¿Por qué el neoplatonismo desplaza al aristotelismo en el periodo humanista? _______________________________________ ____________________________...

El neoplatonismo desplazó al aristotelismo en el periodo humanista por una serie de razones, entre las que se encuentran las siguientes:

• El humanismo se centró en el ser humano y en sus capacidades, mientras que el aristotelismo enfatizaba la naturaleza y la razón. El neoplatonismo, por su parte, ofrecía una visión del ser humano como un ser espiritual que podía trascender la materia y alcanzar la unión con la divinidad. Esto encajaba con los ideales humanistas, que propugnaban el desarrollo del potencial humano y la búsqueda de la perfección.
• El neoplatonismo ofrecía una visión más optimista del mundo que el aristotelismo. El aristotelismo consideraba el mundo como un lugar imperfecto, en el que el bien y el mal estaban en constante lucha. El neoplatonismo, por su parte, veía el mundo como un reflejo de la divinidad, y creía que el ser humano podía alcanzar la felicidad a través del conocimiento y la unión con lo divino.
• El neoplatonismo estaba más en consonancia con la cultura clásica, que era una fuente de inspiración para los humanistas. El aristotelismo había sido la filosofía dominante en la Edad Media, pero los humanistas se interesaron por la filosofía clásica, y en particular por Platón y el neoplatonismo.

Algunos de los pensadores humanistas más importantes que se inspiraron en el neoplatonismo fueron Marsilio Ficino, Giovanni Pico della Mirandola y Giordano Bruno. Ficino, en su obra "El comentario al Timeo de Platón", defendió la idea de que el ser humano es un microcosmos que refleja el macrocosmos. Pico della Mirandola, en su obra "Discurso sobre la dignidad del hombre", afirmó que el ser humano es un ser libre que puede elegir su propio destino. Bruno, por su parte, desarrolló una visión panteísta del universo en la que Dios y la naturaleza son una misma cosa.

El neoplatonismo tuvo una gran influencia en el pensamiento y la cultura humanistas. Su visión del ser humano, del mundo y de la divinidad inspiró a los humanistas a desarrollar una nueva forma de entender la vida y el universo.