Cabe aclarar que, ya en el año 1992 el autor galo había definido a la Nueva Historia Cultural como una ―… historia de las representaciones y de las...
Cabe aclarar que, ya en el año 1992 el autor galo había definido a la Nueva Historia Cultural como una ―… historia de las representaciones y de las prácticas‖ (1992: IV). Así, el mundo aparece ante los ojos del historiador conformado por representaciones manifestadas a través de símbolos A diferencia de los posmodernistas posestructuralistas, Chartier no cree que el discurso tenga el peso definitivo en la generación de la realidad, es decir que no exista realidad fuera del discurso o que la misma sea inaprensible para el sujeto. Por el contario, entiende que las producciones discursivas y prácticas sociales, si bien responden a lógicas heterogéneas, se articulan e influyen mutuamente. En este punto, Chartier coincide nuevamente con el trabajo de Marin, al que considera relevante
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