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Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno (16)

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serva permanente del orden, es una fuerza que opera de "manera 
pública" cuando la "legalidad" está en peligro. Lo mismo ocurre 
en Grecia, con la diferencia de que el territorio griego se extiende 
en un sistema de islas y que una parte de la población más enér­
gica y activa está siempre sobre el mar, lo cual hace más fácil 
la intriga y el complot militar. El campesino griego es pasivo como 
el español, pero en el cuadro de la población total, al ser el griego 
más activo y enérgico y a la vez marino, es decir al estar casi 
siempre lejos de su centro de vida política, la pasividad general 
debe ser analizada en forma diferente y la solución del ¡noble­
ma no puede ser la misma (los fusilamientos de los miembros de 
un gobierno derrocado, ocurridos en Grecia hace alg1mos años, 
deben ser explicados quizás como un arrebato de cólera de este 
elemento enérgico y activo que quiere dar una lección sangrienta). 
Debe subrayarse especialmente el hecho de que en Grecia y en 
España la exp<>ricncia dd gobierno militar no ha creado una 
ideología política y social permanente y orgánica desde un punto 
de vista formal, como ocurre en cambio en los países potencial­
mente bonapartistas, por así decir. Pero las condiciones históricas 
generales de los dos tipos son las mismas: equilibrio de los grupos 
urbanos en lucha. lo cual impide el juego de la democracia "nor­
mal", d parlamentarismo; es difcr<'ntc, sin t'mhargo, la influencia 
del ('ampo t'n este equilibrio. En los paíst·s como España, el cam­
po. <'Ornpletamcntc pasivo, pem>itc a los generales de la nobleza 
tcrratenimtc scn·irsc políticamente del cjér,·ito para restablecer 
~1 C'C]uilibrio amenazado, o sea la supremacía de las clases altas. 
En otros países, d eampo no es pasivo, pero sn movimiento.' <:csdc 
,.¡ punto de vista político, no está coordinado con el mo;nmento 
urbano: el ejército debe ¡wrmancecr neutral ya quc C'S pns1hlc que 
de otra manera se disgregue horizontalmente (permanecerá neu­
tral hasta cierto punto, se cntit'ndc), y entra ('n eambio <'n acción 
la clase militar burocrática, que, con medios militares, sofoca el 
movimiento del campo ( mns peligroso en lo inmediato). Tal sector 
logra {'n esta lucha una dC"rta nnifícnd6n política e . ideológica) 
encuentra aliados en las clases medías mbanas ( medms en sen­
tido italiano) reforzadas por los cstltdiantes de origen mml qne 
están en la címlad, impone sns métotlos políticos a hs clases _altas, 
que d<'hen hacerle' muchas concesiones y permitir una detcrnnnada 
lcgislaciím favorable; logra hasta cierto ¡mnto impreg~ar al Estado 
de sus intereses y sustituir una parte dd personal dmgcnte, con-
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tinuando armado bajo el desarme general y amenazando con el pe­
ligro de una guerra civil entre sus tropas y el ejército de leva si 
la clase alta muestra demasiada veleidad de resistencia. Estas obser­
vaciones no deben ser concebidas como esquemas rígidos, sino 
únicamente como criterios prácticos de interpretación histórica 
y política. En los análisis concretos de los acontecimientos reales 
las formas hi.stóricas están bien caracterizadas y son casi "únicas". 
César representa una combinación de circunstancias reales muy 
diferentes de las representadas por Napoleón I, así como las de Pri­
mo de Rivera difieren de las de Zivkovitch, etc. 
En d análisis del tercer grado o momento del sist<'ma de las 
relaciones de fuerzas existentes en una situación determinada, se 
puede recurrir con utilidad al concepto que, en la ciencia militar, 
se denomina ucoyuntura estratégica"~ o sea~ con mayor precisión~ 
el grado de preparación estratégica del tcatro de la lucha, uno de 
cuyos elementos principales está dado por las condiciones cuali­
tativas del personal dirigente y de las fuerzas activas que se pueden 
llamar de plimera línea (comprendidas también las de asalto). El 
grado de preparación estratégica puede dar la victol'ia a fuerzas 
aaparentem<'nte" (es decir cuantitativamente) inferiores a las 
adversarias. Se puede d<'cír que la preparación estratégica tiende 
a n·dncir a ccru los llamados "factores impondcrahlc.s", c.sto es, la» 
reacciones imncdiatas y .sorpresivas de parte, en un momento dado, 
de las fuerzas tradicionalmente inertes y pasivas. Entre los ele­
mentos de la preparación de unn coyuntura estratégica favorable 
deben incluirse justam<'ntc aqudlos considerados <'ll las observa­
ciones sobre ]a existencia y la organización de un grupo militar 
l ' ' 1 l '' 't ' 1 1 ~ junto a organísmo teenlCo te qcrc1 u nacwna , ' 
u A propós1to Ucl "g-ru11o rnilit<Jr" es inten~s,mte lo í1HC escdhe T. Tittoni en 
los ''Hiumli pt•rsmnli {H pnlitica int('fn.t". ~-flCHi Antolo¡.~ia, 1;>~16 de abril 
de l9.:2~J. Tittoni ent·nLt que ha -n"eJttculn .'iohre d hcC'ho tk que p:ml reunir 
a b fuerza púhtlca JWt cs;nl.t p~H:t h.tCl'f frcnle a los tnnmllos smgidns. en una 
localitbcl, Pra neccs:.uio dt''>í!:HMHt'ct:r otr,L'i rP!!iones: dur.n1h' la $í:"tn:m.l roja 
de junio de HJl L pam reprimir los motin~_~ de Ant>tma se ha lúa de:-;guarol'.'cido 
a Ra\'enna, cloudc ltw~o el prefecto, prhado de la flH'l':t.:\ púi)lka, tli\'O qne 
encen\HSC' cu b prdcclura, ;dnmdnnantlo la cintlatl a los remLtosos .":\luehas 
veces me pregunté qul: h,thri.l pndido hacer d gohiernn si nn mndmiento 
revolucionario hubiese surgido simultó.neamE:'nte eo toda la penínsul;.1." Títtoni 
propone al gobierno ef emobmicnto de los ''voltmta.rios del orden") ex comba­
tientes or.ganizaclo:;: por oficiales retirados. El proyecto de Tittoui p.ucció digno 
de consiUcración, pl'ro no tuvo <..:ontinnadores. 
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Otros elementos pueden ser elaborados partiendo de este frag­
mento del discurso pronunciado en el Senado el 19 de mayo de 
1932 por el Ministro de Gu¡¡rra, general Gazzera (cfr. Corriere 
del/a Sera del 20 de mayo): «El régimen disciplinario de nuestro 
ejército, gracias al fascismo, aparece hoy como norma directiva 
que tiene valor para toda la nación. Otros ejércitos han tenido y 
todavía conservan una disciplina formal y rígida. Nosotros tene­
mos siempre presente el principio de que el ejército está hecho 
para la guerra y que para ella debe prepararse; la disciplina de 
paz debe ser, por consiguiente, la misma que la de tiempo de 
guerra, encontrando esta última su fundamento espiritual en la 
época de paz. Nuestra disciplina se basa en un espíritu de cohe­
sión entre los jefes y los simples soldados que es fruto espontáneo 
del sistema seguida. Este sistema ha resistido magníficamente 
durante una larga y durlsima guerra hasta la victoria; es mérito 
del régimen fascista haber extendido a todo el pueblo italiano una 
tradición disciplinaria tan insigne. De la disciplina de cada uno 
depende el éxito de la concepción estratégica y de las operaciones 
tácticas. La guerra ha enseñado muchas cosas y entre ellas que 
hay una separación profunda entre la preparación de paz y la rea­
lidad de la guerra. Es cierto que cualquiera que sea la preparación, 
las operaciones iniciales de la campaña ponen a los beligerantes 
ante problemas nuevos que dan lugar a sorpresas de ambas partes. 
No es preciso sacar de esto la conchrsión de que no sea útil tener 
una concepción a priori y que de la guerra pasada no se puede 
derivar ninguna enseñanza. Se puede obtener de ella una doctrina 
de guerra que debe ser entendida con disciplina intelectual y como 
medio para promover modos de razonamiento no discordantes y 
una unif01midad de lengnaje tal que permita a todos comprender­
se y hacerse comprender. Si a veces la unidad de doctrina amena­
zó degenerar en esquematismo, se reaccionó de inmediato, impri­
miendo a la táctica una rápida innovación, que era requerida 
también por los adelantos técnicos. Tales reglamentaciones, por 
consiguiente, no son estáticas, ni tmdícionales como creen algunos. 
La tradición sólo es considerada como fuerza y los reglamentos es­
tán siempre en curso de revisión no por un deseo de cambio, sino 
para poder adecuarlos a la realidad". (Un ejemplo de "preparación 
de la coyuntura estratégica" se puedeencontrar en las Memorias 
de Churchill, donde habla de la batalla de Jutlandia.) 
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El cesarismo. César, Napoleón 1, Napoleón 111, Cromwell, etc. 
Compilar un catálogo de los acontecimientos históricos que cul­
minaron en una gran personalidad "heroica". 
Se puede decir que el cesarismo e:~:presa una situación en la 
cual las fuerzas en lucha se equilibran de una manera catastrófica, 
o sea de una manera tal que la continuación de la lucha no puede 
menos que concluir con la destrucción recíproca. Cuando la fuer­
za progresiva A lucha con la fuerza regresiva B, no sólo puede ocu­
rrir que A venza a B o viceversa; puede ocurrir también que no 
venza ninguna de las dos. que se debiliten recíprocamente y que 
una tercera fuerza e intervenga desde el exterior dominando a lo 
que resta de A y de B. En Italia, luego de la muerte de Lorenzo 
el Magnlfico, • ocurrió precisamente eso. 
Pero si bien el cesarismo expresa siempre la solución "arbitra­
ria", confiada a una gran personalidad, de una situación histórico· 
polilica caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectiva 
catastrófica, no siempre tienen el mismo significado histórico. Puede 
existir un cesarismo progresista y uno regresivo; y el signifícado 
exacto de cada forma de cesarismo puede ser reconstruido, en 
última instancia, por medio de la historia concreta y no a través 
de un esquema sociológico. El cesarismo es progresista cuando su 
intervención ayuda a las fuerzas progresivas a. triunfar aunque sea 
con ciertos compromisos y temperamentos limitativos de la victo­
ria; es regresivo cuando su intervención avuda a triunfar a las 
fuerzas regresivas, también en este caso co~ ciertos compromisos 
y limitaciones, los cuales, sin embargo, tienen un valor, una impor­
tancia y un significado diferente que en el caso anterior. César y 
Napoleón I son ejemplos de cesarismo progresivo. Napoleón III 
y Bismarck de cesarismo regresivo. 
Se trata de ver si en la dialéctica "revolución-restauración" es 
el elemento revolución o el elemento restauración el que prevalece, 
ya que es cierto que en el movimiento histórico jamás se vuelve 
atrás y no existen restauraciones in toto. Por otro lado, el cesarismo 
es una fórmula polémica-ideológica y no un canon de interpreta· 
ción histórica. Se pueden dar soluciones cesaristas aun sin un 
César, sin una gran personalidad "heroica" y representativa, El 
sistema parlamentario dio también un mecanismo para tales solu-
• A la muerte de Lorenzo el Magnífi¡¡o ( 1492) se produce en Italia la ruptura 
del equilibrio existente entre los diversos Estudos y se abre un periodo de 
decadencia total y de desmembramiento de la Península. (N, del T.) 
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