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POLIMIALGIA REUMÁTICA

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POLIMIALGIA 
REUMÁTICA 
 
Es una enfermedad reumática inflamatoria relativamente frecuente que afecta a pacientes 
mayores quienes presentan rigidez bilateral de hombro y cadera que empeora por la 
mañana y mejora con el uso. Se considerada la 2° enfermedad reumatológica sistémica 
más prevalente en adultos, presentándose en personas > 50 años, y la incidencia aumenta 
con la edad; el riesgo a lo largo de la vida es mayor para las mujeres con un 2.4% mientras 
que en los hombres es menor con un 1.7%; la incidencia anual varía de 12 a 60 casos por 
100 000 en diferentes poblaciones. Su etiología no es bien conocida, únicamente se han 
mencionado teorías acerca de asociaciones genéticas (polimorfismos para genes del S. 
inmunitario) e infecciosas. 
Sus manifestaciones clínicas incluyen el dolor en la cintura proximal y la cadera asociado 
con un rango de movimiento restringido y rigidez pronunciada. Los hombros se ven 
afectados hasta en un 95% de los casos el cuello y la cintura pélvica también pueden estar 
involucrados. Esto provoca que los pacientes refieran tener dificultad al querer levantarse 
de una silla, levantarse de la cama sin ayuda o levantar los brazos para peinarse. Los 
síntomas mayormente son bilaterales, algunos casos inician como unilaterales pero 
rápidamente se vuelven bilaterales. La clínica es más grave por la mañana y con la 
inactividad. La rigidez matutina tiende a durar una hora o más. El dolor también puede ser 
sorprendentemente intenso durante la noche y puede afectar el sueño. 
Los Criterios de clasificación para PMR impuestos por la EULAR/ACR (2012): Edad ≥50 
años con dolor de hombro bilateral nuevo; Nueva afectación de la cadera (dolor, 
sensibilidad, movimiento limitado); Rigidez matinal > 45 min; Proteína C reactiva y/o ESR 
elevados; En ausencia de sinovitis periférica o serología AR positiva y por ultimo considera 
los Hallazgos ecográficos de anomalías bilaterales del hombro (bursitis subacromial, 
tenosinovitis bicipital, derrame glenohumeral) o anomalías en un hombro y cadera (derrame 
de cadera, bursitis trocantérica). 
Para el diagnostico, durante el examen físico, se presenta un rango de movimiento activo 
restringido debido al dolor, sin debilidad real, mientras que el rango de movimiento pasivo 
puede ser normal. También puede haber sensibilidad muscular. Los estudios de laboratorio 
son útiles, ya que pueden indicar un estado inflamatorio compatible con PMR. Las pruebas 
primarias incluyen a la VSG y PCR, entonces el paciente debe contar con una velocidad de 
sedimentación globular elevada (> 30 o 40 mm/h) o una proteína C reactiva (PCR) elevada 
(> 6 mg/dL), pero se debe considerar que la normalidad en estos no significa la ausencia 
de enfermedad, así como que su presencia no confirma del todo la enfermedad. Otros 
hallazgos de laboratorio que se observan en la PMR incluyen anemia normocrómica, 
trombocitosis y leucocitosis. Las enzimas hepáticas, particularmente la fosfatasa alcalina, 
también pueden estar elevadas. 
Debido a sus síntomas inespecíficos, existe una amplia gama de diagnóstico diferencial, en 
el que se incluye: Artritis reumatoide, Espondiloartropatía, Sx de sinovitis simétrica 
seronegativa remitente con edema con fóvea, LES, Esclerodermia, Sx de Sjögren, 
Vasculitis, Osteoartritis, Espondilosis espinal y principalmente la a GCA. 
El pilar del tratamiento de la PMR es la terapia con prednisona oral, la cual debe estar dentro 
del rango de 12.5 a 25 mg, utilizando la dosis mínima efectiva para lograr la remisión. La 
reducción gradual debe individualizarse una vez que se logra la remisión. La dosis de 
 
inducción debe basarse en la gravedad de los síntomas, el índice de masa corporal y las 
comorbilidades. La dosificación inicial sugerida para un paciente promedio es de 15 mg/día. 
Se pueden considerar dosis más pequeñas (7.5 a 10 mg diarios) para pacientes con 
constitución corporal más pequeña y síntomas más leves. Para pacientes con un tamaño 
corporal más grande o síntomas graves, se debe considerar la prednisona oral en dosis de 
20 a 25 mg por día. El tratamiento debe tener como objetivo la remisión de los síntomas, 
así como la mejora y eventual normalización de los niveles de VSG y PCR. Si las mejoras 
no son evidentes dentro de 1 a 2 semanas de comenzar la terapia, se debe escalar la 
prednisona y considerar diagnósticos alternativos. La dosis de glucocorticoides que controla 
los síntomas generalmente se mantiene durante 2 a 4 semanas después de que se hayan 
resuelto el dolor y la rigidez. Luego, la dosis se reduce en aproximadamente un 20 % cada 
2 a 4 semanas, según se tolere, hasta la cantidad mínima necesaria para mantener la 
supresión de los síntomas. Una vez que se alcanza una dosis diaria de prednisona de 10 
mg, la disminución debe reducirse a un ritmo de 1 mg cada 1 o 2 meses hasta la suspensión. 
El tratamiento típico dura de 1 a 2 años. 
 
 
 
 
 
 
 
 
REFERENCIAS 
Mahmood, S. B., Nelson, E., Padniewski, J., & Nasr, R. (2020). Polymyalgia rheumatica: An 
updated review. Cleveland Clinic journal of medicine, 87(9), 549–556. 
https://doi.org/10.3949/ccjm.87a.20008 
Rosenberg, H., Halman, S., & Yadav, K. (2021). Polymyalgia rheumatica. CMAJ : Canadian 
Medical Association journal = journal de l'Association medicale canadienne, 193(46), 
E1770. https://doi.org/10.1503/cmaj.210541

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