Como ya se ha comentado, la presencia de cardiomiopatía dilatada puede generar distensión de los anillos valvulares mitral y tricuspídeo. Esta alte...
Como ya se ha comentado, la presencia de cardiomiopatía dilatada puede generar distensión de los anillos valvulares mitral y tricuspídeo. Esta alteración genera regurgitación de sangre desde el ventrículo izquierdo y derecho hacia los respectivos atrios durante la sístole ventricular. Como consecuencia de cada una de estas regurgitaciones se produce un soplo sistólico, en meseta, con epicentro en el foco valvular mitral y/o tricuspídeo (dependiendo de que se haya afectado una de las válvulas atrioventriculares o ambas). Es decir que, en pacientes con cardiomiopatía dilatada, se pueden auscultar uno o dos soplos. Un detalle que resulta fundamental tener presente en cuanto a este ruido anormal posible de auscultar en estos enfermos, es que dicho soplo es de leve intensidad: en la mayoría de los casos no es superior a 2/6. Por este motivo, los pacientes con miocardiopatía dilatada no presentan frémito y los soplos no se irradian desde un hemitórax a otro, como sí suele ocurrir en animales con insuficiencia mitral crónica. Es por ello que resulta necesario ser muy minucioso a la hora de auscultar un paciente con sospecha de cardiomiopatía dilatada, ya que el soplo suele ser difícil de oír. Además, debemos recordar que la frecuencia cardíaca generalmente se encuentra elevada en forma compensatoria, factor que puede dificultar aún más la auscultación del soplo. Sin embargo no debe omitirse la posibilidad de que un paciente padezca cardiomiopatía dilatada y no presente ningún tipo de soplo, ya que en el momento de la exploración clínica pueden no haberse distendido aún los anillos valvulares atrioventriculares. Debemos recordar que, durante las primeras etapas de esta cardiomiopatía, los ventrículos sufren una dilatación moderada con ausencia de regurgitaciones sistólicas a través de las válvulas atrioventriculares. En este estadio de la enfermedad en el cual no se ausculta soplo, la sintomatología clínica es nula o muy escasa y se debe únicamente a la hipoperfusión, ya que no existe aún fenómeno retrógrado. En algunas ocasiones, también pueden auscultarse alteraciones en el normal ritmo cardíaco compatibles con la presencia de arritmias. La ausencia de soplo no descarta la existencia de cardiomiopatía dilatada.
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