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Etica En Los Negocios-páginas-25

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ética y negocios �3
en prevenirlo cuando pudo y debió hacerlo. En muchos casos, es fácil determinar si las 
acciones de una persona “provocaron” una lesión o mal (esas acciones son “comisiones”). 
Pero no es tan sencillo cuando una parte no causa una lesión, sino sólo no la previene 
(esas fallas son “omisiones”). Por ejemplo Nike, la compañía de zapatos deportivos, ha 
sido centro de la controversia sobre su responsabilidad por tratar mal a los trabajadores 
que hacen los zapatos. Nike en realidad no fabrica los zapatos deportivos que vende. En 
su lugar, diseña sus zapatos en Seattle, Washington, y luego paga a compañías en paí-
ses en vías de desarrollo por hacer los zapatos según estos diseños. Estas compañías de 
proveedores extranjeros (en China, Indonesia, India, etcétera) son las que directamente 
tratan mal y explotan a los trabajadores. Nike ha argumentado que no es moralmente 
responsable por este maltrato porque las lesiones ocurrieron en compañías que había 
contratado, de manera que Nike no había causado las lesiones. Los críticos han respon-
dido que aunque es cierto que Nike no causó directamente las lesiones, las pudo haber 
prevenido forzando a sus proveedores a tratar humanamente a sus trabajadores. Si es 
cierto que Nike tenía el poder de prevenir las lesiones y debió hacerlo, entonces Nike 
cumplía la primera responsabilidad moral. Pero si Nike en realidad no tenía el poder de 
prevenir estas lesiones, si Nike no tenía control sobre las acciones de sus proveedores, 
entonces, no cumple la primera condición.
Observe que la primera condición dice que las personas son moralmente responsa-
bles de una lesión cuando no la previenen, sólo si “debieron” prevenirla. Esta calificación 
es necesaria porque las personas no pueden ser moralmente responsables de todas las 
lesiones que saben y no previenen. Cada uno de nosotros no es moralmente responsable, 
por ejemplo, por no salvar a todos los miembros de los grupos que mueren de hambre en 
el mundo de los cuales nos enteramos leyendo el periódico, aun cuando pudiéramos salvar 
a algunos de ellos. Si fuéramos moralmente responsables por todas estas muertes, todos 
seríamos homicidas muchas veces, lo cual es erróneo. Más bien, debemos decir que una 
persona es moralmente responsable por no prevenir una lesión sólo cuando, por alguna 
razón, la persona tiene la obligación de prevenir esa lesión específica. Esta obligación, en 
general, requiere cierto tipo de relación especial con la lesión o con la parte lesionada. 
Por ejemplo, si yo sé que soy la única persona suficientemente cerca para salvar a un niño 
que se está ahogando, y puedo hacerlo con facilidad, entonces mi relación física especial 
con el niño crea en mí la obligación de salvarlo y por ello soy moralmente responsable de 
la muerte del niño si no la prevengo. O si soy un oficial de policía y veo un crimen que 
puedo prevenir con facilidad, porque es mi trabajo prevenir tales crímenes, tengo una 
obligación específica de prevenirlo y soy moralmente responsable si no lo hago. De la 
misma manera, los empleadores tienen una obligación especial de prevenir que ocurran 
lesiones laborales a sus trabajadores y, por lo tanto, son moralmente responsables por las 
lesiones que pudieran prevenir.
El segundo requisito para la responsabilidad moral es el siguiente: la persona debe 
saber lo que hace. Esto significa que si una persona ignora que sus acciones lesionarán a 
alguien, entonces no puede ser moralmente responsable de la lesión. Sin embargo, la igno-
rancia no siempre exime. Una excepción es cuando una persona deliberadamente se queda 
en la ignorancia de cierto asunto para escapar de la responsabilidad. Por ejemplo, si los ad-
ministradores de Nike dijeron a sus proveedores que no querían saber lo que ocurría en sus 
fábricas, serían moralmente responsables por el maltrato que hubieran podido prevenir. 
Una segunda excepción es cuando una persona, con negligencia, da los pasos necesarios 
para informarse de un asunto que sabe es importante. Por ejemplo, un administrador de 
una compañía de asbestos, que tiene razón para sospechar que éstos son peligrosos pero no 
lo denuncia por desidia, no puede excusarse por ignorancia.
Una persona puede ignorar los hechos relevantes o los estándares morales relevantes. 
Por ejemplo, puedo estar seguro de que el soborno es incorrecto (estándar moral), pero 
puedo no darme cuenta de que al dar una propina a un oficial de aduanas en realidad lo 
estoy sobornando para que cancele ciertos pagos de impuestos (hecho). Por el contrario, 
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�� PRinciPios básicos
puede ser genuina mi ignorancia de que sobornar a oficiales del gobierno es incorrecto (es-
tándar moral), aunque sé que al dar propina al oficial de aduanas lo estoy sobornando para 
que reduzca los impuestos que debo (hecho). Si es genuino que no sabía que actuaba mal, 
entonces, no soy moralmente responsable por ese error.
La ignorancia de un hecho elimina la responsabilidad moral por la sencilla razón de 
que una persona no puede ser responsable de algo sobre lo que no tiene control.66 De-
bido a que una persona no puede controlar asuntos que ignora, su responsabilidad moral 
con respecto a ese asunto se elimina. La ignorancia o la negligencia deliberadas son una 
excepción a este principio porque se controlan. En tanto podamos controlar el grado de 
nuestra ignorancia, nos convertimos en moralmente responsables de ella, y por tanto, 
también de sus consecuencias dañinas. En general, la ignorancia de los estándares mora-
les relevantes también elimina la responsabilidad, porque una persona no es responsable 
de no cumplir obligaciones que genuinamente ignora. Sin embargo, en el grado en que 
la ignorancia de los estándares morales sea resultado de elegir libremente no averiguar 
cuáles son éstos, somos responsables de nuestra ignorancia y de sus consecuencias inco-
rrectas o nocivas.
El tercer requisito de la responsabilidad moral es que la persona debe actuar por vo-
luntad propia. Una persona actúa por su propia voluntad cuando lo hace deliberadamente 
o a propósito y sus acciones no son el resultado de algún impulso mental incontrolable o de 
una fuerza externa. En otras palabras, una persona actúa por voluntad propia cuando elige 
hacer algo por una razón o un propósito y no es obligada a hacerlo mediante una fuerza in-
terna o externa sobre la que no tiene control. Una persona no es moralmente responsable, 
por ejemplo, si causa una lesión porque no tenía poder, habilidad, oportunidad o recursos 
para prevenir que sus acciones la ocasionaran. Tampoco es moralmente responsable cuando 
es forzado físicamente a infligir una lesión en alguien o está físicamente restringido para 
hacer algo que evite la lesión, o cuando la mente de una persona está incapacitada de forma 
que le sea imposible controlar sus acciones. Un empleado, por ejemplo, puede lesionar a 
un compañero de trabajo cuando una máquina que creyó sabía operar, de pronto se sale de 
control. Un administrador que trabaja en circunstancias de estrés extremas puede estar tan 
tenso que un día bajo el dominio de su enojo con un subordinado no puede controlar sus 
acciones contra él. Un ingeniero que forma parte de un comité de operación más grande 
puede no ser capaz de prevenir que otros miembros del comité tomen una decisión que 
provocará lesiones a otros. Un trabajador en una línea de ensamble con una enfermedad 
no diagnosticada puede sufrir espasmos musculares que generen el mal funcionamiento de 
la línea, de manera que cause lesiones físicas en otros trabajadores. En todos estos casos, 
la persona no es moralmente responsable por el mal o la lesión, porque no eligió actuar 
deliberadamente o a propósito, sino que fue forzada a causar la lesión por una incapacidad 
mental o fuerzas externas incontrolables. Este tipo de incapacidades mentales o fuerzas 
externas eliminan la responsabilidad de una persona porque, de nuevo, no puede tener 
responsabilidad moral por algosobre lo que no tenía control. En la medida en que las cir-
cunstancias hacen que una persona no sea capaz de controlar sus acciones o prevenir una 
lesión, la persona no es culpable de ella.
De este análisis de los tres requisitos de la responsabilidad moral se puede concluir que 
una persona no es moralmente responsable de una lesión o un mal si uno de estos requi-
sitos no se cumple. Es decir, una persona NO es moralmente responsable de una lesión o 
mal si:
1. la persona no provocó o no pudo prevenir la lesión o el mal, o
2. la persona no sabía que estaba causando una lesión o un mal, o
3. la persona no provocó la lesión o el mal por voluntad propia.
Aunque la ausencia de cualquiera de estos requerimientos elimina por completo la 
responsabilidad moral de una persona por el mal causado, también hay varios “factores 
mitigantes” que disminuirían la responsabilidad moral de una persona dependiendo de 
Repaso breve 1.8
Elementos de la respon-
sabilidad moral
• El individuo debe pro-
vocar o no prevenir una 
lesión o mal evitable
• El individuo debe saber lo 
que hace
• El individuo debe actuar 
por su propia voluntad
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