M. Nelson, pastor evangélico, en su obra Los Testigos de Jehová, quiénes son y lo que creen,
recopila numerosas citas de contemporáneos de los primeros presidentes de los Testigos de Jehová.
Se trata de una obra de 130 páginas, publicada por la Casa Bautista de Publicaciones en 1972.
Dentro de esta línea de crítica aparece una cierta cantidad de publicaciones en Internet, por
colectivos de Ex Testigos, y algunas experiencias muy trágicas, que desembocan en posiciones muy
radicales frente a su antigua organización.
El profesor Humberto Raúl Treiyer en su Curso de Religiones Comparadas, dedica 30 páginas a
la historia y obra de los dirigentes de los Testigos de Jehová. Publicado por la Editorial CAP del
Colegio Adventistas del Plata, Argentina 1967.
Para una valoración histórico-religiosa del período 1800 a 1950, es de gran utilidad la Historia
General del Protestantismo de Emil G. Léonard, Colecciones Península, Barcelona 1967, Vol. IV.
Destaca por su importancia The Prophetic Faith of Our Fathers de LeRoy Edwin Froom, Review
and Herald, Washington 1954 (4 Volúmenes). El gran valor reside en que analiza los períodos
históricos en un contexto teológico-escatológico. Es imprescindible para cualquier consulta en
relación a las raíces históricas de cualquier movimiento religioso.
De este mismo autor es muy útil el Sumario del Desenvolvimiento Histórico de la Interpretación
Profética (Curso de Extensión del Seminario Teológico Adventista para la División Sudamericana.
Diciembre 5, 1949 - Enero 31, 1950).
En esa misma línea de importancia para un análisis de las raíces escatológicas de la posición de
los Testigos de Jehová es necesario consultar la obra erudita denominada Lacunciana del
investigador Alfred Vaucher (4 Series) Colonges sous Salève. Haute Savoie, France, 1949-1958.
La base de nuestro estudio respecto a las obras de CH. T. Russell
Su obra cumbre es La Aurora del Milenio, conocida desde 1904 como Estudios de las Escrituras.
Consta de 7 tomos (el último de los cuales fue publicado después de su muerte). Fueron traducidos al
alemán, sueco, danés, noruego, francés, italiano, castellano y griego moderno. Sus títulos y
contenidos se bosquejan a continuación:
Tomo I o serie primera: El Plan Divino de las Edades (1886). Contiene una presentación del plan
de la salvación.
Tomo II o serie segunda: El Tiempo ha llegado (1889). Se refiere al tiempo y la forma del regreso
de Cristo.
Tomo III o serie tercera: Venga tu Reino (1891). Profecías concernientes al tiempo del fin, la
glorificación de la iglesia y el establecimiento del reino milenial. Fija el año 1914 como el fin de los
gobiernos humanos. Todo un capítulo está dedicado a la gran pirámide de Kéops o Gizeh.
Tomo IV o serie cuarta: El Día de la Venganza (1897). Basándose en San Mateo 24 y Zacarías
14:1-9, muestra la futilidad de las esperanzas humanas y la creciente disolución del presente orden
de cosas.
Tomo V o serie quinta: Reconciliación entre Dios y el Hombre (1899). Contiene temas como la
supremacía de Dios, la persona de Cristo, sus oficios y atributos, la obra del Espíritu Santo, y los
beneficios del sacrificio redentor.
Tomo VI o serie sexta: La Nueva Creación (1904). Hace un paralelismo entre la Creación (Gn. 1 y
2) y la nueva creación (la iglesia). Consigna también las condiciones para entrar en el Reino.
Tomo VII o serie séptima: El Misterio Terminado (1917). Publicado después de su muerte,
presenta nuevos enfoques proféticos tendentes a explicar la falta de cumplimiento de sus
predicciones relativas a 1914. Algunos críticos niegan que su autor haya sido Russell, y están
convencidos en señalar como a tal a Rutherford.
Los volúmenes que usaremos para nuestro análisis son el tomo I, El Plan de las Edades, el tomo II,
El Tiempo está Cerca, el tomo III, Venga tu Reino, y el tomo VII, El Misterio Terminado. Haremos
una presentación de los contenidos teológicos básicos, de los argumentos y del método hermenéutico.
Aunque en dichos volúmenes se expresan las ideas principales de la escatología de Russell,
proporcionaremos referencias de algunas de sus otras publicaciones.
Los volúmenes reseñados forman parte de la obra general ya indicada de Russell cuyo título
genérico, antes de 1904 era La Aurora del Milenio (en el original inglés «Millenial Dawn»). A
partir de 1904 se denominó Estudios de las Escrituras (en el original «Studies in the Scriptures»).
Del primer volumen titulado El Plan de las Edades (The Plan of the Ages), o como más tarde El
Plan Divino de las Edades (The Divine Plan of the Ages), disponemos de una edición en español,
distribuida por los seguidores fieles de Russell (Dawn Bible Students Association, East Rutherford,
New Jersey 07073-USA) y reimpresa en 1964.
La obra tiene 359 páginas y está dividida en 16 capítulos. De éstos, 7 son claramente
escatológicos. En dicho volumen se colocan las bases de toda la creencia de Russell que
desarrollará en volúmenes sucesivos.
Del volumen II que lleva como título particular El Tiempo ha Llegado, disponemos de dos
ediciones, una alemana de 357 páginas (Millennium Dages Unbruch Band II «Die Beit ift
Herbeigekommen»; impresa por Watch Tower Bible Tract Society Allegheny, PA., USA;
Deutfchland, Mirterftr. 45 Elberfeld 1907), y otra francesa de 394 páginas que data de 1903 (Le
Temps est Proche, Watch Tower Bible and Tract Society, Allegheny, PA., USA, y editada en
Neuveville (Suisse). Imprimerie Victor Beerstcher, Editeur.
Contiene esencialmente todo el ideario del autor respecto a los problemas escatológicos. De los
diez capítulos en que está distribuida la obra, nueve son netamente escatológicos. En este volumen se
ofrecen todas las fechas pertinentes justificándolas.
Nuestro estudio, si no decimos lo contrario, está basado en la edición francesa.
Del volumen III Vénganos tu Reino (Thy Kingdom Come) disponemos de dos ediciones: una
alemana de 362 páginas (Schriftstudien Dein Konigrich Komme, serie 3, impresa por Internationale
Vereinigung Ernfter Bibelforfcher, Booklyn, N. Y., USA und Barmen, Deutchland, 1917), y otra
francesa de 506 páginas (Watch Tower Bible and Tract Society, Brooklyn, New York, reimpresa en
París en 1954).
El volumen dividido también en diez capítulos es un intento de ratificación y apoyo de todo lo que
ha dicho en el volumen anterior. Se trata de aportar más pruebas que reafirmen lo que Russell ha
pretendido demostrar en el volumen II, en cuanto a la segunda venida y del fin del mundo.
Nuestro estudio, si no avisamos de lo contrario, lo basaremos en la edición francesa.
Del volumen VII, El Misterio Terminado, haremos uso de una edición en inglés The Finished
Mistery, A Helping Hand For Bible Students, Brooklyn, N. Y., USA. Disponemos también de una
edición alemana: Schriftstudien, serie 7, Das Vollendete Geheimnis-International Bereinigung Ernfter
Bibelforfcher, Brooklyn N.Y. USA. Barmen, Deutfchland, Zürich Gchmeiz. Für Franzöfifches
Gprachgebiet, Berne, Suisse, 1917.
Las páginas de este volumen contienen el comentario al Apocalipsis, Ezequiel y Joel. Haremos un
análisis restringido y prácticamente referencial. Nos servirá para un estudio en paralelo que sobre el
Apocalipsis realizan los representantes de la tres épocas en que podemosdividir la historia
teológica de los Testigos de Jehová.
La base de nuestro estudio de las obras de J. F. Rutherford
De las varias obras que produjo presentaremos especialmente: Millones que ahora viven no
morirán jamás (Millions Now Living Will Never Die). Cronológicamente es la primera (1920).
Disponemos de dos ediciones, una en castellano de 60 páginas (Derechos reservados en 1920
E.U.A.). Traducida en español en 1921, Imprenta Clarasó, Villarroel, 17, Barcelona; otra francesa de
92 páginas («Des Millions de Personnes actuellement vivantes ne mourront jamais!!», publié par
l’Association Internationale des Etudiants de la Bible, Brooklyn, New York, USA, editado en París y
Berna, 1920).
Es un intento, por un lado, de corregir en algunos aspectos a Russell, y por otro, dar sus propias
ideas escatológicas.
Nuestro estudio lo basaremos en la edición francesa.
La segunda obra es la publicada en 1921, The Harp of God (El Arpa de Dios). Disponemos de dos
ediciones: una en castellano de 254 páginas (editada por la Internationale Bible Students
Association, Brooklyn, New York, USA, y publicada en Barcelona en 1925); la otra en francés de
370 páginas («L’Harpe de Dieu», editada por la Tour de Garde, Societé de Bibles et de Traités et
Association Internationales des Etudiants de la Bible, Berne, 1921).
Se trata de una concepción resumida del Plan de Dios que incluye algunos capítulos escatológicos.
De un modo más restringido presentaremos algunas citas de libros como Deliverance (Liberación).
Disponemos de una edición en castellano de 339 páginas (impresa en Alemania y editada por la
Asociación Internacional de Estudiantes de la Biblia, Watch Tower Bible And Tract Society,
Brooklyn, New York, USA, 1926).
También de Creation (Creación) publicado en 1927 por la misma entidad que los anteriores.
Disponemos de una edición en castellano de 335 páginas.
Luz, es el comentario en dos tomos del Apocalipsis. Disponemos de la edición en castellano de 665
páginas en total (publicada por la Watch Tower, Bible and Tract Society y La Asociación
Internacional de Estudiantes de la Biblia, Brooklyn, New York, USA. 1930).
Se trata de una interpretación que desde la primera página hasta la última, todo señala a los
Testigos de Jehová. El libro de Apocalipsis identificaría a los Testigos de Jehová como el Pueblo de
Dios, y a él se estaría refiriendo continuamente.
Presentaremos algunas de sus partes para compararlas con las opiniones que sobre el Apocalipsis
vierten tanto Russell como los Testigos actuales.
La base de nuestro estudio de las obras de los Testigos de Jehová en la
actualidad
Cuatro fuentes principales han alimentado doctrinalmente a los Testigos actuales: Sea Dios Veraz,
con dos ediciones (1949, 1955), Asegúrense de todas las cosas (1960, 1970), Razonamiento a
partir de las Escrituras (1985), junto a ¿Qué enseña realmente la Biblia? (2005) y las
publicaciones quincenales de La Atalaya y ¡Despertad!
Junto a esto podríamos reseñar una interpretación al libro de Daniel (Hágase tu Voluntad en la
Tierra, 1961), y en 1999: “Prestemos atención a las Profecías de Daniel” poseemos la séptima
reimpresión del 2007. Dos sobre el Apocalipsis: Entonces queda terminado el Misterio de Dios,
1971, complementado por Babilonia la Grande ha caído, 1972, y el publicado más recientemente
(1988), Apocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
Para los asuntos históricos, arqueológicos e introductorios se ha publicado en castellano Ayuda
para entender la Biblia (1987). Se trata de un volumen de 1.692 páginas semejante a un Diccionario
Bíblico. En esa misma línea se ha publicado en inglés Insight on the Scriptures (1988), en dos
volúmenes de 1.278 páginas cada uno.
En 1991 publicaron en castellano, Perspicacia para comprender las Escrituras (Watch Tower
Bible and Trac Society of Pennsylvania, USA.), una especie de Diccionario bien estructurado con
una gran cantidad de información histórica y doctrinal de acuerdo a como la entiende y orientan los
dirigentes de los Testigos de Jehová.
Las otras obras que hemos utilizado para nuestra tesis las enumeramos en el apartado
correspondiente de la bibliografía complementaria.
Todas las publicaciones de la época actual, representada por los cuatro últimos presidentes N.
Knorr, F. Franz, Milton G. Henschel, y el actual presidente Don Adams van sin autoría, editadas e
impresas por la Watch Tower Bible and Trac Society, Brooklyn, New York, o Pennsylvania, USA.
Escritos especiales de otros autores
En tres clases de libros, por su naturaleza, podríamos dividir las publicaciones que se han llevado
a cabo sobre los Testigos de Jehová. Una está formada por libros cuyos autores son ex testigos de
Jehová. Entre éstos se destacan en Estados Unidos:
Esclavo por treinta años en la Torre del Vigía, de William K. Schnell (publicado por la Baker
Book House, Grands Rapids, Michigan 1959). Dicho libro es un testimonio personal de lo que cree
el propio autor ser una organización que nada tiene que ver con la Biblia. Presenta documentación
importante sobre las interioridades de la asociación, ya que el autor formaba parte de la
administración central de Brooklyn. Nos da a conocer el carácter dictatorial del juez Rutherford, y de
la división en castas de las diferentes personas que se convertían en Testigos de Jehová.
En 1983 apareció Crisis of Conscience, de Raymond Franz (Published by Commentary Press P. O.
Box 43532, Atlanta, Georgia 30336). Consta de 376 páginas. En dicho libro se analiza la
organización administrativa y teológica de los Testigos de Jehová como nunca antes. El autor
perteneció a la más alta jerarquía de la Asociación con responsabilidad tanto en la Dirección como
en la creación doctrinal. Su estudio es más valioso que el anterior, y emplearemos en más de una
ocasión su apreciada documentación.
La otra publicación en esta línea procede de España, Los falsos manejos de los Testigos de
Jehová, de Antonio Carrera. El autor se siente engañado y defraudado, y con un lenguaje agresivo
presenta los detalles contradictorios de las posiciones de los Testigos. Este mismo autor ha
publicado una colección de documentos de gran valor divulgativo con los que se pretende
desenmascarar a los Testigos. Su título es DDT (Documentos Desenmascaran a Testigos). Ambos
están publicados en Bilbao. El primero en 1976, y el segundo no lleva fecha de edición.
La segunda clase está formada por libros apologéticos que autores de diferentes organizaciones
han escrito con el ánimo de mostrar los errores doctrinales de los Testigos de Jehová:
Apuntando a la Torre, de Juan Antonio Monroy (Edit. Irmayol, Madrid, 1972).
Proceso a la Biblia de los Testigos de Jehová, de Eugenio Dayans, (Clie, Barcelona, 1971).
Los Testigos de Jehová, quiénes son y lo que creen, de W.M. Nelson, (Casa Bautista de
Publicaciones, séptima edic., 1986).
Un libro, que el autor me dedicó, contiene algunos capítulos de interés que sirven como una guía de
objeciones al ideario doctrinal de los Testigos (Objeciones a los Testigos de Jehová, de Antonio M.
Sagau, edit. Clie, Terrassa, 1987).
En la tercera clase de publicaciones sobre los Testigos de Jehová debemos incluir dos tipos de
obras que siguen una línea científica. Por un lado están las que tratan a nivel exegético ciertos
elementos doctrinales fundamentales de los testigos relativos a la persona de Jesucristo, o a su
manera particularista de traducir la Biblia.
Por otro están las que presentan un alto contenido histórico y escatológico.
En el primer caso sobresalen tres obras: Una, la de Walter Martin Los Testigos de Jehová (edit.
Betania, Puerto Rico, 1985).
Dos, un estudio del famoso Bruce Metzger, The Jehovah’s Witnesses and Jesus Christ (en
«Teology Today» de Abril de 1953).
Tres, la tesis de licencia presentada en la Facultad de Teología de Barcelona por Antolín Diestre
Gil, (publicada debidamente ampliada y corregida por Edit. Clie, Terrassa, 1991).
En el segundo caso despuntan seis trabajos. Tres de ellos aun cuando no van dirigidos a los
Testigos,presentan un contenido histórico de una calidad probada que nos servirá para nuestro
estudio de la fecha de 1914 y sus implicaciones:
El profesor Edwin R. Thiele, 
[3]
 en su obra The Mysterions Numbers of the Hebrew Kings
(Publicado por Ed. rev. Grand Rapids, Michigan, the William B, Eermands Publishing Company,
1965), nos aporta datos claros y documentados de los reinados de los reyes hebreos.
Un artículo titulado A verdade sobre os setenta anos de cautiverio babilónico de Thiele,
juntamente con otro artículo-editorial de Arnaldo B. Christianini, 1975 Eterna Primavera ou
Amarga Decepçao, publicados ambos en la revista brasileira adventista «O Atalaia» de agosto y
febrero de 1975 respectivamente, 
[4]2 contienen datos que demuestran, sin lugar a dudas, que en el
607 a.J. no pudo acontecer la caída de Jerusalén, siendo Sedequías rey en esa fecha.
Siegfried H. Horn, en su estudio The Babilonian Cronicle and Ancien Calendar of the Kingdom
of Judah (Andrews University Seminary, Michigan, 1967, pp. 12-27), donde trata asuntos relativos a
la cronología de Josías y Sedequías.
Del mismo autor en colaboración con Lynn H. Wood es la obra The Chronology of Ezra 7 (2ª edic.
Review and Herald, Washington 1970). Presenta, entre otras cosas, la datación del año 37 de
Nabucodonosor, de gran importancia para poder fijar el año 539 a.J., como de la caída del Imperio
Babilónico y la caída de Jerusalén en el 586 a.J.
Un único libro que se ha publicado sobre los Testigos de Jehová donde se profundiza en la fecha
de 1914 es el de Pedro de Felipe del Rey: ¡El Reino de Dios empezó en 1914! (Madrid, 1974). Se
hace un estudio exhaustivo y demostrativo de la imposibilidad de que el 607 a.J., pueda ser al mismo
tiempo el año 19 del reinado de Nabucodonosor y el de la caída de Jerusalén con Sedequías.
No hemos incluido una gran cantidad difícil de enumerar, de trabajos muy limitados en su
expresión exegética y teológica. Creemos que lo presentado es lo más significativo sin que podamos
evitar alguna notable ausencia. En la bibliografía complementaria se añaden algunos títulos más
como trabajos de referencia.
 
 
Bibliografía complementaria
I. FUENTES Y TRADUCCIONES
A. Biblia y Ediciones Críticas
ALLAND-MARTINI-METZGER-WIKGREN; The Greek New Testament, Wûrttemberg Bible Society,
Stuttgart, 1968.
BOVER, JOSE Mª-O’CALLAGHAN, JOSÉ; Nuevo Testamento Trilingüe, edic. crítica, BAC, Madrid,
1977.
METZGER Bruce M.; Un comentario textual al Nuevo Testamento , Sociedad Bíblica
Americana, Nueva York (Impreso en Brasil), 2006.
KITTEL, RUDOLF; Biblia Hebraica; Wûrttembergische, Bibelanstalt, Stuttgart, 1973.
NESTLE, EBERHARD; The Greek New Testament, by the British and Foreign Bible Society, London,
1965.
RAHLFS, ALFRED; Septuaginta, Wûrttembergische, Bibelanstalt, Stuttgart, 1935.
WATCHTOWER Bible and Tract Society, Kingdom Interlinear Translation, Brooklyn, New York,
1969.
WESTCOT, B.F.-HORT, F.A.; The New Testament in the Original Greek, the MacMillan Company,
New York, 1926.
WILSON, BENJAMIN; The Emphatic Diaglott, containing the original greek text New Testament.
Publishers: Watch Tower Bible and Tract Society, Brooklyn, New York, 1942.
Concordancias del texto crítico y traducciones bíblicas
1. Concordancias
 
Englishman’s Hebrew and Chaldee Concordance of the Old Testament, edi. Samuel Bagster,
London, 1971.
MORRIS, GEORGE; A Concordance of the Septuagint, edic. Samuel Bagster, London, 1974.
PETTER, HUGO; Concordancia Greco Española del Nuevo Testamento, Clie, Terrassa (Barcelona),
1976.
STEGENGA, J- TUGGY, A.; Concordancia Analítica Greco-Española del Nuevo Testamento Greco-
Español, Clie, Terrassa (Barcelona), 1987.
2. Biblias
ANOTADA DE SCOFIELD, texto Reina Valera 1960 (Barcelona, 1971). BESSO N , PA B L O , El Nuevo
Testamento, Edit. Mundo Hispano, 1981. BIBLIA DE JERUSALÉN (edic. castellana, Desclée, Bilbao 1967).
BIBLIA DEL OSO (Casiodoro de la Reina, 1569, facsímil, Sociedad Bí-
blica, Clie, Terrassa, Barcelona).
BOVER-CANTERA, (BAC, Madrid, 1961). CANTERA-IGLESIAS (BAC, Madrid, 1979).
CRAMPON, A.; (edic. francesa, Desclée, París, 1923).
GIOVANNI LUCCI, (Italiana, Sociedad Bíblica, Roma, 1969).
HERDER; SERAFIN DE AU SEJ O , Edit. Herder, Discolibro, Barcelona, 1974. JO Â O FEREIRA DE ALMEIDA
(Portuguesa, Sociedad Bíblica, 1974). KING JAMES, (Inglesa, Sociedad Bíblica).
LA BIBLIA, (Casa de la Biblia, Madrid, 1976).
LA BIBLIA (3 vols.) Edit. Labor, Barcelona, 1969.
LA BIBLE (Alliance Biblique Universelle, Societé Biblique Française, París 1985).
LOUIS SEGOND (francesa).
MARTÍN LUTERO, (alemana, Stuttgart, 1934).
NÁCAR-COLUNGA (BAC, Madrid, 1981).
MONJOS DE MONTSERRAT (Catalana, edit. Casal i Vall, Andorra, 1975).
NEW WORLD TRANSLATION OF THE HOLY SCRIPTURES (Testigos de Jehová en inglés, Watchtower, Brooklyn,
New York, 1961).
NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA, Schökel-Mateos, Edic. Cristiandad, Madrid, 1975.
NU EVO MUNDO, Traducción de las Sagradas Escrituras de los Testigos de Jehová (Watchtower,
Brooklyn, New York, 1987).
NUEVO TESTAMENTO, 1963.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO MUNDO DE LAS SANTAS ESCRITURAS, 1967.
NUEVA REINA-VALERA (Sociedad Bíblica Emanuel, Miami, USA, 1990). NUEVO TESTAM ENTO; J.T. de la
Cruz-F. Faibre (Librería Nacional y Extranjera, Madrid, 1936).
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PAULINAS; la Santa Biblia, Madrid, 1964.
PAULINAS, Nueva Biblia Latino-Americana, Madrid, 1972. PUZO-VACCARI, Sagrada Biblia (Editors,
Barcelona, 1986). REGINA, Sagrada Biblia, Franquesa-Solé (Barcelona, 1978).
REINA-VALERA 1960.
REINA- VALERA 1977 (Clie, Terrassa, Barcelona).
SCÍO DE SAN MIGUEL (5 vols. Madrid, 1852).
STRAUBINGER (4 vols. Desclée, Buenos Aires, 1951).
TORRES AMAT, Sagrada Biblia 1884, reimpresa por Cultural, Madrid, 1986.
TRADUCTION OECUMÉNIQUE DE LA BIBLE, Les editions du Cerf, París, 1969.
VERSIÓN MODERNA (texto de Reina-Valera corregido por Pratts s/f.).
 
 
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VILA-ESCUAIN; Nuevo Diccionario