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Manual de Urgencias P E D I AT R ÍA en Manual de Urgencias P E D I AT R ÍA en Manual de urgencias en pediatría 1a. edición mayo de 2006 Corporación de Amor al Niño, CARIÑO ISBN: 958- Hechos todos los depósitos legales Compiladores Jaime Alonso Noreña Ángel Juan David Muñoz Zuluaga Julio César Correa Escobar Editor Juan Fernando Gómez Ramírez Diseño e impresión l. Vieco e Hijas, ltda. lvieco@geo.net.co PBX (57-4) 255 96 10 Medellín-Colombia Corporación de Amor al Niño, CARIÑO Calle 67 por carrera 51C planta baja Policlínica Infantil HUSVP Bloque 11 oicinas CARIÑO E-mail: corpcarino@epm.net.co Teléfonos: 263 80 84 - 263 80 24 - Fax 263 94 16 Muchas de las cosas que necesitamos pueden esperar. El niño no. Él está haciendo ahora mis- mo sus huesos, creando su sangre y ensayando sus sentidos. A él no se le puede responder “ma- ñana”. Él se llama “ahora”. Gabriela Mistral Manual de urgencias en Pediatría / � Prólogo Filosofía de la Corporación de Amor al Niño CARIÑO, es motivar a las gentes, sensibilizar los espíritus y campos de acción, para lograr que en un futuro no lejano, nuestro lema “En Colombia lo primero es el Niño”, no sea fruto de una vana ilusión sino la proclamación de un compromiso orientado a planiicar y proponer soluciones a tantas necesidades de protección, orientación espiritual, atención médica, nutrición adecuada, educación e instrucción a todos nuestros niños. Con este propósito ofrecemos orgullosos la novena edición del “Manual de Urgencias en Pediatría”, dirigido a todos los médicos y personal de salud. En su largo peregrinar en el ejercicio de la profesión, debe el mé- dico afrontar la dramática y penosa situación del niño en estado de emergencia, situación que debe atender con decisión, sin vacilaciones, con fe, con preparación y sobre todo con sentimientos de comprensión humana. El médico, especialmente el pediatra, debe saber enfrentarse a una urgencia. Es necesario tener un amplio caudal de conocimientos y una gran experiencia para distinguir con prontitud la emergencia de lo que no lo es, establecer diagnósticos diferenciales, saber tomar decisiones rápidas, tratar a la familia, tranquilizarla, convencerla y ayudarle en esos momentos de crisis. Nuestra privilegiada labor cotidiana de trabajar para los niños y sus familias no puede sino ayudarnos a reforzar nuestras esperanzas 10 / Manual de urgencias en Pediatría en un mundo mejor, menos violento, más justo, más equitativo, más solidario. En síntesis la Corporación de Amor al Niño trabaja por Colombia digniicando al niño y trabaja por el niño humanizando a Colombia. La Corporación expresa su gratitud a todo el personal de urgen- cias, enfermeras, auxiliares, pediatras, cirujanos, a los médicos parti- cipantes, y a los coordinadores doctores Julio César Correa Escobar, Juan David Muñoz Zuluaga y Jaime Alonso Noreña Ángel de la Po- liclínica CARIÑO, del Hospital Universitario San Vicente de Paúl, una de nuestras obras más signiicativas, sin cuyo esfuerzo este libro no sería posible. Igualmente a nuestro editor el doctor Juan Fernando Gómez Ramírez, Presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría y Miembro de la Junta de la Corporación CARIÑO. jorge eduardo loaiza correa Presidente Honorario y Fundador Corporación de Amor al Niño, CARIÑO Clasificación y reanimación Evaluación inicial. Clasificación del niño en urgencias Reanimación del recién nacido Reanimación cardiopulmonar en el lactante y el niño mayor Oxigenoterapia en niños Transporte del paciente pediátrico S e cció n I clasificación y reaniMación / 13 1 C lasiicación del niño en urgencias Evaluación inicial. Clasificación del niño en urgencias La atención en un servicio de urgencias debe estar organizada de acuerdo con las prioridades del estado clíni- co del paciente. El proceso de selección busca deinir de una manera rápida, mediante un mínimo interrogatorio, una observación dirigida y con mínima manipulación determinar el estado isiológico global del paciente y las necesidades de atención. Básicamente se consideran tres categorías: Urgente: Requiere evaluación clínica y plan de diagnóstico y tra- tamiento. No se puede diferir su atención. Emergente o crítico: Requiere evaluación primaria y estabiliza- ción previa a la evaluación deinitiva y plan. Incluye la categoría de resucitación. No urgente: Se puede diferir su atención. La atención se debe realizar en los servicios de Consulta Externa. La evaluación es un proceso fundamentalmente clínico. Busca identiicar: 1. Anatomía y isiología anormal 2. Estimar la severidad 3. Determinar la urgencia JULIO CÉSAR CORREA ESCOBAR 1 14 / Manual de urgencias en Pediatría 1 C la si ic ac ió n de l n iñ o en u rg en ci as Está orientada a establecer las necesidades de estabilización para restaurar la homeostasis normal y prevenir el deterioro circulatorio y respiratorio. Su objetivo no es el diagnóstico etiológico especíico. Todo paciente atendido en urgencias requiere el siguiente proceso: Evaluación primaria → Estabilización → Evaluación secun- daria → Diagnóstico y tratamiento especíico. La evaluación primaria incluye: 1. El diagnóstico de impresión general (Triángulo de Evaluación Pediátrica) y 2. La evaluación ABCDE (vía aérea, respiración, déficit, expo- sición). Triángulo de evaluación pediátrica: Busca identiicar los pro- blemas isiológicos claves (disfunción de SNC, shock, insuiciencia respiratoria). Los tres elementos de la evaluación son: - Apariencia: evalúa la función cerebral - Circulación: evalúa la perfusión tisular - Trabajo respiratorio: evalúa la oxigenación y la ventilación. Apariencia: Es la parte de “tamizaje” del triángulo de evalua- ción. Varía con la edad y el desarrollo. Releja globalmente la función del SNC y lo adecuado de la perfusión cerebral, la oxigenación y la ventilación. Se evalúa mediante la observación del tono, interactivi- dad, consolabilidad, contacto visual, llanto, voz. Algunas emergencias (toxicológicas, traumáticas) pueden presen- tarse con apariencia normal. Trabajo de la respiración: Su evaluación es el indicador más rápido del estado funcional de oxigenación y ventilación. Se deben evaluar: • Sonidos audibles anormales: ronquido, llanto o voz disfónica, tos, estridor, quejido, sibilancias. clasificación y reaniMación / 15 1 C lasiicación del niño en urgencias • Signos visuales: - Posicionamiento anormal: Olfateo, preferencia de decúbito, in- capacidad para el decúbito, posición trípode. - Retracciones: Supraclavicular, intercostal, subcostal, subester- nal, cabeceo, respiración paradójica. - Taquipnea: Puede estar afectada por el dolor, el frío, ansie- dad. En casos de acidosis metabólica se presenta la llamada taquipnea “tranquila”. Límites superiores de FR son: menor de 1 mes: 60/min, 1 mes a 1 año: 50/min, 1 año a 5 años: 40/min, 5 años a adolescente: 30/min. - Aleteo nasal. La combinación de los hallazgos de apariencia y trabajo respirato- rio, deine los siguientes estados isiológicos anormales: - Síndrome de dificultad respiratoria: apariencia normal y traba- jo respiratorio aumentado. - Falla respiratoria: apariencia anormal y trabajo respiratorio au- mentado o disminuido. - Inminencia de paro respiratorio: apariencia anormal y trabajo respiratorio anormalmente disminuido. Circulación: Los estados clínicos con bajo gasto cardiaco ocasio- nan como respuesta compensadora aumento en la frecuencia cardíaca y redireccionamiento del lujo sanguíneo. Este último se evidencia por la observación del color de la piel determinando si hay palidez, motea- do difuso o cianosis. La combinación de los hallazgos en la apariencia posibilita determinar los siguientes estados: - Shock compensado: apariencia normal y circulación cutánea anormal. - Shock descompensado: apariencia anormal y circulación cutá- nea anormal. 16 / Manual de urgencias en Pediatría 1 C la si ic ac ión de l n iñ o en u rg en ci as El segundo paso en la evaluación primaria es la evaluación física ABCDE: A. Vía aérea: Determinar si la vía aérea es mantenible o no manteni- ble con técnicas manuales o posicionamiento. Determinar si hay signos o síntomas que sugieran obstrucción (secreciones, lengua, cuerpo extraño). B. respiración: Determinar si hay movimientos respiratorios. Eva- luar simetría de la expansión, entrada de aire a los pulmones (aus- cultación), signos de SDR. Evaluar pusioximetría. Evaluar fre- cuencia respiratoria. Los rangos de frecuencia respiratoria son por edad: Recién nacido 60/min. Lactante menor 30 - 50/min. Lactante mayor 24 - 40/min Preescolar 22 - 35/min Escolar 18 - 30/min Adolescente 12 -16/min C. circulación: Se debe evaluar frecuencia cardiaca, pulsos perifé- ricos y centrales, presión arterial, temperatura de la piel y llenado capilar. Los rangos de frecuencia cardiaca según la edad son: Lactante menor 100 - 160/min Lactante mayor 90 - 150/min Preescolar 80 - 140/min Escolar 0 - 120/min Adolescente 60 - 100/min La frecuencia cardiaca se debe evaluar en el contexto de la gra- vedad del paciente. La frecuencia baja (bradicardia) o normal en un paciente grave es un signo ominoso. clasificación y reaniMación / 17 1 C lasiicación del niño en urgencias La ausencia o debilidad de pulsos periféricos indica hipotensión. La ausencia de pulsos centrales es indicación absoluta de reanimación cardiopulmonar. La frecuencia cardiaca máxima en niños mayores de un año se puede calcular así: 150 – 5X (edad en años). En los estados de shock la PA se afecta tardíamente e indica des- compensación. El percentil 5º de presión sistólica que deine hipo- tensión es: menores de 1 mes: 60 mm Hg, 1 mes a 1 año: 70 mm Hg, mayor de 1 año: 70 + 2x (edad en años). D. déficit: Evalúa el funcionamiento del SNC. La evaluación básica es mediante la apariencia (evaluada en el triángulo de evaluación pediátrica y la aplicación de la escala de respuesta a estímulos A V D I: A: Alerta V: Respuesta a la voz D: Respuesta al dolor I: No responde o inconsciente Igualmente se evalúa el tamaño y la reactividad pupilar, el patrón respiratorio, el patrón motor, el patrón postural, el tono muscular. E. exposición: Es el último paso en la evaluación. Permite evaluar completamente anormalidades anatómicas y funcionales. Debe cuidarse de producir hipotermia especialmente en lactantes me- nores. Además de estos elementos básicos de evaluación se recomienda tener en cuenta (con la siguiente nemotecnia). F. foley - Diuresis G. glucosa - (Glucometer) H. HipoterMia 18 / Manual de urgencias en Pediatría 1 C la si ic ac ió n de l n iñ o en u rg en ci as Además de las alteraciones detectadas en la evaluación primaria para clasiicar la urgencia de la atención, los siguientes elementos se deben tener en cuenta y constituyen de por sí una urgencia: - Consulta en niño menor de tres meses. - Niño remitido como urgente. - Niño desnutrido severo, relación peso/talla menor de 3 desvia- ciones estándar, edemas o emaciación. - Antecedente de: anemia de células falciformes, cáncer, qui- mioterapia, terapia con esteroides. - Sospecha de maltrato. bibliografía CORREA J. Selección y Clasiicación En: Correa J., Noreña J., Muñoz J.D. Emergencias Médico Quirúrgicas en Pediatría. H.U.S.V.P.; 2002: 3-7. DIECKMANN R. Pediatric Assessment En: Gauche M. Et al. The pediatric Emergency Medicine Resource. 4th Ed. Boston, Jones and BartLett; 2004: 21-51. Protocolo de Clasiicación de Urgencias. Hospital Infantil, H.U.S.V.P. clasificación y reaniMación / 1� 2 R eanim ación del recién nacido Reanimación del recién nacido Se justiica porque: - 19% de las cinco millones de muertes neonatales que ocurren por año en el mundo, son consecuencia de la asixia al nacer. - La evolución de más de un millón de recién nacidos podría mejo- rar utilizando técnicas adecuadas de reanimación. - 10% de los recién nacidos requiere de algún tipo de asistencia para iniciar la respiración al nacer. - 1% necesita medidas más complejas de reanimación para sobrevi- vir. - Afortunadamente al menos un 90% de los recién nacidos hace la transición de la vida intrauterina a la extrauterina sin ninguna diicultad y requiere de poca o ninguna asistencia para iniciar una respiración espontánea y regular. El ABC es igual que para los niños mayorcitos y los adultos: - Cerciórese de que la vía aérea este abierta y despejada - Asegúrese de que haya respiración, ya sea espontánea o asistida - Tenga certeza de una adecuada circulación de sangre oxigenada. JAIME ALONSO NOREÑA ÁNGEL 2 20 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o Al momento de nacer un niño está húmedo y su pérdida de calor es grande. Por lo tanto, también es importante mantener la temperatu- ra del cuerpo durante la reanimación. Relación entre los procedimientos de reanimación y el número de recién nacidos que los necesitaran: Aspectos isiológicos relacionados con la reanimación neonatal - Antes de nacer, el oxígeno utilizado por el feto se difunde a través de la membrana placentaria desde la sangre materna hacia la san- gre fetal. - Los pulmones del feto no se encargan de la oxigenación, ni son la vía de excreción del CO 2 y solo una pequeña fracción de la sangre fetal se dirige a ellos. - Los sacos alveolares están llenos de líquido, en lugar de aire. - Al nacer el recién nacido se desconectará de la placenta y depen- derá de los pulmones como única fuente de oxígeno. En segundos Siempre requerido Necesario con menos frecuencia Rara vez requerido Pirámide invertida clasificación y reaniMación / 21 2 R eanim ación del recién nacido los pulmones se llenan de oxígeno, y los vasos sanguíneos del pulmón se relajan para perfundir los alvéolos, absorber el oxígeno y transportarlo al resto del organismo. - El líquido de los alvéolos se absorbe y es reemplazado por aire. - Las arterias umbilicales y la vena se pinzan, así, se remueve el circuito placentario de baja presión y se incrementa la presión sanguínea sistémica. - Lo anterior lleva a un aumento en el lujo sanguíneo pulmonar y a una disminución del lujo por el conducto arterioso. - La piel del recién nacido cambia de gris-azul a rosada. Pueden surgir diicultades para que se dé esta transición antes del trabajo de parto, durante el mismo o después de nacer: - Si ocurren en el útero, antes o durante el trabajo de parto ocurrirá un compromiso del lujo sanguíneo placentario o del cordón um- bilical, lo que se traduce en una desaceleración de la frecuencia cardiaca fetal. - Las diicultades después de nacer involucran la vía aérea del re- cién nacido. - Si no se da una transición normal las arteriolas pulmonares pue- den permanecer en vasoconstricción y la sangre arterial sistémica no se oxigena. Esta vasoconstricción se presentará en el intestino, riñones, músculos y piel, mientras que el lujo sanguíneo cerebral y cardiaco se preserva; pero si la deprivación de oxígeno continúa también se verán comprometidas, apareciendo: cianosis, bradicar- dia, hipotensión, depresión respiratoria, hipotonía - Cuando un recién nacido es deprivado de oxígeno las respiracio- nes cesan como primer signo vital comprometido, luego de varios intentos rápidos para respirar aparece la apnea primaria, la cual puede resolverse al estimular el recién nacido secándolo o dándo- le una palmada en los pies. 22 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o - Pero si la deprivación de oxígeno continua, el recién nacido hará varios intentos irregulares para respirar y entrará en un periodo de apnea secundaria, la estimulación no restablecerá la respira- ción del recién nacido y por lo tanto necesitará ventilación asisti- da para restablecer el proceso. - La frecuencia cardiaca disminuye en la medidaen que el recién na- cido entra en apnea primaria, la presión arterial se mantiene hasta el inicio de la apnea secundaria, excepto si ha ocurrido pérdida sanguínea, en donde puede ocurrir hipotensión más precozmente. - La frecuencia cardiaca y la respuesta respiratoria a la estimulación ayudan a determinar por cuanto tiempo ha estado comprometido el recién nacido. - Cuanto más tiempo lleve el recién nacido con problemas, más tardará en recuperar sus signos vitales. El test de Apgar Es un método objetivo de cuantiicar la condición del recién na- cido, útil para obtener información acerca del estado general y de la respuesta a la reanimación clasificación y reaniMación / 23 2 R eanim ación del recién nacido 0 1 2 Frecuencia cardiaca Ausente < 100 > 100 Respiración Ausente Lenta - irregular Buena - llanto Tono muscular Flacidez Alguna lexión Movimiento activo Respuesta releja (catéter nasal ) Sin respuesta Muecas Tos - estornu- dos Color Azul pálido Cuerpo rosado - extremidades azules Rosado Evaluación del riesgo La historia clínica y el conocimiento de los factores de riesgo pre- parto o intraparto nos permiten anticipar cuáles recién nacidos requie- ren maniobras de reanimación al momento del nacimiento. Factores anteparto Diabetes materna Hipertensión en el embarazo Anemia o isoinmunización Muerte neonatal previa Sangrado de segundo y tercer trimestres Poliamnios / oligoamnios >35 años o < 16 años Enfermedad renal, cardiaca, pulmonar materna Disminución de movimientos fetales Ruptura precoz de membranas Embarazo múltiple Embarazo prolongado Farmacodependencia Malformación fetal 24 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o Ausencia de control prenatal Consumo de medicamentos Discrepancia entre el tamaño y el tiempo de gestación Infección materna Factores intraparto Bradicardia fetal Abruptio de placenta Administración de opioides RPMO > 18 h Anestesia general Hipertonía uterina Cesárea urgente Liquido con meconio Segundo estadio parto > 2 h Alteraciones en la fetocardia Placenta previa Trabajo de parto > 24 h Presentación anormal Corioamnionitis Parto instrumentado Prolapso de cordón Parto prolongado o prematuro Proceso de reanimación - Antes de cada parto se hace un inventario del equipo de reanima- ción y su correcto funcionamiento. - Debe estar presente mínimo una persona entrenada en reanima- ción neonatal, y cuando se espera un neonato deprimido debe existir otra persona que trabaje en equipo. - En caso de embarazo múltiple, debe estar presente un reanimador por cada recién nacido. clasificación y reaniMación / 25 2 R eanim ación del recién nacido - Tener presente en todo momento las precauciones universales al manipular sangre y otros líquidos corporales durante la reanima- ción del recién nacido. Control de la temperatura - La hipotermia agrava y prolonga situaciones como la asixia y la acidosis, y produce hipoglicemia. - En los prematuros se asocia con hemorragia intracraneana y agra- vamiento de la enfermedad de membrana hialina. - La hipoxia altera la respuesta normal al frío, por tanto un recién nacido hipóxico experimenta caída en la temperatura corporal mayor de la usual si no está térmicamente protegido. - Para evitar la pérdida de calor, es necesario colocar el recién naci- do en contacto piel a piel con la madre, si está sano y vigoroso. - Los niños que requieren alguna medida de reanimación deben es- tar bajo una fuente de calor radiante. - Secarse cuidadosamente y retirar compresas húmedas que estén en contacto con el recién nacido. Pasos en la reanimación neonatal Se inicia con la evaluación inicial al momento del nacimiento, guiada por cinco preguntas acerca del recién nacido: - ¿ausencia de meconio en vía aérea? - ¿respira o llora? - ¿buen tono muscular? - ¿coloración rosada? - ¿gestación a término? Si la respuesta a todas las preguntas es “sí” el recién nacido puede recibir los cuidados de rutina para continuar la transición. Si alguna respuesta es “no”, se procederá con los pasos iniciales de la reanimación, guiados por la secuencia del A B C D. 26 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o A = vía aérea Los pasos iniciales para establecer una vía aérea e iniciar la reani- mación de un recién nacido son: - Suministrar calor - Posicionar y despejar la vía aérea, especialmente si hay meconio. - Secar, estimular al neonato para que respire, mientras se le repo- siciona la cabeza para abrir la vía aérea. - Suministrar oxígeno si es necesario El método apropiado para despegar la vía aérea dependerá de: 1. La presencia de meconio 2. La actividad del recién nacido Si está presente meconio • Aspirar boca, nariz y faringe después de la salida de la cabeza, pero antes de la salida de los hombros. • Si el bebé está vigoroso, es decir presenta buen esfuerzo respirato- rio, buen tono muscular y frecuencia cardiaca mayor de 100 lpm, continuar con los pasos iniciales: - Aspirar secreciones de boca y nariz - Secar, estimular y re- posicionar - Dar oxígeno (si es necesario) • Si el bebé no está vigo- roso: - Aspirar la boca y di- rectamente la tráquea, luego los pasos ini- ciales. clasificación y reaniMación / 27 2 R eanim ación del recién nacido La evaluación del recién nacido y la realización de los pasos ini- ciales no debe tomar más de 30 segundos. Si el recién nacido no está respirando (está en apnea) o tiene una frecuencia cardiaca menor de 100 lpm, deberá seguir con: B = respiración Asistir la respiración del recién nacido proporcionando ventila- ción a presión positiva con bolsa-máscara y oxígeno al 100% por unos 30 segundos. Para la ventilación se pueden usar: - bolsa auto-inlable (Ambu®). - bolsa lujo-inlable (Ayre-Rees®) 28 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o Incorrecto Muy pequeña: no cubre bien la nariz ni la boca Incorrecto Muy grande: cubre los ojos y sobrepasa el mentón Correcto Cubre la boca, la nariz y el mentón, pero no los ojos Utilizar una máscara transparente que cubra la punta de la barbilla, la boca y la nariz pero no los ojos. Una buena ventilación con bolsa-máscara debe producir ele- vación del tórax con cada compresión de la bolsa. Si no expande puede deberse a: - sello inadecuado con la máscara - la vía aérea está obstruida - no se está dando suiciente presión Hay tres signos que indican mejoría: - incremento de la frecuencia cardiaca - una mejor coloración - respiración espontánea Después de unos 30 segundos de ventilación, reevaluar al recién nacido; si la frecuencia cardiaca es menor de 60 lpm proceder con: clasificación y reaniMación / 2� 2 R eanim ación del recién nacido C = circulación Apoye la circulación con masaje cardiaco mien- tras continúa con la ventila- ción a presión positiva. El masaje cardiaco se realiza aplicando presión so- bre el tercio inferior del es- ternón; para ello se utilizan dos técnicas: - técnica de los pulgares (de preferencia). - técnica con dos dedos (aceptable). Aplicar suiciente presión para de- primir el esternón a una profundidad aproximada de un tercio del diámetro antero-posterior del tórax. Siempre acompañada de venti- lación a presión positiva, no simultá- neamente, sino coordinadas, en una relación 3: 1 (30 ventilaciones y 90 masajes por minuto). Después de 30 segundos de masaje cardiaco y ventilación, se debe suspender el masaje cardiaco por el tiempo necesario para determinar la frecuencia cardiaca. Si es mayor de 60 lpm: • Suspender el masaje cardiaco pero continuar la ventilación (40 -60 x min.) • Cuando la frecuencia cardiaca se incrementa por encima de 100 lpm y el recién nacido inicia respiraciones espontáneas, se retira lentamente la ventilación a presión positiva. Si es menor de 60 lpm, se deberá administrar adrenalina. 30 / Manual de urgenciasen Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o Intubación endotraqueal Factores que determinan el momento indicado para la intubación: - Si hay líquido amniótico con meconio y el recién nacido no se encuentra vigoroso. - Si no se observa una expansión adecuada del tórax con la ventila- ción a presión positiva, o si requiere ventilación a presión positiva más allá de algunos minutos. - Si se requiere masaje cardiaco, la intubación puede facilitar la coordinación del masaje cardiaco con la ventilación, con el in de aumentar la eicacia de estas últimas. - Indicada en el prematuro extremo, para administrar surfactante y en sospecha de hernia diafragmática. Equipos necesarios para la intubación - laringoscopio con un juego extra de pilas y bombillos - valvas para el laringoscopio: Nº 0 = recién nacido prematuro Nº 1 = recién nacido a término Se preieren las rectas - tubos traqueales estériles y desechables Diámetro interno del tubo traqueal y distancia a la cual debe ser ijado, sugerido de acuerdo con el peso y edad gestacional Peso (gramos) Edad gestacional Diámetro interno(mm) Profundidad (cm) < 1.000 1.000 – 2.000 2.000 – 3.000 > 3.000 < 28 28 – 34 34 – 38 > 38 2,5 3,0 3,5 4 6,5 - 7 7 - 8 8 - 9 > 9 clasificación y reaniMación / 31 2 R eanim ación del recién nacido Técnica de la intubación - La posición para la intubación es la misma que para la ventilación con bolsa-máscara. - Puede ser de utilidad colocar un rollo por debajo de los hombros del recién nacido para mantener el cuello en ligera extensión. - Pasos (completados en 20 segundos aproximadamente): 1. Estabilice la cabeza del recién nacido con la mano derecha 2. Deslice la valva del laringoscopio sobre el lado derecho de la lengua, rechazándola hacia el lado izquierdo de la boca, y avance la valva hasta alcanzar la epiglotis y comprimirla sua- vemente contra la base de la lengua. 3. Levante la valva ligeramente, alzando la lengua para exponer el área faríngea. 4. Inserte el tubo hasta la distancia calculada o hasta que la marca de las cuerdas en el tubo traqueal, esté a nivel de ellas. - Si el tubo está colocado correctamente, usted notará: * una elevación del tórax con cada respiración * sonidos respiratorios en ambos campos pulmonares pero disminuidos o ausentes en el estómago * no hay distensión gástrica con la ventilación * vapor de agua en el interior del tubo durante la exhalación 32 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o Máscara laríngea En situaciones en las que es difícil la intubación y la ventilación con máscara no es efectiva, se puede utilizar la máscara laríngea como alternativa para permeabilizar la vía aérea y permitir la ventilación mientras se resuelve la situación de emergencia. Acceso venoso umbilical - Debe realizarse con todas las medidas de asepsia y con materiales estériles. - Emplear un catéter exclusivo para vasos umbilicales numero 3,5 y 5 Fr. - La vena umbilical es de fácil y rápido acceso, el catéter se debe insertar a 4 cms aproximadamente, hasta que luya sangre libre- mente y se debe conectar a una llave de tres vías y una jeringa con solución salina al 0.9% para evitar el embolismo aéreo. Medicamentos Adrenalina - Su mecanismo de acción se debe al estímulo directo de receptores alfa y beta adrenérgicos, los primeros aumentan la resistencia vas- clasificación y reaniMación / 33 2 R eanim ación del recién nacido cular periférica elevando la presión arterial sistémica y los segun- dos aumentan la frecuencia cardiaca, mejorando el gasto cardiaco y la perfusión tisular. - Indicada cuando la frecuencia cardiaca es menor de 60 lpm y no hay respuesta a las compresiones torácicas después de 30 segun- dos o hay asistolia. - Dosis: de 0,1-0,3 ml/Kg de una solución 1: 10.000 intravenosa o endotraqueal. Se puede repetir cada 3 a 5 minutos. Expansores de volumen - La primera elección es la solución salina al 0.9 % o el lactato de Ringer 10 ml/Kg - La transfusión con glóbulos rojos se utiliza cuando existen facto- res de riesgo para hemorragia aguda maternofetal como hemorra- gia anteparto, prolapso del cordón o isoinmunización Rh severa. - Indicados cuando no hay respuesta favorable a las maniobras de reanimación y se encuentran signos de pérdida de volumen plas- mático como palidez, pulso iliforme y llenado capilar lento. - La dosis usual de glóbulos rojos es de 10 ml/Kg administrados en un periodo de diez minutos aproximadamente y por vía venosa umbilical preferiblemente. Naloxona - Indicada cuando la madre recibió opiodes cuarto horas antes del parto y el estimulo respiratorio del neonato es débil o ausente a pesar de ventilarlo con presión positiva y se han descartado otras causas de depresión respiratoria. - Dosis: 0,1 mg/Kg intravenoso, endotraqueal, muscular o subcutá- neo. - Al utilizarla se debe monitorizar la respiración, ya que su vida media es más corta que la del opiode y puede presentarse nueva- mente depresión respiratoria cuando pasa su efecto. 34 / Manual de urgencias en Pediatría 2 R ea ni m ac ió n de l re ci én n ac id o Bicarbonato de sodio - Indicado en reanimaciones prolongadas y cuando se documenta, por medio de gases arteriales o venosos, acidosis metabólica y cuando no hay una respuesta favorable a las maniobras de reani- mación. - Antes de su administración se requiere que el paciente esté bien ventilado y con adecuada función circulatoria, que garanticen la eliminación del CO 2 que se forma. - Dosis: 1-2 mEq / Kg, con una dilución 1 a 1 en agua destilada, por vía venosa, nunca traqueal porque lesiona la mucosa debido a su pH y alta osmolaridad. ¿Qué hacer cuando el recién nacido no responde favorable- mente a la reanimación? Reevaluar cada técnica de resucitación antes de suspender las maniobras de reanimación, así: Evalúe nuevamente: - ventilación e intubación traqueal - compresiones torácicas - administre nueva dosis de adrenalina ¿Hay hipovolemia o acidosis? Considere: - malformaciones de vía aérea - neumotórax - hernia diafragmática - cardiopatía congénita - depresión respiratoria neuromuscular Considere suspender reanimación FC < 60 lpm o cianosis persistente FC ausente: o falla para ventilar: clasificación y reaniMación / 35 2 R eanim ación del recién nacido bibliografía Galindo, A. Reanimación neonatal. Pautas de tratamiento en pediatría. 3ª ed. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia. Febrero, 2000: 58-81. Guidelines 2000 for cardiopulmonary resuscitation and emergency cardiovas- cular care. Circulation 2000; 102, (8): I-343-I-357. Henao, C. Reanimación neonatal. Emergencias médico-quirúrgicas en pe- diatría. Medellín: hospital universitario san Vicente de paúl. Diciembre, 2001: 8-15. Kattwinkel, J. Texto de reanimación neonatal. 4ª ed. American Academy of Pediatrics and American Heart Association; 2003. clasificación y reaniMación / 37 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor Reanimación cardiopulmonar en el lactante y el niño mayor Deinición El paro cardiorrespiratorio es la suspensión de la circulación es- pontánea y de los esfuerzos respiratorios. Etiología Múltiples causas: trauma, sepsis, hipoxemia, intoxicaciones y el ahogamiento. El pronóstico del paro cardíaco es pobre, menos del 10% sobrevi- ven y pocos quedan intactos neurológicamente. Es raro que se presente en forma súbita en los niños; con más frecuencia el trauma o las enfermedades los llevan a falla respiratoria o circulatoria y luego a falla cardiorrespiratoria con hipoxemia y aci- dosis, que culminan en asistolia o paro cardíaco sin pulso. Consideraciones anatómicas y isiológicas La anatomía y isiología del sistema respiratorio en los lactantes y los niños mayores, los hace más vulnerables a problemas respira- torios. JAIME ALONSO NOREÑA ÁNGEL 3 38 / Manualde urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or Las diferencias anatómicas con el adulto, más relevantes, son: - El diámetro de la vía aérea en los niños es menor, así que una pequeña cantidad de edema, produce un incremento inversamente proporcional en la resistencia al lujo de aire. - La lengua de los niños es más grande con relación a la boca, sien- do una causa frecuente de obstrucción de la vía aérea . - La tráquea es más corta. - La vía aérea en los menores de 8 años tiene forma de embudo, lo que hace que la parte más estrecha esté localizada a nivel del cartílago cricoides y en los mayores de 8 años tiene forma de ci- lindro, siendo necesario usar en ellos tubos traqueales con balón. - La vía aérea ocupa un nivel más alto en los primeros meses de vida, lo que hace que los menores de 8 meses sean respiradores nasales obligados y que tengan una epiglotis más larga. - Los niños tienen tasas metabólicas más altas y por lo tanto una tasa mayor de consumo de oxígeno relativo a su tamaño, lo que hace que no toleren bien la hipoxia. Secuencia del A B C La reanimación de un niño que puede evolucionar o presentar paro cardiorrespiratorio, está guiada por la secuencia del A B C. A: permeabilizar la vía aérea: - Inclinar la cabeza levan- tándola del mentón hasta alcanzar la posición neu- tra (conducto auditivo externo alineado con el hombro). Indicada esta maniobra si no hay lesión cervical. clasificación y reaniMación / 3� 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor Llevar la cabeza a la posición neutra, sin ejercer tracción, y arrastrar el maxi- lar inferior desde los ángulos mandibulares, si hay sospe- cha de trauma cervical. Con estas dos maniobras se logra la alineación de los ejes oral, faríngeo y traqueal. - Aspiración de secreciones, sangre o vómito en la cavidad oral y en la orofaringe: muy útil para tal in la cánula de Yankauer, por ser rígida. Evitar estímulos intensos y duraderos que produzcan un relejo vagal, con bradicardia. - Cánula orofaríngea o cánula de Guedell: en el paciente sin relejos protectores de la vía aérea, la lengua y los tejidos blandos de la pa- red posterior de la orofa- ringe obstruyen la glotis, lo cual se evita utilizando esta cánula. El tamaño adecuado es el que cubre la distancia entre la comi- sura labial y el ángulo de la mandíbula. B: veriicar que el niño respire bien: - Mire: si el tórax y el abdomen expanden y se contraen. - Escuche: en las axilas si hay presencia de murmullo vesicular. - Sienta: en la boca y nariz del niño si hay lujo de aire espirado. Esta secuencia no debe demorar más de 10 segundos. 40 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Posición de recuperación: si el niño respira adecuadamente y no hay signos de trauma, rótelo hasta colocarlo de costado. - Si la víctima no respira adecuadamente, inicie respiración arti- icial con respiraciones que tengan un volumen suiciente para expandir visiblemente el tórax del niño. Las respiraciones artiiciales se inician con dos ventilaciones con mayor presión y mayor duración, las llamadas ventilaciones de rescate. - Respiración artiicial sin dispositivos de barrera: En menores de un año, se emplea la técnica boca-boca (incluir boca y nariz). En mayores de un año, se em- plea la técnica boca-boca. clasificación y reaniMación / 41 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor - Respiración artiicial con un dispositivo de barrera: El temor, más que la evidencia, de contraer enfermedades infec- ciosas (VIH, Hepatitis B, Hepati- tis C o Citomegalovirus) durante la RCP, hizo que se utilizaran dis- positivos de barrera para suminis- trar ventilación. - Ventilación con bolsa-mascarilla: Requiere mayor destreza que la ventilación boca-boca o boca- mascarilla. Solo debe ser realizada por personal que ha recibido el entrena- miento adecuado, el cual le permite seleccionar una mascarilla y una bolsa de tamaño apropiado, abrir la vía aérea y ijar la masca- rilla a la cara, suministrar ventilación adecuada y evaluar la eica- cia de la ventilación, la cual se debe aproximar a una ventilación normal, alcanzando niveles isiológicos de oxigeno y CO 2 , mini- mizando el riesgo de lesión iatrogénica. - Selección de la bolsa y la mascarilla: La mascarilla debe cubrir por completo la boca y la nariz de la víctima sin cubrir los ojos, ni superponerse con el mentón. - Para sujetar la mascarilla se utiliza la técnica de la E y la C (E -C): el pulgar y el índice forman una C y crean un sello her- mético entre la mascarilla y la cara, mientras los otros dedos de la 42 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or misma mano forman una E para elevar la mandíbula, llevando la cara hacia la mascarilla. La bolsa debe tener un volumen mínimo de 450-500 ml para al- canzar un volumen corriente adecuado y los tiempos inspiratorios más prolongados. Tipos de bolsa: - Autoinlables (Ambu®): sistema que permite ventilar rápidamen- te durante una emergencia y no requiere una fuente de oxígeno pero que permite adaptarle un reservorio de oxígeno para aumen- tar la FIO 2 . clasificación y reaniMación / 43 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor - Insulables por lujo (Ayre-Rees): requiere más experiencia, per- mite el suministro de oxígeno durante la respiración espontánea, aun en lactantes menores, porque no hay ninguna válvula de lujo que deba ser abierta durante la inspiración, como en el Ambu®. C: circulación: El paro cardíaco determina la ausencia de signos de circulación, incluso de pulso central. La veriicación del pulso sigue siendo el “patrón de referencia” iable para evaluar la circulación. Otros signos de circulación son respiración, tos o movimiento en respuesta a las dos respiraciones de rescate. Si no se detecta de manera iable un pulso central u otros signos de circulación o la FC es inferior a 60 lpm., asociada a signos de hipo- perfusión, efectúe compresiones torácicas. - Evaluación del pulso: En los menores de un año se evalúa el pulso braquial o el femoral. 44 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or En los mayores de un año se evalúa el pulso carotídeo. - Técnica de las compresiones torácicas: Son compresiones rítmicas y en serie del tórax, que hacen que la sangre circule hacia los órganos vitales (corazón, pulmones y cere- bro), mediante la compresión directa del corazón. Deben estar acompañadas de ventilaciones, con una frecuencia de por lo menos 100 compresiones por minuto. La eicacia de las compresiones torácicas se evalúa por la presencia de pulsos palpables, en una ar- teria central. - En menores de un año: unos 2-3 cms. por deba- jo de la línea interma- maria. Si el reanimador está solo, la técnica pre- ferida para las compre- siones es la de 2 dedos. clasificación y reaniMación / 45 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor Para dos o más reanimadores, la técnica preferida es la de 2 pulgares y manos alrededor del tórax. - En mayores de un año: unos 2-3 cms. por encima de la apóisis xifoides. Realizar compresiones con el talón de la palma de la mano. - Relación compresión-ventilación: Recién nacidos: 3 : 1 Lactante y niños menores de 8 años: 5 : 1 Mayores de 8 años: 15 : 2. Estas relaciones permiten más ventilaciones en los menores de 8 años, ya que la causa principal de paro en ellos es la hipoxia y la hipercapnia. Ventilación con tubo traqueal (TT) Es el método más eicaz y iable de ventilación asistida, por las siguientes razones: 46 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Aísla la vía aérea sin insular el estómago. - Disminuye la aspiración pulmonarde contenido gástrico. - Se pueden intercalar eicientemente ventilaciones con compresio- nes. - Se pueden controlar el tiempo inspiratorio y las presiones inspira- torias pico e igualmente aplicar PEEP si es necesario. Indicaciones de intubación traqueal: - Control inadecuado de la ventilación por el SNC. - Abolición de los relejos protectores de la vía aérea. - Obstrucción funcional o anatómica de la vía aérea. - Trabajo respiratorio excesivo, que puede llevar a la fatiga e insu- iciencia respiratoria. - Necesidad de una presión inspiratoria pico (PIP) alta para mante- ner un intercambio gaseoso alveolar eicaz. Especiicaciones y tamaño del TT: - Debe ser estéril, desechable y transparente, con un marcador ra- diopaco. - Con balón de baja presión y alto volumen, en niños mayores de 8 años por la forma cilíndrica de su vía aérea; también indicados en niños con resistencia alta de la vía aérea (Ej. crisis asmática) o pulmones rígidos (Ej. neumonía o SDRA). - El tamaño del TT (diámetro interno: DI), según la edad: Recién nacido pretérmino: 2.5 - 3.0. Recién nacido de término: 3.0 - 3.5. 1 mes - 6 meses: 3.5 - 4.0. 6 meses - 2 años: 4.0 - 4.5. Mayores de 2 años: edad / 4 + 4 � TT sin balón. edad / 4 + 3 � TT con balón. Si no se conocen los datos anteriores, el diámetro externo del TT es igual al diámetro externo del dedo meñique del niño. clasificación y reaniMación / 47 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor Tener disponibles 3 TTs: uno del tamaño estimado, otro 0.5 mm. más pequeño y otro 0.5 mm. más grande. La punta del tubo debe quedar unos 2 cms. por encima de la ca- rina. La profundidad (distancia) a la cual se introduce el tubo, en cms, se puede calcular así: - Menores de 5 Kg. = Peso en Kg. + 6. - Entre 5 Kg. y 2 años = DI x 3. - Mayores de 2 años = edad / 2 + 12. En los RX de tórax la punta debe quedar a nivel del borde inferior de las clavículas, entre T2 - T3. El laringoscopio Permite un eje visual de la laringe a través de la boca y faringe, para permitir el paso de un tubo traqueal, una sonda para aspirar o una pinza de Magill, para lograr la intubación traqueal, la succión o extraer un cuerpo extraño, respectivamente. Consta de dos partes: - Mango: con una cabeza y un pasador universal, en donde adaptan los diferentes tamaños de valvas. - Valvas: para exponer la glotis desplazando la lengua en sentido lateral y retirando del campo visual la epiglotis. El tamaño de la valva depende de la edad del niño, así: • Menores de 3 Kg: Nº 0 recta. • 3 Kg. - 3 años: Nº 1 recta o curva. • 3 años - 12 años: Nº 2 recta o curva. • Mayores de 12 años: Nº 3 recta o curva. 48 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Para los niños mayores, a menudo se preiere una val- va curva, pues la base y el reborde más anchos facilitan el desplazamiento de la len- gua y mejoran la visualiza- ción de la glotis. - Para los menores de 4 años se preiere una valva recta, por- que permite visualizar mejor la glotis, relativamente cefá- lica y anterior. Preparación para la intubación - La intubación programada o planiicada es preferible a la intuba- ción de urgencia. - Reúna el equipo y el personal apropiados para la intubación y control. - La nemotecnia SOAPME nos permite estar preparados: Succión. Oxígeno. Airway - vía aérea (cánula de Guedell, tubos traqueales, laringos- copio). Pharmacology - medicamentos. Monitoring Equipment - equipo de monitoreo (cardioscopio, pul- sioxímetro). clasificación y reaniMación / 4� 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor Antes de intentar la intubación traqueal, ventilar y oxigenar al pa- ciente, utilizando oxígeno al 100%, vigilando la frecuencia cardiaca y la saturación de oxígeno a través de un pulsioxímetro. Cada intento de intubación debe ser breve, idealmente menos de 30 segundos, ya que se puede presentar hipoxemia, especialmente en lactantes, cuyos bajos volúmenes pulmonares y altos requerimientos de oxígeno, consumen rápidamente las reservas de éste. Durante la ventilación se debe evitar la distensión gástrica y la regurgitación pasiva en un paciente in- consciente, aplicando pre- sión en el cricoides - ma- niobra de Sellick. Máscara laríngea - Dispositivo utilizado para asegurar la vía aérea en un paciente inconsciente. - Consiste en un tubo con una proyección tipo mascarilla con man- guito en el extremo distal. - Útil en pacientes con traumatismo facial o anatomía anormal de las vías aéreas superiores. - Se introduce en la faringe y se avanza hasta percibir resistencia cuando el tubo ingrese en la hipofaringe, luego se inla el man- guito, que sella la hipofaringe, dejando la abertura distal del tubo inmediatamente por arriba de la hendidura glótica y se consigue así una vía aérea despejada y segura. - Contraindicada cuando el niño conserva el relejo nauseoso. 50 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Aunque no protege la vía aérea de la aspiración de contenido gás- trico regurgitado, ésta es menor que cuando se ventila con bolsa -mascarilla. Accesos vasculares - El acceso vascular es vital para la administración de fármacos y líquidos. - Durante la RCP y el tratamiento del estado de choque descompen- sado, el lugar preferido es el que resulte más fácilmente accesi- ble. - En la RCP, intentar establecer un acceso vascular en un lugar que no interrumpa las compresiones torácicas o la ventilación. - Durante el período posreanimación, un catéter venoso central brinda un acceso seguro y permite controlar la presión venosa central. Acceso venoso periférico - Vía satisfactoria para administrar fármacos y líquidos durante la RCP o el tratamiento del choque descompensado, si se puede ob- tener rápidamente. - Utilizar el catéter más grueso y más corto posible, para establecer un lujo iable, sin obstrucciones. - Las grandes venas periféricas, como la cubital mediana del codo o la safena interna del tobillo, son relativamente constantes en cuanto a su localización anatómica. - Durante la RCP, el lujo sanguíneo en los lechos vasculares peri- féricos será escaso. Después de administrar fármacos a través de una vena periférica infunda rápidamente 5-10 ml de un cristaloide isotónico para desplazar los fármacos hacia la circulación cen- tral. clasificación y reaniMación / 51 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor - Complicaciones: hematoma, celulitis, trombosis, lebitis, trom- bo-embolismo pulmonar, embolia por aire, iniltración y necrosis cutánea. Acceso vascular intraóseo - El acceso venoso es difícil de lograr en una situación de emergen- cia y el retardo en obtenerlo puede comprometer la efectividad de la reanimación. Así cuando estemos ante un paciente con signos de choque en quien transcurren más de 90 segundos o tres inten- tos fallidos para canalizar una vena periférica, debemos buscar un acceso venoso seguro y que no se colapse como la vía intraósea. - Se logra entre 30 y 60 seg. - Requiere una aguja adecuada: corta, paredes gruesas y con un alma para que no se tape al pasar la cortical ósea. - Se puede utilizar en niños y adultos. - Se han administrado líquidos, medicamentos y derivados sanguí- neos por esta vía con éxito. - Los líquidos y las drogas viscosas deberían ser administradas bajo presión para vencer la resistencia de las venas emisarias que cir- culan desde la cavidad medular hacia la circulación sistémica, a través de canales microscópicos en la corteza ósea. - Los sitios más utilizados son el tercio proximal de la tibia y el tercio distal del fémur. - Técnica: cuando la situación clínica del paciente lo permita se realiza un lavado del sitio con jabón yodado. Siempre se tienen las precauciones universales (guantes y mascarilla). - Manteniendo la aguja perpendicular al hueso, evitando los nú- cleos de crecimiento,se avanza la aguja a través de la corteza ósea con movimiento como taladrando. La aguja se avanza hasta sentir que se vence la resistencia, lo que indica el ingreso a la cavidad medular, lo cual se veriica irrigando solución salina, que debe pasar fácilmente. La aguja debe sostenerse por sí sola. 52 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Complicaciones: en menos del 1% de los pacientes, siendo las más frecuentes el síndrome compartimental por iltración, frac- tura, osteomielitis y necrosis cutánea local. Acceso venoso central - Brinda una vía segura para administrar medicamentos que pueden lesionar los tejidos en caso de iniltración. - Cómoda para obtener muestras de sangre. - Permite controlar la presión venosa central. - Durante la RCP preferir la vena femoral. - En promedio se logra en 10 minutos, en manos expertas. - Complicaciones: infección local y sistémica, sangrado, trombosis, lebitis, tromboembolismo pulmonar, embolia gaseosa y embolia por fragmentos del catéter. Medicamentos por el TT - Cuando el acceso venoso no está disponible, se puede usar la vía endotraqueal para administrar lidocaína, adrenalina, naloxona, atropina, midazolam y surfactante. - Las dosis óptimas por esta vía no han sido establecidas, pues la absorción del fármaco a través del epitelio alveolar y bronquiolar durante el paro cardiaco puede variar. clasificación y reaniMación / 53 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor - Administrar la dosis del medicamento por el TT, luego lavar con solución salina, 2 ó 3 ml. y ventilar con Ambu® o Ayre-Rees®. Acceso intra-cardíaco - Las inyecciones intracardíacas directas no están recomendadas porque se asocian con complicaciones signiicativas, como lace- ración de arterias coronarias, neumotórax, taponamiento cardíaco y arritmias intratables. Además, exigen suspender las compresio- nes cardíacas. Líquidos para el tratamiento del choque y el paro cardiaco Los objetivos de su administración durante la RCP son: - Reestablecer rápidamente la volemia eicaz. - Reestablecer la capacidad de transporte del oxígeno. - Corregir los desequilibrios metabólicos provocados por la pérdida de volumen. - Probablemente la mejor manera de expandir el volumen sea con soluciones cristaloides isotónicas: solución salina o lactato de rin- ger (hartmann). - No utilizar soluciones con glucosa para expandir el volumen, ya que producen hiperglucemia en estos volúmenes y descarga de in- sulina que lleva a hipokalemia, además de daño en el parénquima cerebral mal perfundido. - Las soluciones que contienen glucosa se utilizan en RCP en bolos para corregir hipoglucemia, cuando está presente. Medicación administrada durante el paro cardiaco Objetivos: - Aumentar la presión de perfusión coronaria y cerebral, y, por lo tanto, el lujo sanguíneo. 54 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Estimular la contractilidad espontánea o más forzada del miocar- dio. - Acelerar la FC. - Corregir la acidosis metabólica. - Suprimir o tratar las arritmias. Adrenalina - Catecolamina endógena con efectos � y � adrenérgicos. - Su acción � adrenérgica incrementa la resistencia vascular sisté- mica y eleva las presiones arteriales sistólica y diastólica. - Su efecto vasoconstrictor reduce el lujo sanguíneo esplácnico, renal, de las mucosas y lechos vasculares dérmicos. - La acción � adrenérgica incrementa la contractilidad miocárdica, la FC. - En el paro cardíaco, la vasoconstricción � adrenérgica es la acción más importante de la adrenalina. - La vasoconstricción aumenta la presión diastólica aórtica y la pre- sión de perfusión coronaria, un determinante crítico del éxito o el fracaso de la reanimación. Indicaciones: - Paro cardíaco. - Bradicardia sintomática que no responde a la ventilación ni a la oxigenación. - Hipotensión no relacionada con la pérdida de volumen. Dosis: - La dosis inicial venosa o intraósea en caso de bradicardia con pulso, que no responde a oxígeno y ventilación, es de 0.01 mg/Kg o 0.1 ml/Kg. de una solución 1 : 10.000. - Esta misma dosis se utiliza en el paro cardíaco sin pulso, y si éste persiste, se recomienda la misma dosis, cada 3-5 minutos. clasificación y reaniMación / 55 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor - Debido a los escasos datos sobre dosiicación en el tratamiento de rescate con adrenalina en dosis alta en pacientes que no respon- den a la dosis convencional, las recomendaciones para su uso son menos irmes. - La dosis inicial a través del TT es 10 veces la venosa, 0.1mg/Kg o 0.1 ml/kg de una solución 1 : 1000. Atropina - Acción parasimpaticolítica. - Utilizada en presencia de bradicardia que no responde a la oxi- genación, ventilación, adrenalina y en el bloqueo cardíaco congé- nito. - La dosis es de 0.02 mg/Kg. intravenosa, intraósea o endotra- queal. - Una dosis mínima de 0.1 mg. ha sido sugerida ya que dosis meno- res producen bradicardia paradójica. - La dosis puede ser repetida en cinco minutos. Bicarbonato de sodio - Se recomendaba para tratar la acidosis metabólica grave en el paro cardíaco, pero su administración de rutina no mejora de manera uniforme el pronóstico del paro cardíaco. - En los niños la insuiciencia respiratoria es la principal causa de paro cardíaco. - Como el bicarbonato de sodio aumenta transitoriamente la ten- sión de CO 2 , su administración al paciente pediátrico durante la reanimación puede agravar la acidosis respiratoria existente. - Las prioridades para el tratamiento de la acidosis metabólica en el lactante o en el niño en paro cardíaco, deben ser asistir la ventila- ción, apoyar la oxigenación y reestablecer la perfusión sistémica eicaz (para corregir la hipoxia y la isquemia titulares). 56 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Una vez que se establece la ventilación eicaz y se administra adrenalina más compresiones torácicas para maximizar la circu- lación, se puede considerar la administración de bicarbonato de sodio al paciente con paro cardíaco. Indicaciones: - Acidosis metabólica grave con apoyo ventilatorio eicaz. - Hiperpotasemia. - Hipermagnesemia. - Intoxicación por antidepresivos tricíclicos. - Intoxicación por bloqueadores de los canales del calcio. Dosis: - La dosis inicial de bicarbonato de sodio es 1 mEq /Kg. por vía IV o IO. - Las dosis posteriores se pueden basar en los análisis de gases ar- teriales o venosos, o si no es posible realizarlos, se pueden consi- derar dosis de 0.5-1 mEq/Kg. cada 10 minutos de paro sostenido. Calcio - El calcio es esencial para el acoplamiento, excitación y contrac- ción del miocardio. - Sin embargo, su administración de rutina no mejora el pronóstico del paro cardíaco. - Varios estudios han implicado a la acumulación citoplasmática de calcio en la vía inal común de la muerte celular. Éste se acumula porque ingresa en las células después de la isquemia y durante la reperfusión de órganos isquémicos. Indicaciones: - Hipocalcemia (preferiblemente demostrada como disminución del calcio ionizado). clasificación y reaniMación / 57 3 R eanim . cardiopul. en lactante y niño m ayor - Hiperpotasemia. - Hipermagnesemia. - Sobredosis de bloqueadores de los canales del calcio . Dosis: - Cloruro de calcio al 10%: 20 mg/Kg. ( 0.2 ml/Kg.) IV o IO. - Gluconato de calcio al 10%: 60 mg/Kg. ( 0.6 ml/Kg.) IV o IO. La administración rápida de calcio puede inducir bradicardia sig- niicativa e incluso asistolia; el calcio forma un precipitado insoluble en presencia de bicarbonato de sodio. El calcio puede causar esclerosis de venas periféricas y provocar una quemadura química grave si se iniltra el tejido circundante. Glucosa - Los lactantes y los niños con enfermedades crónicas tienen depó- sitos de glucógeno limitados que sepueden agotar rápidamente durante episodios de diicultad cardiorrespiratoria, lo que causa hipoglucemia. - Los signos clínicos de hipoglucemia pueden simular los de la hi- poxemia, la isquemia o el paro cardíaco. - Corrobore que la glucosa sérica no esté baja (hipoglucemia) du- rante la reanimación y después de ésta. Indicaciones: - Hipoglucemia demostrada. - Presunta hipoglucemia (si no es posible una prueba rápida y el cuadro clínico la sugiere). Dosis: - Por lo general, los bolos de glucosa de 0.5-1 gr/Kg. IV o IO corre- girán la hipoglucemia profunda, en los mayores de una semana de vida. 58 / Manual de urgencias en Pediatría 3 R ea ni m . c ar di op ul . e n la ct an te y n iñ o m ay or - Una dosis de 2 a 4 ml/Kg. de glucosa al 25% o 5 a 10 ml/Kg. de glucosa al 10%. Suspensión de las maniobras de reanimación - Se considera si no se logra el retorno del gasto cardíaco después de un adecuado control de la vía aérea, ventilación y de haber administrado medicamentos. - Es poco probable que un niño responda a la reanimación después de haber aplicado “series” de medicamentos a pesar de esfuerzos óptimos para reanimarlo, usualmente 25 a 30 minutos de haber iniciado la reanimación. - Los signos de muerte cerebral son útiles, pero la respuesta pupilar puede no ser coniable completamente durante la reanimación, ya que puede ser alterada por medicamentos y eventos neurológicos que hayan precipitado el paro. Algunas situaciones pueden justiicar una reanimación más prolonga- da, se incluyen los pacientes que presentaron paro por tóxicos o por hipotermia. Después de una reanimación fallida, se debe asistir a los familiares. bibliografía Baldwin G. Handbook of Pediatric emergencies. 3ª ed. Lippincott Williams & Wilkins; 2001; 29-41. Circulation, 2000; 102 (suppl I): I – 253- I- 290 I. 291- I. 342. Journal of the American Heart Association. Chameides L. Hazinski M.F. AVAP Manual para proveedores. American Aca- demy of Pediatrics. Fundacion InterAmericana del Corazón. American Heart Association; 2003; 3-43, 3-73, 4-81, 4-121, 5-127, 5- 146, 6-155, 6-168. Norwood S. Zarisky A. Vascular access luid and medication administration. Pediatric Emergency. Evaluation and assessment course. 3ª ed. The Uni- versity of Tennesse; 2000; 8-11. clasificación y reaniMación / 5� 4 O xigenoterapia Oxigenoterapia El oxígeno es un medicamento y como tal tiene sus indicaciones, dosis, modo de administración, monitoriza- ción de la terapia, efectos colaterales y contraindicaciones. La indicación fundamental de la oxígenoterapia es la hipoxemia, y al corregirla se mejora y se evita la hipoxia tisular, para prevenir daños irreversibles en los diferentes sistemas orgánicos. La OMS recomienda administrar oxígeno a un niño con infección respiratoria aguda cuando existen algunos de los siguientes signos: 1. Cianosis central. 2. Imposibilidad para beber, causada por la infección. 3. Inquietud que mejora con la administración de oxígeno. 4. Tiraje subcostal intenso. 5. Quejido en niños menores de dos meses de edad. 6. Taquipnea mayor de 70 min. en niños de dos meses a cuatro años de edad. Las causas de hipoxemia se clasiican en: - Pulmonares: las que más se benefician del oxígeno. - Extrapulmonares: poco se benefician y puede ser riesgoso, como los intoxicados con paraquat y los pacientes con cardio- patías cianosantes dependientes del ductus. JAIME ALONSO NOREÑA ÁNGEL 4 60 / Manual de urgencias en Pediatría 4 O xi ge no te ra pi a Dosis: - Como cualquier medicamento, requiere dosis claras y precisas que deben quedar consignadas en la historia clínica = la FiO 2 y el modo de administración. - Evitar errores graves al utilizarlo como: “oxígeno a necesidad”, ni oxígeno por periodos cortos y “ descansar”. - La dosis inicial puede estimarse por los hallazgos clínicos. Presentaciones del oxígeno - Balas de oxígeno (cilindros) - Depósitos de administración de oxígeno de pared - Concentradores de oxígeno Los cilindros vienen de varios tamaños, pintados de color verde, su duración se calcula mediante la formula: duración en minutos = libras de presión x factor lpm (litros por minutos) Factor = cilindro pequeño: 0.28 cilindro grande: 3.14 Humidiicadores: - El oxígeno suministrado por las diferentes fuentes viene seco. - La capacidad de humidiicación del aparato respiratorio no es su- iciente y se produce irritación, inlamación de la mucosa y rese- quedad de las secreciones que lleva a impactación de moco, hiper- secreción y obstrucción de las vías aéreas; lo anterior favorecido por la alteración de la movilidad iliar por parte del oxígeno. - Se debe humidiicar siempre el oxígeno suplementario. - Tipos de humidiicadores: de burbuja y de cascada (utilizados principalmente en los respiradores mecánicos). clasificación y reaniMación / 61 4 O xigenoterapia - El oxígeno humidiicado a menudo es frío y puede producir hipo- termia en los pequeños, por tanto se debe adicionar un calentador al humidiicador o utilizar agua tibia en él. Sistemas de administración del oxígeno Sistemas de bajo lujo = en ellos el lujo de gas es insuiciente para suplir las demandas inspiratorias del paciente, el paciente toma aire del medio ambiente para agregársela a los gases que le estamos suministrando. En este grupo están: - cánula nasal (“gafas”) - máscara simple - cánula nasofaringea - máscara con reservorio Sistemas de alto lujo = la FiO 2 es establecida con antelación y se administra toda la mezcla gaseosa al paciente y este no obtiene nada del volumen corriente del medio ambiente, es decir, suministran la totalidad de la mezcla gaseosa inspirada. Utilizan sistemas venturi, que son dispositivos que producen mezcla de gases entre la fuente de oxígeno y el medio ambiente para producir una concentración estable y constante de oxígeno. En este grupo están: - máscara con venturi - cámara cefálica Cánula nasal (“gafas”) - Cómodo para los pacientes. - Vienen en todos los tamaños. - No administrar lujos de oxígeno superiores a 2-3 L/min. ya que produce resequedad de mucosas e intolerancia. - La FiO 2 depende del patrón venti- latorio. 62 / Manual de urgencias en Pediatría 4 O xi ge no te ra pi a - Una aproximación de la FiO 2 alcanzada es la siguiente: Tasa de lujo Niño de 5 kg Niño de 10 kg De oxígeno Cánula nasof. Cánula nasal Cánula nasof. Cánula nasal 0.5 L/min. 45% 30% 35% 27% 1.0 L/min. 55% 33% 45% 30% 1.5 L/min. 60% 34% 51% 32% 2.0 L/min. 64% 36% 55% 33% Cánula nasofaríngea - Se utiliza una sonda nasogástrica o un tubo plástico de calibre 6 u 8 Fr. - Se introduce la mitad de la medida tomada entre la punta de la nariz y el lóbulo de la oreja. - No utilizar lujos por encima de 2-3 L/min. - Muy útil en lactantes cuando no se tiene el tamaño adecuado de la cánula nasal. - La FiO 2 aproximada aparece en la tabla anterior. Máscara simple - Debe ser transparente. - Con oriicios laterales pequeños. - Aumenta el reservorio natural en unos 50 cc. - Se deben administrar lujos por encima de 5 L/min. para impedir la reinhalación de CO 2 . clasificación y reaniMación / 63 4 O xigenoterapia - Impide las actividades cotidianas de los pacientes (comer, ha- blar). - Se logra FiO 2 entre 30-50%. Máscaras con bolsa de reserva El lujo de oxígeno ingresa primero a la bolsa de reserva. Hay de dos tipos: Reinhalación parcial - No tiene válvulas entre la bolsa y la máscara ni en los oriicios laterales de la máscara. - Durante la exhalación el primer tercio de los gases exhalados ingresa a la bol- sa y se combina con el oxígeno fresco. - Requiere un lujo de 10 a 12 L/min. para mantener la bolsa inlada. - Se logran FiO 2 entre 55-65%. De no reinhalación - Tiene válvulas unidireccionales en la máscara y en el reservorio para evitar la reinhalación de CO 2 . - Se necesitan lujos entre 10-12 L/min. para mantener inlada la bolsa. - Se logran FiO 2 del95%. - Sistema de elección en pacientes po- litraumatizados, en choque y en los pacientes recién extubados. - Todo paciente con enfermedad pulmonar aguda que necesite este sistema y solo logre oxigenar al límite, es candidato a ventilación mecánica. 64 / Manual de urgencias en Pediatría 4 O xi ge no te ra pi a • Máscara con venturi - Se utiliza una máscara con un agujero amplio en cada una de las caras laterales de la máscara para evitar la reinhalación del CO 2 , ya que se pueden utilizar lujos tan bajos como 3 L/min. - Está conectada a un dispositivo venturi tubular en el cual están indicados los L/min. y la abertura que debe utilizarse para obtener diferentes FiO 2 . - Se obtienen FiO 2 entre 24% y 50%. • Cámara cefálica - Casco de plástico o acrílico transparente, con una abertura para el cuello del paciente, un oriicio posterior para la entrada del oxíge- no y dos oriicios superiores para la salida del CO 2 . clasificación y reaniMación / 65 4 O xigenoterapia - Bien tolerada por los menores de un año. - Un venturi permite preestablecer la FiO 2 , con un máximo del 98%. Monitoreo: Puede hacerse de diversas maneras: - Clínico: No es exacto pero es útil para evaluar la respuesta del paciente. En los casos agudos por disminución de los signos de dificultad respiratoria, en los casos crónicos una buena ganan- cia de peso y talla es una evidencia confiable de que el paciente tiene una oxigenación adecuada. - Oximetría de pulso: Muy útil en el seguimiento a nivel hospi- talario. En los casos agudos ideal mantener la SaO 2 entre 95%- 97% en enfermedades agudas y entre 90%-92% en los casos crónicos. Los resultados se pueden alterar por la hipotermia y la vasoconstricción que la hacen poco confiable. - Gases arteriales: Son útiles en los casos agudos para determinar la severidad de la hipoxemia y la FiO 2 de inicio. En los casos crónicos ayudan a determinar los valores de PaO 2 que indican la necesidad de oxígenoterapia y el momento en que se puede suspender el oxígeno sin riesgo de hipertensión pulmonar. Efectos secundarios: Son múltiples. Ser cuidadosos en la administración del oxígeno. No se trata de llevar la PaO 2 a niveles esperados para la altura sino a los niveles mínimos que aseguren una adecuada función tisular y que eviten el desarrollo de secuelas como hipertensión pulmonar. Se dividen en: • Pulmonares: Dependen de la FiO 2 , el tiempo y método de admi- nistración y de factores genéticos. - FiO 2 al 100% puede paralizar el aparato mucociliar e inflamar la mucosa traqueobronquial produciendo una traqueobronquitis. 66 / Manual de urgencias en Pediatría 4 O xi ge no te ra pi a - Exudación de líquidos y proteínas en el espacio aéreo y el desarrollo de síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA). - Atelectasias y hemorragias pulmonares con FiO 2 altos. - Enfisema pulmonar intersticial. • Extrapulmonares: Depresión severa del centro respiratorio en los pacientes con neumopatías crónicas, ya que en ellos la hipercap- nia no es un estímulo para el centro respiratorio sino que el estí- mulo es la hipoxemia. - La retinopatía del prematuro se ha asociado a la administración de altas concentraciones de oxígeno. - El daño físico ocasionado por el oxígeno, como la resequedad de las mucosas y la impactación de moco ocasionadas por el oxígeno seco. bibliografía Quevedo A, Martínez Y, Duque J, Mejia J: El niño en estado crítico. Funda- mentos de Pediatría. CIB, Medellín, Colombia. 2001; 14-24. Rogers Mark C: Textbook of Pediatric Intensive Care, 3rd edition. Williams & Wilkins. 1996: 447-452. clasificación y reaniMación / 67 5 Transporte del paciente pediátrico Transporte del paciente pediátrico La mayoría de las enfermedades y lesio- nes en los niños, se producen en lugares remotos, alejados de los cen- tros de urgencias y de las unidades de cuidados intensivos pediátricos. Las necesidades de los niños gravemente enfermos y lesionados, ex- ceden los recursos de los hospitales locales y de los centros de salud en los cuales pueden estabilizarse, pero no suministrarles el manejo deiniti- vo. Estos niños deben ser remitidos a un centro de cuidado más elevado, y si son aceptados, deben disponerse las condiciones para el transporte. La remisión ideal debe ser temprana, haciendo un transporte en la forma más eiciente posible. Opciones de transporte - A través de los servicios médicos locales de urgencias. - A través de la ambulancia con el médico de referencia o la enfer- mera. Estas dos modalidades se denominan: - Viaje sencillo (unidireccional). Son las opciones más frecuentes en nuestro territorio, con la desventaja de no contar con equipo y entrenamiento para el manejo del paciente pediátrico. JAIME ALONSO NOREÑA ÁNGEL 5 68 / Manual de urgencias en Pediatría 5 Tr an sp or te d el p ac ie nt e pe di át ric o - Viaje redondo (bidireccional): la institución que recibe al pacien- te, envía equipo y personal a recogerlo, con personal entrenado en la atención de niños críticamente enfermos. La desventaja es la demora para realizarlo. Personal: Es el elemento simple más valioso de cualquier siste- ma de transporte. Incluye diferentes personas que realizan funciones como: - Médico responsable del transporte - Médico receptor o “aceptor” - Coordinador del transporte - Miembros del equipo (enfermera) - Conductor El personal requiere capacitación en aspectos de cuidado intensi- vo pediátrico y medicina del transporte. Equipo: Medicamentos y aparatos necesarios para la estabiliza- ción y el transporte: - Medicamentos para paro cardíaco: adrenalina, bicarbonato, glu- conato de calcio, dextrosa, insulina, naloxona, atropina, heparina sódica, lidocaína. - Medicamentos cardiovasculares: adrenalina, digoxina, dopamina, nitroprusiato, propanolol. - Antibióticos: ampicilina, amikacina, gentamicina, cloranfenicol, penicilina, oxacilina, ceftriaxona. - Sustancias controladas: diazepam, morina, fenobarbital. - Dispositivos de vigilancia: oximetría de pulso, manguitos de es- ingomanómetros, estetoscopio, termómetro. - Vías respiratorias: máscaras con bolsa y válvula, tubos endotra- queales, cánulas de Guedel, máscaras y cánulas de oxígeno, másca- ras para sistemas sin reinhalación, nebulizadores, tanques de aire o compresores, dispositivos y catéteres de aspiración, laringoscopio. clasificación y reaniMación / 6� 5 Transporte del paciente pediátrico - Acceso vascular: bombas de infusión, catéteres, soluciones, agu- jas intraóseas, agujas “mariposas”, jeringas, llaves de 3 vías. - Inmovilización: collares cervicales, tablones de apoyo, cinta, apó- sitos, férulas, vendajes. - Equipo de seguridad: cobijas, lámpara, linterna, extinguidor de fuego, cinturones de seguridad, camilla, baterías, caja de herra- mientas. Formas de transporte: Los vehículos deben proporcionar espa- cio adecuado, fuentes de energía, equipos de seguridad y control de temperatura. La elección de la forma de transporte depende de: - Gravedad de la enfermedad o de la lesión. - Tiempo necesario para el transporte interhospitalario. - Disponibilidad de transporte y personal. - Condiciones climáticas y de tránsito. - Geografía regional, seguridad y costo. Sistemas de comunicación - La comunicación rápida y coniable es esencial en todos los siste- mas de transporte. - El que recibe la llamada en el centro de recepción, debe ser un pediatra con conocimientos en medicina de urgencias o cuidado intensivo, que brinde asesoría. - Sería ideal tener medios de comunicación durante el transporte, para reportar complicaciones o la evolución del paciente. Estabilización y tratamiento durante el transporte El paciente debe ser transportado en una condición tan estable como sea posible, ya que un niño muy enfermo o lesionado es dema- siado vulnerable durante el traslado. - Niño hemodinámicamente inestable: valorar en el transporte la respuestaa un bolo o más de cristaloides (solución salina al 0.9% 70 / Manual de urgencias en Pediatría 5 Tr an sp or te d el p ac ie nt e pe di át ric o o Hartman) de 20 a 40 cc/Kg. o derivados sanguíneos. Si no hay respuesta, considerar el apoyo inotrópico. Para la valoración de estos niños, considerar el llenado capilar, el estado mental, temperatura distal, color de la piel, frecuencia cardiaca, presión arterial y saturación de oxígeno. Suministrar oxígeno a todos los pacientes en estado de choque. - Obstrucción de vías respiratorias superiores: crup, epiglotitis, tra- queitis, aspiración de cuerpo extraño y absceso retrofaríngeo, son las posibilidades diagnósticas. Decidir antes del transporte, si se requiere intubación traqueal u otra vía artiicial. - Niños con convulsiones o hipertensión endocraneana: iniciar la evaluación clínica y el tratamiento de las causas más frecuentes (hipoglucemia, hiponatremia, meningitis, intoxicaciones y trau- matismo craneoencefálico), antes de abandonar el hospital de referencia. Iniciar el ABC, suministrar oxígeno y un anticonvulsi- vante de acción corta como diazepam. - Niño con trauma: lo primero es estabilizarlo cuando llega al hos- pital local. La clave en este caso es NO PERJUDICAR, es decir no realizar un transporte inseguro o demorar de manera inapropiada el trata- miento. - Niños intubados: la ijación del tubo es vital. No recortar el tubo antes del transporte. Dejar marcas en el tubo para conocer su posi- ción inal ideal. Aspirar el tubo antes de iniciar el transporte. Ins- tilar solución salina de 0.5 a 1 cc cada 30 minutos y aspirar según sea necesario. Administrar FIO 2 al 100% durante el transporte, con excepción de los pacientes que tengan cardiopatías ductus dependientes. Inmovilización del paciente - Sin importar el nivel de conciencia, se debe asegurar la ijación. - Las muñecas deben ir ijas a la camilla. clasificación y reaniMación / 71 5 Transporte del paciente pediátrico - Proteger y asegurar los accesos vasculares. - Asegurar los niños por lo menos con 3 cinturones de seguridad: sobre el tórax, el abdomen y los miembros inferiores. Control de la temperatura - Los neonatos y los lactantes tienen una alta relación entre área y masa corporal, lo que los hace más propensos a desarrollar hipo- termia. - Medir periódicamente la temperatura corporal. Transporte aéreo - Las fuerzas de aceleración y desaceleración pueden ser notorias. - La presión barométrica y la temperatura, disminuyen con el in- cremento en la altitud, lo cual tiene efecto sobre los cuidados del paciente. - El ruido y la vibración pueden afectar además las respuestas fun- cionales normales, la operación del equipo y los cuidados del pa- ciente. - Si se usa un tubo con balón, se debe inlar con poco aire en grado mínimo o con líquido, ya que el aire interior se expande al aumen- tar la altitud de la cabina y descender la presión barométrica (Ley de Boyle). - Drenar cualquier neumotórax antes del transporte aéreo. Conside- rar la presencia de aire en otros espacios. - En un paciente con lesión craneoencefálica, con aire en los senos paranasales o los ventrículos, el incremento en la presión intracra- neana puede producir herniación. - En lactantes con enterocolitis y neumatosis intestinal, se puede precipitar una perforación durante el transporte por la expansión del aire. - Los niños hemodinámicamente afectados deben viajar en la parte de atrás del avión, con la cabeza hacia su parte posterior, para evi- 72 / Manual de urgencias en Pediatría 5 Tr an sp or te d el p ac ie nt e pe di át ric o tar las alteraciones del riego sanguíneo por las fuerzas de acelera- ción en el despegue y por las de desaceleración en el descenso. bibliografía Aoki B, McCloskey K. Evaluation, stabilization and transport of the critically ill child. Mosby; 1993. Jaimovich D, Vidyasagar D. The pediatric clinics of North America. Transport medicine. Philadelphia: WB Saunders; 1993; 40 (2). Kissoon N. Triage and transport of the critically ill child. Critical Care Clinics 1992; 8: 37. Emergencias respiratorias Crup viral o laringotraqueítis aguda (LTA) Epiglotitis (crup supraglótico) Traqueítis bacteriana (crup membranoso) Aspiración de cuerpo extraño Bronquiolitis Crisis asmática Apnea Neumonía adquirida en la comunidad Ahogamiento y casi-ahogamiento por inmersión Anafilaxia en niños Displasia broncopulmonar S e cció n II eMergencias resPiratorias / 75 6 C rup viral o laringo - traqueitis aguda (L T A ) Crup viral o laringotraqueítis aguda (LTA) MÓNICA MARÍA RAMÍREZ CORREA 6 Deinición: Infección viral aguda que afecta la porción subglótica de la tráquea y causa obstrucción extrato- rácica de la vía aérea. Clásicamente caracterizada por la tríada de disfonía, tos perruna o metálica y estridor inspiratorio. Principal causa de obstrucción aguda de vía aérea superior en pe- diatría. Etiología: Virus parainluenza tipo 1 (75-90% de los casos) Virus parainluenza tipo 2 y 3 Virus respiratorio sincitial Adenovirus Inluenza A y B Clínica: Cuadro de 2 a 3 días de evolución de síntomas respirato- rios leves (rinorrea, tos escasa, febrícula, malestar general) y al segun- do o tercer día, empeoramiento de los síntomas con la aparición de la tríada característica (estridor inspiratorio, disfonía y tos perruna); este empeoramiento es más característico en las horas de la noche. En general el niño con crup a menudo está ansioso, con SDR de diferente intensidad. (retracciones y uso de músculos accesorios). 76 / Manual de urgencias en Pediatría 6 C ru p vi ra l o la rin go - tr aq ue iti s ag ud a (L T A ) Fiebre de baja intensidad, en general no mayor de 38.5°C, estridor inspiratorio de diferente tonalidad, y llanto disfónico (ver clasiica- ción de severidad). Tos perruna. Taquicardia y taquipnea. A la auscultación pulmonar, con ruidos trasmitidos de vía aérea su- perior y posiblemente acompañado de roncos y sibilancias, o sin ellos. Clasiicación de la severidad Clasiicación de la severidad del crup Leve Moderado Severo Estridor Sí. (con el llanto o agitación). No. En reposo Sí. (audible aún en reposo) Sí. (audible aún en reposo) Tos perruna Sí Sí Sí Retracciones No Leves Marcadas Color piel Normal Normal Palidez y/o cianosis Estado mental Normal Normal Agitación y/o somnolencia Saturación > 93 FIO 2 21 % 90-93 % FIO 2 21% < 90% FIO 2 21 % Laboratorio y rayos X: No son requeridos de rutina en crup con evolución normal; entidad cuyo diagnóstico es clínico. Radiografías de tórax y cuello: usualmente no son necesarias en el crup leve y moderado con evolución normal. Indicados cuando hay duda del diagnóstico, y en todo crup severo. Los rayos X AP y lateral de cuello con técnica de tejidos blandos se puede encontrar normales en 30-50% de los casos. eMergencias resPiratorias / 77 6 C rup viral o laringo - traqueitis aguda (L T A ) En el 50% de los casos, imagen en “punta de lápiz o signo del campanario” (estrechez de la vía aérea, 5-10 mm. por debajo de las cuerdas vocales). Rayos X lateral de cuello, donde se observa estrechez del área subglótica o sobredistensión de la hipofaringe. Oximetría de pulso a todos los pacientes; intermitente en crup leve y moderado, y continua en crup severo. Tratamiento: Medidas generales para todas las causas de obs- trucción aguda de vía aérea superior: Evitar la agitación del paciente; dejar que el paciente adopte una posición cómoda. Dejarlo en compañía de los padres. Oxígeno humidiicado para todo paciente con SDR moderado o con saturación de O 2 < 90%. No manipular la vía aérea. Hidratación IV en crup moderado o severo. Manejo farmacológico especíico: de acuerdo con la clasiicación de severidad: 1. Una forma práctica sería: adrenalina amp. x 1 mg. < 10 kg = 2 a 2.5 mg. o 2 a 2.5 ampollas disueltas en 3 de sln. salina. > 10 kg = 4 a 5 mg. o