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Aristoteles Retorica-páginas-63

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90 NOTAS AL LIB. I
(112) Compárese sobre este punto lo que se dice al tra ta r de las pasiones, I I 
12-17.
(113) La definición del azar se halla en la Física I I 5 y 6.
(114) Sobre las cosas naturales, se hallará la definición ibid. cap. 1.
(115) Cómparese con lo que se lee más adelante, cap. 14, 1374 b 33.
(116) La misma distinción entre castigo y venganza en la Et. Nie. IV 11,1126 
a 21 siguientes.
(117) Para la definición del placer, siempre teniendo en cuenta que la exposi­
ción de la Bet. es resumida y de tipo elemental, cf. Et. Nie. V II 11 ss. y X 1-5.
(118) Cita otras dos veces Aristóteles este pentámetro de Eueno de Paros 
(fr. 8 D.), que también nos es conocido por otras fuentes, y que se halla también 
en Teognis 472 con una sola palabra diferente.
(119) Esta distinción se halla en relación con la atribuida a Platón en los M. 
Mor. I 1, 1182 a 23 entre la parte racional y la irracional del alma.
(120) Traduzco πάθος simplemente por «sensación»; otros prefieren «afección». 
La cuestión está tratada con más precisión en la Et. Nie. X 4,1174 δ 21 y 27, donde 
se dice que en toda sensación hay placer, pero no se identifican como aquí ambos 
conceptos.
(121) La imaginación o fantasía la define más técnicamente Aristóteles en De 
anima I I I 3, 429 a 1.
(122) Esta palabra otros la entienden ((dibujar» (Dufour), lo que no es imposi­
ble. Observaciones semejantes sobre los comienzos del amor en la Et. Nie. IX 5, 
1167 aes. Antiguos comentaristas entienden el siguiente ποιοϋντές τι «componiendo 
alguna poesía».
(123) Roberts encuentra que aquí Aristóteles se expresa con ironía.
(124) Traduzco con este término el gr. πεττεία, que en realidad era un juego 
sobre tablero, en algo semejante a nuestras damas. Pueden verse algunas indica­
ciones sobre él en el Diet, des Antiquités de Daremberg-Saglio I I I p. 993.
(125) Precisamente con un comentario a este mismo texto se cierra el lib. V II 
de la Et. Nie. Y precisamente allí dice el filósofo que el fundamento de este agra­
do en el cambio está en la imperfección (πονηριά), pues el hombre que más goza 
en el cambio es el más imperfecto, y la naturaleza que necesita del cambio no ea 
ni sencilla ni justa.
(126) Preferimos esta traducción a la que da Roberts: «to supply what they 
lack», que no nos parece quizá justificada.
(127) E l filósofo repite aquí lo que ha expresado nueve líneas más arriba, que 
aprender y admirar es un placer (recuérdese el comienzo de la Metafísica y, en 
general, la superior estima en que tiene lo teorético); la doctrina de la imitación 
es un extracto de la que se expone en la Poét. 4, Î448 b 8-19; allí se dice que el 
hombre es el animal más mimético, y que aprende—y por ende goza—imitando.
(128) Es un pensamiento obvio, al que los griegos aluden muchas veces:
v. Plat. Leyes V 731 e, Aristót. Pol. I I 2, 1263 δ 1, Eur. fr. 460.
(129) E l autor se refiere, no a la Poét. que tenemos, sino a otra en dos libros 
que se halla mencionada en los catálogos de sus obras.
(130) En este capítulo aparece varias veces la posición «amoral» que toma el 
filósofo en materia de Retórica. En realidad, está fundamentada en que se tra ta , 
no ya de disponer de estos argumentos injustos, sino de poder estar prevenido si 
los usa el contrario.
( 131) Victorio Animad, uar. p. 164 entiende διάθεσις en el sentido de «enajena­
ción, facultad de disponer».
(132) No se sabe a quién se refiere aquí Aristotelea; que sea a Zenón de Elea
on bu intento contra el tirano Nearoo, parece seguro que no.
NOTAS AL LIB. I 91
(133) Podría entenderse también con el valor de «los que han salido bien», ya 
que la brevedad del estilo deja a este participio ambiguo; sigo a la generalidad 
de loa traductores.
(134) Porque estaban demasiado lejos para vengarse. P ara la lección «Calce- 
donios» alega Gaisford Animad. uar. p. 157 una referencia de un gramático (Anecd. 
Bekker p. 303, 27) que no acaba de ser clara.
(135) Este proverbio se dice de quien no puede defenderse; según Olimpiodoro 
proviene de la tragedia TéUfo de Eurípides, donde estaba aplicado a sus súbditos, 
loa misios, que sin tener quien los defendiera eran saqueados por sus vecinos. 
Cope anota que como el proverbio está atestiguado en Simónides y otros autores 
antiguos, no puede proceder de dicha tragedia, sino que el sentido está basado 
en la proverbial cobardía de los misios, que no eran considerados capaces de de­
fenderse. Véase el fr. 35 de Strattis (Comic. Att. fragm. de Kock, I p. 720 s.), 
sacado de Harpocratión.
(136) La puntuación que otros editores admiten después de πείθειν y leer algo 
distinto, modifican el sentido en este punto; Dufour da el texto griego como nos­
otros, pero en la traducción queda el sentido de πείθειν ών οί μισούμ.
(137) La palabra parece que hay que entenderla así, pues era tradicional 
considerar a los labradores como gente que no tenía tiempo para ocuparse de pleitos; 
el mismo término más adelante, I I 4, 1381 a 24, significa «artesano, trabajador 
por su cuenta».
(138) Calipo, ateniense, amigo de Dión, a quien había acompañado a Siracusa 
en la empresa de liberar a la ciudad del tirano Dionisio, viéndose en peligro por ha­
ber caído en desgracia de loa mercenarios, se anticipó urdiendo una conspiración 
contra Dión, de la que éste no se guardó; Calipo piído excusarse como agraviado 
y enemistado, según se indica en el texto.
(139) Este personaje tal vez es el padre de Terón, el tirano de Agrigento; era un 
jefe de mercenarios, y si es el aludido en el presente pasaje, resultaría que fué 
tirano en cierto momento, lo que llevaría a identificarle con un Enesidemo, tira­
no de Leontinoi, que conocemos por Pausanias V 22, 7 (v. Niese RE I col. 1022). 
Según leemos en el texto, éste envió al tirano Gelón de Siracusa el premio del 
juego, por haberlo jugado hábilmente al anticipársele a vender como esclavos a 
los ciudadanos de un estado vecino. El kóttabos era un juego siciliano que consistía 
fundamentalmente en lanzar con la copa un poco de vino hacia objetivos determi­
nados, según distintas modalidades.
(140) Traduzco con Jebb y con mi comentario (Madrid, 1942), otros entienden 
έξ δτου «de quién procede».
(141) Alcidamas, un rétor discípulo de Gorgias, sabemos por el escolio a este 
pasaje que hizo un discurso en.defensa de los mesemos en rebelión contra los espar­
tanos; se trata de un trabajo de escuela, una verdadera «suasoria», ejercitación 
retórica, en modo alguno un verdadero discurso (R E I col. 1536, Raclermacher 
Art. script, p. 147). En cl aparato crítico a este lugar recogemos las palabras que 
el escoliasta nos da como de Alcidamas: «Dios dejó a todos libres; a nadie hizo 
esclavo la naturaleza».
(142) La επιείκεια, que no del todo exactamente traducimos por «equidad», 
es tratada en la Et. Nie. V 14, 1137 a 30 ss.
(143) Téngase en cuenta que los anillos, en la época helénica, solían ser de hierro.
(144) Nada se sabe de esta acusación; los nombres de estos políticos de la pri­
mera mitad del siglo iv nos son conocidos por Jenofonte Hei. VI 3, 2 s. y Plut. 
Demóstenes 13.
(145) Para traducir esto he tenido en cuenta las observaciones de Vater en 
mad. uar. p. 170.
92 NOTAS AL LIB. I
(146) Este no ea el poeta, sino un político y orador, posiblemente el mismo 
que figura en Jenofonte Hei. I I 3, 2 como uno de los treinta tiranos.
(147) E l sentido concreto de esta palabra («derecho de matrimonio con ciudad 
extranjera») hace pensar que se debe tratar de violación de este derecho, por ejem­
plo, incurriendo en bigamia.
(148) Cf. lo dicho en el cap. 1, 1354 a 12 ss., y en la Introd., sobre la despro­
porcionada importancia que los tratadistas anteriores daban a estos argumentos 
extratécnicos.
(149) Las palabras «el que acusa y el que defiende» se han considerado inter­
poladas, pues se trata aquí sólo de la oratoria forense, no de la deliberativa. Pero 
a veces vemos en la deliberativa el uso de leyes, como ocurre en disoursos que se 
conservan.
(150) Esta era la fórmula dejuramento de los jueces en Atenas, como vemos 
por testimonios de Demóstenes.
(151) Famoso es el pasaje de la II. I I 557 sg. (que los modernos consideran 
una segura interpolación ática en cuanto al v. 558), donde se dice que Ayax de 
Salamina acampaba junto con los atenienses.
(.152) De este hecho nada se sabe sino lo que aquí consta en el texto.
(153) Se trata del conocido demagogo que intervino en los negocios de Atenas 
en los últimos años de la guerra del Peloponeso; Critias es el famoso pariente de 
Platón, uno de los treinta tiranos; de él he trazado una semblanza en mi Vida de 
Sócrates p. 218 ss.
(154) La contradicción que señalábamos en la n. 45,^en cuanto a este pasaje, 
se salva aceptando la observación de Roemer de que las líneas 1*8 se refieren en 
realidad al género deliberativo, no al judicial.
(155) Parece que aquí no hay que entender este texto sino como lo traduci­
mos. Otros Zo interpretan «como hemos dicho» (y habría que suponer una laguna, 
pues tal referencia falta en el texto), y no faltan intérpretes que han pensado en 
que ese valor de los proverbios fuese reconocido a su vez en otro dicho proverbial,
(156) Se tra ta de Eubulo de Anaflisto, orador enemigo de Demóstenes.
(157) Según la mayoría de los comentaristas, Platón el cómico, poeta del 
siglo IV ; no se sabe nada con referencia a ese Arohibios. Merece crédito W. Rhys 
Robert (Class Phibl. X IX 1924 p. 342) cuando interpreta el pasaje con referencia 
a Platón el filósofo, a quien muy bien conviene la crítica de la decadencia moral.
(158) Cabe sobrentender aquí el depósito o .bien la cantidad de dinero sobre 
que se litiga.
(159.) Recuerda aquí el texto el famoso pasaje de Eur. Hipól. 612.