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Neoplasias Gástricas

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Neoplasias Gástricas 
Gastritis aguda
Aspecto Clínico:
La gastritis aguda es un proceso inflamatorio mucoso temporal que puede ser asintomático u ocasionar grados variables de dolor epigástrico, náuseas y vómitos. En los casos más graves, pueden aparecer erosiones mucosas, úlceras, hemorragias, hematemesis, melenas o, con menos frecuencia, sangrados masivos
Aspecto Histopatológico:
La gastritis aguda leve puede ser difícil de reconocer histológicamente, dado que solo se observa un edema moderado y congestión vascular leve en la lámina propia. El epitelio de superficie está intacto, aunque pueden reconocerse neutrófilos dispersos. La presencia de linfocitos o células plasmáticas en la lámina propia no es llamativa. Sin embargo, la de neutrófilos por encima de la membrana basal — en concreto en contacto directo con las células epiteliales— se considera patológica en todas las regiones del tubo digestivo y es indicativa de una inflamación Cuando la lesión de la mucosa es más grave, se puede producir una erosión o pérdida del epitelio de superficie, con la consiguiente formación de infiltrados neutrófilos en la mucosa y exudados purulentos. Asimismo, puede aparecer también hemorragia, que se manifiesta como puntos oscuros en una mucosa hiperémica. La presencia simultánea de erosión y hemorragia se llama gastritis erosiva hemorrágica aguda. 
	
Aspecto Molecular:
La luz gástrica es muy ácida y el pH se aproxima a I, lo que supone una acidez un millón de veces superior a la de la sangre. Este entorno tan hostil contribuye a la digestión, pero también puede provocar lesiones en la mucosa. Se han desarrollado múltiples mecanismos para la protección de la mucosa gástrica .La mucina secretada por las células foveolares de superficie forma una delgada capa de moco, que impide el contacto directo entre las partículas de alimento grandes y el epitelio. La capa de moco también permite la formación de una capa de líquido «que no se agita» por encima del epitelio, lo que protege la mucosa, y tiene un pH neutro como consecuencia de la secreción de ión bicarbonato por las células del epitelio de superficie. Por último, el rico aporte vascular de la mucosa gástrica aporta oxígeno, nutrientes y bicarbonato, al tiempo que elimina el ácido que puede haber difundido de forma retrógrada hacia la lámina propia. Se puede producir una gastritis crónica o aguda tras la alteración de cualquiera de estos mecanismos protectores. Por ejemplo, una reducción de la síntesis de mucina en ancianos se considera un factor que explica el aumento de la susceptibilidad a la gastritis. 
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden interferir en la citoprotección que, en condiciones normales, aportan las prostaglandinas o reducir la secreción de bicarbonato, factores ambos que aumentan la susceptibilidad de la mucosa gástrica ante las agresiones. La ingesta accidental o por intento suicida de sustancias químicas agresivas, sobre todo ácidos o bases, también provoca una lesión gástrica grave, principalmente por daño directo del epitelio y de las células estromales de la mucosa.
Las lesiones celulares directas también han sido implicadas en las gastritis secundarias al consumo excesivo de alcohol y a la administración de AINE, radioterapia y quimioterapia.
Tratamiento:
Existen diferentes opciones para el tratamiento de la gastritis aguda. En ocasiones no es necesario tratarlas, puesto que las gastritis se pueden resolver espontáneamente. En primer lugar es importante evitar los alimentos irritantes (café, té, alcohol, pimienta, mostaza, vinagre…) o las sustancias que pueden dañar la mucosa gástrica, como los antiinflamatorios.
Los fármacos que se pueden utilizar para prevenir la aparición de gastritis son los antiácidos, los antagonistas H2 (que disminuyen la secreción ácida del estómago), o el sucralfato. Estos fármacos consiguen mantener un pH en el estómago no excesivamente ácido, disminuyendo así los síntomas de la gastritis y facilitando la curación. Sin embargo, esto tiene un inconveniente, pues al disminuir la acidez se favorece que puedan crecer bacterias que produzcan otro tipo de infecciones, como las infecciones pulmonares.
La gastritis mejora a medida que lo hace la situación del enfermo, desapareciendo las lesiones a las 48 horas de la agresión aproximadamente. Cuando aparecen complicaciones como la hemorragia digestiva puede ser necesaria la realización de una gastroscopia, aunque la mayoría de las veces la hemorragia cede de forma espontánea sin necesidad de realizar pruebas invasivas. La cirugía (que generalmente consiste en la extirpación de todo el estómago) presenta una mortalidad muy elevada, y solo debe utilizarse como último recurso.
Gatritis Cronica
Aspecto Clinico:
Los síntomas y signos asociados a la gastritis crónica se caracterizan por ser menos graves y más persistentes que los asociados a la forma aguda. Pueden aparecer náuseas y molestias abdominales altas, en ocasiones asociadas a vómitos, pero la hematemesis es rara. La causa más frecuente de gastritis crónica es la infección por el bacilo Helicobacter pylori. La gastritis autoinmunitaria, la causa más frecuente de gastritis atrófica, representa menos del 10% de los casos de gastritis crónica y es la forma más frecuente de
esta entidad en los pacientes no infectados por H. pylori. Otras causas menos habituales son la radioterapia y el reflujo crónico de bilis.
Además de la identificación histológica del germen, se han desarrollado una serie de estudios diagnósticos, como una prueba serológica no invasiva que determina anticuerpos frente a H. pylori, el cribado en heces de la bacteria y la prueba del aliento para determinar líis concentraciones de urea, que se basa en que la ureasa bacteriana genera amoníaco. Es posible analiza las muestras de biopsia gástrica con una prueba de ureasa rápida,
cultivos bacterianos o reacción en cadena de la polimerasa (RCP) para identificar el ácido desoxirribonucleico (ADN) bacteriano.
El tratamiento eficaz incluye una combinación de antibióticos e inhibidores de la bomba de protones. Los pacientes con gastritis por H. pylori suelen m ejorar tras ser tratados, aunque pueden producirse recaídas si la erradicación es incompleta o por reinfección.
Gastritis por Helicobacter pylori
El descubrimiento de la asociación entre H. pylori y la enfermedad ulcerosa péptica (EUP) ha revolucionado nuestra comprensión de la gastritis crónica. Estos bacilos curvos o espirilados se encuentran en las muestras de biopsia gástrica de casi todos los pacientes con úlceras duodenales y la mayor parte de los que tienen úlceras gástricas o gastritis crónica. La infección aguda por este germen no produce suficientes síntomas como para motivar la consulta al médico en la mayor parte de los casos y suele ser la gastritis crónica la que, en último término, mueve al paciente a solicitar tratamiento. Los gérmenes de H. pylori se encuentran en el 90% de los sujetos que presentan una gastritis crónica con afectación antral. Además, el aumento de la secreción de ácido asociado a gastritis por H. pylori puede causar una EUP con afectación del estómago o del duodeno.
La infección por este germen aumenta también el riesgo de desarrollar cáncer gástrico.
Aspecto Histopatológico:
Las muestras de biopsia gástrica suelen evidenciar la presencia de H. pylori en las personas infectadas . El germen se concentra en el moco superficial que reviste las células epiteliales en las regiones superficial y del cuello. La reacción Inflamatoria incluye una serie de neutrófilos en la lámina propia, incluidos algunos que atraviesan la membrana basal, se localizan en el interior del epitelio y se acumulan en las luces de las fositas gástricas para generar abscesos crípticos. En la lámina propia superficial se observa un gran número de células plasmáticas, a menudo en cúmulos o sábanas, además de muchos linfocitos y macrófagos. Cuando el infiltrado inflamatorio es intenso, los pliegues gástricos pueden engrosarse y parecerlesiones infiltrantes. Es frecuente encontrar agregados linfoides, algunos con centros germinales, lo que representa una forma inducida de tejido linfoide asociado a la mucosa (MALT, del inglés mucosa-associated lymphoid tíssue), con capacidad de transformación a un linfoma. Puede aparecer también metaplasia intestinal, caracterizada por la presencia de células caliciformes y células de absorción cilindricas , y se asocia a un aumento del riesgo de adenocarcinoma gástrico. H. pylori muestra tropismo por el epitelio foveolar gástrico y, en general, no se identifica en los focos de metaplasia intestinal, en la mucosa secretora de ácido del cuerpo gástrico o en el epitelio duodenal. Por ello, la biopsia antral es la prueba de elección para valorar este tipo de gastritis por Helicobacter.
Aspecto Molecular:
La infección por H. pylori se suele manifestar como una gastritis principalmente antral con mucha producción de ácido, a pesar de existir hipogastrinemia. El riesgo de sufrir una úlcera duodenal está aumentado en estos pacientes y en la mayoría de ellos la gastritis se limita al antro.
Los gérmenes de H. pylori se han adaptado al nicho ecológico generado por el moco gástrico. Aunque este germen puede invadir la mucosa gástrica, se ignora qué contribución tiene dicha invasión a la patogenia de la enfermedad. Cuatro rasgos
determinan la virulencia de H. pylori:
• Flagelos, que permiten a las bacterias moverse en el moco viscoso
• Ureasa, que genera amoníaco a partir de la urea endógena, de forma que incrementa el pH gástrico local alrededor de los gérmenes y los protege del pH ácido gástrico
• Adhesinas, que aumentan la adherencia de las bacterias a las células foveolares superficiales
• Toxinas, como la que codifica el gen asociado a citotoxina A (CagA), que puede estar implicada en el desarrollo de úlceras o cáncer por mecanismos mal definidos Todos estos factores permiten que H. pylori provoque un desequilibrio entre las defensas de la mucosa gastroduodenal y las fuerzas lesivas, que superan dichas defensas. Con el tiempo, la gastritis crónica antral por H. pylori puede evolucionar para ocasionar una pangastritis, lo que da lugar a una gastritis atrófica m ultifocal, con reducción de la secreción de ácido, metaplasia intestinal y aumento del riesgo de adenocarcinoma gástrico en un subgrupo de pacientes. Los mecanismos que explican esta progresión no están claros, pero las interacciones entre el sistema inmunitario del huésped y las bacterias parecen
fundamentales.
Tratamiento
Existen diferentes opciones para el tratamiento de la gastritis aguda. En ocasiones no es necesario tratarlas, puesto que las gastritis se pueden resolver espontáneamente. En primer lugar es importante evitar los alimentos irritantes (café, té, alcohol, pimienta, mostaza, vinagre…) o las sustancias que pueden dañar la mucosa gástrica, como los antiinflamatorios.
Los fármacos que se pueden utilizar para prevenir la aparición de gastritis son los antiácidos, los antagonistas H2 (que disminuyen la secreción ácida del estómago), o el sucralfato. Estos fármacos consiguen mantener un pH en el estómago no excesivamente ácido, disminuyendo así los síntomas de la gastritis y facilitando la curación. Sin embargo, esto tiene un inconveniente, pues al disminuir la acidez se favorece que puedan crecer bacterias que produzcan otro tipo de infecciones, como las infecciones pulmonares.
La gastritis mejora a medida que lo hace la situación del enfermo, desapareciendo las lesiones a las 48 horas de la agresión aproximadamente. Cuando aparecen complicaciones como la hemorragia digestiva puede ser necesaria la realización de una gastroscopia, aunque la mayoría de las veces la hemorragia cede de forma espontánea sin necesidad de realizar pruebas invasivas. La cirugía (que generalmente consiste en la extirpación de todo el estómago) presenta una mortalidad muy elevada, y solo debe utilizarse como último recurso.
Neoplasias Gástricas:
Polipos Gastricos
Los pólipos son masas o nódulos que se proyectan por encima de la mucosa circundímte y se describen hasta en el 5% de las endoscopias digestivas altas. Los pólipos pueden aparecer como consecuencia de la hiperplasia de células epiteliales o del estroma, por inflamación, ectopia o neoplasia. Aunque el estómago puede ser origen de muchos tipos de pólipos distintos, aquí solo se abordan los hiperplásicos e inflamatorios, los de glándulas fúndicas y los adenomas provoca el crecimiento del pólipo. Cuando se asocian a gastritis por H. pylori, los pólipos pueden resolverse cuando se consigue erradicar la bacteria.
Aspecto Histopatologico:
En el estómago, los pólipos inflamatorios e hiperplásicos constituyen básicamente la misma entidad y la diferencia depende solo del grado de inflamación. Los pólipos con frecuencia son múltiples y tienen una morfología típicamente ovoidea, miden menos de 1 cm de diámetro y muestran una superficie lisa. El examen microscópico de estas lesiones muestra glándulas foveolares irregulares, con dilatación quística y alargadas. La lámina propia muestra edema y grados variables de inflamación aguda o crónica; pueden aparecer erosiones superficiales.
 La frecuencia de displasia, que es una lesión precancerosa in situ, en los pólipos Inflamatorios e hiperplásicos se correlaciona con su tamaño; se produce un aumento significativo del riesgo en los pólipos que superan 1,5 cm.
Adenoma Gástrico
Los adenomas gástricos representan hasta el 10% de todos los pólipos gástricos. La incidencia aumenta con la edad y varía entre las distintas poblaciones en paralelo con la de adenocarcinoma gástrico. Los pacientes tienen entre 50 y 60 años, y los hombres se afectan tres veces más que las mujeres. Igual que sucede con otras formas de displasia gástrica, los adenomas aparecen casi siempre sobre un fondo de gastritis crónica con
atrofia y metaplasia intestinal. El riesgo de desarrollo de adenocarcinoma sobre un adenoma gástrico se relaciona con el tamaño de la lesión y resulta especialmente alto en las lesiones que superan los 2cm de diámetro. En general, pueden aparecer un carcinoma hasta en el 30% de los adenomas gástricos.
Aspecto Histopatológico
Los adenomas gástricos se suelen localizar en el antro y, típicamente, están constituidos por epitelio cilindrico de tipo intestinal. Por definición, todos los adenomas digestivos tienen displasia epitelial, ya sea de grado bajo o alto. En ambos grados puede aparecer aumento de tamaño, alargamiento e hipercromatismo de los núcleos de las células epiteliales, apiñamiento de las células epiteliales y seudoestratificación. La displasia de alto grado se caracteriza por una atipia citológica más grave con estructura irregular, que incluye gemaciones glandulares y estructuras cribiformes con adosamiento de las glándulas.
Adenocarcinoma Gastrico
El adenocarcinoma es el tunnor mciligno más frecuente del estómago y representa más del 90% de todos los cánceres gástricos. Los síntomas precoces recuerdan a la gastritis crónica y entre ellos están dispepsia, disfagia y náuseas. En consecuencia, en las regiones de baja incidencia, como EE. UU., el cáncer suele encontrarse en estadios evolucionados cuando se empiezan a realizar pruebas diagnósticas com o consecuencia de la aparición de síntomas clínicos, como pérdida de peso, ímorexia, alteraciones de los hábitos intestinales, anemia o hemorragia.
El cáncer gástrico de tipo intestinal predomina en las regiones de cilto riesgo y aparece a partir de unas lesiones precursoras, incluidos la displasia plana y los adenomas. La edad media en el momento de presentación son 55 años y la relación hombre:mujer es de 2:1. Por el contrario, la incidencia de cáncer gástrico de tipo difuso es relativamente uniforme en los distintos países, no se han identificado lesiones precursoras y la enfermedad muestra una incidencia similar en ambos sexos. Es importante destacar que la notable reducción de la incidencia de cáncer gástrico solo se ha producido en el de tipo intestinal, que es el más estrechamenteasociado a gastritis atrófica y metaplasia intestinal. En consecuencia, actualmente la incidencia de cánceres gástricos de tipo intestinal y difuso es similar en algunas regiones.
La profundidad de la infiltración y el grado de afectación ganglionar y las metástasis a distancia en el momento del diagnóstico siguen siendo los indicadores pronósticos más importantes en el cáncer gástrico. La invasión local del duodeno, del páncreas y del retroperitoneo también es característica. Cuando resulta posible, la resección quirúrgica sigue siendo de elección del adenocarcinoma gástrico. La supervivencia a los 5 años tras la extirpación quirúrgica puede superar el 90% en el carcinoma gástrico precoz, incluso en presencia de metástasis ganglionares. Por el contrario, la supervivencia a los 5 íiños del cáncer gástrico Avanzando sigue siendo inferior al 20%, en gran parte porque los regímenes de quimioterapia actuales tienen una eficacia mínima. Dado el avanzado estadio en el que se suelen descubrir la mayor
Aspecto Histopatologico
Los adenocarcinomas gástricos se clasifican en función de su localización dentro del estómago, además de por sus características macroscópicas e histológicas. La clasificación de Lauren, que divide a los cánceres gástricos en tipo intestinal y difuso, se correlaciona con distintos patrones de alteraciones moleculares, como se ha comentado antes. Los cánceres de tipo intestinal suelen ser voluminosos y están constituidos por estructuras glandulares similares a los adenocarcinomas esofágicos o del colon. El adenocarcinoma de tipo intestinal suele formar un frente de crecimiento amplio expansivo y da lugar a una masa ulcerada o exofítica. Las células neoplásicas contienen, en general, mucina en vacuolas apicales y puede encontrarse abundante mucina en las luces glandulares.
Los cánceres gástricos de tipo difuso crecen de forma infiltrante y están constituidos por células poco cohesivas, con grandes vacuolas de mucina que expanden el citoplasma y
desplazan el núcleo hacia la periferia, dando lugar así a una morfología en anillo de sello Estas células permean la mucosa y la pared gástrica de forma individual o en cúmulos pequeños. En el cáncer gástrico difuso puede ser difícil identificar una masa, pero estos tumores infiltrantes suelen provocar una reacción desmoplásica, que determina que la pared gástrica se endurezca y puede inducir un aplanamiento difuso de los pliegues gástricos con un aspecto parietal engrosado y rígido, que explica el aspecto en «bota de cuero» denominado linitis plástico
Aspecto Molecular
Los cánceres gástricos son heterogéneos genéticamente, pero comparten algunas alteraciones moleculares. A continuación, se plantean estas anomalías y, después, el papel de la inflamación crónica inducida por H. pylori, así como la relación entre un subgrupo de cánceres gástricos y la infección por virus de Epstein-Barr (VEB).
• Mutaciones: aunque la mayor parte de los cánceres gástricos no son hereditarios, las mutaciones identificadas en la variante familiar han aportado importantes conocimientos sobre los mecanismos de la carcinogenia en los casos esporádicos.
Las mutaciones en la línea germinal de CDHl, que codifica la E-cadherina, una proteína implicada en la adhesión entre las células epiteliales, se asocian a cánceres gástricos familiares, en general, de tipo difuso. Existen mutaciones de CDHl aproximadamente en el 50% de los tumores gástricos de tipo difuso, mientras que la expresión de la E-cadherina se encuentra reducida de forma drástica en el resto, con frecuencia por la metilación del promotor de CDHl. Por tanto, la pérdida de la función de E-cadherina parece ser un paso clave en el desarrollo del cáncer gástrico difuso.
A diferencia de CDHl, los pacientes con FAP, que tienen mutaciones en la línea germinal de los genes de la poliposis adenomatosa del colon (A P C ) tienen un riesgo aumentado de desarrollar cáncer gástrico de tipo intestinal.
Los cánceres gástricos de tipo intestinal esporádicos se asocian a varias alteraciones genéticas, entre ellas mutaciones adquiridas de la P-catenina, una proteína que se une tanto a la E-cadherina como a la proteína APC; inestabilidad de microsatélites, e hipermetilación de genes, como TGF/3RII, BAX, IGFRII y p 16/INK4a. Existen mutaciones de TP53 en la mayor parte de los cánceres gástricos esporádicos de
ambos tipos histológicos.
H. pylori: la gastritis crónica, en general asociada a infección por H. pylori, determina el desarrollo y la progresión de los cánceres que pueden ser inducidos por distintas alteraciones genéticas . Igual que sucede en otros muchos tipos de inflamación crónica, la gastritis crónica inducida por H. pylori se asocia a un aumento de la producción de proteínas proinflamatorias, como interieucina ip (IL-ip) y factor de necrosis tumoral (TNF). Por eso no debe sorprender que los polimorfismos asociados a un aumento de la producción de estas citocinas incrementen el riesgo de presentar cáncer gástrico
de tipo intestinal asociado a gastritis crónica en pacientes con una infección por H. pylori simultánea.
V EB : aunque H. pylori se suele asociar a cáncer gástrico con mayor frecuencia, aproximadamente el 10% de estos adenocarcinomas gástricos se relacionan con una infección por VEB.
Aunque todavía se tiene que definir el papel exacto de este virus en el desarrollo de los adenocarcinomas gástricos, es importante destacar que, con frecuencia, los episomas del VEB presentes en estos tumores son clónales, lo que sugiere que la infección se produjo antes que la transformación neoplásica. Además, las mutaciones de TP53 son raras en los tumores gástricos positivos para el VEB, lo que es indicativo de que la patogenia
molecular de estos cánceres es distinta de la asociada a otros adenocarcinomas gástricos. Morfológicamente, los tumores con presencia de VEB son más proximales y suelen adoptar unamorfología difusa con importantes infiltrados linfocíticos
Tumor carcinoide 
Aspecto Clínico
Los tumores carcinoides se originan en los órganos neuroendocrinos (p. ej., porción endocrina del páncreas) y en los epitelios digestivos con diferenciación neuroendocrina (p. ej., células G). La mayor parte de ellos se encuentran en el tubo digestivo y más del 40% afectím al intestino delgado; las siguientes localizaciones por orden de frecuencia son el árbol traqueobronquial y los pulmones. Los carcinoides gástricos pueden asociarse a hiperplasia de células endocrinas, gastritis crónica atrófica y síndrome de Zollinger-Ellison. Estos tumores se llamaron «carcinoides» porque crecen más lentos que los carcinomas. La clasificación más actualizada de la OMS los describe como tumores neuroendocrinos de grado bajo o intermedio. El grado depende de la actividad mitótica y del porcentaje de células que se tiñen con Ki67 en el estudio inmunohistoquímico (un marcador de las nnitosis). Sin embargo, es importante recordar que la localización dentro del tubo digestivo y el grado de infiltración local también son importantes indicadores de pronóstico. Los tumores neuroendocrinos de alto grado, llamados carcinomas neuroendocrinos, suelen presentar necrosis y, en el tubo digestivo, son más frecuentes en el yeyuno.
La incidencia máxima de los tumores carcinoides se ha registrado en la sexta década de la vida, pero pueden aparecer a cualquier edad. Los síntomas dependen de las hormonas elaboradas. Por ejemplo, el síndrome carcinoide se debe a las sustancias vasoactivas secretadas por el tumor que provocan enrojecimiento cutáneo, sudoración, broncoespasmo, dolor abdominal de tipo cólico,diarrea y fibrosis de las válvulas cardíacas del lado derecho.
Cuando los tumores están limitados al intestino, las sustancias vasoactivas liberadas son metabolizadas a formas inactivas en el hígado mediante un efecto «de primer paso» similar al que se asocia a la administración de fármacos por vía oral. Por eso, el síndrome carcinoide aparece en menos del 10% de los pacientes y se asocia deforma importante a la enfermedadmetastásica.
El factor pronóstico más importante de los tumores carcinoides digestivos es la localización:
• Los tumores carcinoides de intestino anterior, que afectan al estómago, al duodeno proximal al ligamento de Treitz y al esófago, no suelen producir metástasis y, en general, se cura mediante resección. Aunque son poco frecuentes, los tumoores carcinoides productores de gastrina del duodeno, los gastrinomas, se asocian al tratamiento con inhibidores de la bomba de protones.
• Los tumores carcinoides del intestino medio originados en el yeyuno y el íleon suelen ser múltiples y agresivos. En ellos, la mayor profundidad de infiltración local, el aumento del tamaño y la presencia de necrosis y mitosis se asocian a mal pronóstico.
• Los tumores carcinoides del intestino posterior originados en el apéndice y en el colon y el recto suelen descubrirse de forma incidental. Los apendiculares aparecen a cualquier
edad y casi siempre son benignos. Los tumores carcinoides rectales suelen elaborar hormoncis polipeptídicas, y pueden manifestarse con dolor abdominal y pérdida de peso; en ocasiones, provocan metástasis.
Aspecto Histopatologico:
Los tumores carcinoides son masas intramurales o submucosas que dan origen a pequeñas lesiones polipoideas Tienen un aspecto amarillento o pardo e inducen una reacción desmoplásica intensa que puede ocasionar una torsión del intestino, con la consiguiente obstrucción del mismo. El estudio histológico de los tumores carcinoides muestra que están constituidos por islotes, trabéculas, hileras, glándulas o sábanas de células uniformes con escaso citoplasma granular eosinófilo y núcleos de redondeados a ovales de cromatina moteada.
Aspecto Molecular 
Aproximadamente el 75-80% de todos los G IS T presentan mutaciones con ganancia de función oncógenas del gen que codifica la tirosina cinasa c-KIT, que es el receptor para el factor de las células madre. Otro 8% de los GIST presentan mutaciones activadoras de una tirosina cinasa relacionada, el receptor del factor de crecimiento derivado de las plaquetas A (PDGFRA); por tanto, prácticamente en todos los GIST se identifican mutaciones que activan tirosina cinasas. Sin embargo, cualquiera de estas mutaciones resulta suficiente para la carcinogenia y casi nunca se encuentran juntas mutaciones de c-KIT y PDGFRA en el mismo tumor Parece que los GIST se originan a partir de las células intersticiales de Cajal o de una célula precursora común a ellas, que expresan c-KIT, se localizan en la muscular propia y se comportan como células marcapasos responsables del peristaltismo del intestino.
Tratamiento
Cuando la clínica es grave y pone en riesgo la vida del paciente, se plantea como tratamiento la cirugía.
La cirugía es el principal tratamiento empleado en casos de tumor carcinoide, sin embargo, en determinados casos la única opción posible es el tratamiento paliativo debido a la imposibilidad de resecabilidad u operabilidad. La supervivencia postquirúrgica está entre 6 y 11 años. La mortalidad operatoria oscila alrededor del 10% debido principalmente a sangrado postoperatorio.
La elaboración de análogos de somatostatina, principalmente lantreótido y octreótido, ha producido modificaciones en el tratamiento de esta enfermedad.
La utilización de radiofármacos que se unen a los receptores de somatostatina está en fase de ensayo, y aunque tiene una gran perspectiva de uso en el futuro, ya se han descubierto algunos casos de insuficiencia renal grave. 
Bibliografia:
1. Robbins y Cotran. Patologia Estructural y funcional- Octava edición
2. https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000347.htm
3. http://www.cancer.gov/espanol/tipos/tumores-carcinoides-gi/paciente/tratamiento-carcinoides-gi-pdq
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