del capítulo 3 («Cardiomiopatía dilatada idiopática canina»). Sin embargo resulta oportuno resaltar que la implementación de un tratamiento orienta...

del capítulo 3 («Cardiomiopatía dilatada idiopática canina»). Sin embargo resulta oportuno resaltar que la implementación de un tratamiento orientado a intentar corregir la causa que provoca la miocardiopatía secundaria puede, en algunos casos, llegar a revertir la enfermedad miocárdica. En boxer, dóberman y cocker spaniel americano se han descripto casos de cardiomiopatía dilatada por deficiencia de L-Carnitina. Esta es una amina cuaternaria hidrosoluble que se sintetiza principalmente en el hígado, alcanzando altas concentraciones en el corazón y músculo esquelético. Su función es facilitar el transporte de los ácidos grasos de cadena larga dentro de la mitocondria. Debe recordarse que, en condiciones normales, el corazón obtiene el 60 % de su energía por medio de la oxidación de los ácidos grasos. Por este motivo, la deficiencia de L-Carnitina puede redundar en una menor producción de energía a nivel cardíaco, con una consecuente disfunción miocárdica. Este elemento se encuentra principalmente en alimentos de origen animal, motivo por el cual algunos caninos alimentados con dietas vegetarianas estrictas pueden desarrollar cardiomiopatía dilatada secundaria a deficiencia de L-Carnitina. En estos casos se ha observado que la administración de 220 mg de L-Carnitina/día produce una respuesta favorable en la fuerza de contracción del miocardio luego de unas semanas de tratamiento. La deficiencia de taurina es una alteración que se ha advertido en golden retriever, cocker spaniel americano y dóberman con cardiomiopatía dilatada a pesar de que, a diferencia de lo que ocurre en felinos, en caninos este elemento no es un aminoácido esencial. Se trata de un aminoácido azufrado primordial para la función miocárdica, cumpliendo un importante efecto antioxidante de membrana y teniendo efecto inotrópico positivo. Además se postula que, a nivel cardíaco, la taurina colabora en la modulación de la osmolaridad intracelular, las concentraciones de calcio y los flujos de iones transmembranas. Se cree que la causa de esta deficiencia puede radicar en la administración de dietas vegetarianas o con un nivel muy bajo de proteínas. La suplementación de taurina, en estos casos, ha mejorado la función miocárdica. La cardiomiopatía dilatada secundaria a la administración de doxorrubicina es otra de las patologías descriptas. La doxorrubicina es una droga quimioterápica utilizada con frecuencia en los protocolos de tratamiento de pacientes oncológicos. Las consecuencias que genera este fármaco a nivel cardíaco consisten en degeneración vacuolar del miocito y distensión del retículo sarcoplasmático, lo cual redunda en falla miocárdica. Por este motivo, resulta más que oportuna la evaluación cardiológica por medio de un electrocardiograma y ecocardiograma en forma previa a cada sesión quimioterápica con esta droga. Una vez que se encuentra instalada la disfunción miocárdica, más allá de que se suspenda la administración de doxorrubicina, es muy difícil que la función del miocardio se recupere en forma completa. El parvovirus es un agente infeccioso que se multiplica en forma intracelular provocando muerte de las células. Por este motivo se postula que los cachorros afectados por este virus pueden desarrollar cardiomiopatía dilatada secundaria. La cardiomiopatía dilatada secundaria a taquicardia sostenida puede producirse en aquellos casos en los cuales la frecuencia cardíaca se encuentre superando los 200 latidos por minuto durante un período que supere las 4-6 semanas, como consecuencia de la continua exigencia en el trabajo de los miocitos. Al disminuir la frecuencia a valores normales, la función del miocardio se recupera luego de 14-21 días.