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1 ORGANIZACIONES COMPLEJAS. CONCEPTO Y TIPOS. PODER E INCERTIDUMBRE EN LAS ORGANIZACIONES. A) MAINTZ: "SOCIOLOGÍA DE LA ORGANIZACIÓN" El objetivo de la organización se ofrece como el mejor punto de partida para el análisis de la misma. Como objetivo de la organización solamente debe considerarse lo que realmente guía las decisiones, lo que en la organización orienta el acontecer, las actividades y los procesos hacia un fin específico. OBJETIVO, FIN Y FUNCIÓN: "Objetivos" parece indicar algo de la organización misma y puesto por su propia voluntad. "Fin", en cambio, nos da la idea de un instrumento, nos hace suponer algo impuesto desde afuera. Del "objetivo" se habla como de algo a que se aspira y que tal vez será alcanzado un día, en tanto que un "fin" es algo que se cumple continuamente. también la palabra "objetivo" más general, y "fin", en cambio más específica. pero no vamos a tomarlas en cuenta. Objetivo y fin, dirigidos a un objetivo y orientado a un fin, son expresiones que se utilizarán aquí como sinónimas, aunque se suele preferir la primera cuando se habla de la organización y la palabra fin, en cambio, cuando se habla de la sociedad. En las organizaciones es importante distinguir los objetivos de las funciones. Se entiende por función de una organización su acción dentro del sistema de la sociedad que la abarca, o sea, la contribución como deseable y fijada como norma por el observador de dicho sistema. El objetivo y la función de una organización no necesitan coincidir. Un objetivo de la organización sólo constituye una función cuando la acción propuesta y la acción efectiva son iguales. Por lo demás, las organizaciones tienen funciones a las que no aspiran directamente como objetivos que son considerados por ella como acciones concominantes no planeadas. Si se trata de hacer un análisis sociológico de la sociedad, puede ser fecundo considerar las organizaciones en sus funciones; en cambio, cuando se trata de la organización, como aquí, entonces el punto central del interés lo ocupan los objetivos. TRES TIPOS DE OBJETIVOS DE LA ORGANIZACIÓN: El objetivo de la organización se muestra como una característica pluridimensional. La clasificación aquí propuesta destaca diferencias que son decisivas para la estructura y el modo de funcionar de las organizaciones. Con arreglo a su objetivo se distinguen tres categorías de organización, las cuales están subdivididas a su vez. En la primera categoría se encuentran aquellas organizaciones cuyos objetivos se limitan a la coexistencia de los miembros, a su actuación común y al contacto recíproco que esto exige. (ejemplo de los círculos de esparcimiento, club). Aquí interesa siempre el objetivo primario. Las organizaciones con objetivos recreativos están estructuradas, por regla 2 general, conforme al modelo democrático. La pertenencia a estas organizaciones es voluntaria. La estructura se muestra relativamente poco diferenciada, no está muy burocrática ni ordenada de una manera excesivamente racional, y los papeles de los miembros en las mismas están casi siempre tan sólo bosquejados. En la segunda categoría se puede incluir las organizaciones que tienen por objetivo actuar de una manera determinada sobre un grupo de personas que son admitidas para este fin, al menos transitoriamente, en la organización (prisiones, las escuelas, las universidades, hospitales y las iglesias). En esta categoría se distinguen subgrupos, según que las personas en cuestión se sometan a la actuación de la organización de una manera voluntaria o forzosa. Por regla general, cuando el reclutamiento es forzoso el Estado respalda a las organizaciones respectivas. Las organizaciones que por sus objetivos pertenecen a la segunda categoría están integradas, por consiguiente, por dos grandes grupos de miembros. De un lado tenemos el grupo inferior, es decir, aquel sobre el que se acentúa, generalmente menos articulado en sí que el grupo actuante, o sea, el personal. En este grupo superior predominan de una manera especial la burocratización y la ordenación racional. Sus miembros son reclutados, por lo general, voluntariamente y ejercen su profesión en la organización. Entre ambos grupos de miembros no existe, típicamente, movilidad. En la tercera categoría se incluyen las organizaciones que tienen como objeto el logro de cierto resultado o una determinada acción hacia afuera (ejemplo: la policía, los partidos, los consorcios de intereses). En esta categoría pueden distinguirse tres subgrupos según la relación característica del grueso de los miembros con el objetivo correspondiente. En primer lugar, los miembros pueden ver en el objetivo de la organización un valor al que están dispuestos a contribuir sin obtener a cambio ventajas personales dignas de mención (ejemplo: las asociaciones benéficas). En segundo lugar, el objetivo de la organización puede identificarse con el interés personal de los miembros; a este subgrupo pertenecen la mayoría de las asociaciones de intereses. Finalmente, los miembros pueden servir al objetivo de la organización porque su cooperación les proporciona ventajas que no se identifican con el objetivo mismo (empresas). La mayoría de los miembros pertenecen a estas organizaciones porque en la organización ganan su sustento. Las organizaciones del primero y del segundo subgrupo, están generalmente estructuradas según el modelo democrático; las del tercero, en cambio, tienen una estructura autoritaria jerarquizada, con poder de mando de arriba abajo. En nuestra sociedad, la pertenencia como miembro a estas organizaciones es generalmente voluntaria. Subrayamos aún que las organizaciones que persiguen varios objetivos pueden pertenecer a más de una categoría formando por tanto tipos mixtos. OBJETIVOS LEGALES E ILEGALES DE LA ORGANIZACIÓN: Para el funcionamiento de una organización es de gran significación el concepto que de su objetivo tiene la sociedad, y concretamente si está dentro o 3 fuera del ordenamiento jurídico y hasta qué punto es considerado por la población como un valor. Las organizaciones cuyos objetivos están jurídicamente reconocidos gozan de tan grandes ventajas frente a aquellas cuyos objetivos están fuera del ordenamiento jurídico. Pueden participar en el tráfico jurídico, reclutar públicamente sus miembros y adquirir los medios necesarios para sus actividades. Poseen dentro del marco legal libertad de acción y pueden invocar la protección del ordenamiento jurídico. Están limitadas legalmente en algunos aspectos, especialmente en las sanciones que pueden aplicarse en algunos aspectos, especialmente en las sanciones que pueden aplicarse a sus miembros. Por su parte, el Estado proporciona a muchas organizaciones medios coactivos importantes y legalizar su empleo. Las organizaciones cuyos objetivos están fuera del ordenamiento jurídico se encuentran constantemente amenazadas por sanciones estatales. Sus posibilidades de reclutar miembros y de adquirir los medios necesarios para sus actividades tropiezan con limitaciones muy estrictas. El mantenerse en la clandestinidad es para ellas el principio dominante, pero ello y la necesidad de amoldarse constantemente a acontecimientos imprevistos y tener que reaccionar rápidamente dificultan una organización racional. Frente a sus miembros, las organizaciones ilegales no poseen sanciones jurídicamente amparadas. Dependen de un convencimiento profundamente arraigado en sus miembros del valor que posee el objetivo ilegal de la organización, y a la falta de esto se ven obligadas a comprar muy cara su cooperación o a obtenerla por la fuerza. La coacción física, que exige una vigilancia constante de los coaccionados, apenas pueden por ello aplicarla. Naturalmente, las organizaciones ilegales no necesitan perseguir un objetivo inmoral; lo que está prohibido por un ordenamiento jurídico dado como objetivo de una organización, puede ser considerado-al menos por parte de la población- como algo deseable. Esto es válido especialmente para las organizaciones ilegales con objetivos políticos. En términos generales podrá decirse que, prescindiendo de otras diferencias, las organizaciones con objetivos ilegales se encuentran especialmente cuando hay una discrepancia grande entre los objetivos establecidos en el ordenamiento jurídico, o sea, entre los objetivos legitimados por la autoridad imperante, y la estimativa de partes importantes de la población. La actitud de las organizaciones ilegales viene también influida por el grado de restricción que tenga un ordenamiento jurídico en relación con los objetivos permitidos de las organizaciones. La libertad de asociación, como principio de la democracia occidental moderna, ha legalizado a un gran número de organizaciones que antes eran ilegales. La actitud de las organizaciones ilegales depende también de la estructura de la sociedad, principalmente de la estructura la dominación. Una sociedad totalitaria hace casi imposible que surjan organizaciones ilegales y que las que puedan surgir se mantengan largo tiempo. Una democracia occidental pluralista es un suelo mucho más favorable para el florecimiento de las organizaciones ilegales, aunque sólo sea porque en ella la red del sistema de vigilancia estatal es mucho menos tupida. 4 La divisoria entre los objetivos ileales y legales puede modificarse en una sociedad en el transcurso del desenvolvimiento histórico. Lo mismo sucede con la consideración de que gozan los objetivos legales de las organizaciones. Aquí basta con indicar que muchas organizaciones han reconocido lo importante que es para ellas el disfrutar de una alta consideración de la población (y del Gobierno); su reclutamiento, su propaganda y su trabajo de Relaciones Publicas atestiguan esto de una manera convincente. NACIMIENTO Y PRESERVACIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA ORGANIZACIÓN: El círculo de personas que ha sido realmente responsable del nacimiento de una organización no tiene que ser necesariamente el mismo que más adelante se identifica con el objetivo de la organización y que lucha por su preservación. Si se investiga las organizaciones existentes nos encontramos con que la cuestión del origen histórico de sus objetivos es, en todo caso, menos indicativa de su funcionamiento actual que la cuestión de la opinión que los miembros tienen hoy de estos objetivos. Los miembros pueden aceptar el objetivo porque para ellos es un valor en sí o porque expresa su propio interés, pero también pueden quedar indiferentes frente al mismo o incluso rechazarlo. Por ello, las diferencias entre los distintos grupos de miembros de la misma organización pueden ser importantes. Los grupos directivos y los rangos superiores de las organizaciones suelen tener del objetivo una opinión más positiva que los rangos inferiores. Solo los miembros que se identifican con el objetivo de la organización conservarán su actitud cuando, a consecuencia de distintas circunstancias, ya no pueda ser alcanzado con los medios que tenía hasta ahora ni de la manera como se conseguía hasta ahora. Preservar el objetivo de la organización es un cometido que tiene que ser desempeñado de manera continuada mientras la organización exista. Preservar el objetivo de la organización no quiere decir mantener la rutina habitual, porque puede convertirse, en circunstancias diferentes, en inadecuada al mismo. La preservación del objetivo no debe, desde luego, conducir a la rigidez si no que se quiere perjudicar la organización. Preservar el objetivo de la organización significa enderezar constantemente hacia el mismo las actividades de la organización. Solamente es necesario compartir la idea de su objeto cuando los miembros no se limitan a cumplir los cometidos que les han sido previamente señalados y deciden por sí mismos sobre su actuación o incluso determinan las actividades de otro miembros. Esta libertad de decisión se otorgará por eso solamente a los miembros que se sientan vicnculados al objetivo de la organización. cuantos más miembros participen en la toma de decisiones tanto más importante será desde luego que todos ellos tengan realmente la misma idea del objeto. Si esto no es así, entonces pueden surgir conflictos de objetivos. EL OBJETIVO Y LA CONSTELACIÓN DE LOS VALORES DE LA ORGANIZACIÓN: 5 El objetivo de la organización no necesita coincidir con la idea que del mismo tienen los distintos grupos de miembros. Con constelación de valores de una organización queremos designar las actitudes valorativas que predominan entre los miembros, los cuales no constituyen por sí mismas una parte fundamental del objetivo de la organización, pero que en ciertas circunstancias pueden influir sobre este objetivo y sobre el comportamiento en la organización. El clima de valores de una organización no determina necesariamente lo que se hace, pero sí determina con frecuencia el cómo se hace. Si el objeto de la organización, entonces puede seguir graves conflictos, ya que tal oposición de la actitud positiva de los miembros frente a la organización y su objetivo tiene que ser contraproducente. PROBLEMAS DE LAS ORGANIZACIONES CON OBJETIVOS VAGOS O CLARAMENTE DEFINIDOS: Los objetivos de las organizaciones no siempre se hallan tan claramente definidos. Con frecuencia la definición del objetivo se limita a dar una dirección general y tiene que ser concretado caso por caso. Puede decirse que en las organizaciones estructuradas democráticamente, en las que los miembros participan en la elección del objetivo, éste tiene que adoptarse a los deseos cambiantes de los miembros, y por lo tanto, sólo puede ser fijado de forma tan general que pueda comprenderse en él una multiplicidad de objetivos particulares concretos. Solo cuando los deseos o las actitudes valorativas de los miembros con respecto al objetivo de su organización son relativamente constantes, como sucede con frecuencia en las organizaciones recreativas o en las asociaciones de beneficencia, puede fijarse anticipadamente un objetivo claro y concreto. La concreación sucesiva de objetos particulares tiene lugar con menos fricción que un cambio de objetivo. La revisión de un objeto, una vez establecido, lleva siempre consigo tensiones y conflictos, porque tiene que ser realizada contra aquellas fuerzas de la organización que se sienten vinculadas precisamente a este objetivo, que han acomodado su comportamiento al mismo y que incluso consideran como una traición del cambio de cometido. Las organizaciones con objetivos definidos solo de una manera general pueden amoldarse a los cambios de la situación exterior y a los deseos variables de los miembros con mayor facilidad que las organizaciones con objetivos unívocamente concretados, en las cuales el cambio de factores internos y externos da lugar rápidamente al problema de la necesidad de cambiar el objetivo. Tanto la capacidad de adaptación en el caso de un objetivo establecido con vaguedad como la falta de capacidad de adaptación en el de un objetivo concreto fijamente establecido pueden ser desfavorables para una organización. Es una organización con un objeto definido de una manera imprecisa también puede tener lugar fácilmente un proceso de adaptación involuntario. En este caso resultaba perjudicial, lo cual no debe ser tampoco generalizado para constituir una regla. Para una organización resulta perjudicial el que su objetivo deje de adaptarse a las circunstancias sociales, el que pierda en consideración social o el 6 que no coincida ya con las actitudes valorativas de la población. Si una organización no se adapta a sus objetivos a tales cambios, piede influencia y apoyo voluntario. Para ilustrar este hecho se puede también hacer mención de los partidos políticos que pierden electores e incluso afiliados cuando sus objetivos no responden ya a los deseos de la población. LA DEFINICIÓNDEL OBJETIVO Y EL ELEMENTO PERSONAL EN LA ORGANIZACIÓN: La precisión con que se defina el objetivo de una organización influye no sólo sobre la capacidad de adaptación de la organización, sino también sobre la libertad de movimiento que haya de tener la personalidad singular que dirige la organización. El objetivo, una vez establecido y claramente definido, es una norma que obliga incluso a los miembros de la organización que tienen facultades propias de decisión. Los papeles que desempeñan les están previamente dadas y determinan su conducta. Pero cuando más general sea esta norma y más necesite concretamente de una manera casuística, mayor es fatalmente la influencia de las personalidades singular facultada para tomar decisiones, tanto sobre el propio comportamiento como sobre la formulación de objetivos particulares concretos de la organización. Esta repercusión de un objetivo de la organización definido solamente en términos muy generales, se refiere, ante todo, a la cabeza directora suprema. Los directores de la organización pueden establecer entonces objetivos particulares concretos y definidos como obligatorios para los rangos consecutivos. La repercusión de un objetivo de organización vago puede afectar a los propios rangos inferiores como allí vimos, si los directores de la organización omiten concretar por sí el objetivo. La problemática aquí señalada es especialmente importante para todas las organizaciones cuya fijación del objetivo conforme a los principios democráticos, de la voluntad o del consentimiento de los miembros. (partidos políticos) EL PROBLEMA DE LA SUCESIÓN DE I NTERESES: Se entiende por sucesión de objetivos el cambio operado cuando el objetivo que ha tenido hasta ahora una organización se hace superfluo o ha sido alcanzado y es sustituido por otro. Este proceso tiene lugar típicamente en las organizaciones con objetivos válidos para una sola vez. En el caso de los objetivos de la organización valederos para una sola vez, se presupone que tienen que ser cumplidos un día. Objetivos tales son propios, por ejemplo, de las organizaciones que tratan de resolver un determinado problema social, de extirpar una enfermedad. En el momento en que alcanzan su objetivo, estas organizaciones se encuentran ante la necesidad de decidir si se disuelven o si se proponen un nuevo objetivo. En el último caso se habla de sucesión de objetivos. Cuando las organizaciones son algo más que instrumentos útiles que se dejan a un lado sin sentimiento cuando ya no se necesitan, su disolución tropieza 7 casi siempre con fuertes resistencias. La resistencia suele ser especialmente grande en los miembros dirigentes, porque éstos no sólo se identifican con el objetivo, sino también y con la organización misma, de la que dependen para la satisfacción de importantes necesidades personales. En los demás miembros, la resistencia contra la disolución será mayor cuanto más ligados y solidarizados se sientan con una comunidad y cuanto más sea para ellos la organización un fin en sí mismo. Así pueden desarrollarse vigorosamente fuerzas para la conservación de una organización, incluso cuando su objetivo ha sido ya cumplido o se ha hecho superfluo. Pueden sostenerse artificiosamente controversias acerca de la vida de la organización después de que ha perdido realmente su razón de ser. En el transcurso ulterior de un proceso semejante, las actividades de la organización pueden desviarse entonces hacia objetivos que hasta entonces eran secundarios de naturaleza tal vez recreativa o educativa. Un buen ejemplo de semejante desenvolvimiento lo proporciona la investigación del movimiento americano de Townsend, que propugnaba pensiones estatales de vejes como medio para el estímulo económico. Ahora bien, cuando una organización alcanza su meta no suele refugiarse en objetivos secundarios de esparcimiento, sino que es más frecuente que busque conscientemente nuevos cometidos que vengan a reemplazar a los primitivos. Naturalmente, en las organizaciones que tienen un objetivo válido para una sola vez puede decirse en general cuándo se presenta la ocasión para la disolución y cuándo parece prometer éxito el cambio a un nuevo objetivo, pero siempre son posibles un par de indicaciones. Como ha demostrado el estudio de Sills, es importante a este respecto que el celo que los miembros han puesto para un objetivo puede ser transferido al nuevo objetivo. Si en una sucesión de objetivos son necesarios cambios profundos, entonces pueden surgir considerables tensiones, conflictos y resistencias. Puede incluso darse el caso de que cueste menos energía disolver la organización preexistente y fundar otra para un nuevo fin que transformar el viejo instrumento en una nueva forma. Este problema puede plantearse también en las organizaciones con objetivos continuados, cuando éstos cambian de tal manera que exigen igualmente amplios cambios estructurales y una reorientación de los miembros. EL PROBLEMA DEL CONFLICTO DE OBJETIVOS: Una especie importante de conflictos en las organizaciones están constituida por los llamados conflictos de objetivos, los cuales surgen cuando una organización persigue simultáneamente varios objetivos no compatibles plenamente entre sí o cuando distintos grupos influyentes, dentro o fuera de la organización, no están de acuerdo en cuál es el objetivo que la organización debe perseguir. Consideramos en primer lugar los conflictos que surgen a consecuencia del establecimiento de objetivos múltiples. Los objetivos múltiples de una organización pueden estar ligados entre sí de tal manera que la energía que se dedica a uno reanuda también en provecho del otro. Esto no es, sin embargo, la 8 regla. Consideramos, por ejemplo, las universidades, las cuales tratan de servir tanto a la enseñanza como a la investigación, por lo cual tienen como mínimo un objetivo doble. Análogos son los conflictos entre un objetivo consistente en una prestación y un objetivo consistente en un lucro, los cuales surgen en muchas organizaciones. Las empresas económico-privadas, editoriales de periódicos, hospitales o incluso teatros, tratan tanto de producir una mercancía o de prestar un servicio como de conseguir con ello un lucro. Los objetivos de estas organizaciones, consistentes en una prestación, no son incompatibles con un objetivo de lucro, pero el objetivo dela prestación que la organización tenga en un momento determinado no puede ser elevado al máximo impensadamente cuando hay que tener en cuenta al mismo tiempo el factor económico. La calidad de las prestaciones de tales organizaciones pueden sufrir si un objetivo de lucro predomina por encima de la medida económicamente necesaria. El objetivo de lucro pone, en este sentido, un límite a la realización del objetivo de la prestación. Sin embargo, también es cierto casi siempre la inversa. Puede haber también instituciones sociales que vigilen la calidad de las prestaciones de determinadas organizaciones o bien sus ansias de lucro pueden ser restringidas mediante medidas impositivas. El freno más seguro para el lucro desbocado está, sin embargo, en que los directores de la organización se sientan vinculados a los objetivos, en que pongan en ello su honor o en que su ética profesional les mueva a realizar este objetivo tan bien como sea justificable económicamente. Desde un punto de vista sociológico, es especialmente interesante, como sucede con frecuencia, el caso en que el conflicto entre dos objetivos no es dirimido en el seno de los dirigentes de la organización y resuelto con un compromiso, sin oque ambos son definidos por dos grupos distintos dentro de la organización y el conflicto de objetivos se convierte así en un conflicto de grupos. Cuanto más incompatibles entre sí dos objetivos de la organización, tanto más agudo será el conflicto a que den lugar, y a que en ciertas circunstancias la actitud de los ejecutivos puedeencontrarse desgarrada entre exigencias opuestas. Un conflicto semejante ha sido estudiado con especial determinamiento en las prisiones. El ejemplo de la prisión pone de manifiesto que el cambio de objetivo en una organización dará lugar con frecuencia a que un grupo de miembros con nuevas ideas respecto al objetivo trate de declararlas modelo de la organización y transformar a ésta de acuerdo con ellas. Con frecuencia, un conflicto de objetivos puede ser incluso favorable a la larga para la organización, ya que el cambio de objetivo puede ser expresión de una adaptación a distintas condiciones o actitudes valorativas sociales. Esta adaptación se consumará por la vía del conflicto de objetivos, el cual puede ser, por tanto, un proceso de fermentación fructífero. OBJETIVO Y ESTRUCTURA: Como prescribe la teoría económica-empresarial de la organización, el objetivo tiene que ser desmembrado primero en cometidos parciales o actividades 9 particulares, reuniendo después éstos en un esquema dinámico, en una articulación de puestos y en una ordenación de instancias. Este proceso no se puede concebir, desde luego, planeado de una manera totalmente racional. Las organizaciones rara vez surgen completamente formadas del diseño del organizador. Comienza como grupos pequeños, y mediante un cambio gradual, se va formando paulatinamente su estructura, diferenciada sobre la base de la división del trabajo. A pesar de ello puede decirse que una organización plenamente desarrollada y en funcionamiento representa la traducción de un objetivo en estructuras y procesos, independientemente de cómo se realice y de lo adecuada que sea esa traducción. No todas las actividades dentro de una organización sirven a su objetivo de una manera inmediata. Prescindiendo de las impremediatas y de las que no forman parte de las funciones de los miembros definidos oficialmente, hay en toda organización actividades definidas oficialmente, hay en toda organización actividades directamente encaminadas al objetivo y actividades encaminadas al mismo de una manera mediata. Lo importante es tan sólo indicar que todas las actividades orientadas en último término hacia el objetivo en una organización pueden ordenarse conceptualmente de tal manera que cada una aparezca como medio para un fin, y así sucesivamente, formando una cadena hasta llegar a las actividades que sirven directamente a la realización del objetivo. Para el funcionamiento y la eficacia del rendimiento de una organización es importante que se mantenga el encadenamiento de las actividades mediatas respecto a las actividades que sirven directamente al objetivo. Esto no es siempre fácil de conseguir, sobre todo cuando los miembros están fuertemente identificados con su papeles y se sienten obligados a los cometidos que les han sido asignados. Precisamente lo que tan sólo es un medio para un fin se persiga como si fuera el objetivo principal. Si esto sucede entonces se habla de desviación del objetivo. Este fenómeno está tan extendido que los ejemplos vienen rápidamente a la mano. Hay una desviación del objetivo cuando en una universidad los cometidos administrativos ganan tal primacía que incluso se carga con ellos al cuerpo docente, limitando sus actividades docentes y de investigación. Entre los casos más conocidos de desviación del objetivo se encuentran finalmente lo que se ha llamado ritualización burocrática, es decir, una sobrecarga de reglas burocráticas para la administración hasta el punto de poner trabas con ello a la flexibilidad y al rendimiento de un departamento administrativo. Las desviaciones de los objetivos tienen lugar fácilmente cuando en una organización no están definidos con toda precisión los distintos cometidos parciales. Relativa a la manera como pueden contrarrestar el peligro de una desviación del objetivo, para ello es importante que todos los cometidos paciales sean definidos con la misma precisión, que los cometidos singulares sean asignados claramente a personas determinadas, que a los miembros a quienes se haya encomendado actividades mediatas se les recuerde constantemente no perder de vista el objetivo de la organización y que debe dirigir al mismo sus actos, ejerciéndose una vigilancia y un control correspondiente. 10 Al comienzo de esta sección se dijo que un objetivo de la organización se “traduce” en actividades. Al esbozar las distintas especies de objetivos se explicó ya que entre la especie del objetivo y la especie de la estructura de la organización existe una estrecha conexión. Esta impresión queda reforzada si observamos que un cambio de objetivo trae como consecuencia cambios estructurales de la organización, del cual la prisión ofrece un buen ejemplo. A pesar de ello, el objetivo de la organización no determina la estructura de tal manera que sólo por el objetivo pueda predecirse la estructura de una organización. La conexión entre el objetivo y la estructura de una organización no es inamovible sino que está influida y configurada de una manera variable por numerosos factores. Entre estos factores se encuentran los presupuestos sociales, legales y tecnológico de la realización de un determinado objeto y por lo tanto, la coyuntura histórica concreta. Pero entre estos factores se encuentra, ante todo, la especie de los miembros: su actitud frente al objetivo, su predisposición para la colaboración, sus aptitudes, etc. El influjo decisivo que estos factores tienen sobre la estructura de la organización se muestra con especial claridad cuando en los países que acaban de traspasar el umbral de la sociedad industrial moderna se construyen las organizaciones conforme al modelo de los países occidentales ya desarrolladas. Un buen ejemplo lo proporciona aquí la investigación de un sindicato de África occidental, que fue proyectado conforme al modelo británico y a pesar de ello resultó muy distinto. Sin insistir más sobre los factores que median en la conexión entre el objetivo y la estructura de una organización, hay que subrayar finalmente que el cambio de objetivo y el cambio de estructura tampoco se encuentran en una relación simple y formulada de una vez para siempre. El cambio de objetivo condiciona un cambio de estructura cuando el nuevo objetivo exige de los miembros una actitud distinta a la de antes, cuando el nuevo objetivo no puede ser cumplido con las mismas actividades y los medios auxiliares que el anterior. Este es principalmente el caso cuando el objetivo se cumple mediante una actuación cooperativa conjunta de todos los miembros, como en un hospital, en un ejército o en una empresa. Es posible un cambio de objetivo (limitado) con sólo cambios estructurales mínimos. Pero, a la inversa, también es concebible un cambio estructural sin que tenga que cambiar el objetivo de la organización y en realidad puede aspirarse al mismo objetivo en condiciones sociales distintas y por caminos distintos.
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