Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
2624 - .... ::s = s» a s» ,.. o .. .... o u, -e: .. e, a a 2. o� .... n o u, 1 g,. .... s» g,. o u, ,, o .. .... ::s 1 ::s .... g,. s» g,. FIGURA 363-7 Sensibilidad superior de la MRI en el diagnóstico de osteonecrosis de la cabeza femoral. Una mujer de 45 años tratada con glucocorticoides en dosis altas experimentó dolor en la cadera derecha. Las radiografías ordinarias (arriba) mostraron sólo una esclerosis leve de la cadera femoral derecha. La MRI ponderada en T1 (abajo) reveló una señal de baja densidad en la cadera femoral derecha, diag nóstica de osteonecrosis. RuowALEIT M et al.: How to diagnose axial spondyloarthritis early. Ann Rheum Dis 63:535, 2004. SIMPFENDORFER CS: Radiologic approach to musculoskeletal infections. In fect Dis Clin North Am 31:299, 2017. Osteoartritis Primera Articulaciones interfalángicas articulación distales y proxima�es carpometacarpiana ·� --Vértebras Últimas vértebras lumbares ---+--- ..... .,.,.,. .. Cadera cervicales Primera articulación metatarsofalángica FIGURA 364-1 Articulaciones afectadas por la osteoartritis. La OA se diagnostica con base en anomalías estructurales o en los sín tomas que ellas generan. De acuerdo con estudios de necropsia, en los an cianos son casi indefectibles los cambios estructurales de la enfermedad; comprenden pérdida articular ( en las radiografías se identifica como dis minución del espacio interarticular) y la presencia de osteofitos. Muchos sujetos con signos radiográficos de OA no tienen manifestaciones en articu laciones y a pesar de que es interesante la prevalencia de anomalías es tructurales en el conocimiento de la patogenia del trastorno, lo que impor ta más desde la perspectiva clínica es la prevalencia de la osteoartritis sintomática. Los síntomas, por lo general dolor articular, son los que rigen el grado de discapacidad, las visitas al médico y los costos de la atención médica. En Estados Unidos la OA sintomática de la rodilla (dolor casi en todo el día en los últimos 30 días en una rodilla, sumado a las manifestaciones radiográficas de OA en esa articulación), se observan en casi 12% de perso nas >60 años y 6% de todos los adultos >30 años. La OA coxofemoral sin tomática aparece en casi 33% de los casos de la enfermedad de la rodilla. Desde el punto de vista radiográfico la OA de la mano y la aparición de hipertrofia ósea de las articulaciones afectadas de las manos (fig. 364-2) son muy frecuentes en los ancianos, pero muchos casos no son sintomáticos. 364 David T. Felson, Tuhina Neogi ~-----�- Incluso en tal situación la OA sintomática de la mano aparece en casi 10% ,· / 1 I La osteoartritis (OA, osteoarthritis) es el tipo más frecuente de artritis. Su prevalencia alta, en especial en el anciano y la cifra importante de discapa cidad que origina, la convierten en una causa importante de incapacidad en los ancianos. Las poblaciones de países occidentales incluyen números cada vez mayores de ancianos y el incremento de la prevalencia de la obe sidad que constituye un factor importante de riesgo, han hecho que au mente la frecuencia de la osteoartritis. La OA afecta algunas articulaciones, pero no otras (fig. 364-1). Entre las más afectadas están la cadera, rodillas, primera articulación metatarso falángica (MTP, metatarsalphalangeal joint) y la columna cervical y la lumbo sacra. En las manos, el ataque es más frecuente en las articulaciones inter falángicas distales y proximales y la base del pulgar. Por lo común no hay afectación de la muñeca (carpo), codo y tobillo (tarso). Las articulaciones, en el sentido evolutivo, fueron diseñadas para animales que aún camina ban con cuatro miembros y ello explica la aparición de OA en articulacio nes que no estaban destinadas a soportar tareas de humanos como la de pinzamiento (OA en la base del pulgar) o la marcha con el cuerpo erecto (OA de rodillas y caderas). Algunas articulaciones, como los tarsos, no su frieron ataque porque su cartílago articular era extraordinariamente resis tente a las grandes cargas. de los ancianos y a menudo causa limitación funcional mensurable. La prevalencia de OA aumenta de forma extraordinaria con el enve jecimiento; la enfermedad es poco común en adultos <40 años y su pre valencia aumenta en personas > 60 años. También es un padecimiento que, cuando menos en sujetos en edad madura y ancianos, es mucho más frecuente en las mujeres que en los varones. Los signos radiográficos de OA son comunes en la zona baja del dorso y en el cuello, pero la dorsalgia y la cervicalgia no se han vinculado con los datos radiográficos de OA. Por tal razón los dos tipos de dolor se exponen por separado (cap. 14). DEFINICIÓN La osteoartritis es una falla articular, enfermedad en la que todas las estruc turas articulares han mostrado cambios patológicos, a menudo en forma simultánea. El signo patológico propio de la enfermedad es la pérdida del cartílago hialino de la articulación que aparece en forma focal y al inicio, no uniforme; se acompaña de aumento del espesor y de la esclerosis en la lámina subcondral de hueso, de proliferación de osteofitos en el borde ar ticular, estiramiento de la cápsula articular, sinovitis leve en muchas articu laciones afectadas y de debilidad de los músculos que las unen. En las ro dillas, parte del trastorno es la degeneración del menisco. La 11 deficiencia" articular es producto de diversos mecanismos, pero la fase inicial suele ser el daño articular en el marco de la ineficacia de mecanismos protectores. cuando se secciona el nervio sensitivo que viene de la articulación y se 2625 induce lesión de ella. En forma similar, en los seres humanos la artropatía FIGURA 364-2 Osteoartritis grave de las manos que afecta las articulaciones inter falángicas distales (nódulos de Heberden) e interfalángicas proximales (nódulos de Bouchard). No se advierte hipertrofia ósea neta de otros sitios de las manos, como la base del pulgar. MECANISMOS DE PROTECCIÓN ARTICULAR Y SU INEFICACIA Los elementos protectores en la articulación incluyen la cápsula y los liga mentos articulares, músculos, nervios aferentes sensitivos y hueso subya cente. La cápsula y los ligamentos actúan como elementos protectores de la articulación al fijar un límite al arco de movimiento articular. El líquido sinovial disminuye la fricción entre las superficies del cartí lago articular y constituye uno de los elementos principales de protección contra el desgaste cartilaginoso inducido por la fricción. Esta función de lubricación depende del ácido hialurónico y de la lubricina, una glucoproteí na mucinosa secretada por los fibroblastos sinoviales, cuya concentración disminuye después de la lesión articular y casos de inflamación sinovial. Los ligamentos, junto con la piel y los tendones suprayacentes contie nen nervios aferentes sensitivos y mecanorreceptores, cuya actividad es de sencadenada con frecuencias diferentes en todo el arco de movimiento de la articulación y así envían impulsos de retroalimentación por medio de la médula espinal a los músculos y tendones. Como consecuencia, los múscu los y tendones asumen la tensión exacta en puntos adecuados de la excur sión articular para actuar como protectores articulares óptimos en antici pación de la carga de la articulación. Los músculos y los tendones que se distribuyen a uno y otro lados de la articulación son elementos fundamentales de protección articular. Las tensiones focales a uno y otro lados de la articulación son llevadas al míni mo por contracción muscular que desacelera la articulación antes del im pacto y asegura que en el momento en que surge el impacto articular se le distribuya ampliamente a uno y otro lados de la superficie articular. La falla de estos elementos de protección agrava el peligro de daño ar ticular y OA. Por ejemplo, en animales, surge rápidamente la enfermedad Receptores de lasuperficie celular en los condrocitos activados por complejo de ataque del complemento, DAMP, citocinas y quimiocinas WNT (crujientes), fragmentos de fibronectina y otros Cartílago hialino ---__ (no calcificado) ---__ Cartílago� calcificado Osteocito de Charcot es una osteoartritis grave y de evolución rápida y surge cuando aparece daño articular mínimo en presencia de neuropatía periférica de la columna posterior. Otro ejemplo de falla del elemento protector en la arti culación es la rotura de los ligamentos, causa identificada de aparición y evolución tempranas de OA. ■ CARTÍLAGO Y SU FUNCIÓN EN LA INSUFICIENCIA ARTICULAR Además de ser un tejido que fácilmente puede ser objetivo de enfermeda des, el cartílago actúa más bien como p,rotector de la articulación. Forma un borde fino de tejido en las epífisis de dos huesos, uno frente a otro y está lubricado por líquido sinovial para el deslizamiento prácticamente sin fricción alguna y con ello el movimiento de ambas estructuras. La capaci dad compresible del cartílago en comparación con la del hueso hace que la articulación sea capaz de absorber impactos. Los cambios incipientes de OA pueden aparecer en el cartílago y las anomalías en éste aceleran la aparición y evolución de enfermedades. Las dos macromoléculas importantes de tal tejido son el colágeno tipo 2, que confiere al cartílago su potencia tensil y el agrecano, una macromolécula de proteoglucano que está unida al ácido hialurónico y consiste en glucosa minoglucanos con fuertes cargas negativas. En el cartílago normal el colá- geno tipo 2 está entremezclado íntimamente y en los intersticios de los fi lamentos que aportan las moléculas de agrecano, de tal forma que hay una gran proximidad entre unas y otras, gracias a las moléculas con carga fuer temente negativa. La molécula de agrecano, por la repulsión electrostática de sus cargas negativas, confiere al cartílago su resistencia compresiva. Los condrocitos, células que están dentro de dicho tejido avascular, sintetizan todos los elementos de la matriz. La membrana sinovial y los condrocitos sintetizan y liberan citocinas y factores de crecimiento, que proporcionan retroalimentación que a su vez modula la síntesis de moléculas para la ma- triz (fig. 364-3). La síntesis y catabolismo de la matriz cartilaginosa se en cuentran en equilibrio dinámico en el que repercute el ambiente de cito- cinas y factor del crecimiento. Las cargas mecánicas y osmóticas a las que son sometidos los condrocitos provocan que estas células alteren su expre- sión génica y aumenten la producción de citocinas inflamatorias y enzimas que degradan la matriz. Mientras los condrocitos sintetizan numerosas en zimas, las metaloproteinasas de la matriz (MMP, matrix metalloproteinases; en especial colagenasas y ADAMTS-5) son enzimas fundamentales en la degradación de la matriz del cartílago. Tanto la colagenasa como las agre canasas actúan principalmente en la matriz territorial que rodea los condro- citos; sin embargo, conforme avanza el proceso osteoartrítico, sus activida- des y efectos se diseminan en toda la matriz, en particular en las capas superficiales de cartílago. La membrana sinovial, cartílago y hueso repercuten en el avance de la enfermedad a través de citocinas, quimiocinas e incluso activación del com plemento (fig. 364-3). Estas sustancias actúan sobre los receptores de su perficie de los condrocitos y finalmente tienen efectos transcripcionales. P roteínas S100 (alarminas), DAMP, ... �_ s _ 1N _ o _ v _ 1r _ 1s __ • complemento, IL-1�, TNFa, IL-15, CCL 19, MCP-1, MIP-1� Esclerostina vascular RANKL, OPG, uPA MMP, IL-5, IL-8 "-REMODELACIÓN ÓSEA FIGURA 364-3 Ciertos factores que participan en el proceso osteoartrítico incluidos los condrocitos, hueso y membrana sinovial. La sinovitis provoca liberación de citoci nas, alarminas, moléculas de patrones moleculares asociados a daño (DAMP, damage-associated molecular pattern) y complemento, que activan a los condrocitos en los re ceptores de la superficie celular. Los condrocitos producen moléculas de matriz (colágeno tipo 2, agrecano) y las enzimas encargadas de degradar a la matriz (p. ej., ADAMTS-5 y metaloproteinasas de matriz [MMP, matrix metalloproteinases]). El hueso se invade a través del cartílago calcificado, lo que se desencadena gracias al factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, vascular endothelial growth factor) y otras moléculas. IL, interleucina; TGF, factor transformador del crecimiento; TNF, factor de necrosis tumoral. {Tomado de RF Loeser et al.: Arthritis Rheum 64:1697, 2012.) en o a, .... ,.. .... en 2626 .... ::s = s» s» ,.. o .. .... o u, -e:.. e, a a 2. o� .... n o u, g,. .... s» g,. o u, ,, o .. .... ::s ::s .... g,. s» g,. Los fragmentos de matriz liberados del cartílago estimulan sinovitis. Las citocinas inflamatorias como interleucina lB (IL-lB) y el factor de necrosis tumoral a (TNF-a) inducen a los condrocitos a sintetizar prostaglandina E y óxido nítrico, que tienen efectos complejos sobre la síntesis y degrada ción de la matriz. En las etapas iniciales de la respuesta de matriz a la le sión, el efecto neto de la estimulación de las citocinas pudiera ser la sínte sis de matriz, pero al final, la combinación de efectos en los condrocitos induce la degradación de la matriz. Las enzimas de la matriz son "conte nidas" y frenadas por inhibidores de la activación que incluyen el inhibi dor hístico de metaloproteinasa (TIMP, tissue inhibitor of metalloproteinase). Los factores del crecimiento también forman parte de esta red compleja y la proteína morfogenética ósea 2 (BMP-2, bone morphogenetic protein-2) y el factor B transformador del crecimiento (TGF-B, transf orming growth factor /3) tienen funciones especialmente importantes estimulando la formación de osteofitos. Mientras que el cartílago articular sano es avascular, en parte por la presencia de inhibidores de la angiogénesis, el cartílago enfermo se ca racteriza por la invasión de vasos sanguíneos provenientes del hueso sub yacente. El factor del crecimiento endotelial vascular (VEGF, vascular endo thelial growth factor) en el cartílago y hueso influye en este fenómeno. Estos vasos sanguíneos se acompañan de nervios que proporcionan nocicepción. Quizá como resultado de daño oxidativo crónico, los condrocitos articu lares muestran deficiencia de su capacidad sintética con la edad mientras conservan su potencial para producir mediadores proinflamatorios y enzi mas degradadoras de la matriz, datos característicos del fenotipo secretor senil. Estos condrocitos no pueden mantener la homeostasis de los tejidos (p. ej., después de una agresión mecánica o inflamatoria). Por tanto, con la edad, el cartílago se lesiona fácilmente con contusiones mínimas que en ocasiones pasan inadvertidas, incluidas las que forman parte de las activi dades diarias. El cartílago de la OA se caracteriza por disminución gradual de agreca no, desdoblamiento de la matriz de colágeno fuertemente entretejida y pér dida de colágeno tipo 2. Con estos cambios aumenta la vulnerabilidad del cartílago, que pierde su rigidez compresiva. FACTORES DE RIESGO La vulnerabilidad y la sobrecarga del cartílago constituyen los dos factores principales que contribuyen a la génesis de la osteoartritis. En primer lugar, la articulación vulnerable con disfuncionalidad de sus elementos de protec ción termina por mostrar osteoartritis con mínimos niveles de sobrecarga, tal vez como los que surgen en las actividades de la vida diaria. En segun do lugar, la articulación de personas jóvenes con elementos de protección competentes hace que se necesite una lesión importante y aguda o la sobre carga por largo tiempo para desencadenar enfermedad. Es posible enten der los factores de riesgo de OA en términos del efecto que ejercen en la vulnerabilidad y en las sobrecargas articulares (fig. 364-4). ■:FACTORES DE RIESGO GENERALES El envejecimiento constituye el factor de riesgo más importante para la apa rición de OA. Los signos radiográficos de la enfermedad son raros en per sonas menores de 40 años; sin embargo, en algunas articulaciones de las manos la enfermedad aparece en >50% de personas mayores de 70 años. El envejecimiento intensifica la vulnerabilidad articular por varios meca nismos. La carga dinámica de las articulaciones estimula la síntesis de ma triz de colágeno por parte de los condrocitos en el cartílago joven, en tanto que el cartílago envejecido reacciona con menor intensidad a tales estímu los. En parte, a causa de dicha ineficacia para sintetizar matriz con las so brecargas, el cartílago se adelgaza con la edad y esta capa, de menor espe sor, tiene que soportar mayores fuerzas de corte en sus planos basales y está expuesto a un mayor riesgo de daño. Los elementos protectores de la articulación se tornan cada vez más inoperantes con el envejecimiento. Los músculos que se extienden a uno y otro lados de la articulación se debi litan con el envejecimiento y pueden reaccionar con mayor lentitud a los impulsos que les llegan. Los estímulos nerviosos sensitivos se lentifican con la edad y retardan el asa de retroalimentación de los mecanorrecep tores a músculos y tendones vinculados con su tensión y su posición. Los ligamentos se distienden con la edad y de esta forma se tornan menos ca paces de absorber impulsos. Los factores mencionados actúan concertada mente para intensificar la vulnerabilidad de articulaciones más viejas a la osteoartritis. Las ancianas están expuestas a un mayor peligro de presentar OA en todas las articulaciones, riesgo que se intensifica cuando las personas lle gan al sexto decenio de la vida. La pérdida hormonal con la menopausia puede contribuir a dicho riesgo, pero son pocos los conocimientos de la vulnerabilidad peculiar de las ancianas en comparación con la que mues tran los varones, a la aparición de osteoartritis. Vulnerabilidades articulares intrínsecas ( entorno local) Daño previo (como el caso de meniscectomía) Debilidad de los músculos q,ue / Factores sistémicos que afectan la vulnerabilidad articular Envejecimiento intervienen en la articulación Mayor densidad de huesos Alineación defectuosa Deficiencias propioceptivas Género femenino Factores raciales/ étnicos Susceptibilidad genética Factores nutricionales Susceptibilidad de OA Factores de uso (cargas) que actúan en las articulaciones Obesidad Actividades físicas lesivas Osteoartritis o su progresión FIGURA 364-4 Los factores de riesgo de osteoartritis contribuyen a la susceptibili dad de la articulación (factores de índole general u otros en el entorno articular local) o agravan el riesgo por la sobrecarga que imponen a la articulación. Por lo común se necesita que se combinen los factores de sobrecarga y susceptibilidad para ocasio nar un cuadro patológico o su progresión. ■ CARACTERÍSTICAS HEREDITARIAS Y GENÉTICAS La OA es una enfermedad altamente heredable, pero tal propiedad varía con cada articulación. Se sabe que la mitad de los casos de la enfermedad en la mano y en la cadera en la comunidad se atribuye a mecanismos de herencia, es decir, el trastorno ha estado presente en otros familiares. Sin embargo, el "elemento" hereditario en la OA de rodilla, en el mejor de los casos, es de 30% y en algunos estudios se sugiere que no exis te tal componente "transmisible". Muchas personas con OA tienen ataque de múltiples articulaciones, pero este fenotipo de "OA generalizada" rara vez se hereda y más a menudo es resultado del envejecimiento. En fecha reciente han surgido pruebas que han identificado mutaciones genéticas que conllevan un alto riesgo de OA y una de ellas es el polimor fismo del gen del factor 5 de diferenciación de crecimiento (GDFS, growth differentiation factor 5). Este polimorfismo reduce la cantidad de GDFS, el cual influye principalmente en la forma de la articulación y quizá los genes que predisponen a padecer OA aumentan el riesgo de esta enfermedad, con base en sus efectos sobre el desarrollo y forma de la articulación. ■ CONSIDERACIONES GLOBALES Con el envejecimiento de la población, tanto la prevalencia de la OA como la cantidad de discapacidad en el mundo por OA han aumentado, en especial en países desarrollados donde muchos lle gan a la vejez. La OA de cadera es rara en China y en los migrantes de ese país a Estados Unidos. Sin embargo, la OA de las rodillas tiene casi la mis ma frecuencia (quizá más) en chinos que en caucásicos de Estados Unidos y ésta constituye una causa importante de discapacidad en China ( en áreas rurales). Las diferencias anatómicas entre las articulaciones coxofemorales de chinos y estadounidenses caucásicos podrían explicar gran parte en la discrepancia de las tasas de prevalencia de la enfermedad en la cadera y en ellas, las que afectan a caucásicos muestran mayor prevalencia de pre disposiciones anatómicas a la aparición de OA. ■ :FACTORES DE RIESGO EN EL ENTORNO ARTICULAR Algunos factores de riesgo intensifican la vulnerabilidad de la articulación, a través de efectos locales en el entorno articular. Por ejemplo, al haber cam bios en la anatomía articular, las cargas intraarticulares no se distribuyen de manera uniforme a través de la superficie de la articulación, sino más bien hay un incremento en las grandes tensiones focales. En la articulación coxofemoral, durante la vida fetal o en la niñez se suceden tres anomalías poco comunes del desarrollo que son la displasia congénita, la enferme dad de Legg-Perthes y el deslizamiento de la epífisis de la cabeza femoral, de modo que el niño queda con deformaciones de la anatomía coxofemo ral, que a menudo culminan en etapa ulterior de la vida en OA. Las niñas se afectan de modo predominante por la displasia acetabular, que es una forma poco intensa de luxación congénita, en tanto que en los niños hay Normal Varus Rodilla valga (Valgo) FIGURA 364-5 Los dos tipos de alineación defectuosa de la extremidad pélvica en el plano frontal: varo, en que se imponen cargas en el compartimiento interno de la articulación de la rodilla y valgo en que el exceso de carga se impone en el com partimiento externo o lateral de dicha articulación. una afectación mayor por parte de otras anomalías. De acuerdo con la in tensidad de las anomalías anatómicas, la OA de la cadera afecta personas en el segmento joven de adultos (anomalías graves) o en la etapa media de la vida (anomalías leves). El pinzamiento femoroacetabular algunas veces aparece durante la adolescencia. Es un síndrome clínico donde las anoma lías anatómicas de la cabeza del fémur, del acetábulo, o de ambos, tienen como resultado un contacto anormal entre ambos huesos, especialmente durante la flexión y rotación de la cadera, provocando daño del cartílago y el labrum con dolor de cadera y finalmente, en etapas ulteriores de la vida, posible OA de cadera. Las lesiones de gran intensidad en una articulación también ocasionan anomalías anatómicas que las tornan susceptibles a la aparición de OA. Por ejemplo, la fractura a través de la superficie articular suele causar OA en articulaciones en que por demás es rara dicha enfermedad, como el tar so y el carpo. La necrosis avascular puede ocasionar colapso del hueso des vitalizado en la superficie articular y producir irregularidades anatómicas y más adelante osteoartritis. Los desgarros de estructuras ligamentosas y fibrocartilaginosas que protegen las articulaciones como los meniscos de la rodilla y el rodete co tiloideo de la cadera pueden ocasionar OA prematura. Los desgarros de meniscos aumentan al envejecer y si son crónicos suelen ser asintomáticos, pero causan daño al cartílago vecino y OA acelerada. Incluso las lesiones en las que nunca se hizo un diagnóstico pueden aumentar el riesgo de OA. Por ejemplo, en los varones del estudio Framingham, con elantecedente de una lesión grave de la rodilla, pero no una operación, tuvieron riesgo 3.5 veces mayor de presentar más adelante OA de tal articulación. Otra causa de anomalías anatómicas es la alineación defectuosa en la articulación (fig. 364-5), lo cual se ha estudiado mejor en la rodilla que es el punto de apoyo del "brazo de palanca más largo" en el cuerpo. El varo de la rodilla con OA genera alto riesgo de pérdida de cartílago en el compar timiento interno de tal articulación, en tanto que el valgo en su alineación defectuosa predispone a pérdida rápida de cartílago en el compartimiento lateral o externo. La alineación deficiente causa dicho efecto al intensificar la sobretensión en un área focal de cartílago y como paso siguiente ocurre pérdida de continuidad del mismo. Se han acumulado pruebas de que la alineación defectuosa de la rodilla, además de ocasionar pérdida del cartí lago, también causa daño del hueso subyacente y lesiones de médula ósea identificadas en la MRI. La alineación defectuosa de la rodilla suele gene rar tal incremento de las fuerzas focales dentro de la articulación (tal como se manifiesta por sus efectos destructivos en el hueso subcondral), que las rodillas con alineación fuertemente anormal pueden estar destinadas al progreso de la enfermedad, independientemente de otros riesgos. La debilidad de los músculos cuádriceps que mueven la articulación de la rodilla agrava el riesgo de que surja OA dolorosa en la misma. No se conoce en detalle la participación de hueso como "absorbente" de choques y de la carga del impacto, pero las personas con mayor densi dad ósea están expuestas a un mayor riesgo de OA y ello sugiere que la resistencia del hueso al impacto durante el uso de la articulación pudiera intervenir en la génesis de la enfermedad. ■ FACTORES QUE APLICAN CARGA Obesidad Durante la posición de pie sobre una extremidad se transmi te a la rodilla tres a seis veces el peso corporal. Cualquier aumento ponde- ral puede ser multiplicado por el factor mencionado para conocer el exce so de fuerza que soporta la rodilla en personas con sobrepeso, durante la marcha. La obesidad es un factor de riesgo identificado y potente para la aparición de OA de la rodilla y en menor grado, de la cadera. La obesi dad es un factor que antecede a la presencia de la enfermedad y no es sólo consecuencia de la inactividad que tienen los sujetos con el trastorno. Es un factor de riesgo mucho mayor de enfermedad en mujeres que en varo nes y en mujeres es lineal la relación del peso con el riesgo de padecer la enfermedad, de modo que con cualquier incremento ponderal aumenta el riesgo en forma correspondiente. La pérdida de peso en mujeres disminu ye el peligro de presentar enfermedad sintomática. La obesidad constituye un factor de riesgo de OA en articulaciones que soportan peso y además las personas obesas tienen síntomas más intensos que impone el padecimiento. El efecto de la obesidad en la génesis y la evolución de la enfermedad es mediado más bien por el incremento de la carga en articulaciones que sos tienen peso, como se observa en individuos con sobrepeso. No obstante, la relación modesta entre obesidad y mayor riesgo de padecer OA de la mano sugiere que quizá algunos productos sistémicos del tejido adiposo como las adipocinas, también repercuten en el riesgo de padecer esta enfermedad. Uso repetido de la articulación y ejercicio Se conocen dos catego rías del uso repetitivo de articulaciones, que son la ocupacional y las activi dades físicas recreativas. Las personas que desempeñan tareas repetitivas como parte de su ocupación durante muchos años, están expuestas a un mayor riesgo de presentar OA en las articulaciones sometidas a tal función. Por ejemplo, los granjeros están expuestos a un gran riesgo de OA de la cadera y los mineros a frecuencias mayores de OA de rodillas y columna. Las personas cuyas tareas las obligan a f lexión repetida de las rodillas o el levantamiento o transporte de cargas importantes, tienen una tasa alta de OA de rodillas. Una razón por la cual los trabajadores pueden tener la en fermedad es que durante largos días de trabajo sus músculos poco a poco se fatigan y dejan de proteger eficazmente las articulaciones. Se recomienda que las personas adopten un estilo de vida activo, aun que los estudios a largo plazo del ejercicio no indican una relación cons tante entre el ejercicio y el riesgo de OA en la mayoría de las personas. Sin embargo, en las personas con articulaciones lesionadas aumenta el riesgo con ciertos tipos de ejercicio. Por ejemplo, los individuos con lesión previa de rodilla tienen mayor riesgo de padecer OA progresiva de rodilla si co rren. Además, frente a los no corredores, los corredores profesionales y atletas olímpicos tienen mayor riesgo de padecer OA de rodilla y cadera. Por último, si bien los corredores recreativos no tienen mayor riesgo de pa decer OA de rodilla, los estudios sugieren que tienen un riesgo ligeramen te mayor de padecer OA de cadera. ANATOMÍA PATOLÓGICA Las características patológicas de la OA incluyen signos de afectación de muchas estructuras articulares en la enfermedad. Al inicio el cartílago pre senta "deshilachamiento" de fibras superficiales e irregularidad; al evo lucionar surgen en esa zona erosiones focales que al final se propagan en sentido inferior hasta el hueso subyacente. Con la evolución ulterior la ero- .. r .. • 1 • 1 •. "'- 1 . J ·,:�) "' FIGURA 364-6 Cambios histopatológicos de la osteoartritis en la articulación del primer dedo del pie. Se destaca la pérdida no uniforme del cartílago (punta de fle cha en comparación con flecha sólida); el mayor espesor de la cubierta de hueso subcondral (flecha sólida) y el osteofito (flecha blanca).(© 2018 American College of Rheumatology. Con autorización.) 2627 en o a, .... ,.. .... en 2628 --1 ""'f s» u, ,.. o ""'f =:s o u, .... =:s = s» a s» ,.. o ""'f .... o u, '< ""'f CD s:: a a 2. o� .... n o u, ¡! g. .... s» g. o u, '1' o ""'f .... =:s 1 =:s .... g. s» g. sión del cartílago hasta llegar al hueso se amplía para abarcar una propor ción todavía mayor en la superficie articular, pese a que la OA aún es una enfermedad focal con pérdida desigual de cartílago (fig. 364-6). Después del daño al cartílago los condrocitos experimentan mitosis y "agrupamiento". La actividad metabólica de los grupos de condrocitos es grande, el efecto neto de ella incluye inducir el agotamiento de proteoglu canos en la matriz que rodea a tales células; lo anterior se debe a que la ca tabolia es mayor que la actividad sintética o anabólica. Conforme surge y evoluciona la enfermedad se daña la matriz de colágeno, quedan al des cubierto las cargas negativas de los proteoglucanos y el cartílago muestra turgencia por la tracción iónica de las moléculas de agua. En el cartílago dañado dejan de estar los proteoglucanos en gran cercanía, por lo que el cartílago no recupera su forma después de soportar cargas, comparado como lo hace cuando está sano y por ello queda vulnerable a más lesión. Los condrocitos a nivel basal del cartílago presentan apoptosis. Con la pérdida del cartílago se altera el hueso subcondral. Estimulados por factores de crecimiento y citocinas, se activan los osteoclastos y osteo blastos en la lámina subcondral exactamente por debajo del cartílago. La formación de hueso causa engrosamiento y rigidez de la lámina subcondral que se manifiestan incluso antes de que se ulcere el cartílago. El trauma tismo al hueso durante la sobrecarga articular puede ser el factor primario que induzca dicha respuesta ósea y la cicatrización después de la lesión ( que incluye micro fractura) causa rigidez. Por lo común hay zonas peque ñas de osteonecrosis en articulaciones en la enfermedad avanzada. La ne crosis del hueso también puede provenir del traumatismo de dicha estruc tura,con la aplicación de fuerzas de cizallamiento en microvasos, con lo cual se interrumpe el aporte sanguíneo a algunas zonas óseas. En el borde de la articulación, cerca de zonas de pérdida cartilaginosa, se forman osteofitos que al inicio son proliferaciones de cartílago nuevo y al ser invadido el hueso por fibras nerviosas y por vasos, dicho cartílago se osifica. Los osteofitos son un signo definitorio radiográfico propio de OA. La membrana sinovial produce líquidos lubricantes para llevar al míni mo las fuerzas de cizallamiento durante el movimiento. En las articulacio nes sanas, dicha membrana consiste en una sola capa discontinua llena de grasa y que contiene dos tipos de células, macrófagos y fibroblastos, pero en la OA a veces muestra edema e inflamación. Se advierte migración de macróf agos desde la periferia al interior del tejido y proliferan las células que revisten dicha membrana. Las citocinas inflamatorias y las alarminas secretadas por la membrana sinovial activan a los condrocitos para produ cir enzimas que aceleran la destrucción de la matriz. En la cápsula articular se producen más cambios patológicos y ocurre distensión, edema y al final fibrosis. El cuadro histopatológico de OA no es idéntico de una articulación a otra. En las articulaciones de las manos con OA intensa suele haber erosio nes de cartílago en el centro de la articulación, producidas probablemente por tensión o presión ósea desde el lado contrario de tal estructura. En el estudio microscópico de muchas articulaciones en la etapa final de OA se identifican cristales de fosfato de calcio y de pirofosfato dihidra tado de calcio; no se ha dilucidado su intervención en el cartílago osteoar trítico, pero su liberación del cartílago y su paso al espacio articular y al lí quido sinovial posiblemente inducen la inflamación sinovial, la cual a su vez hace que se liberen enzimas y se desencadene la estimulación nociceptiva. CAUSAS DEL DOLOR El cartílago no posee fibras nerviosas y cuando se pierde en la articulación no ocurre dolor. Por tal razón, el dolor en la OA posiblemente proviene de estructuras fuera del cartílago. Entre las estructuras con fibras nerviosas en la articulación están la membrana sinovial, ligamentos, cápsula articu lar, músculos y el hueso subcondral. Gran parte de las estructuras no se visualiza en las radiografías y la intensidad de los cambios radiográficos en la enfermedad casi no muestra correlación con la intensidad del dolor. Sin embargo, en los siguientes estadios de OA, la pérdida de la integridad car tilaginosa acompañada de invasión neurovascular contribuye al dolor. Con base en datos de estudios de MRI en rodillas con OA, en que se compararon las que tenían dolor con las que no lo tenían y en estudios de "localización" topográfica del dolor a la palpación en articulaciones no anestesiadas, entre los orígenes posibles del dolor estuvieron situaciones como inflamación de la sinovial, derrames articulares y edema de médula ósea. En muchas de las articulaciones osteoartríticas (pero no en todas) surge sinovitis leve. La presencia de sinovitis en la MRI tiene relación con la presencia e intensidad del dolor de rodillas. La distensión capsular por el líquido intraarticular estimula a las fibras nociceptivas en esa zona y, en consecuencia, induce la aparición de dolor. La sobrecarga focal mayor co mo parte de la enfermedad, además de dañar el cartílago, probablemente también lesiona el hueso suprayacente y como consecuencia, en la MRI se advierte edema de médula ósea; en la imagen histológica este edema deno ta la presencia de microfracturas y cicatrices que son consecuencia del trau matismo. Tales lesiones pueden estimular las fibras nociceptivas de hueso. El dolor que surge desde el exterior de la articulación también puede localizarse en bolsas sinoviales en zonas cercanas a ella. Entre los orígenes frecuentes del dolor periarticular en la rodilla están la bursitis de la pata de ganso y el síndrome de la cintilla iliotibial. Los cambios patológicos de la OA finalmente provocan alteraciones en las señales del sistema nervioso. De manera específica, los nociceptores periféricos son más sensibles a los estímulos sensitivos, lo que se conoce como sensibilización periférica y también aumenta la actividad de la vía nociceptiva ascendente central, lo que se conoce como sensibilización cen tral. Algunas personas con OA carecen de una modulación inhibidora des cendente suficiente. Otros tienen predisposición genética para la sensibi lización; sin importar la causa, estas alteraciones del sistema nervioso se acompañan de dolor más intenso, lo que contribuye a la presencia de alo dinia e hiperalgesia en los pacientes con OA. MANIFESTACIONES CLÍNICAS El dolor articular por OA se relaciona con la actividad en las primeras etapas de esta enfermedad. Nace en la articulación durante el uso de ella o después del mismo y poco a poco muestra resolución. Entre los ejemplos están el dolor de rodilla o cadera, cuando la persona asciende o desciende escaleras; el dolor en las articulaciones de la mitad inferior del cuerpo du rante la marcha y en el caso de la OA de la mano, el que ocurre durante las maniobras de cocina. Al inicio de la enfermedad el dolor es episódico, de sencadenado a menudo por el uso excesivo de la articulación enferma, co mo el caso de la persona con OA de rodilla durante una carrera larga, que advierte el dolor algunos días después. Al evolucionar la enfermedad el dolor se torna continuo y comienza a molestar por la noche. La rigidez de la articulación afectada puede ser intensa, pero la rigidez matinal por lo regular dura <30 min. En las rodillas puede haber "pérdida de la alineación" proveniente en parte de debilidad en músculos que cruzan la articulación. Los síntomas mecánicos, como deformidad en varo o valgo, rigidez articular y choque patelar, muchas veces también significan que existe una alteración interna, como rotura del ligamento cruzado anterior o de los meniscos. Sin embar go, estos síntomas, frecuentes en las personas con OA de rodilla, deben ser estudiados con mayor detalle sólo si aparecen después de una lesión agu da de la rodilla. En la rodilla, el dolor que surge con actividades que obligan a la flexión, como ascender escaleras y levantarse después de estar senta do en una silla, suele provenir del compartimiento rotulofemoral, que no se articula activamente hasta que la flexión se acerca a 35º . La OA es la causa más frecuente de dolor crónico de la rodilla en per sonas >45 años, pero el diagnóstico diferencial es amplio. Es posible que exista artritis inflamatoria si durante la mañana es notable la rigidez y hay afectación de otras articulaciones. La bursitis suele aparecer alrededor de rodillas y caderas. La exploración física se orienta a dilucidar si el dolor a la palpación se manifiesta en la línea articular (en la unión de los dos hue sos alrededor de la cual se articulan las epífisis) o por fuera de ella. La bur sitis de la pata de ganso, en sentido medial y distal a la rodilla, es una causa muy común de dolor crónico de la rodilla que puede mejorar con la inyec ción de glucocorticoides. El dolor nocturno intenso en caso de no haber OA terminal obliga a emprender investigaciones precisas. En el caso del dolor articular se detecta OA por la pérdida de la rotación interna en movi mientos pasivos y el dolor circunscrito a una zona por fuera de la articula ción coxofemoral por lo común refleja la presencia de bursitis trocantérica. En el estudio de sujetos con OA no están indicadas sistemáticamente las pruebas hematológicas, salvo que los síntomas y los signos sugieran la presencia de artritis inflamatoria. El estudio de líquido sinovial suele ser más útil en el diagnóstico que las radiografías; si en éste el recuento de leucocitos es > 1 000 células/µL es posible que haya artritis inflamatoria, gota o pseudogota y estas dos últimas también se identifican porla presen cia de cristales. Las radiografías están indicadas para valorar la posibilidad de OA úni camente cuando el dolor articular y los datos físicos no son típicos de OA o cuando el dolor persiste después de instituir el tratamiento efectivo de la OA. En la OA los signos radiográficos prácticamente no guardan relación con la presencia e intensidad del dolor (fig. 364-7). Además, en ambas ro dillas y caderas, las radiografías son normales al principio de la enferme dad puesto que son insensibles a la pérdida de cartílago y a otros hallazgos más tempranos. Con la MRI se puede identificar la magnitud de los cambios histopato lógicos en la articulación osteoartrítica, pero no está indicada como parte de la investigación diagnóstica. Ciertos hallazgos como lesiones de menis- FIGURA 364-7 Radiografía de la rodilla con osteoartritis en su mitad interna. Se destaca el angostamiento del espacio interarticular en la mitad interna únicamente de la articulación (flecha blanca}; la esclerosis ósea en el compartimiento interno o medial que constituye una prueba de engrosamiento de la cortical (flecha negra} y los osteofitos en la mitad interna del fémur (triángulo blanco}. cos, de cartílago y hueso no sólo se observan en la mayoría de los pacien tes con OA de rodilla, sino también en la mayoría de los ancianos sin dolor articular. Los hallazgos de la resonancia magnética casi nunca obligan a cambiar el tratamiento. TRATAMIENTO Osteoartritis Los objetivos del tratamiento de la OA son el alivio del dolor y llevar al mínimo la pérdida de la función física. El tratamiento de la enferme dad, en la medida en que el dolor y la pérdida de la función son conse cuencia de la inflamación, de la debilidad en la articulación y de la laxitud y la inestabilidad, comprende ocuparse de cada una de las de ficiencias y síntomas mencionados. El tratamiento integral comprende una estrategia a base de múltiples modalidades que incluyen elemen tos no farmacológicos y farmacológicos. Los enfermos con síntomas leves e intermitentes podrían requerir sólo tranquilización verbal o procedimientos no farmacológicos. Aque llos con dolor constante y discapacitante tal vez necesitan tratamiento no farmacológico y también farmacoterapia. Los tratamientos de la OA de rodilla se han valorado en forma más completa que los correspondientes a la cadera y la mano o en el caso de enfermedad de otras articulaciones. Si bien los principios terapéu ticos son idénticos en la OA de todas las articulaciones, en esta sección se revisa el tratamiento de OA de la rodilla y se destacan recomenda ciones específicas para otras articulaciones, en particular cuando difie ren de las que corresponden a la enfermedad de la rodilla. MEDIDAS NO FARMACOLÓGICAS La OA es una enfermedad con componentes mecánicos y los elemen tos básicos del tratamiento comprenden modificar las cargas y ele mentos ponderales en una articulación adolorida y mejorar la función de los elementos protectores de ella, de tal forma que se distribuyan mejor las cargas a través de las estructuras articulares. Entre las formas de disminuir las cargas focales en la articulación están: l. evitar actividades que sobrecarguen la articulación, tal como se ad vierte en cuanto a que originan dolor; 2. mejorar la fuerza y condicionamiento de los músculos que intervie nen en la articulación de modo de llevar a un nivel óptimo su fun- . ,, c1on, y 3. "descargar" a la articulación de los factores ponderales, sea al redis tribuir las cargas intraarticulares con una ortesis o férula o al des cargar la articulación durante las maniobras de bipedestación, por medio de un bastón o una muleta. La medida más sencilla y eficaz en muchos sujetos es no realizar actividades que desencadenen el dolor. Por ejemplo, en el paciente de edad madura, cuya carrera de distancias largas desencadena síntomas de OA de la rodilla, una forma menos exigente de actividad de bipedes tación puede aliviar todos los síntomas. En la persona de mayor edad cuyas actividades diarias incluyen subir o bajar cuestas, lo que produce dolor en la rodilla, los síntomas podrían eliminarse al modificar el tra yecto para evitar las pendientes. Cada unidad de peso incrementa la carga de las rodillas en tres a seis veces. La pérdida de peso puede tener un efecto multiplicador co rrespondiente, de modo que "libere de carga" a las rodillas y las cade ras y tal vez alivie el dolor en esas articulaciones. En las articulaciones de las manos afectadas por OA, la inmoviliza ción con férulas, al limitar el movimiento suele llevar al mínimo el do lor en sujetos con afectación de la base del pulgar. Las articulaciones que soportan peso como las rodillas y las caderas pueden dejar de "car garlo" si la persona utiliza un bastón en la mano contraria al de la ar ticulación afectada para el soporte ponderal parcial. Un fisioterapeuta es útil para enseñar al paciente la forma de utilizar de modo óptimo el bastón, que incluya asegurar que su altura es óptima para descargar peso. Las muletas o andaderas (" caminadoras") también generan una función beneficiosa similar. Ejercicio El dolor osteoartrítico en rodillas o caderas durante la bi pedestación lleva a falta de actividad y poca movilidad y por ser tan frecuente en la OA, la inactividad que origina constituye un aspecto preocupante de salud pública que agrava el riesgo de enfermedad car diovascular y de obesidad. La capacidad aeróbica es deficiente en mu chos ancianos con OA sintomática de la rodilla y peor que en otros de la misma edad. La debilidad de músculos alrededor de articulaciones con osteoar tritis tiene origen multifactorial. En primer lugar, con el envejecimien to disminuye la fuerza muscular; en segundo lugar, con la escasa movi lidad surge atrofia por desuso. En tercer lugar, los individuos con dolor de rodillas o caderas osteoartríticas alteran la marcha para aminorar la sobrecarga de la articulación afectada, lo cual disminuye todavía más el apoyo muscular. En cuarto lugar, puede haber "inhibición artróge na" en que un asa de retroalimentación de nervios aferentes que pro vienen de la cápsula articular hinchada y distendida inhibe la contrac ción de músculos periarticulares y ello evita que se alcance la máxima fuerza muscular voluntaria. La fuerza y el acondicionamiento muscu lares adecuados son indispensables para la protección articular, razón por la cual la debilidad de músculos que están alrededor de articulacio nes afectadas puede hacer que éstas se vuelvan más susceptibles al da ño y dolor ulteriores. El grado de debilidad guarda relación directa con la intensidad de la artralgia y el grado de limitación física. Uno de los elementos fundamentales del tratamiento de OA es mejorar la función de músculos periarticulares. En el caso de OA de la rodilla y las caderas, las investigaciones han señalado que los ejercicios disminuyen el dolor y mejoran la función física. Los regímenes ergométricos más eficaces consisten en entrena miento aeróbico, contra resistencia o de ambos tipos y este último se orienta a reforzar músculos periarticulares. Es posible que se logren resultados eficaces con los ejercicios en particular si "rehabilitan" los músculos que utilizan las personas en sus actividades cotidianas. Es im portante evitar las actividades que aumentan el dolor articular y el ré gimen de ejercicio se debe individualizar para aumentar su eficacia. Es poco probable que por sí mismos sean eficaces ejercicios en todo el arco de movimiento, que no refuerzan los músculos y también los iso métricos que refuerzan músculos, pero no a través del arco de movi miento. Los ejercicios de "bajo impacto", que incluyen aeróbicos en agua y entrenamiento contra resistencia en agua, suelen ser mejor to lerados por pacientes, en comparación con los ejercicios "con impacto" como la carrera o los que se hacen en banda sin fin. Es necesario enviar a la persona a clases de entrenamientoergométrico o a un terapeuta que elabore un régimen individualizado. Además de los ejercicios conven cionales, el tai chi es eficaz para la OA de rodilla. Sin embargo, no exis ten pruebas contundentes demostrando que los pacientes con OA de mano se beneficien con el ejercicio terapéutico. A largo plazo, el cumplimiento de programas de ejercicios constitu ye una enorme dificultad en cuanto a las prescripciones ergométricas. En estudios realizados en sujetos con OA de la rodilla interesados en la ergoterapia, 33 a 50% de los pacientes dejó de practicar ejercicio a los 6 meses y <50% prosiguió con la práctica regular, a los 12 meses. El ele mento de mayor peso que anticipa la perseverancia en los ejercicios en un sujeto es el antecedente de haber obtenido buenos resultados con ellos. El médico debe reforzar la prescripción ergométrica en cada visita a la clínica para que el paciente identifique barreras al ejercicio constan te e identifique horarios cómodos para realizarlos en forma sistemáti ca. La combinación de ejercicio con restricción de calorías y pérdida de peso es en especial efectiva para reducir el dolor. 2629 en o a, .... ,.. .... en 2630 .... ::s = Al a Al ,. o .. .... o u, -e: .. CD r:: a a 2. o� .... n o u, g. .... o u, ,, o .. .... ::s ::s .... g. Al g. Corrección de la alineación defectuosa La alineación defectuosa del plano frontal (varo-valgo) incrementa de forma extraordinaria la sobre carga que se impone a las articulaciones y puede hacer que evolucione la enfermedad y surjan dolor y discapacidad (fig. 364-5). Corregir la alineación defectuosa por medios quirúrgicos u ortopédicos puede dis minuir el dolor en personas cuyas rodillas tienen tal problema. Sin em bargo, a menudo es difícil corregir la falta de alineación. Una forma es adaptar una ortesis que tome en consideración la rodilla osteoartrítica en varo y la "rectifique" al colocar fuerzas en valgo a través de la rodi lla. Por desgracia, para muchos pacientes no es aceptable utilizar una ortesis de realineación, además de los individuos con obesidad en sus extremidades pélvicas, en quienes las ortesis pueden deslizarse mien tras se usan y perder su efecto corrector. Están indicadas en sujetos mo tivados que aprenden a colocarse la ortesis con toda exactitud y en quienes no ocurre el problema del deslizamiento. El dolor del compartimiento rotulofemoral puede ser causado al "bascular" la rodilla o la alineación deficiente de ella, de modo que se desliza el hueso hacia afuera ( o con menor frecuencia, hacia adentro) en la escotadura troclear femoral. El dolor rotulofemoral disminuye con el empleo de una ortesis para realinear la rótula o fijarla para devolver la hacia atrás a la escotadura troclear o aminorar la basculación, según algunos estudios, en comparación con la "fijación" placebo. No obstan te, para muchos pacientes es difícil aplicar la cinta, además de que ésta irrita con frecuencia la piel y, al igual que sucede con los aparatos para realinear, las de rodilla muchas veces se deslizan. Aunque es cuestionable su efecto en la alineación defectuosa, las mangas o tubos de neopreno estirados de modo que cubran la rodilla reducen el dolor y es fácil usarlos y son aceptados por los pacientes. No existe una explicación neta de su efecto terapéutico en el dolor. En individuos con OA de la rodilla, la acupuntura puede proporcio nar alivio modesto del dolor en comparación con las agujas placebo y pudiera ser un complemento terapéutico . FARMACOTERAPIA Las estrategias no farmacológicas constituyen el elemento básico, pero la farmacoterapia desempeña una función complementaria importan te en el tratamiento de OA. Los fármacos disponibles se administran por vías oral, tópica e intraarticular. Hasta la fecha no existen fármacos disponibles que modifiquen el proceso patológico mismo de la enfer medad. Paracetamol, fármacos antiinflamatorios no esteroideos (NSA/0) e inhi bidores de COX-2 El paracetamol constituye el analgésico preferido TRATAMIENTO DOSIS para los pacientes con OA en rodillas, caderas o manos, aunque su efec to terapéutico en esta enfermedad es mínimo (cuadro 364-1). En algu nos sujetos es satisfactorio para controlar los síntomas y en tal situa ción es posible no utilizar fármacos más tóxicos como los NSAID. Los NSAID son los fármacos que tienen mayor aceptación para tra tar el dolor de la osteoartritis. Se pueden administrar por vía tópica u oral. En investigaciones en seres humanos con este tipo de fármacos orales se obtuvo una mejoría 30% mayor en el dolor, que con dosis altas de paracetamol. Algunos pacientes que recibieron NSAID presentaron analgesia impresionante, en tanto que en otros fue muy pequeña la me joría. Al inicio se administran los NSAID en forma tópica o por VO por el esquema "por razón necesaria", porque con dosis bajas intermiten tes son menos frecuentes los efectos secundarios. Si la administración ocasional de algún fármaco no es lo suficientemente eficaz, está indica da su administración diaria eligiendo la dosis antiinflamatoria (cuadro 364-1). Se debe recordar a los enfermos que tomen ácido acetilsalicíli co e ibuprofeno o naproxeno en dosis pequeñas y en horas diferentes, para eliminar la interacción medicamentosa. Los NSAID orales tienen notables efectos adversos frecuentes, de los cuales los más comunes son los de tipo tóxico en la zona superior del tubo digestivo e incluyen dispepsia, náusea, timpanismo, hemorra gia de tubo digestivo y enfermedad ulcerosa. En promedio, 30 a 40% de los pacientes presenta efectos secundarios en el tubo digestivo alto, con intensidad importante que obliga a interrumpir el uso de los fármacos. Para disminuir el riesgo de tales efectos secundarios provenientes de fármacos no esteroideos el paciente debe tomar los medicamentos des pués de consumir alimentos; si el riesgo es mayor, es mejor que se ad ministre un fármaco gastroprotector como un inhibidor de la bomba de protones. Algunos fármacos orales son más inocuos al estómago que otros e incluyen los salicilatos no acetilados y la nabumetona. Pueden ocurrir efectos secundarios importantes por NSAID en pacientes que no refieren síntomas de tubo digestivo alto. En un estudio de pacientes hospitalizados por hemorragia de tubo digestivo, en 81 % no hubo sín tomas premonitorios. Ante el incremento en las cifras de eventos cardiovasculares agudos relacionados con el uso de algunos NSAID comunes como el diclofena co, muchos de los fármacos de tales categorías no constituyen recursos terapéuticos para utilizar por largo tiempo en ancianos con osteoartri tis, en particular los que están expuestos a un gran riesgo de cardiopa tías o apoplejía. En Estados Unidos la American Heart Association iden tificó al rofecoxib y otros inhibidores de la COX-2 como productos con riesgo alto, aunque dosis pequeñas de celecoxib como las de 200 mgl día tal vez no ocasionen incremento de dicho riesgo. El único NSAID COMENTARIOS Paracetamol Hasta 1 g c/8 h Prolonga la semivida de la warfarina. Asegúrese que el paciente no está recibiendo otros tratamientos que contienen paracetamol para evitar efectos tóxicos en el hígado. NSAID e inhibidores de la COX-2 orales Naproxeno 375-500 mg c/12 h Salsalato 1 500 mg c/12 h lbuprofeno 600-800 mg 3-4 veces al día Celecoxib 100-200 mg diarios NSAID tópicos Diclofenaco sódico, gel al 1% Opiáceos Capsaicina Inyecciones intraarticulares Esteroides Hialuronanos 4 g c/6 h (en rodillas y manos) Diversos Crema al 0.025-0.075% 3 a 4 ve ces al día Varía de inyecciones cada 3 a 5 se manas según la presentación del fármaco Administrar con alimentos; algunos NSAID y en particular los inhibidores de la COX-2, incre mentan el riesgo de infarto del miocardio y apoplejía. Se observan tasas altas de efectos secundarios de tubo digestivo que incluyen úlceras y hemorragia. Los individuos con riesgoalto de efectos secundarios en el tubo digestivo también deben recibir un inhibidor de la bomba de protones o el misoprostol.ª Cuando se ingieren junto con ácido acetilsalicílico au menta el número de efectos adversos o de hemorragias en tubo digestivo; también pueden ocasionar edema e insuficiencia renal. Frotar sobre la articulación. Escasos efectos adversos a nivel general. Es frecuente la irrita ción de la piel. Entre sus efectos adversos frecuentes están mareos, sedación, náusea o vómito, xerosto mía, estreñimiento, retención de orina y prurito. A veces surge depresión de función respi ratoria y del sistema nervioso central. Irrita las mucosas. Dolor leve o moderado en el sitio de la inyección. Existe la controversia en cuanto a su efi cacia. ª Los enfermos de alto riesgo comprenden los que han tenido en fecha anterior trastornos de tubo digestivo, personas >60 años y las que reciben gllucocorticoides. En estudios se ha de mostrado la eficacia de los inhibidores de la bomba de protones y del misoprostol para evitar úlceras y hemorragia. El misoprostol ocasiona diarrea y cólicos intestinales; por esa razón, se utilizan más ampliamente los inhibidores de la bomba de protones para aminorar los síntomas del tubo digestivo vinculados con el consumo de NSAID. COX-2, ciclooxigenasa 2; NSAID, fármacos antiinflamatorios no esteroideos. Fuente: Adaptado de DT Felson: N Engl J Med 354:841, 2006. de uso común que al parecer es inocuo en la esfera cardiovascular es el naproxeno, pero causa efectos tóxicos en el tubo digestivo. Se conocen otros efectos adversos frecuentes de los NSAID que in cluyen la tendencia a ocasionar edema, por la inhibición prostaglandí nica del riego aferente a los glomérulos en los riñones y por razones similares, la predisposición a ocasionar insuficiencia renal reversible. La presión arterial puede aumentar en grado mínimo en algunos suje tos tratados con tales fármacos. No se debe administrar NSAID por VO a los pacientes con nefropatía en estadio IV o V y se administran con precaución en aquellos con nefropatía en estadio III. Los NSAID se pueden aplicar en gel o solución, con otra modalidad química que mejore la penetración de la barrera cutánea creando un NSAID tópico. Cuando se absorben por la piel las concentraciones plas máticas incluyen un orden de magnitud menor que el que se logra con la misma dosis del fármaco por VO o parenteral. Sin embargo, si se ad ministran tales fármacos por vía tópica muy cerca de alguna articula ción superficial (como las rodillas y las manos, pero no las caderas), se pueden identificar en tejidos articulares como la membrana sinovial y el cartílago. Los resultados de estudios han variado, pero en términos generales se ha observado que los NSAID tópicos son poco menos efi caces que los fármacos orales, pero sus efectos adversos a nivel gastro intestinal y sistémico son menores. Por desgracia, los productos tópicos de esta categoría suelen ocasionar irritación cutánea cuando se aplican e incluyen rubor, ardor o prurito (cuadro 364-1). Inyecciones intraarticulares: glucocorticoides y ácido hialurónico Es probable que la inflamación de la membrana sinovial sea una causa im portante de dolor en personas con OA, razón por la cual los antiinfla matorios locales aplicados por vía intraarticular pudieran ser eficaces para disminuir el dolor, al menos temporalmente. Las inyecciones de glucocorticoides ofrecen estos beneficios, pero la respuesta es variable y en algunos pacientes el alivio del dolor es mínimo, mientras que en otros el dolor desaparece por varios meses. La sinovitis, causa impor tante de dolor articular en la OA, disminuye después de una inyección, lo que se correlaciona con menor intensidad del dolor rotuliano. Las inyecciones de glucocorticoides son útiles durante los episodios dolo rosos, pero sus efectos casi siempre duran menos de 3 meses. Las in yecciones repetidas provocan pérdida leve de cartílago cuyas repercu siones clínicas probablemente son insignificantes. Las inyecciones de ácido hialurónico se aplican para tratar síntomas de OA en rodilla y cadera, pero subsiste la controversia en cuanto a su eficacia en comparación con el placebo (cuadro 364-1). Otras clases de fármacos y nutracéuticos Para los pacientes con OA sintomática de rodilla o cadera con una respuesta deficiente a los tra tamientos antes mencionados y que no desean o no pueden someterse a una artroplastia articular total, se ha demostrado cierta eficacia con analgésicos opiáceos. Aquí es fundamental contar con un plan preciso de tratamiento con opiáceos y seleccionar de forma cuidadosa al pa ciente. Otra opción es la administración de duloxetina, cuya eficacia en la OA es moderada. Las normas más recientes no recomiendan administrar glucosami na y condroitina para OA. Los estudios grandes apoyados públicamen te, no han demostrado que, en comparación con el placebo, estos com puestos alivien el dolor en las personas con OA. El tratamiento óptimo de la OA a menudo se obtiene por ensayo y error y cada paciente muestra reacciones idiosincráticas a tratamientos específicos. Los efectos de placebo (o contextuales) corresponden a 50% o más de los efectos terapéuticos en la OA y ciertas vías de admi nistración, incluidas las inyecciones intraarticulares, tienen más efec tos contextuales que otras como las píldoras. Una vez que sean insufi cientes las medidas médicas y haya una disminución inaceptable en la calidad de la vida, así como dolor constante y discapacidad, cuando menos en una rodilla y una cadera con osteoartritis, está indica la ar troplastia total. CIRUGÍA Existen varias opciones para la OA de rodilla. La popularidad de la des bridación y lavado artroscópicos disminuyó cuando los estudios clíni cos con asignación al azar que valoraron esta cirugía demostraron que su eficacia no supera la de la cirugía simulada o el tratamiento nulo para aliviar el dolor o la discapacidad. Si bien la meniscectomía artros cópica está indicada para las laceraciones agudas de los meniscos don de los síntomas como articulación trabada y el dolor agudo tienen una relación temporal clara con la lesión de la rodilla que provocó la lesión, los estudios clínicos más recientes demuestran que la meniscectomía parcial en las personas con OA y lesión sintomática de los meniscos no alivia la gonalgia ni mejora la función o ni siquiera resuelve el bloqueo ni la rigidez de la rodilla. Las cirugías para realinear la articulación y disminuir la sobrecarga en la mitad interna pueden aliviar el dolor en personas con OA de la rodilla, localizada en el compartimiento interno; las operaciones inclu yen la osteotomía tibial alta en que se secciona la tibia exactamente por debajo de la meseta tibial y se realinea de tal forma que la carga se ejer za en el compartimiento lateral indemne o haya una sustitución unicom partimental con realineación. Cada cirugía puede hacer que el pacien te obtenga años de alivio antes de llegar al reemplazo total de rodilla. Por último, cuando un paciente con OA de rodilla o cadera no ha respondido a los métodos terapéuticos no quirúrgicos y el dolor limita la función de manera tal que reduce su calidad de vida, los pacientes con expectativas razonables que están listos para la cirugía se deben enviar para una sustitución total de rodilla o artroplastia de cadera. Es tas son cirugías muy eficaces que alivian el dolor y mejoran la función en la gran mayoría de los pacientes, pero el índice de éxito es mayor para la sustitución de cadera que en la de rodilla. En la actualidad los índices de ineficacia son de casi 1 %, por año aunque las cifras son ma yores en obesos. Las posibilidades de buenos resultados quirúrgicos son mayores en centros en los que cada año se realizan al menos 25 operaciones de ese tipo o que poseen cirujanos que en ese lapso reali zan varias de ellas. Es de suma importancia el momento oportuno de realizar el reemplazode rodilla o de cadera. Si la persona ha sufrido muchos años el trastorno hasta que su estado funcional se deterioró notablemente y hay debilidad muscular considerable, es posible que el estado funcional después de la operación no alcance el nivel logrado por otros a quienes la operación se hizo tempranamente en la evolución de su trastorno. Regeneración de cartílago No ha sido eficaz en la OA el trasplante de condrocitos, quizá porque la entidad patológica incluye aspectos anor males de mecánica articular que no se corrigen con dicho trasplante. En forma similar, la artroplastia por abrasión ( condroplastia) no se ha estudiado en detalle en cuanto a su eficacia en la enfermedad, pero produce fibrocartílago en vez del cartílago hialino dañado. Los dos in tentos operatorios para regenerar y reconstituir el cartílago articular posiblemente sean eficaces en la fase incipiente en que no han surgido la alineación defectuosa de la articulación y otras muchas anomalías extracartilaginosas que caracterizan a la osteoartritis. ■ LECTURAS ADICIONALES FELSON D: Safety of nonsteroidal antiinflammatory drugs. N Engl J Med 375:2595, 2016. GLYN-JONES S et al.: Osteoarthritis. Lancet 386:376, 2015. McALINDON TE et al.: Effect of intra-articular triamcinolone vs saline on knee cartilage volume and pain in patients with knee osteoarthritis: A randomized clinical trial. JAMA 317:1967, 2017. McALINDON TE et al.: OARSI guidelines for the non-surgical management of knee osteoarthritis. Osteoarthritis Cartilage 22:363, 2014. NEoGI T et al.: Sensitivity and sensitisation in relation to pain severity in knee osteoarthritis: Trait or state? Ann Rheum Dis 74:682, 2015. O'NEILL TW et al.: Synovial tissue volume: A treatment target in knee osteo arthritis (OA). Ann Rheum Dis 75:84, 2016. Gota y otras artropatías·· por cristales H. Ralph Schumacher, Lan X. Chen ' 1 I El uso que McCarty y Hollander hicieron del microscopio con luz polari zada durante el análisis de líquido sinovial en 1961 y la aplicación poste rior de otras técnicas cristalográficas, como la microscopia electrónica, el análisis elemental con dispersión de energía y la difracción radiográfica, permitieron a los investigadores identificar la importancia de diferentes microcristales, como los de urato monosódico (MSU, monosodium urate), pirofosfato de calcio (CPP, calcium pyrophosphate), apatita y oxalato de cal cio (CaOx, calcium oxalate), como inductores de artritis o periartritis agu das o crónicas. Los fenómenos clínicos que son consecuencia del depósito 2631 a o ,.. s» '<: o ,.. .. s» en .. o ,, s» ,.. -� en ,, o .. n .. .... en ,.. CD en
Compartir