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Síndrome de Malabsorcion Enfermedad Celiaca Dr. Oscar Bonet Collazo Introducción La principal función del aparato digestivo es incorporar al medio interno todo aquel nutriente que el organismo necesita. El intestino delgado es la parte del tubo digestivo especializada en la digestión y absorción de los alimentos; esta función se realiza merced a la conjunción de dos factores perfectamente engarzados: la disposición anatómica del intestino delgado y el vertido a la luz intestinal de secreciones enzimáticos que preparan los alimentos para su absorción: 1. Anatomía, histología y fisiología digestiva: El intestino delgado presenta una serie de especializaciones estructurales dirigidas a mejorar la digestión y absorción de los nutrientes. La disposición de las asas intestinales y la existencia de microvellosidades en los entericitos intestinales, aumentan la superficie de contacto entre la mucosa intestinal y el bolo alimenticio, favoreciendo la absorción (ver anatomía y fisiología básicas en el primer capítulo del módulo). La gran longitud y la amplia superficie de contacto proporcionan al intestino delgado una gran reserva funcional, de manera que solamente las alteraciones graves o extensas llegan a tener repercusiones clínicas evidentes. Sin embargo, en el intestino delgado existe una cierta especialización segmentaría en la absorción, de manera que algunos nutrientes, vitaminas o minerales son absorbidos preferentemente en áreas concretas; por ejemplo, el hierro, calcio y ácido fólico se absorben principalmente en el duodeno y yeyuno proximal mientras que la Vitamina B12 y las sales biliares lo hacen en el íleon distal y Terminal. Obviamente, las enfermedades que afecten segmentariamente al intestino delgado, presentarán unas manifestaciones clínicas relacionadas con los nutrientes que habitualmente se absorben en la zona dañada. La cirugía que acorte porciones intestinales o las enfermedades que desestructuren la formación histológica de microvellosidades (enfermedad celíaca, enfermedades autoinmunes, etc.), redundará en una insuficiente absorción de los alimentos. Fisiológicamente, el peristaltismo intestinal también representa otro factor de primera línea en la correcta función digestiva; además de propulsar el bolo alimenticio distalmente, favorece la digestión enzimátiza al facilitar la mezcla; los trastornos de la motilidad intestinal repercutirán en el estado nutricional del sujeto. 2. Vertido a la luz intestinal de múltiples enzimas y productos de secreción procedentes de dos glándulas exocrinas: el páncreas y el hígado. La secreción pancreática es capaz de escindir los alimentos hasta los nutrientes elementales para que puedan ser absorbidos; contiene enzimas proteolíticos, lipolíticos y sacarolíticos, agua y bicarbonato (que aumenta el pH para una mejor acción de las enzimas). La secreción biliar contiene sales biliares que solubilizan los monoglicéridos y los ácidos grasos constituyendo mécelas que también engloban vitaminas liposolubles y colesterol. Sin la secreción biliar sería imposible la absorción de las vitaminas liposolubles y de los componentes grasos resultantes de la acción de la lipasa pancreática. La digestión consiste en la capacidad de escindir las moléculas de gran tamaño ingeridas con los alimentos, en sustancias de menor peso molecular, que puedan ser absorbidas a través del epitelio intestinal. Digestión y absorción se encuentran íntimamente imbricadas, y pueden ser consideradas como una sucesión de pasos 3 dirigidos a la incorporación de los principios inmediatos, oligoelementos y electrolitos al organismo. La digestión se realiza a dos niveles distintos, uno intraluminal, en la luz intestinal, con la participación de las enzimas segregadas por el páncreas y las sales biliares procedentes de la bilis hepática; y otro en el interior de los entericitos o células que tapizan la mucosa intestinal, donde ciertos compuestos experimentan una última hidrólisis antes de ser incorporados al medio interno. • Los hidratos de carbono han de ser escindidos hasta los monosacáridos. Este proceso ya se inicia en la boca por acción de la saliva que contiene ptialina (actúa sobre el almidón). Continua en la luz intestinal merced a la amilasa pancreática que transforma el almidón en oligo y disacáridos; y se completa en el interior de los propios entericitos donde existen disacaridasas que hidrolizan en última instancia los disacáridos (lactosa, sacarosa) en monosacáridos absorbibles (figura 1). • Las proteínas han de desdoblarse en pequeños péptidos y en última instancia en los aminoácidos constituyentes. Se inicia en el estómago, mediante la secreción ácido-péptica; en el duodeno y yeyuno proximal las peptidasas pancreáticas (tripsina, quimotripsina, etc.) transforman los polipéptidos en aminoácidos libres susceptibles de ser absorbidos. • Las grasas son hidrolizadas por la lipasa y colipasa pancreática hasta ácidos grasos y monoglicéridos, que precisan ser emulsionados por las sales biliares en forma de micelas. En este estado las micelas grasas son absorbidas por los entericitos mientras que las sales biliares, ya libres, continúan su trayecto hasta el íleon terminal donde son reabsorbidas, experimentando circulación enterohepática. Obviamente, los trastornos hepáticos que cursen con una disminución en la cantidad de bilis, darán como resultado una deficiente absorción del contenido graso de la alimentación, con la consiguiente eliminación por heces de gran cantidad de grasas (esteatorrea). Síndrome de Malabsorcion El síndrome de malabsorción agrupa todos aquellos procesos caracterizados por una disminución de la absorción de nutrientes desde la luz intestinal hasta el medio interno, ya sea por problemas de maldigestión o por malabsorción propiamente dicha: - Maldigestión: Los nutrientes NO son correctamente "preparados" o escindidos en sus constituyentes elementales y por tanto no pueden ser absorbidos. En este caso la pared intestinal no padece ninguna alteración histológica, patológica ni funcional que impida la absorción, sin embargo ésta no se produce. La maldigestión puede deberse a la ausencia o disminución de las secreciones pancreáticas o biliares (o ambas) que en condiciones normales portan toda la carga enzimático necesaria para la digestión de los nutrientes. Se comprende que las enfermedades hepáticas y pancreáticas serán candidatas preferentes a cursar con síndrome de malabsorción por alteración de las secreciones enzimáticos exocrinas. - Malabsorción en sentido estricto: Se refiere a la incapacidad del epitelio intestinal de absorber los nutrientes perfectamente digeridos y preparados por los jugos pancreáticos y biliares. En este caso el trastorno radica en la propia mucosa intestinal que pierde su capacidad absortiva por deterioro o degeneración producida por múltiples procesos patológicos que desestructuran la morfología e histología del tapizado de entericitos 4 (enfermedad celíaca, ciertos fármacos, enfermedades inflamatorias intestinales, etc.). CLASIFICACION DE LOS SINDROMES DE MALABSORCION Categoría I: Hidr6lisis 0 solubilidad intraluminal defectuosas A. Insuficiencia pancreática primaria. B. Insuficiencia pancreática secundaria C. Deficiencia de sales biliares conjugadas. Incluyendo resecci6n intestinal D. Crecimiento bacteriano intenso (deconjugaci6n de sales Biliares) 1. Asa ciega 2. Estenosis múltiples y divertículos yeyunales 3. Fístulas 4. Posgastrectomfa 5. Esclerodermia y seudoobstrucci6n Categoría 11: Anomalías de las células de la mucosa y Trastornos de la superficie mucosa A. Trastornos primarios de las células de la mucosa 1. Deficiencia de disacaridasas y malabsorci6n de monosacáridos 2. Abetalipoproteinemia 3. Malabsorci6n de vitamina B'2 4. Cistinuria y enfermedad de Hartnup B. Enfermedades del intestino delgado 1. Enfermedad celiaca 2. Enfermedad deWhipple 3. Gastroenteritis alérgica y eosinofilica 4. lIeoyeyunitis no granulomatosa 5. Enfermedad de Crohn (enteritis transmural) Categoría Ill: Obstrucci6n linfática A. Linfoma B. Tuberculosis y linfadenitis tuberculosa C. Linfangiectasia Categoría IV: Defectos múltiples A. Gastrectomía subtotal B. Resecci6n. Enfermedad 0 desviaci6n dellleon Terminal C. Enteritis por radiaci6n Categoría V: Sin explicaci6n A. Hipogammaglobulinemia B. Síndrome carcinoide C. Diabetes mellitus D. Mastocitosis E. Hipertiroidismo, hipotiroidismo. Hipoadrenocorticismo e. Hipoparatiroidisrno Categoría VI: Infecci6n A. Esprue tropical B. Enteritis irifecciosa aguda C. Parasitosis Categoría VII: Malabsorci6n de origen medicamentoso A. ColestiramiRa 5 B. Colquicina C. Laxantes irritantes D. Neomicina E. Acido p-aminosalicllico’ F. Fenindiona De Sleisenger, M. H., YBrandborg, L. L.: Malabsorption. Vol. 13. Major Problem. In Internal Medicine. Philadelphia. B. Saunder. Co., 1977, p8g. 130. Etiología Existen múltiples procesos que pueden originar síndromes de malabsorción. A veces la causa de malabsorción es estrictamente intestinal, otras es debida a enfermedades sistémicas y otras es el resultado de la administración de ciertos medicamentos. Manifestaciones Clínicas Ya sea por maldigestión o por malabsorción propiamente dicha, las manifestaciones clínicas serán semejantes y tendrán su reflejo a dos niveles diferentes: intestinal o local y general o sistémico. a) Síntomas intestinales: Son consecuencia de la acumulación de alimentos mal digeridos o nutrientes no absorbidos en la luz intestinal. El síntoma clave es la esteatorrea o eliminación de heces con alto contenido en grasa no absorbida. Las heces esteatorreícas se caracterizan por ser voluminosas, espumosas, de color claro, brillantes, malolientes (olor a rancio o a sebo), flotan en el agua y a veces presentan gotas de grasa en su superficie. Este tipo de heces es más frecuente en la enfermedad celíaca o el esprue tropical. La diarrea que suele acompañar a la esteatorrea (diarrea esteatorreica) se debe a varios factores que confluyen: • Incremento del bolo intestinal • Aumento de la osmolaridad intraluminal que promoverá la secreción de agua y electrolitos desde el medio interno hasta la luz intestinal • Los ácidos grasos y biliares no absorbidos estimulan directamente la secreción de agua y electrolitos por el colon. Junto a la diarrea esteatorreica aparecen otras molestias debidas al aumento del proceso de fermentación clónica de los hidratos de carbono no absorbidos: distensión abdominal, sensación de plenitud, borborigmos (ruidos intestinales) y discreto malestar abdominal (el dolor abdominal no es frecuente). b) Síntomas generales: Las consecuencias sistémicas u orgánicas derivadas del síndrome de malabsorción derivan de los estados carenciales de todo tipo que asientan en el organismo. Por motivos obvios, la pérdida de peso suele acompañar a los enfermos con síndrome de malabsorción, incluso a pesar de que muchos de ellos realizan una ingesta normal o aumentada de alimentos. La gravedad de las repercusiones sistémicas estará relacionada con el grado de malabsorción y la duración del proceso, llegando en ocasiones a convertirse en un trastorno grave que pone en peligro la vida del paciente. Citaremos algunos ejemplos típicos de manifestaciones sistémicas relacionadas con el síndrome de malabsorción: - La falta de absorción de hierro dará lugar a anemia ferropénica. - Las carencias de ácido fólico o Vitamina B12 producirán anemia megaloblástica. 6 - La malabsorción de Calcio originará hipocalcemia que si es intensa podrá producir tetania e hiperparatiroidismo secundario compensatorio, con lo que se incrementará la tendencia a la osteoporosis y fracturas. - El déficit de tiamina (Vitamina B12) puede causar parestesias. - La malabsorción de Vitamina K, puede causar hipoprotrombinemia con hematomas y tendencia a la hemorragia. - La falta de absorción de proteínas provocará una hipoproteinemia, con disminución de la presión oncótica intravascular, extravasación de líquido y la consecuente aparición de edemas. - etc. En la tabla 2 se resumen los principales síntomas clínicos relacionados con deficiencias concretas de nutrientes, vitaminas y minerales. La frecuencia e importancia que tienen en España algunos síndromes de malabsorción, recomiendan estudiar concretamente dos de ellos, la intolerancia a la lactosa y la enfermedad celíaca. Intolerancia a la lactosa Se trata de un síndrome de malabsorción específico y selectivo de los hidratos de carbono y más concretamente de la lactosa. En condiciones normales, los hidratos de carbono de la dieta inician su digestión en la boca por medio de la amilasa salival; en el intestino, la amilasa pancreática es la principal enzima que transforma el almidón en oligo y disacáridos (lactosa, sacarosa). Estos disacáridos intestinales penetran al interior de los entericitos que tapizan la mucosa del epitelio intestinal donde son desdoblados en los monosacáridos constituyentes, merced a la presencia de disacaridasas específicas que poseen estas células intestinales en su borde en cepillo (lactasa, maltasa, isomaltasa, sacarosa). En última instancia son los monosacáridos o azúcares elementales los únicos que experimentarán el proceso de absorción hasta el medio interno (glucosa, fructosa, galactosa). Obviamente, la ausencia congénita o adquirida de disacaridasas impedirá el completo desdoblamiento de los disacáridos hasta monosacáridos, con lo que se impedirá su absorción. ¿COMO SE IDENTIFICA EL SMA? En dependencia de la enfermedad que cause la malabsorción, el comienzo puede ser insidioso, a veces dura años, y se caracteriza por pequeños trastornos como debilidad, laxitud, apatía, lo cual hace que los pacientes sean considerados como portadores de estrés psicofísico. Las diarreas pueden ser no frecuentes, una al día o cada dos días, aunque siempre voluminosas, lo que hace que no sean tomadas muy en cuenta. La pérdida de peso corporal puede ser lenta o estar contrarrestada por la hiperfagia de algunos enfermos. Todo esto hace que el diagnóstico demore meses o años en realizarse.1 Una vez instalado el cuadro clínico se identifican con claridad síntomas y signos producidos por deficiencia de diferentes nutrimentos (tabla), además de los síntomas y signos característicos de la enfermedad que produjo el SMA. TABLA. Síntomas y signos de malnutrición en el SMA 7 Nutrimento deficitario Síntomas y signos Grasas Esteatorrea, anorexia, pérdida de peso Proteínas y aminoácidos Hipoalbuminemia, edema, osteoporosis, desnutrición Carbohidratos Curva plana de glicemia Agua Deshidratación Hierro Anemia hipocrómica Vitaminas del complejo B Glositis, queilosis, neuritis periférica Acido fólico Anemia megaloblástica, disminución per. Se de la absorción intestinal Vitamina B12 Anemia megaloblástica Vitamina A Hiperqueratosis Vitamina D Pérdida de calcio, hipocalcemia, osteomalacia, tetania, dolor, fracturas óseas Vitamina E Trastornos debido a cambios estructurales por peroxidación lipídica de la membrana citoplasmática celular Incidencia El déficit de lactasa es con diferencia la principal anomalía enzimática observable en clínica, superando ampliamente en incidencia y prevalencia a las deficiencias de sacarosa e isomaltasa y a la malabsorción de glucosa y galactosa. La carencia de lactasa afecta normalmente a alrededor del 75% de los adultos en todos los grupos étnicos, excepto en los originarios del noroeste de Europa, en los que la incidencia es menor del 20%. Aunque las estadísticas son poco fiables, la mayoría de los norteamericanos que no son de raza blanca presenta un déficit de lactasa entre los 10 y 20 años de edad. La máxima prevalencia se da en los asiáticos (85-100%). Los habitantes de la cuencamediterránea presentan una prevalencia del 60-80%. Etiología La deficiencia de lactasa puede clasificarse en: - Primaria: ausencia congénita desde el nacimiento del individuo o reducción condicionada genéticamente que aparece en el niño o en el adolescente. - Secundaria: consecuencia de ciertas enfermedades que lesionan la mucosa intestinal: enfermedad celíaca, Enfermedad Inflamatoria Crónica Intestinal (EICI), sobrecrecimiento bacteriano, etc. CARACTERISTICAS FISIOLOGIA: Hidratos de carbono: Almidón y disacáridos ------→ Monosacáridos -------→ Absorción a sangre Amilasa salival y pancreática + Disacaridasas en vellosidades intestinales Grasas: Triglicéridos -------------→ Ácidos grasos y 8 Colesterol Lipasa pancreática Sales Biliares- Absorción celular → Triglicéridos → Sistema Linfático → Absorción a sangre B-Lipotropina → Proteínas: Polipéptidos → Tripeptidos y Dipéptido ------------- -----------→ Aminoácidos → absorción a sangre ----Tripsina y Quimiotripsina pancreática ------------Pepticaza intestinal Fisiopatología Clínica En ausencia de lactasa, y después de la ingestión de alimentos que contienen lactosa (especialmente leche), se producirá la acumulación intestinal de lactosa incapaz de ser desdoblada y absorbida, lo que provocará un aumento de la osmolaridad intraluminal y el incremento secundario de la secreción de agua y electrolitos hacia la luz intestinal; esta circunstancia originará la aparición de diarrea, síntoma capital de la intolerancia a la lactosa. En el colon, la lactosa es fermentada por las bacterias cecales, lo que produce ácidos grasos de cadena corta y diversos gases (anhídrido carbónico, hidrógeno y metano), lo que justifica la aparición de flatulencia, borborigmos, náuseas, espasmos, dolor y distensión abdominal que acompañan a la diarrea osmótica y configuran la sintomatología clásica de la intolerancia a la lactosa en particular y a los hidratos de carbono en general. Diagnostico Absorción de: Grasas: Examen macro y microscópico de las heces → Grasas, pastosas, amarillentas, de olor rancio. Cuantificación de la grasa en heces → Por encima de 4,5 gr. → esteatorrea y malabsorcion. Marcaje de Lípidos con isótopos radiactivos y seguimiento. Recuento de quilomicrones en sangre. Proteínas: Examen macro y microscópico de las heces Se ven alimentos enteros. Cuantificación de Nitrógeno fecal. Albúmina marcada con yodo y plomo radiactivo. Carbohidratos: Curva de glucemia → Curva plana cuando es igual o inferior a 25 - 40 mgr. 9 Tolerancia al almidón. Prueba de la D-Xilosa → Administración y recogida en orina durante 6 horas Si hay pocas cantidades → Absorción alterada. Vitaminas: Prueba de la Vitamina A Test de Schilling → Para observar la absorción de Vit B12 Carencia de Vit B12 → Anemia Megaloblastica. Resumen: Examen Macro y microscópico de las heces. Curva de glucemia Cuantificación de grasa en heces. D-Xilosa. Tratamiento Consiste en la eliminación de la dieta de todos aquellos productos que contengan lactosa. La leche y sus derivados deben evitarse, excepción hecha del yogur, que contiene lactosa autodigerida. La lactosa de la leche podría predigerirse con la adición de un preparado comercial de lactasa (Lactored®, Polidasa®). También hay que permanecer atentos a la administración de medicamentos que contengan lactosa como excipiente. Si se mantiene una dieta sin lactosa, deben administrarse suplementos de calcio. Cuando el déficit de lactasa es secundario, se comprueba que después de la curación de la enfermedad intestinal, reaparece la tolerancia a la lactosa. NOTA: No hay que confundir la intolerancia a la lactosa descrita, con la intolerancia a las proteínas de la leche de vaca (caseína, a -lactoalbúmina, b -lactoglobulina), en la que además de la diarrea aparece el vómito como síntoma capital. Enfermedad Celiaca La enfermedad celíaca (EC) se caracteriza por la intolerancia permanente al gluten, una proteína que forma parte de algunos cereales (trigo, cebada, centeno y avena) y sus derivados, y que produce una lesión severa en la mucosa del intestino delgado que ocasiona una inadecuada absorción de los nutrientes; ello provoca retraso del crecimiento, diarreas, vómitos y alteraciones psicológicas, etc. Es una enfermedad crónica que requiere del enfermo el mantenimiento de una dieta exenta de gluten, de por vida, como único tratamiento efectivo. Igualmente aumenta el riesgo, a largo plazo, de padecer de linfoma de intestino delgado, carcinoma esofágico o faríngeo, entre otros problemas, de no seguir de una forma estricta la dieta.1-3 La frecuencia familiar es alta, sobre todo en familiares de primer grado. Aunque el medio de herencia no ha sido bien aclarado, se ha señalado la asociación con el sistema HLA, y también con la herencia de tipo mendeliano con penetrancia incompleta.1 Geográficamente la incidencia varía según los diferentes países, y 10 estudios epidemiológicos más recientes permiten establecer una incidencia media en Europa de 1 por 1000 a 1500 nacidos vivos.1 La EC presenta un gran polimorfismo desde el punto de vista clínico, bioquímico, biológico e histopatológico. Fergunson y otros4 hablan de EC activa, silente, latente y potencial (fig.1). Por otra parte, las manifestaciones de la EC pueden ser distintas según la edad del paciente. La activa, por ejemplo puede ser florida, oligosintomática o monosintomática. La forma silente se da en pacientes asintomático con atrofia intestinal severa y marcadores serológicos positivos, e incluye con frecuencia a pacientes con enfermedades asociadas. Por su parte, la forma latente se define en pacientes con marcadores serológicos positivos,con mucosa intestinal normal, que consumen gluten; y que durante otro período, anterior o posterior, hayan tenido una mucosa intestinal con atrofia severa de las vellosidades intestinales que se normalizaría con la retirada del gluten de la dieta. La forma potencial se define en pacientes con serología positiva y sin alteraciones morfológicas intestinales; las repetidas biopsias en años pueden demostrar cambios típicos de EC. El tratamiento se basa en la eliminación del gluten de la dieta. La supresión total es difícil de realizar de forma correcta, debido, por una parte, a la falta de colaboración del paciente, en especial en niños; y por otra, la más importante, a la gran cantidad y variedad de alimentos presentes en el mercado que contienen gluten.1-3.5 La salud física no se puede separar de la salud emocional. La EC es una enfermedad que afecta estos 2 aspectos, y por ende, debe conocerse por parte del personal médico que los atiende. Los niños y adolescentes con esta afección poseen motivación para aprender nuevas habilidades y adquirir nuevos hábitos de conducta, que deben ser apoyados por los adultos, pues ello se traducirá en la desaparición de sus manifestaciones clínicas. El apoyo a estos pacientes, y dentro de este el apoyo familiar y del personal de salud que los atiende, está entre los principales para favorecer un resultado exitoso del tratamiento. Los pacientes que tienen dificultad en el control de su enfermedad crónica, a menudo tienen síntomas de infelicidad y falta de esperanza, y por lo tanto no realizan un tratamiento de forma adecuada. Cuando se incluye a la familia como parte del tratamiento, el médico de asistencia puede obtener del familiar el apoyo necesario para el paciente, y así este podrá mejorar el control de su enfermedad.6-9 El apoyo social del personal de salud se incluye en la ética médica que establece los criterios para la relación médico-paciente. En los últimos años han aparecido múltiples estudios que investigan la relación estrés-enfermedad, haciéndose énfasis en factores físico-sociales que actúan como mediadores de la respuesta de estrés, y que pueden constituir factores de riesgo de individuos frente a la hostilidad del medio.7-8 El objetivo de nuestra revisión es comentar la relación que existe entre el apoyo social y la respuesta psicológica en los enfermos celíacos, lo cual se traduciría en un mejor control de esta enfermedad, y una mejor calidad de vida del paciente. Programas de educación y manejo de la enfermedad El apoyo social se define como las relaciones que proveen a las personas de un apoyo emocional, material, o ambos, en su interacción con el medio. Las funciones incluyen mantener una identidad social positiva, proveer apoyo emocional, ayuda material y servicios concretos, así como el acceso de nuevos contactos y funciones sociales.5,7-10 Las fuentes proveedoras de apoyo social aparecen como el resultado que establece el sujeto con otros individuos para dar soluciones a necesidades o conflictos que tiene, por lo que pueden ser variadas y de relativo valor 11 para cada persona. De esta forma constituyen fuentes potenciales de apoyo social la pareja, la familia, los compañeros de trabajo y/o de estudio, las relaciones sociales en general (incluidas diversas instituciones), y el contacto personal con trabajadores de la salud, estos últimos de particular interés para personas enfermas.7 La relación entre el papel de apoyo en la modificación del efecto de estrés sobre la salud se ha planteado a través de:6 1. El apoyo social surte efecto directo sobre la salud. 2. El apoyo social "amortigua" los efectos del estrés. 3. El apoyo social tiene efecto mediador que estimula el desarrollo de estrategias de enfrentamiento y control. Por todo lo anterior ha sido estudiado el valor predictivo del apoyo social para la aparición y desarrollo de enfermedades o complicaciones derivadas estas.11 Se plantea que el apoyo social modula la respuesta psicológica del individuo al incrementar o disminuir su resistencia a agentes patógenos. Con relación al paciente con EC, el apoyo social adquiere un relieve particular, pues el padecimiento de esta afección constituye, por sí mismo, un estrés significativo para el individuo. La aparición de complicaciones crónicas o de situaciones agudas, como puede ser una crisis celíaca con desequilibrio hidroelectrolítico, caracterizan esta enfermedad, así como el régimen riguroso de tratamiento que deben cumplir diariamente y de por vida. En estos casos el apoyo social por medio de las funciones cognitivas, afectivas y materiales (instrumentales) suele ser una vía con la que cuenta el paciente para obtener el apoyo emocional, material o ambos. La función cognitiva, estimula, al brindarle información, a la persona a identificar mejor la situación, reconocer alternativas de solución, y reducir así la ansiedad que provoca la falta de información para enfrentar un problema. En el celíaco esta información la brindan solamente los trabajadores de la salud en un estrecho contacto individual y colectivo. La función afectiva brinda al paciente sensación de equilibrio y esperanza futura. La pareja, la familia, los trabajadores de la salud y los compañeros de trabajo y/o estudio juegan un papel importante, principalmente los 3 primeros mencionados. La función material (instrumental) tiene como objetivo brindar asistencia concreta material para resolver las necesidades de la persona. Un sistema nacional de salud gratuito y la seguridad social, forman parte en nuestro país de este apoyo material. En la actualidad se dedican numerosos estudios del rol del apoyo social en el cumplimiento del tratamiento de la EC, dada la importancia que este tiene en el control de la enfermedad, y por tanto en la calidad de vida del paciente.6,8,9 Otros factores como al depresión y la ansiedad tienen efectos negativos para el cumplimiento del tratamiento.6 En nuestro medio, algunas investigaciones han señalado que el apoyo social en la EC tienen correlación significativa con el cumplimiento del tratamiento, lo cual se expresa en un buen control de la enfermedad, en especial, el apoyo que constituyen los servicios de salud. También en estos estudios el apoyo social de la familia, al escuela, la pareja y el vínculo laboral influyeron de forma significativa.9,12 En la primera entrevista que sostenga el paciente con el médico, este debe obtener información relacionada con el apoyo social con que cuenta el enfermo, ya que estas fuentes pueden utilizarse como recursos terapéuticos, por lo que es necesario identificarlas y conocer su funcionamiento. Las personas que brindarán apoyo deben estar sensibilizadas y motivadas para cumplir su encomienda. La influencia del apoyo social es importante en todas las etapas de enseñanza y manejo de la EC. El modelo de un paciente recibiendo el cuidado para una enfermedad crónica por parte de un médico y solo de ese médico, ha sido la práctica más común en muchos países, pero se ha demostrado que la instrucción en grupos 12 es más efectiva que individual.13 En términos de la EC, la actitud también ha cambiado, y es más efectivo el aprendizaje cuando este se realiza en grupos. Un ejemplo similar lo tenemos en otras afecciones como el tratamiento en grupos que brindan los Alcohólicos Anónimos con el manejo del alcoholismo. Estos grupos de aprendizajes brindan importantes funciones en todas las etapas de la EC, y son prácticamente de valor en la adaptación del paciente a su nuevo diagnóstico. Estas asociaciones pueden también brindar mayor conocimiento en le manejo diario de la EC, así como proveer de apoyo familiar que necesariamente debe ser ajustado a las nuevas necesidades y limitaciones del paciente; es decir, que en ocasiones los familiares participan en estas reuniones de discusión y aprendizaje, de igual forma que un médico de experiencia transmite sus conocimientos de EC a los médicos más jóvenes. En estasreuniones los celíacos con buen control dietético y buena salud servirán de ejemplo a los celíacos de reciente diagnóstico.14,15 La descripción de la asociación entre el apoyo social y la EC es un primer paso para implementar las medidas de carácter psicosocial. Es imprescindible el apoyo e influencia sobre el paciente celíaco para el cumplimiento del tratamiento, y por ende, un mejor control de la enfermedad. El apoyo laboral que se le brinde a estos enfermos no puede depender de lo que alguien considere adecuado de forma particular, y por lo tanto depende de la variabilidad de criterios que puedan existir. La conducta a seguir en estos casos debe estar legislada para que exista un recurso legal al cual acudir cuando se requiera tomar decisiones ante conflictos laborales creados a partir de la condición celíaca en un trabajador. Estas medidas deben dirigirse a salvaguardar la integridad del paciente, defender su derecho a decidir sobre su futuro en elección de su profesión, así como facilitarle las condiciones necesarias para cumplir su función social.15 Los datos acumulados no muestran evidencias de que los pacientes celíacos promedio sean psicológicamente diferentes del resto de la población, aunque se reconoce que estos pacientes crónicos con peor control de la enfermedad se muestran ansiosos o deprimidos. Algunos investigadores han planteado que una enfermedad crónica no presupone una población psicológicamente afectada, sino que esta sensibiliza más al individuo desde el punto de vista emocional ante las situaciones estresantes de la vida diaria.8, 9,15 Hasta el presente no se puede afirmar si estos síntomas psíquicos llevan al descontrol dietético o el descontrol los provoca, probablemente se den ambos mecanismos. No hay duda que la EC genera reacciones emocionales que se reflejan en todas las esferas de la vida del que las padece, y pueden incidir negativamente en el cumplimiento del tratamiento, y por lo tanto, en el control de su enfermedad. Es por eso que las investigaciones se centran más en el funcionamiento dinámico de las reacciones psicológicas (depresión, estrés, ansiedad) y de apoyo social en la EC.6,9,16 Uno de estos aspectos considera que el conocimiento de la enfermedad y la conducta del individuo para manejar sus demandas, es decir los "estilos de enfrentamiento" a ella son de gran importancia.10 Los avances tecnológicos recientes en el tratamiento de la EC, que incluye el monitoreo de la lesión intestinal con anticuerpos antigliadinas, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular por métodos serológicos no invasivos, han aumentado la esperanza de que los celíacos alcancen mayor independencia en su control; sin embargo, el control depende de conductas individuales, decisiones en relación con la dieta o medicamentos como parte del tratamiento, pero ocasionalmente pueden estar influidos por circunstancias del estrés. Este componente de conducta debe tenerse en cuenta también en los programas de educación y divulgación en estos pacientes como parte de los factores psicosociales.9,10,16 Por muchos años, la educación sanitaria ha sido considerada la base de cómo estos enfermos debían manejar su enfermedad. El desarrollo de los conocimientos 13 psicosociales en los últimos años ha demostrado que estos aspectos educativos juegan un papel esencial en el cambio y mantenimiento de hábitos de conducta. El conocimiento por parte del paciente de su enfermedad no es suficiente para cambiar sus hábitos de conducta. Estudios de terapia conductual y social han demostrado cómo los valores de reforzamiento positivo y la influencia social son importantes para la creación de patrones de hábitos y habilidades nuevas.17 Mientras que la educación sanitaria se basa en el conocimiento de la enfermedad, la medicina conductual se basa en la fisiopatología del paciente utilizando medidas conductuales para modificar hábitos que deben ser cambiados, para motivar al paciente y darle apoyo social, y normalizar así la respuesta clínica de la enfermedad. Lo ideal en la actualidad es combinar ambas, tanto la educación sanitaria como las medidas de medicina conductual. Es conocido que los períodos de estrés emocionales y trastornos psicológicos incrementan la ansiedad, por lo que la estabilidad psicofisiológica se hace necesaria para un buen control de la enfermedad. En el paciente celíaco se pueden considerar como motivo de estrés las transgresiones de la dieta, porque él sabe que su cumplimiento es un aspecto importante, en tanto se le produce alteración psicológica al desobedecer la indicación médica específica de la dieta que constituye la única vía para conseguir el control del enfermo.l5,9 ¿Cómo influye la autoestima en la enfermedad? Una persona que presenta una enfermedad crónica debe modificar su autoestima y conducta antes que él pueda participar con su médico en el control de los efectos negativos de la enfermedad. Conocer que uno tiene una enfermedad incurable puede crear un sentido negativo de autoestima pues los efectos de la enfermedad producen considerable frustración y ansiedad. La autoestima que tenía una persona antes y después de ser celíaco brinda información al respecto. Al tratar la enfermedad crónica, incluyendo a toda la familia, el médico puede ayudar al paciente a tener una autoestima positiva y crear así las bases para su control.13 El buen control clínico no puede alcanzarse si no se incluye a la familia en el plan de manejo de la enfermedad. El paciente conocerá cuán importante es su familia para su enfermedad, en la medida que su médico la incluya como parte de ella. El enfermo crónico es sensible a la conducta de otros hacia él, y si se le trata aislado de su familia se sentirá solo y aparecerá una autoestima negativa. El Médico de Familia puede ayudar a mantener una autoestima positiva y construir las bases para el control de la enfermedad al considera que la condición celíaca es una enfermedad que incluye a toda la familia. Algunos de sus miembros tendrán temor acerca de la herencia de estas enfermedades, especialmente si hay una historia familiar fuerte de celíacos, y este sería el momento donde el médico puede brindar consejos dietéticos e información sobre la enfermedad. Igualmente se debe recordar que criticar al paciente de forma autoritaria ante un fallo del tratamiento dietético creará mayor ansiedad y frustración. El amenazar a un enfermo acerca de las complicaciones que puede adquirir, de no hacer el tratamiento óptimo, está muy distante de lograr los resultados deseados, pues crea temor más bien que una relación médico-paciente adecuada. En los jóvenes hay períodos en los que ellos no se ven como pacientes con una enfermedad crónica, mientras que para un adulto es más fácil admitir este hecho. El concepto juvenil de autoestima está grandemente influido por la actitud y conducta de los padres ante él. A algunos padres les resulta difícil aceptar que su hijo tiene una enfermedad crónica. Los celíacos como los diabéticos, como todo enfermo crónico, tienen a veces temor de revelar su enfermedad pues a veces desean mantenerla en secreto. En el niño y el adolescente en crecimiento cobra mayor significación el hecho de no ingerir los alimentos que resultan tóxicos, y la 14 comprensión por parte de ellos y de sus padres de dicha problemática, resulta cada día más imperiosa, en particular por parte de los médicos que atienden a dichos enfermos, pues en realidad con el control dietético se consigue la remisión total y se evitan las complicaciones.6,9,18 Un joven sin apoyo familiar es fácil que adquiere una autoestima negativa y se aleje de sus actividades sociales. Un punto en el que todos estamos de acuerdo es que el colectivo médico que atiende enfermos crónicos debe ser un verdadero compañero del paciente y de esta forma podrá lograr mejorar su autoestima. Otro factor modulador de las manifestaciones psicosociales de estos enfermos lo constituiría el mencionadoapoyo social, el cual provee a las personas de apoyo material y/o espiritual que le confiere una identidad social positiva. Aún no está claramente establecido de qué forma la característica más estable del individuo limita o favorece ciertos tipos de respuestas de enfrentamiento, ni el valor de los rasgos de personalidad y el concepto social en la predisposición a responder de una forma particular, pero lo que sí es innegable es la incidencia de todos estos factores en la respuesta. Es conocida la posibilidad que algunos aspectos de la personalidad, conducta, estilo de vida o estado emocional influyen en el curso de enfermedades a través de la función inmunológica.19 Control de la enfermedad En relación con los trastornos asociados a la enfermedad hay que considerar que la EC es una enfermedad crónica cuyo tratamiento necesita dieta rigurosa, monitoreo con pruebas serológicas de la respuesta clínica o intestinal, y someterse a pruebas de provocación con gluten para realizar biopsias intestinales cuando las pruebas serológicas indiquen el momento adecuado. Todo esto requiere un ajuste en el estilo de vida del paciente, porque las actividades y hábitos que hasta entonces habían caracterizado su vida cotidiana, deben ser variados en función de las demandas de su enfermedad. Esto trae consigo muchas veces reacciones de inadaptación psicológica y social que inciden en el control de su enfermedad, llevando a transgresiones del tratamiento, lo que los limita a la incorporación de ciertas actividades educacionales y sociales por descompensaciones frecuentes. Todo esto se puede evitar con el diagnóstico precoz de la enfermedad que permita una educación dietética desde los primeros años, y también por el trabajo especializado del grupo de trabajadores de salud que los atiende con la ayuda de las asociaciones de padres o familiares.9,12-14,20 El estrés emocional constituye muchas veces el motivo que origina el descontrol. Por las características de la EC y su tratamiento es frecuente encontrar pacientes que no se adaptan y no aceptan su condición de celíacos, lo cual es típico del inicio, aunque puede observarse en cualquier otro momento de la enfermedad. La inadaptación puede darse en la esfera personal y en la social. En el primer caso son aquellos pacientes que se niegan a realizar el tratamiento indicado, mientras que la inadaptación social es el resultado de la dificultad objetiva y subjetiva para conciliar las condiciones y exigencias del medio en que desarrolla su actitud, y el cumplimiento del tratamiento en general. La reorientación del paciente partiendo de nuevas metas resulta indispensable para que realice los ajustes en su vida. Situaciones especiales en la vida del celíaco En la edad infantil provoca retraso en el crecimiento, y en la adolescencia, la aparición de la menarquia. En la adulta joven aparecen abortos a repetición, infertilidad, menstruaciones muy copiosas o ausencia de esta, así como también anemia por carencia de hierro, dolores óseos o musculares, manchas en la piel, depresiones y artritis. Está comprobado que seguir una dieta estricta sin gluten evita 15 efectos no deseables en la mujer gestante y en el feto. El parto no está influido por la existencia de EC. Tanto en la mujer como en el hombre celíaco no tratado, hay mayor riesgo que en la población general, de padecer de tumores de intestino delgado. Está comprobado que este riesgo no existe cuando el paciente cumple correctamente la dieta sin gluten. Un apoyo psicológico del facultativo y personal auxiliar, y una mutua ayuda entre las familias y de todas las personas interesadas en el problema, constituyen la base más sólida sobre la que deberá orientarse el tratamiento, y de esta forma garantizar que el niño celíaco pueda hacer una vida prácticamente normal. Muchos estudios se han hecho señalando la importancia del papel del apoyo social de la familia con el niño celíaco sin llegar a sobreprotegerlo, pero cuando no se obtiene este apoyo el niño presentará mal control de la enfermedad. La adolescencia, como edad de cambio, suma sus condiciones a las del tratamiento que debe de cumplir, por lo que esta etapa necesita de mayor orientación y apoyo, ya que por lo general este momento se asocia a un peor control de la enfermedad.21,22 En el paciente adulto a la depresión, la ansiedad y el sentimiento de minusvalía frecuentes en esta edad se le sumarán preocupaciones por su condición de enfermo crónico, lo que puede influir negativamente en su estado psíquico. En este grupo de enfermos es necesario el apoyo emocional y material. El apoyo familiar no solo puede garantizar las bases materiales del tratamiento, pues la implicación de la familia en el tratamiento diario refuerza su cumplimiento y ayuda a eliminar sentimientos de minusvalía e inseguridad. En el caso de los adultos, la pareja es la persona más cercana, y su apoyo y comprensión son importantes para una correcta autoestima en estos pacientes crónicos. Asimismo, el personal de salud es fuente de información, y puede disipar temores o prejuicios de la enfermedad, además de determinar el tratamiento. Los compañeros de estudio o trabajo son también fuentes de apoyo importantes; por tanto, las relaciones estudiantiles en general pueden contribuir a que estos enfermos logren una identidad social positiva, en la medida que sea capaz de percibirlo como una persona igual a los demás. (fig. 2). El sistema de apoyo social, conjuntamente con otras medidas, forma parte de los recursos terapéuticos en el manejo integral del paciente crónico. La diabetes mellitus tipo 1 es la alteración endocrina que, con mayor frecuencia, se asocia a la EC. Se plantea que la asociación con esta enfermedad es hasta 50 veces superior a la encontrada en la población general, pudiendo padecerla entre un 5 y un 10 % de los pacientes celíacos. En nuestro país existe, para niños y adolescentes con desajustes sociales, una escuela especial en la Ciudad de los Pioneros donde el personal de salud brinda apoyo a este grupo de pacientes en su rehabilitación física y psíquica. Se ha comprobado que al incluir a los niños en su propio tratamiento, haciéndolos responsables de alguna parte del él, se incrementa la confianza y orgullo y facilita los progresos hacia su independencia. El trabajo de educación sanitaria se realiza por un equipo multidisciplinario que incluye enfermera, trabajadora social, dietóloga, psicólogos y médicos, brindando apoyo al paciente y su familia para enfrentar la enfermedad y lograr una calidad de vida adecuada.21 Programa de atención integral al paciente crónico (OMS) La meta de cualquier programa de tratamiento al enfermo crónico, tal como está planteado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es lograr una adecuada 16 calidad de vida, tanto a corto como a largo plazo, y esto cubre los aspectos físico, mental y nivel social. (fig 3). Para conseguir la atención integral al celíaco existen asociaciones de celíacos como la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, que además es miembro de la Asociación de Asociaciones de Europa (AOECS), que agrupa a personas pertenecientes a 30 países europeos.20 Existen otras instituciones como la Asistencia al Celíaco de la República de Argentina (ACELA), con un sistema interactivo del desarrollo de la asociación como grupo de autoayuda.23,24 En nuestro país están comenzando a organizarse como grupos provinciales con una sede nacional. Objetivos comunes de esas asociaciones • Proporcionar información y orientación, así como mejorar el conocimiento y la asimilación de la enfermedad en sus distintas fases y en los diferentes ámbitos (personal, familiar, social, entre otros). Igualmente servirá para apoyar psicológicamente a los afectados y familiares. • Mantener una información constante de los avances científicos a través de reuniones periódicas con médicos, promoviendo estudios, congresos y jornadas. • Promoverla difusión del conocimiento de la enfermedad a través de los medios de comunicación y publicaciones propias, con el fin de concientizar a toda la sociedad. • Fomentar normativas legales que amparen al celíaco y que garanticen el principio de igualdad de toda la población. Las Asociaciones de Celíacos para conseguir sus objetivos ofrecen los servicios siguientes: • Información para llevar correctamente una dieta sin gluten, ofreciendo datos sobre alimentos especiales y puntos de venta, o sobre medicamentos sin gluten. Brinda también asesoramiento sobre el Servicio Militar, organización y participación en conferencias, congresos y simposios; así como participa en la edición y publicación de folletos, boletines, lista de alimentos sin gluten (revista Mazorca, de la Asociación de Celíacos de España). • Organización de actividades de convivencia que propicien la relación y foros de encuentros que permitan un intercambio de experiencia y conocimientos entre los asociados, tanto niños, como jóvenes, como adultos (fiestas infantiles, campamentos de verano, reuniones, asambleas); también organizan cursillos de cocina (sin gluten), brindan asesoramiento sobre qué hacer cuando se cena fuera de casa, dan información sobre la existencia de asociaciones de celíacos, cuando se viaja por el país, o por el extranjero. El principal objetivo de la AOECS es buscar soluciones a los problemas de importancia internacional, coordinar actividades internacionales y asuntos de interés común para sus miembros, y favorecer el intercambio de información en beneficio de todos los individuos.13,19-21 Todo lo anteriormente expuesto ayuda a mantener un control estable ce la EC. Una salud emocional de hecho servirá para tener un rol social a un alto nivel. Mantener buenas relaciones interpersonales es una meta que contribuirá a mejorar el papel en su centro de estudio o trabajo, hogar y momentos de ocio. El manejo de una enfermedad crónica no puede considerarse exitoso si el paciente está deprimido, sin esperanzas, o tiene temores constantes de tener una recaída o complicación, o si está siempre de mal humor o irritable con la familia y con los que 17 los rodean. El estado de salud emocional forma parte de la calidad de vida de una persona, y hacia ello debe dirigirse el trabajo de los profesionales encargados de atender a estos pacientes. Un programa integral de manejo de la EC debe tener en cuenta todos estos factores, incluyendo, por supuesto, los programas educacionales y el manejo de la enfermedad y la terapia de grupo, para poder ser verdaderamente integral. Es de particular interés la función que desempeñan las organizaciones profesionales para conformar, proteger y establecer los principios de ética profesional, orientando en el sentido de la protección, tanto a sus miembros como a los clientes de estos. Las organizaciones profesionales desempeñan un papel de importancia, todavía no evaluado correctamente desde el punto de vista filosófico, como mediadores de la interacción de las personas en su función de proveedores y receptoras de servicios profesionales.25 Informaciones básicas que debemos dar a los padres y familiares de un paciente diagnosticado de EC En principio el diagnóstico de EC requiere tiempo (años) para su confirmación definitiva. De entrada debemos informar a los padres de un niño en el que sospechamos una posible EC que el estudio de los marcadores, la evolución clínico- biológica y la valoración de la biopsia intestinal, permitirán confirmar o descartar el diagnóstico. Debemos informar que la EC es un trastorno debido a una reacción anormal del intestino frente al gluten, que está presente en el trigo, la cebada, el centeno, y en menor proporción, en la avena. Instruirlos en que el gluten en estos pacientes se comporta como una toxina que daña el intestino delgado, produciéndole una lesión y una atrofia de las vellosidades intestinales. Como consecuencia de ello se produce una deficiente absorción de nutrientes (proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales), que tienen un efecto nocivo a nivel del crecimiento y desarrollo del sistema nervioso, el hígado, los huesos y otros órganos y aparatos. Es importante que expliquemos a la familia la necesidad de confirmar el diagnóstico de EC, y aunque en determinadas ocasiones la presencia de marcadores serológicos, junto a una clínica sugestiva y una atrofia severa de las vellosidades pueden permitir el diagnóstico, si la supresión del gluten de la dieta, se sigue de una rápida y evidente mejoría clínica y de la progresiva disminución con la desaparición de los marcadores, la mayor parte de las veces se requerirán 3 biopsias para llegar al diagnóstico definitivo de EC. Una vez establecido este, hay que suprimir el gluten de la dieta de forma estricta y permanente y esto debe ser entendido muy bien por los padres, familiares y el propio paciente. Se debe informar que no cumplir estrictamente la supresión del gluten, aunque puede no dar síntomas, es perjudicial al organismo y el paciente se expone a múltiples y graves problemas, tales como la anemia, la intolerancia a la lactosa, la osteoporosis y un riesgo mayor de desarrollar linfomas y otros tumores. También debemos informar a la familia que la EC tiene un carácter familiar, ya que aproximadamente el 10 % de los parientes de un celíaco presentan también la enfermedad y puede cursarla de forma asintomático. Es necesario que los familiares y el propio paciente sepan que existen manuales que explican con claridad en qué consiste la enfermedad, los alimentos que tienen prohibidos y cómo deben seleccionar los productos sin gluten. Debemos proporcionarles estos libros y folletos para que aprendan a "convivir con su enfermedad". Es importante que conozcan respecto a las asociaciones de celíacos que existen a nivel provincial y nacional, así como los distintos grupos de apoyo internacionales que proporcionan ayuda y orientación a los pacientes celíacos a través del correo electrónico y de Internet.15 18 En 1888 el pediatra inglés Samuel J Gee, publicó en la revista del Hospital St Bartholomew de Londres un trabajo para describir por primera vez una enfermedad que denominó “coeliac affection”. En su artículo, Gee describía una “indigestión crónica que se observa en personas de toda edad, aunque parece afectar en especial a los niños de edad comprendida entre uno y cinco años”1. El mismo Gee no consideraba esta entidad como un cuadro patológico de nueva aparición, sino más bien como un trastorno mencionado ya desde mucho tiempo atrás, en especial por Areteo de Capadocia, quien se refirió al mismo en la segunda mitad del siglo II antes de Cristo, con el término “diátesis o estado celíaco”, para describir una alteración crónica de los adultos, caracterizada por la “eliminación de alimentos sin digerir, acompañada de acentuada emaciación y estado de debilidad”. Sus trabajos fueron traducidos y editados por F. Adams en 18562. Clásicamente, y hasta mediados de la década de 1950, el diagnóstico de la celiaquía se basó en las manifestaciones clínicas, pues se suponía que era una enfermedad que se presentaba preferentemente en niños con diarrea crónica y un hábito muy peculiar, el característico hábito celíaco, con diarrea crónica y malnutrición, en un niño entre 1 y 4 años, según la conocida descripción de la enfermedad hecha por Gee. La frecuencia de la EC es difícil de precisar, pues varía de unos países a otros, pero en contra de lo que se pensaba hace unos años, hoy se sabe que es un trastorno bastante común, con cifras de incidencia de 1:80-1:300, y no sólo en Europa y Estados Unidos, donde a lo largo de las últimas décadas se han realizado numerosas investigaciones para calcular las cifras reales de presentación de la enfermedad3-11, sino en otras latitudes y continentes como África o Asia12-15, Centro y Suramérica16-19, donde la EC quizá está infradiagnosticada, y a medida que surgennuevas publicaciones se puede observar que los datos de incidencia se aproximan cada vez más a los del hemisferio norte20,21, incluso con cifras muy altas en poblaciones con bajos niveles de desarrollo, como la población saharaui en el norte de África (5.6%), o datos de existencia de la enfermedad donde hasta hace poco tiempo se creía inexistente (India, Irán, Turquía, Arabia Saudita, Irak, Egipto y Kuwait)22. La EC se define en la actualidad como una enteropatía, de tipo inmune, que se manifiesta en individuos genéticamente susceptibles, producida por una sensibilidad al gluten de carácter permanente, que se desarrolla como resultado de la interacción entre factores genéticos, inmunológicos y ambientales, donde las prolaminas del trigo, el centeno y la cebada son el principal “factor disparador” medioambiental, y los alelos HLA de clase II (DQ2 y DQ8) son los factores genéticos de susceptibilidad, aunque parece que hay otros genes no-HLA comprometidos en la patogenia de la EC, en los cromosomas 2q33, 5q31-33 y 19p1323-27. Se puede, por tanto, aceptar que este polimorfismo de genes implicados en la susceptibilidad para desarrollar la EC influye en la respuesta a estas prolaminas tóxicas en los sujetos celíacos, junto con una respuesta humoral autoinmune fuertemente ligada a la transglutaminasa tisular. Dentro de los factores ambientales también se culpa a ciertas partículas víricas, que ofrecen secuencias de aminoácidos semejantes a los péptidos tóxicos de las prolaminas mencionadas28. A lo largo de las últimas décadas se han visto notables avances en el conocimiento de los mecanismos etiopatogénicos, genéticos e inmunológicos de la EC, y se ha demostrado una estrecha relación entre los factores inmunogenéticos y ambientales en la patogenia de la EC. El reconocimiento de la enzima transglutaminasa tisular como principal autoantígeno para la EC29,30, y su importancia en la modificación de las moléculas de gliadina y prolaminas asociadas, para aumentar su afinidad por las moléculas DQ2/DQ8, y la posterior activación de la “cascada inmunológica” de células T y B en el intestino de los sujetos celíacos, ha supuesto un notable avance 19 en el conocimiento del mecanismo íntimo de la destrucción de la mucosa intestinal en ellos, y al mismo tiempo abre novedosas perspectivas para futuras terapias alternativas en la EC31-36. Hoy día, también se sabe que el espectro clínico de presentación en la EC es muy amplio, pues se puede manifestar a cualquier edad, tanto en niños y jóvenes como en personas adultas, con sintomatología casi exclusivamente gastrointestinal o con manifestaciones extradigestivas y compromiso de distintos aparatos y sistemas. Se habla de manifestaciones sintomáticas floridas (formas clásicas), formas paucisintomáticas y atípicas, e incluso sintomáticas (formas silentes), y se compara el espectro clínico en se presenta la enfermedad con un “iceberg”37, porque se calcula que las formas sintomáticas representan tan sólo la punta superficial de este iceberg celíaco, mientras el resto (formas silentes, latentes y potenciales) está aún por diagnosticar. En 1969, en una reunión de expertos de la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica (ESPGAN) mantenida en Interlaken se establecieron unos criterios diagnósticos de la enfermedad, con base en manifestaciones estrictamente histológicas y clínicas, con objeto de diferenciar la celiaquía de otras entidades infantiles que cursaban con diarrea crónica y síntomas que podían confundirse con la EC38. Estos criterios diagnósticos para la EC se aceptaron universalmente, y requerían por lo menos la realización de tres biopsias intestinales: 1. Una primera biopsia, en el momento del diagnóstico, mientras el niño mantenía una dieta con gluten, para mostrar atrofia severa de las vellosidades de la mucosa del intestino delgado, y con evidencia de datos clínicos y analíticos de malabsorción. 2. Una segunda biopsia, tras haber retirado el gluten de la dieta, en la que se producía una recuperación histológica de la mucosa, con normalización de las vellosidades intestinales, junto con una mejoría clínica evidente. 3. Y una tercera biopsia, tras haber realizado una sobrecarga controlada con gluten, a fin de apreciar una recaída histológica del intestino. Veinte años más tarde, con un mejor conocimiento de las distintas formas clínicas y de los mecanismos inmunológicos de la EC, la propia ESPGHAN, en la reunión que tuvo lugar en Budapest en 1989, revisó los criterios de Interlaken, y propuso reducir el número de biopsias necesarias para establecer el diagnóstico definitivo de la EC39. Según esos criterios revisados de la ESPGHAN, los requisitos actuales mínimos para establecer el diagnóstico de EC son los siguientes: 1. Demostración de lesión de la mucosa intestinal, mientras el paciente consume dieta con gluten. 2. Remisión clínica de la sintomatología, una vez que el gluten se retira de la dieta. 3. Sólo se precisa una segunda biopsia de control, para confirmar la recuperación de las vellosidades intestinales en casos muy concretos (pacientes asintomático al diagnóstico, o con primera biopsia no definitoria). En el momento actual, la prueba de provocación (sobrecarga) con gluten, para confirmar la recaída histológica está en discusión, siendo un procedimiento controvertido, y siguiendo las recomendaciones del Comité de Expertos de la ESPGHAN, no necesitarían provocación con gluten los niños mayores de 2 años (en el momento de haber sido diagnosticados), que hubiesen presentado manifestaciones clínicas características de la enfermedad, con atrofia de vellosidades, y respuesta clínica evidente a la retirada del gluten. Se podría plantear la sobrecarga con gluten en los siguientes casos: 20 · Niños menores de 2 años en el momento de la primera biopsia intestinal, en los que otras enteropatias no celíacas son comunes. · Pacientes en los que se excluyó el gluten de la dieta antes de efectuar la primera biopsia intestinal, y/o en los que en la biopsia no se manifiesten lesiones histológicas características (atrofia de vellosidades con hiperplasia de las criptas). · Niños con mala respuesta clínica tras la retirada inicial del gluten de su dieta, y siempre que se mantengan dudas respecto a la sospecha diagnóstica inicial de enfermedad celíaca. MANIFESTACIONES CLÍNICAS La EC puede presentar una gran expresividad en sus manifestaciones, tanto desde el punto de vista clínico, como bioquímico, inmunológico y con distintos grados de afectación de la mucosa intestinal, de manera que actualmente se sabe que el hallazgo de una atrofia vellositaria total o subtotal con hiperplasia de las criptas no es la única alteración histológica que define la EC, ya que se han descrito lesiones mínimas (fase infiltrativa, con aumento del número de linfocitos intraepiteliales (LIE), con arquitectura vellositaria conservada, Marsh I), evolucionando a lesiones hipertróficas (Marsh II, con hiperplasia de las criptas, sin atrofia), hasta llegar a lesiones altamente destructivas de las vellosidades (Marsh III, con distintos grados de atrofia vellositaria + hiperplasia críptica + aumento de LIE)40. Por otro lado, desde la publicación por Ferguson et al.41 del espectro clínico de la EC, se habla de formas activas, silentes, latentes y potenciales, siendo estas manifestaciones distintas, según la edad del paciente: - Enfermedad celíaca activa. Incluye sujetos con sintomatología clínica evidente, marcadores serológicos de actividad positivos, afectación de la mucosa intestinal y susceptibilidad genética. - Enfermedad celíaca silente. Bajo este término se incluyen a personas sintomáticas, o con manifestaciones clínicas mínimas, y que sin embargo presentan una atrofia vellositaria, en presencia de marcadores serológicos positivos y HLA- DQ2/DQ8 (como sucede con familiares de niños con EC, o diabetes mellitas tipo I, o los casos de EC que se diagnosticanmediante screening en población general o en grupos de riesgo). - Enfermedad celíaca latente. Este grupo característico de enfermos celíacos tiene una susceptibilidad genética (HLA DQ2/DQ8), y sin embargo pueden tener una biopsia intestinal normal consumiendo gluten, y bien previa o posteriormente pueden presentar una lesión histológica intestinal característica de EC. - Enfermedad celíaca potencial. Son individuos con susceptibilidad genética a padecer la EC, pero sin datos serológicos ni histológicos en el momento de realizar el estudio que confirme la sospecha diagnóstica de EC. Durante el transcurso del Primer Congreso Mundial de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, celebrado en Boston en 2001, el grupo de trabajo en Enfermedad Celíaca propuso una clasificación de manifestaciones clínicas de la enfermedad (formas sintomáticas, manifestaciones extradigestivas y enfermedades asociadas) que resumen perfectamente este amplio espectro de síntomas, y que enumeramos en la Cuadro 142. Cuadro 1 Manifestaciones clínicas de la enfermedad celíaca42 1. Manifestaciones gastrointestinales · De comienzo precoz: Edad: niños menores de 2 años Síntomas: diarrea/esteatorrea, distensión abdominal, debilidad 21 Muscular, retraso en peso y talla, apatía/irritabilidad, hipotonía. · De comienzo tardío: Edad variable: desde la infancia hasta época adulta Síntomas: diarrea (variable/intermitente), náuseas/vómitos, Dolor/disconfort abdominal, pérdida de peso, estreñimiento, Pérdida de peso 2. Manifestaciones músculo esqueléticas · Talla corta · Osteoporosis · Trastornos del esmalte dental · Artritis · Miopatía 3. Manifestaciones mucocutáneas · Dermatitis herpetiformis · Aftas recurrentes · Vasculitis 4. Manifestaciones hematológicas · Anemia de origen inexplicado (déficit de hierro/folato/vit B12) · Leucopenia · Trombocitopenia · Déficit de vit K 5. Manifestaciones del sistema reproductor · Infertilidad · Abortos de repetición · Retraso en la pubertad · Trastornos menstruales 6. Manifestaciones neurológicas · Epilepsia (con calcificaciones cerebrales) · Ataxia cerebelosa · Neuropatía periférica · Demencia 7. Otras manifestaciones · Hipertransaminasemia · Pérdida inexplicada de peso · Laxitud/debilidad · Linfoma intestinal Forma clásica de presentación. La forma clásica de presentación de la EC se inicia en niños con edades comprendidas entre 6 y 24 meses, quienes tras un período variable desde la introducción del gluten en la dieta comienzan a presentar un retraso ponderoestatural, incluso con pérdida de peso y estancamiento del crecimiento, diarrea crónica, vómitos, pérdida de apetito, con una exploración física en la que destaca la pobreza de masas musculares y del panículo adiposo, y una distensión abdominal llamativa si se deja evolucionar el curso natural de la enfermedad43. Este conjunto de síntomas clínicos, con aspecto de malnutrición y distensión abdominal, es lo que se denomina “hábito celíaco”, al que se suele asociar trastornos en el carácter, siendo niños tristes e indiferentes, aunque irritables en muchas ocasiones. Si el diagnóstico no se realiza pronto comienzan a presentar síntomas carenciales: palidez cutánea, con piel seca, uñas y cabellos frágiles y quebradizos. Las deposiciones de estos niños suelen ser diarreicas, voluminosas en muchas ocasiones, grisáceas y malolientes, debido al proceso malabsortivo que están padeciendo. 22 Si la introducción del gluten en la dieta ha sido muy precoz, el niño puede presentar manifestaciones clínicas entre los 6 y 12 meses, que suelen ser de mayor gravedad que cuando los síntomas se desarrollan en edades posteriores: hemorragias cutáneas o digestivas, en relación con déficit de síntesis de vit K, tetania hipocalcémica, hipocaliemia, edemas por hipoalbuminemia, e incluso en ocasiones se puede manifestar como una “crisis celíaca”, cuadro clínico de extrema gravedad, con signos de deshidratación, malnutrición severa y gran distensión abdominal, debido al desequilibrio hidroelectrolítico al que se puede llegar si no se realiza una sospecha diagnóstica y un tratamiento fisiopatológico adecuados. Manifestaciones en otras edades. Las manifestaciones clínicas de la EC en niños mayores, adolescentes y adultos varían enormemente de un paciente a otro, y oscilan entre personas con sintomatología clínica evidente hasta individuos que nunca han sentido la necesidad de acudir al médico, y que pueden ser identificados gracias a la utilización de distintos marcadores serológicos (anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular). La gravedad de los síntomas parece estar más en relación con la extensión de la lesión que con la intensidad de la misma. Así, un paciente con grave afectación de la mucosa intestinal, desde duodeno proximal hasta íleon, presentará síntomas importantes de malabsorción, mientras que si la lesión de la mucosa está limitada a duodeno y yeyuno proximal, puede que sus únicos síntomas sean una anemia ferropénica u osteopenia, o cualquiera de las otras formas pauci/monosintomáticas de presentarse la enfermedad, que se distribuye en varios grupos: - Pacientes con sintomatología digestiva mínima. Muchos celíacos presentan episodios de diarrea recurrente o dolor abdominal y flatulencia. Recientemente se ha demostrado que 5% de pacientes que cumplían los Criterios Roma II para colon irritable, en realidad eran pacientes celíacos con compromiso característico de la mucosa intestinal, por lo que se sugiere que en todos los pacientes con diagnóstico de colon irritable se debería descartar la existencia de una EC44-46. Otros síntomas digestivos podrían ser la presentación de estomatitis aftosa de repetición, déficit de hierro, folatos o vit B12, hipertransaminasemia43,47. - Pacientes con manifestaciones extradigestivas. Se han comunicado numerosas formas de presentación extradigestiva: dermatitis herpetiforme, talla baja, artritis, osteopenia, infertilidad y abortos de repetición, alopecia, síndromes psiquiátricos, trastornos del esmalte dental, manifestaciones neurológicas (cefaleas, ataxia, epilepsia con calcificaciones), etc.38,48-53. - Pacientes asintomáticos diagnosticados por screening. En los distintos grupos de riesgo cada vez se diagnostican más pacientes celíacos, con formas silentes de expresión de la enfermedad: el riesgo de EC en familiares en primer grado es de 6% a 10% y las enfermedades autoinmunes se desarrollan con mayor frecuencia en pacientes con EC y a la inversa, como sucede con la tiroiditis autoinmune y la diabetes mellitus tipo I54,57. Manifestaciones extradigestivas y enfermedades asociadas. El diagnóstico de EC en niños y adolescentes se puede realizar en un amplio grupo de enfermos, con formas clínicas sintomáticas, o con manifestaciones de tipo extradigestivo, pudiendo afectar a distintos órganos y sistemas, como la piel (dermatitis herpetiformis), sangre (anemia refractaria a tratamiento), hígado (hipertransaminasemia no filiada), boca (aftas orales de repetición, trastornos del esmalte dental afectando a la dentición definitiva), huesos y articulaciones (disminución de la densidad mineral ósea, osteoporosis, artritis), sistema endocrino (talla corta, retraso en la pubertad), sistema nervioso central y periférico (epilepsia con calcificaciones, ataxia) etc. (Cuadro 2). 23 Cuadro 2 Manifestaciones extradigestivas de la Enfermedad celíaca43 Manifestaciones con evidencia fuerte o moderada: · Dermatitis herpetiforme · Alteraciones del esmalte dental en la dentición permanente · Osteopenia/Osteoporosis · Talla corta · Retraso puberal · Anemia ferropénica con mala respuesta al tratamiento con hierro Oral Manifestaciones en las que la evidencia es menor · Hipertransaminasemia · Artritis · Epilepsia con calcificaciones occipitales También desde hace muchos años se ha sospechado que la EC tenía una fuerte asociación con otras enfermedades,y desde que se vienen utilizando los marcadores serológicos y se conoce mejor la etiopatogenia de la EC, esta asociación se ha podido demostrar en un amplio grupo de trastornos, tanto en enfermedades autoinmunes como no autoinmunes, habiéndose evidenciado una fuerte asociación con la diabetes tipo I, tiroiditis autoinmune, síndrome de Down, déficit selectivo de IgA, síndrome de Turner, síndrome de Williams y familiares en primer grado de individuos celíacos, recomendándose que estos grupos de riesgo sean sometidos a tamización mediante marcadores43,58 (Cuadro 3). Cuadro 3 Enfermedades asociadas con la enfermedad celíaca* Endocrinas · Diabetes Mellitus tipo I · Tiroiditis autoinmune · Enfermedad de Addison · Trastornos de la reproducción · Alopecia areata Neurológicas · Ataxia cerebelosa · Neuropatía · Epilepsia · Migraña Cardíacas · Cardiomiopatía dilatada idiomática · Miocarditis autoinmune Hepáticas · Cirrosis biliar primaria · Hepatitis autoinmune · Colangitis autoinmune Otras · Anemia · Osteoporosis 24 · Déficit selectivo de IgA · Síndrome de Sjögren · Artritis crónica juvenil · Síndrome de Turne · Síndrome de Williams · Síndrome de Down · Trastornos del esmalte dental Morfología La lesión compromete la mucosa en forma difusa, aunque es más intensa en el yeyuno proximal: disminuye en el duodeno y en el íleon. La mucosa tiene un grosor normal o aumentado; sin embargo, las vellosidades están muy acortadas o ausentes, y las criptas elongadas, por lo que la arquitectura de la mucosa se parece a la del intestino grueso (Fig. 4-14). Hay menor diferenciación del epitelio superficial y de las criptas y aumento del número de mitosis en ellas. Se observa aumento del infiltrado linfocitario y plasmocitario de la lámina propia y aumento del número de linfocitos T intraepiteliales. . Corte histológico a bajo aumento de mucosa duodenal, delimitada por debajo por la muscular de la mucosa. No se reconocen vellosidades. Las criptas, elongadas, imparten al conjunto una arquitectura similar a la del intestino grueso. La lámina propia se aprecia oscura en su porción superior, por el denso infiltrado linfocitario. . Corte histológico a bajo aumento de mucosa yeyunal, que muestra vellosidades acortadas y engrosadas: ocupan menos de la mitad de la altura de la mucosa. Patogenia Se desarrollaría en personas portadoras de genes que codifican receptores de gliadina en los linfocitos. Al unirse al receptor, la gliadina activaría un proceso que en último término daña las células epiteliales. A la destrucción del epitelio sigue un aumento de la proliferación epitelial, migración de células menos diferenciadas, que al microscopio electrónico muestran microvellosidades cortas, escasas e irregulares. La mantención de la forma de las vellosidades depende de un equilibrio entre la maduración de las células epiteliales y el crecimiento del tejido conjuntivo que la sustenta; al no haber maduración de las células epiteliales, se elonga la cripta y no se forman vellosidades. En la malabsorción intervienen los siguientes factores: menor área de absorción por acortamiento o desaparición de las vellosidades y de las microvellosidades; alteración del metabolismo de las células epiteliales; deficiencia de disacaridasa, debido a la alteración de las microvellosidades. Los pacientes con enfermedad celíaca tienen mayor riesgo de linfoma del intestino delgado. 25 Hallazgos de laboratorio La determinación de anticuerpos antigliadina y antiendomisio es útil como prueba de cribado en la enfermedad celíaca. La IgA antigliadina es más específica pero menos sensible que la IgG. La IgA antiendomisio es la prueba más sensible y específica, resultando positiva en más del 90% de pacientes no tratados. Además, sirven para controlar la correcta adhesión a una dieta sin gluten y para la investigación familiar que siempre debe hacerse. En celíacos con déficit de IgA ambas pruebas resultan negativas. En estos pacientes es frecuente detectar anemia de tipo ferropénico o por déficit de ácido fólico, así como hipoprotrombinemia por déficit de vitamina K. También es habitual detectar niveles séricos subnormales de calcio, fósforo, cinc y magnesio, así como de proteínas totales y colesterol. Puede aparecer acidosis metabólica cuando la diarrea es muy intensa y existen pérdidas importantes de bicarbonato por las heces. Pruebas de malabsorción En el esprue, como en todas las enteropatías difusas, existe un grado variable de esteatorrea, comprobable mediante las técnicas de Van de Kamer o de la trioleína- 14C, y es característica la malabsorción de d-xilosa. Al destruirse en el esprue el borde en cepillo del entericito, existe una deficiencia de disacaridasas que se traduce en una malabsorción de lactosa y otros azúcares y puede ser objetivada mediante la prueba del aliento de H2. Biopsia intestinal La biopsia con cápsula de la mucosa yeyunal es esencial para orientar el diagnóstico y comprobar los efectos del tratamiento específico. Los hallazgos ya se han descrito en Anatomía patológica (fig. 26.3 ). Diagnóstico El diagnóstico de enfermedad celíaca requiere que se cumplan tres criterios: a) la biopsia intestinal debe mostrar las alteraciones características de la enfermedad (aunque inespecíficas); b) debe demostrarse la existencia de una alteración en la absorción de la mucosa intestinal de uno o más nutrientes, y c) las lesiones histológicas de la mucosa intestinal deben remitir tras un período prudente de tratamiento específico, que consiste en la supresión del gluten de la dieta. Pronóstico El pronóstico del enfermo celíaco tratado correctamente con dieta sin gluten se considera excelente, salvo la presencia de las complicaciones descritas. No es infrecuente que, al percibir una mejoría, el adolescente con enfermedad celíaca abandone la dieta, pudiendo permanecer varios años asintomático, para volver a recaer después de un período variable, en general en la tercera o la cuarta décadas, pero a veces sólo en la vejez. Por tanto, los pacientes con evidencia inequívoca de enfermedad celíaca en la infancia deben continuar indefinidamente la dieta sin gluten. 26 Tratamiento El tratamiento de la enfermedad celíaca consiste en la eliminación indefinida de la dieta de todos los alimentos que contengan gluten. La dieta sin gluten excluye todas las semillas de cereales, excepto el arroz, el maíz y la soja. Por tanto, deben evitarse los productos que contengan trigo, centeno, cebada y avena, como pan, pastas alimenticias, productos de pastelería, la mayoría de las conservas y también la cerveza (tabla 26.5 ). Cuando se inicia el tratamiento es conveniente suprimir de la dieta también los disacáridos, en especial la leche y sus derivados, durante unos seis meses, tiempo requerido para la regeneración del borde en cepillo de los entericitos. El tratamiento debe intentar corregir las deficiencias de minerales y vitaminas. En caso de anemia debe administrarse hierro y, eventualmente, ácido fólico. La deficiencia de calcio se trata con gluconato cálcico o preparados de calcio activos por vía oral, junto con vitaminas liposolubles como vitamina D (30.000 U/día) y vitamina A (50.000 U/día). Deben vigilarse los niveles séricos de magnesio; si es necesario, se administra sulfato magnésico por vía intravenosa, a una dosis inicial de 2 g, seguida de 1 g cada 6 h por vía intramuscular. En ocasiones también es necesaria la administración intramuscular de vitamina K (10 MG/día durante tres días consecutivos). Con el tratamiento dietético y sustitutivo correcto suele lograrse una buena recuperación del estado clínico del paciente, que gana peso de manera progresiva. A los pocos meses se normalizan las pruebas de la d-xilosa y del H2 y disminuye notablemente la esteatorrea. Al cabo de un año la excreción fecal de grasa es prácticamente normal y, si se repite la biopsia intestinal,
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