2 Bleed Joel Abernathy

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Valle De Huejucar

Rachel James

15/6/2024

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07/2018

Venganza.

Mi propósito, tallado más profundamente en mi alma que los
nombres grabados en mi carne.

Dominic.

El hombre que me quitó todo, mi propio demonio personal en
carne cambiante.

Ursache.

Mi manada. La familia de lobos de alto nacimiento a la que juré
proteger con mi vida, incluso si mi último aliento está comprometido
con otro.

Mason…

Mi todo. Amigo, confidente, enemigo, amante. Lo más peligroso de
todo, él se convertiría en la razón por la que viva si lo dejo. Él es lo
único que no permitiré que Dominic me quite. El amor no es un lujo
que pueda pagar, pero la dulzura de la venganza no tiene nada que
ver con su sabor...

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Advertencias de contenido (contiene spoilers)

Juego con cuchillos consensual y juego de sangre, asalto sexual
involuntario, recuerdos de abusos pasados, escenas de tortura,
maltrato de un personaje, secuestro, violencia gráfica, emociones que
rodean la discapacidad física, depresión y trastorno de estrés
postraumático.

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UNO

Vasil

Silver talló sus nombres en mi espalda, uno por uno.
Constantin.
Vano.
Elena.
Mis hermanos y mi madre.
Escribir un nombre en sangre es una desgracia. Esculpir un nombre
en la carne es una burla, y fue la sentencia más leve que se me
impuso la noche en que los lobos Majerus descubrieron mi unidad
dentro de sus muros. La noche que reviví cada vez que soñé.
Luxemburgo es una ciudad protegida llena de esplendor. Antiguos
edificios de piedra, muros de piedra cubiertos de hiedra, pastos
verdes aptos para un club de campo. Para mí, era un infierno en la
Tierra y siempre lo sería.
Entré en esa ciudad siendo un niño, un joven soldado enviado a una
misión para recuperar a los rehenes capturados en una guerra que
había tenido lugar durante siglos antes de mi nacimiento y que había
supuesto que continuaría mucho después de mi muerte. Cuando me
fui, era un hombre, roto y avergonzado.
Solo mi Alfa sabía la verdad completa de la humillación que había
sufrido a manos de los lobos Majerus y su ejecutor humano. Yo era el
único que todavía estaba vivo cuando Nicolae y los demás vinieron
por nosotros, y no fue un acto de misericordia lo que me había

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salvado la vida. Solo el hecho de que al líder del ejército de la manada
le había resultado más entretenido usarme como juguete que
matarme como a todos los demás.
Dominic.
Su nombre no estaba grabado en mi piel sino en mi corazón. Este
latía solo para verlo sufrir. No importaba que hubiera abandonado a
sus maestros lobo para cazar a otros de su clase, o que nuestras
manadas habían formado una tregua provisional desde entonces.
Nuestra historia no puede ser reescrita por los tratados y la cortesía.
Tenemos una cita, él y yo. Quizás sería en un año. Quizás en diez.
De cualquier manera, lo haría sufrir.
Nicolae, mi Alfa, sabía esto. Seguir la venganza sería un acto de
rebelión y significaría mi expulsión inmediata de la manada a la que
había dedicado mi vida, pero él entendía.
Solo él entendió. Fue un acuerdo tácito entre nosotros. Un día,
cuando me fuera, nos convertiríamos en enemigos, pero hasta ese
día, sería leal a él sin compromiso. Estaría feliz de dar mi vida por él y
por la familia que apreciaba. Era lo menos que debía.
Algunos de sus seres queridos simplemente lo hicieron más difícil
que otros.
Sonó el teléfono, despertándome de un sueño que se repetía
demasiado a menudo para contener sorpresas. Después de todo, era
un recuerdo. Un sudor frío cayó sobre mis hombros cuando arrojé la
sábana hacia atrás y pasé los dedos por mi cabello recién cortado. Me
sequé el sudor en mis pantalones y levanté el teléfono.
No había vislumbrado el identificador de llamadas, pero sabía quién
era.
—Hola Jack. ¿Qué puedo hacer por ti?

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El alguna vez humano compañero del Alfa era la última persona
que esperaba que se convirtiera en nuestro omega de la manada,
pero el conejito de Pascua era un producto de la imaginación de
alguien, por lo que apenas contaba. Supuestamente, el título de
Seguridad personal para la familia Ursache fue un ascenso de mi
puesto anterior como segundo al mando del teniente jefe. La verdad
de la descripción del trabajo era hacer de chófer, guardaespaldas y
ocasionalmente cazarrecompensas cuando uno de los niños Ursache
más jóvenes huía.
—Andrei se ha ido, —dijo Jack con voz ronca que sugería que había
dormido casi tanto como yo. La primera vez que recibí esa llamada, su
voz estaba llena de pánico, pero los dos ya conocíamos el ejercicio.
Era prácticamente un ritual semanal ahora que el hijo adoptivo de
Jack y Nicolae estaba llegando a la adolescencia y estaba pasando por
todas las tonterías que conllevaba ser un hombre lobo
preadolescente.
No es que me importara. El trabajo era tan divertido como
exigente, y las anécdotas y el encanto de Jack me habían ganado
desde el principio. Hace cinco años, su hija adolescente, Ellie, fue la
razón por la que con frecuencia me despertaba durante la noche.
Tenía talento para lo dramático, y en la típica y rebelde moda
adoles e te, e a p ope sa a hui ete se a hu tadillas e a es
en los que no tenía ningún negocio. Ahora que estaba en la
universidad y era lo suficientemente mayor para beber, Andrei era mi
cargo habitual.
Y un dolor de cabeza mucho más grande.
—Estoy en camino, —le prometí, ya me estaba poniendo los
vaqueros y el abrigo. Las noches en Bucarest eran gélidas a mediados

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de invierno, y no tenía ganas de tener que cambiar para encontrar al
mocoso de mi Alfa—. ¿Hace cuánto tiempo se fue?
—No lo sé. Me levanté para tomar una copa y vi que la puerta
estaba abierta... Tal vez una hora, tal vez más.
—Bien. Revisaré todos sus lugares habituales.
—Gracias. —El alivio fue evidente en su voz. También lo fue la
culpa—. Lo siento. Iría si no fuera por...
—Está bien, —insistí—. Es mi trabajo.
Incluso si Nicolae no hubiera tenido mi cabeza montada en la pared
como un trofeo si descubriera que dejé a su pareja deambular por las
calles solo por la noche, nunca lo habría permitido. No cuando Jack
era un omega. Un omega no convencional, seguro; era lo
sufi ie te e te lo o o o pa a se el ú i o hu a o ue ha ía
sobrevivido a una transformación sin perder su cordura, y eso era
solo la punta del iceberg cuando se trataba de todas las formas en
que era diferente. No obstante, él todavía entró en celo en luna llena
y eso lo convirtió en un objetivo para cada Alfa sin emparejar en el
área.
No es que ninguno de ellos fuera tan tonto como para actuar en
consecuencia. El gobierno de Nicolae era la ley, y su familia estaba
fuera de los límites. Incluso los lobos Majerus que todavía nos
odiaban a pesar de la tregua no se atreverían a tocarlo. No los que
querían vivir, en cualquier caso.
Todavía había reglas. Los Omegas fueron protegidos. Queridos.
Incluso los pocos que no apreciaron la vida cómoda que tenían que
llevar.
Después de cinco años, Jack parecía haber aprendido a elegir sus
batallas, y también Nicolae. El resto de nosotros estaba agradecido. El
papel de un omega era calmar a la manada y asegurarse de que

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funcionara sin problemas, pero uno que estaba lo suficientemente
enojado con su compañero era capaz de provocar más disentimiento
que cualquier espía enemigo.
—Muchas gracias, Vasil. Cuando lo encuentres...
—Lo traeré a casa. No te preocupes. —Colgué y me dirigí hacia mi
balcón. La escalera de incendios era más rápida que las escaleras y
siempre había la posibilidad de toparme con el lobo que me había
estado evitando durante la mayor parte de la semana. Me deslicé
sobre la barandilla y caí sobre la primera repisa, luego bajé a la acera
todavía brillando con nieve frescaque aún no se había pegado. Mi
apartamento estaba solo a tres pisos de altura, pero habría tomado
una caída desde diez veces esa altura para causar un daño real.
Ya era tarde para que el cielo empezara a iluminarse, así que sabía
que no volvería a dormir antes del trabajo. Por otra parte, nunca
estuve técnicamente fuera de servicio. No es que importara. No tenía
una vida fuera del trabajo, fuera de la manada, en realidad, y no
quería una. Existo para satisfacer las necesidades de la familia
Ursache, y hasta que tuviera la oportunidad de vengar a la mía, ese
fue más que suficiente propósito para mí.
Había pocos humanos en las calles a esta hora. Asentí a uno que
sabía que era un policía encubierto. Él no sabía nada sobre nosotros,
per se, pero sabía que Nicolae dirigía la ciudad y sabía que no debía
hacer demasiadas preguntas. El tipo de preguntas que mataban a los
humanos.
No hay muchos lugares donde un niño de doce años pueda
esconderse. No de alguien que se convierte en una pesadilla con
dientes en cuatro patas, en cualquier caso. La única razón por la que
Jack todavía no estaba asustado era porque se había dado cuenta de
que un hombre lobo adolescente no estaba en peligro por ninguno de

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los depredadores humanos que otros niños podrían temer. De hecho,
si esta noche no terminara en tirar un cadáver sobre la presa, lo
llamaría progreso.
Andrei no era como la mayoría de los lobos. Fui yo quien lo
encontró hace seis años, cuando apenas tenía algo de piel en los
huesos y, sin embargo, estaba listo para luchar hasta el último
aliento. Todavía tenía las cicatrices en mis brazos y mis manos
tratando de hacerlo, pero se mezclaron con las demás.
Hasta que Jack entró en la manada y lo adoptó, se negó a hablar
mucho, pero no necesitaba palabras para entender el fuego que ardía
en sus ojos. Tomó dolor y trauma reconocerlo en otro. Le costó
trabajo ganar la habilidad de cambiar antes de la pubertad, y Andrei
apenas había tomado su forma humana en aquellos primeros días.
Desde ese primer momento, sentí una afinidad hacia el joven lobo.
Éramos iguales. Hermanos en sangre y rabia. No importaba cuántas
veces corriera, iría a buscarlo porque solo yo entendía por qué lo hizo.
A veces era porque quería saber que alguien allí se preocupaba lo
suficiente como para perseguirlo. Otras, era simplemente que aún no
era lo suficientemente maduro como para entender que lo único de
lo que huía era imposible de escapar.
Me llevó una hora encontrarlo. Para mi alivio, él no estaba con
nadie. La sed de sangre siempre estaba con nosotros: el deseo de
conocer el polvo de la carne humana entre nuestros colmillos. La
carrera semanal no fue suficiente para calmar la sed de todos los
lobos, y los despreciables humanos a los que perseguimos como
presas no fueron todo lo que ansiamos. Andrei era mucho más
civilizado que el cachorro salvaje que había sido antes de conocer el
amor de una familia estable, pero había estado solo durante un
período de tiempo desconocido. Sus instintos estaban más cerca del

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lobo que del hombre, y la distinción se hizo más obvia cuanto más
mayor era.
Estaba sentado en un tejado junto al agua, arrojando piedras a la
superficie del lago. Agarré la escalera oxidada del costado del edificio
y me levanté, saltando sobre la repisa cuando se detuvo en seco.
Andrei fingió que no me había escuchado aunque estaba seguro de
que sabía que lo habían encontrado minutos antes.
—Sabes, si estás apuntando al pez, necesitas poner más puntería
en tu lanzamiento.
Miró sobre su hombro con una expresión en blanco, sus rizos
castaño rojizos salvajes y llenos de hojas. Él cambió de forma en algún
punto, y la ropa que llevaba obviamente fue robada. La policía
usualmente ignoraba informes de robos en tiendas locales si les
dábamos razones para hacerlo, pero un atraco era más difícil de
barrer debajo de la alfombra.
—¿Qué es lo que quieres?
—Sabes que tu padre te está buscando. Él está preocupado.
Frunció el ceño y, por un segundo, la culpabilidad rompió la rutina
del tipo duro.
—Iba a regresar antes de que despertara.
Me senté en la repisa a su lado, mirando el agua.
—Sabes, solía repasar esta canción y bailar con tu hermana. Debo
decir que ella fue mejor en eso.
Él me miró incrédulo, así que decidí explicarlo.
—Ella era la reina en escabullirse. Y ¿cuando ella no quería ser
encontrada? —Silbé, negando con la cabeza—. Esa chica me dio
esquinazo durante semanas una vez.
—Eso es porque la gente realmente se preocupa si ella se va.

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—¿Qué se supone que significa eso? —Me burlé—. Por supuesto
que nos importa. ¿Crees que no tengo nada mejor que hacer que
perseguir a un niño mimado por la ciudad a todas horas?
Él rodó los ojos.
—No soy sangre.
—¿Qué tiene eso que ver con algo, hm?
Él me dio una mirada de complicidad.
—Significa que soy prescindible. Ellie se hará cargo de la manada de
Nicolae algún día. No soy nadie.
—No necesitas ser Alfa de la manada para ser alguien, —le dije con
firmeza—. Y no necesitas ser sangre para ser una familia. Ellie no es la
sangre de Jack tampoco.
Los ojos de Andrei se abrieron de par en par, como si estuviera
sorprendido de que hablara tan claro al respecto. Para ser justos, era
un tema delicado dentro de la manada. Jack y Nicolae habían amado
a la misma mujer una vez. La mujer que los traicionó a ambos en
todos los niveles, incluso si esa traición finalmente los hubiera llevado
a su unión. La madre de Ellie era una loba Alfa que había destrozado
todas sus vidas en pos de sus propios fines egoístas, pero su traición y
su muerte los había convertido en una familia. Una familia extraña,
tal vez, pero pequeña. Irrompible.
El tipo de familia que había conocido una vez. La familia que me fue
quitada.
—Ya no eres un niño, —comenté—. Este es el momento en el que
la mayoría de los lobos comienzan a cambiar. Es posible que hayas
encontrado a tu bestia mucho antes que los demás, pero igual vas a
tener que encontrarte como el resto de nosotros.
—No soy como todos los demás, —murmuró amargamente—.
Incluso papá me tiene miedo.

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—No seas ridículo.
—Viste su rostro la última vez, —gruñó Andrei—. Cuando maté a
ese hombre...
Conocía bien el peso en sus hombros. La frustración en su voz. No
estaba dirigida a Jack, a Nicolae ni a nadie más que a él mismo.
—Fue un accidente. Él lo sabe.
—¡No fue así! —Exclamó. Lágrimas de ira estaban en sus ojos—.
Quería lastimarlo. Lo seguí, y lo perseguí a propósito.
Me llevó un momento procesar eso.
—¿Por qué?
—Porque fue grosero con papá, —murmuró Andrei. Lo dijo con tal
convicción que supe que creía que era razón suficiente, incluso si
entendía en algún nivel que sus padres no lo harían—. Él lo llamó con
una mala palabra y conseguí su olor para poder encontrarlo más
tarde.
Suspiré. No fue difícil adivinar cuál era la palabra. Jack era
Melungeon, parte de un grupo étnico tri-racial de las montañas
Apalaches, pero podría pasar por romaní, que yo era. Ya sabía todo el
sarcasmo que la identidad podía atraer, y sabía lo que Jack querría
que dijera, pero la verdad era que no podía culpar al niño. Él solo
estaba protegiendo a la persona que más amaba. La persona que lo
amó incondicionalmente.
Si las palabras fueran suficientes para hacerle entender a Andrei
que Jack lo amaba tan profundamente como amaba a Ellie,
probablemente resolvería la mitad de sus problemas. El hombre era
tan rudo como uno podía ser, pero amaba con la ferocidad que la
mayoría de los lobos llevaban a la batalla. De esa manera, él no era un
omega poco convencional en absoluto.

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Pero había algunas heridas que las palabras no podían sanar, y
algunas comprensiones a las que no se podía llegar mediante la lógica
sola. Podrías escuchar algo mil veces y nunca realmente saberlo.
—Noestoy diciendo que el tipo no se lo merecía, pero debes tener
cuidado.
—Lo sé, —murmuró—. Tengo que vencer la ira.
—No, esa es la mierda que te dice tu terapeuta, —me reí—. La
verdad es que, si eres como yo, estás luchando una batalla perdida.
Nunca podrás deshacerte de la ira, por lo que debes aprender a
controlarla. Guárdala para cuando realmente importe, y mantén la
calma hasta entonces para que no sigas asustando a tu papá. Ahora
es un lobo, pero fue humano el tiempo suficiente para ser sensible.
Andrei me miró de reojo.
—Quieres decir fingir.
—Sí. —Sonreí ante su dudosa mirada—. Pronto serás un hombre,
chico. Una de las lecciones más importantes que debes aprender es
que la mitad de la vida es fingir. Fingiendo que sabes lo que estás
haciendo, tienes la oportunidad de aprender, fingiendo que no tienes
miedo, o que no tienes motivos para tenerlo. Fingiendo que no
quieres desgarrar a los humanos con los que hablas todos los días.
—¿Nunca te cansas? —preguntó—. ¿No quieres dejar de fingir y ser
tú mismo?
—Por supuesto. Todo el tiempo.
Él me miró expectante.
—¿Entonces?
—Entonces, la persona que realmente soy cuando no estoy
fingiendo no es alguien que la mayoría de la gente pueda manejar, —
le dije encogiéndome de hombros—. No es alguien a quien a la gente
que me importa, incluso le gustaría.

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—Oh, —dijo en voz baja.
—Pero no tienes ese problema, —agregué—. Todavía eres joven y
todavía tienes mucho tiempo para ser quien quieras ser. Solo
necesitas mejorar un poco para fingir con tu padre, y cuando sientas
que vas a perder el control, vienes a encontrarme a mí, a Nicolae o a
Mason. —Hice una pausa. —Especialmente Mason, en realidad. A
nadie le gusta, así que estoy seguro de que está lleno de buenos
consejos.
No era del todo cierto, por supuesto. El hijo mayor de Nicolae era
una figura controvertida dentro de la manada, y un gusto adquirido
incluso para aquellos que lo amaban, pero si alguno de nosotros era
capaz de tener un mejor amigo, Mason lo era para mí. Era un idiota
desvergonzado, pero yo estaba de acuerdo con eso y, a cambio, él
estaba de acuerdo con que yo bebiera hasta el olvido todas las
noches y al azar cayera en un estado casi de coma en la rara ocasión
en que estaba completamente sobrio. Teníamos una dinámica. No era
una dinámica funcional, pero nos servía.
La cara de Andrei se dividió en una sonrisa desviada.
—Supongo que Mason tampoco será el Alfa de la manada.
—No a menos que se mude a una manada nueva, —reflexioné. El
poder en nuestro mundo siempre se transmitió a través de la línea de
la madre. El hecho de que Ellie fuera transgénero significaba que ella
podría permanecer dentro de la manada Ursache y transmitir la
autoridad que había heredado de Francesca y Nicolae a sus hijos,
suponiendo que Jack no dejara de aplazar su apareamiento con la hija
del Alfa de la manada Crow indefinidamente. Ya lo había empujado a
su graduación universitaria y en poco tiempo, íbamos a tener otra
guerra. Si Mason quería gobernar una manada propia, tendría que
irse.

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Me dije que cuando lo hiciera, no importaría, pero ese era otro tipo
de fingir. Uno que Andrei no era lo suficientemente mayor para
entender.
—Regresemos. Creo que le hemos preocupado lo suficiente a tu
papá por una noche, ¿verdad?
—Supongo que sí, —murmuró, poniéndose de pie. La visión me
hizo marear, a pesar de que había caído desde alturas mucho
mayores sin parpadear. Me estaba acercando a los treinta, así que tal
vez mis instintos latentes de crianza de hijos finalmente estaban
llegando. No es que planeara ejercitarlos. Comenzar una familia no
era la clase de mierda que uno hacía cuando la venganza estaba en el
menú y había muchas posibilidades de que muriera antes de terminar
el plato.
Llevé a Andrei de regreso al edificio de condominios que la manada
poseía. Uno de muchos, ya que había unos pocos miles de nosotros
en la región, pero albergaba a la mayoría de los que son quienes
componen la manada Ursache, incluida la familia real.
En el momento en que los ascensores se abrieron en el último piso,
Jack se dio la vuelta y corrió a recoger a Andrei en sus brazos. Era un
tipo alto y musculoso que parecía tan rudo en los bordes mientras
hablaba con ese acento sureño, pero se volvió loco al ver al segundo
de sus hijos en la imagen. Era una madre gallina cuidando cachorros
de lobo, desafortunadamente para él.
—¡Andrei! —Gritó, bajando al niño para que lo mirara. Nicolae era
intimidante, pero la idea de enfrentar a Jack si se lastimaba un pelo
en la cabeza de ese chico era francamente aterradora—. ¡Me
asustaste muchísimo! ¿Qué estabas pensando, saliendo tan tarde?
—Simplemente fui a caminar, —murmuró Andrei. A pesar de la
fachada que estaba poniendo, sabía que le gustaba el alboroto.

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Nicolae estaba fuera mucho tiempo. La mayoría de los Alfas lo
estaban. Necesitaba tranquilidad y Jack era el experto mundial en
eso. Demonios, incluso fui a verlo cuando necesitaba una charla de
ánimo de vez en cuando. Simplemente no lo molesté con las cosas
más oscuras. Eso estaba reservado para Mason, y solo cuando estaba
lo suficientemente borracho como para no recordar mi nombre.
Sin embargo, nunca olvidé el de Dominic.
—Debería irme, —dije bostezando—. Si estáis bien.
—Muchas gracias, —dijo Jack, mirándome con gratitud en sus
ojos—. Le diré a Nicolae que te dé el día libre.
—No te molestes. —Las puertas del ascensor se abrieron y le di a
Andrei una mirada severa—. Cuida a tu papá hasta que Nicolae
regrese y no me hagas volver a perseguir tu lamentable trasero.
—Sí, señor, —dijo Andrei, dándome un saludo de culo inteligente.
Esperé hasta que las puertas se cerraron para sonreír. La diversión
se convirtió en nostalgia y eso se convirtió en dolor antes de llegar al
piso inferior.
A veces me recordaba mucho a Vano. Ellos tenían más o menos la
misma edad cuando sucedió.
Pensé en volver a mi habitación para tener unas horas de sueño y
me dirigí al bar del primer piso. Si no podía tomar un descanso de mis
sueños, estar borracho era la mejor opción.

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DOS

Mason

—Maldición, El, —gruñí, tratando de no romper el insignificante
teléfono que tenía en mi agarre. Mi hermana tenía una manera de
llevar mi paciencia a límites que ninguna caza había tenido—. Esto es
una mierda. Sabes que es una mierda.
No era raro que los Alfas tocaran cabezas, ¿pero siempre tenía que
ser tan jodidamente obstinada?
Por otra parte, teniendo en cuenta quién la crió...
—Sabes, es difícil tomarte en serio con ese acento, —se burló con
un fuerte acento propio—. Parece que Drácula te grita.
—¿Gritar? —Pregunté con rigidez, calmando mi temperamento ya
que mi chofer me estaba mirando por el espejo como si estuviera
preparado para que cambie y nos sacara de la carretera—. Esto no es
gritar. Si quieres oír gritar, vuelves a casa y gritaré mucho.
—Tenemos que enseñarte algunas amenazas en inglés, amigo. Las
tuyas van de hilarante a espeluznante, y esa está en algún punto
intermedio.
Respiré hondo e intenté recordar la técnica de respiración de la que
siempre hablaba el terapeuta de Andrei. No estaba funcionando. No
es de extrañar que aún comiera gente.
—Han pasado tres años, Ellie. ¿Cuánto tiempo crees que la manada
Crow nos permitirá demorarnos?

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—Cuatro años es estándar para obtener una licenciatura, y el trato
fue que llegué a casa y me casé con Cherrilyn cuando termine la
escuela. Todavía tengo otro año antes de obtener mi título en
Ciencias Políticas, y ¿quién sabe? Estoy pensando en la escuela de
medicina...
Fuego ardía dentro de mi pecho y parecía que iba a explotar. Si los
últimos seis años no hubieran sido una prueba constante de mi
paciencia, podría haber perdido el control de mi lobo y hacer realidad
los temores de miconductor.
—Creo que he sido muy complaciente contigo hasta este momento,
—le dije, tratando de razonar con ella, ya que explotar no era una
opción. Nuestro padre lo había dejado perfectamente claro. Estaba
fuera más que nunca, ya que el cese al fuego era, irónicamente, más
trabajo para manejar que una guerra, y manejar a Ellie era solo una
de las muchas tareas que me habían correspondido en su ausencia.
Cuida de ellos. Cuento contigo.
Parecía una insignia de honor una vez. Ahora sabía que el viejo
probablemente estaba haciendo volteretas en alguna playa. Dame el
campo de batalla cualquier día. Fue este infierno doméstico el que no
fui capaz de manejar.
—¿Complaciente? —Ella se rió—. ¿Eso es lo que llamas ser forzado
a un matrimonio sin amor con una mujer a la que nunca he conocido?
—Eres un Alfa. Todos tenemos un papel que jugar, y este es tuyo.
Considérate afortunada de que una vez que estés emparejada y
tengas un heredero, puedas fingir que no existe.
—¿Es eso lo que Nicolae hizo con tu madre? —Escupió.
El fuego se enfrió, pero quemó aún más. Me mordí la lengua lo
suficientemente fuerte como para saborear la sangre porque no
confiaba en mí mismo para hablar. El extraño silencio de Ellie me

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indicó que sabía que se había cruzado una línea, y ella habló antes de
que yo pudiera.
—Lo siento, —dijo en voz baja—. No debería haber ido allí. No
puedo volver, no ahora. Es muy difícil y yo...
—Lo sé, —le dije, tratando de encontrarla a mitad de camino—. No
quieres estar cerca de ella, pero vas a tener que enfrentarla en algún
momento.
Ella se calló de nuevo.
—¿Ya lo sabes?
—Es bastante obvio, ¿no? —Parpadeé. No sabía nada de hermanas,
e os de hu a os. Toda esta ha la de se ti ie tos asa se
po a o ie pod ía ha e sido g iego pa a í.
No, entendía un poco de griego. Ellie era simplemente
incomprensible.
—Oh, Dios, —respiró. Su voz se enganchó. Algo andaba mal. Este
era el punto en el que se suponía que debía ofrecer palabras de
consuelo y murmurar una de las triviales expresiones de Jack. Fue
más difícil por teléfono. Al menos en persona, podría darle una
pal ada e la a eza de i : Ahí, allí. Es difí il te e se ti ie tos
so e las osas —. Papá te lo dijo?
Me congelé, sabiendo que ella me diría más si no daba más
detalles. Toda la familia me mantuvo fuera del circuito, a pesar de ser
la primera persona a la que llamaron cuando tenían un problema.
—Sí. Él lo hizo.
—Creo que estoy aliviada, —dijo después de un minuto—. Se
estaba haciendo difícil evitarla.
—Estoy decepcionado de que no hayas venido a mí, —le dije
rotundamente. Ella no me creería si yo fuera demasiado cálido y
comprensivo, y aún así quería reservarme el derecho a no serlo,

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dependiendo de lo que me habían estado ocultando. Jack y yo
estábamos en términos civiles, en su mayor parte, pero él estaba más
cerca de mi edad que de mi padre y tener un padrastro con cerebro
humano no era mi idea de diversión.
—Lo siento, —dijo en voz baja—. Simplemente no pensé que lo
entenderías. Sé que Leonie es beta y sé cómo te sientes con la
tradición...
—¿Leonie? —Me hice eco—. ¿Qué tiene que ver ella con esto?
Ellie estaba en silencio.
—Dijiste que lo sabías. —Su voz temblaba de ira cuando finalmente
habló, pero no simpatizaba con sus sentimientos de traición. No
cuando me habían ocultado esto.
—¿Qué hay para saber? —Demandé—. ¿Te acuestas con ella?
—¿Qué? —Ella gritó—. ¡No! Estuve evitándola durante un maldito
año. ¿Por qué crees que fui a la escuela en Londres?
—No lo sé, porque todos vosotros, los estadounidenses, tienen un
sueño romántico de vivir una fantasía austeniana al otro lado del
charco, —bromeé. Jack y nuestro padre podrían haber encontrado
encantadora su ingenuidad impráctica, pero mi paciencia había
desaparecido. Yo fui el único que atendió llamadas telefónicas con
nuestros futuros consuegros, quienes se ofendieron más con cada día
en que su preciosa hija omega no estaba siendo apreciada
ade uada e te se o vi tió e u a solte o a . Yo e a el ue
lideraría las tropas, en la batalla cuando su indecisión juvenil
comenzara otra guerra. —Necesitas decirme qué demonios está
pasando con Leonie y debes contarme ahora, antes de que la exilie.
—No te atreverías, —gruñó. Nunca había escuchado esa cantidad
de ira en su voz. Ella probablemente era realmente una Ursache.
Había tenido mis dudas, ya que ninguno de ellos había impulsado la

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idea de una prueba de paternidad y parecían vivir en una fantasía
esponjosa donde no saber con certeza de quién era el ADN que Ellie
había heredado significaba que ella era igualmente de los dos.
Eran igualmente absurdos, les daría eso. Un partido hecho en mi
propio infierno personal. A veces podía jurar que Andrei era el único
en esta familia que tenía sentido común, y pasó más de la mitad de su
tiempo como lobo.
Quizás esa no fue una mala idea.
—Entonces dime la verdad, —gruñí de vuelta—. Toda la verdad. Si
estuve atascado cubriéndote estos últimos tres años, al menos
merezco saber por qué.
Ella vaciló. No podría decir si estaba reservando su vuelo para venir
a Rumania y patear mi trasero, pero que así sea. Lo que sea que haya
llevado a la perra a un avión para saludarla tenía la intención de que,
en realidad, procediera de una buena crianza.
No es que su madre haya sido un testamento de nuestra especie. Y
yo era el bastardo de la familia.
—Me imprenté en ella. —La incertidumbre en su voz me dio pausa,
a pesar de que quería estar enojado.
—¿Tú qué?
—Me imprenté en Leonie, Mason. Al momento en que la vi, —dijo,
tomando una respiración profunda—. Sé que ella es una beta, y sé
que no está permitido. Yo solo... No puedo estar cerca de ella.
—¿Por qué demonios no? —Se me ocurrió tan pronto como
pregunté—. No le has dicho, ¿verdad?
—No. No es justo decirle eso cuando no pueda estar con ella como
quiero. Me temo que diré algo y será aún más difícil hacer lo que sé
que debo hacer. —Su voz se debilitó y se quebró, al igual que mi
resolución—. Por favor, déjame tener un poco más de tiempo.

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Maldita sea.
—Un año, —dije—. Un año más, puedo aplazarlo, pero eso es todo.
Sin excusas, sin juegos, sin cambios en los grados o fallar en las clases
a propósito.
—Lo prometo, —dijo con entusiasmo. Podía decir que estaba a
punto de llorar y me odiaba por responder. Por lo que sabía, eran
lágrimas de cocodrilo. Era bueno para matar personas, no para
leerlas, y eso me hizo ciertamente fácil de manipular. No estaba por
encima de secar mis pocas debilidades. Las guardé como un corazón
expuesto.
—Solo dime una cosa.
Ella vaciló.
—¿Qué?
—¿Lo sabía nuestro padre, o Jack nos lo ocultaba a ambos?
—Maso …
—Solo responde la maldita pregunta, Ellie.
Si nuestro padre fuera tan ignorante como yo, entonces la traición
de Jack no importaría. El omega lo había golpeado y estaba más allá
de la razón cuando se trataba de su compañero. Si él lo supiera y me
lo hubiera ocultado...
—Ellos sabían cómo te sentirías al respecto, —dijo Ellie, tratando
de defender lo indefendible. El hecho de que ella hubiera estado
ocultando secretos de mí me dolió, pero no éramos cercanos. Apenas
habíamos tenido la oportunidad de conocernos antes de irse a la
universidad. El hecho de que nuestro padre, mi Alfa, el hombre al que
servía y por el que daría mi vida, el hombre por el que había
renunciado a la oportunidad de liderar otra manada, pudiera evitar
que eso fuera una traición mayor de la que jamás había
experimentado.

07/2018

—Creo que eso es todo lo que necesito saber.
—¡Mason, espera! —Suplicó.
Colgué el teléfono. Si no lo hacía, iba a comenzar a decir cosas de
las que solo me arrepentiría si se las dijera a ella y no a la persona que
realmente merecía escucharlas.
Toda mi vida, me sentí como un extraño enmi propia familia. Mi
padre había tomado a una mujer en otra manada como sustituta para
tenerme. No era un heredero de su poder, sino un hijo que podía
moldear para convertirse en un soldado en el que podía confiar,
aunque solo fuera porque éramos sangre. Lo había visto solo un
puñado de veces mientras estaba siendo destetado, y una vez que fui
considerado lo suficientemente mayor como para dejar el lado de mi
madre y su hogar, fui llevado a la manada Ursache para comenzar mi
entrenamiento. Pagó a otra mujer para que me criara, una
herramienta para retomar lo que había dejado con mi madre, pero lo
idolatraba de todos modos.
Él era más que un padre para mí. Él era un dios, y con mucho gusto
habría cambiado mi vida por la suya. Esa era, después de todo, la
razón por la que existía.
El coche se detuvo frente al condominio y pude escuchar a mi
conductor suspirar aliviado cuando salí. He estado escuchando los
o e ta ios toda i vida. G a ias a Dios Maso o está a a go .
Siempre estaban pasando comentarios. Palabras que el hablante
estaba seguro de haber pronunciado demasiado bajo para que yo las
oyera. Nadie era tan tonto como para decirme esa mierda en la cara.
Bueno, tal vez una persona. Estaba sentado en el bar de la planta
baja cuando entré, con los anchos hombros estirando una camiseta
blanca que ocultaba solo el brillo bronceado de su piel. Estaba

07/2018

repantigado sobre una pila de cervezas vacías con una en su mano
izquierda, pasando la otra sobre su cabeza afeitada.
Los músculos de mi estómago se tensaron con ansiedad a pesar de
que los futuros consuegros eran los únicos capaces de hacerme sentir
esa mierda. Me quedé donde estaba, aún tratando de decidir si iba a
acercarme a él o irme y fingir que no lo había visto cuando se giró
para mirarme.
Esos ojos negros se encontraron con los míos y no fue solo mi
intestino lo que se tensó. Tenía los ojos del diablo y un alma
demasiado pura para usarlos. Se iluminaron con algo que solo vi en
sus ojos. Nadie más estaba feliz de verme, y el único misterio era por
qué alguna vez lo fue. Yo era un jefe de mierda y un amigo aún más
de mierda. Nunca se había quejado por mi desempeño en ninguno de
los departamentos.
En el fondo, siempre había temido que su tolerancia hacia mí
tuviera más que ver con el hecho de que le debía la vida a mi padre.
Probablemente fue la verdad. Simplemente no tenía prisa por
aceptarlo.
—Oye, —dijo mientras tomaba asiento a su lado—. ¿Tarde en la
noche?
—Siempre. ¿Tú?
—Temprano en la mañana. —Levantó un dedo hacia el barman y
mi habitual se deslizó justo frente a mí, colisionando con uno de los
vasos vacíos de Vasil. Miré la carnicería y mientras sopesaba los pros
y los contras de hacer un comentario, añadió: —Tu hermanito volvió
a huir.
Suspiré. Siempre era algo. Al menos cuando se trataba de Andrei,
normalmente sabía qué hacer para ayudar. Ocultar un cuerpo, dar

07/2018

una charla. Todo era mucho más seco de lo que lo que era con Ellie. A
ve es lite al e te G a ias po a eja lo .
No necesitaba decir tanto como para saber que lo hizo. Vasil era
ese tipo de persona. El tipo en el que puedes confiar. El tipo que a
todos les gusta, y por buenas razones. Mi padre no había ocultado el
hecho de que hubiera preferido un hijo como Vasil en vez de alguien
como yo, y ni siquiera podía molestarlo por ello. Habíamos aprendido
a leer y escribir uno al lado del otro, con entrenamiento de combate
después de nuestras clases, y Vasil era todo lo que se suponía que era
un lobo y un Alfa. Fuerte. Audaz. Leal. Era lo que necesitabas justo
cuando lo necesitabas, sin preguntas, sin llevar la cuenta.
Él también prefería a las mujeres, por lo que yo sabía. Sus hazañas
sexuales eran legendarias, y no se sabía que discriminara, ya que no
había una sola loba en la manada que no hubiera estado con él o no
lo quisiera. Si él fuera el que estaba en mi posición, la única
perturbación que producir un heredero le habría causado sería la
omisión de un condón.
Su gruñido desdeñoso me dijo lo que sentía por las gracias.
—Tu familia es mi familia, hermano.
Me tragué la rana en la garganta y bebí suficiente cerveza para
ahogar a la cabrona. Hermano. ¿Hubo alguna vez un término de
cariño que doliera más?
Por supuesto, él me vio así. Él no era retorcido como yo. En su
mente, no había nada en nuestra cercanía que fuera extraño y, que
alguna vez confesara que mi corazón había tomado un giro diferente
cuando éramos adolescentes sería peor que una afrenta. Sería
traición.
Cada vez que mis ojos vagaban, cada vez que mis pensamientos se
desviaban, estaba traicionando el mismo vínculo del que dependía

07/2018

tan desesperadamente. Él me odiaría, o peor, me compadecería.
Tampoco podía comprender, así que lo llevé todo y me tragué su
amistad y su hermandad y dejé que me envenenara desde adentro,
con la esperanza de que algún día podría finalmente sacarme de mi
miseria.
No importaba que mi padre hubiera tomado un amante masculino.
No importaba que Jack fuera su compañero destinado. Él había hecho
las cosas de la manera correcta. Había tomado una consorte para
producirme a mí y una compañera legal para tener a Ellie. Su deber
biológico con la manada se había cumplido, y al menos Jack era un
omega.
Un Alfa con otro Alfa no era raro. Los Omegas eran raros, por lo que
se esperaba, siempre y cuando uno fuera masculino y el otro
femenino. Querer a Vasil era imperdonable, y preferiría morir antes
que dejar que nadie, especialmente él, descubriera la verdad.
—Dime lo que sucedió, —exigió, buscando otro trago.
Podía leerme mejor que nadie, lo cual siempre era una
preocupación, pero si no lo había descubierto hasta ahora, me sentía
seguro. Demasiado seguro, tal vez. He intentado correr menos riesgos
últimamente. Verlo menos. Algún dolor se hizo más fácil de soportar
con el tiempo, pero no él. Y fuera lo que fuese lo que realmente
sentía por él, si había amor en él, había dolor en una abundancia
mucho mayor.
Pensé por un momento si quería confesarle la naturaleza de mi
llamada telefónica, no porque hubiera una parte de mí que
desconfiaba de él, sino porque no estaba seguro de querer cargarlo
aún más. Estaba cansado, y como mi padre se había ido, la mayor
parte de la tensión de manejar la manada recayó sobre mí. Eso

07/2018

significaba que la mayor parte de la tensión de cuidar a la familia
recaía sobre él.
Estaba mejor preparado para manejar ambos.
—Ellie no regresa a casa, —le respondí, tomando un trago. Era
egoísta de mi parte, pero siempre lo había usado y tenía un hábito
demasiado profundo como para saber cómo parar. Si no pudiera
tomar lo que realmente quería de él, tomaría su tiempo y su simpatía,
como un parásito emocional. Lo que sea que él diera, lo chuparía,
porque ese era el tipo de monstruo que era.
Él asintió y no pareció sorprenderse en lo más mínimo.
—¿Qué le dirás a la familia de Cherrilyn?
—Medio que quiero decirles la verdad, —le dije con amargura.
—¿Cuál es?
Dudé. Confié en él, pero algo me detuvo.
—Nada específico, solo mierda de joven hombre lobo. Al menos
está de acuerdo en volver a casa cuando termine su carrera, como lo
prometió. Sin juegos.
—¿Y tú le crees?
—Ya sabes como soy. No creo en gran cosa, pero para cuando eso
importe, será problema de mi padre.
Vasil resopló, levantando su vaso.
—Voy a beber por eso.
—Vas a beber por cualquier cosa, —bromeé.
Él rodó los ojos.
—¿Cómo está tu madre?
—No la he visto mucho últimamente con toda esta mierda
pasando, pero ella está bien, —Vasil fue el único que preguntó por mi
madre. Ella no era parte de la manada y nunca lo había sido, y lo
único que había habido entre ella y mi padre era un contrato de cría,

07/2018

pero significaba más de lo que yo podría expresar que Vasil no solo
preguntó, sino que realmentele importaba.
—Ya basta de mi familia chiflada, —agregué, aclarando mi
garganta—. ¿Qué está pasando contigo?
—Ya sabes como soy. La misma vieja rutina. Aunque hay algo que
he querido preguntarte.
—¿Qué es?
—¿Por qué demonios me has estado evitando toda la semana?
Sus palabras disiparon la ilusión de que él no se había dado cuenta.
Mentí de todos modos.
—¿De qué estás hablando?
—No me jodas, Mason. Te he conocido toda mi vida. Eres un
mentiroso de mierda. Casi tan mierda como tú en el trabajo de tu
padre.
Gruñí un reconocimiento y tomé otro trago. Él no estaba
equivocado.
—Vamos, esto no es divertido si no vas a tirar mierda, —se burló—.
¿Qué está pasando contigo?
El eterno dilema. Siempre estuve atrapado entre darle la verdad
pre-empaquetada, que era la misma vieja mierda que siempre estaba
mal conmigo con la esperanza de que él creyera que terminó allí, e
inventar algunas tonterías que tenían una mejor oportunidad de
descarrilarlo realmente.
La verdad real nunca había sido una opción. Se suponía que el celo
era un problema fácil de resolver para un Alfa. Demonios, no se
suponía que fuera un problema en absoluto. Cuando golpear en un
humano no rascaba la picazón, estaban los burdeles regionales que
empleaban omegas que vivían en lujosos castillos con el propósito
expreso de satisfacer las necesidades instintivas de las que nunca

07/2018

podría escapar nuestra especie, ya viviéramos en bosques o
rascacielos. Por desgracia para mí, los Omegas eran casi siempre
mujeres, e incluso si tuviera ganas de volar medio continente para
contratar uno, cosa que no era así, no habría manera de estar bajo el
radar.
El único hijo de Nicolae Ursache, viajando mil millas fuera de su
camino solo para follar con otro cambiaformas masculino cuando aún
no había engendrado un heredero. Peor que su escrutinio fue la idea
de que Vasil se diera cuenta de la verdad sobre mis sentimientos
hacia él. La vergüenza que podría haber tomado. Era el temor de que
asumiera que todo lo que sentía por él estaba envuelto en esta... cosa
que no podía arreglar, sin importar qué tan desesperadamente lo
había intentado a lo largo de los años.
—Eso es lo que pensé, —murmuró, mirando hacia la barra con una
mirada de frustración que habría sido mucho más fácil de tragar si me
lo hubiera dicho.
Dejó la bebida y se levantó para irse. No podía enfrentarlo, porque
sabía que si miraba esos ojos, la tentación de decir la verdad
finalmente me abrumaría. Habían pasado treinta y un años en la
fabricación. Cuando su mano se posó en mi hombro, cálida y
abrumadoramente pesada, cerré los ojos e intenté silenciar la
respuesta natural de mi cuerpo a su toque, que era estremecerse e
inundar mi cerebro con instintos que eran totalmente impropios de
un Alfa.
—Cuando te canses de fingir que estás solo, sabes dónde
encontrarme, —dijo con esa voz ronca y rica que dejaba al
descubierto cada mentira que me había dicho a mí mismo.
Él tenía razón, sin embargo. No estaba solo ahora, pero lo estaría
en cuanto alguien a mi alrededor supiera la verdad.

07/2018

TRES

Vasil

Maso . El o e e a si ó i o de p o le a e i e te, pe o
ta ié e a si ó i o de sa tua io . E a la ú i a pe so a ue
conocía incluso una pizca de mi pasado sin haber estado allí para
verlo, y en la que podía confiar... al menos tanto como yo era capaz
de confiar en cualquier persona.
El hecho de que no confiara en mí a cambio no debería haber sido
un gran shock. Él era un Ursache, después de todo. No eran nada si
no cuidadosos, y los siglos de enemigos y amigos que codiciaban su
poder lo hacían necesario, más bien paranoico.
Cuando Nicolae guardó algo de mí, lo entendí. Él era mi Alfa y mi
vida era suya, pero había mucho de su vida que no me pertenecía y
nunca lo haría. Continuó asombrándome el haber permitido que su
antes humano compañero tuviera acceso a gran parte de su mundo
interior de secretos. El vínculo entre ellos parecía haber borrado los
patrones de desconfianza y secretismo que se nos presentaban tan
fácilmente.
Esperaba que Mason algún día encontraría un confidente de ese
tipo cuando tomara una pareja, incluso si la idea de confiar en alguien
que no fuera yo causaba extraños remordimientos dentro de mí.
¿Fueron los celos o la mera amargura? Siempre me había sentido
atraído por él, incluso si prefería a las mujeres en general, pero su

07/2018

desdén por los hombres que tomaban a su propia clase para
aparearse había sofocado cualquier idea de actuar en consecuencia.
A veces, cuando me miraba de cierta manera, me preguntaba. Las
preguntas siempre se convertían en dudas y las dudas siempre
terminaban conmigo y cada vez estaba más seguro de que cualquier
intento que hiciera para extender los parámetros de nuestra amistad
terminaría en desastre.
Después de una noche sin dormir, esperaba que la cafeína y el
vodka fueran suficientes para superar el día. Jack estaba lejos del
empleador exigente que era Nicolae, pero escoltarlo hacia y desde
cada evento de manada que había caído en su plato como nuevo
omega era más agotador que haber sido un arma alquilada.
Al menos teníamos gustos similares cuando se trataba de cómo
gastar nuestro tiempo de inactividad. No era raro para mí terminar
bebiendo con Jack en la mesa familiar una vez que el día había
llegado a su fin. Como Andrei era un niño que quería estar en otro
lugar que no fuera su hogar y Nicolae no regresaría en por lo menos
dos semanas más, Jack estaba solo y solo era mi estado como persona
por defecto. No hay razón por la que no podamos ser miserables
juntos.
No es que Nicolae hubiera permitido que cualquier hombre sin
pareja pasara tanto tiempo a solas con su pareja. La combinación de
mi devoción inquebrantable a mi Alfa, como lo demostraron las
muchas veces que estuve dispuesto a dar mi vida por él en la batalla,
y el hecho de que Jack no era exactamente de mi tipo me dio el
honor, pero nunca dejo que bajara la guardia. Había una delgada
línea entre la familiaridad y la incorrección, y sin importar lo cerca
que estuviera de la familia, nunca me permití olvidar que nunca sería
realmente parte de eso.

07/2018

—Te ves como si estuvieras sentado en un rallador de queso
oxidado, —comentó Jack después de casi diez minutos de silencio
amistoso.
Me atraganté con mi bebida y sus ojos bailaron con diversión. Decir
que no fue refinado sería una subestimación. Lo único sobre el
hombre que dijo que era un omega era su olor cada luna llena. Eso y
el encanto magnético que arrastraba cada Alfa sin apareamiento con
un deseo de muerte en la misma marea.
—Campechano como siempre, Jack.
Él sonrió sin pedir disculpas.
—En serio, ¿qué te está comiendo? Estás más triste de lo normal.
—No es nada. —Nada que pudiera decirle, de todos modos.
Aunque no tenían mucha edad, todavía era el padrastro de Mason, y
eso significaba que no tenía límites como confidente, entre otras
cosas. Sabía que en realidad no diría nada a Mason o Nicolae, pero la
idea de que Jack nos diera miradas intrigantes cada vez que había una
función de la manada fue suficiente para mantener la boca cerrada.
—Por favor. Conocería esa cara en cualquier lado. Déjame adivinar,
¿esa morena de piernas largas que has estado viendo te está dando
problemas?
Bueno, Mason era sin duda moreno y se podía argumentar que
alifi a a o o o pie as la gas e ie to se tido, pe o sa ía ue
se refería a la mujer que había decidido que amigos con beneficios no
sería suficiente.
—No exactamente.
La mirada de Jack se volvió compasiva, y yo sabía dónde se había
ido su mente antes de que él siquiera lo dijera.
—¿Esto es sobre Dominic?

07/2018

El nombre hizo que mi lobo interno se pusiera nervioso, pero había
mejorado al ocultar los signos externos de furia. Una parte de mí
deseaba que volviera a interrogarmesobre mi vida amorosa, pero era
mejor para él pensar que estaba deprimido por el hombre que mató a
mi familia que dejarlo percibir el olor de la verdad.
—Lo siento. Olvidé que era en esa época del año, —dijo en voz
baja.
—Dieciséis años para la próxima semana, —le respondí,
considerando el hielo derretido en el vaso vacío que tenía delante—.
El tiempo cambia en todas partes, excepto en mi mente.
Jack se inclinó sobre la mesa y me apretó la mano. Entre los
humanos, podría haber sido un gesto de otro tipo, pero lo que los
lobos carecían de intimidad emocional, lo compensamos en lo físico.
El toque de un omega contenía una energía relajante en todas las
circunstancias además del calor, pero incluso el afecto platónico era
mucho más íntimo de lo que debería haberme permitido.
La comodidad no era algo que merecía. No cuando todos estaban
muertos, su sangre todavía no era vengada. Todavía goteaba en mi
mente, gota a gota, a medida que se filtraba en las heridas abiertas
como garras que pueden haber cicatrizado hasta dejar cicatrices en
mi carne, pero nunca dentro.
Nunca en mi corazón.
—Todavía te culpas, —dijo Jack con tristeza, mirándome como si
estuviera leyendo mis pensamientos, tan claros ante sus ojos como
palabras.
Aparté mi mano y le serví otra bebida para no ofenderlo, pero su
mirada compasiva era más difícil de soportar.
—Dices eso como si fuera irracional.
—Eras un niño, Vasil. Tenías quince años.

07/2018

—Tenía edad suficiente, —gruñí, alzando la voz sin querer. Me
tomé un momento, un respiro, antes de continuar—. No somos
humanos. Nuestros caminos son diferentes.
—Tampoco soy un humano, —me recordó.
No pude evitar sonreír.
—No, pero lo eres donde cuenta. Y lo digo como un cumplido.
Suspiró, llevándose el vaso a los labios.
—Me recuerdas mucho a Nicolae, es difícil de creer que tú y Mason
no hayan sido intercambiados al nacer. Ambos llevan el peso del
mundo sobre sus hombros.
—No el mundo, —corregí—. Solo una pieza.
Jack negó con la cabeza.
—No voy a fingir que entiendo por lo que pasaste, y sé que
preferirías tener una bota en el culo que una pizca de lástima, pero
solo considera esto. Puedes soportar que odies todo lo que quieras y
no haya un alma viva que te culpe con razón por ello, ¿pero la culpa?
Esa mierda te matará cuando finalmente consigas tu oportunidad de
venganza. Y la parte más triste es que te vas a perder toda la vida que
podrías haber estado haciendo entre tanto por eso.
—Quizás tengas razón, —admití—. Pero estoy vivo.
—Solo, —dijo rotundamente—. No digo que no puedas ser feliz sin
un amor romántico, pero si hay algo que descubrí sobre ti desde que
vine a vivir aquí, es que nos necesitas. Necesitas a alguien a quien
puedas dejar pasar, ya sea un amigo o un amante o el maldito
cartero.
Me reí entre dientes por última vez, y cuán cerca su charla se hizo
eco de la que le acababa de dar a Mason.
—Podrías considerar decirle lo mismo a tu hijastro. Él está bastante
en su camino.

07/2018

—Me he dado cuenta. ¿Qué, crees que no hay suficientes consejos
paternales para todos?
—Estoy seguro de que tienes una gran cantidad, meu vasal1, —le
dije, tomando su mano mientras me ponía de pie para apoyarla en mi
mejilla. Un gesto de afecto casto, reservado para lo más cercano que
ha a o o ido a u pad e. Refi ié dose a Ja k o o i seño o
pad e e a ha itual, pe o dado su a soluto desdé po la
formalidad, elegí hablarlo solo en mi lengua materna. Lo toleraba más
de esa manera—. Me voy a casa. Avísame si Andrei permanece
demasiado tiempo fuera de nuevo.
—Oh, no lo hará. No si quiere usar su teléfono entre ahora y el
próximo que van a lanzar.
—Eventualmente, la tecnología se volverá obsoleta más rápido de
lo que aprende su lección.
Jack resopló.
—Probablemente tengas razón. De cualquier manera, toma la
noche libre. Llamaré a uno de los otros si necesito algo.
Pensé en discutir, pero sabía que él no lo aceptaría, así que asentí y
entré en el ascensor. No hubo tal cosa como una verdadera noche
libre. Siempre estaría de guardia por si Jack o Andrei me necesitaran,
y no lo haría de otra manera, pero tenía la esperanza de que algo
cambiaría después de nuestra charla en la azotea.
Después de todo, entendí a Andrei mejor que sus padres, sin
importar lo mucho que lo amaran. También entendí que no
importaba por lo que había pasado en el pasado, él tenía algo que yo

1 N.T. “meu vasal” como tal no existe en rumano, es decir está mal escrito, lo correcto
sería “vasalul meu” o “al meu vasal”, ambas formas con el mismo significado “vasallo mío”,
sin embargo, según el libro, la relación entre Jack y Mason es al revés. Supongo que, cómo
pasa mucho, el autor habrá usado el traductor de Google, y ya sabemos cómo se las gasta
el programita. De todas maneras se queda en original.

07/2018

ya no. Gente que lo amaba incondicionalmente y que estaría allí para
atraparlo cuando finalmente se diera cuenta de que era demasiado
débil para ser el lobo solitario que él mismo creía. Era joven y tenía
toda su vida por delante. Un día, el dolor del pasado no sería más que
una astilla en la felicidad que había conocido. Mi vida, por otro lado,
había terminado en el momento en que Dominic me maldijo como el
último de mis parientes.
Él puede haberme dejado con vida en el sentido técnico, pero no
fue misericordia. Entonces era como lo soy ahora: un caparazón vacío
lleno de venganza esperando ser derramado sobre el que se lo había
ganado. Mientras tanto, puedo ser un autómata útil para lo más
cercano que tuve a una familia.

07/2018

CUATRO

Mason

Otra semana, otros mil problemas por resolver, otra reunión inútil
para reafirmar el estado de mi padre como señor de la tierra. Él ni
siquiera estaba presente, pero eso no impidió que todos los
lameculos de la región husmearan a su compañero.
Para su crédito, Jack parecía tan molesto por todo el asunto como
yo. En cierto modo, la ausencia de mi padre y el conveniente escape
de Ellie a las sagradas salas de educación habían inculcado una
camaradería entre nosotros. Mientras ambos estaban ocupados y
mejorando por el supuesto bien del futuro de la manada, nosotros
éramos los que nos quedamos atrapados haciendo el verdadero
trabajo sucio. La sonrisa, el rumor y el asentimiento.
Bueno, él estaba sonriendo. En realidad, una sonrisa era todo lo
que podía reunir en presencia de estos fanfarrones de la alta
sociedad, pero cualquier fiesta en la que no puse la cabeza de alguien
a través de una pared fue un éxito en mi libro. Lo bueno de no estar
en línea para el título de Alfa es que se suponía que no iba a tener
que lidiar con esta mierda. En lugar de defender a la manada, estaba
atrapado aquí reemplazando un papel que nunca sería mío.
No, a menos que dejara la manada y tomara una compañera que
había sido bendecida con el título ella misma. Esa era una opción que
nunca le había dado la debida consideración, no solo porque sabía
que sería una compañera tan insatisfactoria como yo lo sería para

07/2018

cualquier mujer, sino porque nunca había tenido el poder suficiente
para abandonar mi manada. Ahora que estaba claro cuál era mi rol
dentro de esta manada, estaba teniendo dudas.
Se rumoreaba que había una loba alfa en una manada irlandesa
que no estaba demasiado enamorada de los machos. Podría hacerlo
con el cambio de escenario, y con un co-conspirador dispuesto,
estaba seguro de que había formas en torno a los requisitos
biológicos para consumar un apareamiento. Siempre había imaginado
que algún día tendría una familia, incluso si mi aversión por la ruta
más directa hacia la creación de esa familia presentaba algunas
preocupaciones logísticas. Puede que no tenga amor en el arreglo,
pero tendría compañerismo y respeto,lo cual obviamente era
demasiado pedir en la manada de mi nacimiento.
Incluso mientras me divertía con la idea mientras pretendía
escuchar otra historia de Alfa sobre cómo había obtenido su precioso
omega del extranjero, sabía que no era nada más que una pequeña
fantasía de venganza. No iba a irme. La manada Ursache era un
choque de trenes, pero era mi choque de trenes y se saldría de los
rieles cuando Ellie finalmente tomara el control.
Nuestro padre podía irse al infierno por todo lo que me importaba,
pero no era su culpa que se hubiera criado entre humanos y por lo
tanto carecía de la disciplina para hacer un estudio apropiado de
nuestros caminos. No tenía dudas de que cuando finalmente aceptara
su papel en la vida y tomara como compañera a la hija del Alfa de la
manada Crow, estaría aún menos motivada de lo que estaba ahora.
Ella necesitaría orientación y alguien dispuesto a hacer su trabajo
sucio, y si yo era bueno para algo, sin importar lo que tuviese, era eso.
En algún lugar al otro lado de la habitación, algo llamó mi atención
a pesar de que mi cabeza estaba girada y mis ojos estaban mirando

07/2018

en la dirección opuesta. Mi corazón latía con poca confianza y supe
antes de dar la vuelta que él estaba allí. Ignorando el desconcierto del
hombre con el que había estado hablando, me alejé y abandoné mi
bebida en una mesa en un esfuerzo por salir al pasillo antes de que
me viera.
Más tarde esa noche, la manada y sus estimados invitados se
quitarían las galas y estos trajes de piel humana y cortesía que
usábamos tan bien, y nos vestiríamos con nuestras verdaderas formas
como bestias salvajes que cazaban por deporte. Liberaríamos a la
escoria más vil que la ciudad tenía para ofrecer y les permitiría tener
una buena ventaja antes de que todos los persiguiéramos como
presas. Sin embargo, cuando aflojé mi corbata y atravesé los pasillos
en un intento de escapar, me sentí mucho más como el conejo que
como el lobo.
—Mason.
Su voz me detuvo en seco, clara y agrediéndome con su rica voz de
barítono. Me armé de valor antes de volverme hacia él e hice lo
posible por parecer sorprendido. Como si su olor no se estuviera
burlando de mí.
—Vasil. Me alegro de que pudieras venir esta noche.
—Por supuesto que vine, —se burló, caminando hacia mí como si
planeara tomar cosas que no me interesaba. Cuando se detuvo justo
por encima de mí, mi corazón se detuvo con el asalto de su cercanía
—Soy la sombra de la familia, ¿recuerdas?
Por supuesto que lo recordé. Desde que fue ascendido, su
proximidad constante había convertido mi vida en un infierno. Y qué
dulce infierno fue...
—¿Qué pasa contigo? —Exigió, mirándome—. Tu corazón parece
que está a punto de salir de tu pecho.

07/2018

Tenía razón, pero cómo él solo lo estaba notando era otro asunto.
Siempre parecía correr en su presencia, pero tal vez esta noche las
luces y los insoportables invitados habían hecho más difícil disimular.
No lo había esperado. Por lo general se quedó a un lado ya que
detestaba estas cosas tanto como lo hice y podía salirse con la suya.
—El Alfa parisino a menudo me hace eso, —comenté para cubrir
mis huellas—. Debería ser ilegal verse tan bien en un traje.
Especialmente uno que se ajusta tan bien que prácticamente califica
como equipación de atletismo. ¿Qué necesitas?
Él arqueó una ceja.
—Nada. Solo pensé... —Frunció el ceño y podía decir que no le
gustaba la forma en que la frase terminó en su mente.
—¿Qué es?
—Nada, —dijo bruscamente—. Estamos listos para la carrera. Esos
dos asquerosos están en el sitio de recogida.
—Bien, —murmuré. Con la cantidad de invitados importantes
presentes y nuestra reciente caída de gracia entre nuestros aliados
más cercanos, fue necesario enviar a los visitantes a casa con una
buena impresión. Ya había lenguas moviéndose sobre la prolongada
ausencia de mi padre de casa, y era importante mostrar que las cosas
no se desmoronaban en su ausencia, fuera verdad o no—. Vamos a
continuar con eso, entonces.
—La fiesta no ha terminado.
—Esto es ahora.
Sabía que estaba siendo un idiota, pero últimamente había estado
atónito y la otra noche en el bar, había estado peligrosamente cerca
de dejarlo entrar. Una vez fue la única persona en quien confiaba con
las emociones en las que apenas confiaba yo mismo, pero mi
enamoramiento inofensivo había sido avivado en algo que no iba a

07/2018

desaparecer. Algo que me destruiría, por no hablar de nuestra
amistad, si lo dejo.
Empujarlo no era solo una cuestión de seguridad, era una cuestión
de necesidad.
—Lo que sea que digas, —dijo, sacudiendo la cabeza mientras me
empujaba. Ese breve contacto, por rencoroso que fuera, era toda la
prueba que necesitaba para apartarlo de él, era la única decisión
segura.

En el bosque, cobré vida. Todos lo hicimos. En el momento en que
nuestra ropa tocó tierra, las divisiones entre nuestras vidas
cuidadosamente segregadas como seres humanos parecían
derretirse. Todos éramos una manada sedienta de sangre trabajando
hacia el mismo objetivo en el momento en que los dos prisioneros
fueron liberados para su ventaja inicial de cinco minutos. Estaba
seguro de la expresión de sus caras cuando dos hombres lobo de
hombros anchos les entregaron pistolas y municiones que no tenían
precio. Ojalá hubiera estado allí para verlo. Desatar la presa solía ser
mi tarea, y prefería saludar a los invitados.
En el menú de esta semana había un violador en serie que evitaba
ser condenado con los tecnicismos y un chico de la fraternidad que
había golpeado a un vagabundo a una pulgada de su vida solo por el
placer de hacerlo.
Al ser el Alfa de mayor rango en el momento presente, el primer
cambio fue el mío. Como lobo, era bípedo y temible como todos los
Alfas, y mi pelaje gris ahumado proporcionaba el lienzo perfecto para
las salpicaduras de sangre; pero Vasil me avergonzó en ese
departamento también. Su pelaje de color caramelo era casi

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absurdamente afelpado, pero su aspecto aterrador y sus mandíbulas
llenas de dientes abiertamente afilados impedían que un alma se
burlara de él por ello.
Sus ojos plateados se encontraron con los míos, fríos y llenos de
irritación. Sabía que probablemente había hecho algo para merecer
aunque no lo entendiera del todo. Despegué porque era hora de
comenzar la cacería, y los otros cayeron en formación a mi alrededor,
extendiéndose y desapareciendo en la cubierta de los árboles
mientras cazábamos a nuestra presa al anochecer. Me dije a mí
mismo que estaba corriendo hacia los humanos cuyo aroma ya había
recogido, y no hacia él, pero era más difícil mentirme a mí mismo en
esta forma.
Todos los miembros adultos físicamente aptos de la manada central
perseguían, excepto uno. Las manadas variaban dependiendo de si
dejaban que sus omegas participaran en una carrera, pero Jack no
tenía estómago para eso. Odiaba lo que hacíamos al amparo de la
noche y no lo había ocultado, pero toda su moralización no podía
convencer ni siquiera a mi padre de cambiar esta antigua tradición.
En un grupo de cientos de lobos que vivían en una ciudad compacta
entre las presas, tuvimos que sacar nuestros impulsos de alguna
manera. Claro, había lobos que lograron vivir entre humanos sin
matarlos en absoluto, pero ¿por qué correr el riesgo de ser
detectados? La carrera fue programada y controlada, y los pocos
humanos en el poder que sabían de nuestra existencia no se
quejaban de la población que sacrificamos.
Esa noche más que todos los demás, podría usar la distracción y la
sangre. Si hubiera estado cazando por mi cuenta, podría haberlo
prolongado un poco más, pero había una cierta cantidad de ritmo y
talento para el espectáculo en estas cosas. Tenías que dejar que la

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presa pensara que tenían una oportunidad de escapar, y cuando las
probabilidades parecíaninclinarse a su favor, era entonces cuando
comenzó la verdadera diversión. Un tira y afloja entre la
supervivencia y la destrucción inevitable. Cuando se dieron cuenta de
que no podían escapar de las bestias que descendían sobre ellos,
nuestra diversión había terminado.
Escuché un disparo en el aire. O uno de los humanos se había
vuelto contra el otro, siempre una posibilidad, y una de las razones
por las que tendíamos a limitarnos a una pieza de juego por noche, o
pensaban que eso atemorizaría a los que los perseguían.
Un pensamiento risible.
Me separé y la mitad de la manada me siguió, operando en el
mismo pensamiento grupal que siempre nos dominaba en una
manada. La otra mitad fue con Vasil mientras encerrábamos a los
humanos que huían. Podía sentir sus vibraciones corriendo por el
bosque, más allá de las pisadas de los lobos corriendo pisándome los
talones. Nos estábamos acercando, a pocos segundos de un final
satisfactorio de una noche animada, cuando lo escuché.
Un grito. El sonido del dolor atravesó mi pecho e inmediatamente
cambié el rumbo, girándome para enfrentar al pequeño lobo castaño
que se había desplomado a mitad del recorrido. Reconocí a Leonie en
un instante, y el aroma de su sangre golpeó el aire, enviándome a una
espiral de ira. Pensé que había recibido un disparo hasta que vi la
trampa de acero cerrada alrededor de su tobillo.
¿Trampas? No era algo inaudito en estas partes, pero esta era
nuestra tierra y, en su mayor parte, los humanos hicieron un buen
trabajo al evitarla. Incluso si fue solo por instinto. Corrí al lado de
Leonie para evaluar el daño mientras ella gemía y me miraba con

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lágrimas en los ojos. Ella había sido reducida de depredador a
cachorro en un solo momento.
La beta femenina corría con nosotros la mayoría de las veces, pero
nunca fue una de las primeras en llegar a matar. Todavía no la había
visto que ni siquiera se mojara el hocico con sangre humana. La furia
se apoderó de mí mientras trataba de evaluar el daño y averiguar
cómo iba a sacar su pierna de la trampa sin lastimarla más.
El sonido de una ramita al romperse me hizo girar la cabeza a
tiempo para ver que uno de los humanos había logrado burlar a
medio grupo de bestias muy superiores a él. Salió del bosque,
sosteniendo el rifle que le habíamos dado y luciendo una expresión
en su rostro que decía que se desanimó al ver algo que no debería
existir y visualizando exactamente dónde iba a montar nuestras
cabezas en su muro de trofeos.
Me puse delante de Leonie y le di al humano un gruñido de
advertencia al que sabía que no haría caso. Vació una carga de
perdigones en mi pecho, pero todo lo que hizo fue tambalearme. No
fuimos lo suficientemente tontos como para cargar esa mierda con
plata, a diferencia de quienquiera que haya puesto la trampa. No
quería decir que fue indoloro.
La mirada en la cara del bastardo cuando cargué hacia él en lugar
de caer muerto hizo que el dolor valiera la pena. Fue casi tan
satisfactorio como el crujido de sus huesos cuando cerré mis dientes
alrededor de su cuello y le di un tirón brusco para rasgarle la cabeza.
Golpeó la hierba con un fuerte tump y rodó hacia las hojas. Me limpié
el hocico con el dorso de la mano antes de volverme hacia Leonie.
Los delicados ojos del lobo estaban cerrados mientras ella se
estremecía y volví a mi forma humana. Mis manos con garras tenían
una cierta cantidad de destreza, pero la trampa era más compleja de

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lo que parecía a primera vista y abrirla sin hacer más daño iba a ser
difícil. Habría atraído al asesino y saboreado la carne del hombre al
que tendría que agradecerle por gastar la noche sacando perdigones
de mis pectorales, pero no quería alterar a la loba frente a mí más de
lo que ya estaba.
—Lo siento. Esto dolerá, pero solo por un segundo —le advertí,
preparado para abrir la trampa.
Ella agachó la cabeza ligeramente para afirmar que lo entendió y lo
hice lo más rápido posible. Su involuntario grito hizo que me doliera
el corazón, pero lo tomó como una campeona.
—Te tengo, —le prometí, atrapándola mientras ella retrocedía. La
tomé en mis brazos y enterró su rostro en mi cuello mientras un grito
humano gutural atravesaba el bosque.
Esperé que Vasil y los demás al menos hicieran sufrir al idiota en
nombre de su compañero. Hice una promesa para mí mismo cuando
llevé a Leonie de vuelta al lugar donde habíamos dejado la ropa de
que la presa para la carrera de la próxima semana no fuera otra que
quien había puesto esa trampa. Si Leonie rechazara el honor del
primer bocado, entonces lo tomaría por ella.
Una vez que llegamos al claro, encontré mi chaqueta y la cubrí con
ella. Aún temblaba de dolor, pero no había echado un solo vistazo
desde que salió la trampa.
—Con cuidado —le dije, ayudándola a sentarse en el asiento del
pasajero de mi automóvil. Hice una mueca cuando miré hacia abajo a
su brazo izquierdo. La herida parecía mucho peor en la piel humana
hinchada y magullada que cuando estaba oculta en el pelaje—.
¿Crees que puedes conducir, o debería llamar al médico?
—Puedo hacerlo —dijo roncamente, agarrando su brazo herido
contra su pecho.

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Me detuve en contemplación, tratando de averiguar si ella lo decía
en serio o si solo estaba tratando de ser valiente. Al final, subí al auto
y decidí que podría llevarla allí más rápido.
—¿Quién pone una trampa de plata? —Preguntó, con los dientes
apretados.
—Un bastardo que está a punto de reorganizar sus órganos, —
murmuré, dando la primera vuelta hacia la cuadra en la que se habían
construido nuestros imponentes condominios.
—¿Crees que fue uno de ellos? —Su voz tensa se enganchó por un
momento y mis nudillos se pusieron blancos en el volante—. ¿Uno de
los humanos que sabe de nosotros?
—No sé. —Era una mentira, y ella era demasiado inteligente para
no darse cuenta, pero un caballero no molestaba a los betas heridos
con el conocimiento de que probablemente había cazadores de lobos
en el área. Nadie más tuvo la previsión o las bolas para establecer una
trampa de plata—. Van a pagar, de cualquier manera.
Leonie guardó silencio durante el resto del viaje, y el aroma del
dolor y la sangre llenaron el aire. La saqué del automóvil y la habría
llevado, si ella no hubiera insistido en caminar. Una vez que ella se
encontró con el doctor, de mala gana me fui de la oficina para pensar
si debía llamar a Ellie o no.
Era una cuestión de sentido práctico más que cortesía. Incluso si
Leonie era su compañera destinada, eso no significaba que mi
hermana tuviera derecho a reclamarla. Llamarla a su casa solo
complicaría las cosas, pero si ella lo descubriera de otra persona, lo
cual era casi inevitable...
—¿Dónde está ella? —La voz de Vasil resonó por el pasillo vacío
antes de tomar una decisión—. ¿Está bien?

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—Tan bien como ella puede estar, teniendo en cuenta que casi
perdió la mano en una maldita trampa, —murmuré.
Sus ojos se encendieron de rabia, que era una pareja perfecta para
la mía.
—Lo encontraremos, —gruñó.
—O a ellos. Los cazadores rara vez viajan en menos de un cuarteto.
—¿Cazadores? —Sus ojos se entrecerraron—. ¿En serio?
—¿Quién más pone una trampa de plata en la noche de una
carrera, Vasil?
Le tomó solo un segundo llegar a la misma conclusión.
—Reu i é u e uipo pa ti é aho a. Si todavía está e el á ea…
—¿Un equipo? —Lo interrumpí—. Vasil, ya no eres mi segundo al
mando. Este no es tu trabajo.
—¡Y una mierda que no es así! Esta es Leonie de quien estamos
hablando.
—Soy muy consciente, pero encontrar a quien hizo esto es mi
trabajo, no el tuyo.
—Es mi trabajo proteger a esta familia. Si hay cazadores...
—Si hay cazadores, no es tu problema a menos que intenten violar
este edificio. ¿Lo has entendido?
La expresión de sus ojos era más o menos lo que imaginé que la
basura humana veía antesde que cerrara los ojos por última vez, pero
a diferencia de ellos, yo era una pareja perfecta para la fuerza de
Vasil. Pude verlo pasar por todo en su cabeza. Aceptando que estaba
tirando de rango, tratando de decidir si iba a aguantarlo. Mientras su
ira fue redirigida hacia mí, no importó. Lo mantendría aquí, y podría
convencerme a mí mismo de que se trataba de salvar la cara y
mantener el control en lugar de mantenerlo a salvo.

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De alguna manera, odiaba que mi padre lo hubiera convertido en el
guardaespaldas de uso múltiple de la familia. En otras, fue un alivio.
Era mucho menos peligroso que su último trabajo, y ya no tenía que
preguntarme si la próxima misión a la que se le envío sería la de la
que no regresara. Fue incansable en su búsqueda de venganza e
imprudente en todo lo demás. Algunos días, estaba seguro de que lo
único que le apasionaba más que matar a Dominic era morir.
Según la leyenda, Dominic no podía morir. Era humano, pero no
había envejecido mucho en treinta años, y tan pocos sobrevivieron a
un encuentro con él que nadie podría desacreditarlo. No obstante,
Vasil permaneció dedicado a matar al inmortal.
Por fin, dejó caer los hombros y me miró con tristeza.
—¿Planeas ponerte una camisa antes de ir tras los bastardos, o solo
vas a esperar que tu blancura cegadora los distraiga el tiempo
suficiente para que te den una oportunidad?
Me reí, sabiendo que ambos habíamos esquivado lo que podría
haber sido una pelea fea. La verdad era que la manada tenía más
respeto por Vasil que por mí, ¿y por qué no? Había visto una guerra
real y había vivido algo peor, incluso si se negaba a hablar de ello. Yo
solo era el mocoso de Nicolae.
—Está hecha trizas, ahora.
Me siguió por el pasillo y supe que no iba a dejar el tema, incluso si
ya había terminado de discutirlo por el momento. Si no lo conociera
mejor, asumiría que trataría de pasarme por encima. La peor parte
fue que su integridad fue probablemente lo único que impidió que mi
padre se pusiera de su parte.
Lo que no esperaba era que su mano se cerrara sobre mi hombro
desnudo, o el efecto instantáneo que produciría el contacto directo
piel con piel. Cuando me volví para mirarlo, todo lo que podía hacer

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era esperar que mi respuesta no fuera tan obvia para él como me
pareció a mí.
Mi corazón acelerado en su presencia era bastante fácil de explicar,
pero el olor revelador de un Alfa en celo mucho menos. No fue algo
que sucedió a menudo. No había suficientes omegas masculinos para
que fuera un problema, y si había algo que había aprendido de mí a lo
largo de los años, era que era implacablemente gay. Nunca se había
sentido como una maldición más de lo que lo hizo cuando Vasil me
devolvió la mirada, arrinconándome contra la pared.
Si fue la emoción de la caza interrumpida y prolongada por la furia
protectora o simplemente el resultado de estar lejos de él por tanto
tiempo que finalmente perdí la inmunidad que había acumulado a
través de años de cercanía, no había forma de esconderlo nunca más.
Este secreto que había luchado tanto por ocultar estaba en la peor
forma posible, y lo único que superaba la humillación era mi odio
hacia mí mismo.
Él lo sabía. Una mirada en sus ojos fue todo lo que necesitó. Él
sabía y no había escapatoria de ello, ni de él. La realización del final se
acumuló en mi garganta y no pude respirar. Mi espalda golpeó la
pared en todos los sentidos, y mi intento de explicación salió como
nada más que una falla estrangulada en la respiración.
—Mason, —murmuró, su mano sobre mi pecho, cálida y dura y lo
suficientemente grande como para cubrir la herida que había
despertado a la vida. Había olvidado el dolor en mi humillación, pero
se reavivó cuando ambos miramos el patrón estrellado de perdigones
en mi pecho. Las balas tenían suficiente aleación de plata en ellas que
mi piel no se había curado lo suficiente como para expulsarlas aún.
Cuando los ojos de Vasil se encontraron con los míos, eran

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omniscientes, pero sus palabras eran simples y sin pretensiones—.
Deberías dejarme encargarme de esto.
No debería hacer nada por el estilo, pero lo seguí de todos modos.
Su voz áspera era la canción del flautista y yo seguí el camino como
un niño despistado. Estar solo con él fue un grave error, y en el
momento en que se cerró la puerta de su departamento, mi destino
quedó sellado.
—Vasil, yo...
—Cállate y siéntate, —dijo, señalando con la cabeza hacia el sofá.
Era uno de los pocos muebles reales de su departamento. Aunque era
un estudio, parecía desnudo, pero apenas pasó tiempo allí.
Hice lo que dijo, usando cada segundo para planear mi escape.
Cuando regresó con un botiquín de primeros auxilios, ya era
demasiado tarde. Trajo una botella de vodka medio vacía y roció la
herida antes de que pudiera regañarlo sobre sus hábitos de bebida.
—¡Hijo de puta! —Siseé, cubriendo la herida instintivamente.
Vasil apartó mi mano, no impresionado con mi debilidad. Agarró
unas pinzas y comenzó a trabajar, pero el dolor fue una distracción
útil de la calidez de sus manos sobre mí.
Patético, tu nombre es Mason Ursache.

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CINCO

Vasil

—Quédate quieto y deja de quejarte, —le regañé.
En el momento en que escuché ese tiroteo, mi lealtad se dividió e
hice algo imperdonable. Dejé la manada y mi caza, porque no había
nada ni nadie más importante para mí que saber que Mason iba a
estar bien.
Él nunca me lo perdonaría si lo supiera. En el momento en que
alcancé a verlo y vi sus heridas, aunque tendrían que ser mucho
peores para matarlo, me di cuenta de que mi intento de convencerme
de que no era más que un amigo eran mentiras. Cuando capté su
olor, comencé a preguntarme si yo era el único que participaba en
ese engaño.
Mientras Mason se sentaba en mi sofá, haciendo una mueca de
dolor mientras lo curaba, supe que solo estaba esperando el
momento. Cualquier cosa para mantenerlo aquí. Había estado
rodeado de omegas en celo, pero nunca había experimentado una
respuesta como esta. Se suponía que otro Alfa en celo no era más que
una molestia. Una señal biológica de competencia que habíamos
desarrollado para ignorar el interés de vivir cooperativamente en
espacios reducidos. Se suponía que no debía hacerme sentir ninguna
de estas cosas. Ciertamente no lujuria o deseo o algo que corría más
profundo y se sentía mucho más prohibido.

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Cuando recogí los pedazos de su carne hecha jirones, la mancha de
su sangre en las puntas de mis dedos fue un juego previo. Cada vez
que mis herramientas se hundían, la forma en que se quedaba sin
aliento en su garganta me hizo pensar en pensamientos
imperdonables. Ya estaba dentro de él. No de la manera que quería,
pero lo suficientemente cerca. A veces profundizaba un poco más de
lo que necesitaba, solo para hacerlo gemir. Cuando lo conseguí, la
emoción de ese sonido en mis oídos bien valió la pena.
—Joder, —gruñó, una invitación que no quiso decir—. ¿Podrías
tratar de dejar algo de piel?
—Sanarás, —le recordé antes de ir al último fragmento. Hizo una
mueca cuando salió el perdigón y fue solo la mirada horrorizada en su
rostro lo que me hizo darme cuenta de lo que había hecho. El sabor
de su sangre estaba en mis labios, mi lengua raspando mis dedos
mientras lo saboreaba. Era rica en feromonas, un anuncio inequívoco
de la necesidad que había ocultado tan bien durante tanto tiempo.
Ahora, todo tenía perfecto sentido. La distancia, los gruñidos, el
secreto. La forma en que me miraría y miraría por toda la eternidad
solo para apartar la mirada cuando finalmente me giré para mirarlo.
Era una mierda de adolescente, pero no me sorprendió que nunca
hubiera crecido. Mason era un bribón de un metro noventa y cinco
con un cuerpo hecho de acero, y su aspecto intimidante solo permitía
que floreciera su petulancia.