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Notas sobre Maquiavelo, sobre política v sobre el estado moderno (78)

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Italia decaía. Asi ocurrió después del Renacimiento con Francia 
Aleman~, Inglaterra. Un elemento histórico muy importante e~ 
el estud10 de los "florecimientos artísticos" es el hecho de la 
c:>ntinuidad de los grupos intelectuales, vale decir, de la existen­
Cia de una fuerte tradición cultural, lo cual faltó precisamente 
en l~s Estados Unidos. Otro elemento negativo desde este punto 
d.e VISta está r~presentado por la circunstancia de que la pobla­
CIÓn nortearnencana no se desarrolla orgánicamente sobre una 
bas~ .~acional, sino mediante el producto de una continua yurta­
pos1c10n de núcleos emigrados, aunque sean de paises anglo­
sajones. 
Vittorio Macchioro y los Estados U nidos. Vittorio Maechioro es· 
cribió un libro, Roma Capta. Saggio intorno alla religione roma­
na, Ed. G. Principato, ~1essina, en el cual toda la construcción 
s? ~asa en la "pobreza fantástica del pueblo romano". En 1930 
VIaJÓ. a los Estados U nidos y envió sus notas de corresponsal al 
Mattino de Nlipoles. En su primera nota, de fecha 7 de marzo 
sciiala lo siguiente (analizar Italia Letteraria del 16 de marzo d~ 
1930): "El norteamericano no tiene fantasía, no sabe crear iroá­
genes. No creo que fuera de la influencia europea ( ¡) se dé un 
gran poeta o un gran pintor norteamericano. La mentalidad nor­
t?american~ :S. esencialmente t~cnica y práctica: de allí su par­
ticular sens1b1lidad por las cantidades, por las cifras. Así como el 
poeta es sensible a las iroágenes y el músico a los sonidos el 
norteamericano lo es a las cifras~. ~Esta tendencia a concebir la ~da 
como un he~ho técnico, explica la filosofía norteamericana misma. 
El pragmatismo surge precisamente de esta mentalidad que no 
aprecia ni aferra lo abstracto. James y, más aún, Dewey son los 
p;oductos más genuinos de esta inconsciente necesidad de tecni­
~lSmo por la cual la filosofía es canjeada por la edúcación y una 
1dea a?stracta _vale, no por sí misma, sino en cuanto se puede 
:raducrr en acc1ón, [!a pobreza fantástica del pueblo romano los 
rmpulsó a conce~ir la divinidad como una energía abstracta, la 
cual se torna extr1nscca sólo en la acción": analizar Roma Capta]. 
EE.UU. es por esto la típica tierra de las Iglesias y de las es­
cuelas, donde la teoría se injerta en la vida". 
Me parece que la tesis de Macchioro es un gorro para todas 
las cabezas. 
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América Latina. ¿Es latina la América central y meridional? ¿Y 
en qué consiste esta latinidad? Gran fraccionamiento que no es 
casual. Los Estados Unidos, que a través de la poHtica de la erni· 
gración tratan no sólo de mantener sino de acrecentar su concen­
tración (que es una necesidad económica y política como lo de­
mostró la lucha interna entre las distintas nacionalidades por 
influir sobre la dirección del gobierno en la política de guerra 
y como lo demuestra la influencia que tiene el elemento nacional. 
en la organización politica y sindical de los obreros, etc.), ejercen 
un· gran peso para mantener esta disgregación, a la cual tratan 
de superponer una red de organizaciones y movimientos guiados 
por ellos: 1) Unión panamericana (política estatal); 2) movi­
miento misionero para sustituir el catolicismo por el protestantis­
mo; 3) oposición a la Federación del Trabajo de Amsterdam y 
tentativa de crear una Unión panamericana de trabajo [ver si 
existen también otros movimientos e iniciativas de este género]; 
4) organización bancaria, industrial, de crédito que se extiende 
por toda América. (Este es el primer elemento.) 
América central y meridional se caracterizan: 1) por un nú­
mero considerable de pieles rojas que aunque sea pasivamente 
ejercen una influencia sobre el Estado: sería útil poseer informa­
ciones sobre la posición social de estos pieles rojas, sobre su im­
portancia económica, su participación en la propiedad de las tierras 
y en la producción industrial; 2) las razas blancas que dominan 
en América central y meridional no pueden reintegrarse a patrias 
europeas que tengan una gran función económica e histórica 
(Portugal, Espaiía, Italia) parangonable a la de los Estados Uni­
dos. Dichas razas representan en muchos Estados una fase semi­
feudal y jesuitica, por lo que se puede decir que todos los Estados 
de la América central y meridional (exceptuada Argentina, quizás) 
deben atravesar la fase del Kulturkampf y el advenimiento del 
moderno Estado laico (la lucha de Méjico contra el clericalil>-rno 
es un ejemplo de esta fase). La difusión de la cultura francesa 
está ligada a esta fase: se trata de la cultura masónico-ilwninista, 
que ha dado lugar a las llamadas "Iglesias positivistas~, en las 
cuales. participan también muchos obreros que se llaman sin em­
bargo sindicali:.tas anárquicos. Aporte de las distintas culturas: 
Portugal, España, Francia, Italia. 
Problema del nombre: ¿América latina, o ibérica o hispánica? 
Franceses e italianos usan !atina:", portugueses "ibérica", españo-
les "l~spánica". De hecho la influencia mayor es la ejercida por 
Frane1a; las otras tres naciones tienen una escasa influencia no 
obstante la lengua, porque estas naciones americanas surgi~ron 
<'n oposición a España y I'ortugal y tienden a crear un naciona­
lismo propio y una cultura propia. Influencia italiana caracterizada 
por la naturaleza social de la emigración italiana; por otro lado 
en ningún país americano los italianos constituyen la raza he­
gemónica. 
Uu artículo de Lamberti Sorrentino, "Latínita dell'America" 
en la Italia Letteraria del 22 de diciembre de 1929. "Las repúbli­
cas sudamericanas son latinas por tres factores principales: la 
l.en~ua española, la cultura predominantemente francesa, el aporte 
etmco en lo fundamental (!) italiano. Este último es de los tres 
el factor más profundo y sustancial, porque confiere a la nueva 
m~a que se forma el carácter latino ( l); y en apariencia (!) el 
mas fugaz, porque a la primera generación, perdiendo cuanto 
tiene de original y ~ropio [¡es una hermosa adivinanza todo esto~], 
se achmata espontaneamente ( 1) en el nuevo ambiente geográ­
fico y socia.!". Según Sorrcntino es interés común de españoles, 
fr~n~eses e Jtahanos el que sea conservada (!) la lengua española, 
tramite para la formación de una profunda conciencia latina ca­
paz de resistir las desviaciones ( 1) que empujan a los americanos 
del sur hacía la confusión (!) y el caos. 
El director de un periódico literario ultranacionalista de la 
Argentina (el país más europeo y latino de América) ha afirma­
do <ltlC el hombre argentino "fijará su tipo latino-anglosajón pre­
dominante". El mismo escritor, que se autodefine "argentino 
dento por ciento", dijo todavía más explícitamente: "En cuanto a 
los norteamericanos, cuyo país nos ha dado la base constitucionol 
!J escolar, es bueno decirlo de una buena vez: nosotros nos senti­
mos más próximos a ellos por educación, gustos. manem de 'lrívir. 
que a los europeos y a los españoles afrocuropeos, como aman 
calificarse estos últimos: y no hemos temido jamás el látigo de 
los Estados Unidos". [Se refiere a la tendencia española a con­
siderar los Pirineos como una barrera cultural entre Europa y el 
mundo ibhico: España, Portugal, América central y meridional v 
1\lannccos. Teoría del iberismo ( iberoamericanisnm), perfecci~­
namicnto del hispanismo (hispanoamericanismo) ]. El iberismo es 
antilatino: las repúblicas americanas deberían orientarse sólo hacia 
España Y Portugal. [Puros eíercicios de intelectuales y de grandes 
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venidos a menos que no quieren persuadirse de que hoy cuentan 
muy poco.] España hace grandes esfuerzos para reconquistar 
América del Sur en todos los campos: cultural, comercial, indus­
trial, artístico. [¿Pero con qué resultado?] La hegemonía cultural 
de Francia está amenazada por los anglosajones; existen un Ins­
tituto argentino de cultura inglesa y otro de cultura norteameri­
cana que son entes muy ricos y vivaces: enseñan la lengua inglesa 
con grandes facilidades para los alumnos, cuyo número va en 
constante aumento y con programas de intercambios universitariosy científicos de ejecución segura. La inmigración italiana y es­
pañola se ha estancado; aumenta la inmigración polaca y eslava. 
Sorrentino desearía un frente único franco-itálico-ibérico para 
mantener la cultura latina. 
Varías. Recordar algunos libros de Guglielmo Ferrero sobre los Estados Uni~ 
dos; ¿cuántos de los lugares comunes acuí,;ados por Ferrero entraron en cir­
culaci6n y contínúan siendo utilizados~ además del cuño y de la casa de 
mane..'tla? (Cantidad contra calidad, por ejemplo, es de origen ferreriano; 
Ferrero es por lo tanto el padre espiritual de toda la necia ideología sobre el 
retorno del artesanado,. etc. Su libro Fra due mondi debe ser analizado como 
la biblia de una serie de trivialidades de lo más originales y vulgares). 
Sobre el .americanismo ver el artículo .. L'America nella letterattura fran­
cesa de 1927", de l':tienne Fournol, en la Nuom Antologia del lo de abril 
de 1928, cómodo como repertorio de la.<> trivialidades mús garraf..tles sobre el 
tema. IL,bla del libro de Siegfried y el de Romier (Qui sera le maitre?), 
hace mención de un libro de André Tardieu (Deoont l'obstacle: t'Amérique 
et nous. París~ Librad e ~míl-Paul} y de dos Hbras de Luc Durtain, tma no­
vela Hollywood dépassé y una colección de cuentos Qt;arantieme étage, edi­
tados ambos por la N. R. :F. y que parecen ínteresantes. 
A propósito del profesor Siegfried es preciso ~notar esta "contradicción'• 
en la p. 350 de su volumen Les États~Unis á aufourd'hui, reconoce en la vida 
americana .. el aspecto de una sociedad realmente ( l) colectivista~ querida por 
las clases electas y aceptada alegremente (sic) por la multitud"; pero Sieg­
fried escribe luego el prefacio al volumen de Philíp sobre el movimiento 
obrero americano 1 y ]o alaba, a pesar de que allí no se demuestra precisa~ 
mente esta •talegría" ni que no exista en los Estados Unidos 1a lucha de 
clases, sino que, por el contrario, allí se demuestra la existencia de la más 
desenfrenada y feraz lucha de un sector contra el otro. El mismo análisis se 
podría hacer con respecto al libro de Romier y al de Philip. Es digno de 
subrayar cómo en Europa se aceptó con suma facilidad (y se difundió muy 
hábilmente) el cuadro o1eográfíco de una América sin luch."'s internas (actual­
mente todo se paga}, etc. Es así que al mismo tienlpo se ha combatif:}o al 
1 André Philip. Le probleme ouvrier 'aux Jl;tats-Unis, prefacio de André Sig­
fried, Alean, Par!s, 1927. (N. del E.) 
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