¿Se puede viajar en el tiempo?

Las más exitosas teorías físicas existentes como, por ejemplo, la electrodinámica cuántica, y la relatividad en sus dos vertientes, descansan sobre el supuesto de que es imposible violar el principio de causalidad. Dicho de otra menera, no es posible viajar al pasado, que supongo es la parte más interesante a la que aludimos cuando hablamos de viajar en el tiempo. En relatividad especial esto queda implícito en el hecho de que nada puede viajar más rápido que la luz. La teoría cuántica relativista, que no es más que la mecánica cuántica sujeta a los principios de la relatividad especial, ipso facto, descansa sobre el mismo pilar: la preservación de la causalidad es esencial para sostener todo el edificó físico-matemático de esta teoría. En general, las teorías cuánticas de campos, a su vez, también conservan los principios esenciales de la relatividad, donde ahora la cantidad de partículas ya no es constante y pueden incluso crearse y destruirse, bajo condiciones de simetrías tan restringidas que pareciera que la naturaleza no da más opciones para que existen otros esquemas capaces de explicar la física de altas energías. Y de hecho esa es la creencia general: así como hay una sola mecánica clásica, y Newton la descubrió, así parece que hay un sólo paradigma capaz de explicar el mundo microscópico, al menos en el universo conocido. El éxito de la mecanica cuántica, y sus distintas encarnaciones, es el éxito de toda la tecnología digital moderna. Por tanto, ese éxito reafirma la solidez de los principios sobre los que descansa.

Por otro lado, la relatividad general, aunque es una teoría métrica de la gravedad, es también una extensión de la especial, y localmente deben cumplirse los principios de esta última. Decimos localmente porque a nivel global la geometría que produce una distribución de materia puede incluir la posibilidad de que existan curvas temporales cerradas, que no es más que una manera técnica de decir que se puede viajar al pasado. Pero los modelos relativistas que incluyen estas curvas son automáticamente considerados como curiosidades: son más el resultado de tomar atajos matemáticos para resolver el complejo sistema de ecuaciones no lineales que encarna a la relatividad general, que una representación de la naturaleza.

Todos los teoremas importantes sobre los que descansa la teoría de los agujeros negros, por ejemplo, al menos a nivel clásico, asumen explícitamente la imposibilidad de viajar al pasado. Lo mismo secede con los teoremas que afirman que la energía es positiva en relatividad general, y aquellos sobre la existencia de singularidades, desmostrados por Hawking y Penrose. De hecho, la “conjetura de censura cósmica” que sostiene que toda singularidad esta oculta detrás de un horizonte de eventos (con excepción del Big Bang, que es una singularidad “desnuda”), descansa sobre el supuesto que es imposible viajar en el tiempo. Y esta es la hipótesis abierta más importante de la relatividad general. Su falsedad echaría por tierra toda la teoría de los agujeros negros.

Otro aspecto fundamental es el biológico. Somos criaturas emergentes, gobernadas por fenómenos irreversibles. La segunda ley de la termodinámica, y su fundamento estadístico, avalan el hecho de que a la escala de seres vivos como nosotros, todo viaje hacia el pasado implica un hecho tan poco probable que se asume como imposible. Y si fuera posible, no tendria ningún sentido, pues regresariamos a etapas anteriores de nuestras vidas sin ninguna memoria del futuro del que venimos.

Si nuestras teorías físicas son exitosas en la descripcion de la naturaleza, y si uno de los pilares que las sostienen es la no violación de la causalidad, debe defenderse como algo inquebrantable. No es casualidad pues que los físicos están inmediatamente dispuestos a tirar por la borda cualquier teoría, por exitosa que esta sea, si en algún momento implica que hay que abandonar este principio fundamental. Por tanto creo que por más que querramos ver a Roma arder, siempre será sólo un sueño de la ciencia ficción.