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∞ SUBJECT REVISION ∞ 
Briem Stamm Alan D. 
ABSTRACT 
 
A disaster is an unexpected event that causes death or wounds to a high number of persons and the condition of the bodies originates serious difficulties 
for the identification. The promotion of teams has been recommended for these procedures (DVI), always under protocols and standards recognized 
internationally. Since the teeth and its restorations can resist highly unfavorable conditions, the Forensic Odontology has played a role key in the identi-
fication of great number of victims. Though there are several different protocols for these cases, those of Interpol have turned out to be efficient on 
having demonstrated the need of expert and qualified odontologists integrating the DVI teams. Even if different trends and opinions have been descri-
bed in the matter, it is clear that singular situations have promoted the problems of slanted conducts in the application of the odontolgy in the processes 
of identification. We present a review of some catastrophes from the odontologic forensic perspective and we propose the adhesion to a constant educa-
tion, to the recognized internationally standards and to the adoption of global philosophies that it keep attentive to the requirements of the function that 
involve the expert odontologist. Copyright © Syllaba Press 2009 - 2011. ® All rights reserved. 
 
Key Words: Forensic Odontology; Disasters; Victims identification; Standards. 
 
RESUMEN 
 
Una catástrofe es un hecho inesperado que causa la muerte o heridas a un elevado número de personas y el estado en que suelen encontrarse sus cuerpos 
origina serias dificultades para su identificación. Se ha recomendado la promoción de equipos y personal diseñados para estos procedimientos (IVC) 
siempre bajo la normativa de aplicar protocolos y estándares reconocidos internacionalmente. En razón de que los dientes y sus restauraciones logran 
soportar condiciones altamente desfavorables, la Odontología Forense ha desempeñado un papel clave en la identificación de gran número de víctimas. 
Si bien es cierto existen diferentes protocolos para estos casos, los de la Interpol han resultado eficientes al demostrar la necesidad de odontólogos ex-
pertos y capacitados integrando los equipos IVC. Aun cuando se han descrito diferentes tendencias y opiniones al respecto, es claro que singulares si-
tuaciones han potenciado los problemas de conductas sesgadas y desinsertadas en la aplicación de la odontología en los procesos de identificación. Se 
realiza una revisión de algunas catástrofes desde la perspectiva odontológica forense y se propone la adhesión a una educación continua, a los estánda-
res reconocidos internacionalmente y a la adopción de filosofías globalizadoras que lo mantengan atento a las exigencias de la función que compete al 
experto odontólogo. Copyright © Syllaba Press 2009 - 2011. ® All rights reserved. 
 
Palabras clave: Odontología Forense; Catástrofes; Identificación de víctima; Protocolos. 
 
Estándares, Protocolos y Globalización de la Odontología Forense. 
Standards, Protocols and Globalization of Forensic Odontology. 
Especialista en Odontología Legal, Auxiliar Docente, Cátedra de Odontología Legal, Facultad de Odontología, Universidad del Nordeste (Argentina). 
Una catástrofe es un hecho inesperado que causa la muerte 
o heridas a un elevado número de personas. La gran cantidad de 
personas fallecidas y el estado en que suelen encontrarse sus cuer-
pos (fragmentación, carbonización, esqueletización, putrefacción, 
etc.) provocan un gran impacto en la comunidad así como dificul-
tades para la identificación de las víctimas. Por ello, y como con-
secuencia de catástrofes naturales, accidentes técnicos (incendios, 
explosiones), atentados terrorista y sucesos que se producen en el 
marco de conflictos bélicos, se hace necesario el llevar a cabo las 
operaciones denominadas de Identificación de Víctimas de Catás-
trofes (IVC). El requisito más importante para estas tareas lo 
constituye la aplicación de normas y estándares internacionales, 
base común e indispensable de cualquier trabajo que involucre 
operaciones multinacionales, todas medidas concebidas para con-
tribuir a una correcta identificación de las víctimas. Deben apli-
carse las mejores normas de calidad posibles dado que es esencial 
responder cuanto antes a la necesidad de certeza que tienen los 
familiares de las víctimas, y que deben ser tratadas con dignidad y 
respeto [1]. 
Los equipos de IVC realizan una labor de carácter interdis-
ciplinario y según los casos, deben recurrir a los servicios de ex-
pertos en diversos campos. En razón de que las piezas dentarias y 
los tratamientos odontológicos tienen la capacidad de soportar 
condiciones altamente desfavorables como las que se suscitan en 
una catástrofe, la Odontología Forense ha desempeñado un papel 
clave en la identificación de víctimas. Cabe recordar que la prime-
ra intervención protocolizada de INTERPOL donde actuaron 
odontólogos forenses ocurrió en el desastre del Herald of Free 
Enterprise el 6 de marzo de 1987. No obstante, algunas de estas 
prácticas en los últimos años han causado preocupación, por lo 
que Interpol ha establecido grupos de trabajo en Odontología Fo-
rense para ayudar en el desarrollo internacional de las normas 
Received: April 2011 / Accepted: May 2011 / Published online: 31 July 2011. 0239-8741/$ - see font matter Copyright © Syllaba Press 2009 - 2011. ® All rights reserved 
The Forensic Oral Pathology Journal - FOPJ. 2011; 2(4):9-12. 
ID: fopj00018 - http://www.fopj.syllabapress.com/issues/fopj00018.html 
 
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acordadas que deben adoptarse en respuesta a este tipo de sucesos 
[2, 3]. El manejo adecuado en los procesos de identificación en un 
desastre masivo debe pasar por un rigor esencial en la metodolog-
ía aplicada. La experiencia recogida en Tailandia durante el Mare-
moto del 26 de diciembre de 2004, dejó en claro que sólo con la 
adopción de directrices reales, en estricta conformidad con están-
dares normatizados (y recomendados los de INTERPOL), podrá 
garantizarse la mejor identificación de las numerosas víctimas [4]. 
Estos protocolos han depurado y promovido en los equipos 
de odontólogos forenses, la asimilación de actitudes de buen pro-
ceder tales como el procesamiento y conservación en el país de 
origen de las copias de todos los documentos enviados (para evi-
tar errores significativos en las reproducciones), la participación 
de un profesional odontólogo idóneo en el fotografiado o escaneo 
del material radiográfico en el país de origen, el no extraer y reti-
rar del cuerpo maxilar y mandíbula (evitando con ello las pérdidas 
del material removido), etc. [5]. Se ha promovido además como 
necesario el radiografiado de restos fragmentados y piezas denta-
rias dada la gran cantidad de detalles que provee, además de la 
objetividad en la observación visual [6]. 
Si bien es cierto existen notables experiencias exitosas de 
la odontología auxiliando en las identificaciones de víctimas [7, 
8], también es cierto que determinadas condiciones han dificulta-
do estos procedimientos. La heterogeneidad de naciones involu-
cradas en la gran cantidad de víctimas del maremoto del 2004 
(principalmente en Tailandia), supuso desiguales niveles de éxito 
en las identificaciones dada la ausencia de estandarización en los 
fichados dentales [5, 9, 10]. En Haití, durante las respuestas al 
terremoto del 12 de enero de 2010, el caos imperante, el colapso 
de los sistemas de comunicación, los prejuicios religiosos y fun-
damentalmente, la cantidad de víctimas no permitieron la realiza-
ción de las convenientes tareas de identificación [11]. 
El 11 de marzo del 2011, 13.000 fallecidos, 4600 heridos y 
14600 desaparecidos fueron el resultado del terremoto y posteriormaremoto en la costa del Pacífico, en la región de Tōhoku 
(Japón). Cerca del 90 % de las víctimas murieron por sumersión 
sumada a cuadros de traumatismo y fracturas [12]. Solo un día 
después del desastre, la Asociación Dental Japonesa (JDA), bajo 
la presidencia de Mitsuo Okubo, creó el Equipo de Respuesta al 
Terremoto (JDA’s Earthquake Disaster Response Headquarters), 
enviando equipos de profesionales para asistir no solo en las iden-
tificaciones sino también en la provisión de servicios sanitarios 
[13]. Por otro lado, las respectivas donaciones de la American 
Dental Association (ADA), con cerca de U$S 63.000 recaudados 
en campaña [14] y las empresas Aribex e Indens con 15 kits de 
rayos X (aparatología portátil y recargable) [15] posibilitaron una 
respuesta ágil, rápida y eficiente: para el 20 de abril, cerca de 
1700 odontólogos japoneses (592 provistos por la JDA y más de 
1000 voluntarios provenientes de las zonas afectadas [14], se des-
empeñaron voluntariamente en las tareas de identificación de 
víctimas, agrupados en equipos de tres individuos para los regis-
tros PM de cada una de las víctimas [16]. La división de la JDA 
de la Prefectura de Miyagi (la zona de mayor cantidad de vícti-
mas), ya desde el año 2008 mantenía ejercicios periódicos de en-
trenamiento junto a la policía local preparándose para un eventual 
desastre natural o un accidente [17] Desde el 12 de marzo, el equi-
po de la JDA se redujo a seis odontólogos liderados por el Dr. 
Toshimitsu Ezawa trabajando en los cotejos en una oficina en la 
prefectura de Miyagi [17]. 
 
Discusión 
 
Las experiencias recientes de los desastres de masas han 
demostrado que una metodología estructurada y uniforme es la 
única buena manera de llegar a resultados rápidos y correctos en 
la identificación de víctimas de una catástrofe. Por tanto, es reco-
mendable que todas las personas incluidas en este tipo de opera-
ciones sean conscientes de los procedimientos y, fundamental-
mente, que estén dispuestas a aplicarlos. Esto sólo puede lograrse 
mediante una adecuada información y capacitación a todo el per-
sonal involucrado, sobre diferentes tácticas y técnicas. Parece, por 
lo tanto, bastante razonable que en un futuro, Interpol sólo esté 
dispuesto a trabajar con personal acreditado y equipos de IVC, 
con el fin de optimizar los resultados de las operaciones de identi-
ficación de las víctimas de desastres [18]. 
A través de diferentes experiencias, es dable destacar que 
la ausencia de odontólogos forenses en alguna de las fases de 
identificación de víctimas de catástrofes, como así también su 
exclusión en las decisiones de gestión en toda la operación, puede 
dar lugar a retrasos en el proceso de conciliación y, probablemen-
te, poner en peligro la integridad de la misma. Hay situaciones 
donde los equipos de odontólogos forenses no fueron utilizados en 
su máxima expresión en todas las fases de la investigación, evi-
tando con ello arribar a una identificación inicial positiva, en 
razón de la incompleta recuperación de los restos, hecho que 
obligó a que el lugar tuviera que ser reexaminado en tres ocasio-
nes [19]. El examen de los restos se difirió hasta que la totalidad 
de los restos fueran recolectados, demorando notablemente el 
proceso de identificación. Como resultado de los inconvenientes 
descritos, la identificación formal de la persona fallecida se con-
virtió en un gran problema debido a la suma de errores en las dife-
rentes fases, poniendo en peligro la integridad del proceso. Tam-
bién hay casos en que la información AM estuvo a cargo de per-
sonal policial no entrenado y/o voluntarios, con las evidentes limi-
taciones que ello puede ocasionar [19, 20]. Si bien es cierto exis-
ten diferentes protocolos para estos casos (INTERPOL, OPS, 
Cruz Roja, etc), los de INTERPOL han resultado los más aplica-
bles y eficientes y es precisamente en ellos donde la odontología 
ha demostrado su valor [21]. 
Otro aspecto interesante a tener en cuenta es el nivel de 
capacitación del odontólogo forense para enfrentar estas cuestio-
nes. En el caso de lo acontecido en Japón, si bien es cierto los 
niveles de organización han sido superlativos [17], la falta de ca-
pacitación en estas tareas, originó en muchos de los profesionales 
voluntarios desagradables situaciones de “stress y sobrecarga 
emocional” [16]. En ese sentido, Zohn et al. (2010) [22], propo-
nen un sistema de evaluación de habilidades, denominado 
“Odontology Victim Identification Skill Assessment Sys-
tem” (OVID-SAS), calificando las aptitudes y el grado de prepa-
ración de los dentistas para integrar los equipos Antemortem 
(AM), Postmortem (PM), Comparación AM y PM, etc. Los auto-
res hacen hincapié en que la educación debe ser canalizada a 
través de Escuelas de Odontología, Asociaciones Profesionales y 
Organizaciones Forenses. También es importante destacar que los 
altos niveles de formación y experiencia en odontología forense, 
deben ser desarrollados y mantenidos, a través de la capacitación 
constante y permanente del profesional, recomendándose que tal 
instrucción sea llevada a cabo por Odontólogos Forenses califica-
dos, lo que redundará en sólidas desempeños cuando se requiera 
su intervención, sobre todo para estar a la altura de las grandes 
10 The Forensic Oral Pathology Journal - FOPJ. 2011; 2(4):9-12. 
ID: fopj00018 - http://www.fopj.syllabapress.com/issues/fopj00018.html 
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exigencias que requieren casos de identificación muy complejos, 
típicos de las diferentes catástrofes que puedan suscitarse [23, 24]. 
A través de diferentes encuestas en el ámbito universitario, se 
pudo comprobar que efectivamente existen programas detallados 
de odontología forense, pero esto no es aún extensivo a todas las 
Universidades, además de tener en cuenta que se deben incluir en 
los citados programas de estudio, los avances que experimenta día 
a día la Ciencia Forense [24] . 
Un aspecto insoslayable es el hecho de que, aunque el 
odontólogo se encuentre plenamente capacitado, es menester con-
tar con la información PM debidamente conformada, situación 
que redundará en una optimización de los recursos empleados en 
las tareas de identificación, propendiendo a la celeridad de la mis-
ma, con la consabida reducción de la angustia que trae aparejada 
la incertidumbre de los familiares de las víctimas. La creación, 
mantenimiento, almacenaje y custodia de estos registros es una 
obligación legal y ética de cada profesional que lo utilice, por ello 
se debe insistir en la concientización de los mismos en mantener 
actualizados los registros dentales de sus pacientes, que representa 
quizás la situación más común en el sentido de tener que suminis-
trar los registros AM para contribuir en la identificación humana. 
Se trata de la responsabilidad social de todos y cada uno de ellos, 
por la noble causa de identificación en casos de desastre masivo 
[10, 25-27]. 
Si bien las identificaciones odontológicas gozan de exce-
lente fama en relación a otras metodologías en situaciones de ex-
trema complejidad, no es menor el dato de que los mayores éxitos 
en estas pericias odontológicas se han sustentado claramente en el 
haber contado con fotografías, radiografías o modelos. Se ha plan-
teado que, aun cuando el odontograma como sistema simbólico, 
elimina condicionantes subjetivos de tamaño y conformación de 
caries y obturaciones haciéndolo más sencillo y, por ende, univer-
salmente aceptado y con un aval estadístico, infinidad de variables 
anatómicas, morfológicas, patológicas y restaurativas anatómicos 
imposibles de representar gráficamente quedarían excluidas, mu-
chas de ellas con inigualable valor identificatorio. Contando hoy 
con una vasta pluralidad técnica en los procedimientos de registro 
imagenológico, en las formas de su archivo (fundamentalmente 
por la digitalización de la información), en el intercambio de los 
mismos, incluso en su accesibilidad económica, resulta curioso 
“el todavía pretendermejorar una metodología claramente reduc-
tora en la información necesaria y de probada falibilidad, dada la 
dependencia de registros AM generalmente erróneos, incompletos 
y sesgados. Una identificación odontológica no debería por 
ningún motivo sustentarse exclusivamente en la utilización del 
odontograma” [6, 28]. 
A partir de 1896 la radiología fue introducida en la ciencia 
forense y desde entonces se ha vuelto una herramienta indispensa-
ble en los procesos de identificación de cuerpos, mostrándose 
bastante eficiente en las grandes catástrofes. La radiología ofrece 
algunos métodos para efectuar comparaciones entre las radiograf-
ías intraorales, panorámicas y digitalizadas. Está comprobada la 
eficacia en la transmisión de radiografías digitalizadas mediante 
tecnología inalámbrica, como así también la calidad de la imagen 
enviada en zonas donde las redes para celulares (GSM) se encuen-
tren disponibles, agilizando las tareas en zonas afectadas por una 
catástrofe [29]. Se recomienda utilizar técnicas digitales como 
herramientas para respaldar el registro de pruebas forenses en el 
futuro. Las diversas pruebas de IVC deben registrarse digitalmen-
te, por ejemplo, la información dental, huellas dactilares, hallaz-
11 
gos médicos, pruebas policiales forenses y relativas a los efectos 
personales. Se mejorará la calidad y será más sencillo introducir la 
información en el sistema informático de IVC. No obstante es 
importante destacar que aún con la multiplicidad de sistemas in-
formáticos realizando tareas de cotejo AM – PM, la tarea casi 
“artesanal” del odontólogo forense, aún no ha podido ser reempla-
zada como lo demuestra su intervención en la identificación como 
respuesta al Maremoto de Asia [5]. 
 
Conclusiones 
 
Dentro de los múltiples desafíos que debe enfrentar el 
odontólogo forense, sin duda que la problemática inherente a la 
globalización del mundo actual es uno de los más significativos. 
Las personas que viajan por todo el mundo a diario son víctimas 
de delitos violentos, atentados terroristas, accidentes de tránsito y 
catástrofes naturales. Esto obliga a trabajar en conjunto con cole-
gas de todo el mundo, buscando aunar criterios, respetando proto-
colos establecidos, en la búsqueda de la resolución de los grandes 
problemas que se platean. Empero, todavía en varios países se 
confeccionan las cartas dentales con diferente modelo e incluso 
los procedimientos de cotejo de documentación AM y PM se eje-
cutan de distinta forma. Según Bernitz (2009) [30] : “Los odontó-
logos forenses que actúan aisladamente, crean sus propias reglas 
olvidando con ello a la comunidad global…”. Y agrega: “… (Una 
posible solución) incluye la cooperación con colegas en todo el 
mundo esforzándose por llegar a los más altos niveles de control 
de calidad, estandarización, fiabilidad, imparcialidad, reproducibi-
lidad y responsabilidad ética”. Además, sostiene que “la especiali-
dad en odontología forense no está debidamente reconocida en 
todo el mundo, ya que no hay normas internacionales para la for-
mación de los futuros estudiantes”. En ese sentido, la normatiza-
ción de la educación en odontología forense es el mayor desafío 
internacional para el futuro. Todos los procedimientos deben bus-
car la excelencia en el desenvolvimiento del perito, eliminando las 
zonas grises de interpretaciones subjetivas que han empañado a la 
profesión en los últimos años. En consecuencia, se debería tomar 
conciencia de esta problemática, desterrando el concepto de 
“aislamiento” en el odontólogo forense, es decir, modificar su 
actitud, en el sentido de comprometerse con los adelantos y reali-
dades del mundo actual, tomando conciencia de la importancia de 
la interdisciplina, la comunicación, cooperación, capacitación y 
adopción de las nuevas tendencias y filosofías globalizadoras que 
lo mantengan atento a las exigencias de la tan importante función 
que le compete. 
 
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The views expressed are those of the authors and do not 
necessarily reflect the opinions or official policies of The Forensic 
Oral Pathology Journal - FOPJ and Syllaba Press. 
 
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CORRESPONDING AUTHOR 
Alan Diego Briem Stamm, DDS. 
Especialista en Odontología Legal 
Auxiliar Docente 
Cátedra de Odontología Legal, Facultad de Odontología 
Universidad del Nordeste (Argentina) 
Email: diegoalan3@hotmail.com 
The Forensic Oral Pathology Journal - FOPJ. 2011; 2(4):9-12. 
ID: fopj00018 - http://www.fopj.syllabapress.com/issues/fopj00018.html