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Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates CAPÍTULO31 3 ÁREAS DE PRESCRIPCIÓN DE LOS EJERCICIOS PILATES Aparato respiratorio Pilates era asmático. Por ello, entre los objetivos de sus ejer- cicios siempre estuvo presente el aspecto respiratorio. Pero no se trata sólo de una respiración para “oxigenar la sangre”, sino que con la práctica cotidiana del método se ha podido com- probar que los efectos de una buena respiración, profunda y asociada al movimiento, trascienden la función de oxigenación de la sangre. Por ejemplo, podemos flexibilizar los ligamentos y las articulaciones intervertebrales, costovertebrales, condrocostales y esternocostales gracias a la práctica respiratoria y, con ello, po- demos incrementar la capacidad extensible de la caja torácica en sus tres dimensiones, con ejercicios específicos que implican expansiones en los diámetros anteroposterior, lateral y vertical. También ejercitamos la musculatura respiratoria profunda (serrato posteriores, triangular del esternón, supracostal) y su- perficial (serrato anterior, abdominales), además del diafragma. El resultado es una mejoría de la capacidad respiratoria, tanto en la inspiración como en la espiración, cuantificable mediante la medición del perímetro torácico antes y después de un ciclo de sesiones.1 Aparato circulatorio Además de porque muchos de los ejercicios Pilates se rea- lizan en decúbito y con miembros en elevación, la contrac- ción muscular profunda facilita el drenaje venoso y linfático, a la vez que activa la circulación. Por una parte, comprime la red venosa profunda, permitiendo empujar el líquido inters- ticial y ayudar al drenaje venoso y, por otra, aumenta el flujo de la circulación arterial hacia los músculos utilizados en los ejercicios, con lo que, en definitiva, produce un aumento del gasto cardíaco. Otro ejemplo es el del orificio de la vena cava inferior en el diafragma. La contracción del diafragma en las respiraciones profundas actúa a modo de bombeo sanguíneo accesorio sobre el orificio, pero justo donde más lo necesita el sistema venoso: poco antes de llegar a la aurícula derecha exhausto de presión, apenas a 20 mmHg de presión, lo cual le supone un respiro (“y nunca mejor dicho”) previo a drenar al corazón. No hay un claro efecto del entrenamiento del fitness car- díaco, a pesar de lo que pudiera parecer por la aparición de técnicas derivadas, como el “cardiolates”. Los estudios realizados sobre la presión sanguínea y la fre- cuencia cardíaca en varias series de ejercicios Pilates en mat, no han demostrado un aumento significativo para alcanzar el nivel mínimo que se requiere para considerarlo un fitness car- diovascular.2 Aparato digestivo Si unimos el tono de los músculos abdominales, a modo de faja cilíndrica, a la contracción de los diafragmas torácico y pélvico que concurren durante la respiración profunda y pau- sada, tendremos un empuje de las vísceras intraabdominales, pero de una manera fisiológica, con lo que estaremos actuando sobre las vísceras abdominales a modo de una esponja: com- primiendo el contenido y expandiéndolo (Fig. 3-1). El resul- tado es el de una gran activación de la circulación de todos los fluidos corporales abdominales: sangre, linfa, secreciones sero- sas y líquido extravascular. Muchos síndromes inespecíficos (“digestiones pesadas”, “hepatopatías”, “congestiones”, “retenciones de líquidos”) me- joran con estos ejercicios. Figura 3-1. Radiografía en color del tubo digestivo. 32 PARTE GENERAL Una demostración práctica es lo que ocurre en las primeras sesiones: el alumno, en estas condiciones, poco antes de fina- lizar los 60 minutos de la sesión, suele solicitar ir al cuarto de baño. Es el resultado de la movilización del líquido intersticial y extravascular que suele “inundar” el abdomen y sus vísceras en las personas poco activas. Por otro lado, el hiato esofágico se trata de un hiato muscu- lar provocado por el cerclaje insercional en la columna del dia- fragma alrededor del esófago. Ante casos de esofagitis, pirosis, “hernias de hiato”, gastritis inespecíficas y ante la alternativa de un tratamiento o farmacológico o quirúrgico cabría plan- tearse previamente la alternativa de un tratamiento etiopato- génico que implica el ejercicio profundo y consciente del dia- fragma para tonificar ese esfínter natural. Aparato locomotor Huesos Se sabe que el ejercicio tiene un efecto muy beneficioso so- bre la mineralización ósea. Los últimos estudios tratan de de- terminar el cómo y el porqué. Parece ser que el estrés sobre la trama ósea exige el depósito óseo sobre las zonas más solicitadas para preservar la solidez de la arquitectura. Esto es especial- mente importante a partir de la menopausia en las mujeres y en las personas inactivas.3 Como ocurre en el taiChi, y en múltiples actividades que requieren apoyo unipodal, el cuello femoral se beneficia pronto de este estrés mecánico, frenando la velocidad de la pérdida ósea. Pilates no es diferente. En el caso de los ejercicios en el suelo son los cuerpos vertebrales de las vértebras lumbares los que mejoran su densidad de hueso respecto a los grupos inac- tivos. En el caso de los ejercicios Pilates en máquinas o con implementos son el cuello femoral y otras áreas de carga las que se benefician del aporte de masa ósea. Articulaciones La concentración, precisión e intensidad con que se reali- zan los ejercicios y el uso de la respiración ejercen efectos sobre el rango de movimiento articular: “la respiración facilita el mo- vimiento y el movimiento facilita la respiración”. Cuando predomina la precisión y exactitud de los ejercicios sobre la amplitud y la velocidad, podemos actuar sobre zonas específicas de las articulaciones, mejorando la flexibilidad de sus ligamentos y de los músculos profundos. El caso más lla- mativo es el de la columna vertebral: son muchas las personas que dicen que “Pilates hace crecer” cuando lo que en realidad se produce tras las clases de Pilates es un alargamiento de las curvaturas fisiológicas de la columna, lo que se traduce en un aumento de la talla. No es raro oír a un cliente que cuando acaba la clase y vuelve a su automóvil tiene que modificar el espejo retrovisor porque su cuerpo ha “crecido”. El método Pilates aumenta la flexibilidad medida, entre otros test, por la distancia dedos-suelo.4 En rehabilitación, los resultados sobre las rigideces articu- lares y ligamentosas son bastante positivos. Por ejemplo, en la espondilitis anquilopoyética y en la artrosis.5 El alargamiento entre las vértebras aumenta los espacios intervertebrales, lo que alivia la presión entre las carillas articulares y en los casos de protrusiones y hernias de disco. Músculos Los ejercicios del método Pilates son, sobre todo, ejercicios de la musculatura profunda, postural, estática, aunque también se utilizan (aunque menos) ejercicios de las grandes cadenas musculares dinámicas. Por esa razón, no suelen hipertrofiar al músculo. Más bien lo “alargan”. El método Pilates, desde una perspectiva fisioló- gica, son un conjunto de ejercicios concéntrico-excéntricos y de ejercicios isométricos estabilizadores. Además, uno de los grandes hallazgos de Pilates fue inventar ejercicios en máquinas con muelles, lo cual obliga al músculo a contraerse contra una resistencia progresiva (concéntrica), a la vez que luego debe re- tornar a la posición inicial venciendo esa resistencia (excén- trica). Y eso sabemos que es una actividad que potencia enor- memente al músculo. Por eso, como decía Joseph Pilates, en pocas sesiones se puede notar la diferencia y en unas pocas más será el entorno el que las notará. Los ejercicios Pilates también contraen isométricamente músculos que mantienen la estabi-lidad articular, lo que mejora el rendimiento de los músculos dinámicos y se traduce en una mayor agilidad. Actualmente, estamos realizando un “mapeado” electro- miográfico de todos los ejercicios Pilates para entender clara- mente cómo funciona y cómo activan los músculos un profe- sional, un alumno o un lesionado. Postura La postura es el resultado de nuestra organización segmen- taria y en ella influyen muchos factores: la fuerza-resistencia de la musculatura profunda postural, la flexibilidad de los te- jidos fibrosos fasciales y articulares, la propiocepción y el con- trol neuromotor de nuestra estática y de nuestros movimientos, los diferentes estados psíquicos del individuo (relajación, es- trés), las posiciones habituales durante la jornada laboral y las rutinas domésticas (conducir, ver la televisión, comer, dormir, sentarse, etc.). El uso simultáneo de la respiración en los ejercicios Pilates, debido a las inserciones del diafragma en la columna vertebral y en las costillas, provoca importantes cambios de las dimen- siones, estiramientos y presiones de los espacios torácicos y ab- dominales y, por lo tanto, en las estructuras elásticas y plásticas de los mismos (como las fascias, ligamentos, mesos, etc.). Además, la movilización muscular insercional, fascial y li- gamentosa desde el diafragma sobre el tórax, la columna cer- vical, dorsal y lumbar mediante la respiración profunda, junto al efecto que tienen los movimientos de los miembros sobre las curvaturas vertebrales (las escápulas presionando la caja to- rácica por detrás e indirectamente sobre la cifosis dorsal, las Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 33 caderas sobre la pelvis y el movimiento de ésta sobre la co- lumna lumbar, etc.) y realizado todo con un buen alinea- miento de los segmentos implicados y una correcta disociación nos lleva a una flexibilización de las estructuras fibrosas pro- fundas que son las que limitan la movilidad (como en las cifosis posturales) y por otro lado a provocar con la inspiración y la contracción del diafragma el aumento de la lordosis lumbar, la reducción de la cifosis dorsal, la extensión cervical y la aper- tura costal inferior, y los efectos contrarios en la espiración. Del mismo modo, realizando los ejercicios con el alinea- miento correcto, a medida que avanza el rango de movimiento suficiente vamos consiguiendo una potente reorganización de nuestro mapa corporal que en definitiva es lo que nos va a per- mitir corregir nuestras malas posturas y a “darnos cuenta” de nuestras malas colocaciones y tensiones innecesarias. Estos efectos sobre la postura deben mantenerse con un en- trenamiento regular.6 Rehabilitación Uno de los campos con mayor éxito es el de la rehabili- tación de lesiones y de la cirugía con ejercicios Pilates (en máquinas). La funcionalidad, seguridad y progresividad son elementos clave para elegir un centro Pilates para la rehabi- litación, siempre que esté atendido por un profesional mé- dico o fisioterapeuta. Hoy en día, la patología de columna,7,8 cadera y rodilla,9 y tobillo y hombro10 tienen en Pilates la mejor cinesiterapia para el tratamiento tanto de las lesiones y molestias como de la re- habilitación postquirúrgica. También los problemas musculares, tendinitis y articulares. Con el método Pilates no se tratan los síntomas, sino que se va directamente a las causas mecánicas que han provocado la lesión. Es, igualmente, curioso que muchos pacientes, cuando acaban su tratamiento, quieren seguir haciendo Pilates, pues han descubierto una manera saludable para mejorar sus con- diciones físicas y mentales. Pilates se pensó para gente sana. En este libro lo utilizamos como un medio terapéutico, como una cinesiterapia. La metodo- logía es, pues, adaptada. Sistema nervioso Ya el concepto Bobath plantea la capacidad del cerebro de reorganizarse, lo que significa que las partes sanas del cerebro aprenden en ciertas circunstancias y pueden compensar las fun- ciones que fueron realizadas previamente por las regiones da- ñadas del cerebro. El requisito previo para esto es, sin embargo, un soporte y un estímulo aplicado al paciente por parte del te- rapeuta. El concepto ha alcanzado éxitos en la rehabilitación, particularmente en el caso de los enfermos que sufren paresia en un lado del cuerpo después de un accidente vascular. Adentrándonos en las posibilidades de futuro del método Pilates, ya existen experiencias que demuestran esa llamada “plasticidad de las neuronas”. Así pues, cuando una parte del sistema nervioso central tiene un deterioro grave, y según el tipo y extensión de la lesión, durante un tiempo las neuronas circundantes tienen la posibilidad de explorar nuevas vías de actuación excitomotora hasta que consiguen o no encontrar otro mecanismo de volver a actuar para producir el mismo efecto funcional que tenían antes. En este “patrón motor reorganizado” tiene una enorme im- portancia la repetición de esos patrones motores fisiológicos desde un entorno funcional y familiar que en el caso del mé- todo Pilates con máquinas e implementos se aproxima mucho a las actividades cotidianas, y puede ayudar a la rehabilitación. Además, en los déficit neurológicos, la búsqueda del con- trol neuromotor que aporta el método Pilates es beneficioso para mejorar el movimiento.12,13 También se suele comentar el efecto relajante de Pilates so- bre todo para ayudar a dormir.11 Psicología Los ejercicios realizados en calma, concentrados, realizando respiraciones profundas son muy relajantes. Si a ello añadimos la movilización de zonas rígidas y la flexibilización de fascias y ligamentos, a veces se consiguen “liberaciones somatoemocio- nales”. También se observan efectos positivos sobre el estrés, el insomnio, etcétera.11 Hay algunos estudios que relacionan Pilates con la mejora de la autoestima. Incluso si atendemos a la casuística personal, muchos casos de fibromialgia encuentran en Pilates una de sus posibilidades terapéuticas. Tercera edad Las personas mayores, con el cúmulo de problemas que se asocian al envejecimiento, no suelen frecuentar los gimnasios porque se topan con individuos y “cuerpos” que les hacen pa- recer a ellos “como de otra galaxia”. Por otra parte, en los gim- nasios de rehabilitación ya los conocen tanto que no les dejan perpetuarse en sus salas. Últimamente, los ayuntamientos han promovido la activi- dad física en los polideportivos y cada vez son más los grupos de edad que acuden a ellos. Sin embargo, el método Pilates re- quiere de una precisión, intensidad y progresividad que es muy difícil de incorporar en una clase colectiva en el suelo. Sin ir más lejos, el mero hecho de tumbarse en el suelo o levantarse de la colchoneta ya es una actividad difícil de realizar en estas edades. Ahora bien, podemos entrenar a una persona de edad avan- zada en los principios básicos de Pilates y, si lo hace bien y con frecuencia, en poco tiempo va a poder aumentar sus posibili- dades de movimiento y acción.14 Incluso es eficaz en enfermos encamados, que pueden aumentar sus capacidades cardiorres- piratorias, el tono muscular del abdomen, la flexibilidad de hombros y caderas y la disociación de los miembros respecto del tronco y, en definitiva, mejorar sus posibilidades de inde- pendencia de movimiento.15 De todas formas, el uso de las máquinas Pilates con sus re- sistencias de muelles, sus posibilidades de ejercicios y la mul- 34 PARTE GENERAL del suelo de la pelvis y luego mejora la activación de la muscu- latura del diafragma pélvico y sus estructuras elásticas adya- centes durante la espiración. Con esto se consigue un buen en- trenamiento del nudo fibroso central del periné, un mejor control de la musculatura perineal y una ayuda a la tonifica- ción de las paredes vaginales.Es una buena gimnasia preven- tiva o paliativa de prolapsos uterinos, cistoceles y rectoceles, incontinencia urinaria, dispareunias, molestias postepisioto- mías y hemorroides, entre otras enfermedades. El fortalecimiento muscular de la espalda (dorsales) mejo- rará la capacidad de llevar el “peso” abdominal durante los úl- timos meses del embarazo, así como las actividades de aga- charse y levantarse para atender al bebé o llevarlo en brazos. Figura 3-2. Niña practicando Pilates. titud de implementos para adaptar cada ejercicio a las posibi- lidades y condiciones de la persona, es la esencia para aprender el método Pilates y obtener resultados en muy poco tiempo. Uno de los campos más interesantes de aplicación es la pre- vención del riesgo de caídas mediante ejercicios Pilates. Los re- sultados de un estudio en 8 adultos mayores de 65 años (con una media de edad de 78 años), después de seguir un entrena- miento con máquinas una vez a la semana, fue una mejoría significativa en las pruebas de equilibrio estático y dinámico, La estabilización del tronco, disociando el movimiento de ca- deras, evitará las lumbalgias del embarazo.17 La tonificación abdominal y del diafragma influirá en el momento de las contracciones para el período expulsivo del parto, mejorándolo. La oxigenación de la sangre, aumentada por la respiración Pilates, junto a las respiraciones cortas du- rante las contracciones, mejorará la oxigenación de la sangre del cordón umbilical. La flexibilización de las articulaciones ayudará en el parto. La recuperación tras el parto será más rá- pida, al tonificarse todo el entorno del canal del parto y los ab- dominales, además de mejorar el equilibrio, el movimiento y la postura18 (Fig. 3-3). así como en la reducción del riesgo de caídas.16 Patología mamaria Pediatría Durante el desarrollo del individuo, en las etapas infantil y adolescente, concurren numerosos cambios que tienen su re- flejo en la postura, pero no solamente desde la perspectiva de alineamiento del aparato locomotor, sino en los aspectos psico- corporales. El método Pilates introduce una disciplina de ejercicio que busca y casi siempre consigue, un alargamiento del tronco, una mejor circulación del aire y la sangre, una tonificación del centro de fuerza y, en definitiva, una actitud corporal abierta y potente. Las formas de aprendizaje dependerán del momento del niño. Al principio se usa para realizar juegos motores (para lo cual disponemos de numerosos implementos, como balones, cilindros, platos rotatorios y bandas elásticas para explorar el espacio, la coordinación, la propiocepción y el equilibrio). Más tarde, introduciendo la autoobservación de la postura y de las tensiones posturales, igual que lo hacen otras técnicas como Alexander, Feldenkrais o Eutonía. Y, finalmente, como disci- plina que conecta mente y cuerpo y permite una mayor segu- ridad y autoestima, al modo de un yoga occidental, como me gusta definir parte del método (Fig. 3-2). Ginecología Hay una sinergia muscular entre el diafragma torácico y el diafragma pélvico. La contracción diafragmática, al aumentar la presión intraabdominal, provoca primero un estiramiento La recuperación del cáncer de mama es un momento de- licado, un momento en que deben respetarse los procesos de reparación cicatricial, así como otras complejidades físicas y emocionales que puedan surgir. La fatiga, la amplitud de mo- vimiento limitada, e incluso el temor de sufrir dolor, impiden muchas veces a una mujer tímida hacer ejercicio. Tras una operación por patología de mama, y más si hay resección de los ganglios axilares como ocurre frecuentemente en el cáncer de mama, puede quedar una zona axilar y pectoral afectada por un edema linfático y con una cicatrización con problemas de adherencias. Figura 3-3. Embarazada a término haciendo Pilates. Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 35 Se hace necesario entonces un plan de ejercicios para me- jorar la circulación, la movilidad y la fuerza de la región. El método Pilates es ideal para ello: es un ejercicio saludable, se- guro y efectivo para las mujeres que están recuperándose de un cáncer y recibiendo tratamiento10 y también tiene influen- cia en la mejora de la autoestima. Urología La incontinencia urinaria obedece a varios factores, pero en los casos más frecuentes (los funcionales), se trata de una falta de tono del suelo pélvico y sus esfínteres. Muchas clientes jóvenes (entre 20 y 30 años) me han comentado que pensaban que sus pequeñas pérdidas de orina eran normales pues ocu- rrían cuando se reían mucho o hacían un ejercicio con aumento de la presión abdominal. Sin embargo, tras 3-4 se- siones de Pilates ya no tenían esas pérdidas. Eso confirma lo que ocurre a nivel del diafragma pélvico urogenital cuando se hace Pilates bien. Efectos sobre la estabilidad El método Pilates trabaja enormemente los abdominales. Es el prototipo de la mayoría de los ejercicios abdominales que se realizan en los gimnasios. Pero, a diferencia de los abdomi- nales explosivos y dinámicos, que se realizan en estos lugares, el método Pilates tiene la facultad de activar específicamente la zona periumbilical e infraumbilical, zona que es la más eficaz para activar el tono y la estabilidad del “centro de gravedad” del cuerpo. No en vano, hasta la anatomía se dispone diferente en esta zona: las aponeurosis de los músculos abdominales cruzan la línea media de distinto modo bien se trate de la zona su- praabdominal o infraabdominal. En el caso que nos ocupa, las aponeurosis lo hacen por delante del recto anterior en la zona de debajo del ombligo, presionando al recto anterior del abdomen para evitar que sobresalga, un efecto muy estimado entre las mujeres que hacen Pilates antes de las vacaciones del verano. Esto consigue que se tense la vaina del recto anterior y este músculo obtenga su máxima potencia. La activación abdominal correcta del método Pilates esta- biliza el tronco y el centro de gravedad, con lo que ayuda al mantenimiento del equilibrio.12 Las personas que entrenan con Pilates pueden contraer el transverso del abdomen y mantener un mejor control lumbo- pélvico que los que entrenan con ejercicios abdominales tra- dicionales.19 Aplicaciones en los deportes Pilates ha sido utilizado desde sus inicios como prepara- ción física de policías, bomberos, boxeadores y artistas de circo, pues eran las profesiones que a principios del siglo XX más demandaban un programa eficaz de entrenamiento y mantenimiento. Eso fue lo que llevó a Pilates a Inglaterra justo antes de la Primera Guerra Mundial, lo que hizo que fuera in- gresado en un campo de internamiento por ser alemán, y lo que le sirvió para diseñar su programa de ejercicios en máqui- nas inspiradas en el mobiliario hospitalario, pero con la in- tuición genial de añadirles muelles. Luego su método fue aceptado y adoptado por George Balanchine y difundido por bailarines muy famosos. Así pues, el método Pilates tiene grandes aplicaciones en los deportes, tanto para mejorar los movimientos técnicos depor- tivos como para la prevención y tratamiento de los problemas habituales de los deportistas. El fundamento consiste en la gran “transferencia” que tie- nen los conceptos de ejercicios Pilates con las actividades téc- nicas deportivas para mejorar el rendimiento final.20 Además, el método Pilates no interfiere con la preparación habitual ni con otros programas. Si se programa convenientemente, Pilates dota al deportista de un control sobre sus movimientos que no consiguen otros métodos. Al mismo tiempo permite realizar movimientos técnicos difíciles en un entorno fiable y familiar con diferentes grados de dificultad, lo que permite que el de- portista vaya elaborando una “memoria cinestésica”con gran precisión.21 Desarrolla la flexibilidad articular y muscular en diferentes planos de movimiento, fortalece la musculatura profunda que sujeta las articulaciones y permite desarrollar la potencia de la musculatura dinámica, descomponiendo un determinado mo- vimiento técnico de un deporte en multitud de patrones de movimiento que pueden entrenarse individualmente e inte- grarse después en conjunto. Pilates en la obesidad y la estética El método Pilates no supone un gran consumo de calorías: unas 200-250 por sesión. Por lo tanto, no es un método de adelgazamiento. Sin embargo, puede ser una buena opción para las personas obesas porque van a empezar a recuperar la movilidad articular y la fuerza de los músculos profundos, lo que les va a permitir moverse mejor y así iniciar una actividad cardiovascular más activa (como caminar mejor y más rápido, subir escaleras, etc.) y, por lo tanto, empezar a combatir la obesidad. El método Pilates no tiene como objetivo la pérdida de peso. Si es eso lo que se quiere hay dos vías más directas: redu- cir la cantidad de calorías que se ingieren y hacer ejercicio ae- róbico durante un mínimo de 20 minutos 3 veces a la semana. Lo que sí consigue Pilates es moldear el cuerpo, especialmente, el torso. Al trabajar la musculatura profunda, el alineamiento de los hombros, la “sonrisa pectoral” y la columna, el “porte” es más elegante, ágil y llamativo. Si se añaden los implementos ya se puede moldear también la musculatura superficial, aun- que siempre será menos que si lo hacemos con pesas. La zona abdominal, la postura de los hombros y la cabeza, las espaldas encorvadas, los glúteos y muslos son zonas que mejoran clara- mente con los ejercicios Pilates22 (Fig. 3-4). 36 PARTE GENERAL miento descansa en lo que el paciente hace y no en lo que se le hace al paciente.23 Por ello, va a ser muy importante, como luego veremos, la implicación que tenga el propio paciente en su proceso de tratamiento y de recuperación. Esto abarca desde la asistencia y fidelidad a las sesiones de Pilates, pasando por la realización de actividades y ejercicios domésticos en línea con el reaprendizaje de sus funciones con base en Pilates, hasta el seguimiento de un plan de vida activa aprovechando el em- puje vital que imprime estar realizando sesiones intensas como son las propias de este método durante varias semanas. Como en toda rehabilitación mediante cinesiterapia, el mé- todo Pilates se plantea varios objetivos que tienen que ver no solamente con la eliminación del dolor o la impotencia fun- cional sino que busca conseguir un nuevo patrón motor que Figura 3-4. La obesidad puede ser un impedimento. Pilates y crecimiento El crecimiento de los huesos finaliza a los 18-20 años en las mujeres y 22-24 años en los hombres. Lo que ocurre des- pués son cambios en la talla debido a los cambios en la hidra- tación de los discos intervertebrales y los cambios en las cur- vaturas fisiológicas de la columna. Al final del día, debido a la carga que soportan, los discos pierden un pequeño porcentaje de agua que los hace un poco más delgados. Si perdieran 1 mm cada uno, al haber 12 discos dorsales y 5 lumbares, se produ- ciría una disminución de 17 mm (1,7 cm), además de la re- ducción de la talla por el aumento de las curvaturas dorsolum- bares debido al peso del cuerpo. Por eso es normal que, tras una sesión de una hora de Pilates, en la que hemos estado tra- bajando en alargamiento, reduciendo la lordosis lumbar diná- mica con ejercicios abdominales y mejorando la cifosis dorsal con la estabilización de las escápulas, hayamos ganado algún centímetro. Una prueba concluyente es que, tras una clase de Pilates, es frecuente tener que mover el espejo retrovisor por el cambio habido en nuestra postura. Con Pilates no se crece. Lo que consigue es alargar la columna vertebral, reduciendo sus curvaturas naturales y por lo tanto hace parecer a la persona más esbelta y alta. Pero hemos constatado que después de varias sesiones, inmediatamente tras la sesión de Pilates hay realmente una reducción de la distancia entre C7 y L5, acompañada de una mayor flexibilidad para la flexión y la extensión. Eso ex- plicaría la paradoja de que haya una reducción real de la lon- gitud de la columna (de 0,5 cm de media) y que, en cambio, exista un cambio postural que obliga a modificar el retrovisor. OBJETIVOS DEL MÉTODO PILATES EN LA REHABILITACIÓN DEL APARATO LOCOMOTOR La rehabilitación no es cualquier medio con fines funcio- nales, como el hielo, el calor, los ultrasonidos, la electroterapia, sino que hace referencia a la utilización de medios funcionales para fines funcionales. En la rehabilitación, las acciones del pa- ciente son de suma importancia. Es más, el peso real del trata- permita movilizar las estructuras corporales de una manera efi- caz y económica. Por ello, para analizar los objetivos principa- les de la rehabilitación basada en el método Pilates, deberíamos diferenciar entre las siguientes acciones: · Rehabilitar la movilidad articular. · Rehabilitar la fuerza muscular. · Restablecer el control neuromuscular. · Recuperar la integridad funcional. · Economizar las funciones orgánicas. · Conseguir la conexión mente-cuerpo. Mejorar la movilidad articular La movilización de una articulación puede hacerse de ma- nera pasiva, activa o asistida. Para alcanzar la máxima movilidad articular, hay que tener en cuenta, por un lado, la capacidad de movimiento de las superficies articulares de los huesos (ampli- tud y dirección de movimiento), por otro, la flexibilidad de las estructuras capsulares y ligamentosas y, finalmente, la distensi- bilidad de los músculos, para permitir el máximo rango de mo- vimiento articular (sin necesidad de llegar al tope óseo, ya que es peligroso). Para este estiramiento muscular pasivo debemos tener presente dos cosas fundamentales: haber calentado antes y que realmente consigamos que los extremos donde se inserta el músculo a estirar se alarguen (de nada sirve un estiramiento que “arrastra” el origen del músculo: hay que sujetarlo bien). Cuando se realiza de manera pasiva o asistida, podemos aprovechar el efecto de los muelles de las máquinas del entorno Pilates y realizar diferentes posiciones sobre ellos, que faci- litan el movimiento dentro de un recorrido seguro. Cuando lo hacemos de manera activa podemos incluir otras técnicas para implicar también a los músculos y a las unidades mus- culotendinosas en ese proceso. Por ejemplo, pueden aplicarse estiramientos basados en la facilitación neuromuscular pro- pioceptiva (PNF), o utilizar implementos que masajean en profundidad los tejidos inertes o incluso zonas tendinosas ricas en receptores reflejos para facilitar el alargamiento muscular. Además, la respiración es un factor muy importante en cual- quier técnica de estiramiento. Hay que tener en cuenta que los movimientos normales que se observan en los deportes y en las actividades físicas son, Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 37 por naturaleza, diagonales y espirales (rotacionales) debido al propio diseño del sistema muscular, esquelético y articular. Por ello, en el diseño de los ejercicios de Pilates debemos incorpo- rar diferentes planos de movimiento para abarcar el máximo de posibilidades de cada articulación. Rehabilitar la fuerza muscular Independientemente de los tipos de contracción muscular (isométrica, concéntrica y excéntrica, además de la pliométrica y la isocinética –que no tienen apenas relevancia en el entorno Pilates–), hay tres elementos claves en la rehabilitación de la fuerza muscular mediante ejercicios Pilates que veremos a con- tinuación: · Primero, hay que olvidarse de la filosofía tradicional de in- crementar la fuerza muscular básicamente mediante el en- trenamiento basado en la fuerza.Esto dará a los pacientes mayor fuerza y control, además de reducir al mínimo el riesgo de lesiones. La clave es la precisión y la eficacia del movimiento. · Si es necesario un trabajo específico de fortalecimiento, se debe conocer el tipo de musculatura que queremos trabajar en un determinado ejercicio para fortalecerla de manera aislada (analítica) o en cadena muscular. · Por otro lado está la sistemática de contracción que se le exige, en términos de intensidad (volumen de las cargas y número de repeticiones), calidad (precisión de movimiento, utilización de imágenes), y dirección (de proximal a distal –cadena abierta–, o de distal a proximal –cadena cerrada–). Cada ejercicio puede ser dividido en músculos que estabi- lizan el movimiento (estabilizadores) y músculos que producen movimiento (motores). Cuando se realiza un ejercicio, una de los formas de acercarse a él es centrarse primero en los estabi- lizadores, porque sin una correcta estabilización no puede ha- ber movimiento eficiente. Cuando se haya logrado la correcta estabilización, el objetivo debe centrarse en el/los iniciador/es y motores. Con los ejercicios del método Pilates podemos trabajar el fortalecimiento de un determinado músculo o de una cadena muscular. Además, la propia sistemática de los ejercicios hace que podamos activar tanto los agonistas como los antagonistas, y también hacerlo de diferente modo a cada grupo: desde una contracción concéntrica para unos y luego para los otros, o una contracción concéntrica agonista seguida de una excéntrica al mismo grupo muscular. Pero uno de los elementos clave del trabajo Pilates es el fortalecimiento de la musculatura postural profunda. Pilates refuerza la musculatura proximal y, especialmente, a los músculos de la estática, los que sujetan los puntos de inserción proximales para permitir la transferencia de la máxima capacidad del músculo a sus inserciones distales. Por esa razón es difícil con- seguir una hipertrofia muscular como la que se consigue con ejercicios de pesas. La musculatura trabajada con el método Pi- lates es una musculatura elongada, pues en muchos de los ciclos de ejercicios se trabaja de manera isométrica y/o excéntrica. Figura 3-5. Ejercicio de bíceps en el Reformer, con los abdominales activados isométricamente. Para ganar fuerza hay que llevar al músculo a un cierto grado de fatiga y eso se consigue aumentando la carga o aumentando las repeticiones. Nosotros preferimos lo segundo, por lo que realizamos varias series de repeticiones, intercalando entre ellas otros ejercicios a modo de “descansos activos” (Fig. 3-5). Restablecer el control neuromuscular El control neuromuscular es la respuesta motora del sis- tema nervioso a la información sensitiva que le llega desde los receptores en el sistema esquelético. La propiocepción es la apreciación consciente o inconsciente de la posición articular, mientras que la cinestesia es la sensación del movimiento o de la aceleración articulares. La reeducación del control neuromuscular permite a los músculos, las articulaciones y a su controlador principal, el ce- rebro, reestructurar las percepciones que se originan en cada movimiento y en cada postura. Todo ello, en un entorno de rehabilitación, permite prevenir las recaídas. El aprendizaje motor tiene dos fases: · La primera fase intenta alcanzar un nuevo rendimiento mo- tor y elaborar un programa motor básico. En este proceso se implica la corteza cerebral (frontal y parietal), por lo que es un proceso lento, pues pasa por varias sinapsis, y es ago- tador, dada la necesidad de participación consciente de la corteza. · La segunda fase es un mecanismo por el cual el cerebro in- tenta minimizar los caminos y simplificar los mecanismos reguladores, pero tiene como inconveniente que cuando este segundo programa motor se ha fijado es muy difícil cambiarlo. Los receptores del tejido capsuloligamentario y musculo- tendinoso ejercen un papel sensitivo esencial para detectar el movimiento y la posición articular tanto en la estática postural como en la dinámica. A partir de ese momento, el control neuromuscular consiste en planificar movimientos basados en esa información sensitiva obtenida de las experiencias previas. Este proceso regula continuamente la actividad muscular me- diante vías reflejas. Uno de los mecanismos más importantes 38 PARTE GENERAL para que las articulaciones queden estabilizadas antes de que carguen peso es el aumento previo de la rigidez muscular.24 Hay varios tipos de mecanorreceptores tanto en las articu- laciones como en el periostio de los huesos, los músculos, los tendones e incluso la piel: corpúsculos de Paccini, corpúscu- los de Meissner (táctiles), terminaciones nerviosas libres, ór- ganos de Golgi y husos musculares. Los órganos de Golgi se localizan en el tendón y en la unión entre el músculo y el ten- dón, protegiendo así a esta unión de los estiramientos exce- sivos que podrían causar daño mediante la inhibición refleja de la actividad muscular, además de informar al sistema ner- vioso central (SNC) de cuándo y cómo se está poniendo en tensión. Los husos musculares se hunden en las fibras del músculo esquelético y detectan la longitud y el ritmo de los cambios de esa longitud y transmiten estas señales a través de los nervios aferentes que llegan primero a la médula y, más tarde, al cerebelo y al cerebro. La lesión de estructuras articulares de los miembros supe- riores o inferiores provocan déficit propioceptivos, cinestésicos y neuromusculares.25-27 Cuando ocurre un traumatismo, además de la lesión en los ligamentos, los huesos o en los músculos, se produce una rup- tura (desaferenciación de los mecanorreceptores periféricos) que interrumpe la retroalimentación sensitiva necesaria para la estabilización refleja de las articulaciones y la coordinación neuromuscular. El objetivo es restablecer las vías aferentes y eferentes para que mejoren el anclaje dinámico articular frente a las cargas que ocurren in vivo. Para restablecer esta activación muscular hay que emplear posturas simuladas de vulnerabili- dad que precisen de una estabilización muscular reactiva, y en eso Pilates es muy efectivo. Para rehabilitar, pues, el control neuromotor habrá que volver a recuperar las conexiones que le permiten al SNC trabajar en coordinación con el sistema osteomuscular. Recuperar la integridad funcional El término hace referencia a la “integridad”, o sea, haber superado la fase de inflamación y dolor y haber recompuesto las condiciones anatómicas, mecánicas y fisiológicas, y “fun- cional”, es decir, referidas a un objetivo concreto de función. Puede ser aplicado a un movimiento funcional doméstico, a un movimiento profesional o a un movimiento deportivo. Pero se trata de aunar diferentes aptitudes motrices, psicológicas y neurológicas para llegar a un rendimiento del movimiento que supere no solamente la situación previa, sino que pueda llegar incluso a mejorarla. Hablamos, por ejemplo, del reentrena- miento del equilibrio, de la reeducación de la marcha, la ca- rrera, el salto, subir escaleras, levantarse de un asiento, alcanzar objetos del suelo o de un alto, etc.; en definitiva, moverse con coordinación (capacidad de interaccionar varios estímulos), con habilidad (capacidad de hacerlo con éxito) y con agilidad (capacidad de hacerlo fluido y rápido).28 Para realizar un movimiento determinado hay que integrar el efecto conjunto del SNC y de los músculos. Es una trans- formación efectiva de la fuerza, la velocidad y la movilidad. Economizar las funciones orgánicas El propio Joseph Pilates padecía asma y con el fin de me- jorar sus prestaciones respiratorias puso especial énfasis en la respiración. En las fotografías que nos han llegado de él se puede apreciar el efecto sobre la caja torácica de su entrena- miento durantetoda la vida. Una buena oxigenación da vida a todas las células y tejidos de nuestro cuerpo. En el caso de la actividad física se sabe que una buena condición aeróbica re- trasa la aparición de la fatiga. Un ciclo respiratorio coordinado con el movimiento lo hace más fácil y distendido, a la vez que facilita la precisión. En el caso de la circulación, las contracciones de la muscu- latura periférica profunda facilitan el retorno venoso, lo que es especialmente interesante en pacientes con problemas vas- culares del tipo de las varices, edemas venosos o linfáticos y ar- teriopatías periféricas. En referencia al remodelado óseo, determinadas cargas so- bre el hueso provocan una respuesta en forma de aumento de la masa ósea trabecular en el sentido de contrarrestar dichas cargas. Eso es especialmente útil en los cuerpos vertebrales para prevenir su hundimiento osteoporótico en las edades seniles y también en la arquitectura de los haces trabeculares del cuello del fémur, reforzando así su arquitectura y previniendo su frac- tura, como se comenta en el capítulo de la osteoporosis. Pero en el caso del remodelado neuromotor se trata de automatizar un modelo de movimiento por repetición conti- nuada del mismo, con el fin de crear un estereotipo motor, di- námico, y específico, que se caracterice por la posibilidad de realizar de idéntica manera, en el tiempo y en el espacio, el movimiento pretendido. Este remodelado del movimiento permite prevenir los pro- blemas de la sobrecarga del aparato locomotor y de algunos accidentes, como trastornos en la marcha y caídas29 (Fig. 3-6). Conseguir la conexión mente-cuerpo Nuestro cuerpo no es algo ajeno o simplemente mecánico. Forma parte de nosotros y reacciona a los estímulos externos como un todo. Nos movemos como somos. Cuando nos iniciamos en una disciplina como el método Pilates, aprendemos mucho de las reacciones del cuerpo a los ejercicios y de las sensaciones psíquicas y psicológicas durante y tras las sesiones. Poco a poco nos vamos dando cuenta de la Figura 3-6. Ejercicio Pilates en la silla. Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 39 ASPECTOS DE LA REHABILITACIÓN CON PILATES · Tratamos enfermos, no enfermedades. · Los problemas son multifactoriales: el tratamiento también lo es. Se busca corregir la causa o las causas del problema. · El paciente debe participar de forma activa. · Los ejercicios realizan un trabajo global, regional y local. · El vehículo del movimiento es la respiración y el alargamiento. · El patrón del movimiento es el control del centro, la precisión y la disociación coordinada. · Los ejercicios Pilates contienen una serie de conceptos de movimiento: nosotros utilizamos esos conceptos en total o en partes para conseguir el objetivo. · La rehabilitación y el tratamiento con Pilates siguen un pro- tocolo progresivo: desde la movilización sin dolor hasta la in- tegridad funcional, pasando por flexibilizaciones, fortaleci- mientos y estimulaciones propioceptivas. · Pilates es un medio, no un fin. Por eso, procuramos imple- mentar el tratamiento con todos los medios que sean nece- sarios para conseguir la vuelta rápida a la normalidad. · Si en pocas sesiones no ha habido ningún cambio, hay que revisar todo el programa: el diagnóstico y el protocolo tera- péutico. Si, a pesar de eso perdura el problema, hay que plan- tear si se debe seguir tratando con Pilates a ese paciente y/o en ese momento de la evolución de su problema. importancia de ser conscientes de nuestro cuerpo y de sus reacciones al movimiento. Es una conexión entre la mente y el cuerpo que si algún día se perdió, fue probablemente un fac- tor importante en la lesión, pero si se recupera estaremos en la vía de conseguir una salud global. Una rehabilitación completa debe tener, pues, en consideración estos elementos para incor- porarlos en el propio proceso reeducador. METODOLOGÍA DE LAS SESIONES La rehabilitación con el método Pilates requiere que el tra- tamiento esté basado en una valoración detallada de los hallaz- gos de la exploración más que en tener protocolos para catego- rías generales de diagnóstico. Cuando se trabaja con el método Pilates en la rehabilita- ción no se trata de que el paciente tenga que realizar los ejer- cicios tal y como son, o tal y como los hemos aprendido, sino que debemos rescatar el “concepto del ejercicio” para acoplarlo al plan rehabilitador en su nivel de exigencia, en el número de repeticiones (que pueden ser más o menos que las habituales, o incluso en diferentes tandas de repeticiones), en la precisión de su realización, teniendo en cuenta las características del pa- ciente, forzando o cuidando su repercusión, buscando el ob- jetivo funcional. No son, pues, sesiones Pilates convencionales. La potencia de la cinesiterapia basada en el método Pilates está precisamente en utilizar este conjunto de ejercicios y conceptos como un medio para rehabilitar al paciente y no como un fin en sí mismo. Aquí llegamos al “nudo central” del tema: a la capacidad del instructor para saber escoger del catálogo de ejercicios los más adecuados, sus secuencias cinéticas gestuales, configurarlas en un plan de acción con un primer nivel adaptado a las cir- cunstancias actuales del paciente pero con una orientación cla- ramente de progresión y avance, y con una continua revisión del protocolo para adecuarlo al desarrollo de todo el proceso rehabilitador. Como ya se dijo en el capítulo 1, en el planteamiento re- habilitador mediante el método Pilates consideramos que: · Tratamos a enfermos y no a enfermedades. · Buscamos corregir la causa, en lugar del síntoma. · Hacer partícipe al paciente de su proceso terapéutico de una forma activa. · Trabajar en tres dimensiones: global, regional y local. · Utilizar como vehículo del movimiento la respiración y el alargamiento. · Utilizar como patrón de movimiento el control central, la precisión y la disociación coordinada. EJERCICIOS La lista de ejercicios originales en el mat son unos 37, con una diferencia muy breve según los listados de que dispone- mos, aunque, posteriormente, se han incluido algunos ejerci- cios más que no estaban en la relación original del propio Pi- lates, y en otros se han añadido variaciones para hacerlos más sencillos en su aprendizaje o en ocasiones más avanzados. En la guía de estudio de la Pilates Method Alliance (una organiza- ción privada que intenta regular la práctica y los principios del método), se reseñan los 34 ejercicios descritos por Joseph Pi- lates en su libro Return to life (más tres ejercicios que se hacen actualmente), hasta 65 ejercicios en el Reformer, 59 en el Ca- dillac, 51 en la silla, 16 en el barril y 7 en el ped-o-pull.30 Las numerosas escuelas surgidas en los años noventa am- pliaron el repertorio basándose muchas veces en ejercicios de los maestros de 1.a generación y, en ocasiones, en la inclusión de una variación que mejoraba las posibilidades del mismo. Por ejemplo, en el repertorio de Body Arts31 se muestran 49 ejercicios en el mat, 56 en el Reformer (varios de ellos nuevos respecto al repertorio original), 24 en Cadillac, 15 en la silla, 6 en el barril, añadiendo además 5 ejercicios en la silla para brazos y 10 en el paso por barril. El Physical Mind Institute32-34 ha registrado 29 ejercicios en el Reformer, 24 ejercicios en el Cadillac ampliados con otros 19 adicionales (en total 43 ejercicios) y 41 ejercicios en la silla. Como vemos, hay diferencias entre lo original y las evolu- ciones de cada escuela. Sin embargo, se pueden rastrear patrones motores comunes en varios de los ejercicios, sobre todo a nivel básico, que son los que utilizaremos en el inicio de las sesiones de rehabilita- ción con Pilates (Tabla 3-1). Ejercicios “concepto”Así pues, entre el amplísimo catálogo de ejercicios del mé- todo Pilates que se utilizan en rehabilitación, hay algunos que 40 PARTE GENERAL tienen la particularidad de resumir con sencillez un determi- nado patrón motor que necesitamos recuperar con cierta fre- cuencia, por lo que interesa que el paciente lo aprenda bien y perciba las diferencias de su realización en diferentes entornos y que pueda realizarlos en su casa para conseguir un avance mayor en la rehabilitación. Son los ejercicios “concepto”, aque- llos que sintetizan mejor que otros las mayores posibilidades de impactar en el paciente para llevarlo a una etapa mejor de su proceso terapéutico. Los elementos de esos ejercicios concepto son: · Representar un determinado principio, con claridad y sen- cillez. · Versatilidad para ser realizados en diferentes entornos de máquinas o implementos. · Progresividad en su propia ejecución, con niveles básico, intermedio y avanzado. Juntos constituyen una serie de ejercicios que suelen ense- ñarse en las primeras clases de Pilates y, básicamente, tienen que ver con la estabilización del tronco, la movilidad de la co- lumna en sus tres planos y la disociación de los miembros. Los ejercicios “concepto” más destacados son: · Flexión lumbar: puente (en el mat, en el Reformer; en los implementos: balón, rodillo, discos, Bosu). · Flexión dorsal: estiramiento de la columna (con regresión a la elevación del pecho, y variaciones y progresiones a ro- dar hacia abajo, empujar la silla, etc. · Extensión vertebral: extensión de columna (en mat, en el barril, el cisne en Cadillac). · Rotación vertebral: rotaciones de columna. · Flexión lateral: la sierena y la sirena con rotación. · Flexoextensión de caderas (en supino, en lateral [patada lateral], círculos de piernas, tijeras, entrecruzados [criss- cross], etc.). · Disociación de hombros (ejercicios de brazos en Reformer, Cadillac, en silla). · Estabilización del tronco: el cien (en mat, Reformer, Cadi- llac), estiramiento de una y dos piernas, y cuadrupedia. Descomponer los movimientos: progresiones y regresiones Para comprender del todo un ejercicio o movimiento, éste necesita ser analizado. Una vez analizado, el profesor es capaz de aplicar el movimiento de la forma más apropiada y en el en- torno más eficaz. Un ejercicio siempre debería ser seleccionado de forma inteligente, según el resultado que busquemos.35 Si conocemos el amplio repertorio del método Pilates dis- ponemos de posibilidades casi inagotables para tratar un de- terminado tipo de patología. Por ello debemos aprender a des- componer los ejercicios Pilates para poder utilizar fragmentos del mismo en cada momento evolutivo. Además, esos mismos movimientos podemos encontrarlos en diferentes ejercicios y en diferentes máquinas, aplicarles más o menos resistencia de muelles, utilizando un determinado recorrido articular. Esto Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 41 les proporciona cualidades diferentes, bien sea haciéndolos más avanzados o, por el contrario, haciéndolos más fáciles. Son las progresiones y regresiones. Algunas escuelas de Pilates han recurrido a ello para planificar el aprendizaje del catálogo de los ejercicios Pilates, guiándose por esas progresiones y re- gresiones. Por ello, ante la amplitud del repertorio, se suele de- cir que la calidad del tratamiento viene dada por la capacidad de imaginación y conocimiento del terapeuta. A diferencia de otros métodos que limitan la creatividad, Pilates es un escena- rio sin límites en el que se pueden experimentar nuevos movi- mientos. Hay que evitar, pues, la monotonía. Durante la rehabilitación, la recuperación del control neuro- muscular pasa por diferentes etapas que es necesario respetar para seguir una progresión lógica. · Fase cognitiva. El paciente ensaya y entrena centrándose en mejorar su habilidad con la respiración, con la disocia- ción del movimiento de los miembros superiores e inferio- res mientras el tronco permanece estable, y aprendiendo patrones de movimientos genéricos o amplios. · Fase asociativa. Se mejoran los patrones de respiración, disociación, trabajo abdominal y colocación de la pelvis, intentando mejorar los patrones de movimiento groseros para coordinarlos y trabajarlos más aisladamente. Una de las claves está en identificar los patrones de movimientos compensatorios durante el ejercicio y en descomponer el movimiento en otros componentes pequeños que permi- tan entrenar los movimientos aislados. Una vez se han aprendido estas habilidades se deben coordinar con otros movimientos entrenados de la misma manera. · Fase autónoma. Hay que buscar la habilidad para trabajar de forma dinámica los movimientos funcionales del día a día, centrándose en el trabajo de disociar el movimiento de los miembros con la estabilización del tronco y viceversa. En la literatura científica son numerosísimas las referencias a las progresiones que deben seguir los ejercicios rehabilitadores y se establecen así diferentes etapas de rehabilitación según es- cuelas, autores o instituciones para configurar un determinado protocolo. Desde nuestro punto de vista de Corpora Pilates y, en especial, dentro de un entorno propiamente Pilates, la pla- nificación apropiada de cada una de las fases se debe basar más en los resultados y en el rendimiento individual que en la du- ración preestablecida de las etapas; es decir, no hay plazos fijos. Aprendizaje de los ejercicios Se avanza paso a paso. Hay que empezar con ejercicios bá- sicos, haciendo una lista con un determinado orden, hasta que la rutina sea fluida. Poco a poco podrás aumentar la dificultad tanto del propio ejercicio como con otros ejercicios más avan- zados. Finalmente, una vez desarrollada la técnica y memori- zado el orden de las series, el siguiente paso es la calidad. En- tonces ya trabajas sin tensión, con economía del esfuerzo. Lo ideal es que el entrenamiento de los diferentes ejercicios se con- vierta en un solo movimiento encadenado de principio a fin: un movimiento fluido. Figura 3-7. Enseñanza a futuros monitores. Al principio se aprenden los conceptos básicos de la respi- ración, el control motor del centro, el alargamiento, la orga- nización de los hombros, etc., aunque, a veces, hay que dejar al paciente que encuentre el momento de corregirse correcta- mente. Una vez controlado el proceso con varias sesiones (entre 10 y 15, al principio una o dos a la semana y luego de dos a tres sesiones semanales) se inician pequeñas movilizaciones, a veces, fragmentos de los ejercicios Pilates, como secuencias gestuales, en las que conseguimos con precisión nuestro objetivo de mo- vilizar, fortalecer o de facilitar la recuperación y el control mente-cuerpo (Fig. 3-7). Ritmo de la práctica Existen varias formas de ejercitar el método Pilates. Incluso existe un “Cardiolates” que hace referencia a un trabajo más cardiovascular que el habitual. Joseph Pilates decía que su mé- todo debía practicarse al ritmo del corazón. Importa más la calidad que la cantidad. Con la práctica regular, y centrándose en la calidad del movimiento, se alcan- zan niveles altos de movimiento como para hacer ejercicios técnicamente complejos casi sin esfuerzo. La clave está en la concentración, la precisión y el control en cada movimiento, durante cada una de las repeticiones. Por eso se recomiendan pocas repeticiones, como mediaentre 4 y 8, dependiendo de la complejidad y la intensidad del movimiento. Cuanto más complejo sea el movimiento, menos repeticiones debes hacer. Cuanto más básico sea el movimiento, más repeticiones pue- des hacer. La razón es que con pocas repeticiones, si hay un alto grado de precisión, se produce un reclutamiento ade- cuado de los músculos realmente implicados en la acción. Si se hacen muchas repeticiones, aparecen compensaciones desde otros músculos que toman la iniciativa, normalmente, los músculos dinámicos. Por esto, Joseph Pilates decía: “Menos es mejor”. 42 PARTE GENERAL APRENDIZAJE MOTOR Es interesante conocer el proceso del aprendizaje motor para en- tender las posibilidades que tienen los ejercicios del método Pilates a la hora de incluirlos en un plan de rehabilitación satisfactorio. Todo el proceso de aprendizaje puede dividirse en etapas que lo hacen más inteligible tanto por el monitor como por el paciente. El proceso comienza en una etapa que se puede considerar como de “incompetencia inconsciente” y finaliza cuando se consigue llegar a una “competencia consciente”. En el intermedio hay dos fases más, que son, sucesivamente: “incompetencia consciente” y “com- petencia consciente”. En determinadas actividades todavía podría- mos incorporar una quinta etapa: la “competencia refleja”, ante es- tímulos difíciles. Es frecuente observar que el monitor cree que el paciente parte de la etapa segunda (la incompetencia consciente), que se da cuenta de sus errores. Nivel 1: pensemos, además de en el paciente, en aprender a con- ducir o a tocar un instrumento o a trabajar en el ordenador. En un primer momento, el paciente no sabe ni se da cuenta de que padece una deficiencia particular en el área de la lesión; cree que simple- mente está dolorida, pero no sabe que no controla para nada ni la propiocepción ni esa zona. Por eso es habitual que el paciente nie- gue la utilidad de las nuevas actividades que le proponemos. En los ejemplos que proponemos, el individuo tiene dificultades para coordinar mínimamente la conducción de un automóvil (arran- carlo, aparcarlo, poner un intermitente y cambiar de marcha), pulsar una cuerda de guitarra que coincida con la presión del dedo o ma- nejar el ratón del ordenador. Así pues, si queremos avanzar en el proceso del aprendizaje mo- tor, el paciente tendrá que reconocer su incompetencia antes de que podamos empezar a enseñarle nuevas habilidades. Hay que motivar al paciente, mostrando las posibilidades que puede conseguir con el plan de ejercicios para que pueda llegar a ser consciente y com- petente en sus movimientos. Nivel 2: en la siguiente etapa ya disponemos de la actitud positiva del paciente, que conoce la existencia e importancia de la habilidad aprendida, o que tiene que aprender, aunque sabe que le cuesta y Un mismo ejercicio puede utilizarse en el tratamiento de patologías en distintas zonas. Lo importante es utilizar el “concepto” del ejercicio más que el ejercicio en sí mismo. En muchos casos se utilizarán partes del ejercicio con ni- veles normalmente más básicos que los usados en una sesión de Pilates normal. Si un paciente no presenta mejoría en las 3-4 primeras se- siones, hay que replantearse el diagnóstico patomecánico o el protocolo. Por otra parte, es posible que en el transcurso del tratamiento se produzcan retrocesos; la mayoría de las veces porque el paciente ha iniciado precozmente actividades para las que no estaba preparado, y en otras ocasiones porque ha habido algún ejercicio excesivo. Protocolo de tratamiento: metodología de la rehabilitación con Pilates En este libro se han clasificado los ejercicios del método Pilates atendiendo a su principal foco de acción, lo cual no no puede todavía conseguirla. Pero ya conoce qué nivel se requiere para su propia competencia. Por eso, intenta trabajar esa habilidad y está de acuerdo en esforzarse y practicar el ejercicio para llegar a ser competente y consciente de esa competencia. En ese momento, toda su atención está fijada en el proceso que realiza; es difícil dis- traerle. Pilates decía: “en diez sesiones notarás la diferencia”. Nivel 3: cuando el paciente ya puede realizar la actividad correc- tamente, y sin asistencia de una manera consciente, estamos en la fase de competencia consciente. Si le distraemos es fácil que falle: necesita concentrarse y pensar en ello para conseguirlo, pues de lo contrario no lo consigue, no tiene automatizado el proceso. Lo puede realizar con bastante acierto en ocasiones, pero todavía no es capaz de enseñarlo a otros con seguridad. Nivel 4: en la etapa final se alcanza una competencia inconsciente, que implica, entre otras cosas, la capacidad de realizar una acción mientras se está en otra, como puede ser conducir un automóvil, in- terpretar música mientras se está hablando, hacer deporte oyendo las noticias. Poco a poco, la actividad a realizar se ha hecho instin- tiva. Pero para mantenerse en ese nivel se necesita que periódica- mente se ponga en evidencia, se entrene. Nivel 5: como un grado más de habilidad motora, se trasciende de la actividad realizada rutinariamente para añadirle un cualidad mayor: realizarla con la máxima calidad pero con un mínimo es- fuerzo, y a su vez, ser capaces de mejorar el resultado ante los im- previstos, es decir, competencia “refleja”. El bailarín que se mueve como sobre el aire, el músico que toca pasajes de difícil ejecución como si no fuera dificultoso, el que desarrolla una ejecución depor- tiva muy difícil o la posibilidad de moverse de una manera fluida y eficaz donde antes existía una torpeza motora. En ese punto se pue- den afinar los detalles para conseguir un resultado excelente. Es lo que algunos autores han denominado “competencia consciente de lo inconsciente”. En el caso de Pilates corresponde a la tercera afir- mación: “…y en diez sesiones más, tu cuerpo habrá cambiado”. quiere decir que no puedan servir para más de un problema o más de una zona afectada. Pero, ante el amplio repertorio de ejercicios, hemos preferido poner en evidencia aquellos “con- ceptos gestuales” que tienen un impacto directo sobre lo que queremos tratar. Como se dijo en la Introducción, muchos ejercicios sirven para muchos problemas, pero la selección ade- cuada de cada uno de ellos es una labor difícil. Depende de muchos factores, como la capacidad del paciente para reali- zarlo, tanto por su fase en la rehabilitación, como por sus há- bitos para el ejercicio físico, el tipo de problema y su evolución (pues no todos evolucionan de la misma manera a pesar de que sean idénticos), de la dinámica de la sesión, etcétera. Diagnóstico previo El diagnóstico de una situación compete al profesional médico que considera multitud de elementos de la fisiología y de la psicología para disponer de una visión holística del problema, aunque también hay un diagnóstico más adaptado al problema concreto que se conoce como “diagnóstico fi- Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 43 sioterápico”. Pero lo principal es tener claro cuál es la situa- ción de partida, qué factores han intervenido para que se pro- duzca el problema, cuál ha sido la evolución posterior, y en qué situación nos encontramos cuando tenemos al paciente delante. Para la exploración del aparato locomotor hay que conocer con profundidad, cuando menos, la anatomía y la biomecá- nica. Cada estructura corporal tiene su propio lenguaje y ha- cerla hablar es el objetivo de la exploración. Una condroma- lacia rotuliana no es igual en un paciente que en otro y ésa es una de las claves para que el diseño del tratamiento sea satis- factorio: tener en cuenta la mayor parte de elementos que con- fluyen en una persona determinada que tiene un problema determinado. Además de la anamnesis ampliay exhaustiva sobre hábitos del paciente, antecedentes y posibles factores implicados en el problema, es esencial hacer un análisis postural, un estudio sencillo de la marcha, una valoración funcional de la movilidad articular, de la fuerza-control motor y de la coordinación y equilibrio. Son datos que nos ayudarán a elegir los ejercicios más adecuados tanto para la sesión como para realizar ejerci- cios complementarios o domésticos. Prescripción de ejercicios. Fases del protocolo Al prescribir ejercicios de rehabilitación hay que tener pre- sente el diagnóstico previo, las posibilidades del individuo y la fase clínica en la que se encuentra. Cada patología y cada in- dividuo tienen unas prioridades a tener en cuenta. Las fases en la prescripción de los ejercicios Pilates de- penden sobremanera del tipo de lesión que se pretende tra- tar y rehabilitar, así como de las circunstancias del paciente, que suelen ser muy variadas. Pero en una visión general po- demos establecer cuatro grandes momentos de la rehabili- tación con Pilates que encajan perfectamente con las pro- puestas de DeRosa y Portefield en su libro Mechanical low back pain36 y conforme a los principios corpora Pilates ya enunciados en el capítulo anterior de los fundamentos, se- rían los siguientes: · Fase I. Reposo de la zona afectada. Estabilización central. Disociación de las articulaciones cercanas. Mantenimiento isométrico de la fuerza. · Fase II. Al desaparecer el dolor, iniciar la movilización pa- siva, asistida y activa de la articulación y la musculatura. Se incorporan ejercicios de propiocepción temprana. · Fase III. Comenzar el fortalecimiento muscular, aumen- tando las resistencias y continuando con la provocación propioceptiva. · Fase IV. Se busca la integración funcional del movimiento, es decir, que sea coordinado, fluido y eficaz y que tenga re- lación con los movimientos cotidianos o deportivos que se pretenden recuperar. Sin embargo, en algunas patologías, el orden de estas fases puede variar en función de la propia patología y en casos muy específicos. Fase I: reposo de la zona afectada y control del dolor En un primer momento suele primar el dolor como factor fundamental. En gran medida es el dolor el que dicta el ritmo de la evolución. Hay que realizar un tratamiento intensivo del dolor y la inflamación con todas las medidas posibles: fi- sioterapia, farmacología y reposo, pero incluyendo la educa- ción al paciente para evitar las recidivas y para aprender los principios del método Pilates. Una buena planificación, se- leccionando cuidadosamente los ejercicios, y un plantea- miento multidisciplinar permiten acortar significativamente esta primera fase. La rehabilitación basada en Pilates se puede realizar sin pro- blemas porque hay muchos elementos que deben ir introdu- ciéndose en la rutina de trabajo sin necesidad de centrarse di- rectamente en la zona lesionada (la respiración, el control de la estabilidad pélvica, la disociación de los miembros, el tono muscular) y este momento es muy útil para ello. Con ello nos aseguramos entrar en un “entorno curativo” que aumentará la confianza no ya del paciente sino de los mecanismos defensivos del sistema nervioso central que, en definitiva, son los que van a regir toda la recuperación. Una vez solventado el problema del dolor dependerá de la prioridad en conseguir movimiento o conseguir control neuromotor o conseguir fuerza, para prescribir unos u otros ejercicios. Estabilización y disociación Al iniciar la rehabilitación propiamente dicha hay que evi- tar cualquier irritación posterior de la lesión, reducir el dolor y restaurar un radio de movimiento sin dolor. Para ello, pon- dremos en práctica dos elementos esenciales en Pilates: la es- tabilización central y la disociación. La estabilización central o proximal tiene que ver con la ac- tivación del core, o, lo que es lo mismo, el reclutamiento de los estabilizadores profundos de los segmentos proximales (transverso del abdomen y multífidos, en el caso del miembro inferior y del tronco, y de los romboides, serrato anterior y fi- bras inferiores del trapecio en el miembro superior).36 Estos músculos pueden también describirse como controladores, ya que se contraen isométricamente sin acortarse ni alargarse. Por lo tanto, puede ser difícil sentir cómo se contraen estos múscu- los, lo que requiere un trabajo adicional previo. El segmento proximal consigue la estabilización cuando se disocian las ex- tremidades o los segmentos por encima o por debajo de la le- sión. El uso eficiente de los estabilizadores profundos y la con- siguiente reducción de las compensaciones musculares y articulares es la esencia biomecánica de la Etapa I: el estableci- miento de un “entorno seguro” para evitar que la disociación articular provoque dolor o inflamación. La disociación es la movilización aislada de una articulación distal o proximal respecto del lugar de la lesión para iniciar la recuperación temprana de toda la zona implicada. Ello requiere que exista una estabilización previa para que la otra articula- ción pueda moverse en un rango seguro. 44 PARTE GENERAL Fase II: restablecer la movilidad y el control neuromuscular Movilidad articular segura Una vez establecido el control en el tronco estático, se puede comenzar con las actividades de movilización. Esta res- tauración del movimiento debe conseguirse de forma delicada, mediante movimiento pasivo y activo. Con frecuencia pode- mos aumentar la patología si aquélla es demasiado agresiva o prematura. Ésta es la razón por la que el uso de la asistencia que proporcionan las máquinas o los diferentes implementos resulta tan fundamental para la restauración adecuada de la movilidad. Debe enfocarse el movimiento en una secuencia lógica. En la rehabilitación basada en Pilates no existe un ejercicio con- creto ni un plano concreto en el que actuar, sino que depende del tipo de problema que presente el paciente para que utili- cemos el “concepto de ejercicio Pilates” y lo adaptemos a sus posibilidades. Escoger el grado adecuado de asistencia y la mo- dificación correcta puede acelerar significativamente la restau- ración del movimiento. Movilidad muscular Como ya se explicó en el capítulo 1, los músculos están di- señados para el movimiento, tanto para contraerse como para alargarse. Incluso cuando se contraen en isometría se está pro- duciendo una aproximación de sus filamentos internos (actina y miosina) que podemos aprovechar para producir un alarga- miento en un momento inmediatamente posterior a esa con- tracción sin movimiento. Por lo tanto, en esta fase de la rehabilitación con Pilates hay que procurar activar la musculatura sin producir daño en la zona lesionada. Por esto, habrá que hacerlo empezando por las zonas estabilizadoras de forma isométrica, siguiendo des- pués con elongaciones pasivas y asistidas de los músculos uti- lizados, y pasar luego a realizar contracciones activas submáxi- mas y finalmente excéntricas. Control neuromuscular Una vez que haya comenzado la recuperación de un arco de movimiento de la zona afectada, debe buscarse un control sobre esas acciones para conseguir una estabilidad dinámica que anticipe la recuperación de los movimientos funcionales. La exigencia es grande tanto para la propiocepción como para el equilibrio. Para ello hay que “provocar” al programa cines- tésico y neuromotor. Es importante recordar que el objetivo es conseguir que el movimiento sea eficaz. Incorporando desde el comienzo los principios de respiración y movimiento, au- menta la capacidad del paciente de reclutar estabilizadores se- cundarios (erector spinae, oblicuo externo e interno, dorsal an- cho y musculatura profunda de la pelvis). La reeducación funcional es el paso más importante, ya que deben descom-ponerse primero los patrones de movimientos defectuosos en un entorno extraño antes de reinstaurar nuevos patrones. Una vez que el paciente se sienta cómodo con el nuevo movimiento en un entorno extraño, está listo para pasar a un entorno co- nocido, donde el paciente es devuelto al movimiento inicial- mente deseado. Es aquí donde la creatividad del terapeuta es esencial para el éxito.37 Fase III: desarrollo de la fuerza Es posible incrementar la fuerza si la carga impuesta al músculo supera sus capacidades durante el ejercicio. No se trata tanto de aumentar las cargas o resistencias, sino de activar la musculatura profunda estabilizadora y someter a los múscu- los de la dinámica a una serie de repeticiones que les permitan adquirir tono tanto analíticamente (un músculo específico) como especialmente en cadena muscular, lo que anticipa la integración funcional del movimiento. En lugar de tratar de lograr mejorías en la fuerza absoluta, se trata de conseguir una buena adaptación neural que permita un correcto control neuromotor. Se da prioridad al concepto de calidad sobre el de cantidad. Por ello, es más importante aumentar la dificultad propiocep- tiva que aumentar la resistencia externa. Se le debe instruir al paciente para que reconozca sus lími- tes interiormente y comprenda que los límites pueden variar de un día a otro. Eso le permite evitar realizar determinadas actividades en un momento equivocado, lo que aumentaría considerablemente el riesgo de sufrir lesiones. Es muy fre- cuente que el paciente refiera tener molestias tras las sesiones o durante el proceso de rehabilitación. Si indagamos sobre sus hábitos, encontraremos muy a menudo que lo que ha ocurrido es que el paciente se ha excedido en sus posibilidades al sentirse mejor y que no ha cumplido nuestras pautas preventivas. Esta actitud también hace al paciente responsable de sus actos y des- carga al profesional de culpabilidad por posibles fallos. Fase IV: integración funcional La integración funcional son una serie de actividades que reproducen las destrezas motrices, profesionales o deportivas reales, permitiendo al individuo adquirir o recuperar la capa- cidad necesaria para desarrollar esas tareas con seguridad y efi- cacia.38 Eso implica incorporar, además de fuerza y flexibilidad, ejercicios de propiocepción y agilidad al programa, así como provocaciones contra el equilibrio postural. Los movimientos que han sido dolorosos (sentarse en una silla o levantarse de ella, darse la vuelta en la cama, subir esca- leras, trabajar en una oficina, coger objetos, peinarse, darse la vuelta y caminar) deben entrenarse en conjunto utilizando para ello todas las posibilidades que ofrece Pilates para que el paciente se sienta seguro para volver a sus ocupaciones diarias y profesionales. La fluidez, coordinación y precisión se con- vierten aquí en principios esenciales. Planificación Es bueno reflexionar sobre la secuencia lógica que debe rea- lizarse en una correcta rehabilitación y, por lo tanto, sobre qué Capítulo 3. Objetivos y metodología de la rehabilitación basada en Pilates 45 es lo que hace falta en cada momento para ir mejorando. Una vez que ese ejercicio haya sido sustituido por una secuencia de movimientos de mayor dificultad, no se debe seguir con la ver- sión más básica, sino que se debe continuar avanzando. Para ello hace falta una planificación (Tabla 3-2). En base a los hallazgos encontrados en la exploración se plantean una serie de prioridades y unos objetivos a corto, me- dio y largo plazo. Es como un avance del proceso a seguir hasta la completa recuperación, en el que se tienen en cuenta las fe- chas del año y posibles vacaciones, la disponibilidad del pa- ciente, el tiempo y las etapas a superar. Una vez que se ha establecido el punto de partida, se debe mantener una base de condición física pero añadiendo retos para progresar debidamente. Para ello se tienen que establecer etapas en el proceso de recuperación, con metas alcanzables que hay que revaluar y modificar regularmente. Cada fase de la rehabilitación debe incluir ejercicios fun- damentales de la fase anterior, evolucionados progresivamente, de tal manera que durante la sesión de Pilates haya un período de calentamiento y preparación, un bloque central dirigido al problema y un período de vuelta a la calma. Teniendo en cuenta el tiempo limitado de que se dispone para cada sesión, es necesario planear el tratamiento con pre- visión de forma que sea progresivo. Como en todo plan tera- péutico profesional hay que partir de un análisis de la situación inicial, un planteamiento de los objetivos y una planificación metodológica que establezca una jerarquía en el orden de los ejercicios, hacia un fin y en un período concreto para conseguir cada una de las metas. Asimismo, es muy conveniente estar alerta para hacer re- visiones muy frecuentes del programa inicial, que son muy ne- cesarias, ya que no se trata de un planteamiento rígido, sino que está en función de la evolución del paciente. Una vez conocido el diagnóstico y, sobre todo, los factores que influyen en la lesión, se tiene que identificar la etapa ade- cuada de rehabilitación en la que se encuentra el paciente, como se expuso anteriormente. A continuación, selecciona- mos los ejercicios más adecuados para una primera etapa y se sugieren otros grupos de ejercicios para etapas progresivas del tratamiento, a modo de progresión planificada. Algunos de los ejercicios deben modificarse para adaptarlos a las necesi- dades del momento: no todos los ejercicios pueden ser reali- zados igual por todos los pacientes sin realizar modificaciones para que un movimiento se desarrolle con éxito. Si está mal planteado, podemos interferir con la rehabilitación, pero si está bien orientado y con una buena progresión, podemos ace- lerar el proceso. En el entorno de rehabilitación disponemos además de multitud de asistencias para completar con éxito las repeticiones. De todas formas, una planificación coherente tiene en cuenta cuatro pasos fundamentales, que son: · Realizar un listado con todos los ejercicios útiles para el problema a tratar. · Ubicar los diferentes ejercicios en cada uno de los sub- grupos de los objetivos que se pretende conseguir (flexi- bilidad de una articulación en un determinado plano, for- talecimiento de un grupo muscular, propiocepción de la zona, etc.). · Seleccionar los contenidos de cada sesión, atendiendo a las fases del tratamiento, dentro de una planificación global, otorgando un porcentaje de tiempo a cada objetivo en esa fase, y respetando la progresividad en el aprendizaje de los ejercicios (buscando un núcleo principal en la sesión y otros momentos más breves para tratar otros aspectos dentro de los objetivos). · Planificar las sesiones de modo que haya una continuidad en los ejercicios indicados para un determinado objetivo, junto a su realización en un mismo aparato o implemento para dar fluidez a la sesión y provocar cargas fisiológicas so- bre las zonas anatómicas en cuestión. Se debe seguir el or- den metodológico basado en las fases de tratamiento, pero utilizando las diferentes máquinas e implementos en una secuencia que facilite la transición del paciente entre el di- ferente equipamiento Pilates, o cuando menos, en la se- cuenciación de los ejercicios en un mismo mat (Fig. 3-8). Periodificación Durante la elaboración del plan de tratamiento dispone- mos de una herramienta muy eficaz que es la periodificación, tomada de la planificación del entrenamiento deportivo para alcanzar objetivos concretos. De esa manera, se tienen en cuenta diferentes fundamentos científicos del entrenamiento,