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Etica En Los Negocios-páginas-156

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la ética dE la discriminación En El trabajo 333
La acción afirmativa como instrumento para lograr metas 
utilitarias y justicia igualitaria
Un segundo conjunto de justificaciones hechas en apoyo de los programas de acción afir-
mativa se basa en la idea de que estos programas son instrumentos moralmente legítimos 
para lograr fines moralmente legítimos. Por ejemplo, los utilitarios han asegurado que los 
programas de acción afirmativa están justificados porque promueven el bienestar público.85 
Argumentan que la discriminación pasada ha producido un alto grado de correlación entre 
la raza y la pobreza.86 Conforme las minorías raciales eran excluidas sistemáticamente de 
los mejores salarios y puestos, sus miembros se empobrecieron. Los tipos de estadísticas 
citados antes en este capítulo proporcionan evidencia de esta desigualdad. El empobreci-
miento, a su vez, ha llevado a necesidades no satisfechas, falta de respeto por sí mismos, 
resentimiento, descontento social y crimen. Por lo tanto, el bienestar público se promueve 
si la posición de estas personas empobrecidas mejora, dándoles oportunidades especiales 
de educación y empleo. Si los oponentes objetan que esos programas de acción afirmativa 
son injustos porque distribuyen beneficios con base en criterios irrelevantes como la raza, 
el utilitarismo quizá responda que la necesidad, y no la raza, es el criterio con el que los pro-
gramas de acción afirmativa distribuyen los beneficios. La raza proporciona un indicador 
sin costo de la necesidad, puesto que la discriminación del pasado creó una alta correlación 
entre la raza y la necesidad. La necesidad, por supuesto, es un criterio de distribución 
justo.87 Apelar a la reducción de la necesidad es congruente con los principios utilitarios 
porque al reducir la necesidad se incrementa la utilidad total.
Las dificultades principales encontradas por estas justificaciones utilitarias se refieren, 
primero, a la pregunta de si los costos sociales de los programas de acción afirmativa (como 
la frustración experimentada por los hombres blancos) sobrepasan sus beneficios obvios.88 
El defensor utilitario de la acción afirmativa, por supuesto, responderá que los beneficios 
son mayores que los costos. Segundo, y más importante, los oponentes a estas justificacio-
nes utilitarias han cuestionado la suposición de que la raza es un indicador adecuado de la 
necesidad. Por lo que sería inconveniente y costoso identificar la necesidad directamente, 
argumentan los críticos, pero los costos quizá sean pequeños comparados con las ganancias 
que se obtendrían con una forma más adecuada de identificar a los necesitados.89 Los uti-
litarios responden a esta crítica diciendo que todas las minorías (y mujeres) se han empo-
brecido y están dañadas psicológicamente por la discriminación pasada. En consecuencia, 
la raza (y el sexo) proporcionan indicadores adecuados de la necesidad.
Aunque los argumentos utilitarios en favor de la acción afirmativa son bastante con-
vincentes, el arreglo más elaborado y persuasivo de argumentos en apoyo de estos progra-
mas se desarrolló en dos pasos. Primero, afirman que el fin visualizado por los programas 
de acción afirmativa es la justicia igualitaria. Segundo, dicen que estos programas son me-
dios moralmente legítimos para lograr este fin.
El fin que los programas de acción afirmativa supuestamente lograrán se expresa de 
varias maneras. En la sociedad actual, se dice, los trabajos no se distribuyen con justicia 
porque no están distribuidos de acuerdo con los criterios relevantes de habilidad, esfuerzo, 
contribución o necesidad.90 De hecho, las estadísticas demuestran que los empleos están 
distribuidos según la raza y el sexo. Un fin de la acción afirmativa es producir una distri-
bución de los beneficios y las cargas de la sociedad congruente con los principios de la 
justicia distributiva y que elimine la posición importante que tienen en la actualidad la 
raza y el sexo en la asignación de los trabajos.91 En nuestra sociedad actual, las mujeres y 
las minorías no tienen las mismas oportunidades que los hombres blancos y que la justicia 
demanda. Las estadísticas lo prueban. Esta falta de igual oportunidad se debe a las sutiles 
actitudes racista y sexista que sesgan los juicios de quienes evalúan a los candidatos para un 
trabajo, y que están tan arraigados que, virtualmente, no se pueden erradicar con medidas 
de buena fe en un periodo razonable.92 Un segundo fin de la acción afirmativa es neutra-
lizar ese prejuicio consciente o inconsciente para asegurar una oportunidad igual para las 
mujeres y las minorías. La falta de igual oportunidad en la que laboran hoy las mujeres y 
Repaso breve 7.7
Argumento utilitario para 
la acción afirmativa
• Asegura que la acción 
afirmativa reduce la 
necesidad y con ello 
aumenta la utilidad
• Se crítica diciendo que 
los costos sobrepasan 
los beneficios y que otras 
maneras de reducir la 
necesidad producirán 
una utilidad mayor
Repaso breve 7.8
Argumento de justicia 
igualitaria para la 
acción afirmativa
• Aseveran que la acción 
afirmativa asegurará una 
oportunidad igual
• Aseguran que la acción 
afirmativa es un medio 
moralmente legítimo
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334 Los nEgocios y sus REPREsEnTAcionEs inTERnAs
las minorías también se atribuye a las privaciones que sufrieron como niños. La privación 
económica impidió que las minorías adquirieran las habilidades, la experiencia, la capaci-
tación y la educación necesarias para competir en los mismos términos que los hombres 
blancos.93 Más aún, puesto que las mujeres y las minorías no han estado representadas en 
los puestos de prestigio de la sociedad, los hombres y las mujeres jóvenes no tienen mode-
los a seguir que los motiven para competir por esos puestos, como los tienen los jóvenes 
blancos. Pocos jóvenes negros, por ejemplo, están motivados para entrar en la profesión 
de abogado:
Al joven negro en el Norte, lo mismo que en el Sur, se le ha negado una imagen 
inspiradora del abogado negro, al menos hasta hace poco. Por el contrario, tienen 
una marcada conciencia de la falta de respeto y de dignidad conferidos al abogado 
negro... El joven negro también conoce la falta de reconocimiento para el negro 
si es que está empleado en el reforzamiento de la ley... Este conocimiento inspira 
muy poco a los negros para realizar cosas, excepto para evitar cualquier participa-
ción con la ley, en la forma que sea.94
Un tercer fin de los programas de acción afirmativa es neutralizar estas desventajas 
competitivas con los hombres blancos y, con ello, poner a las mujeres y las minorías en la 
misma posición inicial en su carrera competitiva con otros. La meta es asegurar una habili-
dad igual para competir con los hombres blancos.95
El fin básico de los programas de acción afirmativa busca una sociedad más justa, en 
la que las oportunidades individuales no estén limitadas por la raza o el sexo. Esta meta es 
moralmente legítima en la medida en que lo es luchar por una sociedad con mayor igualdad 
de oportunidades. El medio por el cual los programas de acción afirmativa intentan lograr 
una sociedad justa es dando preferencia a las mujeres y a las minorías calificadas sobre los 
hombres blancos calificados, al contratar, promover e instituir programas de capacitación 
especiales que los calificarán para mejores trabajos. Se espera que por estos medios, con el 
tiempo, surgirá la sociedad más justa ya descrita. Sin alguna forma de acción afirmativa, se 
alega, este fin quizá no se logre.96 Pero ¿es el tratamiento preferencial un medio moral-
mente legítimo para lograr este fin? Se han dado tres razones para demostrar que no.
Primero, con frecuencia se dice que los programas de acción afirmativa “discrimi-
nan” contra los hombres blancos.97 Los defensores de estos programas, sin embargo, se-
ñalan que existen diferencias cruciales entre el tratamiento conferido a los blancos por los 
programas de tratamiento preferencial y el comportamientodiscriminatorio inmoral.98 
Discriminar, como observamos, es tomar una decisión adversa contra el miembro de un 
grupo por considerarlo inferior o menos merecedor de respeto. Pero los programas de tra-
tamiento preferencial no se basan en un desprecio ofensivo por los hombres blancos. Por el 
contrario, se basan en el juicio de que hoy tienen una posición ventajosa y que otros deben 
tener la misma oportunidad de lograr las mismas ventajas. Todavía más, la discriminación 
racista o sexista está dirigida a la destrucción de la misma oportunidad. Los programas de 
tratamiento preferencial están enfocados a restaurar una oportunidad igual donde no la 
hay. Así, el tratamiento preferencial no se describe con exactitud como “discriminatorio” 
en el mismo sentido inmoral en que lo es el comportamiento racista o sexista.
Segundo, algunas veces se dice que el tratamiento preferencial viola el principio de 
igualdad (“los individuos que son iguales en todos los aspectos relevantes al tipo de trata-
miento en cuestión deben tratarse de manera igual”) al permitir que una característica no 
relevante (raza o sexo) determine las decisiones de empleo.99 Los defensores de los progra-
mas de acción afirmativa responden que las diferencias sexuales y raciales ahora son rele-
vantes al tomar ese tipo de decisiones. Son relevantes porque cuando la sociedad distribuye 
un recurso escaso (como los empleos), elige asignarlos de manera legítima a los grupos 
que harán que avance hacia sus fines legítimos. En la sociedad actual, asignar los escasos 
trabajos a las mujeres y las minorías será la mejor manera de lograr una oportunidad igual, 
entonces, la raza y el sexo ahora son características relevantes para este propósito. Incluso, 
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