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Enfermedades del pericardio 140 En caso de que la inflamación afecte, además del pericardio, al miocardio, se denomina miopericarditis. En esta patología la causa más prevalente es la infección viral, en países desarrollados, y bacteriana (tuberculosis) en países en vías de desarrollo. Para diagnosticarlo, además de detectar al menos dos de los síntomas definitorios de pericarditis debe aparecer una elevación de troponinas y/o creatin quinasa MB. El tratamiento es el mismo que en el caso de pericarditis. Tabla 2. Además de estos fármacos, se debe iniciar protección gástrica y reposo relativo en cama o silla mientras persistan los síntomas3. En cualquier caso, el uso de AINES, colchicina o corticoides para estas patologías está considerado fuera de ficha técnica. - Derrame pericárdico: Sucede cuando se acumula excesiva cantidad de líquido en el espacio pericárdico (> 50 mL). Las causas más frecuentes son: ∗ Países desarrollados idiopática (>50%), neoplásica (10-25%), infecciosas (15-30%), iatrogénica (15-20%). ∗ Países en vías de desarrollo tuberculosis. Los síntomas dependen de la velocidad de acumulación del líquido pericárdico (cuanto más rápido, más grave y peor pronóstico). La mayoría de los pacientes están asintomáticos. Si aparecen síntomas, los más frecuentes son disnea, dolor en el pecho y sensación de plenitud. Ocasionalmente: nauseas, disfagia, hipo o ronquera por compresión de estructuras anejas. El tratamiento consiste en drenar el líquido mediante pericardiocentesis. Únicamente cuando exista etiología claramente inflamatoria se recurre al uso de AINES, colchicina o corticoides a las dosis indicadas en la Tabla 2. - Taponamiento cardíaco: Si la cantidad de líquido o la velocidad con la que se ha producido es capaz de dificultar el llenado adecuado del corazón lo llamamos taponamiento cardíaco. La compresión del corazón debido a la acumulación de líquido (pus, sangre…) o gas en el espacio pericárdico puede comprometer la vida del paciente. Puede ser consecuencia de procesos inflamatorios, infecciosos o traumáticos. Los síntomas más característicos son taquicardia, hipotensión, aumento de la presión venosa yugular, ruidos cardiacos amortiguados y silueta cardiaca agrandada en radiografía de tórax. El diagnóstico se confirma mediante ecocardiografía que permite valorar la cantidad de líquido en el espacio pericárdico, su distribución y datos hemodinámicos de comprimiso de llenado de ambos ventrículos. Al igual que en el derrame pericárdico, el tratamiento consiste en realizar pericardiocentesis. En caso de pericarditis purulentas y situaciones hemorrágicas de
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