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09 Fertilizacion de Arboles Perennes

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Fertilización de Árboles Perennes: 
¡el tiempo lo determina todo! 
 
Por: Carol J. Lovatt 
Traducción: Guadalupe Rivas Cancino 
 
Existen etapas claves en la fenología de cada planta, en donde se tiene mayor demanda de nutrientes 
dependiendo de cada especie. En árboles perennes, por ejemplo: El periodo de floración, cuajado de 
fruto, abscisión de fruto (asociado a la etapa llamada “caída temprana de frutos”), y la "segunda caída" 
que por lo general se produce a principios de junio hasta finales de Julio. Esto se conoce comúnmente 
como “caída de Junio”, que se produce cuando el crecimiento exponencial de la fruta y brote vegetal 
además la raíz de crecimiento son simultáneos (Hamid et al 1988), son etapas de alta demanda de 
nutrientes. Ocurre a menudo debido a la competencia entre la fruta en desarrollo por agua y nutrientes, 
derivando un adelgazamiento natural, donde se elimina el exceso de frutas y permite que el fruto 
remanente se desarrolle adecuadamente. 
 
Cabe mencionar, que cualquier suceso y/o tratamiento al cual sea sometido el cultivo durante las etapas 
fenológicas antes mencionadas, tendrá impacto en el tamaño, calidad y vida post cosecha del fruto. La 
absorción de cantidades adecuadas de nutrientes durante el período de floración y cuajado de fruto 
puede verse comprometida por el frío y la humedad del suelo (Hamid et al., 1988). Por tal, la 
fertilización foliar puede suministrar nutrientes esenciales más rápido y eficientemente en comparación 
con una fertilización dirigida al suelo. Aplicaciones de zinc (Zn), manganeso (Mn), boro (B) y molibdeno 
(Mo) dirigidas al follaje resulto ser de 4 a 30 veces más eficiente que la aplicación al suelo (PureGro, nd). 
 
La fertilización foliar tiene ventajas adicionales sobre la fertilización al suelo. La fertilización foliar puede 
cumplir con la demanda del cultivo para un nutriente en momentos en que las condiciones del suelo 
(baja temperatura, baja humedad del suelo, mal drenaje, pH, salinidad) harían poco eficientes a los 
fertilizantes aplicados al suelo. Por lo tanto, las fertilizaciones aplicadas al follaje son un método eficaz 
para corregir las deficiencias del suelo y que además sea posible sobrellevar una baja capacidad del 
suelo para transferir nutrientes hacia la planta. 
 
Fósforo, potasio y “elementos traza” pueden fijarse en las partículas del suelo y no estar disponibles 
para las plantas. Las aplicaciones dirigidas a las hojas, siendo estas el órgano principal para la realización 
de fotosíntesis, aseguran que el proceso metabólico de la planta no se vea comprometido debido a una 
baja disponibilidad de algún nutriente esencial. Es importante señalar que los fertilizantes aplicados de 
manera foliar y con nutrientes móviles en el floema, son traslocados a todas partes de la planta, incluso 
hasta las raíces absorbentes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Por otra parte, las aplicaciones foliares reducen el potencial de acumulación de fertilizantes en el suelo, 
en escorrentías de agua, aguas superficiales (ríos, lagos y océanos), además de aguas subterráneas en 
donde puedan contribuir a la salinidad, la eutrofización y contaminación con nitratos, los cuales tienen 
graves consecuencias para el medio ambiente y los seres humanos. Sin embargo, cabe señalar que no 
todos los nutrientes se absorben a través del follaje, algunos no son móviles vía floema. 
 
El objetivo del programa de investigación del autor ha sido identificar el papel que los elementos 
esenciales desempeñan en la fisiología del cultivo arbóreo, así como de la aplicación del nutriente como 
fertilizante foliar en tiempo apropiado según su fenología, es decir, un momento en que la demanda de 
este nutriente sea alta, a fin de estimular un proceso fisiológico específico que aumente el rendimiento, 
calidad y número de frutos, además de alcanzar un efecto de crecimiento de la planta. 
 
Debido a la influencia de factores variables, tales como edáficos y climáticos, la respuesta a ¿Cuándo y 
cuánto fertilizar?, ¿Suelo o foliar?, sigue siendo en gran medida especulativo. Sin embargo el tiempo 
sigue siendo importante. 
 
Por ejemplo, para proteger las aguas subterráneas de una contaminación potencial por nitratos, los 
productores de Aguacate Var. Hass (Persea americana Mill.) en California dividen la cantidad total anual 
de nitrógeno (N) en seis pequeñas aplicaciones al suelo realizadas desde finales de enero hasta 
principios de noviembre. (Lovatt, 2001) dirigió la interrogante de si el rendimiento del Aguacate 'Hass' 
se podría incrementar si se duplica la cantidad de N aplicado en una de las seis aplicaciones, si es 
programado para satisfacer las demandas de nutrientes de una etapa clave específica de la fenología del 
cultivo. Los resultados de esta investigación proporcionaron pruebas claras de que el tiempo de 
aplicación del fertilizante nitrogenado dirigido al suelo fue un factor importante en la determinación del 
rendimiento final y tamaño del fruto, así como la producción del año siguiente (Lovatt, 2001). 
 
Ejemplos de aplicaciones vía foliar de fertilizantes en tiempo adecuado para demostrar la 
teoría 
En etapa de prefloración de invierno en cultivo de naranjas dulces, se realizaron aplicaciones foliares de 
fertilizantes a base de urea baja en biuret o fosfito de potasio (una forma de P[HPO3-2] rápidamente 
absorbido por las hojas y traslocado a través de las hojas a las raíces [Lovatt y Mikkelsen, 2006]) que 
han demostrado aumentar el rendimiento total, rendimiento de gran valor comercial de variables tales 
como tamaño y cantidad de sólidos solubles totales (SST) de naranjas dulces (Citrus sinensis) (Albrigo, 
1999; Ali y Lovatt, 1992, 1994; Lovatt, 1999); cuando la urea baja en biuret y fosfito de potasio eran 
combinados, se aplicó 50 Lbs de urea baja en biuret (46-0-0, ≤ 0,25% biuret), en 200 gal de agua por 
acre (25,8 kg de N en 1869 L / Ha.) dio lugar a un incremento neto promedio de rendimiento de 3 
 
 
 
 
 
 
 
toneladas por acre (7 toneladas por hectárea) anuales durante los tres años del experimento (Ali y 
Lovatt, 1992, 1994; Lovatt, 1999). Además, el rendimiento total aumentó por árbol, se presentó un 
incremento en la producción al aumentar el tamaño de frutos comerciales (diámetro transversal 2.7 a 
3.5 pulgadas; 6.9-8.8 cm). 
 
NOTA: Los volúmenes de pulverización inferior se pueden utilizar, 
siempre y cuando la cobertura del árbol sea correcta, pero los 
volúmenes de 500 a 700 galones por acre (4,673-6,542 L / ha) 
mostraron una mayor incidencia de quemaduras en la punta de la 
hoja “tip burn” cuando se combinaban en la misma solución. 
 
La formulación de fosfito de potasio que se ha utilizado en los 
cultivos de árboles perennes en todos los estados y ensayos de 
investigación reportados en la literatura hasta el momento es Nutri-
Phite (Biagro Western Sales, Inc., Visalia, Calif.). Nutri-Phite (0-28-
26). 
 
Para aumentar el tamaño del fruto de Naranjas Var. Navel, se 
realizaron aplicaciones de fosfito de potasio al follaje en Mayo 
(durante la etapa de división celular del desarrollo del fruto) y de 
nuevo en julio (cuando la cáscara forma su máximo espesor, que 
marca el final de la etapa de la división celular del desarrollo de los cítricos) o se realiza una sola 
aplicación de urea bajo en biuret en el momento que el fruto forma el grosor de la cáscara en el mes de 
julio. 
 
Se realizaron 2 aplicaciones foliares de fosfito de potasio [Nutri-Phite, 0-28-26] en 2 cuartos de galón 
(0,49 gal) en 200 galones de agua por acre por cada aplicación (4,6 l Nutri-Phite en 1869 L / ha). La 
primera aplicación se realizó en Mayo 15, posteriormente fue en Julio 15 del mismo año. En verano, en 
etapa de “formación de máximo espesor de la cáscara”, se aplicó urea baja en biuret (46-0-0, ≤ 0,25% 
biuret) en una sola asperjada en orientación del 15 de julio ± 7 días a 50 librasde urea baja en biuret (23 
lb N) en 200 galones de agua por acre (25,8 kg de N en 1869 L / ha). Este tratamiento resultó en una 
ganancia neta acumulada de 3 años, evaluando variables de valor comercial, como es el tamaño del 
fruto (diámetros transversales 2,7-3,5 pulgadas; 6.9 a 8.8 cm), ganancias de 6.5 toneladas por acre (14 
toneladas métricas por hectárea) (Lovatt, 1999). 
 
Además, el rendimiento comercial de la mandarina 'Sunburst' (C. reticulata x C. paradisi) resulto en un 
incremento en el tamaño de frutas con tres aplicaciones foliares de nitrato de potasio (KNO3), 25 lb de 
Figura 1. “Tip burn” en hoja de 
naranjo. 
Fuente: 
http://www.salinitymanagement.org/
Salinity%20Management%20Guide/
sp/sp_7b.html 
 
 
 
 
 
 
 
KNO3 en 250 galones de agua por acre por aplicación (11 kg KNO3 en 2336 L / ha), en dormancia 
(Febrero), después de la floración (Abril) y en crecimiento exponencial de fruta (Julio-Agosto) (Boman, 
2002). El tratamiento aumentó el número de frutos comercialmente valiosos, frutos de gran tamaño en 
la primera cosecha en un 30 % y resultó en un aumento del 23 % en frutos comercialmente valiosos 
cosechado durante la temporada y un incremento promedio neto anual retroactivo al producto de 
$2,626 USD por acre. 
 
Aplicaciones foliares de K en el cultivo de melón (Cucumis melo) durante el desarrollo y maduración de 
fruto, mejora la calidad comercial del fruto mediante el aumento de la firmeza, contenido de azúcares, 
y el valor nutritivo, ya que se registró un aumento de beta-caroteno, ácido ascórbico, además de 
concentraciones de K en la parte comestible (Lester et al.,2007). 
 
Para el caso de aguacate, se realizaron aplicaciones en el dosel 
del árbol, de B a 1,45 libras en 200 galones de agua para 110 
árboles por acre (1.63 kg B en 1869 L / ha) o urea-N a 50 lb (46-
0-0, ≤ 0,25% biuret; 23 lb N) en 200 galones de agua por acre 
(25,8 kg de N en 1869 L / ha) justo antes de la expansión y 
desarrollo de inflorescencia, elongación de los ejes secundarios 
(etapa de la coliflor), donde se aumentó significativamente el 
número viable de óvulos y el número de tubos polínicos 
(Jaganath y Lovatt, 1998). Estos tratamientos resultaron en una 
ganancia neta acumulada de 3 años de 5,4 y 5,0 toneladas por 
acre (12,2 y 11 toneladas métricas / ha) para el boro y urea, 
respectivamente (Lovatt, 1999). 
 
Primeramente en brotación de yemas, las aplicaciones no 
fueron eficaces; posteriormente en etapa de plena floración las aplicaciones tuvieron un efecto de vigor 
intermedio en la planta. 
 
Recordemos que el B estimula la división celular, aumenta el cuajado y el tamaño de los frutos, incluso 
de cultivos con frutos sin semillas, y aun cuando los análisis foliares indican que la cantidad de B es 
adecuada. NOTA: B y urea-N no se deben de aplicar en la misma pulverización en Aguacate, ya que 
resulta en dobles pistilos. El efecto de la combinación no se ha realizado como tratamiento en otros 
cultivos. 
 
En los casos citados anteriormente, el tiempo adecuado de aplicación del fertilizante foliar fue un factor 
para el incremento en el rendimiento comercial, así como para mejorar los parámetros de calidad del 
Figura 2. Desarrollo de la inflorescencia “Etapa 
de coliflor” en Aguacate. 
Fuente: 
http://www.podgardening.co.nz/avocado.htm 
 
 
 
 
 
 
fruto, incluyendo mayor tamaño. Además, estos resultados se alcanzaron a pesar de que los cultivos no 
eran deficientes en nutrientes según lo registrado en el análisis foliar del cultivo. 
 
Un ejemplo del momento adecuado, fertilizantes aplicados al suelo que apoyan el 
concepto 
Para proteger las aguas subterráneas de una potencial contaminación por nitratos, los productores de 
aguacate var. Hass en California distribuyeron la cantidad total anual de fertilizante nitrogenado en seis 
pequeñas aplicaciones dirigidas al suelo realizadas durante un período comprendido entre finales de 
enero hasta principios de noviembre. Esta práctica de aplicaciones anuales de N como NH4NO3 a 150 
libras por acre (168 kg / ha; 168 árboles / ha) en seis pequeñas dosis de N a 25 libras por acre (28 kg / 
ha) en enero, febrero, abril, junio, julio y noviembre, (estas aplicaciones se tomaron como testigo para el 
siguiente experimento), en el que el N adicionado como NH4NO3 a 25 libras por acre (28 kg / ha) se 
aplicó en una etapa clave de la fenología del aguacate para un total anual de N de 175 libras por acre 
(196 kg / ha) (Lovatt, 2001). Dos etapas fenológicas se identificaron por lo cual la aplicación de N a 50 
libras por acre (56 kg / ha) en una sola aplicación (doble dosis de N), incremento significativamente el 
rendimiento acumulado de 4 años, y los kilogramos de fruto por árbol, 30 % y 39 %, respectivamente, en 
comparación con los árboles testigo (P ≤ 0,01). En cada caso, más del 70 % del incremento en 
rendimiento neto al aumentar el tamaño de frutos comerciales, (frutos cuyo peso 178-325 g). 
 
Las dos etapas fenológicas citadas anteriormente fueron: (1) cuando la brotación de yemas apicales 
tienen cuatro o más meristemos de ejes florales secundarios presentes (mediados de noviembre) y (2) 
Una vez los ejes de la inflorescencia están completamente elongados y las flores diferenciadas en la 
panícula, se inicia la antesis, así como el inicio del crecimiento de brotes vegetativos en el ápice, 
sincronizados con el crecimiento de brotes florales indeterminados (aprox. mediados de abril). La 
aplicación de doble dosis de N al momento de la iniciación floral (enero), durante el desarrollo temprano 
del gineceo (febrero), o durante la “caída de junio” no tuvo ningún efecto significativo en el rendimiento 
o tamaño de fruto en comparación con los árboles “testigo”. 
 
Conclusión 
El tiempo y la tasa de aplicación de fertilizantes son factores que se pueden optimizar para incrementar 
el rendimiento, tamaño y calidad del fruto de los cultivos de árboles perennes. La aplicación de 
fertilizantes dirigidos al suelo o follaje, en aquellas etapas clave de la fenología del cultivo, cuando la 
demanda de nutrientes es alta, es fundamental en las prácticas de manejo de fertilizantes, ya que 
mejora su eficiencia de uso, es rentable y eficaz, además de proteger el medio ambiente. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Por otra parte, una deficiencia nutricional incipiente o transitoria en estados fenológicos críticos para 
producir fruto en tamaño o calidad, provoca una reducción de la producción anual y en los ingresos del 
productor de acuerdo con la "ley del mínimo de Liebig", es decir, los cultivos sólo pueden ceder a el 
nivel soportado por el factor más limitante. La clave para lograr un beneficio en el rendimiento y en el 
incremento neto de los ingresos del productor es (1) aplicación de fertilizantes en tiempo adecuado al 
suelo, cuando se sabe que un nutriente esencial específico es ineficaz como fertilizante foliar en un 
cultivo dado y (2) Aplicación de fertilizantes dirigidos al follaje en tiempo adecuado a las etapas 
específicas de la fenología del cultivo cuando es probable que la demanda de nutrientes es alta, o 
cuando se conocen que las condiciones del suelo no permiten la absorción de nutrientes, por no estar 
disponibles para las plantas.

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